Capitulo 16: Veredicto final


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La sala de estar realmente resultaba ser un lugar impresionante. Ahora que ya no temía y que al fin estaba tranquilamente sola podía examinarla y apreciarla mejor. Por un lado estaba la entrada a la casa, a la izquierda estaba la sala de estar en la que yo me encontraba y esta conectaba a la derecha con la cocina. Supe, luego de estar cuestionándome durante unos segundos, que justo arriba de la sala de estar había un pequeño entrepiso al que solo se accedía por una escalera en vertical. De hecho, parecía mas como un balcón interno, ya que lo único que separa a aquel entrepiso del espacio era un barandal de vidrio. Más allá, cerca de la conexión con la cocina, estaban las reales escaleras que daban al primer piso.

Me estire igual que un gato en el cómodo sillón en el que estaba. Si tenía que pasar la noche ahí, al menos estaría perfectamente a gusto entre sus acogedores almohadones. Al menos había podido cambiarme y ponerme ropa mas cómoda, un short negro y una fina camiseta que bastaban para dormir. Ropa que Miguel había dicho pertenecía a la hermana de Gabriel y ella la dejaba usualmente en esta casa para no tener que acarrear siempre con un bolso. Dude unos segundos antes de aceptarla finalmente. Gabriel también había cumplido con su parte, me había conseguido un plato de fideos del día anterior que realmente habían sido exquisitos.

_ Yo me quedare a hacer la primera guardia –dijo Miguel

_ ¿Es que acaso no confían en que me quedare aquí? –dije

_ Orden desde mas arriba –dijo Gabriel apuntando con un dedo hacia el techo- No nos podemos negar.

_ Si su preocupación es que me escape, dile que primero pasare a despertarlo solo para verle la cara y luego huiré –dije

_ El problema no es si te escapas o no –dijo Miguel- El punto es que esta es nuestra casa. Supongo que tú tampoco querrías dejarnos solos en tu habitación con todas tus cosas de bruja.

Hice una mueca al ver que tenia razón y finalmente me resigne a aceptar que Alex estaba en lo cierto con lo que le molestaba. Una bola de pelos salto por encima del sillón, sobresaltándome y tirándose sobre Miguel hasta hacerlo tumbarse en el suelo. Enseguida él se puso a reír mientras un Golden Retriever le lamía enérgicamente el rostro. Mire con mas atención al mediano perro dorado, no debía tener mas allá de un año y algunos meses.

_ Ya para Plum –dijo él quitándoselo de encima- No es comportamiento adecuado si tenemos visitas que me andes tirando al suelo por ahí y llenando de baba. ¿Dónde has estado todo el día?

_ Seguramente durmiendo en alguno de los cuartos –dijo Gabriel

_ ¿Plum? –pregunte confundida

_ Realmente el perro no se llama así pero créeme cuando te digo que se gano ese apodo en más de una ocasión –dijo Gabriel- Y además, le gusta que lo llamemos así.

Suspire, Gabriel aun seguía guardando cierta distancia invisible conmigo a diferencia de Miguel que se mostraba perfectamente amigable. Eche mi cabeza hacia atrás y nuevamente mi cabeza se volvió a clavar en ese entrepiso que había. Pasarían horas antes de que pudiera dormirme luego de todo lo que había sucedido. Si estuviera en mi habitación, al menos podría leer alguno de mis libros y relajarme, pero aquí, no tenia nada. Entonces tuve una idea y rápidamente mire a Gabriel.

_ ¿Tienes algún libro que pueda leer? –pregunte y él me miro incrédulo- Alex me dijo que tenias muchos libros, cuando aun creía que era humana y me trataba bien –agregue con una mueca

_ ¿Para que quieres uno de mis libros? –pregunto él

_ Me gusta leer –admití- Me fascina. ¿Me prestarías alguno para leer ahora? Cualquiera, no me importa cual sea.

_ Claro –dijo Gabriel levantándose de la mesa en donde estaba sentado y aun sin parecer entender lo que pedía

Lo seguí y entonces él me hizo subir primera la escalera de mano que llevaba a aquel entrepiso. Trepe seguida de Gabriel. El lugar era extremadamente pequeño en cuanto altura, estaba segura que no habría cabido de estar parada por lo que tuve que andar medio agachada al igual que Gabriel. Por unos segundos me pregunte que tanto debía tener de altura esto, probablemente menos de dos metros. Aun así, en el poco espacio que había, el suelo estaba en un rincón totalmente repleto de almohadones y tenia estanterías talladas en las paredes en donde descansaban cientos de libros.

_ ¿Qué libro quieres? –pregunto él

_ Dime tu cual me darías. Me gusta mucho el teatro antiguo, últimamente he estado releyendo El sueño de una noche de verano de William Shakespeare –dije

_ ¿Has leído alguna vez Moliere? –pregunto él

_ No realmente –respondí y Gabriel sonrió, tomando un libro

_ Lee este, Los enredos de Scapin –dijo Gabriel entregándome el libro- Comedia escrita por Moliere en 1671. Quizás no sea una de sus mejores obras pero es bastante humorística, te gustara. No se por que pero cuando pienso en ese libro, pienso en ti, en todos los problemas que te has metido. Supongo que es tu actitud lo que me recuerda a Scapin.

_ Dudo que me parezca en lo mas mínimo a ese personaje por lo que dice el resumen de la historia –dije terminando de leer la contratapa del libro

_ Scapin fingió que se estaba muriendo solo para que no lo matasen realmente. Engaño a todo el mundo. Tu te hiciste pasar por humana todo este tiempo y lograste engañarnos a todos –dijo Gabriel- Además no nos olvidemos de tu truquito para escapar. Hiciste que tus perseguidores siguieran una pista falsa hasta Europa y tú no te has movido del país. Admito que tienes bastante ingenio.

_ Aun así eso no sirvió de nada para todos los problemas en los que me metí –dije

_ Scapin también se metió en varios problemas –dijo Gabriel dándose vuelta- Puedes tomar cualquier libro que hay aquí, no hay problema. Yo me iré a dormir.

_ Gabriel –dije, deteniéndolo- Gracias.

_ No hay por que –dijo él sonriéndome dulcemente

Luego partió. Se limito simplemente a saltar y aterrizar de pie en el suelo. Suspire sabiendo que mi noche no seria exactamente normal. Pero al menos estaba feliz de que la primera guardia la hiciera Miguel, al menos podría dormirme cómodamente sin temer nada. No quise ni imaginar que hubiera pasado de ser Raphael o Alex el encargado de la primera guardia. De hecho, en lo único que pensaba era en que por suerte estaría durmiendo cuando ellos dos hicieran sus respectivas guardias. Tome el libro con una mano y también preferí saltar en vez de usar la escalera, aterrizando perfectamente de pie y Miguel me miro estupefacto.

_ ¿Acaso eres mitad gata o algo así? –pregunto él y reí

_ Supongo que algo así. Mi papa es mitad gato, ese es su don –dije recobrando mi lugar en el sillón- Habré heredado algunas características gatunas mas por la sangre pero normalmente la mayoría de los brujos son así.

Disfrute leyendo el libro y una vez que termine lo apoye sobre la mesa. Al menos eso había bastado para distraerme y pasar el tiempo. Ya era plena noche y por más de donde estuviera empecé a sentir como el sueño me pesaba. Miguel que había estado jugando con su perro mientras leía se detuvo cuando el animal se echo en el suelo para poder dormir y me miro.

_ Sabes una cosa, los cuatro me creen loco por ser tan bueno contigo pero realmente no me pareces una bruja mala –dijo Miguel

_ Es que no lo soy –respondí- Aun no se ni como pase el juicio de Raphael si los demás me quieren matar.

_ No te quieren matar, no realmente. Es la ley del Consejo la que exige que debemos matarte pero nadie quiere hacerlo realmente –dijo Miguel- Es simplemente que nos resulta raro dejar a una bruja con vida y no cumplir con la ley. ¿Acaso tú no tienes ninguna ley que te prohíba relacionarte con ángeles?

_ Esa es la ley de la Secta y yo no la sigo. En todo caso no me es... conveniente –dije- Pero no estoy rompiendo ninguna ley. Aunque supongo que no me resulta de lo más normal del mundo estar aquí hablando contigo. Pero eres bueno.

_ A mi tampoco me resulta normal –dijo Miguel- Al menos míralo de este modo, yo no soy el único que voto a tu favor, solo soy el que tiene el valor de admitirlo.

_ ¿Qué quieres decir? –pregunte

_ No puedo saber si Gabriel o Daniel votaron a tu favor y si se los pregunto estoy seguro de que no me responderán diciendo la verdad o directamente no me responderán –dijo él- Pero mi voto solo no hubiera bastado para emparejar los platillos. Raphael o Alex, alguno de los dos, voto a tu favor. De hecho, ya con que uno de los dos votara a tu favor bastaba para que pasaras el juicio por que sus votos son los que mas cuentan. Pero los dos negaran a muerte haberte votado, ya los viste, por lo que no puedo saber cual fue.

_ Es difícil creer que alguno de los dos me haya votado –admití- Me es mas probable creer que tuve suerte y que por alguna extraña razón esa balanza estaba en equilibrio.

_ Es uno de los tres elementos sagrados que tenemos, como la flauta de Gabriel o la espada de Alex, no puedes engañarla y no fue suerte –dijo Miguel

_ ¿Por qué solo ellos tres tienen un instrumento sagrado? –pregunte y Miguel sonrió

_ Por que viene de un linaje poderoso de ángeles. Engel, Luteri y Crist te hacen pensar en otra cosa y no son apellidos normales como el mío o el de Daniel. Es por eso que ellos tienen esos instrumentos sagrados, son como más importantes por su sangre si así quieres verlo –dijo él

_ No entiendo por que le sirven al Consejo –dije

_ Por que estamos obligados a hacerlo. ¿Sabes por que algunos ángeles estamos en tierra? Por que nuestras familias fueron echadas del paraíso. Lo que se cuenta es que en el levantamiento, cuando Lucifer trato de derrocar a Dios, algunos ángeles se aliaron a Él y lo ayudaron. Cuando Dios resulto ganador echo a esos ángeles que se habían aliado en su contra del paraíso. Claro, ellos se fueron con Lucifer, ahí tienes a sus primeros servidores si así quieres verlo. Pero hubo ángeles que se resignaron y pidieron perdón por sus pecados y su traición. Dios no los condeno, pero tampoco los perdono. Los hizo venir aquí a la tierra para proteger al bien del mal que ellos mismos habían ayudado a crear en algún momento. Si yo estoy aquí es por que algún antepasado mío hizo algo que no debía y fue echado del paraíso. Y para los demás es lo mismo, sea cual sea la causa. El punto, a diferencia de lo que los demás seres creen, es que yo al morir no me iré al cielo. Debo ganarme ese pasaje, demostrar que cumplí con lo que se me fue encargado y siéndote sincero solo muy pocos ángeles han logrado regresar al cielo.

_ Al menos puedes intentarlo –dije ahogando un bostezo- Yo de un modo u otro me voy al infierno. Aun si soy buena, soy un ser maldito, una bruja y terminare en el infierno.

_ No estoy seguro. Piénsalo. Yo soy bueno, soy un ser bendito, un ángel y sin embargo no terminare seguro en el cielo. Tengo posibilidades pero no es seguro. Contigo debe de ser lo mismo –dijo Miguel- Yo no tengo acceso a ese tipo de información o archivos pero estoy seguro de que no tienes por que terminar si o si en el infierno y que debe de haber un modo de que tengas otra alternativa.

_ Ojala –dije recostándome a lo largo del sillón y tomando un almohadón entre mis brazos- Perdona si me duermo mientras hablas.

_ No hay problema. Debes de estar muy cansada luego de todo lo que te paso el día de hoy –dijo él- Fuiste atacada por un vampiro, tuviste que soportarnos a nosotros cinco, esta nublado y según tengo entendido eso les afecta a los brujos.

_ Es verdad –dije ya con los ojos cerrados- La luna influye en todos los brujos, nos da como energías y vitalidad pero como es una noche nublada... Igual cuando amanezca estaré mejor.

_ ¿Por qué? –pregunto Miguel

_ Estará despejado para cuando amanezca y el sol también influye en mi, soy la única bruja en la que los dos grandes astros influyen. Basta con un rayo de sol y me sentiré como nueva –admití

En algún momento mientras Miguel respondía me quede dormida. Su voz se fue haciendo más distante hasta que desapareció totalmente y pude disfrutar del dulce sueño. Me desperté tiempo después por el murmullo de unas voces. Estaba acurrucada contra el respaldo del sillón, perfectamente cómoda y sentía como a mis espaldas había tres personas hablando. No debía de haber pasado mucho tiempo desde que me había dormido y Daniel, Miguel y Gabriel estaban hablando.

_ ¿Entonces quien voto a favor de ella? –pregunto Miguel

_ Yo vote en contra –dijo Daniel

_ Yo también –dijo Gabriel

_ Ay, por favor. ¿Acaso yo soy el único con el valor suficiente como para admitir que voto a favor de ella? No hay nada malo en votar a favor de una bruja –dijo Miguel

_ Además el voto en esa balanza no es algo que podamos decidir sino que es según nuestros sentimientos –dijo Gabriel- Pude haber querido votar en contra o a favor y mis sentimientos fueron todo lo contrario causando otro voto.

_ Entonces veo que ninguno de los dos será capaz de admitir la verdad sobre su voto –dijo Miguel- ¿Al menos alguno sabe quien fue el otro en votar a favor?

_ Ya viste lo que fue desde entonces –dijo Daniel- Los dos están constantemente diciendo que votaron en contra y culpando al otro de ser el responsable. En todo caso, no sabremos nunca si fue Alex o Raphael quien voto a favor de ella.

_ Es simple, uno de ellos dos es un perfecto mentiroso y lamentablemente nosotros no tenemos ninguna pista que nos revele quien es –dijo Gabriel- Dudo mucho que Raphael hubiera votado a favor de ella y lamentablemente no puedo desconfiar de que si fuera por Alex él ya la hubiera matado solo por ser bruja. Será casi imposible saber cual es el que voto a favor de ella.

_ Pero ella dijo que Alex la descubrió cuando ella lo toco por accidente –dijo Miguel- Él estaba ya bastante raro el martes y no dejaba de mirarse la mano. ¿Crees que lo haya tocado ese día?

_ ¿Y que? ¿Él le dio tres días a ella con quien sabe que excusa antes de decirnos a nosotros? –Dijo Daniel y rió- Recuerda que es de Alexander Engel de quien estamos hablando, el ángel al que los brujos le arrebataron a su hermano y que juro vengarse por ello. ¿Crees que él seria capaz de dejarla con vida si fuera por él? Yo creo que ya la hubiera matado, solo quería sacarle información.

_ Sin embargo él fue quien me dio el plato de fideos para que se lo trajera a ella –dijo Gabriel- Los estaba comiendo y me los dio, diciendo que estaban feos y que el exceso de salsa de tomate le era horrible.

_ Raro por que esos fideos los hizo él el día anterior –dijo Miguel- Pero realmente no creo que Alex haya votado a su favor, le creo cuando dice que si fuera por él la mataría.

_ Entonces la niña habrá logrado convencer a Raphael de que era inocente y él por el orgullo que tiene no piensa admitir que su voto fue a favor –dijo Daniel- Realmente ninguna de las dos opciones tiene lógica. Raphael es demasiado orgulloso como para votar a favor de una bruja y Alex quiere ver a todos los brujos muertos por lo que es imposible que haya votado a favor de ella.

_ Lo único que sabemos es que alguno de los dos la voto a favor –dijo Gabriel- Intentare persuadir a Alex a ver si consigo que me diga la verdad.

_ Yo puedo con Raphael, habla dormido y será fácil sacarle información –dijo Miguel

_ Yo me quedo haciendo la segunda guardia –dijo Daniel- que luego alguien baje a cubrirme.

Escuche apenas como alguien tomaba lugar en un sofá, seguramente Daniel dispuesto a quedarse, y luego varios pasos.

_ ¿Realmente crees que vaya a escaparse? –Susurro Miguel- Yo creo que no.

_ Aun así se me hace difícil confiar en ella, es una bruja –dijo Gabriel- Y aun más difícil se me hace creer que Alex la haya dejado con vida.

Eso fue lo último que escuche de la conversación. Luego simplemente hubo ruido de pasos mientras subían las escaleras al primer piso y decidí volver a dormirme. Por más que ellos lo intentaran, resultaría imposible saber si Alex o Raphael habían votado a mi favor. De hecho, ya me resultaba imposible de creer que alguno de ellos dos lo hubiera hecho. Me volví a dormir. Durante un momento me lamente por Cato, él debía quedarse toda la noche trabajando en la oficina solo para que no notara mi ausencia. No era justo. Pero debía ser realista, últimamente Cato pasaba siempre la noche en vela siguiendo trabajando con sus investigaciones. No debía de haber mucha diferencia entre hacerlo en su casa y en la oficina, de un modo u otro trabajaba en vez de dormir.

Luego de varias horas algo volvió a despertarme y capto la atención de mi oído. Agudice mi escucha, aun sin importarme agarrar la conversación a la mitad y sentí como mi sangre se congelaba al reconocer la voz.

_ Fue Raphael quien voto a su favor, yo vote en contra. No me importa lo que ella haya dicho, es un ser maldito y sigue siendo una bruja, debería morir –dijo Alex

_ Estas siendo muy duro con ella, pasó por demasiado como para que además tú le eches la culpa encima. Ella también sabe lo que es perder a un ser amado gracias a Lucifer, no deberías ser tan malo –dijo Gabriel

_ ¿Qué? ¿Acaso tú votaste a favor? –dijo Alex

_ No voy a negarlo, me dio lastima y vote a favor de ella –dijo Gabriel- Realmente estoy empezando a creer que Miguel tiene razón y además encontré a otra persona que le gustan los libros que yo tengo. Me dijo que leía Shakespeare, le di Moliere y según lo que me dijo Miguel, le gusto –dijo él y Alex rió

_ Sabes, tiene un libro autografiado por el mismo Shakespeare –dijo él- Me lo mostró diciendo que era una imitación. Claro, después cuando supe que ella era una bruja me admitió que la firma era real.

_ ¿Desde cuando sabes que ella es una bruja? –pregunto Gabriel

_ Ya te lo dije, desde hoy –dijo Alex y algo lo hizo agregar- Aunque venia suponiéndolo desde el martes.

_ Sabes que dudo que eso sea cierto –dijo Gabriel- Por cierto, aquí esta lo que me pediste. Directamente robado del dormitorio de Raphael, no lo notara.

_ Gracias –dijo Alex- De verdad lo necesito.

_ ¿Para que lo necesitas? –Pregunto Gabriel- Es un distractor, no sirve de nada a menos que...

_ Es para recordarme quien soy –le interrumpió Alex rápidamente- Para recordarme de que por más real que suene lo que ella me dice no es verdad. No confío en ella, no es una bruja normal y el maldito de Raphael voto a su favor por que le creyó.

_ Paso el juicio de Raphael, dijo toda la verdad por lo que podríamos confiar en ella –dijo Gabriel- Realmente toda esta situación es muy rara. ¿Es ella la bruja que tanto están buscando? ¿Por la que ofrecen un deseo por recompensa y por la que el Consejo esta en tal estado de alerta? Me es difícil creer que sea tanto solo por que se haya negado a servirle a Lucifer.

_ Hay algo que nos esta ocultando o no nos dijo. Yo tampoco creo que sea para tanto el hecho de que se haya negado a servirle –dijo Alex- Si yo fuera Lucifer, simplemente la hubiera matado, ni me hubiera importado un servidor menos. Pero hay alguna razón por la que no lo hizo, la mantuvo con vida y la encarcelo esperando que ella cediera. Él esta desesperado por tenerla entre sus filas y no sabemos por que.

_ Entonces, ya que no la vamos a matar, nos convendría que los brujos no la encontrasen –dijo Gabriel y suspiro- Sabes una cosa, hace unos meses te pregunte algo y te pusiste a reír preguntándome si estaba bromeando. En ese momento me pareció una reacción normal de tu parte, pero ahora me estoy empezando a cuestionar si no lo hiciste para evadir la pregunta y no responderme. Y lo peor, es que creo que si te lo vuelvo a preguntar no me responderás con la verdad.

_ Entonces ni te molestes y vete a dormir –dijo Alex- Cubro el resto de tu guardia y luego hago la mía.

_ ¿Cuándo vuelva seguirá con vida? –pregunto Gabriel y Alex suspiro

_ No la matare, respeto las reglas y ella paso el juicio. Además, le di mi palabra de que no le haría daño ni la entregaría y lamentablemente cumplo con mi palabra –dijo Alex

_ ¿A cambio de que Alexander? ¿De que ella no dijera lo que nos ocultas? –Dijo Gabriel seriamente- Ya me parecía que algo nos ocultabas por como reacciono ella cuando la trataste de mentirosa. Y tiene razón, tienes suerte de que ella cumpla con su palabra.

_ Si vas a dejar de confiar en mi y empezar a confiar en una bruja, hazlo, por mi no hay problema –dijo Alex despreocupadamente

_ No es eso lo que voy a hacer –le interrumpió Gabriel- Voy a tratar de entenderte. Por una vez, al diablo con eso de no meterse en la vida personal de los demás, necesito entenderte si quieres que te siga defendiendo ante los demás.

_ Entonces te deseo suerte –dijo Alex y bostezo- Buenas noches Gabriel.

Nuevamente todo volvió a ser silencio y por más de mis numerosos intentos no logre poder volver a dormirme. Me resultaba imposible con Alex ahí por más que no sintiera su mirada clavada en mí. Su simple presencia bastaba para no permitirme conciliar el sueño. Pasó tiempo y aun así seguía sin lograr dormirme. En algún momento él se levanto de su lugar y se fue. Volvió al poco tiempo, tomando su lugar y por alguna razón olfatee en el aire un dulce aroma. Lo escuche tomar de lo que parecía una taza y finalmente me di por vencida. Agradecí el momento en que Plum se puso en pie y comenzó a olfatearme la cabeza por poder usarlo como excusa para despertarme. El húmedo y frío hocico del perro me hacia cosquillas justo debajo del cuello y me di vuelta, riendo. El dorado can me lamió el rostro, sin dejar de mover la cola y abalanzarse sobre mí hasta que finalmente se calmo y se echo al pie del sillón. Logre sentarme, limpiándome la baba del rostro y fijándome en como Alex me miraba desde detrás de su taza.

_ Ahora también pusiste al perro a tu favor –dijo Alex- Al menos era de esperarse, después de todo, es el perro de Miguel.

Lo mire con curiosidad, dudando entre si lo que parecía de verdad era real o simplemente este era un sueño. No había odio en su voz, no había desprecio, no era neutral, nada. Casi sonaba a como él me hablaba cuando aun creía que era humana. Y su rostro, ya no portaba esa extrema seriedad que yo tanto odiaba y su expresión no era dura, sino que todo lo contrario. Él estaba tranquilamente sentado sobre un sofá disfrutando de lo que parecía ser... Levante apenas la nariz para poder olfatear el aire.

_ Chocolate caliente –dije

_ Normalmente, si son más de las tres de la mañana y tengo que quedarme despierto, tengo hambre –dijo él

_ No necesitas vigilarme si sabes que no escapare –dije- Sabes que no tengo la intención de irme de este pueblo y es absurdo retenerme aquí. No estas durmiendo por que no confías ni un poco en mi.

_ De un modo u otro no habría podido dormir con una bruja en la casa –dijo él y volvió a tomar otro sorbo de su chocolate

_ Si intentara escaparme tú lo sabrías –dije

_ Ya lo sé –contesto sonriendo- Dijiste que antes de escapar irías a despertarme solo para verme la cara y luego huirías.

_ ¿Por qué eres malo conmigo? –pregunte

_ Por que eres una bruja –respondió

_ ¿Y por que ahora no me pareces tan malo? –continué

_ Primero, por que estas medio dormida. Y segundo, el chocolate me ablanda –respondió Alex y me mostró su taza- ¿Quieres?

_ ¿Acaso eres medio bipolar o algo así? –dije y él apoyo la taza sobre la mesa

_ Posiblemente –dijo- Es muy difícil determinar, para la gente, cuales son mis verdaderas intenciones.

_ No me harás daño –dije, tomando la taza y sorbiendo el sabroso liquido marrón

_ No –respondió él tranquilamente- Lamentablemente eres una chica. Y mi hermano me enseño que no se les debe pegar a las chicas. Mientras tú sigas negándote a atacarme y a defenderte, yo no te podré hacer nada por puros principios.

_ Realmente lamento lo de tu hermano –dije- Pero yo no soy como los brujos que se ocuparon de él y no quiero serlo. Nunca he matado a alguien intencionalmente, nunca he robado un alma, nunca he hecho algo malo. Solo soy una chica que se enamoro del muchacho equivocado y que por eso se metió en muchos problemas.

_ Lo sé. ¿Tu madre tiene los mismos ojos que tu? –pregunto repentinamente y asentí

_ ¿Cómo lo sabes? –dije

_ Me creerás loco pero creo que el lunes a la noche vi un recuerdo tuyo –dijo él

Él se levanto de su lugar y vino a sentarse a un lado mío. La silueta de su perfil quedaba perfectamente recortada con la poca luz que había y no pude evitar preguntarme si enserio no me había dormido en algún momento. Lo mire con extrema curiosidad sin lograr comprender por que ahora se mostraba más o menos bueno.

_ No te creo loco, yo veo los recuerdos de los demás cada vez que los toco –dije

_ Aun así. Creo que fue una navidad. Estabas tú junto con dos muchachos mas, también estaba tus padres, tus tíos, estaba toda tu familia excepto tu hermana –dijo Alex- Sonreías, feliz, y te balanceabas en una hamaca que había colgada de un árbol. Portabas un vestido blanco y los demás también estaban arreglados. Es raro ver a brujos festejando la navidad.

_ Fue la navidad en que mi hermana no estaba por que estaba en el Bella Vista –dije- No se como habrás hecho para ver mis recuerdos pero yo también vi uno tuyo esa noche. Cuando eras pequeño, rescataste un pajarito herido y se te murió. ¿No es así? Estabas destrozado por la muerte de ese animalito –dije y sonreí tristemente- Tu hermano lo revivió y te dijo que no debías hacer eso, no debías interferir en la salud de los demás.

_ Se habría enojado mucho si hubiera visto lo que he hecho –dijo él, con la vista clavada en el suelo y sonriendo

_ Luego de que hubieras visto mi recuerdo. ¿Sucedió algo más? –pregunte y él me miro incrédulo

_ No, para nada –respondió- ¿Por qué?

_ Alguien me ataco después de haber visto ese recuerdo, en mis sueños pero aun así se sintió demasiado real. Fue un brujo, huso un hechizo de tortura en mi y me dijo algo acerca de que no debía espiar recuerdos ajenos –dije- No tengo la menor idea de quien era, pero sea quien sea quería hacerme daño. Me ahorco en un momento.

_ ¿Es posible eso? ¿Qué un brujo ataque a otro en un sueño? –pregunto Alex

_ Son posibles muchas cosas –dije- En el mundo en el que yo vivo, no se puede confiar en nada ni en nadie excepto que estés muy seguro. Las únicas personas en las que puedo confiar son mi familia y Derek. El resto de los brujos... supongo que no se puede confiar en ellos mientras estén al servicio de Lucifer.

_ Que torturador debe ser vivir en un mundo donde no se puede confiar en los de tu propia raza –dijo Alex sonriéndose a si mismo

_ Como si tú no estuvieras en una situación peor –dije- ¿Acaso no sabes que seguramente debe haber infiltrados entre los miembros del Consejo? ¿Tienes idea de cuantas brujas se han acostado con ángeles solo para sacarles información? De hecho, ni basta con que te engañen. Basta con un brujo con el don como el de Nicholas para meterse en tu cabeza sin que tú puedas retenerlo y listo, sabrá todo lo que tú sabes. Sabes una cosa, en los días de festividades en el Bella Vista, Lucifer hacia que le trajeran mínimo un ángel. Era horrible, veía entrar a los jóvenes con todas las alas destrozadas y sabía que nunca más los volvería a ver. Una vez tuve curiosidad, los seguí para saber que sucedía.

_ ¿Y que sucedió? –pregunto Alex y suspire

_ Nicholas me detuvo, me dijo que no querría ver ni saber lo que ahí sucedía –respondí y clave mi vista en el suelo- Aunque no entre a la habitación, Nicholas no me saco lo suficientemente rápido del pasillo. Aun recuerdo los horribles gritos y las fuertes carcajadas. Estuve en shock hasta que Nicholas logro hacerme reaccionar. No entendía como era que él lograba sobrellevarlo sin ningún problema al igual que el resto. Pero yo nunca fui normal en cuanto a esos asuntos, yo siempre tuve pensamientos diferentes de los demás brujos sobre los ángeles. No se bien por que. Supongo que por que mi mama siempre me hablo bien de ustedes aunque siempre decía que debía cuidarme.

_ Al menos ya sé que pasa con los ángeles desaparecidos –dijo Alex recostándose contra el sillón- Supongo que no deben tener un trato muy agradable en el Bella Vista.

_ Tienen mejor trato que el que tuve yo según me dijeron –conteste- De hecho, creo que nadie fue maltratado tanto estando encarcelado ahí.

_ ¿Tienes alguna idea de por que Lucifer te dejo con vida y te encarcelo? –pregunto Alex

_ Ya me parecía que estabas siendo demasiado bueno para una persona que desea verme muerta –dije molesta y me recosté nuevamente sobre el sillón, doblando las piernas para evitar tocarlo- No les he ocultado nada, les dije todo lo que me paso y no. No tengo la menor idea de por que Él me dejo con vida. Tampoco tengo idea de por que da una tan grande recompensa por mi captura ni de por que esta tan desesperado por que le sirva. Al menos podrías ser directo en vez de fingir ser bueno solo para que te responda.

Alex suspiro frustrado y se levanto de su lugar. Cerré fuertemente los ojos, tratando de ligar con la gran tristeza que me invadía. Le hubiera respondido igual si me lo hubiera preguntado con ese odio y ese desprecio que él me tenía. Pero el hecho de fingir que era bueno conmigo, solo para sacarme información, me dolía aun más. Las palabras que me había dicho hacía unos instantes no dejaban de rezumbar dentro de mi cabeza. Si, era difícil para la gente saber cuales eran sus verdaderas intenciones.

Me acurruque aun mas, tratando de ignorar su presencia y aun así, por alguna razón que yo no quería aceptar, una lagrima broto de mi ojo y recorrió el corto camino hasta dar con el sillón. ¿Por qué? Era la única pregunta que retumbaba en mi mente. ¿Por qué había llegado a creerle por un momento que de verdad era bueno conmigo? ¿Es que acaso nunca mas él volvería a tratarme bien sin tener ninguna intención oculta? Suspire y finalmente me deje sumergir en el sueño. Si tenía que aguantarlo durante un largo tiempo ya que estaba cubriendo la guardia de Gabriel y luego haría la suya, al menos deseaba estar dormida para sobrellevarlo mejor.

Fue el sol de la mañana lo que me despertó. Sentí como los primeros rayos rozaban dulcemente mi mejilla y no pude evitar sonreí. Ya era de día, todo estaría mejor ahora que al menos tenía algo que influyera en mí y me diera energías y vitalidad. Lo que mas deseaba en este momento era salir afuera a estar bajo el sol ahora que ya no tenía ninguna necesidad por ocultar lo que este causaba en mí. Me levante a tiempo que me estiraba y rápidamente me calce poniéndome también una chaqueta. Sobre la mesa aun seguían desparramadas mis ropas del día anterior junto con el libro que me había prestado Gabriel y mi daga.

Más allá, en alguna parte del piso superior, se escuchaban golpes y gritos. Me pregunte si serian Alex y Raphael peleándose de nuevo por quien había votado a mi favor o quien sabe que problema nuevo que habría entre ellos. Entonces reaccione. Yo estaba sola. Sola en la sala y con la puerta a tan solo unos metros de mi. Negué con la cabeza, ellos confiaban en mi o al menos lo más cercano en que un ángel podía fiarse de una bruja. Aun así, yo había dicho que no escaparía y no quería decepcionar a Miguel ya que él me creía. Durante unos segundos me pregunte que pasaría si yo salía unos segundos solo para sentir el sol sobre mi piel y luego volvía a entrar. Suspire. Lamentablemente ellos creerían que eso seria un intento de escape de mi parte y resultaría imposible convencerlos de todo lo contrario.

Me lleve una mano al pecho en busca de consuelo pero me quede helada al no tantear ni mi cadena ni mi pequeño sol. Recordé que no lo había recuperado luego de entregárselo a Raphael y que luego de eso jamás lo había vuelto a ver. Busque en vano entre mis ropas con la esperanza de encontrarlo allí pero lo único que logre hallar fueron unos milsabores que habían quedado en el bolsillo de mi falda. Al menos el dulce sabor de la golosina al deshacerse en mi boca basto para calmarme.

_ ¿Qué es eso? –pregunto Miguel a mis espaldas y lo mire con curiosidad

_ No te oí venir –dije

_ Es una de las características de los míos –dijo él tranquilamente como si no le estuviera hablando a quien, por naturaleza, era su enemigo- Somos muy bueno en lo que hacemos, sobre todo cuando damos caza. ¿Qué es lo que comes?

_ Milsabores –dije y sonreí- Golosina de bruja.

_ ¿Puedo uno o acaso me matara? –dijo Miguel pero no había ningún deje de broma en su voz

_ Son inofensivos en ese sentido pero dudo que sea bueno darte uno. No es de mala ni nada, pero los milsabores saben a lo que mas te gustaría en este momento y dudo que estés preparado para probar algo así. Te resultaría adictivo, podrías entrar en un estado de éxtasis y estar desesperado por otro –dije con una mueca- Lo siento.

_ No hay problema, ya entendí –respondió él- La adicción es mala para la salud. Por cierto, parece que no te equivocabas respecto al pronostico del tiempo, esta perfectamente soleado. ¿Deseas salir?

_ Era lo que me estaba cuestionando pero pensé que ustedes lo tomarían como un intento de escape –admití poniéndome en pie- Realmente me encantaría.

_ Entonces deja que te acompañe. A no ser que ahora a ellos se les vaya a ocurrir que no puedes salir a tomar aire fresco –dijo Miguel

Le sonreí a Miguel, agradeciéndole por su amabilidad y aceptando su oferta. Salimos al aparcamiento que yo había espiado hacia varias noches en donde aun descansaban los tres vehículos. Nos sentamos en el banco entre los matorrales en el que días antes Gabriel y Alex habían estado hablando tan profundamente y no pude evitar sonreír al sentir los rayos del sol sobre mi piel. Me eche hacia atrás, apoyándome sobre las manos y cerrando los ojos para sentir perfectamente como la energía corría por cada centímetro de mi piel. Casi reí al pensar en mis ojos y en como las pupilas estarían extremadamente dilatadas de modo que solo quedara una fina línea azul alrededor de ellas. A Miguel le gustaría ver eso, a él le gustaba cuando mis ojos se ponían de ese modo que el llamaba raro. Ojala relacionarme con los demás me resultara tan fácil como me resultaba con Miguel.

Tuvieron que pasar varios minutos para que me hiciera recordar que aun estaba junto a él y abriera los ojos. Ahora estaba totalmente activa y salte del banco para ponerme en pie. Él me miro con curiosidad durante unos segundos y luego esbozo una gran sonrisa que le devolví.

_ Realmente tus ojos me divierten mucho –dijo él

_ ¿Verdad que parecen los de un gato? Esto es lo que me causa el sol cuando dejo que me influya, me vuelve hiperactiva y me llena de energías y vitalidad –admití- Es extraño, solo yo soy la única de mi especia a quien el sol le influye también.

_ ¿La luna les influye a los demás de un modo parecido? –pregunto él

_ Hay una gran diferencia entre ambos astros. La luna, majestuosa, me pide que me entregue a ella. El sol en cambio es mas divertido, es él quien se entrega a mi –dije

_ Sabes, a los míos, con el sol, nos sucede algo parecido. No es que nos ocurra esto pero digamos que si peleamos de día estamos en ventaja. El sol es nuestro mejor aliado, te sientes poderoso estando bajo su gobierno y es verdad que te da vitalidad –dijo Miguel y me sonrió- Quizás seamos dos seres totalmente contrarios, pero parece ser que encontramos algo en común. El sol nos afecta de un modo parecido a ambos.

_ Quizás... Pero Miguel, no te hagas falsas ilusionas, tu eres luz y yo soy oscuridad –dije y lo mire meditabunda durante unos segundos- Ahora que saben lo que soy siempre va a haber alguien vigilándome. ¿Verdad?

_ No se si vigilándote pero es cierto que no te quitaremos los ojos de encima –confeso él y se rasco la cabeza con una mueca- Lo lamento, sé lo incomodo que debe ser para ti.

_ ¿Qué estaba sucediendo arriba? Parecía que se estaban peleando o algo así –dije y él nuevamente hizo una mueca

_ Alex y Raphael estaban de nuevo a punto de agarrarse a golpes en el pasillo –dijo él- Ya parece una situación bastante normal últimamente pero aun así tuvimos que detenerlos.

_ Supongo que es mi culpa –dije tristemente y suspire

_ No es para nada tu culpa, después de todo esta en la sangre de ambos –dijo Miguel sombriamente y bajo de su lugar

_ ¿Qué quieres decir? –pregunte pero él no dio señales de responder

Lo seguí nuevamente al interior de la casa pero esta vez en vez de seguirlo nuevamente hasta la sala de estar donde yo parecía estar cautiva, lo seguí hasta lo cocina. Daniel levanto apenas la vista de su cuenco de cereales al verme entrar y le sonreí tímidamente en modo de disculpa. Él hizo ademán de que no le importaba y siguió comiendo mientras Miguel pasaba a su lado y tomaba la caja de bolitas de chocolate. Metió la mano dentro y se llevo unas cuantas a la boca. Luego, me tendió la caja.

_ ¿Quieres? –Pregunto y esbozo una de sus amigables sonrisas- Desayuno de humanos que los ángeles comemos y no te mata ni te vuelve adicto.

_ Búrlate lo que quieras pero lo dije enserio. No estas acostumbrado a probar algo así y no sabría cual seria tu reacción –dije tomando unas cuantas bolitas de la caja- Además, te recuerdo que he estado conviviendo entre humanos últimamente.

_ Aun así, algo debes de hacer aun si convives entre humanos. Eres una bruja, puedes hacer que la tarea de haga sola, saber todo con un simple hechizo, vengarte de algún profesor malvado con solo pensarlo –dijo Miguel y reí

_ No es tan fácil como ustedes piensan. Por empezar, tengo el problema de mis ojos cuando hago magia. ¿Crees que los humanos pasarían por alto a una chica con ojos de gato? Es por eso que me cuido mucho cuando hago magia en público. Además, no se puede usar la magia para todo en todo momento por que sino quedarías exhausto. La magia, según me enseñaron mis papas, no se usa con deshonestidad ni nada por el estilo por lo que no hago magia para sacarme una calificación excelente en un examen. Y la tarea la mayoría de las veces la hago yo, muy pocas veces he confiado en mi pluma para que la haga mientras yo hago otra cosa –dije y le sonreí- Hazte a la idea de que seré una bruja pero no uso la magia para todo como la gente normalmente piensa. Si usara la magia para cada cosa que hiciera, todo seria demasiado aburrido ya que en realidad no haría nada.

_ Vale, en ese tipo de cosas, los brujos prefieren el camino manual –dijo Miguel y me miro- Aun así, no estaría mal que le hicieras algún truquito a algún profesor malvado de vez en cuando.

_ Es una bruja, no seas ridículo –dijo Daniel levantándose de su lugar

El ángel dejo el cuenco sobre el fregadero y luego partió de la cocina. Quizás no resultaría muy fácil caerle bien a los demás cuando ellos estaban decididos a evitarme a toda costa. Durante unos segundos contemple la cocina. Los pisos de mármol, los muebles de madera y pintados de blanco, los brillantes aparatos electrónicos. Parecía más bien de esas que aparecían en las revistas de casas y que normalmente las amas de casas miraban con deseo. Suspire, nada comparado a la pequeña cocina en la casa de Cato con los pisos de madera y los sencillos muebles.

_ Solo una pregunta Kat. ¿Es cierto eso de que tienen suerte por naturaleza? –pregunto él

_ No es cierto en todos los casos –dije y él suspiro decepcionado, le sonreí- Aunque dicen por ahí que doy suerte, los brujos se quejaban cuando yo estaba presente en las partidas que jugaba Nicholas por que él terminaba ganando.

_ Entonces perfecto –dijo Miguel recuperando rápidamente su animo- Por que hoy hay partida y no quiero sacar las peores tareas.

Nuevamente quise preguntarle a que se estaba refiriendo pero Miguel abandono la cocina tan rápido como un suspiro. Tome unas ultimas bolitas de cereal y luego lo seguí. Nuevamente en la sala de estar solo que ahora, en el espacio que antes había estado libre entre los sillones y la estantería, había puesta una mesa plegable para jugar cartas. Cuatro personas ya habían tomado su lugar en cada silla de la mesa y estaban inmersas en su juego de cartas. Me acerque aun mas, admirando la magnifica mesa de madera oscura y pulida y la afelpada tela verde que cubría la parte superior de esta. El esplendido juego de cartas estaba perfectamente barajado y repartido a los cuatro jugadores. Mire con curiosidad como Miguel, Alex, Daniel y Raphael jugaban al poker y agregaban más y más fichas al medio de la mesa.

_ Si te gano esta partida, limpiaras los pisos por el resto del año –dijo Alex y Raphael apretó los dientes

Mire como él agregaba unas fichas azules al montón que había en el medio, Alex realmente parecía convencido de lo que estaba haciendo.

_ Las fichas son inmunidades contra las tareas –me explico Miguel- Así nos las repartimos. Las fichas azules son inmunidad contra limpiar los suelos.

_ Las amarillas pertenecen a aspirar el suelo superior –dijo Daniel agregando algunas al montón- Quien gana la partida se lleva las fichas y queda exento de las tareas que apostamos.

_ Raro modo de organizarse –dije- Aunque supongo que he visto cosas más locas.

_ Tus ojos -dijo Alex sin levantar la vista de sus cartas y entonces parpadee repetidas veces hasta que estos volvieron a la normalidad

_ Lo siento –dije

_ Lastima –dijo Miguel- Me parecían divertidos del otro modo. ¿Sabes jugar poker?

_ Están jugando Texas hold´em. Están en el Pre-Flop y cada uno tiene sus dos pocket cards, ahora mismo están haciendo las apuestas antes del Flop –dije

Aun recordaba cuando era pequeña y mis papas juntos con mis tíos se sumían en su interminable juego de poker. Casi me parecía lejano el recuerdo de cómo yo, con tan solo diez años, había decidido que quería aprender y como mi papa me enseñaba y luego me unían a su juego. Sonreí, al menos no había perdido lo que me habían enseñado. Alex suspiro, levantando apenas las puntas de las dos cartas que tenia delante de él para poder mirarlas casi al mismo tiempo que los demás. Miguel se dio vuelta para mirarme a mí e hizo señas para que me acercara.

_ A ver si realmente das suerte. ¿Miras por mí? –pregunto él

_ No puedes usar a una bruja para ganar una partida –dijo Raphael

_ Las reglas no dicen nada –dijo Miguel

_ Las reglas dicen que debes ser tu quien mire tus cartas –dijo Alex- Además, la suerte no funciona de ese modo.

_ Habría valido la pena intentarlo –dijo Miguel y levanto apenas las puntas de sus cartas para poder verlas

Raphael se dispuso a repartir el Flop viendo que ya no habría mas apuestas. Quemo primero la carta de arriba del mazo y meticulosamente coloco las tres cartas boca arriba sobre la mesa y nuevamente todos empezaron a estudiar las cartas mientras sumaban mas fichas a las que ya había. Sobre la mesa, había dos ases y un rey. Aun faltaban sumar cartas pero todos ya estaban mas que sumidos en sus propios pensamientos, tratando de encontrar el modo de ganar aquella partida.

_ ¿Alguien lo ha visto a Gabriel? –pregunto Raphael

_ La ultima vez que lo vi seguía durmiendo –dijo Daniel- Estuvo despierto gran parte de la noche pensando en no se que cosa.

_ Lastima por él, si no gana fichas tendrá que hacer tareas –dijo Raphael

_ Aun así, todavía conserva varias fichas de la última vez a diferencia tuya que tendrás, también, que ocuparte de limpiar los baños –dijo Alex agregando mas fichas

_ Que también se ocupe de limpiar los desechos de Plum –dijo Miguel agregando fichas

_ Es tu perro, no se pueden apostar ese tipo de cosas –dijo Alex y sonrió- Aunque esta vez te lo permito.

_ Normalmente no apostamos el mantenimiento de las pertenencias de uno –dijo Daniel y me sorprendí al ver que me hablaba a mi- Cada uno se ocupa de lo suyo. Son las tareas que nos incumben a todos las que apostamos.

_ Aun así, supongo que nadie querrá ocuparse de sacar la basura todas las noches –dijo Raphael agregando mas fichas

_ Puede ser peor, te ocuparas de los comunicados con el Consejo –dijo Miguel dejando también fichas en la mesa

Se quedaron en silencio durante unos minutos, cada uno meditando en posibles jugadas. Luego de un tiempo, Daniel suspiro vencido y alejo su silla de la mesa.

_ Me retiro –dijo él

_ Perfecto –dijo Raphael- Somos tres.

Nuevamente quemo la primer carta de arriba del mazo y dejo otra al descubierto. La reina de corazones no pareció impresionar a nadie en especial aunque si se tenía un jocker y un diez quizás se podría considerar una buena jugada. Los tres jugadores que restaban no dejaban de mirarse seriamente los unos a los otros. Sus rostros no expresaban ni el más mínimo detalle de las jugadas que cada uno tenía planeadas.

_ ¿Por cuanta inmunidad estamos jugando? –dijo Miguel

_ Que se agregue también el hecho de ocuparse de los asuntos con la escuela para cubrir nuestras ausencias y retrasos –dijo Alex agregando más fichas- Y no vendría mal que también se ocupen de conseguir el dinero del Consejo.

_ Quizás estas apostando mas de lo que deberías –dijo Raphael agregando fichas- Si pierdes te ocuparas de los asuntos con Miriam.

_ Ya tengo bastantes asuntos de brujas de los cuales ocuparme –mascullo Alex pero aun así acepto la apuesta

_ Caballeros, yo me retiro –dijo Miguel alejándose de la mesa- Ustedes ya se están yendo de tema con algunas apuestas.

_ Esto apenas ha empezado, pero te agradezco –dijo Alex y miro seriamente a Raphael- Si pierdes, te ocupas de todas las tareas de las que yo quede inmune por el resto del año.

_ Perfecto. Pero si tú pierdes –dijo Raphael y sonrió maliciosamente- Iras a las reuniones y fiestas que dará el Consejo en Diciembre.

Ambos se enfrentaron con la mirada, en silencio, durante varios minutos. Suspire, quizás ellos se tomaban esta partida mas como otro modo en el que enfrentarse que lo que en realidad era. En algún lugar, alguien bostezo mientras bajaba las escaleras. No dude en pensar que era Gabriel y él se paro, aun somnoliento, en medio de la sala a contemplar el juego. No llevaba nada en la parte de arriba y por primera vez lucia su cabello totalmente enmarañado. Tenía los músculos perfectamente definidos como los de cualquier ángel y pude ver, cuando pasó junto a mí, como dos grandes y pálidas líneas que tenía en la espalda se iban desvaneciendo hasta desaparecer.

_ Hacia tiempo que no dormía tanto –dijo mientras se estiraba y miro a Daniel- ¿Cómo va el juego?

_ Están locos –dijo Daniel- Han apostado mas o menos todo y aun mas.

_ Tampoco para tanto –dijo Raphael agregando más fichas y mirando a Alex- Limpiaras mi cuarto y cada cosa que hay en él... Con tu cepillo de dientes.

_ Me lavaras la ropa a mano –dijo Alex agregando mas fichas

_ Me limpiaras los zapatos cada mañana antes de partir. Te agacharas, me los lustraras y luego me los besaras –dijo Raphael y Alex rió

_ Me darás tu reproductor de audio –dijo Alex y lo miro fríamente- El que tienes en el auto.

_ ¡Pero si tu no tienes auto! –exclamo Raphael

_ A Gabriel le vendría bien un regalo de mi parte –dijo Alex tranquilamente- ¿Verdad que te gustaría Gabriel?

_ Lo aceptaría sin culpa –dijo Gabriel sonriendo

_ Entonces, si yo gano, me das todos tus cuchillos –dijo Raphael y se detuvo levantando un dedo- Y, me haces la tarea de la escuela hasta que termine el curso.

_ Pues haz el river, por mi no hay problema –dijo Alex

Otra vez Raphael quemo la primera carta del mazo, dejándola a un lado, y puso otra boca arriba. El extraño nueve de pic se parecía mas a una carta surcada de diminutas lanzas que a otra cosa. No pude evitar mirar con más intensidad la mesa, casi tratando de descifrar el rostro de alguno de los dos pero sabía que jamás lo lograría. Casi deseaba oír los susurros de Nicholas en mi oído cuando me decía que pensaban los jugadores, el temor o el coraje que podía ocultarse bajo sus rostros inescrutables y que cartas y jugadas tenían planeadas.

_ ¿Quién crees que va a ganar? –pregunto Daniel

_ Realmente... los dos parecen muy convencidos –dijo Miguel- No podría decirte hasta no ver sus cartas.

_ Pongamos esto mas interesante –dijo Alex- Si yo gano, iras a la casa de la salamandra portando un vestido de tu madre.

_ Con zapatos de taco a juego –agrego Raphael- Aunque no se de donde piensas conseguir eso.

_ Recuerda que ahora tenemos una bruja, puede conseguirnos eso. ¿Verdad Katherin? –dijo él

_ Puedo conseguirle también una cartera –dije sonriendo

_ No lo incentives o se pondrá peor –me dijo Gabriel

_ Quizás ya no pueda estar peor –dijo Miguel

_ Yo creo que si –dijo Alex- El momento quedara filmado y se lo enviare a tu hermana.

_ Ya quiero verte con un vestido de tu madre tocando la puerta de la salamandra –dijo Raphael sonriendo- Enmarcare esa foto y la colgare en la pared de la sala de estar para verla todo el tiempo.

_ Será lindo ver a Raphaela en la pared –dijo Alex y no pudo evitar reír- ¿Quieres apostar algo enserio? Si pierdes, que la bruja te toque.

_ Tengo nombre –dije pero ninguno de los dos pareció oírme

_ Sabes una cosa Alexander, serás un muy buen líder, pero eres pésimo jugando poker –dijo Raphael revelando sus cartas- Full de reyes sobre ases.

Mire nuevamente los dos reyes que Raphael acababa de revelar. Casi me había quedado sin aire ante la sorpresa al igual que el resto. La expresión de Alex resultaba totalmente de sorpresa, él miraba totalmente atónito las cartas que había delante de él. Durante unos segundos me pareció extraño, normalmente la persona que yo quería que ganase era quien resultaba vencedor. En este caso mi deseo no había sido del todo consciente y me negaba a aceptarlo, pero internamente quería que Alex hubiera ganado.

_ Quizás se fue al demonio apostando –susurro Miguel

_ Me pregunto como hará para cumplir con todo –respondió Daniel

Me mordí el labio inferior. No podía evitar preocuparme ante la expresión estupefacta de Alex como quien había creído tenerlo todo ganado y se percataba que había perdido. Durante unos segundos más él continuo así, con la boca ligeramente abierta y los ojos clavados en ambos reyes. Y luego, se echo a reír. Lo mire mas que extrañada al igual que los demás y entonces logro recomponerse.

_ Me estoy empezando a dar cuenta que finjo mejor de lo que creía –dijo él sonriendo y mostró sus cartas- Poker de ases.

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