Capitulo 3: Quizas esto sea mas complicado


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Los primeros días pasaron rápidamente y tal como había dicho Kevin todos parecían haberse olvidado completamente de lo que había ocurrido el primer día al día siguiente. Me acostumbre a este nuevo ritmo de vida y al tercer día de mi estadía, por mas que casi no se notaba, mi piel había empezado a recobrar su color natural. La extrema palidez casi blanquecina ya no parecía la de un vampiro pero aun así seguía siendo extremadamente pálida. Y quizás había recuperado un grado o dos de mi temperatura. Además de que a mis gustos alimenticios se había incorporado el pan y el queso. Si continuaba así, recuperando un poco de cada cosa cada día, quizás para fin de mes estaría cerca de volver a mi verdadera apariencia.

Me desperté el jueves, luego de que Luna se hubiera quedado dormida sobre mí en la cama, e hice la típica rutina para estar preparada. Arregle mi cuarto, me cambie poniéndome un jean angosto y gris, cinturón, y una musculosa negra además de unas zapatillas con cordones y en segundos ya estaba peinándome en el baño. Tome mis cosas de arriba de la silla del escritorio y baje apresuradamente las escaleras. Me detuve, levantando la cabeza para olfatear el dulce aroma de pan recién horneado y pasando por la cocina para encontrarme con Cato.

_ No creí que este hotel incluyera servicio de desayuno –bromee al entrar y él se dio vuelta sonriéndome

_ Nadie a dicho que fuera para ti, es para tus gatos –respondió él

_ ¿Entonces los gatos tienen más privilegios que yo? –pregunte siguiéndole el juego

_ Por supuesto –contesto él- ¿Te levantaste con mucha hambre el día de hoy?

_ Realmente no mucha –mentí pero no había otra forma- Me bastaría con alguno de los deliciosos panes que acabas de hornear.

_ Entonces que sea un pan recién salido del horno para la pequeña Strega –dijo él a tiempo que depositaba frente a mi un redondo pan recién horneado y aun guardando su calor

Saboreé cada mordisco que di, casi sin poder creer como podía ser tan delicioso o mejor, como Cato había podido cocinar algo tan magnifico. Me torturaba oler lo deliciosa que era su comida y tener que mentirle que ya había comido antes y que no tenia hambre para ocultarle la verdadera razón. Pero él me había explicado que sabía cocinar tan bien luego de varias notas y entrevistas culinarias que había hecho para el diario. Quizás la casa de un periodista había sido el mejor lugar al que me podía haber mudado.

Me despedí de él y salí a la puerta ya poniéndome mis patines. Anduve para atrás, con la mirada totalmente fija en el cielo azul y en el sol. Total, en caso de que viniera algún auto lo escucharía sin ningún problema. Hasta llegue a cerrar los ojos por el placer que me causaban los rayos de sol y en eso escuche como alguien se acercaba a mí. Rápidamente abrí los ojos y lo salude a Kevin al verlo venir en su bicicleta. Él al instante me alcanzo y estuvo andando a un lado mío.

_ Parece que despertaste temprano –dijo él- ¿Esta vez te levantaste sola o fue alguna de tus gatas?

_ Me levante sola aunque Luna se había quedado dormida encima de mi –respondí sonriéndole

_ Supongo que es mejor que despertarte por que alguien te tiro un vaso de agua helada encima –dijo él con una mueca y luego rió- Pareces una gatita.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ Tus ojos, tus pupilas están muy dilatadas –respondió

Maldición. Parpadee un par de veces para que estos volvieran a la normalidad aunque Kevin no parecía estarlo tomando como algo anormal. Pero aun así, había sido un terrible error de mi parte haberme olvidado de lo que la luz del sol le hacia a mis ojos y no haberme concentrado para que estos no tomaran esta forma.

_ Tranquila, la luz del sol tiende a dilatar las pupilas en la gente –dijo él al ver mi reacción- Aunque admito que no creí que se dilataran tanto. Debe ser que es una mañana muy soleada.

_ Si, eso creo –conteste

_ Mañana les toca ir al museo. ¿Cierto? A los alumnos del señor Folleman –pregunto Kevin

_ Nos tomara todo el día ese viaje al museo –dije- Pero al menos perderé todo el día de clase y podré terminar a las tres de la tarde.

_ Las envidio, yo a la ultima hora tengo examen de historia mientras que tu y Mecha estarán libres –respondió él

Casi reí ante lo que dijo y él me sonrió. Kevin había resultado ser un muy buen amigo, siempre dispuesto a sacarme una sonrisa y hacerme reír. En ese momento estuvimos frente a la escuela y de un salto me subí al pavimento mientras él se subía andando aun en su bicicleta. Luego se detuvo y pare a su lado, él estaba mirando con intención uno de los bancos de cemento que había y enseguida supe que estaba pensando.

_ ¿Qué tan bien andas en patines? –pregunto

_ Puedo hacerlo si es lo que quieres saber –respondí

_ Si lo haces yo invito la comida del día de hoy –dije él

Le sonreí una última vez, lamentándome por lo que él tendría que pagar y entonces tome velocidad. De un salto logre subirme al banco, andando sobre este y luego pegando un gran salto al bajar. Me di vuelta en el aire, aterrizando de espaldas pero aun andando y de pie. Pegue la vuelta para volver a estar frente a él y ver su cara de incredulidad.

_ ¿Cuánto es lo que tendré que pagar? –dijo lamentándose y reí

_ Para tu suerte yo no como mucho –conteste

Toco el timbre dando por comenzada la jornada y ambos entramos a clases. Las primeras dos horas fueron de historia y llegaba a ser aburrido el programa sobre la revolución francesa cuando uno ya lo sabia y conocía a gente que había estado presente en ese tiempo. Quizás debería llamar a mi tía para que me contara un poco más sobre su estadía en Francia durante la revolución y así sacar mejor nota en el examen final. Ahora resultaba útil el hecho de que ella tuviera tantos cientos de años y que apenas pareciera de cincuenta. Estuve la mayoría de la hora hablando con una compañera llamada Anabella y ella en parte me contó sobre sus vacaciones en Europa hacía unos meses.

_ ¿Enserio viajaste por Europa con unos amigos? –Pregunto ella, incrédula- Vaya, eso debió de haber sido genial. ¿Y por que fueron?

_ Para visitar los antiguos castillos que aun quedan hoy en día –respondí

Las dos horas concluyeron en lo que parecieron ser minutos y todos los alumnos se levantaron cuando sonó el timbre.

_ Y recuerden, para la próxima clase me estudian de la pagina 72 a la 77 del libro –dijo el profesor una ultima vez y luego todos partieron

Continué hablando con la muchacha aun al salir de clase y aproveche los diez minutos que había de intervalo entre la segunda hora y la tercera. Ella partió junto con un muchacho que supe, debía ser su novio por la forma en que le paso un brazo por la cintura y la beso. Suspire, despidiéndome de ellos y dándome vuelta para ir a mi casillero.

Me fije en que debía tomar entre todas mis cosas. Si no me equivocaba, se suponía que ahora debía tener clase de literatura. Que torturante, primera clase de literatura que tenia en toda la semana. Pero al menos decían que el señor Folleman era buen profesor, amable y encantador. Aunque también me habían dicho que estaba un poco loco. Apoye mi mochila sobre el borde del casillero para poder guardar las cosas y en eso cayo del bolsilla externo mi pequeña bola de cristal. Me di vuelta para verla rodar por todo el pasillo hasta que alguien la detuvo al poner un pie sobre ella. Sofoque un grito al pensar en que la podría romper y en lo difícil que me seria conseguir otra igual pero él movió su pie y entonces la levanto. De todas las personas que había en el pasillo tenía que ser justo Alex. Él miro la pequeña bola de cristal con curiosidad durante unos segundos y luego se acerco a mí para devolvérmela.

_ Creo que se te cayo esto –dijo parándose frente a mi

_ Gracias por recogerlo –respondí

Él intento de dármela en la mano pero evite tocarlo aun portando guantes sin dedos. Alex me miro sorprendido durante unos segundos, preguntándose por que no permitía que mi piel tocara la suya y entonces tendí una mano abierta. Él dejo caer la pequeña bola de cristal sobre esta y la tome para guardarla rápidamente. Cuanto me molestaba no poder tocar a nadie, debía de ser muy raro para él que yo hubiera rechazado su tacto.

_ Tú eres la chica nueva. ¿Verdad? –Pregunto- Perdona si no me he presentado antes pero la verdad es que he estado muy ocupado esta semana haciendo otras cosas.

_ Ya lo sé, te he visto llegar a clases después del mediodía. Pero sin embargo también te he visto pasar junto a mí a la mañana cuando venia a la escuela –dije y él hizo una mueca

_ Si... es que... tenia un par de cosas de que ocuparme antes de venir –respondió él, dudando un poco- Pero ya esta así que no me perderé mas las mañanas. Si no me equivoco, creo que tú compartes conmigo la hora de literatura con el señor Folleman. ¿Te puedo hacer una pregunta?

_ Claro que si –respondí

_ ¿Crees en la magia?

¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Cómo me iba a preguntar si yo creía en la magia? Resultaba casi irónico que le preguntaran eso a una bruja. Pero aun así esa pregunta me había tomado totalmente con la guardia baja y casi había logrado que me estremeciera pensando que él quizás podía saber algo de mí. Luego recurrí a la lógica. No era posible lo que estaba pensando y medite rápidamente que respuesta debía darle.

_ Yo creo en lo que veo –dije

_ Entonces supongo que creemos en lo mismo –dijo él- ¿De donde sacaste esa pequeña bola de cristal?

_ No lo sé, me la regalaron. Dicen que da suerte –dije inventando rápidamente una excusa

_ También dicen que las brujas las usaban para ver a través de ellas lo que querían –respondió Alex- Aunque realmente no creo que funcionara de ese modo. Seria interesante saber como funcionaba realmente.

_ Entonces cuando encuentres a una bruja y lo averigües, házmelo saber –conteste

Le dedique una sonrisa, tratando más que nada de parecer una persona normal. Debía tener cierto equilibrio, no podía mostrarme preocupada por lo que él estaba diciendo y no decir nada pero tampoco demostrarle quien era yo. Él lo medito durante unos segundos con la mirada perdida en una de mis manos.

_ Si, pero es difícil encontrar a una bruja buena –contesto finalmente y luego agrego rápidamente- Además de que no existen.

Casi reí ante su reacción desesperada por decir lo último, como si se hubiera olvidado de un punto importante. Sonó el timbre. Me di vuelta para tomar mis últimas cosas y cerrar el casillero y cuando me di vuelta él aun estaba ahí.

_ Me dijiste que teníamos la misma clase. ¿Verdad? –pregunte

_ Eso mismo –dijo él ya partiendo y lo alcance para poder seguirlo

_ ¿Y como es el señor Folleman? –pregunte

_ Es un hombre bastante agradable pero se deja llevar bastante por los libros de fantasía –respondió Alex- ¿Cómo te llamas?

_ Katherin –respondí

_ ¿Y a que escuela asistías antes de mudarte acá? –pregunto

_ Al instituto Bella Vista –conteste casi automáticamente y él me miro curioso

_ He escuchado hablar mucho de ese instituto. Dicen que es un lugar muy exigente y prestigioso y que solo se puede entrar con invitación –dijo él

_ Créeme que llega a ser torturador estar ahí –admití sintiendo como se congelaba mi sangre

_ Supongo que si, con toda esa imagen de perfección que muestra y todo eso –respondió

No era el tema de la perfección lo torturador pensé a tiempo que entrábamos a la clase. Casi al instante sentí todas las miradas clavadas en mí por más que trate de ignorarlas. El profesor me detuvo, poniendo una mano ante mí y sonriéndome. Alex siguió de largo, yéndose a sentar en el primer lugar libre que encontró. Mire con curiosidad al viejo hombre, con el pelo totalmente blanco y peinado además de su bigote y anteojos redondos. Sus ojos color caramelo me examinaron durante unos segundos y luego me volvió a sonreír ampliamente.

_ Usted debe ser mi nueva alumna, es un placer conocerla –dijo él- ¿Cuál es su nombre?

_ Katherin Strega –respondí

_ ¿Parla Italiano? –pregunto él

_ Lo cierto es que no mucho, pero entiendo un poco y sé algunas palabras –confesé

_ Entonces sabrá lo que significa su apellido –continuo el señor Folleman- Digo, es un apellido bastante curioso.

_ Non faccio stregoneria se è quello che lo preocupa –dije sonriendole

El hombre me devolvió la sonrisa más que encantado y entonces me permitió continuar con mi camino. Tome asiento al lado de Mecha, feliz de compartir la clase de literatura con ella y entonces me miro más que curiosa y sorprendida apenas me senté a su lado.

_ ¿Qué es lo que acabas de decirle? –pregunto ella sin comprender

Me mordí el labio, no sabia si contarle a Mecha o no lo que significaba mi apellido. Por un lado, esto podría ser visto como una coincidencia, una simple curiosidad. Pero a la vez también era de algún modo delatador que mi apellido significara en italiano lo que yo era. Termine por decidirme a contarle, después de todo era ella, no le buscaría ninguna explicación ni le daría tanta importancia.

_ Mi apellido en italiano significa bruja –dije por lo bajo para que solo ella me escuchara

_ Si, ya sabía que el señor Folleman hablaba italiano –dijo ella- Pero no creí que tú lo hablaras.

_ En realidad no lo hablo, apenas sé unas palabras. Le acabo de responder que yo no hacia brujería si era eso lo que le preocupaba. Fue mas para seguirle el juego –conteste

El señor Folleman empezó su clase y enseguida tome un cuaderno y un lápiz para poder escribir. Era por esto que usaba guantes sin dedos, por que sino seria mas que incomodo tratar de escribir con los guantes normales y aun si me los sacara para escribir, no podía arriesgarme a tocar a alguien. Me resultaba casi gracioso ver como yo escribía con la mano derecha. Se suponía que los brujos eran zurdos por que supuestamente la mano izquierda era la mano mala, pero eso era para los que usaban magia negra. En cambio yo era totalmente diestra para todo, incluso cuando rara vez usaba magia.

Continué escribiendo todo lo que el señor Folleman dijo hasta que este en un momento se detuvo y se apoyo sobre su escritorio para hablar un poco sobre la literatura a la que se estaba refiriendo. Justo tenia que ser ese tema, literatura fantástica. El profesor comenzó a hablar tanto de vampiros y hombres lobos como de hadas y brujas. Vi la extrema curiosidad grabada en el rostro de Mecha y trate de mostrarme como una persona normal, escuchando atentamente lo que decía y sin mostrar lo tensa que estaba internamente. Pero para mi suerte lo que la literatura tenia escrito sobre los seres fantásticos se alejaba mucho de la realidad. En vez de prestarle atención, estaba mirando a Alex. Él tampoco esta prestándole mucha atención, como si supiera que lo que estaba diciendo el señor Folleman no eran más que puras mentiras comparadas con la realidad. En cambio, estaba a escondidas utilizando su celular para lo que parecía ser, mandar un mensaje de texto.

_ ¿Qué tanto miras? –pregunto Mecha por lo bajo y ella misma se respondió la pregunta- Ah, lo estas mirando a él. Entraron juntos a la clase, eso es nuevo.

_ Simplemente lo seguí por que me dijo que tenía la misma clase que yo –respondí

_ ¿Te hablo? –Dijo ella totalmente sorprendida y la fulmine con la mirada para que bajara el volumen de la voz- Perdón. No puedo creer que te haya hablado.

_ Yo tampoco –susurre- De verdad que me tomo realmente por sorpresa.

_ ¿Y que te dijo? –pregunto ella

_ No mucho. No sé por que pero de pronto me pregunto si creía en la magia –confesé- Y le dije que yo creía en lo que veía.

_ ¿Y que te respondió él? –inquirió Mecha

_ Que al parecer creemos en lo mismo. Parecía ser una persona muy amable y encantador –dije

_ Pues claro, es Alexander Engel. ¿Qué otra cosa esperabas? –dijo ella de un modo exagerado y ambas reímos por lo bajo- Ahora, hablando enserio. ¿Crees que te vuelva a hablar? Digo, por que es algo bastante extraño con una persona que no fuera parte de su grupo. A mí con suerte me dirige una mirada.

_ Dudo que me vuelva a hablar. Se me cayó algo al piso y él me lo recogió, fue por eso que me dirigió la palabra. Y también para disculparse por no haberse presentado antes.

_ ¿Averiguaste por que estuvo llegando al mediodía estos días? –dijo Mecha

_ Si, me dijo que había estado ocupándose de algo estos días y que por eso llegaba tarde –respondí- La verdad que ahora que lo pienso, fue bastante raro todo.

_ De por si ya es raro que te haya hablado. Casi me da un infarto cuando te vi entrar junto a él, no podía creerlo. ¿Acaso eres bruja o algo así? –bromeo Mecha y se me congelo la sangre

_ Claro que no –respondí rápidamente

_ Ya sé, pero lo digo por que resulta imposible de creer lo que te sucede a ti. Primer día que llegas te cruzas con Alex, él te mira y te sonríe. Eso ya fue bastante anormal, y ahora entras a la clase hablando con él y me dices que estabas hablando desde antes. ¿Es que acaso lo tienes encantado o algo así? Por que si es así pásame el hechizo que hiciste.

_ No soy bruja ni nada de eso –repetí

Solo después se me ocurrió pensar que quizás ella lo decía en broma por todas esas tonterías que hacían las adolescentes creyendo que eran hechizos de amor o algo así. Bueno, era Mecha, no estaba de más cuidarme un poco ante una persona que si creía en la magia.

_ Hagamos esto, mañana vamos todos los de esta clase al museo. Veremos que pasa ahí entre tú y él –propuso ella

_ ¿Y cual es el reto? –pregunte

_ Que consigas que te hable de nuevo. Si lo hace, luego te invito a tomar un helado o lo que quieras –respondió ella

_ Trato hecho –dije y en ese momento sonó el timbre

Ah, la hora del almuerzo, que lindo descanso resultaba ser para al fin juntarme con todos mis nuevos amigos y charlar. Ambas tomamos nuestras cosas y nos levantamos para salir de clase. No me sorprendió encontrarla a Nikky en la puerta y las tres nos dirigimos al comedor para encontrarnos con los demás. Kevin me pago la comida tal como debía luego de haber perdido una apuesta conmigo, aunque tampoco era tanto, nada mas que una manzana bajo la excusa de que estaba a dieta y no tenia mucha hambre.

_ Te juro que llego a envidiarte, yo no puedo comer solo una manzana –dijo Mecha sentándose a un lado mío

_ Lo que sucede es que con la deliciosa comida que me han contado que prepara Cato, Katherin no debe querer la comida que sirven aquí. Después de todo, es fácil conformarse con solo el postre –intervino Nikky

_ Lo cierto es que en realidad no tengo mucha hambre –dije

_ Debe ser el cambio de rutina y todo eso que te afecta –agrego Matt- Además, es muy dudoso el tema respecto a la comida de la cafetería.

_ Es carne de rata –bromeo Kevin

_ Yo creí que de lombriz –dijo Mecha riendo

Todos en la mesa reímos, aunque era imposible no hacerlo ante ese comentario. Rápidamente Matt y Kevin iniciaron una conversación sobre no se que juego online mientras que Nikky nos miraba a Mecha y a mi con la exaltación gravada en los ojos.

_ Quería invitarlas mañana después de clase a mi casa y a dormir también, si es que quieren –dijo ella

_ Por mi no hay problema –respondí

_ Yo tendré que consultarlo primero con mi madre –dijo Mecha con una mueca

_ Por favor –pidió Nikky- Quiero que vengan ambas, además de que invitare a otras chicas más. Será algo así como una pijamada. Será muy divertido.

_ Ya se que será muy divertido, pero enserio deberé pedirle permiso a mi madre y rogarle por un si –respondió Mecha

_ Tu madre no parece ser de ese tipo de personas que no te permiten hacer nada. Seguramente te dejara –dije sonriéndole

_ ¿Y tu madre como es Kathy? –pregunto Nikky

_ Ella siempre fue muy buena y comprensiva, además de que me apoyaba en todo lo que yo decidiese hacer y me ayudaba –respondí

Suspire, la extrañaba quizás demasiado. ¿Hacia cuanto tiempo que no la veía? Mas de un año seguro, pero no quería meterla en todos los problemas que ahora tenia y mucho menos en el camino de quienes me perseguían. Quizás, si volvía a estar a salvo en algún momento, podría volver a vivir con mis padres. Volver a cuando mi vida era relativamente normal.

_ ¿Y tienes hermanos o algo? –pregunto Nikky

La furia que me invadió fue casi instantánea. No quise ni pensar en esa maldita. ¡Cuánto la odiaba luego de todo lo que me había hecho! Y encima ella era ahora la que seguramente encabezaba mi búsqueda. Después de todo, había terminado metida en todo esto gracias a ella y ojala se pudriera en el infierno que ella misma había creado. Ella ya no era nada de mí.

_ Si, pero lo cierto es que no me llevo muy bien con ella –respondí finalmente y ninguna de las dos se volvió a atrever a preguntar sobre el tema viendo mi reacción

_ ¿Y que es lo que harán mañana en el viaje? –pregunto rápidamente Nikky para cambiar de tema- Por que por lo que tengo entendido, son dos horas en bus de ida y también de vuelta.

_ Por eso tenemos que estar aquí mas temprano para salir, pero volveremos a las tres de la tarde y seremos libres a partir de esa hora –dije feliz

_ Además las dos horas en bus no son nada, serán geniales por como es el señor Folleman. No existe mejor profesor para salir de excursión y aun mas a un museo, tendremos que ver todo el arte referido a los seres fantásticos y ese tipo de cosas –agrego Mecha

_ Si, me han dicho que el señor Folleman se apega mucho a lo que enseña –dijo Nikky con la cabeza levantada como si estuviera buscando algo

_ ¿Qué buscas? –pregunte

_ Yo creo que es un quien –dijo Mecha por lo bajo

En ese momento se paro a un lado nuestro una imponente chica de un año superior, vestida con minifalda, botas y una camisa que dejaba ver bastante. Enseguida Nikky se levanto, enfrentándola de algún modo y ambas chicas se miraron fijamente durante un rato. La muchacha, que estaba resguardada por otras dos chicas, tenía una larga cabellera rubia que le llegaba casi hasta la cintura y unos preciosos ojos azules. Era el tipo de chica que cualquiera deseare ser o al menos parecerse. Y de esas que había mil chicas detrás suyo matando por ser su amiga.

_ Nikky –dijo ella sin dejar de examinarla

_ Vicky –respondió Nikky sin mover un centímetro la vista

El enfrentamiento silencioso continuo durante lo que parecieron unos minutos interminables y finalmente fue Vicky quien termino por ceder, mirando a un lado y chasqueando los dedos. Casi al instante una de sus “seguidoras” le alcanzo su bolso y ella se lo colgó del hombro. Mire mas allá de ella a las dos chicas, una le portaba la comida mientras que la otra los libros. No pude evitar compadecerme de ellas.

En ese momento sentí un puntapié de parte de Mecha por debajo de la mesa y solté por lo bajo un sonido de queja. La mire molesta por unos segundos y solo después me di cuenta lo que ella quería decirme. Levante apenas la cabeza, para ver como Vicky me miraba fijamente.

_ Tu eres Katherin Strega ¿Cierto? –Dijo ella con la intención grabada en la voz, asentí- Me estaba preguntando si querrías comer con nosotras este día.

El tono de su voz lo decía todo, no era una invitación sino mas bien una orden.

_ Katherin ya esta comiendo con nosotras, es una lastima. Creo yo que será otro día –respondió Mecha

_ No te hable a ti, loca –le interrumpió Vicky- Y dime. ¿Aun sigues creyendo en esas tonterías tuyas de los seres fantásticos?

Enseguida vi lo duro que le pegaron esas palabras a Mecha. Quise tocarla, demostrarle que tenía mi apoyo pero apenas moví mi mano recordé que no podía e internamente me odie al no poder ser buena amiga en eso. Mire molesta a Vicky mientras ella se seguía enfrentando con la mirada a Nikky y ambas sin decir una palabra.

_ ¿Que diablos es lo que quieres esta vez Victoria D´Alessandra Martinez? –pregunto Nikky

_ Tuyo, estoy segura que nada –respondió ella y luego me miro- Tú. Según me dijeron te vieron hablando con Alexander Engel esta mañana –dijo y entonces chasqueo los dedos, en menos de un segundo una de las chicas se adelante y se puso a su lado- ¿Es eso cierto?

_ Si Vicky –respondió la otra, muy firme

_ Perfecto –repuso ella y volvió a mirarme- Cualquiera que haya conseguido que Alex le dirija la palabra cumple los requisitos para ser mi amiga.

_ Disculpa. ¿Requisitos? –pregunte sin ocultar lo que sentía y le sonreí- Lo siento mucho pero eres tú la que no cumple los requisitos para ser mi amiga. Lo lamento pero estas por debajo de lo solicitado y debo rechazarte. ¡Siguiente! –Agregue, bromeando y sonriéndole abiertamente a Victoria

Decir que su expresión lo decía todo era poco. Ella estaba totalmente boquiabierta, con la mandíbula totalmente caída y una mirada que representaba la humillación que venia de recibir de mi parte frente a las chicas. Escuche como Mecha reía por lo bajo y casi al instante luego de haber hecho eso Nikky me dedico una rápida sonrisa.

_ ¿Perdóname? ¿Qué acabas de decirme? –dijo Vicky totalmente perpleja

_ Que muchas gracias pero no, tu no cumples los requisitos para ser mi amiga –le repetí y nuevamente le sonreí

_ ¿Me estas rechazando? –continuo ella sin lograr entenderlo y suspire exasperada

_ Se supone que estas en un año superior al mío. Creo yo que deberías saber como interpretar las palabras. Claro, al menos que seas un poco tonta y... –dije así de modo que pareció mas un pensamiento en voz alta y los que estaban en la mesa se rieron

_ ¡Te juro que te arrepentirás de esto Katherin Strega! ¡Nadie me rechaza! –exclamo ella totalmente furiosa

_ Siempre hay una primera vez para todo –conteste- Y si, me arrepiento, fue una terrible pérdida de tiempo esto para mí.

Victoria no respondió, no dijo palabra alguna. Simplemente cerró los puños y apretó los dientes mientras se daba vuelta y partía, seguida por las demás. Casi un instante después Mecha exploto en la risa junto con Nikky que recuperaba su lugar y las tres reímos totalmente juntas mientras Matt y Kevin nos miraban perplejos.

_ Pobre Victoria, creo que nunca la hicieron quedar tan mal –dijo Nikky aun riendo

_ Lo cierto es que nunca nadie rechazo a Vicky. Ella es el tipo de chica de la que todo el mundo quiere formar parte de su “grupo” -dijo Mecha

_ Jamás podría ser amiga de una persona que las trate mal a ustedes –conteste- Además, era por puro interés lo de ella.

_ De eso ya me di cuenta, supuse que iba a suceder algo así si ella se enteraba –murmuro Mecha- Seguramente solo te quería para utilizarte y sacar provecho de la situación.

_ ¿Entonces es cierto lo que dijeron? –Pregunto Nikky casi en un susurro- ¿Alex te dirigió la palabra?

_ ¿Qué si le dirigió la palabra? Entro hablando con él a la clase –respondió Mecha por lo bajo

_ No fue nada enserio, solamente me hablo un poco y dudo que vuelva a pasar –dije también por lo bajo

_ Con que te haya hablado ya es algo enserio. Normalmente ellos cinco solo se hablan entre ellos y a nadie mas –dijo Nikky

_ Ya sé, por eso tenemos un plan. Katherin debe conseguir que le vuelva a hablar mañana en el viaje para ver si lo que sucedió hoy realmente no tiene importancia o si todo lo contrario. Yo apunto mas a la segunda opción –dijo Mecha

_ Realmente estas loca. ¿Te parece que una persona como él se va a fijar en una persona como yo? –pregunte y ella asintió mas que sonriendo

_ La pregunta es: ¿Por qué no? En todo caso prefiero verlo hablando contigo antes que le dirija una mirada a Victoria, cosa que nunca hace –dijo Nikky- Quiero creer por una vez que esa maldita no se quedara con lo que quiere.

_ Victoria y Nikky no se llevan muy bien que digamos, son enemigas juradas –susurro Mecha en mi oído

_ No soporto a esa maldita que se cree mucho mas solo por que “su papi” fue un reconocido reportero de televisión –dijo Nikky sin ocultar el desprecio que le tenia y burlándose de ella

_ Simplemente ignórala –respondí

_ Como si fuera sencillo –bufo Nikky apoyando su cabeza sobre sus manos

Suspire y mire mas allá entre las mesas para ver como Victoria seguía caminando, ahora portando su bandeja de comida, seguidas por sus secuaces. Casi sonreí ante la idea que tuve. No pasaría nada, nadie sabría que había sido yo y fácilmente buscaría como arreglármelas. Lo único que debería cuidar eran mis ojos. Pero, estaba bajo la luz del sol, se supone que eso me equilibraba. Rápidamente lo pensé, haciendo el calculo y llegue a la solución de que solo me tomaría dos segundos conseguir que mis ojos volvieran a su estado normal. Además, no iba hacer ningún tipo de hechizo poderoso ni nada eso, algo simple y quizás demasiado fácil. Nadie lo notaria. Listo, ya lo tenía todo planeado y sabía que hacer.

Codee apenas a Mecha y a Nikky para que me mirasen y les sonreí. Ellas se acercaron mas a mi para que pudiera hablarles y entonces susurre para que nadie mas que ellas me oyera.

_ Miren a Victoria, en cualquier segundo se va a caer –dije

Casi al instante ellas dos levantaron la vista para ver y medio sonreí cuando no se fijaban en mí. Solamente un pensamiento, un poco de concentración en lo que quería que pase y ya estaba hecho. Levante apenas la cabeza para ver justo a tiempo cuando Victoria se tropezaba y se caía volcándose toda su ensalada encima. Aproveche el momento en el que Nikky y Mecha reían sin parar para parpadear un par de veces y conseguir que mis ojos volvieran a la normalidad en menos de dos segundos, luego, también me uní a sus risas. De hecho, casi todos los que estaban almorzando afuera estaban riendo por lo sucedido. No le vendría mal a esa chica aprender un poco de modales, o por lo menos a tratar a los demás como si no fueran sus sirvientes.

_ ¿Cómo sabias que eso pasaría? –pregunto Nikky

_ Le vi los cordones desatados cuando me estaba hablando –dije

_ Es simplemente cosa del karma, a la gente que es mala le pasan cosas malas –dijo Mecha y nuevamente rió- Aunque admito que el tomate en la cabeza le queda excelente

Nikky y yo nos fijamos en lo que decía Mecha y también reímos. Una de sus chicas estaba tratando de ayudarla a levantarse y en ese momento ella se resbalo con la bebida derramada en el piso cayéndose encima de Victoria. No pude evitar reír mas, eso si que no había sido obra mía. En un segundo, todos los que estábamos almorzando en el exterior estuvimos de pie y rodeando el lugar de lo acontecido. Se sumaron, además, algunos de los que estaban almorzando adentro para ver que pasaba y tampoco pudieron evitar reír. Victoria se deshizo de la chica que tenia encima empujándola hacia un lado y contuvo la furia mientras seguía sentada en el desastre que había.

_ No creí que hasta la ensalada te odiara –dijo Mecha y Victoria la fulmino con la mirada desde el suelo

_ Cállate loca –dijo ella casi en un grito

_ Claro, ahora logro entenderlo todo. Dicen que uno es por como se cría, si te criaste en el suelo no me sorprende que seas una basura –dijo Nikky sin ocultar su sonrisa y no pude evitar reír

_ Vuelve a decir una palabra y te juro que te arrepentirás. Y tú, será mejor que no te rías o –amenazo Victoria

_ ¿O que? –Le interrumpí aun riendo- ¿Me atacara tu ejercito de ensalada?

_ Por cierto, sé que todo eso del tomate es saludable y todo lo demás –dijo Nikky

_ Pero lo cierto es que el rojo en el cabello no te queda a ti. No cumples los requisitos para eso –concluyo Mecha y las tres reímos

Victoria grito, golpeando el suelo con sus puños y luego quitándose el tomate del cabello. Ella se levante, en ningún momento sin dejar de mirarnos llena de odio, nos fulmino con la mirada una ultima vez. Y luego simplemente se dio vuelta y siguió con su camino como si nada hubiera pasado mientras que todos los que estaban presentes buscaban el modo de no reírse.

_ ¿Me pueden explicar que fue todo eso? –pregunto Kevin poniéndose a nuestro lado

_ Cosas de chicas –respondió Nikky, sonriéndole

_ Lastima, parecía ser divertido –dijo Matt

_ No se preocupen, yo les contare todo. Pero si no les importa, preferiría terminar de comer lo mío –respondió Mecha y los tres partieron

La multitud reunida se fue dispersando lentamente y volviendo a sus lugares para continuar comiendo. Había hecho lo que quería y mas sin que nadie se hubiera dado cuenta. Sabia que había estado mal, se suponía que yo no era ese tipo de brujas que utilizaban su magia para hacerle mal a la gente, pero tampoco podía permitir que trataran de ese modo a mis amigas. Además, por más que había sido un uso incorrecto de la magia, había resultado ser muy gracioso.

_ Muchas gracias –dijo Nikky dulcemente una vez que ya no hubo nadie a nuestro alrededor

_ ¿Por qué? Si yo no hice nada –respondí

_ Nos apoyaste, a mí y a Mecha, eres una persona muy buena Katherin y una excelente amiga –dijo ella

_ ¿Te parece que dejaría que ella las tratara de ese modo y me quedaría con los brazos cruzados sin hacer nada? –Pregunte sonriéndole- Estoy para cualquier cosa que necesites.

Ella me sonrió una última vez y luego ambas partimos para volver a nuestra mesa. Me detuve solo un segundo al pasar junto a la mesa en donde estaban sentados Gabriel, Alex, Raphael, Daniel y Miguel. Gabriel le susurro algo al oído a Alex y él asintió demasiado serio. No lo entendía, esta mañana había parecido extremadamente amable y encantador, pero en cambio, ahora estaba extremadamente serio y frío. Como si toda bondad lo hubiera abandonado. Trate de no darle mucha importancia al hecho y continué con mi camino aun mirándolos de soslayo. Realmente parecían cinco personas normales, los tres mayores riendo mientras que Gabriel se mostraba totalmente preocupado y Alex no dejaba su seriedad de lado. Quizás podría escuchar.... Pero no, no utilizaría mis habilidades para ese tipo de cosas. Si realmente quería demostrar que era una persona buena y redimirme luego de todos los errores que había cometido en el pasado, tendría que empezar por utilizar mis habilidades correctamente. O al menos en su mayormente correcta pensé al recordar lo sucedido hacia segundos con Victoria.

_ ¡Ah! Juro que no entiendo una sola palabra de lo que este libro dice –exclame cerrando de golpe el gran libro

Me deje caer sobre mi escritorio, cerrando los ojos para tranquilizarme. ¿Qué hora debía ser? ¿Cinco de la tarde quizás? Cato no estaba en casa, estaba totalmente sola en mi habitación tratando de entender algo de lo que decía el enorme libro pero sin lograrlo. Demasiadas palabras y todo estaba escrito en el antiguo lenguaje de brujas. Era ahora cuando maldecía no poder leer esa escritura. Nunca había logrado entender un solo símbolo y ahora que lo necesitaba no podía. Lo único que estaba escrito en un idioma normal era esa maldita frase que había sido la primera que había leído cuando había estado en la oscuridad. Pero aun así tampoco lograba entenderla. ¿Cómo se suponía que debía elegir que causarle a cada quien cuando ni siquiera podía controlarme?

_ Jamás podré hacerlo –dije tristemente

Escuche apenas el maullido de Sol y sentí como ella se levantaba de su lugar y se pasaba entre mis pies, rozando suavemente mis tobillos con su pelaje y ronroneando. Entonces escuche como Luna se subía al escritorio. Si, debía ser Luna, solo ella tenia ese aire tanto autoritario como de sabiduría. Abrí los ojos y levante apenas la cabeza, apoyando el mentón sobre el escritorio y mirándola. Ella me observo durante un momento con sus grandes ojos azules y luego puso una pata sobre el libro. Suspire, sabiendo lo que ella deseaba y volví a abrir el libro.

_ ¿Contenta? –Pregunte y quede totalmente atónita al ver como asentía- Y a ver, ya que eres tan lista. ¿Qué se supone que haga ahora?

Luna comenzó a rascar las páginas del libro repetidas veces hasta que logro encontrar el método de cambiar de página y entonces las paso una por una.

_ No sabía que podías hacer eso –dije sorprendida y ella maulló

Finalmente Luna se detuvo en una página y casi al instante Sol se subió también al escritorio portando mi daga en su boca. La tome y luego mire sorprendida el libro, otra vez miles de símbolos en ese lenguaje antiguo de brujas que yo no entendía nada. ¡Era torturante ya! Y lo peor era que en cuanto al lenguaje de brujas yo sabia tanto leerlo como escribirlo, había aprobado perfectamente la clase de lengua en mi anterior escuela. Pero esta escritura... No era normal, no podía leer ni una sola palabra concretamente y me costaba.

Mire la cuchilla de mi daga, tenia grabada unas palabras también en la misma escritura y jamás había logrado entenderlas. Entonces recordé a la única persona que había podido leerlas y por más del dolor quise seguir recordando para ver si conseguía averiguar algo.

_ Es una escritura muy antigua –había dicho él- De cuando Lucifer aun era un ángel. No la leo con tanta facilidad pero creo poder descifrarla. Dice algo sobre servir, creo, que a la luna y al sol.

Nuevamente mire las palabras grabadas, no conseguía entender ninguna. Volví a fijarme en el libro, acercándome más a él y tratando más que nada de entenderlo. Era lo que mas deseaba en este momento. Luna volvió a maullar, apoyando su pata sobre una frase que había escrita y de algún modo ordenándome que la leyera.

_ No puedo –dije

Ella volvió a maullar, mas pareciéndose a una orden o exigencia de su parte que a un maullido común. Nuevamente me volví a cernir en el libro, debía de haber algún modo de que pudiera comprenderlo. Enseguida una palabra sobresalió de entre la frase, me fije dos veces en ella para ver si no estaba equivocada y raramente logre reconocer la palabra “tacto”. Bueno, se suponía que este libro contenía todo lo que yo debía saber sobre mi don, no me sorprendía ver la palabra tacto en él. Luego trate de ver las otras palabras escritas, todas en una escritura totalmente nueva para mí y que para mi sorpresa logre entenderlas un poco.

_ Con... el... tacto... –leí con lo complicado que me estaba resultando- se... puede... ver... un... pesado... ¿Pesado? –pregunte sin comprender y luego encontré mi error- Pasado. Con el tacto se puede ver un pasado. ¿Qué significa eso?

Luna no hizo nada, simplemente se quedo sentada mientras movía la cola y me miraba con sus grandes ojos azules. Fue Sol la que hizo algo en ese momento y se bajo del escritorio. Suspire. ¿Ahora esperaba que alguna de las gatas me dijera la respuesta de eso? Ni siquiera podían hablar. Esto resultaba delirante ya. Trate de pensarlo, con el tacto se puede ver un pasado. Era cierto de algún modo, yo con el tacto podía ver el mejor o el peor recuerdo de una persona y hacérselo revivir multiplicándole aun más la sensación. Pero la frase terminaba en “un pasado”. ¿Es que acaso era un término mas generalizado? ¿Qué no tenia por que ser solamente con las personas? El don de Derek también funcionaba para los objetos, era por eso que él nunca perdía nada y si lo hacia lo encontraba fácilmente. ¿Acaso el mío también funcionaria en objetos?

Gire sobre la silla para buscar rápido algo y entonces vi como Sol se acercaba con mi bola de cristal en su boca. Ella la soltó y enseguida la tome. Nada, no sentía nada por mas que no estaba portando guantes, solamente la pulida superficie de cristal. Me concentre mas, debía de existir algún modo. Cerré los ojos y suavemente deslice mis dedos sobre ella y tratando de pensar en un momento especifico para ver. Entonces la imagen vino a mí. La vi rodar por el pasillo de la escuela esta mañana y hasta sentí como rodaba a tal punto que llegue a marearme por la sensación. Luego simplemente, algo me detuvo o al menos tuve esa sensación ya que en realidad era a la bola de cristal a la que había detenido. Sentí y vi como Alex la levantaba suavemente y luego la miraba con curiosidad.

Entonces abrí los ojos y deje caer la bola al suelo. ¿Enserio era posible lo que acababa de pasar? ¿Había logrado vivir lo que la bola? Sonaba demasiado raro pero así había sido. Hasta aun guardaba la sensación de mareo por estar girando sobre el suelo. Me lleve una mano a la cabeza, me había costado esfuerzo hacer lo que había hecho. ¿Pero por que para los objetos debía concentrarme, hacerlo con intención, pensar en un momento preciso, y para las personas parecía todo lo contrario?

_ Por que los objetos no sienten nada –me respondí a mi misma

Ahora todo parecía estar claro. Un objeto no tenia tacto, no veía, no olfateaba, no sentía, no oía, no vivía, simplemente era un objeto. Una persona era todo lo contrario, con constantes pensamientos y recuerdos por mas inconscientes que fueran. No era lo mismo tener que buscar algo a tenerlo al instante. Mi don tenía un descontrol en cuanto a las personas que yo debía aprender a controlar rápidamente si quería volver a tocar a alguien.

Solo necesitaba comprobar que de verdad podía hacer lo que acababa de descubrir. Salí de mi habitación, bajando totalmente en medias las escaleras apresuradamente y buscando la primera cosa para comprobar si en realidad podía controlar esto nuevo que había aprendido. Me deje caer sobre el sillón del cuarto de estar y entonces toque con mis dedos su aterciopelada tela. Cerré los ojos y me concentre en un momento exacto. Me costo esfuerzo y unos segundos pero finalmente logre conseguirlo y vi el momento en el que Cato lo había comprado.

_ Me lo llevo –había dicho él totalmente desperezado sobre el sillón y mirando al vendedor

Casi reí y entonces abrí los ojos. Sonreí, de verdad funcionaba por más que me dejaba totalmente agotada el esfuerzo utilizado. Me levante, ya sintiendo menos fuerzas que antes y me dirigí a la cocina. No, mejor no. No tenia suficiente fuerza para hacerlo. Apenas si podía mantenerme en pie. Hice todo lo que podía por subir las escaleras y llegar a mi habitación. Me deje caer sobre mi cama, mirando una última vez el reloj sobre la mesa de luz para ver que hora era y cerrando los ojos unos segundos para descansar. No podía entender como el simple hecho de usar mi don me había dejado tan exhausta. Falta de práctica, era eso, necesitaba más para poder acostumbrarme y no resultar tan cansada. Esta era la primera vez que lo intentaba y por más que me había costado un gran esfuerzo había podido.

Me desperté, aun medio dormida luego de un sueño profundo y mire el reloj. Creí haber dormido más tiempo si me había acostado a las cinco y media y apenas eran las seis. Volví a acostarme para continuar durmiendo y me sorprendió ver lo oscuro que estaba todo. Entonces volví a mirar el reloj y me levante sobre saltada. ¡Mas de las tres de la mañana! No podía ser posible, no podía haber dormido tanto, apenas si se había sentido como segundos. No, no, no, era imposible. Pero aun así estaba tapada con una manta y la puerta de mi habitación estaba cerrada. Seguramente Cato debía de haberme encontrado estando dormida y había hecho esto por mi.

Estuve feliz por el cuidado que él me tenía y entonces me levante y salí de mi habitación. Nada, todo a oscuras. Pase rápidamente por la cocina luego de haberme saltado la cena y tome una manzana que comí mientras volvía a mi cuarto. Cerré la puerta tras de mi mientras terminaba de comer la manzana y entonces escuche un ruido en la ventana. Debía de ser Luna que seguramente había salido pero aun así me acerque para ver. La abrí para poder sentir un poco de aire fresco luego de tanto encierro y entonces la presencia de la luna fue inminente en mí.

Inconscientemente y totalmente atraída por la luna abrí más la ventana para poder salir apoyándome sobre el borde y subiéndome al techo. Camine hipnotizada por la luna hasta el medio del techo y ahí me senté como un gato con la mirada fija en ella. La sensación que me provocaba era divina, mi agua de la vida, mi fuente de energía, ella lo era todo para mi. Quizás la sensación que el sol causaba en mi no era la misma, no llegaba a hipnotizarme de este modo pero era cierto que lograba darme parte de las energías que me daba la luna. Aun no me acostumbraba a la idea de servir también al sol.

Quizás si... quizás no.... No sabia que pensar, la luna me tenia totalmente bajo su influencian. Imagine que si yo fuera un gato estaría moviendo la cola mientras tenia la vista fija en la luna y ronroneaba. De hecho, yo estaba ronroneando realmente, no era mi imaginación. Era increíble el efecto gatuno que la luna causaba en mí. Luna, gatos, brujas, todo eso iba junto, no me parecía raro lo que me estaba pasando.

Y en algún momento que estaba bajo el encanto de la luna, perdí totalmente la consciencia seducida ante mi reina.

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