Capitulo 24: Los juegos de NIck


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Parecía eterno el entretiempo, como si nunca más fuera a tocar el timbre para decir que debíamos volver a clases. Y claro, yo no era la única en notarlo. Mecha tamborileaba nerviosa contra los casilleros mientras los humanos pasaban por el pasillo tranquilamente, ignorando totalmente lo que estaba pasando y que el tiempo estaba siendo controlado. El tiempo corría lentamente, haciendo que cada segundo fuera un minuto pero nadie parecía notarlo.

_ ¿No puedes hacer que el tiempo corra normal? –dijo Mecha

_ No soy tan poderosa –dije- Además, no estoy en mis mejores condiciones en este momento.

_ Aun así, es torturante esto –dijo Mecha y luego miro al pasillo- ¡Y lo peor es que ellos ni se dan cuenta!

_ Tu misma lo dijiste, el tiempo es bastante relativo –dije- Ellos ni lo notan por eso.

Mecha suspiro exasperada. Tanto, que comenzó a jugar con un encendedor, sonriendo al ver la llama. Ignore el hipnotizante fuego mientras seguía acomodando las cosas dentro de mi casillero. Si este entretiempo iba a ser eterno, al menos lo utilizaría para algo. Tome un libro de mi mochila y este se abrió en la pagina marcada por su pluma. Me quite un guante y suspire al acariciarla suavemente, cerrando los ojos ante la repentina paz que sentía.

_ ¿Te ha dado una pluma suya? –pregunto Mecha totalmente sorprendida

_ De hecho yo la encontré, él permitió que me la quedara –dije pero ella seguía atónita

_ Esa es una de las cosas mas preciadas para un ángel, no puedo creer que te la haya dado –dijo ella- Normalmente no les dan sus plumas a nadie y es contra la ley del Consejo lo que hizo.

_ Ya ha roto todas las leyes gracias a mí –dije

_ Suerte que nadie le aviso al Consejo sobre eso y mi padre no tiene la menor idea –dijo Mecha y luego su vista se perdió en el pasillo- ¿Qué crees que ande pasando?

Gire apenas la cabeza para ver a que se refería. Increíblemente el pasillo parecía vacío comparado con toda la gente que antes había habido. Apenas si quedaban una escasas personas hablando y otras mas que se dirigían a la salida. Casi me recordaba al primer día, cuando trataba de acostumbrarme a las reacciones de las demás chicas por salir y ver a alguno de los alados, como ellas los llamaban. Volví a concentrarme en mis cosas al no encontrar nada peculiar. Metí todo adentro del casillero excepto su pluma que la guarde en mi bolsillo. Suspire. ¿Cuánto tiempo más duraría esto? Cerré la puerta y casi al mismo tiempo alguien se dejo caer sobre los casilleros, apoyándose de costado y mirándome.

_ ¿Acaso puedes decirme quien demonios te crees para andar interfiriendo con mi don? –Exclamo Nick totalmente furioso- ¡No tienes derecho!

Casi sofoque un grito al notarlo a él por el susto. Mecha se quedo totalmente helada, mirándolo. Me fije en él, en su cabello corto y dorado oscuro, sus gafas de sol para ocultar sus ojos, su piel apenas bronceada y sentí su penetrante mirada desde detrás de sus lentes. Pero para mi sorpresa, la situación no era como la había imaginado. Desde el primer instante en que había huido del Bella Vista había imaginado que apenas volviera a verlo tendría un terrible miedo, le temería y tendría la intención de salir corriendo. Pero ahora no, lo miraba con curiosidad. Esta era una persona totalmente desconocida para mí.

_ No debiste cortarte el pelo, te quedaba mejor antes –dije tranquilamente

_ No evadas mi pregunta –respondió- No tienes derecho a interferir con mi don.

_ Yo puedo hacer lo que quiero –dije y chasqueé los dedos de modo que una puerta de los casilleros se abrió pero él la detuvo antes de que pudiera golpearlo

_ Entonces yo también puedo hacer lo que quiero –dijo él cerrando la puerta y mirando a Mecha- Extraño, jamás había estado dentro de la mente de una salamandra.

_ Sal de mi cabeza –dijo Mecha, molesta

_ ¿Por qué? No te estoy haciendo nada malo, ni siquiera lo estas sintiendo –dijo Nick- Solamente estoy revisando tus pensamientos ya que al parecer Kat no me muestra totalmente los suyos.

_ Sal de su cabeza –dije y él sonrió

_ Así que estas saliendo con un ángel –dijo sonriendo y me tomo fuertemente de la muñeca, poniéndose delante de mí y sujetándome contra los casilleros- Que el bendito empiece a rezar si quiere salvarse de mí. Ahora sé todo de él, agradécele a tu amiga.

_ ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer? –Dije deshaciéndome de su agarre- ¿Qué demonios haces aquí?

_ Vine a buscarte –dijo él tranquilamente- Vendrás conmigo por las buenas o por las malas.

_ ¿Y dime Nick, por que pecado capital haces esto? –Pregunte- ¿Gula, lujuria, avaricia, ira, envidia...?

_ Soberbia –me interrumpió él

_ ¿No puedes simplemente dejarme en paz? No iré contigo –dije

Él sonrió maliciosamente y puso su mano en mi cuello, sujetándome contra los casilleros y levantándome en el aire. ¿Acaso nadie veía esto? No, claro que no. Nuevamente los pasillos estaban atestados de gente y sin embargo ningún humano podía vernos. Ni siquiera me molestaría en gritar, sabia que nadie me oiría. Él ahora controlaba la mente de los humanos para que no pudieran percatarse de nosotros. Me estaba quedando sin aire y ahora lo sentía dentro de mi cabeza. Pero mis energías estaban concentradas en seguir respirando por más de la dificultad y entonces no pude ocultar nada de él. Reviso todo, vio y supo cada pensamiento y momento que le había dedicado a Alex y eso solo lo enfureció. Volvió a golpearme contra los casilleros y su agarre fue más duro entorno a mi cuello.

_ No solo te has enamorado de un estúpido ángel –dije sosteniéndome mas fuerte- ¡Sino que del maldito ese! Apuesto a que resistirá tan poco como el hermano contra mí.

_ Vete al infierno Nick –dije

Levante mi mano, agradeciendo haberme sacado el guante antes y entonces lo toque. Mi tacto pareció quemarle ya que al instante él me soltó y me echo una mirada llena de odio. Volvió a intentar agarrarme pero sujete su brazo en el aire y lo mire seriamente. No iría con él, no pensaba hacérsela fácil y para nada iba a dejar que arruinase mi vida ahora.

_ ¿Qué demonios me hiciste? –exigió saber apretando los dientes, sonreí

_ ¿Te gusta mi don? –Pregunte- Mientras estaba encarcelada gracias a ti descubrí que mi tacto le provocaba dolor a la gente. Luego supe lo que realmente era. Sueña con que mi tacto te vuelva a provocar el mismo placer que alguna vez te causo.

_ Haz como quieras –dijo mirándome furioso y bajando su mano

_ Ya no te tengo miedo Nick –dije

_ Entonces supongo que no habrá problema en que me quede unos días por el pueblo –dijo él- Tu decides que tendré que hacer para llevarte gatita.

_ No me llevaras –dije y él sonrió complacido mientras meditaba

_ Entonces te veo luego gatita, esto apenas empieza –dijo él, partiendo, y luego se detuvo, mirándome de soslayo- Por cierto, será mejor que te deshagas de esa pluma. No querrás que él venga sabiendo que estarás en peligro conmigo.

Lo maldije internamente, odiaba cuando él tenía razón. Pero Nick no hizo nada más que sonreír mientras partía. Suspire, apoyándome contra los casilleros y sintiendo que de algún modo me caía. Apoye mi cabeza sobre mis manos, mirando al suelo y tratando de negar la situación de algún modo. Y entonces nuevamente volvía la risa de Nick a mi cabeza. Ya no quería oírlo más, no si era para torturarme.

Sabes una cosa –dijo él- Nunca he probado un alma. No estaría mal empezar con la de un ángel, después de todo, debe haber alguna razón por la que Lucifer solo se las reserva para Él.

Y entonces reaccione. Levante la cabeza justo a tiempo para ver como Nick pasaba a un lado de Alex y este se quedaba duro. De pronto Alex estaba totalmente pálido y con la mirada perdida. Y vi como Nick tenia su mano izquierda abierta detrás de él, como si estuviera sosteniendo algo. Fue un segundo. Y también en un segundo corrí y me interpuse entre ellos dos, golpeando la mano de Nick. Su reacción fue automática, me echo una mirada de furia y levanto el puño en el aire, listo para pegarme. Al instante Alex lo detuvo, tomándolo por la muñeca y mirándolo seriamente.

_ Hazle algo y te mato aquí frente a todos los humanos, no me importa –dijo y Nick bajo el puño

_ No podrías ni tocarme –dijo y luego me miro- Ya has arruinado mi diversión dos veces en el día, me vengare por esto.

_ Vete de aquí Nick si no quieres que sea yo quien me encargue de ti –dije y él me sonrió

_ Seremos bastante parejos pero recuerda que yo tengo mas experiencia en este tipo de asuntos –dijo- Jamás he fallado en ningún encargo.

_ Siempre existe una primera vez –dije y él apretó los dientes

_ Quítale el hechizo que le hiciste y te dejo el resto del día –dijo Nick y lo mire seriamente

_ No lo haré –dije y eso solo pareció enfurecerlo mas- ¿Qué sucede Nick? ¿No puedes vencer un simple hechizo?

Nuevamente Nick volvió a abalanzarse contra mí pero Alex lo volvió a detener poniéndole un brazo delante. Nick me sonrió, de ese modo que solo lo hacia cuando estaba furioso conmigo y era capaz de hacer cualquier cosa. Casi espere que el dolor volviera a torturarme pero no paso nada. Nick tomo el brazo de Alex y hundió los dedos totalmente en su piel. Aun con los lentes oscuros, vi la terrible furia con la que me miro antes de pronunciar las palabras.

_ Anĭma –dijo sin dejar de sostenerme la mirada

Mi reacción fue instintiva. Ni siquiera pensé al momento de tocar a Nick, tampoco fue mi intención causarle tanto dolor como para que gritara y se llevara ambas manos a la cabeza. Pero así sucedió. Él se alejo totalmente de mi mano mientras aun seguía negando lo que acababa de ver. No había podido ver su recuerdo y sin embargo tenía la misma sensación que él. La ira, el dolor, la pena, el destrozo, toda clase de sentimientos oscuros mezclados. Mire mi mano sintiéndome culpable, no había deseado causarle tanto mal. Y me sentía aun peor con la mirada de Alex clavada en mí. Estaba impactado y pude ver un atisbo de temor en sus ojos. Pero yo no podía quitar mi vista horrorizada de mi mano. Lo que acababa de hacer era terrible. Antes había logrado matar al brujo que era mi guardia por haberlo tocado de este modo durante muchos segundos. Y con solo dos segundos, le había causado esto a Nicholas. No me importaba que ahora tuviera el alma corrompida por Lucifer, que fuera malvado y lo que había estado a punto de hacer. Yo misma me sentía un demonio por lo que acababa de hacer y sentí como mis ojos se inundaban de lágrimas.

_ Lo lamento –dije apenas pudiéndolo mirar

_ Me vengare por esto Katherin, ya veras –dijo él totalmente furioso y cerrando sus manos en puños- Que conste que todo lo que haga de ahora en mas en este pueblo, será por tu culpa.

Nick se dio vuelta y finalmente partió. Y aun así, ningún humano que estaba alrededor pareció notar todo lo que acababa de pasar. Las lágrimas pudieron conmigo y empezaron a rodar por mis mejillas hasta caer al suelo. Alex se paro delante de mí, pasándome una mano con delicadeza bajo los ojos para poder limpiarme las lagrimas pero aun así no sirvió de nada. Me sentía terrible por lo que había hecho, un simple toque y casi más había matado a Nick. La diferencia entre su vida y su muerte era de tan solo muy pocos segundos y yo era responsable de ello.

_ No puedo verte llorar –susurro Alex y baje la vista

_ A esto te arriesgas cada vez que te toco –dije sin poder contener las lágrimas- A que yo pierda el control y te pueda matar. Entiéndelo, yo intensifico las sensaciones cuando te hago revivir un recuerdo. Puedo hacer que un simple corte del pasado sea capaz de matarte ahora. Si me descontrolo un segundo estando contigo...

Me lleve ambas manos a la cabeza y la sacudí. No quería ni pensar en aquello. Yo no podía perder el control de ese modo estando con Alex. Odiaba eso de mi don, que pudiera intensificar cualquier sensación de modo que esta pudiera llegar a ser mortal en segundos. Y aun así, Alex pareció no escucharme. Simplemente me abrazo, volviéndome a limpiar las lágrimas y besándome en la punta de la nariz.

_ No llores, por favor –susurro pasando una última vez su mano por mi mejilla

_ Viste lo que puede pasarte si te toco –dije- Hasta me miraste con miedo.

_ Tenia miedo de cómo reaccionaria él por lo que le habías hecho, no por que le hubieras provocado eso al tocarlo, tonta –dijo sonriendo dulcemente- No mentí cuando dije que si te hacía algo seria capaz de matarlo sin que me importasen los demás.

_ Gracias a mi corres peligro –dije, abrazándolo y sintiendo nuevamente las lagrimas

_ Gracias a ti sigo vivo –dijo y entonces se quedo duro- Esas dos veces que me toco... sentí como si tocara mi alma. Intento robármela. ¿No es así?

Asentí muy a mi pesar y él suspiro. De pronto se escucho un sonido de explosión, varios gritos de asombro y susto y todo quien estaba en el pasillo salio corriendo dirigiéndose a la salida. ¡Y ahora que más! Rápidamente solté a Alex y me dirigí también a la salida. Tuve que empujar a la gente, teniendo mucho cuidado de no tocar a nadie para poder salir. Toda la multitud estaba reunida al borde de la acera, mirando fijamente al suelo libre delante de ellos. A empujones logre hacerme espacio y avanzar hasta poder estar al frente. Me quede totalmente helada. Había llamas sobre el césped, había cenizas entre estas y me tomo tan solo dos segundos reconocer el pentagrama.

¿Quieres jugar esto como un juego? Bien, voy a jugar –dije

El juego apenas empieza –respondió él

Lo busque por el patio y aun así no logre verlo. Mi vista solamente estaba clavada en la estrella invertida encerrada en el círculo y los cinco ángeles no tardaron en llegar. La reacción de los cinco fue casi la misma, sorpresa junto con preocupación. Y aun así, yo solamente me fijaba en los tres puntos que había marcados alrededor del circulo y en las cenizas que había. Estaba claro, él había mandado un mensaje pero desconocía quienes eran los dos destinatarios. ¿Y ahora que? La escena estaba llena de humanos, no había nada que pudiéramos hacer.

Las autoridades de la escuela no tardaron tiempo en llegar y empezaron a despejar la zona. Varios profesores ayudaron también y pude divisar la figura de la señorita Miriam. Ella también miraba el fuego al igual que yo mientras sostenía su anillo con más fuerza y recitaba unas palabras. En un segundo el director estuvo frente a mí y me miro seriamente. Y claro, yo estaba parada en el lugar menos indicado si no quería ser sospechosa del incendio.

_ ¿Usted inicio este fuego? –pregunto él

_ No lo he hecho señor –respondí

_ Señorita, estaba parada al pie de él. ¿Dígame, si usted no ha sido quien ha sido entonces? –pregunto el director aunque era seguro que seguía creyéndome culpable

_ No ha sido nadie de este establecimiento –dije

_ Si claro señorita, eso dicen siempre. Venga ahora mismo a mi oficina –ordeno él

Inspire. Aquí comenzaban los juegos y sabía que no tendría otra opción. De ahora en adelante me tendría que comportar realmente como una bruja si deseaba poder con Nick. Mire al director fijamente a los ojos, del modo que había hecho con el encargado del aeropuerto aquella vez. Mis felinos ojos atraparon al instante al hombre, haciendo que cayera preso del encanto y sonreí.

_ El responsable por esto no ha sido nadie de este establecimiento –dije

El director asiento hipnotizadamente y luego parpadeo varias veces cuando lo deje libre de mi encanto. Sacudió apenas la cabeza y me di vuelta, sonriendo mientras partía. Debía admitirlo, no estaba bien controlar a los humanos pero me hacia sentir bien salirme con la mía. Apenas si pude dar tres pasos cuando Raphael se interpuso en mi camino, mirándome seriamente.

_ Acabas de hechizar a un humano –dijo enfadado- Eso es contra la ley.

_ Entonces ve tu y entrégate como culpable del incendio –dije molesta- Entiéndelo, esto es un juego para Nick y él apenas ha comenzado. Elige Raphael, o cumplo con la maldita ley del Consejo y él hace lo que quiere, o simplemente lo detengo.

Él murmuro algo ininteligible, que por alguna razón supe era una maldición contra mí, y se movió a un lado. No me pareció raro que segundos después el director diera el anuncio de que las clases se habían cancelado por el día de hoy. De algún modo una parte de mi se esperaba aquello. El tiempo no volvió a correr normalmente hasta que fue plena noche, variando entre pasar extremadamente rápido de modo que los minutos eran segundos o extremadamente lento de modo que cada segundo se hacia eterno.

Suspire mirando otra vez por la ventana a la oscura noche. Deseaba poder descansar, aunque sea unas horas luego de la noche que había vivido ayer. Me deje caer en la cama, cerrando los ojos y dejando que el sueño me atrapara. Nuevamente todo era calma, tranquilidad, paz... Pero otra vez mi sueño se vio interrumpido. Me desperté en medio de la noche sin razón aparente. ¿Qué hora seria? ¿Mas de las 2 a.m.? Mi mano estaba cerrada entorno a su pluma y no pude evitar sonreír. Por algún motivo estaba totalmente acurrucada en un extremo de la cama. Sofoque un bostezo mientras me daba vuelta y entonces grite al ver la otra figura que estaba acostado a mi lado.

_ Shhh... Vas a despertar a los vecinos –dijo Nick llevándose un dedo a los labios

_ ¿Qué diablos haces aquí? –pregunte y él sonrió

_ Supuse que no te molestaría, hemos dormido tantas veces en la misma cama –dijo y lo fulmine con la mirada

Me puse en pie casi al mismo tiempo que él y lo mire desde el otro lado de la habitación. Nick saco una daga de su cinturón y en un segundo yo tuve la mía en mano. Nos miramos fijamente mientras dábamos círculos, el uno enfrentando al otro. Aproveche al estar junto al escritorio para dejar la pluma ahí, adentro del libro para que no pudiera perderse y Nick sonrió.

_ Perfecto, así no interferirá –dijo él

_ ¿Qué quieres? –Dije- ¡No tienes derecho a estar en mi habitación!

_ Te prefería mientras aun estabas dormida –dijo Nick

_ ¿Qué demonios haces aquí? –dije y en un parpadear él estuvo frente a mi y me acorralo

_ No me gusto lo que me hiciste hoy –dijo poniéndome la daga bajo el cuello- Te has pasado de la raya gatita. Puedes interferir con mi don, puedes arruinarme mi diversión, pero lo que no puedes es tocarme de ese modo.

_ Tú te lo buscaste –dije y la hoja de la cuchilla se apretó más contra mi cuello

_ ¿Entonces lo amas? ¿Estarías dispuesta a entregar tu alma por él? –Dijo y sonrió- Ya lo veremos.

Me tomo por la musculosa de mi pijama y me lanzo por el aire. Logre abrir la ventana justo a tiempo antes de estrellarme contra ella y entonces caí a la calle. Aterrice de pie, aun sosteniendo mi daga en mi mano y lo primero que hice fue cambiarme de ropa con un simple pensamiento. Nick salto de la ventana y aterrizo frente a mí, sin dejar de enfrentarme con la mirada. Las calles estaban totalmente desiertas, las casas en pleno silencio mientras sus habitantes dormían. Nosotros no dejábamos de dar vueltas en mitad del pavimento y sin dejar de mirarnos a los ojos.

_ ¿Viniste a buscarme para enfrentarme? –dije

_ Vine a hacer lo que corresponde, te dije que me vengaría por lo que me hiciste –dijo él abalanzándose contra mi

En un segundo nuestras dagas chocaron. Hice todo el esfuerzo por detenerle el ataque a Nick y cuando finalmente no pude mas di un gran salto hacia atrás de modo que termine sobre el tejado de la casa de enfrente. En menos de un latido de corazón Nick estuvo frente a mí y comencé a correr, saltando de tejado en tejado. Me detuve. No podía huir de él. No podía siempre estar escapando de mis problemas. Le hice frente y él sonrió mientras se acercaba caminando a mí.

_ ¿Y ahora que harás gatita? ¿Piensas huir o piensas enfrentarme? –Dijo una vez que estuvimos frente a frente- ¿Acaso me temes?

_ Te dije que no te tenía miedo –dije

_ Perfecto –contesto

Me dio una patada en medio del vientre y caí hacia atrás, al vacío. Nick abrió un portal, y en vez de que cayera en la tierra, caí sobre las mesas de un salón de clases. No me esperaba eso. Me di fuertes golpes contra las mesas y finalmente termine tirada en el suelo. Él se agacho a mi lado y me levanto el rostro, tomándolo fuertemente con una mano.

_ Te dije gatita, yo tengo mas experiencia en esto –dijo y me soltó, tirándome fuertemente contra el piso

Dejo su daga de lado tan solo un segundo. La tome y la clave en el suelo, atravesando su mano. Me puse en pie y rápidamente comencé a correr mientras el desclavaba su daga del suelo y recuperaba su mano. Abrí la puerta del salón de clase e hice que se cerrara tras de mi, echando el cerrojo. Cerré los ojos al correr por el pasillo y escuchar como la puerta salía disparada abruptamente y luego sus pasos detrás de mi. Me di vuelta cuando lo tuve detrás de mí y le cause un gran corte que le atravesó todo el pecho. El clavo su daga en mi vientre y esta lo atravesó totalmente. Me quede dura por un segundo, totalmente sin aire. Apreté los dientes, daño menor, podía resistirlo. Lo patee fuertemente de modo que termino estrellándose contra los casilleros y continué corriendo. De pronto algo me tomo por el pie y caí al suelo, estrellándome el rostro contra él. Nick me hizo levitar en el aire, totalmente inmovilizada hasta que estuvo frente a mí y me tiro fuertemente contra los casilleros. El metal cedió ante el duro golpe y se abollo, no podía esperar otra cosa. Él dio tres pasos y me levanto, sujetándome por el cuello. Aguarde otro corte con la daga pero lo que recibí fue un puñetazo en el rostro. Escupí sangre a un lado y él me dio vuelta, hundiendo mi rostro contra el frío metal. Sentí el fuerte corte que me hizo su daga en la espalda pero podía seguir resistiendo, un brujo era casi imposible de matar y estas heridas no eran gran cosa. Fue un error de su parte dejarme libre por un segundo. El juego se dio totalmente vuelta y lo tuve a él contra los casilleros con mi daga en el cuello.

_ Creo que es obvio quien va a ganar de los dos –dijo él sonriendo

_ Ya lo creo –respondí

_ Sabes que podemos seguir hasta el amanecer –dijo- Estos son juguetes para nosotros, no nos hacen daño realmente. Necesito una verdadera arma.

Él sonrió y clavo sus dedos en un casillero, arrancando un pedazo de metal y haciéndome un profundo corte en la parte interna del brazo, desde el codo hasta la muñeca. La sangre comenzó a salir a borbotones y no pude evitar gritar de dolor. ¡Maldición! Esto si era una verdadera herida. Cerré los ojos y apreté los dientes fuertemente mientras me quitaba el metal del lugar. Entonces, arremetí contra él y le clave el pedazo en la mano, atravesándosela totalmente.

Comencé a correr de nuevo, teniendo una mano sobre la profunda herida y tratando de soportar el dolor. Debía salir de los pasillos enseguida, no podía seguir rodeada de tanto metal. Pedazos de las puertas de los casilleros comenzaron a desprenderse. Lanzándose contra mí como cuchillos. Lograba evitarlos, utilizando un hechizo de escudo pero aun así no basto para cubrir mis dos flancos a la vez y uno termino por incrustárseme en mi gemelo izquierdo. Caí y me sostuve en el aire justo antes de clavarme todos los pedazos que había de metal en el suelo. Me di vuelta y me deje caer en un lugar libre, sacándome de la pierna el filoso pedazo que tenía incrustado y apretando los dientes ante el dolor. Nick estuvo sobre mi en un segundo y lo aleje, echándole una ráfaga de aire que lo tiro hasta el otro lado del pasillo.

Me puse en pie y continué corriendo con más dificultad de modo que mi velocidad no era tan rápida como deseaba. Atravesé las dos puertas que daban a la cafetería y estas se doblaron totalmente a un lado cuando Nick pasó. Pase corriendo por el mostrador, tomando varios cubiertos y comencé a lanzárselos. Uno se le incrusto profundamente a un lado de la frente, en el nacimiento del cabello y él me fulmino con la mirada mientras se lo sacaba. Entonces me quede sin cubiertos y él comenzó a lanzármelos de nuevo. Agarre una de las bandejas para servirse comida y la sostuve delante de mi rostro, viendo con temor como los cuchillos la atravesaban y se detenían a tan escasos centímetros de mi rostro. Lance la bandeja a un lado cuando el ataque hubo terminado y me subí sobre una mesa.

Nuevamente volvimos a chocar nuestras dagas, tirando todo a nuestro alrededor y viendo como sillas y mesas se hacían a un lado. Saltando entre el desastre logre abrirme camino hasta una puerta y salir. En un segundo estuve en la cocina. Mala idea, ese lugar estaba lleno de metal. Me di vuelta pero en ese momento Nick entro por la puerta y me detuve, apuntándolo con mi daga.

_ Congelāre –dije

Vi como el hielo lo capturo totalmente, dejándolo inmovilizado y sonreí mientras salía corriendo. Sabía que el hechizo no lo mantendría ocupado por mucho tiempo, pero basto para que yo pudiera salir de aquel lugar. Continué corriendo y subí las escaleras, volviendo a escuchar sus pisadas detrás de mí. Entre en la primera clase que encontré con tal de no volver a estar rodeada del metal de los casilleros. Al menos la clase de ciencias físicas no parecía tener ningún instrumento de metal ya que todo estaba perfectamente ordenado y guardado. Pase junto al gran escritorio con mesa de mármol de la señorita Miriam y me detuve tan solo un segundo frente al pizarrón. Entonces algo me golpeo por atrás, una silla, y me tiro totalmente contra el pizarrón de modo que este quedo manchado por mi sangre. No pude evitar gemir ante eso y Nick rió.

_ Vamos gatita. ¿Es esto lo mejor que puedes hacer? –dijo él

Trate de alcanzar mi daga pero él la piso y la levanto del suelo para que yo no pudiera tenerla. Algo llamo mi atención debajo del escritorio, un simple destello de metal y sonreí. Metí rápidamente la mano y saque unas viejas tijeras que quien sabía cuanto tiempo llevaban olvidadas ahí. Sentí como Nick clavaba mi daga en el medio de mi espalda y mis ojos se abrieron totalmente ante el dolor pero ningún sonido salio de mi boca. Me puse en pie con dificultad y me abalance contra él, clavándole las tijeras en el brazo izquierdo. Sus ojos parecieron salirse de sus orbitas y grito, tirándome fuertemente a un lado.

Volé por los aires hasta darme contra la ventana. El cristal se hizo añicos ante el impacto y caí desde el segundo piso. El golpe contra la tierra fue duro. Escuche el crujir de mi hueso y gire el rostro, viendo mi hombro dislocado. Puse una mano sobre él para volver a ponerlo en su lugar, ignorando los miles de cortes que tenia a causa de los cristales. Me senté y mire horrorizada mi meñique totalmente chueco. Cerré los ojos mientras volvía a componerlo. Soporte el dolor que esto implicaba y respire. Entonces una fuerza me empujo contra la pared de la escuela y me mantuvo ahí sujeta, sin que pudiera moverme. Nick apareció en el césped y camino unos pasos hasta agacharse y estar frente a mi. Me tomo por el rostro, clavando dolorosamente sus dedos en mi mandíbula y girándomelo para que lo viera.

_ Esto, no se hace –dijo mostrándome las tijeras y entonces me las clavo a un lado de la cintura

Grite terriblemente ante el dolor y él solo sonrió, sacándomelas lentamente. Me lleve ambas manos a la herida y vi como estas se tintaban totalmente de rojo. Nick abrió las tijeras y rió mientras me pasaba las cuchillas por el rostro. Estas me recorrieron desde el cuello y el pecho hasta el nacimiento del cabello. Se detuvo, regocijándose con una cuchilla a un lado de mi ojo.

_ Te dije gatita, yo tengo mas experiencia en este tipo de cosas –dijo sonriendo

De un rápido movimiento me hizo un corte que cruzaba la mitad de mi rostro, desde la frente hasta mi mejilla. Casi grite ante el dolor y respire agitadamente una vez que alejo las tijeras de mí. Nuevamente las cuchillas volvieron a estar sobre mi cuello y él sonrió, mirándome.

­_ ¿Y ahora que harás? –pregunto

_ Resistir –dije sintiendo la sangre en mis labios y Nick se puso en pie

_ No puedes hacer nada contra mi –dijo y recibí una patada en el medio del pecho- Soy mucho mas fuerte, mas rápido y mas poderoso que tu.

_ Si fueras tan poderoso hubieras podido romper el hechizo que le hice a Alex –dije sonriendo a pesar del dolor- Al menos respóndeme. ¿Puedes meterte en su cabeza?

Él apretó los dientes y recibí un puñetazo en el rostro, pero lo único que pude hacer fue reír. Reír por la situación, reír ante lo que estaba pasando y reír por que acabábamos de destruir media escuela y esta estaba manchada con mi sangre por todas las partes en las que habíamos estado. Ni siquiera tenia idea de cómo haría para cubrir este asunto luego.

_ Tomo eso como un no –dije sonriendo

Recibí otro puñetazo que me tiro de lado y me dejo inconsciente. La oscuridad me invadió totalmente y todo pareció desaparecer junto con ella. Los cortes, los golpes, el dolor, las terribles heridas que tenía hechas gracias al metal. Todo al fin fue calma y tranquilidad, pura paz a pesar de la negrura.

Parpadee varias veces al abrir los ojos, el sol molestaba bastante en plena mañana. Estaba tendida en el sillón de la sala de estar, en la casa de Cato. Me sentía muy dolorida y aun seguía medio dormida. ¿Y todo lo de anoche? ¿Había sido todo una pesadilla? Mire para todas partes en donde me encontraba. Parecía como si todo hubiera sido un sueño y no hubiera salido nunca de la casa. Mire la mesa, ahí estaba mi libro abierto en la pagina que estaba marcada por su pluma. Y ahí reposaba su pluma, perfectamente depositada sobre la página. Me pase una mano por el rostro y entonces mis dedos quedaron totalmente manchados de rojo. Mire con horror el rojo líquido sobre ellos, mi sangre. Me levante aterrorizada y corrí hasta el espejo que había en la entrada.

Me mire más que horrorizada al espejo. Todo seguía ahí. El horrible corte, las marcas donde Nick me había golpeado, la sangre en mi labio. Sentí una punzada de dolor en el cuero cabelludo y me lleve una mano a la cabeza. Trate de no gritar mientras me sacaba de entre el cabello un pedazo de metal que había quedado incrustado ahí. Respire agitadamente una vez que me deshice de él. Todo seguía ahí, cualquier herida que me hubiera hecho con metal continuaba perfectamente en mi cuerpo a diferencia de las demás que ya habían desaparecido. Ya no quedaba ni rastro de los cortes con los cristales y apenas si había una fina línea blanca donde Nick me había atravesado con su daga. Mire la horrible herida que me habían dejado las tijeras ahí donde me habían atravesado. Aun seguía sintiendo el dolor, eso era lo peor con lo que me podría haber atacado. Pero al menos ahora Nick estaba herido en su brazo izquierdo y ya no seria tan poderoso. Sonreí, no había sido todo en vano.

Y entonces reaccione y las preguntas vinieron a mi. ¿Por qué aun estaba viva? ¿Por qué estaba en casa y no había despertado en alguna celda del Bella Vista? Me tomo tan solo dos segundos saber el por que. Por que Nick quería seguir jugando... Me di vuelta y me fije desesperadamente en el reloj. Era más de mediodía. Le había dado a Nick toda la mañana para que hiciera lo que deseara.

Mire mi vestimenta, totalmente destrozada y manchada de sangre. Me cambie y me limpie en un instante y tome su pluma y mi mochila antes de salir corriendo. Ni siquiera me preocupe en comportarme normal y cerrar la puerta con la llave como debía, hice que el cerrojo se echara detrás de mi. Corrí calle abajo, tratando de arreglarme el cabello y buscando algo en mi mochila que pudiera ayudar a encubrir mi aspecto. Nada. Simplemente un peine que utilice en el camino y la ropa ocultaba la mayoría de mis heridas. Agradecí encontrar una bufanda que me puse para ocultar los golpes que se notaban en mi cuello y sonreí al sacar un par de lentes oscuras. Al menos de ese modo nadie vería la desesperación y el miedo en mis ojos.

Me detuve en seco al ver todo tipo de vehículos fuera de la escuela. Desde equipos de noticias hasta autos de policías. Había varios alumnos reunidos en la entrada que no dejaban de hablar entre si y baje la cabeza al pasar junto a ellos, dejando que mi cabello ocultara mi herida. Casi temblé al pasar a un lado de donde el césped continuaba manchado con mi sangre y entre a la escuela. Los pasillos estaban inundados de alumnos, todos interesados en lo que había pasado mientras que veía como algunos policías se llevaban a los profesores a las clases para hablar.

Todo seguía igual. La sangre, los casilleros abollados y destruidos, los pedazos de metal en el suelo. Solo que en donde los casilleros estaban manchados y destruidos, había toda una cinta policial que los rodeaba. No tardo mucho tiempo en que vi a Miguel y Daniel examinando el lugar en donde Nick me había tenido contra los casilleros como yo a él.

_ No lo entiendo, hay dos tipos de sangre –dijo Daniel- Pero solo una es de brujo.

_ No es muy difícil de deducir –dijo Miguel y suspiro- Daniel, tu aun guardas un poco de la otra sangre en nuestra habitación.

Seguí de largo, no quería que ellos dos me vieran y me reconocieran. Sentía un gran temor de solo recordar todo lo que había vivido hacia horas y no entendía como era que en ese momento no había tenido miedo. Ahora temblaba de solo recordarlo y ver mi sangre por todo el lugar. Dos agentes de policías pasaron a mi lado, seguidos por Nikky quien llevaba un grabador en una mano y no dejaba de hacer preguntas que ellos no respondían. A un lado el director estaba siendo atacado constantemente por los periodistas que demandaban información sobre los hechos y los profesores se veían agobiados por toda la investigación. Algo me tomo fuertemente por el brazo y me tiro a un lado. Grite por el dolor que me provocaba el agarre de Raphael y rápidamente me deshice de su mano.

_ Será mejor que te expliques rápidamente –dijo él

No podía ni hablar, aun seguía soportando el dolor que me provocaba gritar de nuevo. Levante mi manga, viendo que la herida estaba sangrando de nuevo y que aun seguía clavado ahí un diminuto pedazo de metal que solo hacia las cosas más dolorosas. Apreté los dientes al tomarlo con mis uñas y sacarlo de ahí. Casi grite por el dolor, odiaba tener que sacarme pedazos de metal que hubieran quedado incrustados. Tire el pedacito a un lado y lo mire a Raphael.

_ ¿Y bien? –dijo él

_ Ya es suficiente Raphael –dijo Alex poniéndole una mano sobre el hombro para tranquilizarlo y me miro totalmente preocupado- ¿Qué te paso?

Note tanto el miedo como la desesperada preocupación en su voz. Me saque los lentes, guardándolos y sintiendo los ojos totalmente llorosos. Guardaba el cuerpo totalmente dolorido y sentía como si cada herida que me hubiera hecho con metal hubiera multiplicado su dolor. Pero lo que mas me dolía era la herida que tenía hecha en la cintura, aun sentía como si tuviera las tijeras clavadas ahí.

_ No tuve una buena noche –dije y él paso lentamente sus dedos por el corte que tenia en el rostro

_ ¿Qué fue lo que te sucedió Kat? –volvió a decir como si no pudiera terminar de creerlo

_ ¿Dónde esta Devang? –dijo Raphael y lo mire, sabia que seria mas fácil tener que enfrentarme a él

_ En alguna parte herido –dije y sonreí débilmente- La sangre oscura es de él.

_ ¡Y lo has dejado con vida! –exclamo él

_ Raphael... –dijo Alex seriamente y echándole una mirada

Raphael me miro molesto y partió. Clave mi vista en el suelo, tratando de evitar mirar a Alex por que sabia con que me encontraría. Por eso Nick me había dejado con vida, para que Alex me viera así y fuera tras él. Esto no era más que otro de sus juegos y yo resultaba ser su marioneta. Sentía como si cada corte y herida que tuviera no fuera más que una culpa y aun seguía sufriendo por el dolor.

_ ¿Qué es lo que te ha hecho? –volvió a preguntar Alex y apenas levante la vista para mirarlo

_ ¿No es obvio? –susurre

_ ¿Kat, que demonio te ha pasado? –dijo y lo abrace, hundiendo mi rostro en su pecho

_ Él estaba molesto, estaba furioso conmigo por que lo hubiera tocado de ese modo ayer –dije y las lagrimas comenzaron a salir- Quería vengarse. Vino a buscarme a mi habitación a la noche. Me persiguió por los tejados y gracias a un portal terminamos aquí. Pero logre herirlo. Ahora no puede hacer gran cosa y además no puede meterse en tu cabeza gracias al hechizo que te hice. Esta molesto por eso.

Sonreí débilmente. El simple hecho de haberle ganado a Nick de ese modo me hacia feliz. Sentí como los labios de Alex me besaban todo a lo largo del corte de mi rostro y sus dedos se deslizaban por ahí hasta dejar una fina línea casi imperceptible. Él levanto mi rostro y me miro fijamente. No necesitaba ningún don para saber lo que estaba pensando y al instante negué con la cabeza, separándome de él.

_ No vayas tras Nick –susurre- Es lo que él quiere que hagas.

_ Me canse de verte así –dijo Alex acariciándome la mejilla y limpiándome las lágrimas- Me canse de verte llorar a causa de él.

_ No vayas, por favor –suplique- ¿No entiendes que simplemente lo hace para jugar con nosotros? Le hizo lo mismo a tu hermano, ahora te lo hace a ti. Alex, por favor, detente a pensarlo por dos segundos. No cometas el mismo error que tu hermano.

_ No puedo continuar viéndote sufrir cada segundo que él esta aquí –dijo él

_ Por favor Alex –susurre- No quiero perderte. Primero te quiere a ti, no ha mi. Piénsalo de este modo: si te pierdo ahora. ¿Qué me quedara para resistir a Nick luego? Por una vez escúchame antes de actuar sin pensar.

_ Yo siempre te escucho –dijo tomando mi rostro entre sus manos y besándome suavemente

_ Por favor, prométeme que no iras tras de él –dije evitando sus labios

_ Lo prometo si tan solo tú prometes no actuar sola la próxima vez –dijo él- Por favor, no me hagas cuestionarme cada segundo entre tomar mi espada y salir a cazarlo por lo que te ha hecho o no por que sabes que tarde o temprano no podré soportarlo mas e iré tras de él.

_ Si lo haces entonces yo iré contigo –dije

Miguel me abrazo amistosamente por atrás y sus dedos pasaron peligrosamente cerca de mi herida. Lo escuche reír en mi oído y me di vuelta cuando me soltó para sonreírle. No podía hacer otra cosa, la personalidad de Miguel me causaba sonreír como si nada hubiera ocurrido y este fuera un día normal.

_ Gran desastre el que han dejado Kat –dijo él

_ Miguel, no es divertido –dijo Gabriel uniéndosenos- Piensa por dos segundos y date cuenta de que la mitad de la sangre es suya y los pasillos están destruidos.

_ También el comedor, varias puertas, la cocina –dijo Daniel apareciendo a un lado de Alex- Aunque debo admitir que cubriste bien el asunto, no hay ninguna grabación ni nada de lo que ocurrió.

_ ¿Cubrir? –pregunte atónita

_ Pues claro –dijo Daniel- faltan las grabaciones de las cámaras de seguridad de la escuela. Excepto por este desastre, no hay nada.

_ Es que yo no hice eso –dije- No hice nada de eso. Desperté y lo primero que hice fue venir ahora para la escuela, no tuve tiempo de hacer nada más. ¿Y las clases?

_ ¿No lo sabes? –Dijo Miguel- Suspendieron todo el día de hoy. Llegamos a la escuela y el lugar estaba así pero no nos dejan irnos por que creen que el responsable podría estar entre los alumnos.

_ En cierto modo esta –dijo Daniel mirándome

_ Lo lamento –dije mirando al suelo- No era mi intención terminar peleando dentro de la escuela pero así fue.

_ Sigues viva, eso es bueno –dijo Miguel sonriendo y le devolví la sonrisa- Lo único que no se es que pasara ahora.

_ Devang la seguirá atacando hasta conseguir lo que quiere –dijo Alex

_ Entonces no podemos quitarle el ojo de encima a menos que queramos más destrucción –dijo Daniel

_ Que pase la noche en nuestra casa –dijo Miguel- Así Devang no podrá atacarla y en todo caso nosotros lo atacaremos.

El sonido de las palabras fue disminuyendo hasta que solamente me pareció un ruido de fondo la discusión entre Alex, Miguel y Daniel. Mi vista estaba perdida en el pasillo, en la figura de lentes oscuro que me sonreía desde ahí y nadie parecía notar. Gabriel estaba duro, a un lado mío, también mirando a Nick.

_ Chicos... –susurro Gabriel pero nadie pareció oírlo

¿Qué sucede gatita? ¿Ahora me tienes miedo luego de lo que sucedió anoche? –Dijo Nick- Míralo de este modo, no me seria conveniente matarte ahora además de que tengo la orden de llevarte con vida.

Ya quisieras que te tuviera miedo –dije y lo mire con furia

_ Katherin, no... –susurro Gabriel

_ No soy yo, es él –dije

La sonrisa de Nick simplemente pareció ensancharse ante esas palabras y sus labios se movieron mencionando unas palabras. Entonces el tiempo se detuvo y todos quedaron congelados a excepción de él y de mí. Se movió como una sombra por todo el pasillo hasta estar frente a mí y me tomo por el cuello, empujándome contra los casilleros. El golpe fue duro y el metal cedió, quedando una nueva zona con abolladura pero al menos no había sangre esta vez. Lo patee en el brazo y al instante me soltó. Comencé a correr por el pasillo, evitando tocar a las figuras inmóviles. ¡Maldita sea que no tenía mi daga para revertir el hechizo de tiempo! Él se había quedado con mi daga y ahora estábamos en tiempo muerto, podía hacerme lo que quisiera.

_ ¿A dónde corres gatita? –dijo apareciendo como una sombra frente a mi y me detuve- Tempus.

El tiempo volvió a correr a la normalidad como si nada hubiera ocurrido. Fulmine con la mirada a Nick mientras él sonreía, sosteniendo una mano en el aire. Sonreí al verle la mano vendada ahí donde yo lo había herido con metal y ver aun las heridas que le quedaban, como la que tenía en la frente gracias al cubierto.

_ ¿Qué demonios haces aquí? –pregunte

_ Vine a admirar mi obra –dije tranquilamente haciendo un gesto con la mano que abarco todo el pasillo- pensaba llamarla La sera del ballo nell'inceneritore”. ¿No lo ves? Ya tengo admiradores, hasta vinieron las noticias a verla.

_ Estás loco –dije

En ese segundo aparecieron cuatro ángeles a mi lado a excepción de Raphael pero aun así los ignore, mis ojos simplemente estaban clavados en Nick, mirándolo con odio. Y aun así, él seguía mirando casi de un modo divertido a todo el desastre a nuestro alrededor. Entonces se detuvo dos segundos a mirarme al rostro y su expresión cambio totalmente, volviéndose disgustada.

_ Déjala en paz Nicholas –dijo Alex

_ Sabes una cosa, no me gusta que modifiquen mi trabajo –dijo él e hizo un gesto con la cabeza hacia mi- Tu rostro.

Tarde tan solo dos segundos en comprenderlo cuando recibí un puñetazo de parte de Nick en el rostro que me tiro a un lado. Gabriel me sostuvo antes de que cayera al suelo por el fuerte golpe y tres gotas de sangre cayeron de mis labios al suelo. Alex reacciono violentamente, tirándose sobre Nick pero Miguel y Daniel lo detuvieron sujetándolo por los brazos. Nick simplemente sonrió viendo como él trataba de deshacerse del agarre de sus amigos para golpearlo pero sin lograrlo.

_ Alex, hay humanos presentes –susurro Daniel

_ ¿Y eso que? Déjalo que me ataque si quiere –dijo Nick sonriendo- Después de todo no seria mas que un pleito escolar. Aunque no entiendo por que tanto problema por un simple golpe después de todo lo que ha pasado ayer. Ya sabes Katherin, no corras con tijeras por que terminaras cortándote.

_ Cállate Nick –dije poniéndome en pie

_ Ah, no les has dicho de la herida que tienes –dijo él mirándome fijamente- ¿Sabes que podría serte mortal y quizás estos podrían ser tus últimos momentos? Lo sigues sintiendo el dolor, lo veo en tu mente, aun sientes como si tuvieras clavadas las tijeras ahí.

_ Por que tu no lo sientes –dije sonriendo- ¿Cómo esta tu brazo?

_ No tan bien como me gustaría pero aun sirve para golpearte –dijo- Aunque claro, eso ya lo sabes. Es extraño, aun no me acostumbro a tu nuevo aspecto. Recuerdo tus gritos y suplicas aquel día.

_ Ya es oficial, lo mato –dijo Alex pero Daniel y Miguel solo lo sujetaron más fuertemente

_ Cuanto has cambiado Alexander desde la última vez que te vi. ¿Dime, aun sigues queriendo servirle al Consejo? Por que, por lo que sé, no apareces en muy buena estima –dijo Nick

_ ¿Cómo sabes eso? –pregunto Gabriel y Nick solo sonrió

_ Yo lo se todo. Puedo estar en cualquier lugar que quiera y es demasiado fácil infiltrarse en el edificio principal del Consejo –dijo Nick- ¿Tienes idea de cuantas veces he estado ya ahí? Seguramente más del triple de las que tú habrás estado Gabriel. Solo una pregunta Alexander. ¿Tu puesto no tendría que pertenecerle a...? ¿Cómo es que se llama, siempre me olvido el nombre? ¿Christ? Bueno, supongo que algo bueno has sacado de todo el asunto.

_ Vuelve a mencionar su nombre y te juro que te arrepentirás –dijo Alex

_ Es curioso nuestro asunto. Siete años han pasado y el destino nos vuelve a juntar, aunque esta vez es por un asunto diferente. Pero siempre parece haber el mismo patrón, yo tengo un encargo y por alguna razón tu estas en el medio –dijo Nick

_ Basta de juegos Nick –dije

_ ¿Por qué? –Pregunto él- Simplemente estoy jugando. Te propongo un juego Alexander, ven tras de mi ya que eso es lo que quieres. Intenta atraparme, si es que puedes... Ya conoces el resto de las reglas, después de todo, ya has escuchado este discurso antes. Aunque ahora ya no estas en el mismo lugar que antes y sabes lo que pasara si me quitas un ojo de encima.

_ Déjalo en paz Nick, tu asunto es conmigo, no con él –dije y Nick solo rió

_ ¿Por qué te esfuerzas tanto en mantenerlo con vida? –Dijo Nick, divertido- Yo tengo asuntos pendientes con él desde antes de conocerte. Deja que él decida.

Alex suspiro, cerrando los ojos y pareció tranquilizarse. Dejo de forcejear e intentar zafarse del agarre de Daniel y Miguel y entonces ellos lo soltaron. Por un momento todo me pareció en completo silencio a pesar de toda la gente que había en el pasillo. Nick simplemente sonrió mientras esperaba la respuesta a su reto. Mire a Alex desesperadamente, casi de un modo suplicante, deseando más que nada que se negara. Él tenía la cabeza gacha, con la mirada clavada en el suelo y por tan solo un segundo me miro de soslayo.

_ Me lo prometiste –susurre y él sonrió tristemente

_ Lo se y yo siempre cumplo con lo que prometo –dijo y miro a Nick- No lo haré, no cometeré el mismo error que mi hermano.

_ Tarde o temprano vendrás tras de mi, no lograras soportarlo mas –dijo Nick y luego me miro- Veo que sigues consiguiendo lo que quieres de los hombres, eres igual a tu hermana.

_ Hay cierta diferencia entre esa perra y yo –dije

_ Pues claro, ella cobra cualquier alma a cambio de ella. Pero tu, tu cobras almas mucho más importantes. Después de todo, conseguiste mi alma y ahora estas haciendo lo mismo con un ángel –dijo- Se puede decir que eres mas... exquisita.

No creí que fuera posible echarle tanto odio en una mirada a alguien, pero eso fue lo que hice. Sus palabras provocaron una reacción violenta en mí y lo rasguñe, haciéndole tres cortes en el rostro. Él se llevo una mano a los cortes totalmente pasmado, sin terminar de creer lo que acababa de hacer. Sonreí ante mi logro. ¡Hasta le había rayado los lentes con mis uñas!

_ En ese caso, entonces tuve una pésima elección contigo –dije mostrándole mis uñas- Miau.

_ Hazme cuantos cortes quieras pero sabes que jamás lograras igualar el marcador –dijo Nick

_ ¿Para que diablos viniste Nicholas? –dijo Alex

_ Tenia que devolver un par de cosas –dijo Nick y abrió el interior de su chaqueta para sacarlas- Tu escarbadientes –dijo entregándome mi daga reducida- Dudo que puedas volver a empuñarla luego del corte que te hice.

_ Soy ambidiestra –dije

_ No importa. También traje esto, creo que eras tu el que deseaba tenerlas –dijo Nick entregándole unos cd´s a Daniel- Las grabaciones de anoche.

_ Entonces eras tu quien las había robado –dijo Daniel y Nick asintió

_ Creo que esto es de la sala de ciencias físicas –dijo sacando las tijeras y entregándoselas a Gabriel- Lamento la sangre pero supuse que seria un lindo toque devolverlas así.

_ Lastima que no pueda utilizarlas ahora mismo en ti –dijo Gabriel y Nick sonrió

_ Bastante contradictorio. ¿Verdad? Una ley del Consejo dice que no se debe actuar frente a los humanos mientras que la otra dice que cuando se ve a un brujo se lo debe eliminar al instante. Alexander, también tengo algo para ti, una vieja amiga. No se si te acuerdas de ella –dijo Nick mostrándole una navaja- La recogí luego de que tu hermano perdiera su alma.

Por un segundo mi corazón pareció detenerse. Había visto antes esa navaja, la vez que Alex me había mostrado su recuerdo. Nick simplemente sonrió ante la reacción que tuvo Alex al recuperar su navaja. Por unos segundos me creí capaz de abalanzarme sobre él y ahorcarlo. ¿Cómo alguien podía llegar a ser tan malvado? Vi el destrozo interno reflejado en el rostro de Alex y como él cerro fuertemente su mano entorno a su navaja. Y aun así, Nick solamente se regocijaba mas con el sufrimiento que le estaba provocando.

_ Eres un desalmado, no entiendo como eres capaz de hacer algo así –dije

_ Es gracias a ti en lo que me he convertido gatita –dijo Nick y negué con la cabeza

_No. El Nicholas que yo conocí se enfrento a Lucifer para defenderme. Jamás fue capaz de pegarme a pesar de todo lo que le dije cuando supe quien era y créeme que ahora se cuanto le dolió. Pero tu no eres él, eres otra persona –dije mirándolo y sonreí tristemente- Pero se que algo de él debe quedar, que no desapareció por completo.

_ Pues empieza a creer lo contrario por que te equivocas –dijo él

_ ¿Te parece que no conozco a una persona con la que salí más de dos años? Nick, si tú realmente tuvieras el control total de ese cuerpo yo ya estaría en alguna celda del Bella Vista. Pero tú eres el mismo que hoy me ha devuelto mi daga aun sabiendo que seria más débil sin ella –dije- Después de todo, algo del verdadero Nicholas te debe quedar.

_ Si, su apariencia física –respondió Nick

¿Sabes como se que aun queda algo del verdadero Nicholas vivo? –Dije- Por que sino ya hubieras matado a Alexander. Pero no puedes hacerlo por que te sigues sintiendo culpable por lo que le hiciste. Es Nicholas quien te impide hacerlo, después de todo, no tienes el control total Nick.

Nick adopto una expresión de molestia y en un segundo estuvo frente a mi y demasiado cerca. Su mano se quedo en mi cintura y me quede dura cuando sus dedos tocaron mi herida. Él sonrió. Sentí como un frío atravesaba toda mi espinal dorsal hasta casi hacerme estremecer. El dolor me invadió pero no emití ningún sonido, no pensaba gritar, no ahí.

_ Nicholas Devang esta muerto –dijo y hundió más sus dedos en mi herida- Y en cuanto al otro asunto, me encargare de él tarde o temprano.

_ Yo no te lo permitiré –dije, apenas pudiendo hablar por el dolor

¿Por qué lo amas? ¿Estarías dispuesta a entregar tu alma por él? –pregunto Nick

Si –respondí finalmente

Respire hondamente, finalmente le había respondido a aquella pregunta que él repetía tanto. No podía seguir negándolo, yo era capaz de hacer cualquier cosa con tal de que Nick no cobrara el alma de Alex. Y aun así, estaba decidida, no me importaba si perdía mi alma en el intento. Después de todo, Nicholas me había dicho que amar era estar dispuesto a entregar tu alma por ese alguien. Aquella tarde, antes de que Nick llamara, yo había sentido que mi alma le pertenecía a Alex. Le había pertenecido desde el primer instante, desde aquella vez que me había sonreído al pasar por el pasillo a mi lado. Él me había cambiado, había conseguido que viviera sin miedo y tuviera la suficiente fuerza como para enfrentarme a Nick. Y ahora, estaba segura de mi decisión.

_ ¿Si que? –pregunto Nick apretando los dientes

_ Si, estaría dispuesta –dije

Nuevamente respire hondamente, cerrando los ojos. Entonces sentí como sus dedos se clavaron más en mi herida y me soltó, tirándome para atrás. No pude evitar gemir, llevándome ambas manos a la herida y cubriéndola. Alex me sostuvo antes de que cayera y miro con preocupación mi herida. Pero mis ojos solamente estaban clavados en los dedos rojos por mi sangre de Nick. Él sonrió desde donde estaba parado y luego se dio vuelta.

_ Tomo tu palabra gatita, luego no te arrepientas –dijo antes de partir

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