Archive for junio 2010

Capitulo 9: ¿Misión o vacaciones?


.

_ Muy bien, ya se los he dicho, tienen que ir a ese lugar y averiguarme lo que haya sobre el oscuro –concluyo el director

Los seis asentimos obedientemente. Habían pasado varios días desde que había comenzado mi entrenamiento en Solcius y cuando supimos que el director andaba buscando voluntarios para una misión a los seis nos pareció buena idea presentarnos. En otras palabras Sam, Lupe, Jeremiah, Will, Jude y yo iríamos a pasar el tiempo necesario en un hotel en una isla del caribe ya que recientemente se lo había visto al oscuro por ahí. ¿Cómo yo había terminado aceptando esta misión? Simple. Quería poner mis habilidades a prueba y demostrarme que ahora podría con el encapuchado. Sabía que podría.

_ Yo creo que serán más unas vacaciones –dijo Lupe empacando sus maletas- Es decir, iremos a una isla paradisíaca a una zona donde prácticamente no hay humanos y nos alojaremos en un hotel cinco estrellas solo para seres como nosotros.

_ No te hagas tanta ilusión –dijo Will- Estamos ahí por trabajo, no por vacaciones. Tenemos que confirmar si el oscuro estuvo por aquella zona y obtener toda la información que podamos.

_ Tienes que relajarte un poco Will –dijo Jude tranquilamente- Nos están enviando a un lugar maravilloso, no vendrá mal disfrutar un poco.

_ Playas blancas, aguas cristalinas –dije y suspire- Será lindo estar ahí.

_ Quizás tengas razón –dijo Will y me sonrió- La pasaremos bien en ese lugar.

_ Ustedes. Yo espero que el sol no me destruya –dijo Sam mientras terminaba de empacar sus cosas- ¿Saben lo incomodo que es para mi estar bajo ese terrible sol que hay en esos lugares? Me sentiré débil y sin fuerzas, no tienen idea de todas las pastillas que debo tomar y el control que deberé tener.

_ ¿Y entonces por que vienes? –pregunto Lupe

_ Por que las noches ahí son fantásticas –dijo Sam y sonrió- Y Jeremiah se buscara una cueva linda de vacaciones.

_ Me gustan las cuevas de esos lugares –dijo Jeremiah

_ Lo ven, sigue siendo un ermitaño –susurro Sam

_ Listo, ya termine de empacar –dijo Lupe

_ ¡Perfecto! –Exclamo Jude totalmente entusiasmado- ¡Nos vamos! Será genial estar unos días de vacaciones con ustedes.

_ No te ilusiones que no sabemos cuanto tiempo será –dijo Will

_ Aun así será divertido –dije sonriendo y él me sonrió

_ Como tu digas Kat –dijo Will

Los seis juntamos nuestras manos en el centro, todos portando sus cosas. Cerramos los ojos y nos concentramos, sabíamos que hacer. Respire profundamente y deje que mi poder se fundiera con el de los demás. Lo próximo que sentí fue una brisa marina azotarme el rostro y para cuando abrí los ojos ahí estábamos. Los seis sonreímos y levantamos las manos gritando de alegría. Con un simple chasqueo de dedos logre cambiar mi atuendo para que fuera el indicado pero seguí conservando mis zapatos rojos.

El calor se hacia presente claramente y la playa era esplendida. Sam cambio su aspecto poniéndose una malla, una camisa playera, un gorro de paja y unos lentes oscuros. Su piel totalmente blanca por ser un vampiro se perdía con la arena y su cabello negro contrastaba notoriamente. Jude bailaba de alegría y aplaudió para que su ropa fuera la indicada. Lupe era la única que se había cambiado de antemano y ahora traía puesto su bañador junto con una fina bata.

_ Realmente esplendida –dijo Will parándose a mi lado

_ ¿La playa? Si, es increíble –dije

_ Yo me refería a ti pero la playa también es esplendida –dijo él

Me ruborice y baje la vista, mirando para otro lado. Jude apareció como siempre para salvar la situación. Se interpuso entre nosotros dos y paso un brazo por el hombro de cada uno mientras no dejaba de gritar de alegría. Lupe tomo de la mano a Sam y ambos caminaron en dirección al hotel igual que nosotros tres. Jeremiah se mantuvo algo distanciado y en silencio como siempre pero una tímida sonrisa se dibujaba en su rostro conforme pasaban los segundos. Seguimos caminando hasta el frente del hotel y ahí nos detuvimos. Ninguno de los seis podía dejar de sonreír ante la excitación. ¡Un hotel cinco estrellas y todo para nosotros! ¡Nada de humanos, nada de ocultarnos, podíamos ser nosotros mismos sin problemas!

Jude entro prácticamente saltando al hotel seguido de Sam y Lupe. Entre segundos después seguida de Will y por ultimo Jeremiah quien dudo un poco, él prefería la naturaleza. El lugar era alucinante. Todo parecía hecho de mármol y resplandecía. Tenia detalles en dorado y una recepción increíble. Nos acercamos rápidamente al escritorio y me apoye sobre este mientras le sonreía amablemente a la recepcionista. Ella levanto los ojos de su trabajo y me sonrió.

_ Buenos días –dije amablemente- Tenemos una reservación aquí a nombre del Señor Collins.

_ Ah si, tú debes de ser Katherin –dijo ella y asentí sonriendo- Perfecto, tienen la suite presidencial. Deben de estar más que felices con esto.

_ ¡Claro que si! –grito Jude y no pude evitar reír

La recepcionista me entrego encantada la llave de la suite y todos partimos casi corriendo. No podíamos contener nuestras ansias. Fuimos en carrera todos ante la excitación. Lupe con su velocidad como licántropo y Sam con su velocidad de vampiro. Pero la velocidad de ángel era superior a cualquier otra ya que debía estar preparado para perseguir a cualquier ser. Fui la tercera en llegar ala suite luego de los dos ángeles. ¡Y todo en menos de un minuto! Adoraba tener esta velocidad sobrenatural. Luego llegaron Lupe y Sam. El único que parecía no estar excitado ante esta idea era Jeremiah quien tomo el ascensor tranquilamente y se tomo su tiempo para llegar.

Una vez que estuvimos todos abrí la puerta de la enorme suite presidencial y todos quedamos boquiabiertos. La suite era increíble y enorme. Fácilmente se podría organizar una fiesta para doscientas personas en la sala de estar. Había un gran balcón al fondo, muebles estaban dispersados elegante y diminutivamente por toda la habitación y eso apenas era la sala de estar. Entramos más que absortos en nuestro alrededor y Lupe prácticamente aulló de la alegría.

_ Hey lobita, se te ve la cola –dijo Sam

A ella ni le importo, siguió moviendo su lobuna cola con total alegría mientras recorría el lugar. Will y Jude rápidamente se dirigieron a una de los dormitorios que había. Estos eran grandes y cada uno poseía dos camas. Lupe salio corriendo al balcón, colgándose del barandal y aullando a pleno día. Sam recorrió y examino todo el lugar y Jeremiah simplemente se limito a ir a la cocina. Sonreí al dejarme caer en uno de los reconfortantes sillones que había en la sala de estar y quitarme los zapatos.

_ ¡Fantástico! –exclame

_ ¡Así es! –Grito Jude- ¡Pido el jacuzzi primero!

_ ¿Jacuzzi? –dije poniéndome en pie y escuche su risa

El resto de la semana paso fantásticamente. El viernes a la noche armamos una fogata en la playa mientras no dejábamos de cantar y bailar. El humor de todos era perfecto. Incluso Jeremiah se animo esa noche a mostrar toda su alegría y unirse en nuestro festejo. La luna se apodero de mi y de Lupe perfectamente y a ambas nos costo volver a la cama una vez terminada la celebración. La luna siempre afectaba a los brujos. La luna siempre afectaba a los licántropos. Se sentía bien estar con alguien que comprendiera como me sentía ante ella.

En plena noche mi celular sonó y lo tome de la mesada a duras penas. Entreabrí los ojos apenas pudiéndome mantener despierta y me fije en la hora. No, deseaba seguir durmiendo, no quería levantarme aun. Pero aun así tome el celular y lo lleve a mi oreja al pulsar la tecla para contestar.

_ Hola –dije y sofoque un bostezo

_ ¿Me puedes explicar por que demonios me estaba persiguiendo un servidor de Solcius? –pregunto Alex y de pronto me sentí perfectamente despierta

_ ¿Qué? –pregunte sentándome sobre la cama

_ Lo que oíste. Yo se lo que vi y ese vampiro era un servidor de Solcius –dijo Alex- Me estaba persiguiendo y me ha atacado.

_ ¿Lo mataste? –dije

_ No, pero terminó inconsciente –dijo Alex- ¿Ahora me puedes explicar por que?

_ No se por que te estaba persiguiendo –dije- Yo no tuve nada que ver y de hecho me sorprende esto. ¿Quién era el vampiro?

_ Martin Mollet –dijo Alex- Dijo que quería matarme.

Suspire y me lleve una mano al rostro negándolo. En estos días todos los servidores de Solcius se habían enterado sobre Michael Engel y su familia luego de que el director hubiera dado oficialmente la noticia. Martin era de los que no se había tomado tan bien el hecho de que un traidor continuara con vida y Solcius quisiera localizarlo. Pero no creí que fuera capaz de tal acción. Después de todo, el director había dicho muy específicamente que no se podía hacer nada respecto al caso sin su autorización y que él se ocuparía.

_ Le diré al director apenas lo vea –dije y entonces reaccione- Un momento. ¿Dejaste inconsciente a Martin Mollet?

_ Si –dijo Alex- ¿Algún problema?

_ Vaya, es el mejor de la clase en combate físico –dije- Increíble que lo hayas vencido. ¿Tenias algún arma?

_ Nada más que mis manos –dijo Alex- Por cierto. ¿Estabas dormida?

_ Si, me despertaste –dije

_ Lo lamento, no era mi intención –dijo él- Estaba molesto por que me hubiera atacado un servidor de Solcius sin razón y lo primero que se me ocurrió fue llamarte.

_ No hay problema –dije y bostece, recuperando el sueño

_ Buenas noches Kat, te dejo descansar –dijo él

_ Alex... –dije, deteniéndolo antes de que cortara mientras me recostaba nuevamente

_ ¿Qué? –pregunto él

_ Te extraño y prometo contarte todo apenas te vea no me importa si eso va contra las reglas –dije

_ Kat yo... –dijo él y suspiro- Lo lamento, te tengo que cortar, mi papá no deja de insistir en que baje a comer. Adiós Katherin, ojala te pueda volver a ver pronto.

La línea se corto y volví a dejar el celular sobre la mesada. Me retorcí sobre la cama, dándome vuelta y mirando para otro lado. ¿Por qué tenia que ser justamente Michael Engel? Él y Soledad habían traicionado a los suyos, a sus compañeros y amigos, a mis padres. Los habían querido traicionar frente al Consejo y dejarlos atrapados en el pasado luego de todas las molestias que se habían tomado para que aquello no pasara. No me sorprendía que algunos miembros de Solcius aun siguieran sin aceptar la idea de que el traidor continuara con vida.

_ ¿Quién era? –Pregunto Lupe media dormida, revolcándose sobre su cama- ¿Qué quería?

_ Nada por lo que debas preocuparte –dije- Vuelve a dormir.

No era necesario que se lo dijera, ella ya estaba durmiendo nuevamente incluso antes de que le respondiera. Cerré los ojos y volví a lo mío.

La mañana era calurosa como cualquier otra. Estaba tranquilamente recostada sobre una toalla tomando sol. Jude salio luego de haber estado horas en el mar y se tiro a un lado mío en su toalla. Sacudió su cabeza y me empapo totalmente mientras ambos reíamos. Él se recostó de espaldas al sol y entonces vi el gran tatuaje que tenia en la espalda. Dos alas, ambas perfectamente grabadas en la piel como si se tratara de las suyas propias.

_ ¿Por qué tienes aquel tatuaje? –pregunte

_ Cuando supe mis gustos temí por mis alas –dijo Jude- Sabes que a los míos el Consejo no les permite vivir. Entonces me tatué estas alas como muestra de lo que era y de que ellos jamás podrían arrancármelas. Era mi modo de demostrarles que ellos no podían controlarme.

_ Buena idea –dije

_ Yo creo que fue mas bien un momento de locura –dijo Jude- Luego escape de casa y vague una semana sin rumbo. Fui perseguido por el Consejo bajo cualquier acusación falsa para atraparme pero pude arreglármelas. Finalmente unos miembros de Solcius me encontraron y me llevaron con ellos. Para el Consejo yo estoy muerto, eso es genial.

_ Eso supongo –dije- Yo no tengo idea ni de si existo para el Consejo. Pero para la Secta existo y ellos en algún momento me persiguieron. La recompensa por mi era un deseo.

_ Gran precio –dijo Jude- ¿Y ahora por que ya no te persiguen y no hay recompensa? ¿Por qué el oscuro te persigue?

_ Supongo que será por eso –dije- Quizás él me quiera solo para él. Necesita mi sangre, lo sabes, y también necesita la sangre del mejor ángel y del mejor brujo de esta generación.

_ Un ángel no nace, se hace –dijo él- Le será difícil encontrar al mejor ángel. Con el brujo quizás no tanto, después de todo, basta con que le pregunte a Lucifer cual fue el mejor brujo que creo y listo.

_ ¿Averiguamos algo del oscuro? –pregunte

_ Si. Jeremiah dice haber visto a un encapuchado en la playa la otra noche pero este se esfumo rápidamente. Will ha tratado de averiguar algo en recepción o con los archivos del hotel pero nada –dijo Jude- Ese sujeto sabe cubrirse muy bien. Pero Sam ayer olfateo un olor de sangre muy peculiar pero que no pudo identificar. Me sigo cuestionando como es posible que Lucifer le haya dado poderes angelicales a un brujo ya que después de todo, me dijiste que el oscuro era un experimento de Lucifer y era como tú.

_ Eso es lo que yo se –dije y suspire- Pero no sabemos mucho del encapuchado y eso no nos ayuda.

_ ¿Cómo sabremos si es él quien anda por aquí? –pregunto Jude

_ Tiene una presencia extremadamente fría y un intenso olor a rosas que me da asco –admití arrugando la nariz

_ Me gusta –dijo Jude sonriendo- Es injusto que siempre el chico malo sea el mas sexy. ¿Es lindo?

_ Que se yo, jamás lo he visto sin su capucha –dije- Pero es la mano izquierda de Lucifer. Cuanto más alto el rango, más hermoso.

_ ¡Dios! ¿Por qué siempre el malvado tiene que ser tan atractivo? –Exclamo Jude molesto y no pude evitar reír- Es una injusticia terrible todo esto. Y yo no se de que te ríes tu. Te enamoraste de la mano derecha de Lucifer y luego del hijo de M.E.

_ El segundo no era un chico malo –dije

_ No, claro que no –dijo Jude sarcásticamente- Es rebelde, testarudo, no sigue las reglas, le gusta meterse en problemas, no hace lo que debe, es el hijo de M.E.

_ ¿Y como puedes decir todo eso de una persona que no conoces? –pregunte sonriendo y apoyándome de costado para verlo

_ Simple. ¿Quién en su sano juicio se enamora de la bruja mas buscada del momento? Por que eso fue lo que paso. ¿No es así? –Dijo él y asentí- Ya con el hecho de que te haya dejado con vida muestra que es un rebelde y un traidor para el Consejo. Además, es el hijo de M.E. Lo lleva en la sangre por así decirlo.

_ Quizás. No lo se, no conozco a su padre –dije y volví a recostarme- Algún día te lo presentare a ver que piensas de él.

_ Seguramente debe ser una persona genial, confío en que tienes buen gusto –dijo Jude- Sabes una cosa, tú viste que Sam siempre parece tener los últimos chismes, ahora dice que supuestamente el director quiere conseguir que M.E. vuelva a estar con nosotros.

_ Pero no sabemos cual es la posición de M.E. en el Consejo. Si él les es fiel nos delatara si alguno de nosotros se le presenta –dije- Es un tema delicado.

_ Pero tu tienes acceso –dijo Jude y sonrió pícaramente- Tienes contacto con su hijo. Simplemente tienes que ir y averiguar de quien es la lealtad de M.E. El director tan solo quiere contactar a M.E. y hablar con él. O eso me contó Sam. Aunque ahora que lo pienso, no me parecería raro que también quisiera hablar con el hijo.

_ Jude, en esta situación yo no estoy del lado de ninguno –dije sinceramente y suspire- Que el director me perdone pero no me puede utilizar a mi para conseguir lo que quiere.

_ Como quieras –dijo Jude y se puso en pie- Yo creo que ya es hora de que volvamos al hotel. Will ya debe de haber terminado con sus intentos de quitarle información a la recepcionista y Sam haberse decidido a salir. ¿Vienes Kat?

_ Por supuesto –dije sonriendo

Recogimos nuestras cosas y volvimos al hotel. La situación realmente no cambio mucho a diferencia de que ahora estábamos los seis. La pileta del hotel resultaba ser enorme y fantástica, aunque nada comparada con la playa. Jeremiah se mantenía sentado en una mesa mientras jugaba con el centro de mesa que esta tenía: una planta. La hacia crecer y achicarse, movía sus hojas, hacia florecer preciosos capullos hasta que se abrieran en flores y luego los hacia perecer. Sam se mantenía en la sombra bajo una sombrilla resguardándose del sol todo lo que podía. Yo estaba recostada en una silla y Lupe estaba igual a un lado mío. Tome la limonada que había en una mesita entre nosotras y le di un largo sorbo.

_ Sigo creyendo que estas son vacaciones –dijo Lupe

_ Cree lo que quieras –dije

Escuchamos un sonido de queja y ambas nos dimos vuelta mirando a Sam. Él realmente no estaba muy bien de día. El sol de este lugar le perturbaba terriblemente y lo volvía débil. Me sorprendí de encontrarlo temblando y mirándose las manos desesperadamente como si buscara alguna salvación en ellas. Lupe suspiro y se puso en pie, acercándose a él. Ella levanto su brazo y le mostró su muñeca, extendiéndola hacia él.

_ Ten, toma –dijo ella y Sam la miro sin comprender, ella inclino su cabeza de lado- ¿O prefieres directa del cuello?

_ No, de la muñeca esta bien –dijo Sam- ¿Segura?

_ No habrá problema –dijo Lupe y le sonrió

Sam se puso en pie y tomo la muñeca de Lupe con ambas manos. Luego, se la acerco a la boca y vi el momento en que sus colmillos perforaron la piel de ella y comenzaron a succionarle la sangre. Lupe suspiro y hecho su cabeza hacia atrás como si estuviera disfrutando de algún placer. Mire para otro lado, algo me decía que aquello era algo intimo entre ellos dos solamente y yo no podía estar espiando. Espere unos segundos hasta que aquello hubo terminado y entonces me atreví a mirar nuevamente.

_ Muchas gracias –dijo Sam soltándola y lamiendo la sangre que quedaba sobre la piel de ella- De verdad lo siento, no es mi intención serte un parasito.

_ Sabes que esta cuando la necesitas –dijo ella- ¿Te sientes mejor?

_ Mucho mejor –dijo él y ella sonrió

_ Tan solo pide –dijo Lupe y volvió a recuperar su lugar junto a mí

Sam se lamió los labios que ahora resaltaban rojos bajo su blanca piel y se atrevió a salir de la sombra. Claramente estaba mucho mejor luego de haber ingerido sangre y hasta se tiro a la pileta. Mire a Lupe, sorprendida por lo que ella había hecho y ella solamente me sonrió.

_ ¿Por qué lo hiciste? –pregunte

_ Es mi amigo y lo quiero mucho, soy capaz de cederle mi sangre siempre que la necesite –dijo ella- Confío en Sam. Se que no me matara y tomara solo lo necesario. De hecho, ahora ni siento la falta de sangre. Se que mi sangre no es de primera calidad pero a él parece gustarle. Además, él la necesitaba y a mi no me cuesta nada dársela. No me importa cuanto tome de mí, sé que no me matara.

_ ¿No te duele? –Pregunte- ¿No te es incomodo que él te tome la sangre?

_ Eso solo sucede si la sangre es tomada por la fuerza –dijo Lupe- Si se es entregada voluntariamente, pasa todo lo contrario. Cuando un vampiro te muerde, simplemente relájate y veras lo placentero que puede llegar a ser. Cualquier acto de entrega puede llegar a ser placentero. Pero si algo se te es arrebatado por la fuerza, claro que te dolerá.

_ Admito que jamás había visto algo así –dije- ¿Hace cuanto vienes entregándole tu sangre?

_ Siempre que lo veo en un estado tan mal lo hago –dijo ella- Nos une un lazo muy fuerte, mi sangre corre por sus venas. Eso es lo que nos permite dejar que somos totalmente de lado y además, no es que seamos muy diferentes. Después de todo, ambos somos seres nocturnos. Yo puedo convivir con un vampiro perfectamente. No es como brujo y ángel que son totalmente lo opuesto y la convivencia podría ser casi imposible.

_ ¿Por qué casi? –pregunte

_ Tus padres –dijo ella sonriendo- Ahí tienes la muestra de que nada es imposible. Aun así, la contrariedad que hay entre brujos y ángeles es bastante difícil de ignorar. En Solcius no se nota tanto pero en el exterior si. Fíjate en la Secta y el Consejo. Ambos tienen en su naturaleza desconfiar del otro.

_Dejen de hablar del trabajo, estamos disfrutando –dijo Jude parándose a un lado

_ Jude, se sincero. ¿Soportarías estar junto a un brujo? –pregunto Lupe

_ Con los brujos de Solcius me resulta molesto pero puedo soportarlo –dijo Jude con indiferencia- Con los demás no puedo directamente.

_ Lo ves –dijo Lupe- Aunque yo creo que todos los seres encontramos un enemigo en común: el oscuro. Después de tono, no he oído de nadie que soporte su presencia.

_ Tu no lo has visto –dijo Will uniéndosenos- La única de nosotros que ha estado frente a frente con el oscuro ha sido Kat.

_ La próxima vez que lo vea la situación no será la misma –dije y sonreí- Lo venceré.

_ Eso es por que el oscuro no conoce tu punto débil –dijo Jude sonriendo y lo mire con curiosidad

_ ¿Y tu si? –pregunte

_ Claro que si –dijo y su sonrisa se ensancho- ¡Cosquillas!

En un segundo él se abalanzo sobre mi y empecé a sentir sus dedos clavarse por todas mis caderas. No pude evitar reír mientras me revolcaba y trataba de recuperar el control de mi cuerpo pero sin lograrlo. Y además, el hecho de estar en bikini no ayudaba a protegerme de las cosquillas de Jude. Y aunque le dijera que se detuviera entre risas, Jude hacia oídos sordos y continuaba mientras él también reía.

_ Esta bien, esta bien, conoces mi punto débil –dije una vez que me deshice de sus manos

_ Dudo que ese sea en realidad tu verdadero punto débil –dijo Jude aun con la sonrisa grabada en el rostro

_ ¿Jude, sabes que le vendría bien a Katherin? –pregunto Will echándole una mirada de cómplice

_ Pues claro que si –dijo Jude- ¡Una zambullida!

_ ¡Que! –exclame

Pero ellos me ignoraron. Ambos me tomaron, Jude por las piernas y Will por los brazos, y me levantaron. Me cargaron en la poca distancia que había de la silla al borde de la pileta y ahí me balancearon en el aire ignorando totalmente mis quejas. Ellos simplemente se limitaban a reír.

_ A la cuenta de tres –dijo Will sonriendo- Uno... Dos... ¡Tres!

Ambos me soltaron y caí en el medio de la pileta sumergiéndome totalmente. El agua era refrescante, debía admitirlo, y también estaba a una temperatura ideal. Salí a la superficie aspirando una gran bocanada de aire y limpiándome los ojos. Mi cabello totalmente mojado se me pegaba al rostro y me lo quite en un segundo. Recogí mi melena a un lado dejando mi rostro totalmente libre y sonriendo. Ellos dos seguían riendo y no paso mucho tiempo en el que Jude se decidiera y corriera hasta zambullirse a un lado mío y empaparme nuevamente.

_ Me vengare por esto –dijo sonriendo y salte sobre su espalda para sumergirlo

_ ¿Enserio crees que puedes conmigo caballero principiante? –dijo Jude riendo- Ahora bájate de mi espalda, tu pelo se ha enganchado con mi arete y dudo que quieras oírme en finlandés.

_ Lo siento –dije y desenrede mi cabello de su emblema- Una pregunta. ¿Dónde tienen los demás sus emblemas? Yo tengo este collar. Tú tienes ese arete. Lupe tiene un brazalete y Jeremiah lo tiene es su enmarañado cabello. ¿Pero Will y Sam? Jamás se los he visto.

_ Hoy en día existen varios modos de llevar el emblema de Solcius –dijo Jude- Sam lo tiene tatuado en su tobillo y Will en su brazo. Es exactamente lo mismo. Les proporciona magia, también les sirve de traductor y todo lo que un emblema normal hace. Como tu collar, como mi arete, como el brazalete de Lupe o lo que sea que tiene Jeremiah.

_ Que extraño –dije

_ Uno se acostumbra –dijo Jude nadando de espalda- Hace unos años jamás hubiera creído que terminaría así. De hecho, hace unos años, si alguien se me hubiese presentado y me hubiese dicho quien eras, hubiera estallado en risas sin creerle una sola palabra.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ El Consejo oculta todo lo referido a la familia de los caballeros –dijo Jude- Al igual que también ocultan todo lo que se refiere a Solcius pero aun así es imposible que la información no se filtre y los rumores corran entre los ángeles. Pero tú eres una persona genial, estoy feliz de haberte conocido.

_ Yo también –dije- Al principio estaba molesta por que me sacaban de mi escuela y me obligaban a venir y a ocultarles información a mis amigos pero estoy feliz de estar aquí con ustedes.

_ A los demás también les encantas –dijo Jude- Aunque estamos mal por que sabemos que te tendrás que ir antes de fin de año. ¿No has pensado en quedarte con nosotros?

_ Jude... –dije y suspire tristemente- Sabes que me encantaría pero...

_ Te entiendo –dijo él y sonrió- Tan solo piénsalo. Sabes que siempre tendrás un lugar entre nosotros y siempre estaremos para ayudarte.

_ Lo tendré en cuenta –dije, no había otra cosa que pudiera decir

Me deje caer sobre el agua y me puse a nadar boca arriba junto a Jude con la vista clavada en el cielo. ¿Por qué? Yo los quería y me encantaba pasar el tiempo con ellos, eran un grupo excepcional. Pero simplemente no podía ni pensar en abandonar a los demás. Sacudí la cabeza, odiaba la situación en la que había terminado metida. Continué flotando sobre el agua junto a él hasta que finalmente alguien se paro al borde de la pileta y nos bloqueo el sol. Sentí la sombra sobre mi rostro pero aun así no abrí los ojos. Más allá escuchaba risas y comentarios y enseguida supe que no eran de los nuestros.

_ ¿Quién es? –pregunte aun con los ojos cerrados

_ Un servidor del Consejo –dijo Jude- Y al parecer no entiende finlandés, eso es bueno. Le puedo decir que es un idiota y ni se dará cuenta.

_ ¿Cómo sabes quien es? –pregunte

_ Concéntrate, se siente la presencia de un ángel y el hecho de que nos mire desde la punta de su nariz como si fuera un rey y nosotros escoria confirma que es un servidor del Consejo –dijo Jude- Te esta mirando con odio, no se por que no me sorprende.

_ Ya estoy acostumbrada –dije

_ ¿Kat, estas dispuesta a correr? –pregunto Jude

_ Si –dije- ¿Por?

_ Por que tengo ganas de divertirme un poco con los otros servidores del Consejo que están en la mesa –dijo Jude- Les pasa por andar burlándose de mí.

En ese momento reaccione y me puse en pie. Jude rió apenas haciendo lo mismo y pasándose una mano para acomodarse el cabello y a la vez tocarse su arete. Ni me fije en los servidores, solamente en la sonrisa maliciosa de Jude y supe que debía correr. Sabia lo que se traía entre manos y cerré los ojos para no verlo. Escuche el sonido del agua caer sobre ellos luego de que Jude hiciera un simple hechizo y luego él me tomo de la mano y salimos corriendo. Apenas si alcance a ver al muchacho pelirrojo que estaba al borde de la pileta mientras este se limpiaba el agua y por un segundo creí reconocer a Raphael. Sacudí la cabeza y seguí corriendo, no debía ser nada bueno hacer enfurecer a los servidores del Consejo. Escuche como ellos se levantaban de sus lugares con furia y comenzaban a seguirnos.

Jude y yo nos separamos al entrar al hotel y supe que me habían perdido de vista cuando me encontré sola en el pasillo y me choque con Will. Lo mire confundida durante unos segundos y él me tendió una toalla para que me secara. Trate de asimilar los hechos lentamente para poder comprender la situación. ¿Qué tanto se podían enfadar unos servidores del Consejo luego de que Jude los hubiera empapado totalmente mediante un hechizo? Hice una mueca al saberlo: mucho.

_ ¿Qué ha sucedido? –pregunto Will

_ Unos servidores del Consejo se estaban burlando de Jude y él los empapo. Se enfurecieron y empezaron a perseguirnos. Creo que fueron tras Jude ya que a mi no me sigue nadie –admití con total naturalidad

_ Le sucede por llevar su arete en el oído derecho, era obvio que los servidores del Consejo se iban a burlar –dijo Will- Por eso se saca el arete fuera de Solcius, los demás no son de mente abierta como nosotros.

_ Solo espero que Jude pueda arreglárselas para zafar de su persecución –dije y Will sonrió

_ Claro que puede, esto debe ser un juego para él luego de todos los ángeles que lo persiguieron en un momento –dijo él

_ Si, me contó –dije

_ Admito que envidio a Jude, pasa mucho tiempo contigo y tienen un lazo muy especial –dijo Will

Enseguida clave mi vista a un lado y me mordí el labio inferior. ¿Dónde estaba Jude cuando se lo necesitaba para que interrumpiese y salvase el día como siempre? No. En esta ocasión Jude no aparecería a salvarme por que estaba siendo perseguido por los servidores del Consejo. Sentí la mano de Will bajo mi barbilla y él me levanto el rostro para que lo mirara directo a los ojos. Quería irme, desaparecer de aquel lugar y sin embargo no podía, estaba paralizada.

_ Hey, mírame –dijo él estando peligrosamente cerca de mi- ¿Acaso no te has dado cuenta de lo que siento por ti? Kat, eres fantástica y única. He estado enamorado de ti desde el primer instante que te vi llegar con Darren y me pregunte quien era esa hermosa chica que estaba a su lado. Pero me gustaría saber por que cada vez que trato de demostrarte mis sentimientos te alejas o Jude interviene siendo tu cómplice.

No supe que responderle. No era esto lo que yo me esperaba y mucho menos lo que quería. Will era una buena persona, pero yo no lo quería ver más que como amigo. Y por más que había tratado de engañarme, sus sentimientos habían sido más que obvios últimamente. Él se acerco más a mí y entonces sofoque un pequeño grito al tenerlo tan cerca. No, no quería. Que me perdonase si lo hería pero yo no podía verlo más que como amigo y no quería que me besara. Me aleje apenas unos centímetros evitando que sus labios tocaran los míos y entonces lo mire sintiéndome mal por él.

_ Will, lo siento, pero no puedo corresponder tus sentimientos –dije

_ Hay otro. ¿No es así? –pregunto él y asentí

Will suspiro alejándose de mí y me sentí mal al ver su mirada totalmente destrozada. Clave mi vista en el suelo, sintiéndome culpable de haberlo herido por más que no había sido mi intención. Pero él debía entender que mi corazón ya se lo había entregado a alguien y no estaba disponible.

Escuche a alguien aclararse la garganta estando detrás de mi y entonces me di vuelta para comprobar mis creencias de hacia minutos. Sentí como mi sangre se congelo al encontrarme con la típica mirada llena de odio de Raphael y ver como él caminaba unos pasos hasta estar frente a mí. ¿Y ahora que más faltaba? ¿Qué él hubiera malinterpretado los hechos? Sentí el pánico invadirme y casi más me estremecí ante su fría mirada.

_ Yo... –tartamudee

_ Ya se, ya se, lo típico. No es lo que parece, es solo un amigo, bla bla bla –dijo Raphael- Tienes suerte de que mi virtud sea el buen juicio y sepa interpretar los hechos perfectamente. ¿Puede ser que hasta en las vacaciones te veo?

_ No es mi culpa –proteste- ¿Yo que demonios iba a saber que terminaría en el mismo hotel que tu? Ahora al menos entiendo por que Jude dijo que me estabas mirando con odio, no me sorprende.

_ Dile a tu amigo que nos deje en paz a mi y a mis hermanos –dijo Raphael

_ Ustedes comenzaron al burlarse de él –dije molesta

Nos enfrentamos con la mirada en silencio durante algunos minutos. Sentí a Will tirar de mi brazo mientras cubría su rostro intentando que Raphael no lo reconociera. Fue cuestión de minutos para que Jude apareciera corriendo por el pasillo seguido de los hermanos de Raphael. Él se detuvo junto a nosotros apenas nos vio y el resto de la familia Crist se quedo a espaldas de su hermano.

_ Vete de aquí Katherin, no quiero problemas –dijo Raphael

_ ¿Se conocen? –pregunto Jude sorprendido y ambos asentimos

_ Solamente estoy de vacaciones al igual que tu –dije y él negó con la cabeza

_ No puedes engañar mi virtud, nadie puede hacerlo. Estas mintiendo –dijo él- ¿Por qué estas aquí?

_Por que la última vez que vieron al encapuchado fue por este lugar y deseo obtener información –dije

_ Kat... –murmuro Will viendo que estaba hablando de más pero lo ignore

_ ¿Alex sabe de esto? –pregunto Raphael y suspire

_ No. Se lo contare apenas lo vea –dije- Tengo demasiadas cosas que contarle. Pero que te quede en claro que mi lealtad primero es hacia él.

_ Si te atreves a engañarlo maldita te aseguro que seré yo quien te mate con mis propias manos –dijo él- No te permitiré que lo engañes y mucho menos con este maldito bastardo. ¿Qué? ¿Creíste que no te reconocería Will? Se ángel y deja de ocultarte tras esta maldita strega.

_ Maldición, odio no entender ni una palabra –dijo Jude llevándose ambas manos a la cabeza- ¡Demonios! ¿Alguno puede traducirme?

_ Jude, cállate –dijo Will pasando a mi lado y mirando a Raphael- Hacia tiempo que no te veía. Ahora dime. ¿En que maldito derecho te crees para tratarla de esa manera?

_ ¿Y tú? ¿Quién demonios te crees para insinuarte a la novia de mi líder? –Pregunto Raphael molesto- Eres un maldito traidor, yo sabía que todo había sido una farsa y no habías muerto. Y años después aquí te encuentro, tratando de ligarte a esta maldita que por más que la odie no puedo permitir que la toques.

_ Deja de tratarla de ese modo. ¿Tienes idea de a quien te estas refiriendo? –pregunto Will molesto

_ Tranquilo, ya estoy acostumbrada –dije con indiferencia pero Will no cedió- Will, recuerda las reglas.

_ No puedes hablar de la sangre del caballero –dijo Jude aprovechando su posición de que nadie excepto nosotros dos pudiéramos entenderlo

_ Escucha a Jude –dije mirándolo seriamente- No puedes.

_ Esta bien –dijo Will tranquilizándose- Pero ese maldito algún día se arrepentirá de cómo te trata.

_ ¿Quién? ¿Raphael? Lo dudo, ya estoy acostumbrada –dije tranquilamente y lo mire- Por cierto Raphael. ¿Qué quieres de regalo de Navidad? Ya se que le daré a los demás pero no se me ocurre nada para ti. ¿Algo que desees en particular?

_ No quiero nada de tu parte –dijo Raphael y suspiro- Tan solo hazme un favor. Si enserio el encapuchado anda por esta zona trata de no cruzarte con él, no quiero que luego Alex me culpe a mi por lo que pueda llegar a pasar.

_ Será difícil cumplir con aquel favor considerando que yo no me lo cruzo por voluntad sino que él viene a buscarme cuando quiere –dije

_ Entonces al menos trata de no cruzarte en mi camino el resto de mis vacaciones –dijo él- Te veré en año nuevo y cuidado con lo que hagas.

_ Adiós Raphael –dije

_ Por cierto Will –dijo Raphael- Ponle un dedo encima y recibirás una paliza de mi parte. No tienes idea de lo que te espera si tocas a la chica de mi líder.

_ Podría contigo sin ningún problema Raphael –dijo Will y Raphael sonrió

_ No lo creo. Pero no me arruinare las vacaciones por un imbécil como tú –dijo él- Ten cuidado con lo que hagas o digas por que lo sabré. Y tú, será mejor que no hagas ninguna locura por la que Alex pudiera culparme. Mantente lejos del encapuchado.

_ Intentare –dije

_ Mas te vale –dijo él y luego partió

Suspire al ver a la familia Crist desaparecer a lo largo del pasillo y solo entonces permití relajarme. La última persona que esperaba encontrarme en este lugar era Raphael y sin embargo así había sido. Me di vuelta para ver la confundida expresión de Jude y luego encontrarme con el rostro totalmente molesto de Will. Se suponía que aquello no debía sorprenderme, después de todo me había mencionado una vez que conocía a Raphael.

_ ¿Alguno me puede explicar lo que paso recién? –Pregunto Jude- No entendí nada. Y Will, debes aprender a tomarte todo con calma y no hacer caso a lo que dicen los tontos servidores del Consejo, son ignorantes.

_ Deberías haber escuchado como la trato –mascullo Will

_ Raphael es así de hostil siempre conmigo –dije con indiferencia- Simplemente ignóralo como hago yo todos los días. No le caigo muy bien y él no me soporta pero en el fondo se preocupa por mi por que sabe que si me sucede algo él estará en problemas.

_ ¿Qué? ¿Su líder lo golpeara? –pregunto Will sarcásticamente

_ Es muy posible –admití con sinceridad

_ ¿Él sabe lo de...? –Pregunto Jude señalando a Will y negué rápidamente con la cabeza- Ah, esta bien, supongo que no seria buena idea... –volví a negar con la cabeza

_ ¿Qué cosa? –pregunto Will

_ A quien yo y Raphael nos referimos como al encapuchado es quien ustedes conocen como el oscuro –dije rápidamente para zafar

_ Vale –dijo Will y luego se dio vuelta- Iré a la suite, no me siento muy bien. Los veré en la noche.

_ Will –dije tomándolo por el brazo y deteniéndolo- De verdad lo siento, no era mi intención herirte.

_ No hay problema Katherin –dijo él deshaciéndose de mi agarre y note la tristeza en su voz- Estaré bien.

Lo vi partir totalmente destrozado por el otro lado del pasillo y me sentí terriblemente culpable por ello. Me lleve una mano al pecho, tomando mi collar. No había sido mi intención herirlo o causarle algún daño, pero lo había hecho igual y Raphael solamente había empeorado la situación. ¿Cómo haría para luego atreverme a mirar a Will como antes lo hacia? Me resultaría imposible. No podría mirarlo nunca más a los ojos por que no deseaba ver el daño que había causado. Suspire tristemente.

_ Te ha confesado sus sentimientos. ¿No es así? –Pregunto Jude y asentí tristemente- Yo le advertí que no debía fijarse en ti pero Will nunca escucha cuando quiere.

_ ¿Por qué no le dijiste que ya estaba enamorada de alguien? –pregunte

_ Se lo dije. Pero Will pregunto quien era y como le respondí que no sabia él creyó que no era verdad –dijo Jude- Se le pasara dentro de unas horas, tan solo dale tiempo.

_ Me siento culpable –dije

_ ¿Por qué? ¿Por qué él sea un terrible cabeza dura? Yo se lo dije, él no me creyó –dijo Jude- ¿Qué haré cuando me pregunte con quien sales?

_ Un ángel servidor del Consejo. Es líder del grupo de Raphael y se llama Alex –dije- Aunque Will ya debe de haber deducido eso. No le digas nada más. No creo que él se tome bien el hecho de que sea el hijo de M.E. y además no quiero que Alex corra mas peligro del que ya corre. Me ha llamado a la noche diciendo que Martin Mollet lo ataco, debo decirle al director apenas lo vea.

_ ¿Qué ha pasado con él? –pregunto Jude

_ ¿Martin? Termino inconsciente –dije y sonreí apenas- Alex lo venció y sin ningún arma.

_ Eso si es increíble –dijo Jude- Dudo que encontremos mucha mas información de la que tenemos así que supongo que volveremos en pocos días. Pareces muy mal por lo de Will, necesitas relajarte. ¿Vienes al spa conmigo? Dicen que dan unos masajes fabulosos.

_ ¿Cómo haces? –pregunte

_ ¿Qué cosa? –dijo él

_ Para hacer borrón y cuenta nueva. Yo simplemente no puedo dejar de culparme del daño que le cause a Will –dije- Sin embargo a ti parece no importarte y estas alegre como siempre.

_ Conozco a Will desde hace años y se que estará bien –dijo Jude- A todos nos paso al menos una vez que alguien nos partiera el corazón. Pero hay que ver el lado positivo, de las experiencias se aprende.

_ Espero que tengas razón –dije

Capitulo 8: Días de entrenamiento


.

Primer día: Luego de haber vencido más que satisfecha a Will en el partido de football tuve un curso intensivo de entrenamiento. Al fin entendí que a se refería Darren con aquello del tiempo. ¿Cómo demonios era posible que veinte horas se adaptaran a tan solo once? Así era, el tiempo dentro de Solcius pasaba mucho más lento que en el exterior. Así que cuando salí luego de lo que me pareció casi un día, me sorprendí al notar que apenas eran las seis de la tarde. Esa tarde llegue agotada a mi casa pero recupere el entusiasmo al saber que me esperaba toda una clase a solas con mi papá para que me enseñara magia. Me eche a dormir mas que agotada a la noche y no abrí los ojos hasta que sonó el despertador. Nuevamente no tuve pesadillas con el encapuchado.

Segundo día: Estuve en Solcius media hora antes para poder encontrarme con mis compañeros y disfrutar de un momento junto a ellos. Seguí el consejo de Lupe de dirigirme a la cafetería y decir que era nueva. Una señora muy amablemente me entrego unas galletas marineras y me recomendó que las comiera cada tanto. Descubrí que a pesar de que el tiempo en Solcius pasaba de un modo extraño de forma que veinte horas eran en realidad once, podía soportarlo gracias a aquella comida. Volví a mi casa sin ningún signo de agotamiento o cansancio.

Tercer día: Ya había logrado retomar el curso y estar al mismo nivel que los demás. Mi mamá no se había equivocado, me sentía a gusto en ese lugar. Había muchas clases, muchas materias, muchas cosas que aprender y practicar. Había todo tipo de seres y todos conviviendo en paz sin el mas mínimo problema. Gracias a Darren aprendí todo respecto al funcionamiento de Solcius en mi tiempo libre. Conforme pasaba mas tiempo con ellos, comenzaba a conocer mejor a cada uno.

Suspire. Ya era el cuarto día. Estaba sentada en las gradas que había en la arena junto con Lupe viendo como Jude y Will se batían a duelo. Ambos tenían un excelente control de la esgrima, debía admirarlos. Pero al ver a cada ángel con su espada no podía evitar pensar en Alex y en cuanto lo extrañaba. El hecho de que ahora mis días parecieran mucho más largos no ayudaba en eso.

_ Will realmente se esta luciendo hoy en el combate –dijo Lupe

_ Eso creo –dije y suspire- ¿Lupe, te puedo hacer una pregunta?

_ Cualquiera que desees Katherin –dijo ella

_ ¿Jude es gay? –pregunte y enseguida me retracte

_ Si –dijo ella tranquilamente- Es un caso raro en los ángeles pero él es un sujeto excelente.

_ ¿Por qué es un caso raro? –pregunte

_ ¿Alguna vez has conocido a un ángel gay antes? –Pregunto ella y negué con la cabeza- Es por que el Consejo se ocupa de que ellos no existan. Por eso Jude esta acá. Es uno de los pocos que logra salvarse. Pero a él le encanta este lugar y siempre esta feliz. Y a mi, me basta con eso.

_ Ya veo. ¿Y que sucede con los que no logran salvarse? –pregunte

Ella no me respondió al instante. Se dio vuelta para mirarme y se paso un dedo por el cuello mostrando como se degollaba. Me estremecí al saber la respuesta y ella asintió ante mi inquisitiva mirada. Mire a Jude de soslayo sin poder comprender como el Consejo seria capaz de aquello. Pero lo eran y lo peor de todo era que yo lo sabía y ya había visto varios casos de la crueldad del Consejo.

_ Sigo sin poder creer como son tan crueles –dije

_ Pero lo son. Espera unos días. Ahora en clase de Realidad de las Organizaciones estamos viendo a la Secta. Pero en unos días empezaremos a ver al Consejo –dijo Lupe- Realmente son unos desalmados, no entiendo como es que los ángeles le sirven.

_ Es que no tienen opción –dije y suspire- Ellos no pueden decir que no por que se los acusa de traidores y se les arrancan sus alas. Pero ellos no quieren servirle, están hartos de todo esto.

Apoye mi cabeza sobre mis rodillas. No, ninguno de ellos quería servirle al Consejo pero ellos mismos me lo habían dicho, estaban atrapados. No era justo. Nuevamente sentía la tristeza dentro de mi por lo que ellos tenían que vivir a causa de ese maldito Consejo. Me lamente por ellos, por los hermanos y amigos que ya debían de haber perdido a causa de su deber, por lo que a cada uno le había tocado vivir, por todo. ¿Cómo estaría Miguel sabiendo lo de su hermana? ¿Cómo habría reaccionado el padre de Gabriel luego de que él hubiera interferido en una decisión del Consejo? ¿Cómo habría tomado Alex el hecho de que casi le arrancaran las alas? Mis ojos se llenaban de lágrimas ante ese pensamiento. Rápidamente me deshice de ellas, convenciéndome de que todo estaba bien, de que yo había visto sus alas en perfecto estado muchas veces.

_ Tus amigos no quieren servirle al Consejo. ¿Cierto? –pregunto Lupe y asentí

_ Cuatro de ellos ya han dejado más que en claro que no quieren seguir del lado del Consejo –dije

_ Pues ese tema debes tratarlo con el director para ver si te da la autorización de actuar y poder hablarles sobre Solcius –dijo Lupe y me sonrió

_ El director anda ocupado en otras cosas –dijo Sam

Ambas levantamos automáticamente la vista hacia arriba. Ahí estaba él, recostado a lo largo de una de las largas vigas que había en el techo. Y aun así, habíamos oído su voz perfectamente. Él balanceaba una pierna sobre la otra mientras silbaba y continuaba en su cómoda posición.

_ ¿No han escuchado el rumor que corre por los pasillos? –Pregunto él- Supuestamente Michael Engel sigue vivo y esta en este tiempo. El director quiere buscarlo y contactarlo. Pero creo yo que le será difícil dar con uno de los mejores ángeles de toda la historia.

_ ¿Michael Engel? –pregunto Lupe confundida

_ Si. ¿No prestas atención a las clases de historia? –Dijo Sam- Michael Engel fue prácticamente el fundador de Solcius pero luego nos traiciono ante el Consejo quien sabe por que. Pero ahora dicen que él esta en este tiempo.

_ ¿Y como saben eso? –pregunto Will, de pronto deteniendo su combate y prestando atención

_ No lo se, simplemente lo saben –dijo Sam

_ ¿Pero esto es bueno o malo? –pregunto Jude

_ Depende de a quien sea la lealtad de Michael –dijo Sam

_ ¿Pero como es que lograron encontrarlo? –dijo Lupe

_ No lo se, apenas si he escuchado un susurro de pasillo –dijo Sam tranquilamente- ¿Pero se imaginan a Michael Engel caminando por estos pasillos?

_ Seria algo extraño –dijo Jude

_ Ese hombre fue un traidor –dijo Will dándole una estocada al aire, furioso- No se si seria capaz de verlo.

_ Michael debe de ser bueno –dije y todos clavaron su mirada en mi- Al menos mi mamá lo hace parecer como un buen sujeto cuando me cuenta de él.

_ Ese es el problema –dijo Will mientras seguía atacando a su enemigo invisible- Michael Engel era un buen sujeto hasta que traiciono a sus propios compañeros. No entiendo como le da la cara para seguir viviendo. Si enserio llega a presentarse por aquí, no esperen que le tenga respeto.

_ Todos merecen una segunda oportunidad –dijo Lupe- Estaría bueno saber por que él y Soledad traicionaron a Solcius.

_ ¿Sam, sabes algo mas al respecto? –pregunto Jude

_ Nada más que lo que corre por los pasillos –dijo Sam- Si es cierto, nos enteraremos en cuestión de días.

_ ¿Qué tenemos ahora? –pregunte para cambiar de tema

_ Tenemos C.F. –dijo Lupe al instante sonriendo- Combate Físico. No podemos usar nada más que nuestras armas.

_ Será genial –dijo Will sonriendo y enfundando su espada- Deseo poder probar esta nueva chaqueta.

Él sacudió las mangas de su chaqueta y todo a lo largo apareció una fila de navajas negras dispuestas a cortar. Me quede helada y abrí los ojos como platos ante aquello. Will sacudió su brazo nuevamente y con un clic todas las hojas volvieron a su lugar. Lupe me miro durante un segundo y luego se echo a reír a mi lado.

_ ¿En todo este tiempo nadie le dijo de ir a la tienda? –pregunto Lupe

_ Ella parecía no necesitarlo, ya la has visto en clase de combate –dijo Sam

_ Aun así creo que no le vendría mal ropa nueva –dijo Lupe

_ ¡Yo la acompaño! –exclamo Jude

Él paso corriendo a mi lado y me tomo casi por la fuerza. Sujeto mi muñeca y tiro de mí, poniéndome en pie y arrastrándome detrás de él. Casi grite al trastabillar y no poder seguirle el paso de lo rápido que iba. Trastabille mas o menos todo el camino sin saber como hacia para no caerme. Me veía obligada a dar grandes pasos ya que Jude tiraba de mí para ir lo más rápido que pudiera y yo no lograba alcanzarle el paso. ¿Esto era normal? Finalmente me canse de intentar no caerme y tome la velocidad de una bruja para estar en un segundo a su lado y poder seguirle el paso. Él sonrió y tiro más fuerte de mí. Corrí igual que él para no volver a mi otra situación y ambos cruzamos todo el establecimiento como una sombra de lo rápido que íbamos. Al fin Jude se detuvo y pude detenerme a su lado. Me quede atónita mirando lo que parecía ser un local de ropa dentro de Solcius y Jude entro mas que encantado.

_ Esto es la tienda –dijo él cuando lo alcance- No entiendo como no se me ocurrió traerte aquí antes. Hubieras estado en desventaja para la clase de Combate Físico.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ Veras, Solcius a diferencia de cualquier otra organización insiste en que el entrenamiento debe ser hecho con tus propias ropas. Nada de uniformes o algo por el estilo. Después de todo, un combate puede surgir en cualquier segundo y uno debe saber pelear no importa la ropa que lleve puesta –dijo Jude- Pero lo que esta genial de esta tienda es que Solcius te proporciona al menos una prenda que te sirva para el combate. Ya has visto la nueva chaqueta de Will. Lo ideal es tener tan solo una prenda de ataque y saber utilizarla a la perfección. Elige lo que quieras y luego simplemente le avisamos a Lizz que nos llevamos algo. Después de todo, no podemos llevarnos mucho, debemos dejar las ropas para los que salen en misiones.

_ ¿Los que salen en misiones son los que ya cumplieron con su entrenamiento? –pregunte

_ A diferencia del Consejo, los que salen en misiones son los que quieren. Todos en este lugar ya estamos capacitados pero es muy raro el caso en el que Solcius te pide que tú debes ir en una misión. Normalmente, Solcius anuncia que tiene una misión y van los que se ofrecen –dijo Jude- A mi me gusta permanecer aquí y asistir a las clases.

_ ¿Y exactamente en donde estamos? –Dije- No he venido más que con hechizos de transporte.

_ No lo se –admitió Jude- Yo cruzo cada mañana el mercado negro para llegar aquí y debo pasar por todo el control aunque Jeb, quien es el custodia, ya me conoce. La única entrada real que existe a Solcius esta en un portal en el mercado negro. Es raro no saber de donde vienen los demás, yo soy de Finlandia.

_ ¿Enserio? –Dije y él asintió- ¿Y hablas ingles?

_ No lo estoy hablando –dijo Jude- Lo que sucede es que los emblemas de Solcius tienen poderes, eso ya lo sabes. Funcionan como traductores entre nosotros. Tu escuchas que estoy hablando en ingles pero en realidad no es así. Y si yo me quito mi emblema no te entenderé ni una sola palabra. Solcius es universal. El Consejo no, solamente me entendía con los ángeles que hablaban mi idioma.

_ Perfecto. ¿Alguna otra cosa que deba saber? –pregunte y él negó con la cabeza- Entonces tendrás que ayudarme a escoger que llevar de todas las cosas que hay aquí. ¿Tu que tienes?

_ No te recomiendo que intentes agarrarme las manos detrás de la espalda –dijo Jude y sonrió- Esta tela te quemara como acido y eso es para cualquier ser. El mecanismo que tiene es increíble. Tú deberías buscar algo que puedas utilizar en caso de que te ahorquen. Después de todo, según se sabe, el oscuro te ha ahorcado ya varias veces.

_ Tan solo tres –dije y suspire- Pero no importa cuanto lo intente, es como si me quedara paralizada al sentir su tacto. Siempre hay algo o alguien que interviene y me salva de él.

_ Entonces debes buscarte algo que puedas tener en todo momento y puedas utilizar fácilmente, después de todo el oscuro puede atacarte en cualquier momento –dijo Jude- Yo creo que un par de zapatos te vendrá bien y se perfectamente cuales necesitas.

Jude camino por toda la tienda y lo seguí prestándole una mínima atención a mí alrededor. Me costaba creer que la ropa que había ahí podía resultar ser un arma mortal. Parecía todo menos aquello. Quizás Jude no se había equivocado del todo, la ropa tenia un diseño increíble y era muy fashion. Finalmente me detuve frente a la sección de zapatos al verlo a Jude agachado a un lado y revisando los estantes. Él se dio vuelta y se fijo en mí, luego a un par de zapatos que tenia delante, luego en mi otra vez y nuevamente hacia los zapatos. Alterno la mirada entre ambos durante varios segundos hasta que finalmente se decidió y tomo el par.

_ Intenta con esto –dijo- Yo creo que a ti te servirán los zapatos. Yo siempre digo: los zapatos hacen a la mujer. Tu caminar lo es todo. Tienes que dar una perfecta apariencia al caminar y necesitas unos zapatos acordes. Anda, pruébatelos, no dudes más.

No tuve otra opción. Me quite mis botitas de cuero acordonadas, mintiéndome culpable como si de algún modo las estuviera reemplazando, y tome el par de zapatos que me dio Jude. Mire los zapatos rojos de taco aguja con bastante curiosidad. Terminaban en punta e increíblemente me resultaron extremadamente cómodos cuando me los puse. Logre ponerme en pie sin ningún inconveniente, sintiéndome unos centímetros mas alta y no pude evitar sonreír ante el hecho. Jude me examino de pies a cabeza asintiendo más que a gusto.

_ Te quedan perfectos –dijo él- Fíjate en la punta y el taco, cortaras cualquier cosa con eso.

_ Aun así me siento mal –dije y tome mis gastadas botitas- Me han acompañado en todo lo que he vivido, no puedo deshacerme de ellas. Además de que siempre las he tenido puestas cuando me enfrentaba a algún problema.

_ No creo que duren mucho mas aquellos zapatos, de hecho, creo que con suerte llegaran a año nuevo –dijo Jude con una mueca- Pasaran a mejor vida pronto. Será mejor que te deshagas de ellas.

_ Pero es que no puedo –dije casi de un modo desesperado- He estado encerrada con estas botas, he escapado del Instituto con ellas, he peleado contra Nick y Diana portándolas. Y...

Y las tenia puestas aquella mañana que Alex me había confesado todos sus sentimientos y me había besado, pensé. No, no había forma de que olvidara aquella mañana. Me había despertado odiándolo por nuestra pelea de la noche anterior y me había acostado amándolo nuevamente. Suspire al mirar mis botitas. No, definitivamente no habría modo de que me deshiciera de ellas.

_ ¿No hay algún modo de salvarlas? –dije y mire a Jude de un modo suplicante- Por favor... Dejar estos zapatos atrás seria como dejar una parte de mí atrás.

_ Esta bien –dijo él y suspiro- Dámelas, veré que puedo hacer para que recuperen la vitalidad que algún día habrán tenido.

_ Muchas gracias –dije sonriendo y entregándoselas

_ Adivinare, esas botas tienen un gran valor emocional para ti –dijo él y lo mire con curiosidad

_ Si. ¿Cómo sabes? –pregunte

_ Veo el brillo en tus ojos ante el recuerdo al mirarlas –dijo Jude- Es mi virtud notar esos detalles. De hecho, hasta estoy seguro que conociste a tu actual novio llevando puestos estos zapatos y podría asegurar que también lo besaste por primera vez teniéndolas puestas.

_ ¡Que! Tú no tienes modo de saber que tengo novio, jamás lo he dicho –dije y Jude sonrió

_ Para mi es obvio Kat. Lo noto en tus ojos cada vez que piensas en él y ahora lo confirmo en tu mirada y en como te sonrojaste –dijo Jude y su sonrisa se ensancho- ¿Con quien sales?

_ Un ángel –dije

_ Ya me parecía, eso explica la pluma que llevas en tu bolsillo –dijo él y lo mire atónita- Es la virtud de Will. Él me dijo que llevabas una pluma y pensó que seguramente debía ser de tu madre, yo no. Si enserio esa fuera una pluma de tu madre no sonreirías al recordar que la tienes y sentirla. Y también puedo notar que como no dijiste nada hasta el instante esperas que yo haga lo mismo y no diga nada respecto a esto. Sales con un servidor del Consejo y esperas que nadie se entere.

_ El problema va por ahí pero es mas complicado –dije con una mueca- Algún día te contare. En un lugar donde las paredes no oigan y cuando se calmen un poco los asuntos que están tratando el director y mi mamá.

_ ¿Los asuntos de Michael Engel? ¿Entonces son ciertos y no solo rumores? –Pregunto Jude y asentí- ¿Tú sabes algo al respecto?

_ No lo se. No se que puedo decir y que no, en quien confiar –dije y lo mire a los ojos- Te seré sincera, no se a quien le debo mi silencio.

_ Eso si que es raro –dijo Jude- Será mejor que volvamos antes de que la clase empiece.

Suspire sabiendo que tenía razón y asentí. Para cuando volvimos a la arena ya todos los servidores de Solcius que se entrenaban estaban en las gradas. Era increíble ver desde niños de siete años hasta adultos de treinta y uno. Pero no pude evitar que una sonrisa se dibujara en mi rostro. Ellos estaban aquí por que querían, no por que se los obligaba. Y además, había todo tipo de seres y todos estaban perfectamente en paz y eran amigos.

_ Muy bien, la clase de hoy será sencilla –dijo el entrenador pasando al frente- Nada de magia, nada de armas, nada mas que lo que tengan a mano y sus habilidades. Deben estar capacitados para cualquier tipo de combate y por favor no se pasen del limite, recuerden que estarán luchando contra sus compañeros, no sus enemigos. Muy bien. ¿Quiénes serán los primeros en pasar?

El entrenador dijo dos nombres al asar y dos muchachos de once años pasaron al frente. Uno era un licántropo, el otro un hada del fuego. Ambos empezaron el combate nada más con lo que tenían encima y el entrenador fue tomando nota de cada uno de sus movimientos. En un momento el licántropo cayó al suelo y se raspo el codo dejando que la sangre apareciera. Me quede esperando atónita, casi aguardando que alguno de los vampiros aquí presentes se abalanzaran sobre el joven con la mancha de sangre. Pero nada ocurrió.

_ ¿No se tientan ustedes con la sangre? –pregunte, Sam estaba a mi lado

_ Si, pero podemos controlarnos –dijo Sam- Estamos bien alimentados en este lugar. Además, la sangre del chico es A+, es dulce pero a mi me resulta empalagosa. Hay mejores tipos de sangre que tomar.

_ Una vez me mordió un vampiro –dije- No se como le habrá sabido mi sangre pero venia deseándola desde que lo conocí.

_ Es que tu sangre huele deliciosa Kat y tu baja temperatura le debe dar un toque exquisito –dijo Sam y sonrió- Admito que tienta probar tu sangre. No es de malo, pero envidio a quien te mordió.

_ Término muerto –dije

_ No se por que me lo imaginaba –dijo Sam- Pero te lo digo enserio Katherin. Ten mucho cuidado de los demás vampiros, tu aroma tienta demasiado. Tienes sangre de ángel y sangre de bruja, no debe existir sangre más exquisita. Y seguro que tu alma les debe tentar a los brujos.

_ ¿Qué quieres decir? –pregunte y él me miro

_ Así como tu sangre me tienta a mí en estos momentos. Tu alma debe tentar a cualquier brujo que este al servicio de Lucifer –dijo él- Eres un caso excepcional Katherin. Tu alma tentara a cualquier brujo al igual que tu sangre a cualquier vampiro. Pero dejemos de hablar de esto, haces vacilar mi control.

_ Lo lamento –dije

_ No tienes por que, no es tu culpa ser tan apetecible –dijo Sam y clavo su vista en el combate al frente- Por cierto, los rumores de Michael Engel eran verdad, esta en este tiempo y Solcius quiere localizarlo.

Me estremecí imperceptiblemente. ¿Eso era bueno o malo? No quise pensarlo, no si Solcius seguía considerando a Michael Engel como un traidor. ¿Y a quien pertenecía mi silencio? ¿A Solcius o a Alex? ¿A la organización a la cual pertenecía o al hijo de los traidores? Sacudí la cabeza, no podía ser que justo estuviera en medio. Suspire y clave mi vista en los combates. El tiempo pasaba lento, o rápido, no lo sabia con exactitud. El tiempo no tenia sentido dentro de este lugar. Luego de que un brujo hubiera terminado de luchar con un vampiro, el entrenador se paro al frente y me llamo para que pasara. Acto seguido llamo a Will y ambos nos paramos enfrentados.

_ Veamos que tan bien sabes pelear Kat –dijo él sonriendo

_ ¿Te conté alguna vez que pude con cuatro ángeles a la vez? –pregunte sonriendo

_ Ya veremos si eso es cierto –dijo Will

Comenzamos el combate y yo no podía hacer nada más que reír al bloquear sus movimientos. Eso me distraía y no me permitía atacar. Me pregunte durante unos segundos que tan poco serio calificaría mi trabajo el entrenador. Pero aun entre risas, podía seguirle el ritmo a Will y bloquear sus ataques. Él detuvo una patada mía y salte hacia atrás haciendo una voltereta para evitar su ataque. Aterrice perfectamente de pie y lo desafié con la mirada. Will volvió a atacarme y salte sobre él mientras reía. Estuve a sus espaldas y en un segundo de distracción él se agacho y de un rápido movimiento me tumbo al suelo. Caí al duro piso y él estuvo sobre mí, sosteniéndome por las muñecas.

_ Lo admito, eres buena –dijo Will

_ Tú también –dije

_ ¡Esto no es jardín de infantes! –Grito el entrenador- ¡Dejen de jugar!

Sofoque una risa antes de patear a Will en el abdomen y quitármelo de encima. Él voló hacia atrás y cayó en el suelo. Se puso en pie de un salto y durante unos minutos continuamos con nuestro combate cuerpo a cuerpo. Finalmente bloquee uno de sus golpes y sostuve su brazo derecho por la muñeca. Hice presión y lo forcé a darse vuelta. En menos de un segundo yo estaba detrás de Will sosteniéndole ambas muñecas en la espalda y sonriendo triunfal. Él rió y entonces sus manos me tomaron a mí por las muñecas volviendo el juego totalmente parejo.

_ ¿Y ahora que? –Pregunto él- Dudo que puedas hacer algo, soy mas fuerte que tu.

_ Quizás –dije

Ambos nos soltamos brutalmente y nos enfrentamos nuevamente. En un latido de corazón terminamos el uno frente al otro. Su mano derecha termino alrededor de mi cuello y la mía alrededor del suyo. A ambos comenzó a costarnos respirar por la presión que ejercía el otro y por un segundo me pregunte si podría utilizar mi nueva adquisición el día de hoy. Mire a Will directo a los ojos y supe que no. Él no había usado su chaqueta contra mí a pesar de que había deseado probarla en el combate de hoy. Algo en él simplemente me impedía que yo pudiera utilizar mis zapatos para herirlo y librarme de su ataque. Aun así, lo vi vacilar a él a la hora de seguir estrangulándome y su agarre se aflojo. Algo paso por sus ojos, un sentimiento que me fue imposible reconocer y entonces yo también deje de agarrarlo.

_ Es un empate –dijo el entrenador

Ambos largamos el aire que habíamos estado conteniendo y no dejamos de mirarnos fijamente a los ojos. Mi mano lo soltó y se deslizo por su hombro hasta caer a un lado mío. Él me soltó. Sus dedos acariciaron mi cuello y luego me limpio con su mano un poco de tierra que tenia en la mejilla. Nuestras miradas se volvieron a encontrar y me quede sin aire viendo que él tenía los ojos clavados en mí. Clave mi vista a un lado y me deshice de su mano. Camine unos pasos, alejándome de Will y volviendo a sentarme en las gradas. Suspire y apoye mi cabeza sobre mis manos. Aquello me había resultado extraño y en cierto modo incomodo.

_ Buen combate –dijo Jude sentado a un lado mío

_ Ella sabe pelear –dijo Will sentándose a un lado- Lastima que se reía tanto y no dejaba de jugar. Me hubiera gustado probarla en un combate enserio.

_ Te dije que podría contigo –dije- Ya me he enfrentado a ángeles.

_ Dudo que sea para tanto –dijo Will y lo mire seriamente

_ He estado sometida a tres objetos sagrados. Pase el juicio de la balanza sagrada, oí la melodía de una flauta que me mataba de dolor y estuve bajo la amenaza de una espada sagrada –dije

_ Eso es fácil –dijo Jude- Balanza, familia Crist. La flauta si no me equivoco le pertenece a la familia Luteri. Pero la espada no se.

_ Sabemos que familia tiene cada objeto sagrado que existe –dijo Will al ver mi reacción- Es simple considerando que mi virtud se basa en los objetos y además conocí a Raphael Crist en un pasado. Entrenamos juntos. Creo que él debe ser el portador de la balanza ahora.

_ Así es –dije, sorprendida

_ Ya me parecía. Su virtud era el buen juicio –dijo Will- Y según tengo entendido el efecto de la flauta de la familia Luteri varía según la melodía. Increíble que hayas estado sometida a tres objetos sagrados. Aunque con lo de la espada me has matado. No se de ningún ángel que tenga una espada sagrada.

_ ¿Oye Will, luego me acompañas a la tienda? Deje unos zapatos de Katherin ahí y debo darle algunas indicaciones a Lizz respecto a que hacer con ellos –dijo Jude rápidamente

Le sonreí dulcemente cuando Will se fijo en él. Me había salvado. No sabia como pero Jude se había percatado de que no deseaba responder la obvia pregunta de Will respecto a la espada sagrada. Suspire. Si, Jude era un buen amigo. Los dos ángeles se insertaron en una conversación respecto al combate que tenían presente. Will hablando de los ataques y Jude hablando de los perfectos movimientos de los oponentes.

De pronto mi celular vibro en mi bolsillo y metí la mano dentro para sacarlo. Un inexplicable placer me recorrió cuando mis dedos rozaron la pluma que tenia ahí guardada y luego encontré mi celular. Mire con curiosidad el mensaje que me acababa de llegar y luego una sonrisa se fue dibujando en mi rostro al ver quien me lo había enviado.

“Sabes, la clase de historia realmente resulta aburrida si Gabriel esta toda la hora leyendo uno de sus libros y no tengo nada que hacer. El tiempo pasa muy lento”

“Dímelo a mi. Creo que pasaron cinco horas desde que estoy aquí y en realidad solo pasaron minutos. El tiempo de aquí dentro me vuelve loca”

Parecía extraño creer que Alex estuviera en una clase de historia y yo en... ¿Una clase de Combate Físico? ¿Esto se podía considerar como una escuela? Quizás si. Era mejor esto a estar teniendo ahora dos horas de idiomas con aquella anciana que encima era sorda y no tenia control. ¿Pero acaso enserio se le hacia tan interminable el tiempo en su aburrida clase de historia? Mis pensamientos se vieron interrumpidos con el vibrar del aparato en mis manos y otra vez sonreí.

“Quizás, no se en donde estas. ¿Puedo saber que andas haciendo o es información confidencial de Solcius que un simple servidor del Consejo como yo no puede saber?”

“No me he metido en ningún problema por ahora, o eso creo. ¿Cómo esta Miguel?”

“Destruido. No puedo continuar viéndolo así y no se que hacer. Pero él se mantiene muy distante y no permite que nos acerquemos. ¿Y tú hermana? ¿Sigues viva después de reencontrarte con ella o ya se volvieron a batir a duelo?”

“Sigo viva y no pude golpearla, mi mamá lo evito. Aunque se puede decir que discutimos bastante y mis padres terminaron enterándose de que salía contigo y ella con el encapuchado. Pero creo que han dejado el tema de lado, al menos conmigo.”

“Raphael baila de alegría por que te hayas ido, literalmente. Y Gabriel me esta diciendo que te haga recordar que le tienes que presentar a Moliere. Se esta volviendo insoportable con este tema.”

“Dile a Gabriel que se lo presentare y que deje de insistirte tanto.”

“Dice que aun así y ahora se molesto y volvió a su lectura. Me da gracia. ¿Puedo saber al menos por donde andas?”

“Es que ni yo lo se. No tengo la menor idea de en donde me encuentro.”

“¿Y se supone que debo estar tranquilo cuando no sabes ni donde estas? Supongo que no podía esperarme otra cosa de ti. Creo que me quedare sin celular pronto.”

“¿Por qué?”

“Por que el profesor de historia me vio y ahora esta caminando hacia aquí. Adiós, te extraño mucho Kat.”

“Adiós, yo también te extraño.”

Espero en vano unos segundos a que respondiera y reí apenas al guardar el teléfono. Solo entonces note las inquisitivas miradas de Jude y Will clavadas en mí. ¿Y ahora que? Genial. No podía decirle a mi novio con quienes o donde andaba y tampoco podía decirle a mis amigos y compañeros con quien me mandaba mensajes. ¿Acaso mi vida ya había perdido todo el sentido? Yo le seguía debiendo silencio a Alex y Will no había reaccionado muy bien ante el rumor de Michael Engel por lo que no convenía mencionar que salía con su hijo.

_ ¿Quién era? –pregunto Will

_ Alguien –respondí y una sonrisa se grabo en mi rostro al pensar en él

El resto del día concluyo normal y por suerte Will pareció olvidar completamente aquel hecho. Los días pasaron sin mucho más. Las clases eran soportables y algunas hasta llegaban a ser interesantes. Durante el día estaba en esta especie de escuela aprendiendo todo lo que podía. Durante la tarde mi papá me enseñaba cualquier hechizo que le pareciera útil y me ayudaba a perfeccionar mi magia. Realmente el tiempo me parecía mucho mas del que realmente era. Aunque aun había una duda en mí. Desde que estaba aquí no había vuelto a tener sueños con el encapuchado.

El despertador sonó a las cuatro de la mañana este día. Enseguida lo tome y lo metí bajo la almohada para que no siguiera sonando y despertara a los demás. Continuo sonando bajo mi almohada mientras yo me levantaba y me dirigía al baño. Chasquee los dedos antes de salir y el despertador dejo de sonar y volvió a su lugar. Utilice un hechizo de silencio para no hacer ruido. Me cambie rápidamente y me arregle. Por alguna razón había decidido levantarme mas temprano.

Baje rápidamente las escaleras disfrutando que el hechizo de silencio me cubriera totalmente. Tome mi daga, me puse mis zapatos, mi capa de terciopelo negro que me llegaba casi hasta los tobillos. Me hice un nudo en el cuello para sujetarla y luego comencé a buscar por la casa. Silbe varias veces e hice ruidos para llamar al gato que buscaba pero ninguno era. Finalmente me canse y lo llame por su nombre.

_ Shake –dije por lo bajo- Shakespeare ven, necesito de tu servicio.

No hubo respuesta. Al parecer William Shakespeare debería estar muy ocupado con su vida felina como para asistir a mi llamado. Suspire, era justamente la habilidad que él tenia la que necesitaba en este momento y no otra. Volví a intentarlo.

_ William ven –dije- Ayúdame en esto y prometo darte alguna idea para escribir además de traerte atún cuando vuelva. Créeme, mi vida es como aquellas historias que a ti te gusta escribir.

Un gato apareció encima de mí saltando de la escalera a una mesita que había y luego al suelo. El gato negro se sentó y me miro con absoluto detenimiento mientras movía su cola. Listo, el trato estaba hecho. Pero Shakespeare era el único gato que poseía un olfato capaz de encontrar cualquier portal y era eso lo que necesitaba ahora. Me di vuelta y salí a la calle seguida por aquel gato. Caminamos varias cuadras hacia abajo. Él se movía con gran honor, la cabeza en alto mientras olfateaba el aire en busca de que quería.

_ Necesito una entrada al mercado negro –dije

El gato asintió tan solo una vez y continuo caminando delante de mi. Finalmente se detuvo un segundo al olfatear algo en el aire y doblo en un callejón. Hacia mucho que no iba al mercado negro y tampoco recordaba la entrada que utilizaba cuando lo hacia por lo que no tenia la menor idea de a donde me estaba llevando Shakespeare. El mercado negro era un lugar interminable para seres fantásticos al que solo se podía llegar por las entradas ocultas que había en algunas ciudades. Entre al callejón vacilando un poco. No había nada más que lo típico: basura, desperdicios, basureros metálicos. Algo capto la atención de Shakespeare, una gran caja que había contra una pared de la cual colgaban telas. Él se metió dentro y lo seguí. Moví la tela a un lado para poder pasar y me encontré con más telas a modo de cortinas. Pase entre ellas, ya sabiendo que si esto fuera una caja normal ya me tendría que haber topado con la pared. Comencé a escuchar los murmullos y ver la luz a través de las telas. Finalmente moví una y logre salir al mercado negro.

Me quede mas que fascinada viendo el interminable lugar lleno de seres fantásticos. Trate de preguntarme como era posible que no hubiera decidido venir hasta ese momento a ese lugar tan irreal. Respire hondamente sintiéndome totalmente entre los míos. Ningún humano podía llegar a este lugar, era imposible. Tan solo los seres fantásticos lograban traspasar los portales que llevaban al mercado negro, un lugar totalmente oculto y fuera de las leyes del Consejo. Sonreí, aquí no había servidores del Consejo ya que ellos nunca habían podido encontrar este lugar.

Realmente su nombre lo definía muy bien, este lugar era principalmente un mercado negro. Había tiendas de canje, compra y venta. Había vendedores ambulantes que te ofrecían desde artefactos extraños hasta sus servicios. Al menos en la sección en la que había entrado todo parecía ser solo tiendas y vendedores ambulantes. La gran calle principal de esta sección estaba llena de ambulantes que no dejaban de moverse de un lado para el otro y pasaba totalmente desapercibida entre la multitud. Veía a un lado los transportadores, pequeñas cabinas capaz de llevarte a cualquier salida del mercado negro en cualquier parte del mundo. Claro, según fuera la correspondiente a la cabina. Tendría que acordarme por donde había llegado para luego volver.

Shakespeare seguía acompañándome fielmente mientras caminábamos entre la multitud. Fue cuestión de minutos para que algunos de los reambulantes comenzaran a reconocerme como la hija de Adrian Strega, el brujo más poderoso que existía. Una anciana se acerco a mí ofreciéndome una manzana acaramelada. Ella tenía el rostro totalmente devastado por la edad, lleno de arrugas y verrugas, además de que caminaba coja y estaba encorvada. Sonreí al aceptar su ofrenda y entonces me quite un guante para asegurarme de que no había nada malo con aquella manzana.

_ Muchas gracias –dije

_ No se si me recuerdas, soy Akita –dijo ella- De pequeña solías venir aquí con tu padre y siempre me pedías una manzana acaramelada.

_ Pues entonces muchas gracias Akita, por acordarte de mi –dije y ella me sonrió- Necesito ir a la intersección entre la calle del Lucero y la calle de Merlín. ¿Podrías indicarme el camino?

_ Sigue por la calle del Libre Albedrío hasta abajo, cuando llegues a la estatua de los querubines dobla a la derecha –dijo Akita- Sigue la calle que apunta la espada ardiente, aquella es la del Lucero.

_ De nuevo muchas gracias –dije

En algún momento del camino perdí a Shakespeare, supe que él debió de haber encontrado alguna musa y vendría luego. Después de todo, su habilidad con el olfato era increíble, me encontraría sin problema. Continué por la calle del Libre Albedrío hasta llegar a la estatua de los querubines. Quede absorta observando a los seres alados que ahí había. Tres figuras de blanco, con unos hermosos rostros tallados y unas alas asombrosas. Entre los seres del cielo, no había rango más alto que un querubín, ellos eran los más cercanos a Dios. El querubín del medio sostenía en alto una espada, victorioso. Quise apreciar mejor aquella espada pero era imposible por la altura a la que estaba. Yo parecía diminuta ante las imponentes estatuas.

_ “Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida” –dije y suspire cambiando la vista

Tal como me había dicho Akita seguí la calle que apuntaba la espada ardiente, aquella era la calle del Lucero. ¿Acaso la espada apuntaba esta calle por alguna razón? Quizás, no me resultaría extraño que la espada ardiente apuntara al Lucero caído. Continué caminando, tratando de quitarme aquellos pensamientos de la cabeza. No deseaba pensar en ángeles y demonios. Las calles pasaron rápidamente y pude vislumbrar al ángel que estaba parado en la esquina, bajo un farol, justo en la intersección entre la calle del Lucero y la calle de Merlín. Este me saludo levantando una mano y agitándola en el aire. Sonreí al acercarme y Jude me recibió con una de esas sonrisas suyas.

_ Hei –dijo él- ¿Kuinka voit?

Lo mire sin comprender una sola palabra y entonces él pareció percatarse de algo. Se llevo una mano al rostro por su equivocación y rebusco algo en uno de sus bolsillos. Saco un pequeño arete con el símbolo de Solcius y entonces se lo coloco en el agujero que tenia hecho en su oreja derecha. ¿Entonces aquel era el emblema de Jude? Jamás lo había visto pero no me parecía raro que él se lo quitara estando fuera de Solcius.

_ ¿Ahora me entiendes? –Pregunto y asentí- Lo lamento, olvide colocarme el arete.

_ No hay ningún problema –dije- Lo único, la manzana acaramelada que comí no basto para llenarme de energías. Necesito tomar algo.

_ Al parecer en cuanto al sueño eres totalmente bruja –dijo él- ¿No has intentado ver si tienes la misma habilidad que los ángeles para no sentir cansancio?

_ Shhh, baja el tono –dije para que solo él me escuchara- Recuerda que nadie fuera de Solcius puede saber quien es mi mamá.

_ Dudo que alguien por esta sección entienda el finlandés –dijo Jude- Aquí no hay ningún portal a mi tierra y por lo tanto ningún otro ser que hable el mismo idioma que yo.

_ Como digas –dije

_ Bueno, aquí estamos, antes de las cinco de la mañana como acordamos –dijo él- Tenemos la mañana para nosotros. Vamos por algo de tomar para que te mantengas despierta y luego hablamos.

Asentí más que encantada y caminamos por la calle de Merlín hasta encontrar un pequeño establecimiento. Todo en el mercado negro tenia una onda antigua, con las calles empedradas y los establecimientos que te hacían recordar a los de hacia siglos. Nos sentamos en una mesa en el exterior y un hada portando un vestido verde hecho de musgo se acerco a tomarnos el pedido. Ella batía sus alas y se mantenía en el aire con tranquilidad mientras anotaba todo. Jude pidió un batido de fresa y yo un chocolate caliente con mucha azúcar. El hada partió sin más preámbulos y estuvimos los dos solos.

_ Muy bien, aquí estamos en un lugar donde las paredes no oyen –dijo Jude- Y yo no diré nada tal como hemos acordado. Además de que ningún servidor de Solcius anda por esta zona en el mercado negro y los asuntos acerca de M.E. se han calmado.

_ Esta bien, te lo contare –dije- M.E. si esta en este tiempo y el director si lo quiere localizar.

_ ¿Y como supieron que él estaba en este tiempo? –pregunto Jude

_ Por que yo se los dije y también les dije que él vivía a las afueras de New York. Es un chef famoso y tiene un restaurante –dije

Los ojos de Jude se abrieron como platos y en ese momento la camarera vino a dejarnos nuestro pedido. Tome el chocolate caliente como excusa para no seguir hablando y a pesar de que el liquido me quemaba lo trague igual. Sentí al instante las energías correr por mis venas y deje la taza medio llena en la mesa. Jude seguía bebiendo de su batido de fresa sin dejar de mirarme inquisitivamente y suspire.

_ ¿Juras no contárselo a nadie? –pregunte

_ Palabra de ángel –dijo él

_ M.E. tiene un hijo, Alexander –dije y suspire- Y él es mi novio. Por eso mi mamá se entero lo de M.E. y luego el director.

_ ¿Me estas bromeando? –dijo Jude sonriendo y tomándoselo en broma

_ No –dije y él reacciono ante mi seria mirada- Te estoy diciendo la verdad Jude. Yo me enamore de un ángel llamado Alexander Engel, solo después de venir aquí me entere que era hijo de M.E.

Regla numero uno cuando se estaba fuera de las instalaciones de Solcius: Era peligroso mencionar el nombre de Michael Engel quien sabe por que. Regla numero dos: Fuera, yo soy solamente una bruja y nadie puede saber quien es mi mamá o que es ella. Regla numero tres: era importante que el tema de Alex se mantuviera en secreto. Aquellas eran las únicas reglas que me había impuesto mi mamá los primeros días. Y yo aquí estaba, rompiendo la tercera regla. Pero Jude era de confianza. Es decir, no tenia nada en contra de Michael Engel y no reaccionaria como seguramente lo habría hecho Will.

_ ¿Cuántas personas saben que M.E. tiene un hijo? –pregunto él

_ Nadie lo sabía y yo no sabia quien era M.E. –dije- Fue el día que llegue que el director y mi mamá lo supieron. No tengo ni idea de cómo andan tratando aquel asunto y quienes lo saben o no.

_ Pues los que estamos cumpliendo con el entrenamiento no lo sabemos –dijo Jude- ¿Me puede explicar como demonios terminaste saliendo con el hijo de M.E.?

_ Ya te lo dije, yo no sabía nada respecto a Solcius y mucho menos a M.E. –respondí- Para cuando me entere de que pertenecía a Solcius yo ya estaba saliendo con él. En ningún momento se me ocurrió pensar que sus padres eran quienes alguna vez traicionaron a esta organización.

_ Entonces andas enamorada de Alexander Engel –dijo Jude y asentí mirando mi taza, no me atrevía a mirarlo a él

_ Lo amo –susurre

_ ¿Alguna vez se lo has dicho? –pregunto él

_ Creo que no –dije

_ ¿Y él te lo ha dicho? –continuó Jude

_ Dos veces –dije y suspire- La primera él tenia hecha una marca maldita y casi mas muere. Y la segunda, yo me sentía culpable por todo lo que había ocurrido y estaba tratando de irme. Él me detuvo en el aeropuerto y me pregunto si tenía que decirme que me amaba para que me quedara.

_ Que romántico –dijo Jude y tomo un sorbo de su batido- Y además te dio una pluma suya, eso suma puntos. Pero no creo que haya tenido una marca maldita y siga vivo, eso es imposible. Las verdaderas marcas malditas se hacen con armas, esas tontas líneas que te aparecen hechas con las varitas no son en realidad marcas malditas ya que se quitan fácilmente.

_ Diana lo atravesó teniendo su daga en la mano izquierda –dije y lo mire- Yo misma vi la mancha negra en su abdomen y lo vi muriéndose delante de mí. Pero sobrevivió, Nicholas Devang lo salvo.

_ ¿La ex mano derecha de Lucifer? –pregunto Jude y asentí

_ Y mi ex novio –dije

_ ¿Has salido también con Nicholas Devang? –Pregunto Jude- Enserio consigues a los mejores hombres. La ex mano derecha de Lucifer y el hijo de M.E.

Reí tontamente y ambos volvimos a estar sumidos en nuestras bebidas. Era bueno poder confiar en Jude y contarle todo.