Capitulo 30: Primera etapa


.

Me desperté cuando la luz del amanecer me dio de pleno en el rostro. Parpadee varias veces antes de acostumbrarme a la luminosidad del sol saliente. Me había quedado dormida sobre el brujo, no me sorprendía. Me levante y no pude evitar sonreír al ver que el rostro de Zachary ya no conservaba aquel desinterés y molestia con el que lo había conocido. Volví a mi habitación y rápidamente me ocupe de cambiarme y arreglarme. Me mire al espejo, me maquilla la herida que tenia en el cuello hasta ocultarla perfectamente y que pasara totalmente desapercibida. Abroche totalmente los botones de mi camisa y me sonreí. Agradecí a Zachary por haberme hecho reaccionar, por recordarme que no debía sufrir por un pasado sino que ocuparme de actuar en el presente.

Me senté en la silla frente al escritorio al ver que aun tenia tiempo. Una y otra vez trate de pensar y planear cuidadosamente que haría. Necesitaba encontrar a Alex antes de la noche de luna llena, pero lamentablemente el problema estaba ahí. En como demonios haría para juntarme con Alexander. Pero Christ no permitiría por nada del mundo que lo viera. No amenos que aquello solo fuera para causarme más dolor y sufrimiento...

Una sonrisa se fue dibujando en mi rostro. Ahí estaba la clave, en hacer creer que a Christ que aquello solo me haría sufrir mas. Si lo hacia enfurecer hasta el limite... Si le demostraba que ya no creía en todas sus amenazas... Entonces él no tendría más remedio que mostrarme que sus amenazas eran ciertas y me obligaría a ver a Alex solo para hacerme sufrir más. Pobre brujo-ángel, siempre tan confiado en que las cosas saldrían como él las tenía previstas que ni se daría cuenta de que en realidad me estaba ayudando. Una sonrisa casi malvada se hacia presente en mi.

Me levante de mi lugar, me mire nuevamente al espejo viendo que aquella sonrisa malvada solamente completaba la apariencia de la bruja. La minifalda extremadamente corta, los zapatos de tacón, la camisa ajustada al torso. Mi sonrisa solo se ensancho, era increíble a veces como la bruja dentro de mi llegaba a tomar casi totalmente el control. Y así de fácil como había aparecido aquella sonrisa malvada a causa de que tenia mi plan casi armado perfectamente y sin posibilidad de fallo, también se fue. Me arregle la falda bajándomela cuanto podía a pesar de lo corta que era, me puse una chaqueta sobre la camisa para ocultar cuanto se ceñía a mi cuerpo. Coloque una hebilla a un lado de mi cabello y me sonreí dulcemente.

Salí de mi habitación viendo que la mañana se había consumido totalmente. El día pasó rápido y suspire tristemente al no haber visto a Nicholas en todo este tiempo. Trate de hablarle pero ni siquiera me respondió si era que me estaba escuchando. Y aun así, una parte de mi estaba segura de que él seguía vivo y solamente me estaba evitando. Llegada la tarde, mi soledad se sintió solamente más. Al menos las clases habían terminado por el día de hoy, eso lograba reconfortarme en cierto modo. Sonreí apenas, con la vista clavada en el suelo.

_ ¿Puedo saber cual es tu motivo para sonreír y sonreír también? –pregunto él

Me di vuelta, cansada de encontrarme a Christ con cada paso que diera. Él estaba apoyado cómodamente contra la pared, totalmente vestido de negro como siempre y sosteniendo una rosa entre sus manos. Se puso en pie y se acerco hasta mí. Me miro a los ojos y enseguida me quede prendida de su gatuna mirada. Él sonrió al ver que había caído en su encanto y me tendió la rosa.

_ Tómala –ordeno

No pude hacer nada más que obedecer al ser nuevamente victima de su don y tome la rosa que él me ofrecía. Baje la vista y mire sintiéndome totalmente extraña la rosa, con los pétalos rojos como la sangre y las filosas espinas en su tallo dispuestas a herir. No era esta la rosa que yo deseaba entre mis manos. Era aquella blanca y sin espina alguna que alguien había dejado alguna vez en mi habitación por mi cumpleaños. Levante la vista y mire a Christ, decidida a no volver a caer nuevamente en su encanto.

_ ¿Qué quieres? –dije

_ ¿Qué? ¿Acaso no puedo preguntarte cual es el motivo de tu aparente felicidad y unirme yo también? –Dijo él y miro la rosa entre mis manos- Realmente no quiero llegar a esto Katherin pero comenzaras a cambiar el modo en que rechazas todo lo que te ofrezco con o en contra de tu voluntad.

_ Que horrible debe ser no salirte con la tuya. ¿No? –Dije y sonreí maliciosamente- Debe ser torturante tener que aprovecharte de tu don para que los demás hagan lo que quieras cuando tu hermano consigue todo lo que quiere sin magia alguna. Que horrible es cuando un hermano menor supera al mayor en todos los aspectos.

_ Cállate –murmuro él

Vi la desesperación y la frustración en su rostro, vi que había perdido el control de si mismo. Que ya no era la calmada mano izquierda de Lucifer que podía soportar cualquier cosa. Sonreí ante mi victoria, él no soportaba oír que existía alguien mejor. Sus manos temblaban, él apretaba los dientes tratando de controlarse nuevamente. Casi quise reír de haber podido pero continué con mi malicioso juego. Si él pretendía jugar con las palabras y las debilidades de los otros, yo también lo haría.

_ ¿Por qué? ¿Acaso no soportas oír la simple verdad? –Pregunte- Que terrible ha de ser tu vida. A la pobre mano izquierda de Lucifer se le ha pasado por alto una vida. Creíste haber matado a tu hermano y sin embargo él estuvo vivo todos estos años y se burlo de ti. Hasta te ha vencido una vez jugando al poker y frente a tus seguidores. Pobre Christ, no soporta que su hermanito sea mejor que él. ¿Sabes a que edad él consiguió el puesto de líder? Trece años. ¿Cuánto tiempo de extrema lealtad y fidelidad al Consejo te llevo a ti para que te tuvieran en cuenta como un posible líder? No eres más que un pobre y débil ángel que acepto un trato con el diablo solo para pretender tener más poder.

_ Retira ya mismo aquella palabras –dijo él y reí

_ ¿Por qué? No es más que la pura y cruda verdad y lo sabes –dije sonriendo- ¿O acaso te niegas a aceptarlo? Déjame en paz Christ. Deja de buscarme o te aseguro que me encontraras.

Lo fulmine con la mirada una última vez antes de darme vuelta y partir. No pude ni dar tres pasos sin que Christ me atrapara por la muñeca y me tirara contra un muro. En menos de un segundo estuvo frente a mí, acorralándome y aprisionando mis manos sin dejarme modo de defender. Resople y lo mire completamente furiosa a los ojos del mismo modo que él lo hacia. Casi parecía un déjà vu, ya antes un Engel me había acorralado del mismo modo y en los pasillos de una escuela. Y sin embargo, aquella vez para mi se había sentido muy diferente a como la sentía ahora.

_ Suéltame –dije

_ ¿Y si no quiero que harás? –Dijo él- Este es mi territorio, hago lo que se me plazca y tú no puedes hacer nada al respecto.

_ ¿Tendré que alejarte por las malas ya que te niegas a hacerlo por las buenas? –Dije y sonreí- Stare lontano.

Mi sonrisa solo se ensancho al ver como él se alejaba tanto como se lo permitía el pasillo y se golpeaba fuertemente contra los ventanales del otro lado. Me despegue del muro y trate de seguir con mi camino. En un segundo Christ estuvo frente a mí y me hice a un lado evitando el golpe que casi me da de pleno en el rostro. Lamentablemente, aquello no basto para evitar el segundo golpe que me tiro al suelo. Puse las manos delante de mí para no golpearme fuertemente el rostro y ahí me mantuve, sosteniéndome sobre mis manos en el suelo.

_ Tu, junto con Alexander, son lo peor que me paso en la vida –dijo Christ

_ Que gusto estar en la misma categoría que él –dije sonriendo

Aquello solamente enfureció más a Christ. Él me tomo por mis prendas y me levanto del suelo. De un fuerte golpe me tiro contra la pared y volví a caer. Con mucha dificultad logre volver a ponerme en pie a pesar del dolor. Me limpie el hilo de sangre que salía de mi labio inferior y lo mire con odio. Por un momento quise atacarlo y darle un buen golpe pero me contuve. No podía demostrarle que yo era fuerte, debía continuar con mi farsa y hacerle creer que él tenía poder sobre mí físicamente.

_ Piensa muy bien cada cosa que digas o tendrás que pagar por las consecuencias –dijo él

_ ¿Por qué? ¿Acaso te duele saber que siendo la mano izquierda de Lucifer no consigues lo que deseas mientras que un simple ángel si? –Dije y reí- ¿Cómo se siente aquello Christ? ¿Saber que un ángel supera a la mano izquierda de Lucifer?

Él tomo un cuchillo e intento abalanzarse sobre mí. En menos de un segundo su arma choco contra otra y ahí se mantuvo inmovilizada. Mire asombrada a Nicholas que había aparecido repentinamente para evitar que Christ me dañara. Ellos dos se separaron dos metros, ambos mirándose fijamente con odio y apretando los dientes, aun sosteniendo sus cuchillos en cada mano. Vi el miedo cruzar por el rostro de Nicholas por un segundo y no comprendí nada hasta que Christ se movió tan rápido que ni lo sentí. De pronto tenia su brazo alrededor de mi cuello, dejándome sin aire, y Christ me sostenía contra él mientras que con su mano seguía sosteniendo el cuchillo que me apuntaba directo al rostro.

_ Que pena seria que marque aquel precioso rostro que tiene –dijo él

_ Suéltala ya mismo –dijo Nicholas furioso y Christ rió

_ Pobre Nicholas, se desespera por la mujer que alguna vez amo y gracias a la cual perdió su alma solo por un simple corte que podría hacerle en su precioso rostro –dijo Christ- Tu no solías ser así Nicholas. Eran las mujeres quienes sufrían por ti y no tú por ellas. ¿Qué fue lo que te sucedió? Ahora pretendes defender a una muchacha que te dejo por otro y encima por un ángel. Que bajo has caído. ¿Qué será de tu reputación cuando se enteren que la mano derecha de Lucifer fue reemplaza por un miserable ángel? Algo realmente deprimente.

_ Basta de juegos de palabras Christ –dijo Nicholas- Ahora suéltala ya mismo.

_ Si tanto la quieres ven y tómala –dijo Christ y acerco mas el cuchillo a mi rostro- Aunque quizás no la recuperes sin herida alguna.

_ Suéltala –repitió Nicholas por tercera vez

_ Oblígame –dijo Christ y sonrió- Acércate si te atreves.

Vi la desesperación cruzar por los ojos de Nicholas, note como su mano de pronto totalmente pálida temblaba ligeramente. Quise deshacerme del agarre de Christ y aun así mi cuerpo estaba totalmente inmóvil. Su fuerte agarre ya me estaba dejando totalmente sin aire y pronto no lo soportaría más. Sentí como detrás de mi Christ se reía al ver la expresión de Nicholas y solo entonces lo comprendí. Lo mire alterada al ver lo que en realidad estaba sucediendo.

_ Ven a buscarla si tanto lo deseas –dijo Christ- Ah, cierto que su alma te tienta demasiado. A esto has sido rebajado Nicholas, de mano derecha de Lucifer a un brujo condenado a la soledad y a la muerte. ¿Por qué simplemente no te acercas? Acércate y toma el alma de ella. ¿No crees que sea lo justo? Después de todo, tú perdiste tu alma a causa suya.

_ Aquello no es cierto –dijo Nicholas- Ahora, déjala libre.

_ Como quieras –dijo Christ y sonrió maliciosamente- Es toda tuya.

Él me soltó y me empujo de modo que termine chocándome contra Nicholas. Al instante el brujo me atrapo y sentí como se quedaba totalmente duro. Instintivamente me aleje un paso, viendo como él estaba totalmente pálido y sus ojos me miraban con hambre y deseo. Él intento volver a controlarse nuevamente mientras Christ no hacia nada más que reír. Retrocedí otro paso, me dolía ver el dolor de Nicholas en su rostro mientras se debatía para volver a controlar su hambre. Christ nuevamente apareció frente a mí como una sombra y me sonrió mientras me miraba a los ojos y yo caía bajo el poder de su don.

_ Desmáyate –ordeno

Me estremecí por el pánico antes de que su don tuviera efecto. En un segundo Nicholas estuvo detrás de mi y me sostuvo cuando mi vista se volvió totalmente negra y caí en la inconsciencia. ¡Maldito brujo! ¿Acaso era necesario que su don fuera tan poderoso? Lo odie más que nada por saber lo fácil que él tenia control sobre mi cuerpo. Una simple palabra y me había hecho caer en la inconsciencia, una simple orden y había demostrado que tan poderoso podía llegar a ser.

Parpadee varias veces antes de volver a la realidad. Me lleve una mano a la cabeza ante la confusión y la leve jaqueca que sentía. Mire para todos lados, perpleja de encontrarme en mi habitación. Más precisamente, sentada sobre mi cama. Trate de aclarar mi mente, de volver a ponerle orden a todo. ¡Maldito Christ! El atardecer tintaba todo el ambiente de un tono anaranjado y el cielo estaba rojo como la sangre en este momento. El sol se ocultaba rápidamente, regalando unos últimos minutos de luz antes de desaparecer totalmente hasta la mañana siguiente. Levante automáticamente la vista al escuchar un tenue gemido y vi a Nicholas sentado al otro lado de la habitación. Él estaba totalmente pálido sentado sobre la silla frente al escritorio, sus manos temblaban ligeramente mientras se sostenía la cabeza, la desesperación estaba gravada en su rostro y sus ojos estaban oscurecidos por el deseo. Sofoque un grito al verlo en aquel estado y saber lo que pronto ocurriría.

_ Lo siento –dijo él casi en un susurro- No pude resistir mas tiempo y la tentación era mucha, la muerte me esta venciendo.

_ ¡No te hubieras acercado a mí y ahora no estarías así! –Exclame ya sintiendo el dolor en mi corazón- Yo podía sola con Christ, no tendrías que haber intervenido.

_ La situación no hubiera cambiado mucho gatita –dijo él y rió tristemente- Te dije que no sobreviviría mas allá de tres días, solamente el tiempo se ha adelantado un poco.

_ ¿Por qué te has quedado aquí? –Dije- Eso solo lo empeoro.

_ No tenía otra opción. Vi lo que Christ tenia planeado hacerte si te dejaba sola –dijo él- Para cuando el sol se oculte totalmente, mi vida se habrá acabado también.

_ Por favor no –dije y él rió de un modo casi desquiciado

_ Es lo que elegí –dijo Nicholas- Al menos me hubiera gustado haber podido cumplir con todos los puntos de mi lista pero ni siquiera de eso fui capaz.

_ Por favor no te mueras –dije

_ No puedo soportarlo mas gatita –dijo él- Tu alma me tienta más que nada y me estoy aferrando a toda mi fuerza de voluntad para ahora no abalanzarme sobre ti y tomarla. Siento no haber podido ser lo suficientemente fuerte como así deseabas o necesitabas. Espero que a la persona que ames te cuide y valore como te mereces. Realmente lamento no haber resistido más tiempo...

_ ¡Cállate! –exclame y él levanto la vista, mirándome sorprendido- ¡Lo quieras o no, no te morirás este día! Quiero que continúes con tu vida, quiero que me ayudes a cumplir con mi deber. Quiero que veas el momento en que finalmente venza a Christ. Quiero que los años pasen y que sigas a mi lado, que continúes haciendo tus odiosos comentarios respecto a mi vida privada, que revises mi cabeza totalmente por más que yo odie que violes mi privacidad. ¡Por el cielo y el infierno, eres Nicholas Devang! ¡Demuestra el brujo poderoso que eres y gánale a la misma muerte!

Las palabras salían furiosas de mis labios, mis ojos ya estaban totalmente llenos de lágrimas mientras le seguía gritando. Realmente no quería que se muriera, no quería creer que esta seria la ultima vez que lo vería. No quería que se rindiera tan fácilmente y sin haber dado pelea alguna. ¡Él era Nicholas Devang, tenia que vencer a la propia muerte! Me levante mirándolo totalmente molesta mientras lagrimas de furia e impotencia comenzaban a rodar por mis mejillas. ¡No podía ser que se rindiera tan fácilmente!

_ ¡Tu no eres débil! –Exclame parándome frente a él, aun controlada por la rabia que me causaba su actitud- ¡Ahora deja de lamentarte por que tu no morirás este día!

_ ¿Acaso no te das cuenta de que ya no lo resisto más? –Exclamo él mirándome con desesperación- ¡Te juro que quiero pero no puedo! ¿Acaso no te das cuenta de que ya no tengo más tiempo? ¡Me deben quedar minutos con suerte!

_ Entonces levántate, ve y toma al menos la energía vital de alguien –dije furiosa

_ No lo haré –dijo él seriamente- Jure que no tomaría ni un alma ni energía vital en toda mi vida y no pienso romper ese juramente minutos antes de mi muerte.

_ ¿Y que demonios importa tu maldito juramento? –Exclame- ¡Hay brujos que roban un alma por día y tu te niegas a tomar algo tan simple como la energía vital!

_ No lo haré –repitió él, desviando la mirada para evitarme

_ Por favor, no quiero que mueras –susurre dolida- Y mucho menos frente a mi.

_ Lo siento –susurro él

_ Pero es tan solo energía vital, se recupera en horas y puedes tomarla de –dije y me quede helada cuando mi cabeza hizo clic- cualquiera.

Mire enseguida a Nicholas, casi agradeciendo el hecho de que él estuviera tan concentrado en otra cosa como para prestarle atención a su don. De hecho, hasta casi estaba segura de que había dejado su don totalmente de lado para solo concentrarse en mantener su control hasta ultimo momento. Una rápida sonrisa paso por mi rostro mientras mi mente seguía haciendo sus conjeturas. Algo mas de tiempo, era aquello lo único que deseaba para él. Y si tomaba energía vital iba a obtener exactamente aquello, un poco mas de tiempo. Además, la energía vital se podía recuperar totalmente en días a menos que fuera robada totalmente pero dudaba que Nicholas hiciera aquello. ¿Y que mejor modo de enfurecer a Christ hasta el limite que haber frustrado uno de sus planes que terminaba en muerte? Tan solo me tomo un segundo decidirlo. No me importaba mi energía vital, aquello si era capaz de cederlo y mucho mas si era a Nicholas.

_ ¿Ni siquiera un ultimo abrazo? –susurre y él me miro

_ Katherin...

No lo deje terminar. Me incline hasta estar a su altura y entonces pase mis brazos alrededor de su cuello, apoyando mi cabeza sobre su hombro. Realmente no deseaba que muriera, no quería que aquello pasase. Al instante el brujo se quedo totalmente duro. Quizás por que su control le era difícil de mantener cuanto mas cerca estuviese, quizás por que mi temperatura era mucho mas fría de la que él debía recordar o quizás simplemente por que hacia mucho tiempo que no lo abrazaba. Y aun así, aquello no basto para corromper su voluntad y hacerlo perder su control. Aquello no era suficiente para romper su voluntad, debía tentarlo aun más.

Suspire, de modo que mi suave suspiro le dio totalmente en la piel de su cuello. Se estremeció apenas pero su control no se rompió por más que estaba totalmente duro. Me quite los guantes y permití que mis manos se deslizaran por la suave piel de su nuca, justo debajo de sus rizos. Permití que mi don actuara. Nada. ¡Tenia que haber algún modo de romper su maldito autocontrol! Y aun así, él seguía igual de duro aunque gracias a mi tacto ya podía sentir como su autocontrol comenzaba a fallarle. Sonreí, simplemente debía tentarlo un poco mas hasta corromper totalmente su voluntad.

_ Katherin... –repitió él

Sabia lo que me iba a decir, sabia que me pediría que me alejara y aun así no me importo. Lo interrumpí nuevamente antes de que siquiera pudiera continuar. Gire apenas mi rostro y apoye mis labios contra su mejilla, causando que su autocontrol fallara aun más y que él se estremeciera ligeramente. Dulcemente bese su mejilla, deseando con todas mis fuerzas que aquella no fuera la ultima vez. Pero el maldito brujo seguía sin ceder, realmente parecía dispuesto a morir antes que romper su juramento.

_ Por favor no lo hagas –susurro él

_ ¿Qué no haga que? –susurre en su oído

_ Tentarme –dijo él- Lo ultimo que deseo es hacerte daño.

_ Pues entonces lo lamento Nicholas, pero es exactamente aquello lo que quiero que hagas –susurre

_ No quiero tomar algo tuyo –dijo él temblando ligeramente y suspire

_ No me dejas otra opción –dije

Lo solté y me puse en pie mientras que él permaneció sentado en la silla. Su rostro estaba totalmente pálido, sus ojos estaban oscurecidos por el deseo y la tentación y mostraban claramente su debate interno. Había un deje de desesperación en su rostro y su boca estaba ligeramente abierta como si quisiera decir algo y no encontrara las palabras. Sin más preámbulos, lo tome por la corbata negra que llevaba puesta, parte del uniforme del Bella Vista, y tire de él hasta obligarlo a ponerse en pie. Retrocedí un paso y nuevamente tire de él para que se acercara, decidida a romper su autocontrol de un modo u otro. Tire con tantas fuerzas de modo que ambos terminamos chocándonos y levante la vista para mirarlo directo a los ojos, respirando agitadamente por el esfuerzo. Hacia demasiado tiempo que no lo tenía tan cerca, hacia demasiado tiempo que no tenía su rostro tan próximo del mío ni sentía su respiración entremezclarse con la mía.

_ Katherin, por favor no –dijo él

Le eche un rápido vistazo al ventanal y por un segundo el pánico me recorrió al ver que tan poco tiempo quedaba. El sol estaba regalando su último minuto de luz. No me importaba si él me lo pedía, no me importaba ni si se ponía de rodillas y me suplicaba que no lo hiciera, yo estaba dispuesta a no dejar que muriera. Lo mire fijamente a los ojos, sabiendo que tenía muy poco tiempo y no existía otro modo de tentarlo tanto como para hacerlo romper su autocontrol en cuestión de segundos. Mi corazón tembló durante un segundo pero de un modo u otro ya no tenía nada que perder. Era momento de volver realidad por lo que se me había acusado por más que ahora seguramente no seria lo mismo. Durante un momento, mi mente tan solo tuvo un pensamiento: Lo siento Alex.

No le deje ni tiempo de reaccionar cuando él conoció mis intensiones. Sin más preámbulo, tome su rostro entre mis manos y lo acerque hasta que sus labios estuvieron sobre los míos. Fue cuestión de segundos para que su cuerpo cediera totalmente y sus labios atraparan los míos. Sentí sus manos deslizarse alrededor de mi cuerpo y aprisionarme para nunca mas soltarme. Su beso me dejaba totalmente sin aire y aun así no quería ceder. Sus labios contra los míos me provocaban un placer causado por el mismo infierno, un placer que había creído olvidar y ahora recordaba perfectamente. Mi cuerpo se movía involuntariamente, juntándose mas con el suyo mientras lo seguía besando casi con deseo y desesperación. Hacia tiempo que no probaba aquel sabor peligroso y envenenado que solo contenían sus labios.

Gemí apenas cuando él mordió ligeramente mi labio inferior mientras seguía sosteniendo su rostro entre mis manos, acercándolo lo más que podía. Aquel placer maldito y embrujado que solo Nicholas causaba en mi me domino totalmente. Él nuevamente había provocado que dejara lo bueno y correcto de lado, que la lujuria que alguna vez me había dominado volviera a tomar el control. Mis manos lo soltaron y automáticamente fueron a mi cuello. Me ocupe de desprenderme los primeros botones de mi camisa viendo que él solo parecía concentrado en continuar besándome de aquel modo salvaje. Él al instante llevo una mano a mi cuello y la metió entre la tela y mi piel como un maestro, deslizando todo a su paso y dejando mi cuello y mi hombro izquierdo totalmente al descubierto.

Cuando el aire me fue necesario, Nicholas dejo mis labios pero aun así no parecía estar dispuesto a despegar los suyos de mi piel. Él beso la comisura de mis labios y luego mi mandíbula mientras yo trataba de controlar mi agitada respiración. Sentí sus labios deslizarse por todo mi cuello y besarme muy delicadamente ahí donde tenia la herida mientras que su mano seguía recorriendo toda mi piel debajo de toda prenda. Me quede sin aire cuando sus dedos rozaron mi marca, quemándome totalmente pero aun así él pareció no alterarse.

_ Maledetta strega –murmuro él contra mi piel- e maledetta angelo.

Casi al instante sentí como perdía todo el aire y mi corazón se detuvo por un momento. Su mano volvió a deslizarse con suavidad por mi hombro izquierdo y tomo una presencia casi visible. Tiro de ella y casi al instante sentí como la energía comenzaba a faltarme. Mis piernas fallaron y Nicholas me sostuvo con su otra mano mientras con la primera seguía tomando mi energía vital y sus labios continuaban pegados a mi piel. Mi respiración se fue haciendo lenta y espesa, mis latidos cada vez mas débiles. Antes de que pudiera darme cuanta él ya estaba arrodillado en el suelo, sosteniéndome mientras seguía tomando mi energía vital. El negro ya amenazaba con dominar mi visión y volver a caer otra vez en la inconsciencia el día de hoy.

Para cuando me di cuenta de lo que estaba pasando ya era demasiado tarde. ¡Maldición, lo había tentado demasiado! Ahora, él parecía no dispuesto a detenerse sino que a tomar mi energía totalmente hasta acabar con mi vida. Los segundos pasaron, cada vez se me hacia mas difícil respirar y cada vez eran menos los latidos de mi corazón. Con mucho esfuerzo logre mover una mano hasta ponerla sobre su hombro pero él no se inmuto. Uno de mis dedos llego a rozar apenas la piel de su cuello pero ya ni mi don tenia efecto. Ya casi no tenía energía.

_ Nicholas... –dije con gran dificultad

Él no me escucho, estaba demasiado ocupado en lo suyo. Temí al ver lo oscuros que ahora me resultaban sus ojos y me hubiera estremecido de haber podido. Eso había ocurrido, lo había tentado demasiado. Él me había dicho que no debía hacerlo, que si aquello sucedía él perdería totalmente el control y no seria capaz de detenerse y sin embargo yo en ningún segundo me había detenido a pensar en como seria si a un muerto de hambre le dabas comida de primera. Eso había hecho yo, le había dado a alguien que estaba a punto de morir desalmado la posibilidad de tomar la energía de un ángel y de una bruja.

_ Nich...

No fui capaz esta vez de terminar siquiera su nombre, la debilidad ya me era demasiada. Ni siquiera tenia fuerzas para pensar y gritarle internamente para que me escuchase. Mi cabeza cayo hacia atrás, mi vista se clavo en el techo mientras una tonta sonrisa se dibujaba en mi rostro. Al menos él no moriría este día. Mi vista primero se volvió borrosa antes de oscurecerse totalmente y que nuevamente volviera a caer en la inconsciencia. ¿Y ahora que? Yo confiaba en Nicholas. ¿Entonces por que una parte de mi temía no volver a despertar? Él no me mataría, estaba segura de aquello y confiaba en que mi intuición no me fallaría.

Intuición... Aquel había sido el ultimo regalo que él me había dado el mismo día de año nuevo, antes de que Christ apareciera y empezaran todos mis pesares. Que nunca desconfiara de mis corazonadas, que mi intuición nunca me fallase, que pudiera ver mas allá de donde veían los demás, aquel había sido el regalo que él me había dado, una virtud que ahora yo apreciaba enormemente. Ya que después de todo, aquella virtud era todo lo que me quedaba de él. Y aquella era la misma virtud que ahora me estaba ayudando para intuir los movimientos de Christ, preverlos y usarlos a mi favor. Mi subconsciente ya había demostrado ser un genio una vez pero ahora solo lo confirmaba. Christ conocía mi mayor temor y no dudaría en hacérmelo revivir para hacerme sufrir nuevamente. Y para mi suerte, aquello me era extremadamente conveniente. Y en menos de cinco minutos, mi mente había ideado el plan perfecto y sin fallas que había estado buscando todo este tiempo.

Cerré los ojos con fuerza cuando una luz brillante me dio totalmente en el rostro. Para mi sorpresa, jamás había dormido tan profundamente como ahora. Y aun seguía sintiendo algunas secuelas como la falta mínima de equilibrio y aun conservaba un poco de debilidad y agotamiento. Parpadee varias veces antes de abrir los ojos y que la fuerte luz de un amanecer me cegara. Puse una mano delante de mí para resguardarme de los rayos del sol. Con mucha dificultad me levante de la cama y me puse en pie. Por un momento casi pierdo totalmente el equilibrio y la falta de fuerzas casi me hace caer al suelo. Logre mantenerme en pie con mucho cuidado y me acerque hasta el gran ventanal. Cerré los ojos al pararme frente a él y sentir como la luz del amanecer me daba de pleno. Suspire casi de placer y una sonrisa de felicidad se dibujo en mi rostro. Era aquello lo que necesitaba, sol. Rápidamente sentí como recuperaba algo de mis fuerzas y mi sonrisa solo se ensancho.

Vuelve a jugar conmigo de ese modo y te juro que no volverás a salir ilesa –dijo él

Reí ante la verdadera amenaza lujuriosa detrás de aquellas palabras y me di vuelta. Él estaba ahí, sentado en mi cama, mirándome con gran seriedad y un notable enfado grabado en el rostro. Puse los ojos en blanco, ni que fuera para tanto lo que yo había hecho. Tan solo provocarlo hasta el punto de hacerlo perder su control y que tomara mi energía vital. Me acerque a él y casi al instante me atajo por la muñeca y tiro de mi hasta que me senté a su lado. Me fulmino con la mirada por un momento, advirtiéndome mudamente que no volviera a hacer aquello si no deseaba terribles consecuencias. Trague con dificultad, ya esperando cual seria mi terrible castigo por lo que había hecho. Pero en vez de eso, Nicholas me abrazo, dejándome totalmente perpleja y estrechándome fuertemente contra él.

_ Vuelve a hacerme aquello y me vengare –dijo y me abrazo más fuertemente- Pero aun así, gracias por permitirme vivir un poco más.

_ Eras tu el tonto que se negaba a hacerlo –dije- No me importa cuanto sea tu orgullo maldito y soberbio brujo, a veces se debe recurrir a la ayuda de los demás.

_ No deseaba arrebatarle nada mas a nadie y mucho menos a ti –dijo él tristemente- Ya les he quitado muchas cosas a muchas personas por mi anterior trabajo.

_ ¿Entonces ahora tendrás más tiempo? –pregunte y él me soltó, mirándome a los ojos y sonriendo

_ He tomado tu energía vital, no podría haber tomado una mejor ni aunque lo desease –dijo él- Pasara un largo tiempo antes de que vuelva a sentir hambre. Pero aun así gatita, sabes que tarde o temprano la muerte vendrá a buscarme por la vida que he decidido tener.

_ Deja por un momento de pensar en los demás –dije molesta- Eres un brujo, un ex-servidor de Lucifer, se supone que no tendrían por que interesarte los demás. Empieza a tomar energía vital de los demás cada vez que la necesites o seré yo misma quien te tentara la cantidad de veces que sea necesario para que no mueras de hambre. ¡Nicholas, por el diablo, eres un brujo y uno identificado por el pecado capital de la soberbia! Ahora, deja de pensar en el bienestar de los demás y empieza a pensar como el brujo oscuro que en realidad eres.

_ ¿Y sino que harás? –pregunto él con una sonrisa maliciosa en su rostro

_ Sino tendré que volver a tentarte cada vez que estés en un estado critico –dije y su sonrisa solo se ensancho

_ Entonces no cuentes con que deje de pensar en el bienestar de los demás, tendrás que tentarme todas y cada una de las veces que sea necesario –dijo él

_ Maldito brujo –murmure y él solo sonrió

_ Maledetta gattina, mia rovina –dijo Nicholas- e maledetto angelo che me sostituito.

_ ¡Ey! –me queje

Él solo rió antes de abalanzarse sobre mí y tumbarme de modo que quede debajo de él. Y aun así, yo también reía y sonreía sin poder evitar hacerlo. Estaba feliz de que nuevamente fuera él, de nuevamente verlo sonreír de aquel modo que solamente podía ser suyo y de nuevamente tenerlo tan cerca. Lo había extrañado mucho, había deseado que volviera a ser él mismo. Y por más que sabía que la situación nunca volvería a ser la misma, que los viejos tiempos nunca serian revividos nuevamente y que mi corazón ya tenia otro dueño por mas conflictos que tuviera, no podía dejar de sonreír al mirarlo a los ojos.

_ Siento algo –susurro él acariciando mi rostro y su sonrisa solo se ensancho- Por primera vez, desde hace meses, realmente siento algo por más mínimo que sea. Ya no es como antes que podía sentir cualquier emoción perfectamente pero no tienes idea de que tan feliz me hace por más mínimo que pueda llegar a sentirlo. Antes estaba vacío totalmente, no sentía absolutamente nada. Ahora ya no tanto. No tienes idea de cuanto te lo agradezco.

_ No es nada –dije y su sonrisa solo se ensancho

_ Ahora tendré que tachar dos puntos de mi lista –dijo él y lo mire con curiosidad

_ ¿Cuáles? –pregunte

_ El primero, poder vivir un poco mas de tiempo –dijo y me miro a los ojos- Y el segundo, haber obtenido un ultimo beso tuyo.

_ ¿Qué? –susurre atónita y él me miro con tristeza

_ Jamás pude darte un último beso antes de que Lucifer corrompiera mi alma y luego tú te enamoraras del ángel –susurro él mientras me acariciaba suavemente la mejilla- Jamás te pude decir adiós. Lo poco que recuerdo de mi vida como Nick es a partir de lo que vi en la mente de los demás. Y aun así me sigue resultando totalmente ajeno. De lo único que estoy seguro, es que yo me enfrente a Lucifer para que no te hiciera daño y luego era yo el que te había herido con un par de tijeras y un ángel te sostenía. ¿Ahora entiendes mi punto? Jamás te pude decir adiós, jamás te pude dar un ultimo beso, jamás nada. Fue todo demasiado rápido y sin control alguno. Y para cuando volví a ser yo mismo, tú ya estabas totalmente enamorada de otro.

_ Lo siento –dije y suspire- Pero a veces ni yo misma entiendo los caprichos de mi corazón.

_ No son caprichos, son aciertos y errores que uno mismo debe juzgar –dijo él- Los sentimientos del corazón son totalmente incontrolables para casi todos. No tienes por que lamentarte.

_ ¿Entonces es aquello lo que siempre quisiste? –Pregunte- ¿Un último beso?

_ Si –dijo Nicholas

_ Pues entonces tómalo antes de que me arrepienta –dije

Una rápida sonrisa, casi rozando la dulzura, paso por su rostro. Me levanto el rostro y apenas si poso sus labios sobre los míos. El terrible sabor a dolor y despedida me dejo aun más abatida de lo que esperaba. Definitivamente lo extrañaría, pero yo ya no sentía lo mismo por él. Y me dolía terriblemente saber que yo era la causa de su nuevo sufrimiento. Jamás me había besado con tanto cuidado, con tanta delicadeza y amor y aquello no hizo más que aumentar mi sentimiento de culpabilidad. Él separo sus labios de los míos y se alejo unos centímetros para mirarme directo a los ojos. Me sonrió sin el mas mínimo deje de dolor, con esa sonrisa suya picara y algo maliciosa.

_ No creas que me he dado por vencido tan fácilmente –dijo él- No pienso cederle al ángel tan fácilmente lo que quiero y no caeré sin dar pelea.

Aquello basto para sacarme una sonrisa por más que internamente sabía que él por el momento no tenía posibilidad alguna. Aunque aquello podía cambiar. Tal como había dicho Zachary, debía encontrar a Alex y deshacerme de este dolor y sufrimiento que aun guardaba. Y si el destino decidía que yo debía olvidarlo totalmente, aquello haría. Aun así, no me gustaba mucho la idea de ver a Nicholas como una segunda opción pero la parte bruja dentro de mí no tuvo escrúpulo alguno en aceptarla.

_ ¿Cuánto tiempo nos queda? –pregunte

_ Lamentablemente –dijo él aunque su voz no tenia ningún deje de arrepentimiento- he tomado mucha energía vital de ti. Has dormido durante dos días.

¿Alguien escucha? –pregunte y él asintió

Nos queda muy poco tiempo si pretendemos escapar el día de luna llena –dijo Nicholas- Espero que tengas un buen plan armado.

Precisamente –dije y sonreí- Y hoy mismo lo pondré en marcha. Recuerda esto, el día de luna llena nosotros habremos huido de aquí habiendo burlado totalmente a Christ en su cara y habiendo cumplido nuestra misión perfectamente.

Haré cualquier cosa con tal de burlar los planes de ese maldito ­–dijo Nicholas sonriendo

Entonces tendrás que abstenerte a las consecuencias de no cumplir con el pedido de mi papá –dije y aquello pareció disgustarle

Maldición –dijo él- ¿Qué demonios tienes en mente esta vez? Seguramente nada que vaya a gustarme hacer. No confío en tus locos planes desde que pasaste a ser una caballera.

Tranquilo, estoy segura de que resultara bien todo –dije sonriendo

¿Y sino que? –Pregunto él e hice una mueca, no respondí- ¿Y?

No tenemos por que fallar –dije- Estoy segura de que todo saldrá perfectamente, confío plenamente en mi intuición. Ya lo veras. Para esta hora, el día después de la noche de luna llena, estaremos lejos de aquí.

Ojala tengas razón gatita –dijo él y sonreí

Sé que la tengo –dije

Sin mas, lo empuje para que dejara de estar sobre mi y me senté. Me baje de la cama y me puse en pie, estirándome cuanto podía. Era delicioso sentir los rayos del sol dándome constantemente en todo el cuerpo. Me acerque hasta el armario y rápidamente saque otras prendas para formar el uniforme del Bella Vista. Puse los ojos en blanco antes de comenzar a cambiarme, totalmente de espaldas a Nicholas. Era en vano si lo echaba de mi habitación o si yo me iba a cambiar a otro lado, lo conocía demasiado como para estar consciente de los abusos que hacia a su don. Y, el simple reflejo de su sonrisa maliciosa en el espejo, basto para confirmarlo.

Me cambie rápidamente y me detuve antes de ponerme un par de zapatos. Sonreí y me acerque al bolso que aun continuaba medio lleno. Rebusque en él hasta dar con mis botitas de cuero acordonadas y me las puse. Era la primera vez desde que estaba aquí que lo hacia y aquello era para no haber tenido la oportunidad de delatar las modificaciones que le había hecho Jude. Me sonreí a mi misma, si todo salía como lo tenía previsto, entonces realmente venceríamos a Christ y nos burlaríamos de él frente a sus narices.

¿Entonces que tienes planeado hacer? –pregunto Nicholas y me di vuelta, le sonreí

Burlarme de Christ. Aprovecharme de lo que él creerá que solamente será para torturarme y darle vuelta totalmente el juego –dije- Tu serás mi cómplice externo. Tendrás que ocuparte de mantener lo suficientemente ocupado a Christ como para que no llegue a sospechar nada. Con un poco de suerte, para cuando se dé cuenta de que escapamos ya será demasiado tarde y no podrá detenernos. Lo he pensado y planeado todo minuciosamente para que no falle. Después de todo, se supone que soy lo mismo que Christ, puedo igualarlo e incluso superarlo si lo deseo.

Estás definitivamente loca –dijo Nicholas y mi sonrisa solo se ensancho

La locura no deja de ser genialidad –dije

¿Y entonces que tienes en mente? ­–pregunto él

Todo a su tiempo Nicholas, no puedo adelantarme o sino le estaría dando a Christ la oportunidad de arruinar mi plan –dije

Te recuerdo que has compartido todos tus conocimientos con él mediante todas esas pruebas que respondías correctamente –dijo él y reí por lo bajo

¿Realmente? Es cierto, he compartido mis conocimientos con él. Pero en ningún momento dije que fueran los mas importantes o que fueran correctos –dije sonriendo con cierta malicia- Christ cree saber todo sobre mi, cree que me tiene completamente bajo su control y que puede hacer de mi lo que se le cante. No es así. Tu tan solo ocúpate de que la noche de luna llena, tú y Zachary estén fuera de aquí. Eso es lo único de lo que te tienes que asegurar. Si cumples con el resto de las indicaciones que te daré, mucho mejor.

¿Y que haremos con el don de Christ? –pregunto él

Hice una mueca, aquello era un tema mucho mas complicado. Y realmente, aquello no lo había pensado tan perfectamente como el resto. Con una simple orden Christ podría hacer que le admitiéramos totalmente nuestro plan. Mire mis manos, buscando alguna solución. Fue entonces cuando todo se aclaro. ¿Cómo admitir algo que no se sabía? Una sonrisa triunfal se dibujo en mi rostro y rápidamente me acerque al escritorio. Sin mas preámbulos tome un pequeño papel y una pluma.

_ Esto será una locura –dijo Nicholas- Y además, creo que tengo un examen práctico en menos de media hora.

_ Examen práctico, no debe ser tan difícil como lo hacen parecer –dije- Antes eran fáciles, o al menos yo recuerdo aquello.

_ Es examen practico de pociones, no hay nada que odie mas que calcular la cantidad necesaria de cada cosa –dijo él frunciendo el ceño- No se ni como demonios termine en esa clase.

_ Fácil –dije y reí apenas- Alguien quería torturarte y molestarte un poco y te metió en aquella clase. Si fuera posible te cambiaria, yo iría a pociones y tu harías angelología por mi. Pero como ya sabes, es imposible. A mi me quieren quitar toda la información posible y a ti te quieren molestar.

_ Cualquier cosa seria mejor antes que pociones –dijo él molesto- Además... ¡Para que demonios me pusieron en pociones! ¿Cuándo me has visto utilizar una poción? No lo necesito, soy uno de los brujos más poderosos de esta generación. ¿Para qué demonios querría ir creando líquidos de colores cuando puedo hacer cualquier cosa que se me cante con solo pensarla?

No pude hacer más que reír ante su estado de enfado. Termine de escribir en el papel y lo metí dentro de un sobre. Rápidamente lo selle y lo guarde en un bolsillo, luego se lo daría a Nicholas. Volví a tomar otra hoja y me detuve a pensar durante un momento. Debía ser algo breve, algo que hiciera reaccionar y fuera capaz de burlar totalmente cualquier obstáculo. Después de varios segundos totalmente en blanco, deje aquel papel a un lado y comencé a escribir otro con un diferente destino.

_ ¿Sabes lo que haces? –pregunto él

_ Por supuesto que si –dije sonriendo

_ ¿Y que es? –pregunto él y mi sonrisa solo se ensancho

_ Ayuda-memorias –dije y él me miro confuso, suspire- Los humanos, en las escuelas a las que asistí, tendían a hacerse ayuda-memorias para ayudarse a recordar algo importante al momento de algún examen oral o practico. Claro, tú nunca asististe a alguna escuela que no fuera el Instituto Bella Vista, solo para brujos. ¿Para que querer un ayuda-memoria cuando puedes hacer trampa con la magia? Pero yo soy honesta y lamentablemente, la magia no me es un recurso muy confiable últimamente. La bruja dentro de mi esta mas poderosa que nunca.

_ ¿Acaso temes perder el control sobre ella? –pregunto Nicholas

_ Temo –dije y suspire- que ella tome el control en un momento no indicado. Que me deje unos días más, que pueda haber salido de este lugar y haber triunfado con mi misión. Luego, podré morir estando en paz si aquello es lo que tiene que pasar.

_ Es increíble lo que haces por él –dijo Nicholas y suspiro- Te has metido al lugar que mas odias, que mas te aterra, que te trae tus peores recuerdos. Y todo para rescatarlo a él.

_ Fueron sus amigos los que me lo pidieron, yo solo acepte por que no había otra persona que fuera capaz de hacerlo –dije

_ ¿Cuántas veces repetirás aquello Katherin? A veces admites que lo sigues amando, que por más dolor que guardes aun serias capaz de hacer cualquier cosa por él. Otras veces simplemente te limitas a esconderte detrás de excusas como aquellas que a simple oído son creíbles pero yo conozco la realidad –dijo él- Realmente lo amabas y lo sigues haciendo al igual que antes. Yo mejor que nadie lo sé. Pusiste tu alma en riesgo para que no le hiciera daño y aun recuerdo perfectamente tu desesperación aquella noche que casi muere a causa de la marca maldita que tenia hecha. Es una de las pocas cosas que jamás podré olvidar en toda mi vida, tu desesperación, tu pánico, tu miedo al ver que él estaba muriendo. Y, lo quieras o no, sabes que volverías a sentir lo mismo si la ocasión se repitiese.

_ Tan solo hago lo que es correcto –dije

_ No, tan solo haces lo que tu corazón demanda por más que lo niegues –dijo él

_ Nicholas, realmente. Es de lo último que quiero discutir y contigo –dije- Alex me dejo. ¿Vale? Maldijo el día en que me había conocido, me dijo que era el peor ser que existía y que no quería volver a verme nunca más. Yo creo que fue muy claro. Y además, en todo aquel tiempo él solamente había fingido quererme por lastima. Ahora no me sorprende, una niñita totalmente aterrada al dar cada paso definitivamente daba lastima. Jamás me dijo concretamente por que se había acercado a mí, ahora es más que obvio. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué yo no estaba totalmente aterrado luego de haber huido del Bella Vista? Creía que tú aparecerías a cualquier instante y me volverías a encerrar. Cuando uno vive con miedo, acepta la mano del primer extraño que se la ofrezca y solo ve lo que quiere ver en ese extraño. No ve la realidad, no ve las reales o irreales intenciones detrás de aquel acto, tan solo ve a una persona que se detuvo un segundo y dejo de lado su atareada vida por un momento solo para tenderte una mano y ayudar a levantarte, no como los demás a tu alrededor que pasan y te ignoran totalmente por mas que estés tirado en el suelo sin poder levantarte. Y yo, como una tonta, acepte su mano por que él me ofrecía protección y aquello era todo lo que yo deseaba. Estar a salvo, estar protegida.

_ ¿Y acaso nunca has pensado que hubiera sido si no hubieras estado aterrada en aquel momento? –Pregunto Nicholas- Katherin, todo siempre pasa por algo. Lamentablemente en nuestro mundo no existen las coincidencias, simplemente lo premeditado por alguien. El destino y el final siempre es el mismo, somos nosotros los que hacemos ese viaje o mas largo o mas corto, o mas fácil o mas dificultoso.

_ Pues te puedo asegurar que yo estoy haciendo mi viaje mucho más largo y mucho más dificultoso de lo que debería ser –dije- ¿Cuánto tiempo nos queda?

_ Quince minutos antes de que empiecen las clases –dijo él

_ Entonces debo apurarme –dije

Rápidamente termine de escribir aquel papel y también lo metí dentro de un sobre que luego selle y guarde. Recupere el papel anterior. La pluma vacilo entre mis dedos por una milésima de segundo antes de escribir una simple y sencilla palabra. Definitivamente, o esto salía bien o se convertiría en un caos. Me di vuelta y mire a Nicholas. Él ya se había cambiado aprovechando el hecho de ser un brujo, estaba arreglado y vestido perfectamente. Me acerque a él y tome los dos sobres que había guardado. Me miro con curiosidad cuando se los tendí y él los tomo.

Uno para ti, otro para Zachary –dije

¿Qué son? –pregunto él

Luego lo sabrás. ¿Nicholas, cuanto tiempo te toma recuperar tu memoria si tu mismo te la borras? –pregunte y él me miro aun con mas curiosidad

Supongo que poco tiempo, mucho menos que si fuera otro –dijo él y sonreí

Perfecto –dije- Por que necesito que hagas algo ahora mismo.

Your Reply