Capitulo 39: ¿Final feliz, eso es posible?


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Suspire, aun abrazada a él, negándome a soltarlo temiendo que se esfumara como si de un espejismo se tratase. Alex estaba sentado a mi lado con su vista aun fija en la pequeña caja entre sus manos. Me apoye contra su hombro y sonreí alegremente al sentir el calor de su cuerpo. Vi el plato de la comida que le había traído el día anterior aun en el suelo a un lado de la puerta y apenas si logre evitar reír. Su cuarto era un completo desorden pero no me importaba en lo más mínimo, era feliz con solo simplemente estar a su lado y saber que no me odiaba.

_ Creía que me la habían robado –dijo él finalmente- Cuando estuvimos en la casa anterior la busque con desesperación en mi habitación y realmente temí por que alguien no debido la hubiera tomado. Debí imaginar que había sido Gabriel.

_ No veo el problema en si la hubiera tomado otra persona –dije

_ No me habría gustado que cayera en manos de Christ –dijo él

_ ¿Aun te sigues sintiendo mal por lo que sucedió con él? –pregunte y Alex suspiro

_ Era mi hermano, me duele ver en lo que se ha convertido pero luego de mucho pensarlo decidí dejarme creer simplemente que él murió aquella tarde que se alejo de mi y punto final –dijo Alex- Aun así, no puedo evitar sentir el dolor. Él me quiere matar y lo peor es que creo que yo también deseo matarlo. Definitivamente terminare en la caina luego de todo esto pero cuando pienso en él y todo lo que te hizo no puedo evitar imaginar su muerte. El maldito lo planeo todo desde un principio. Causo que yo me peleara contigo gracias a su puesta en escena y no he dejado de herirte desde entonces. Ni siquiera deberías haberme perdonado por todo lo que te hice.

_ ¿Entonces la misma rutina que siempre? Te mando al demonio, ambos nos peleamos y luego tu terminas pidiéndome perdón cuando en realidad debería ser yo quien te lo pida a ti –dije y sonreí tristemente- No debí haberte mandado al demonio, debí haberte dicho todo desde un principio. Es mas, no debería haber pretendido que podía olvidarte.

_ Te hubiera ido a buscar –susurro él- Te juro que estuve a punto de hacerlo una semana luego de que te fuiste. Estaba seguro de que habías huido a Solcius y no tendría problema alguno en ir hasta la ciudad vecina y encontrar el portal al mercado negro. Pero deseaba confirmar mis creencias antes de hacer una locura así que intente buscar a los servidores de Solcius en aquella zona.

_ Angelina y Edgar ya no estaban por ahí –dije y él negó con la cabeza

_ Ellos no se mudaron, ellos fueron asesinados por Christ –dijo Alex y me quede totalmente helada- Cuando supe que los servidores de Solcius habían sido asesinados supe que aquel no era un lugar seguro para ti. Por eso no fui a buscarte, pero yo realmente quería hacerlo por que yo confiaba en ti y no entendía como era posible que hubieras mentido de aquel modo. Tuve que quedarme y por mas que el don de Christ no me afectase, su influencia como hermano si y lo que él quería era que yo realmente te odiara. Y yo te odiaba por el dolor que me causabas pero a la vez continuaba queriéndote. Christ me mantuvo a un lado de todo y alejado de los demás. Mientras no tuviera nada que hacer continuaría sufriendo por ti así que finalmente me decidí a empezar a investigar sobre la mano izquierda de Lucifer y lo que estaba planeando. Christ se ocupo de convencerme y que yo no dudara respecto a lo que él decía sobre ti pero aun así te seguía queriendo. Y luego Miguel cambio de un día para el otro y me di cuenta de lo que había sucedido. Los demás creyeron que su cambio era debido a que él se negaba a aceptar la muerte de su hermana pero yo sabia que no era así. Aproveche una vez que estaba completamente solo en la casa para utilizar su computadora y hackear su cuenta de correo electrónico. La niña no solamente estaba sana y salva sino que eras tu quien la había salvado y ella le enviaba fotografías a Miguel todo el tiempo y le contaba sobre su día.

_ A Lucy le encanta tomar fotografías –dije

_ Si, pero había fotografías tuyas y videos y verte feliz con otras personas y creer que te habías olvidado completamente de nosotros, de mi, me hacia sentir fatal –dijo Alex y reí

_ Al parecer finjo bien –dije- Todos estos meses no hice nada más que fingir estar bien y que no me dolía lo que había sucedido. ¿Quieres saber la verdad? Hubiera llorado por ti cada noche de no haber sido por que me prometí a mi misma no derramar ninguna lagrima. Pero aun así, mi corazón estuvo hecho añicos todo este tiempo por ti y no hacia nada más que dolerme.

_ No puedo creer que haya sido tan estúpido como para caer en la trampa de Christ –dijo Alex

_ Yo tampoco –susurre- Pero aun así supe que todo había sido obra suya. Debí haberme dado cuenta antes, debí haberme quedado y resuelto el asunto en vez de huir, pero en cuanto me dijiste que solo me habías querido por lastima mi dolor fue tan grande que solo pensé en alejarme cuanto fuera posible de ti.

_ Miento bien –dijo él y sonrió tristemente- Si te dije aquello fue por que realmente creía que tu solo habías jugado conmigo y no quería quedar como un tonto que había caído totalmente en tu trampa. De pequeño Christ siempre tomaba las decisiones por mí y me decía que creer o que hacer, supongo que en aquel caso fue lo mismo. Él me dijo que solamente te quería por lastima y yo no hice mas que repetirte sus exactas palabras. Hasta que luego empecé a desconfiar de él.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ Supongo que desde un principio lo supe pero me negaba a creerlo –dijo Alex tranquilamente y se hundió de hombros- No lo sé muy bien. Él no era el mismo Christ que yo recordaba pero quizás todos esos años lo habían cambiado. Ademas, tampoco le prestaba mucha atención ni me importaba algo. Una tarde luego de clases lo vi golpear a tu hermana hasta dejarla sangrando y llorando en el suelo, fue entonces que supe que él ya no era el mismo Christ. El Christ de antes, el que yo quería y admiraba no era capaz de levantarle la mano a una mujer sin importar lo que esta le hubiera hecho. Mi desconfianza fue creciendo con el tiempo y supe que él era el encapuchado pero me negaba a aceptarlo. Hasta que finalmente un hecho lo confirmo y no tuve mas opción que aceptarlo. Una noche lo vi volver con un lindo rasguño en la mejilla y no fue difícil darme cuenta de que era el mismo rasguño que le había visto a Nicholas en un momento. Él supo que yo lo había descubierto y al día siguiente me dijo de ir a cazar un brujo solos. No fue difícil deducir que me querría callar para siempre y entonces le deje una carta a Gabriel en un lugar que solamente él pudiera encontrarla. Salí con Christ sabiendo que no podría negarme y cuando estuvimos solos y alejados él finalmente me ataco. La próxima vez que desperté, estaba en esa maldita celda.

_ Aun así resististe bastante tiempo sin que te descubriera –dije y él rió

_ ¿Crees que no sospechaba de antes que yo desconfiaba de él? –Pregunto Alex- Intento deshacerse de mí en varias ocasiones. Me enviaba solo a misiones casi suicidas de las que yo volvía con vida y su falsa felicidad para ocultar su frustración por mi regreso no hacia mas que confirmar mis creencias. Hasta intento deshacerse de mí de un modo extremadamente limpio pero tampoco resulto.

_ ¿Cómo? –Pregunte- Me cuesta creer un método utilizado por él para deshacerse de ti limpiamente.

_ Me envió a la noche de San Juan esperando que cayera victima de las hadas y una terminara por matarme –dijo Alex tranquilamente y se encogió de hombros- Es muy normal que algunos ángeles no vuelvan de aquella fiesta y terminen siendo asesinados en ella.

_ ¿Qué? –susurre atónita y él sonrió

_ Deberías haber visto tu cara cuando te pidieron que realizaras la prueba del fuego –dijo Alex- A la reina le encanta jugar con los sentimientos de los demás, no me sorprendió que no terminara siendo mas que una marioneta suya.

_ Un momento. ¿Entonces eras tú? –pregunte y él asintió- ¿Y tu sabias que era yo?

_ Reconocería tu voz en cualquier lugar –dijo él sonriendo

_ Creí que te habías olvidado de mi –dije tristemente y suspire- Creí que habías tomado la decisión de ya no sentir nada por mi.

_ ¿Realmente? –Dijo y rió tristemente- Tú mejor que nadie sabes lo terco que puedo llegar a ser como para no tomar el camino fácil. ¿Crees que Christ no intento aquello del primer instante? Cada día me repetía que debía hacer aquello y yo me negaba por que realmente no quería dejar de quererte y tampoco quería parecer débil y tomar el camino fácil.

_ No eres débil, eres la persona mas fuerte que conozco –dije y cerré los ojos- Eres el mejor ángel que conozco y la persona que amo. Por que ahora sé que yo no te quiero solamente, te amo demasiado. Si simplemente te querría no me hubiera dolido tanto todo este tiempo. Si simplemente te querría, no me hubiera metido de nuevo al Bella Vista para sacarte.

_ Gracias –susurro él abrazándome fuertemente y hundiendo su rostro en mi cabello- Yo también te amo.

Sonreí dulcemente y disfrute de su calido abrazo. En algún momento, las altas horas de la noche terminaron por inducirme el sueño y caí profundamente dormida. La próxima vez que me desperté sabia que era de día y el sol brillaba. Aun así, temía abrir los ojos, tenía miedo de hacerlo y darme cuenta que lo sucedido la noche anterior no había sido más que un simple sueño. ¿Y si realmente no había pasado? ¿Y si lo había imaginado todo? Temí ante aquella idea nuevamente, no deseaba volver a perderlo. Junte valor y me atreví a abrir los ojos. Hubiera gritado de felicidad de no ser por que me obligue a permanecer en silencio.

Alex dormía a mi lado, aun abrazándome. Sonreí y permanecí quieta por unos minutos, disfrutando de aquel momento. Con mucho cuidado deslice mi mano hasta ponerla sobre una de sus alas y acariciar sus plumas con mucho cuidado. ¿Hacia cuanto tiempo que no disfrutaba de algo así? Podía recordar a la perfección que había hecho exactamente lo mismo la mañana que había despertado a su lado y luego lo había llevado a Solcius. Suspire tristemente, lo había extrañado demasiado y había sufrido demasiado por él. Mire confundida sus plumas luego de unos segundos al percatarme de que no eran exactamente las mismas. A simple vista parecían igual de blancas que siempre pero luego de escudriñarlas me percate con asombro que eran ligeramente plateadas.

Me levante sobresaltada y sorprendida, totalmente atónita y sin saber que creer. Él enseguida frunció ligeramente el ceño cuando me zafe de su agarre. Su mano se crispo y no tarde tiempo en poner la mía sobre la suya. Suspire y mire para otro lado, tratando de pensar ahora que haría. No quería morir en unos días, definitivamente ya no lo deseaba. ¿Pero que se suponía que debía hacer? Yo había intercambiado mi vida por la de Alex pero ahora ya no deseaba morir y mucho menos si aquello lo hería a él. Pero tampoco deseaba que Christ lo matara.

_ ¿Por qué te preocupas? –pregunto Alex sentándose a mi lado, ni siquiera lo había oído despertarse

_ No sé que haré ni como solucionare todos los problemas que tengo –dije

_ Que tenemos, no estás sola en esto –dijo él tomando mi mano y suspiro- Lamento que el problema principal sea Christ. Supongo que no hay modo alguno de que él vuelva a ser lo que era.

_ Lo siento pero no –dije con la vista baja, sin atreverme a mirarlo- Christ cerró el trato con Lucifer por propia voluntad, no hay modo alguno de que deje de servirle.

_ ¿Acaso Nicholas no le dejo de servir a Lucifer? –pregunto Alex y suspire tristemente

_ Nicholas decidió vivir sin un alma antes que servirle a Lucifer –dije apenas pudiendo pronunciarlo

_ Lo lamento, no sabia –dijo él

_ No importa –dije- Aun así, sabes que un ángel no puede vivir sin un alma. Christ no tiene modo de zafar y en todo caso, no creo que quiera realmente dejar de servirle a Lucifer con todo el poder que le proporciona.

_ Entonces tan solo queda una solución si no es posible que él vuelva a ser el mismo de antes –dijo él

_ Alex... –dije vacilando y él suspiro tristemente

_ Habrá que matarlo, no hay otra alternativa –dijo él- No puedo permitir que se siga comportando de este modo ni que libere a Lucifer. Pero sobre todo, no puedo dejar que te siga atacando e hiriendo. Si te vuelve a hacer daño, juro que lo matare.

_ No puedes matarlo –dije y él sonrió tristemente

_ Le pediré ayuda a Nicholas, seguramente él no se negara –dijo Alex- Alguien como él tiene que ser eliminado por la mano de un ángel y la mano de un brujo a la vez. ¿No?

_ Alex, es tu hermano –dije- Además, si lo haces te condenaras a la caina.

_ Lo matare si no me deja otra alternativa –dijo él

Lo mire casi sorprendida al notar la determinación en sus palabras. Aun así, él parecía haber tomado ya la decisión y su rostro mostraba aquella seriedad que yo a veces llegaba a odiar. No quise ni imaginar en que podría terminar un enfrentamiento entre Alex y Christ, temía hacerlo. Christ definitivamente no dudaría en matarlo. ¿Pero Alex? Por más que ahora pareciera totalmente decidido yo era consciente de que seguía queriendo a su hermano y le dolía verlo así.

_ No dejare que lo hagas solo –dije y él me miro sorprendido- No puedes enfrentarte solo a Christ y lo sabes. Estaré a tu lado lo quieras o no, no me importa si me mandas al demonio.

_ Kat... –dijo él, sus ojos estaban cargados de alarma y preocupación

_ Escucha, no hay nada que Christ pueda hacerme que sea mas doloroso que matarte a ti. ¿Acaso no te das cuenta de que todo este tiempo él me utilizaba amenazándome con hacerte daño? Aquello era una tortura para mi por que él sabe que lo peor que podría pasarme seria que a ti te sucediera algo. Entiéndelo Alex, eres lo que mas me importa y Christ es consciente de aquello pero prefiero que me mate a mí antes de que te haga algo a ti –dije sonriendo y él me abrazo

_ Yo no dejare que te haga daño –susurro Alex y me abrazo más fuertemente- Una vez te dije que me mantendría en pie hasta el ultimo segundo con tal de defenderte, no romperé aquella promesa nunca y mucho menos por Christ. Tan solo te pido que confíes en mi, te salvare de cualquier cosa que él pueda hacerte sin importar si es posible o no.

_ Yo confío en ti, pero no confío en él –dije

Me senté sobre su regazo y sin más tome su rostro entre mis manos para besarlo ligeramente. Apenas si roce mis labios con los suyos pero cuando me aleje él tomo mi rostro entre sus manos y volvió a acercarme para devolverme el beso. Suspire tanto de alivio como de placer mientras él sonreía, aun demasiado cerca de mí y me volvía a besar. Entonces no había sido todo un sueño ni nada irreal, entonces él realmente me quería tanto como decía y demostraba. Mi corazón no tardo en latir desaforadamente a causa de sus besos, sus caricias, sus manos deslizándose por todo mi cuerpo. Alex se detuvo tan solo dos segundos para sonreírme y poner dos dedos sobre mi cuello.

_ Había extrañado lo rápido que llegaba a ser tu pulso cuando te besaba –dijo él- No tienes idea de cuanto te extrañe y sufrí por que estuvieras lejos de mi. Y aun mas por creer que habías jugado conmigo, que en realidad querías a otro o hasta que estabas de nuevo con Nicholas. Kat, eres lo más bello que tengo y lo que más me importa.

_ Ni bien terminas metido en los peores problemas por mi culpa –dije tristemente y él sonrió

_ Eres mi peor error –dijo Alex y rió- Pero también mi mejor acierto.

Él volvió a besarme y tuve que obligarme a detenerme para no seguir así durante horas. Sus caricias eran casi tan embriagadoras como sus besos y sabia que no podía resistirme y él podía romper cualquier voluntad mía. Aun así, me agarre de todas mis fuerzas para detenerme y ponerme en pie. Lo mire detenidamente por unos segundos mientras luchaba por contener la sonrisa estúpida por volver a estar junto a él que amenazaba con tomar mi rostro. Aun la simple imagen de verlo sentado frente a mi sin nada mas que unos jeans, su cabello totalmente despeinado y sus alas a la vista bastaba para que mi corazón latiera mas rápidamente que en cualquier batalla. Apenas si podía recordar el dolor que había sentido por creer que lo había perdido.

_ ¿Saldrás de aquí o tendré que esperar a que el hambre te gane? –pregunte y él sonrió

_ Tan solo si tú prometes no irte y si aquel fuera el caso, prometes que pueda seguirte –dijo él y le devolví la sonrisa

_ No me iré a ningún lado sin ti –dije- No otra vez.

Me incline para besarlo una última vez antes de darme vuelta y abandonar la habitación. Casi al instante unos murmullos se vieron totalmente callados y todo quedo en completo silencio. Sonreí ligeramente al ser consciente de que los demás no habían tenido nada mejor que hacer que espiarnos y no dudaba de la colaboración de Nicholas. Subí los escalones uno a uno, sintiendo como mis mejillas ardían pero ahora simplemente no podía dejar de sonreír. Aquel gesto que antes me resultaba tan imposible y tan vacío, ahora era simplemente inevitable en mi rostro. Me detuve cuando me cruce con Nicholas arriba de todo de la escalera y me congele en el lugar. Él suspiro, la vista clavada a un lado.

_ Es ridículo. ¿No crees? –Pregunto, su voz parecía vacía pero aun así podía sentir la tristeza detrás de ella- Yo podría ser la persona más consciente aun con vida de lo que sufriste todo este tiempo por el ángel y sin embargo lo has perdonado sin más.

Sus palabras llegaron a herirme y me sentí palidecer. Me sentí completamente culpable de haberlo herido y me dolía que él ni siquiera me mirase. ¿Para que servia que le hubiera dado parte de mi energía vital, que le hubiera ayudado a sobrevivir y hasta a recuperar algo de los sentimientos perdidos por la falta de alma si luego lo heriría de este modo? No había sido mi intención, en ningún momento había sido mi intención y él había sabido desde el primer instante el amor que yo sentía por Alex. Y aun así, me era casi imposible estar parada a su lado sabiendo el dolor que le había causado.

_ Lo lamento –susurre

_ ¿Lo lamentas? Es increíble que por cada día que pasa te pareces mas a ellos, a un estúpido ángel –dijo Nicholas y cerro las manos en puños- La Katherin que yo conocía no era así, no me hubiera dicho “lo lamento”, es mas, hasta hubiera justificado sus acciones totalmente segura de ella misma. Quizás Christ tenga razón, quizás tu parte angelical terminara por dominarte algún día y luego yo no seré mas que un maldito brujo para ti.

_ ¡Eso no es cierto! –dije al instante, casi con desesperación mientras me negaba a creer en sus palabras

_ Sabes que tengo razón, no puedes ocultar tus pensamientos de mí –dijo él y sonrió tristemente- No puedes encontrar el equilibrio. No quieres que la bruja domine por que amas al ángel más que nada y es por eso que la caballera esta ganando. ¿Dime gatita, que harás cuando sea la caballera quien te controle totalmente? ¿Dejaras de confiar en mí? ¿Me miraras del mismo modo en que ellos me miran? Ya casi no utilizas magia, ya casi nunca veo tus preciosos ojos felinos, ya comienza a costarme reconocer a la bruja que alguna vez me perteneció. Es una pena, realmente no quiero perderte ni tener que admitir que Christ tenia razón.

_ Pues te estas equivocando en lo que crees y Christ no es mas que un miserable que no tiene nada mejor que hacer que causar un conflicto tras otro –dije

_ Pues yo creo en lo que veo. Y lo único que veo junto a mí en este momento es a otro ángel que pronto comenzara a mirarme con desconfianza como cualquier otro –dijo él y lo mire furiosa

_ ¿Y que demonios pretendes que haga? –pregunte

_ ¡Que me demuestres que eres la que yo conocí! ¡Que encuentres el maldito equilibrio por que no soportaría tener que vivir con la idea de que eres una de ellos! –dijo Nicholas

_ ¡Entiéndelo Nicholas que aun no puedo encontrar el maldito equilibrio! –Dije- La bruja dentro de mí se estuvo alimentando todo este tiempo de mi dolor y esta más fuerte que nunca. No puedo arriesgarme a que ella me controle, no quiero caer en la oscuridad y que esta me domine. ¿Crees que no seria fácil, sino, encontrar el equilibrio entre la luz y la oscuridad que viven dentro de mí? La maldita bruja dentro de mi es cada día mas poderosa, no puedo darle el mínimo de poder por que entonces ella podría tomar el control. ¡Entiéndelo de una vez maldito ego maníaco que pretende que todo sea como él quiere!

Él rió y entonces me sonrió. Trate de controlarme, de no lanzarme sobre él y estrangularlo como quería pero mis pensamientos acompañados de mil maldiciones tan solo hicieron ensanchar su sonrisa. ¡Maldito brujo que se tomaba mi furia por broma! Él se acerco a mí y me aparto un mechón de la cara, aun sonriendo y riendo ligeramente ante cada nueva maldición que pasaba por mi cabeza.

_ Hacia demasiado tiempo que no escuchaba aquello y de tus labios –dijo Nicholas

_ A ver si entiendes. Soy mitad bruja y mitad ángel, mitad luz y mitad oscuridad –dije- No puedes pretender que sea solamente algo.

_ Pues yo me ocupare de que nunca olvides tu parte maldita –dijo él- Me mantendré vivo tanto tiempo como me necesites, es una promesa.

Él tomo mi mano y la sostuvo por un momento, aun mirándome fijamente a los ojos con su penetrante mirada. Por un segundo me sentí totalmente transparente, por un segundo sentí que él vio y conoció todos mis pensamientos pero aun así no dijo nada. Le sostuve la mirada hasta que finalmente él beso mi mano, siempre sin dejar de mirarme fijamente, y luego partió. Me quede parada allí mismo, escuchando como él bajaba los escalones y rezando internamente por que no hubiera visto los pensamientos respecto al trato que había hecho con Christ. Él había sido muy claro con sus condiciones, nadie mas debía saberlo y no debía decirle nada a nadie.

Suspire antes de encerrarme en mi habitación. Veinte minutos después estaba abajo nuevamente, en la sala de estar junto con los demás. Raphael me miro de soslayo al pasar junto a mí y lo vi asentir de un modo casi imperceptible. Hasta creí haberlo visto sonreírme ligeramente pero rápidamente deje esa idea de lado al saber lo imposible que sonaba. Daniel se detuvo un segundo a hablar con él y Miguel y mire con mas atención al ver la línea de preocupación sobre la frente de Daniel mientras hablaba. Aun así, rápidamente me distraje.

_ ¿Entonces el hambre termino por ganarte? –Pregunto Gabriel y Alex asintió mientras devoraba una manzana- ¿Me responderás al menos?

_ ¿Me dejaras comer al menos? –Pregunto él- Te recuerdo que no toco comida desde hace más de un mes.

_ Sabes, es extraño, ayer me di cuenta que faltaba un plato –dijo Gabriel y Alex al instante se quedo completamente duro- Claro, creí que había sido Daniel o mas posiblemente Miguel pero revise la habitación que ellos comparten y nada. ¿Tienes idea de donde puede estar ese plato?

_ Fíjate en la habitación de Raphael, o quizás en la tuya –dijo Alex con total naturalidad- O quizás el plato simplemente desapareció, estamos conviviendo con dos brujos, no me parecería extraño.

_ Tampoco me parecería extraño que lo tuvieras tú –dijo Gabriel

_ ¿Qué hacen? –pregunte interviniendo rápidamente y Alex me sonrió mas que complacido

_ Nada importante –dijo él- Simplemente escuchando a Holmes hablar sobre la desaparición de un plato.

_ No importa, ya confirmare mis teorías –dijo Gabriel y luego me miro- ¿Entonces que haces Kat? ¿Al final has decidido quedarte?

_ Hasta que se me ocurra una convincente excusa para partir y logre encontrar el modo de escaparme de ustedes –dije y sonreí- No será nada fácil aunque no lo creas.

_ Nada puede ser mas difícil que escapar del Bella Vista –dijo Alex seriamente y le dio otro mordisco a su manzana- No quiero ni recordar aquello ni volverlo a vivir.

_ No fue para tanto –dije y él me fulmino con la mirada

_ Te hirieron y casi más te matan –dijo él- Te golpearon una y otra vez frente a mi, escuche tus gritos y tus suplicas mientras estábamos encerrados y te vi tirada en el suelo, sangrando y sin poder moverte a causa del dolor. Vi como grababan nuevamente el miedo en tu rostro y supe que así habían sido los tres meses que estuviste encerrada anteriormente. Y yo no podia hacer nada. No es una experiencia que desee revivir ni en la que me guste pensar, preferiría haber sufrido yo cada golpe y maltrato. Y el hecho de que quien te haya hecho eso sea una persona que porta mi misma sangre empeora aun todo y me hace sentir peor.

_ Alex –dijo Gabriel intentando calmarlo pero él negó rápidamente con la cabeza aun mirándome

_ Christ te golpeo, te hirió, te dejo sangrando, te intento matar y frente a mi –dijo él- No permitiré que te vuelva a herir, ni que te vuelva a tocar contra tu voluntad.

No pude sostenerle más la mirada y la desvié a un lado sabiendo que esto ya era una batalla perdida. Suspire. ¿Para que intentarlo? Él realmente parecía decidido con lo que decía y sabía que era en vano intentar hacerlo cambiar de opinión. Pero aun así no era aquello lo que me preocupaba. Lo que me preocupaba era que Christ aceptaría con gusto cualquier enfrentamiento o cualquier posibilidad de matar a Alex y sabía que no la desperdiciaría. Casi mas me estremecí ante ese pensamiento, no seria capaz de verlo nuevamente al borde de la muerte.

_ No volverá a pasar aquello –dije, aun con la vista a un lado- No tendrás que hacer nada.

Los tres nos quedamos completamente en silencio en cuanto Nicholas entro en la sala, portando una lata de bebida en una mano. Gabriel me hecho una rápida mirada de advertencia cuando lo vimos cruzar toda la sala. Al instante le eche una furtiva mirada a Alex pero su rostro era serio e impasible cuando se fijo en Nicholas. El brujo se detuvo al percatarse y ambos se enfrentaron con la mirada fijamente. Quise intervenir enseguida pero apenas di un paso alguien me tomo por la muñeca y me detuvo. Me di vuelta y mire mas que preocupada por que me soltara a Raphael pero él simplemente se limito a negar con la cabeza mi intervención.

_ No entiendo por que tanta enemistad –susurro Miguel a mis espaldas

_ Fácil. Nicholas le quito algo muy valioso a Alex y viceversa –le respondió Daniel en un susurro- Alex perdió a Christ a causa de Nicholas pero a cambio él se quedo con Katherin que es la persona que a Nicholas más le importa. Ojo por ojo, o en este caso, persona por persona. Además, si te pones a pensarlo, Nicholas hizo que Christ se pasara al lado de los brujos y Alex hizo que Kat se pasara a nuestro lado. Y, más importante que todo aquello, ambos quieren a la misma chica por más que ella ya haya decidido.

_ Nunca hubo nada que decidir –susurre de un modo totalmente inaudible, aun observando y atenta ante cualquier enfrentamiento que pudiera surgir

_ Veo que al fin decidiste salir de tu escondite sabandija –dijo Nicholas

_ Y tú has decidido quedarte –dijo Alex y le sonrió con desprecio- Sabandija.

_ Plumífero cobarde –dijo Nicholas

_ Maldito arrogante –dijo Alex

_ Deberías estar agradecido, si no fuera por mí aun estarías encerrado en esa maldita celda –dijo el brujo

_ Si no fuera por ti aun tendría un hermano –dijo Alex y su sonrisa se volvió casi perversa- Aunque debo agradecerte, si no fuera por ti no hubiera conocido a Kat.

_ ¡Bastardo del cielo! –dijo Nicholas totalmente alterado

_ Hijo del demonio –dijo Alex tranquilamente

_ Ojala existiera un nombre para lo que eres –dijo él y Alex frunció el ceño

_ Desalmado –dijo

_ ¡Alto! –dije, zafándome del agarre de Raphael y parándome entre ellos dos

Al instante los dos se callaron pero continuaron enfrentándose con la mirada, furiosos y dispuestos a atacar el uno al otro. Los vi controlándose puesto que estaba yo en el medio pero aun así podia ver el odio grabado a fuego en los ojos de cada uno. Los mire tratando de no demostrar mi verdadera preocupación. Por primera vez desde que lo conocía Nicholas había perdido su fría calma en una discusión y estaba segura de que se hubiera abalanzado sobre Alex para golpearlo si yo no hubiera intervenido. Trague con dificultad al saber que aquello me había parecido imposible hasta haberlo visto. Nicholas podia conservar su fría calma hasta con Christ.

_ Alto, por favor –dije- Este no es el momento para pelearse.

_ Muévete del medio, deseo romperle la cara –dijo Nicholas

_ Inténtalo si puedes –dijo Alex- Te recuerdo que la ultima vez que nos enfrentamos fuiste tu el que perdió.

_ Y yo te recuerdo que te hubiera matado esa noche de no ser por que ella intervino –dijo Nicholas y Alex sonrió

_ Te herí y escape de ti teniendo tan solo nueve años –dijo él- Si ya, teniendo nueve años y sin entrenamiento alguno pude burlar a la mano derecha de Lucifer, ahora te venceré sin problema si es necesario.

_ Por favor no peleen –dije- No es necesario. ¿Acaso no se dan cuenta de que los dos tienen un interés en común? Ninguno quiere que liberen a Lucifer. En esta guerra, están del mismo bando lo quieran o no y tendrán que convivir sin matarse.

_ Entonces apenas termine esta guerra lo matare –dijo Nicholas

_ Perfecto, te espero luego del armisticio y la capitulación –dijo Alex

_ Pues tendrán que tener un armisticio entre los dos si pretenden que no actúe por cuenta propia –dije y en un segundo el pánico cruzo por el rostro de ambos- Si se pelean, actuare a espaldas de ambos y arreglare yo misma los asuntos con Christ. A ninguno de los dos le gusta la idea de que yo actúe sola así que tendrán que convivir sin matarse o empezare a hacer lo que se me plazca, a espalda de ambos y sin decir una palabra.

_ Esta bien –dijo Nicholas tranquilizándose y Alex me miro de soslayo

_ Actuara sola de todos modos, no importa lo que diga. Aun así, no hay nada que pueda hacer sin que yo no lo sepa –dijo él

_ ¿Crees que no tengo modo de saber lo que tiene en mente o no? –pregunto Nicholas nuevamente enfrentándolo con la mirada

_ Creo que ella ya conoce el método para burlarnos a ambos –dijo Alex

_ Te equivocas –dijo el brujo

_ Entonces dime, ya que eres tan hábil e inteligente. ¿Por qué crees que Christ no nos ataco hasta el momento? –dijo Alex, dejando totalmente perplejo a Nicholas- Conozco al enemigo mejor que nadie y te puedo asegurar que si fuera por él ya habría venido a matarnos.

_ Vale, ya basta de discusiones –dijo Miguel levantando ambas manos e interviniendo- Lo quieran o no nos persigue la mano izquierda de Lucifer y eso... no es genial. Yo sé que esto no es una broma, que tenemos un serio problema entre manos y el enemigo no es cualquiera.

Suspire y me aleje mientras Miguel siguió dando su discurso. Era extraño ver a una persona como él tomarse tan en serio el asunto. Pero no podia quedarme ahí, no sabiendo que Alex era consciente de que yo había hecho algo para retrasar lo inevitable. ¿Cómo demonios no lo había previsto? Suspire nuevamente y me apoye sobre la barra, viendo desde ahí como ellos continuaban reunidos a un lado de la sala hablando. Gabriel se acerco unos pasos a mí y me sonrió ligeramente al apoyarse en la barra también.

_ No dejes que te afecten –dijo él- Simplemente les preocupas a ambos, demasiado.

_ Pues no deberían preocuparse por mí, puedo cuidarme sola –dije

_ Nicholas, dominado por la oscuridad, te ha golpeado e intentado matar. Y Alex, sin poder hacer nada, fue testigo de cómo su hermano te golpeaba e intentaba matarte –dijo Gabriel- Tienes que entender como se sienten ambos al respecto. Ninguno de los dos quiere que aquello vuelva a suceder y ninguno de los dos quiere que algo te suceda. Y Miguel, aunque sea difícil de creer, no esta diciendo ridiculeces. Christ no es cualquiera y no importa que ninguno se atreva a decirlo o aceptarlo, él te quiere ver muerta a ti.

_ Podré con él –dije y apoye mi arma sobre la barra- Ya pude una vez.

_ Pero aquella vez no sabias quien era y ahora si y te preocupa la reacción de Alex si matas a su hermano –dijo Gabriel y miro la pistola sobre la mesa con una ligera sonrisa- El instrumento sagrado de los Chevalier, jamás creí que podría verlo alguna vez.

_ Mi mamá me lo entrego hace meses –dije

_ Lo supuse –dijo él y rozo con sus dedos el grabado en el arma- ¿Sabes que la rosa es el símbolo de la familia Chevalier? Es hermosa y delicada pero sus espinas cortan sin problema alguno. Christ la tomo de ahí y se apodero totalmente de ese símbolo que le pertenece a la mejor familia de ángeles que existió. Los Chevalier siempre representaron la justicia divina, son la familia más noble y honrada que existe. Christ tomo la rosa de ahí, se apropio de aquel símbolo de los caballeros. Él pretende crear un mundo según sus reglas y su justicia y cree que liberando a Lucifer lo lograra. Pero no entiende que no todo son reglas y deberes, que a veces es necesario desobedecer y hacer lo que es mejor.

_ Temo no poder matarlo –admití en un susurro tristemente- Temo arrepentirme al ultimo segundo si es que alguna vez tengo la oportunidad.

_ Katherin, el valor esta en superar los miedos, en tomar las decisiones correctas por mas dolorosas que sean y hacer lo mejor –dijo Gabriel tomando mi mano- ¿Crees que yo no me siento igual? La única solución posible a este problema es matar a Christ. ¿Crees que no me sentiré fatal si mato al hermano de mi mejor amigo?

_ Pero tu no tienes por que preocuparte, seré yo quien termine matando a Christ –dije

_ Lo matara quien tenga la oportunidad por que yo y un brujo tenemos casi tanta posibilidad de matarlo como tu sola –dijo él- Quizás no sea tan fácil, quizás se necesite mas sincronización y debamos matarlo al mismo tiempo pero te recuerdo que yo también tengo la posibilidad de matar a Christ aunque no sea tanta como la tuya. Y Alex es mi mejor amigo y Christ también ha herido a una persona muy importante para mí y no permitiría que lo vuelva a hacer. En este momento, tu posición no es muy diferente a la mía.

Él soltó mi mano y partió mientras sus palabras seguían retumbando en mi cabeza. ¿A quien se había querido referir? ¿Quién era tan importante para Gabriel como para que pareciera tan decidido en sus palabras? Quizás Christ había herido a un familiar suyo, quizás Christ había herido a algún hermano de Gabriel. Negué esa idea con la cabeza. Algo me decía que no era así y la seria mirada de Gabriel cuando lo había pronunciado me decía que aquella victima de Christ debía de ser muy importante para él.

Suspire y baje la vista mientras todo lo demás me parecía totalmente ajeno. Levante una mano y tome el arma delante de mí. La hice girar entre mis manos y la mire tristemente, sabiendo lo que debía hacer con ella. Acaricie su frío metal, la mire con una triste admiración y luego finalmente la volví a guardar en mi chaqueta. No importaba lo que dijera Gabriel, sabia que seria yo quien terminaría matando a Christ si tenía la oportunidad y él no me mataba primero. ¿Pero como demonios haría para matarlo? No me atrevía y tenía miedo de arrepentirme al ser consciente de lo que su muerte causaría.

_ No deberías pensar en eso ahora –dijo Alex apoyándose a mi lado y suspire

_ No tienes modo de saber en lo que estoy pensando –dije

_ No, pero es fácil suponerlo por tu mirada –dijo él y tomo delicadamente mi rostro con una mano para que lo mirara- Si el problema soy yo, no tienes por que preocuparte. Tienes mi permiso para matar a Christ.

_ Pero te dolerá –dije casi con un tono de desesperación en mi voz

_ Me dolería mas que algo te sucediera a ti –dijo Alex y me acaricio la mejilla mientras me miraba fijamente- Entiéndelo, mi hermano para mi murió hace años aquella tarde que me pelee con él. El Christ de ahora no es él que yo conocía y ya no representa nada para mí. Pero tu en este momento lo eres todo para mi y no se que haría si algo te sucediera.

Él me abrazo fuertemente y cerré los ojos, dejándome creer por unos segundos que todo estaba bien. ¿Pero como creer algo así? Trate de ser fuerte, de que la desesperación no me invadiera por que yo realmente no quería herirlo matando a Christ. Por que sabia, que a pesar de lo que él me dijera, le dolería si yo mataba a su hermano. Permanecí así durante minutos, tratando de convencerme de que todo estaba bien y nada malo ocurriría. Pero aquel era difícil, casi imposible.

_ ¿Por qué temes? –susurro Alex en mi oído, acariciando mi cabello

_ Temo por lo que Christ pueda hacer y pueda suceder –dije- Pero sobre todo, temo por lo que pueda pasarte a ti.

_ Te dije que me mantendría en pie hasta el último segundo con tal de defenderte –dijo él

_ Es por eso que temo –dije y él me levanto el rostro para que lo mirase

_ No tienes por que temer –dijo Alex

Él me acaricio el rostro una última vez y luego me beso. Me puse de puntillas, pasando mis brazos alrededor de su cuello y devolviéndole el beso, deseando que nunca me soltara. Sentí sus manos deslizarse por todo mi cuerpo, acariciarme la espalda con fervor y luego detenerse en mi cintura para atraerme mas a él. ¿Por qué todo tenia que ser tan complicado? ¿Por qué no podia ser simple y sencillo? Pero sin importar las condiciones, sus besos siempre seguían siendo igual de irresistibles para mí y me hacían olvidar cualquier mal que me atormentase.

_ Además, sabes que no me puedo morir hasta que al fin encuentre el modo de deshacerme de ti –dijo él alejándose unos centímetros y sonriendo

_ ¿Aun sigues con eso? –dije incrédula y él asintió

_ Es mas complicado de lo que suena –dijo con toda dignidad

_ Vete al demonio Alexander –dije

Aun así, no pude evitar sonreír ligeramente y él me volvió a besar. Sus labios abandonaron los míos minutos después, a regañadientes al oír como Daniel solicitaba su presencia. Aun así, Alex no estuvo dispuesto a soltarme y me tomo de una mano mientras se reunía con los demás para tratar el importante tema de que harían respecto a la situación. No pude evitar mirar tristemente a Nicholas que permanecía a un lado, apoyado contra la pared y la vista clavada en el suelo. Él estaba totalmente sumido en sus propios pensamientos pero sabía que prestaba la suficiente atención como para saber que estaba sucediendo. Vi la lata que aun permanecía en su mano y lo vi tomar un largo sorbo antes de volver a bajarla.

¿Bebida energizante? –pregunte

Yo lo llamaría tofu –dijo Nicholas- No se compara en nada con lo que en realidad debería tomar para estar bien pero algo es algo.

No continué la conversación, no sabiendo lo que aquello incluía. Suspire y baje la vista. Al instante mi sangre se congelo y sentí mis manos crisparse cuando vi un pétalo rojo sobre el suelo. El martilleante sonido de un reloj comenzó a taladrarme los oídos y lo demás me pareció totalmente ajeno. Me deshice fácilmente del agarre de Alex pero ya nadie parecía fijarse en mí. Todo a mí alrededor me parecía totalmente ajeno, extraño, y lo ignoraba totalmente salvo por el sonido del interminable tic toc. Levante la vista y hubiera gritado de no ser por que el grito quedo atrapado en mi garganta cuando me cruce con la fría mirada de Christ. Él sonrió maliciosamente, con perversidad, y se llevo un dedo a los labios en señal de silencio mientras que con su otra mano sostenía un reloj que yo conocía de memoria. ¿Qué? ¿Acaso nadie además de mi lo veía?

_ Has hecho algo que no me ha gustado para nada gatita, se te ha adelantado el tiempo. O más bien diría que se te ha acabado –dijo él y negó con la cabeza apenas mis labios se movieron- No, no hables, es una orden. Veras, te dije que iría a buscarte no importaba donde estuvieras ni quien te defendiera. Ya sé que te dije más días y he aparecido antes pero me has hecho enfadar. ¿Me puedes explicar por que Alexander siempre se sale con la suya a pesar de lo que haya hecho? Eso no es nada justo. ¿Sabes? Te hubiera dado más días de no ser por que te reconciliaste con él y hasta lo besaste.

Negué con la cabeza mientras trataba de encontrar mi voz pero no lo lograba. Era en vano, su don había hecho efecto sobre mí y ahora permanecería en silencio. Trate de moverme pero el pánico por lo que significaba su visita me tenia totalmente congelada. Las agujas de su reloj seguían moviéndose con lentitud, atormentándome con su tic toc. ¿Acaso yo era la única que podia verlo? Christ parecía invisible a los ojos de todos salvo los míos y me mataría sin que nadie lo notase. La desesperación me invadió y el miedo cerró mi garganta. Sentí mis ojos humedecerse. No quería morir, no realmente y no ahora.

_ Es una pena tener que matarte, realmente aun tenia la esperanza de que aceptaras mi propuesta y estuvieras a mi lado –dijo él mientras continuaba sonriendo- Así que me puse a pensar en como lo haría. Me tomo bastante tiempo, toda la noche y mañana desde tu reconciliación con Alexander. Me pregunto como será su reacción o la de los demás cuando caigas muerta en medio de la sala. Seguramente será divertido. ¿Pero para que seguir alargando esto? Realmente deseo degustarme con la reacción de Alexander así que concluyámoslo rápidamente.

Lo mire con pavor, totalmente aterrada pero su sonrisa se volvió totalmente perversa y me helo la sangre. Christ permaneció tranquilamente apoyado contra un muro frente a mí, mirándome como a un ratón acorralado y sin salida por un gato. Sus felinos ojos color caramelo me miraron como la presa que era y creí que su sonrisa no podría ser más grande. Sus ojos se fijaron en los míos y al instante fui victima de su don.

_ Que el frágil equilibrio que hay dentro de ti se rompa. Que la barrera de cristal que separa a la bruja del ángel quede hecha añicos y ella sea libre. Que la luz y la oscuridad choquen en un combate inevitable –dijo Christ- Y que la bruja se enfrente con la caballera en un combate a muerte y...

Al instante alguien me tapo los oídos y no oí el resto. Pero aun así, vi los labios de Christ moverse al pronunciar las palabras y escuche el ruido cristalino que hizo la barrera al romperse dentro de mí. Las agujas del reloj se detuvieron en ese segundo exacto, mi tiempo se había acabado. Oí la risa de Kate al ser finalmente libre y luego, todo fue oscuridad.

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