Capitulo 33: Recuerda...


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Abrí los ojos instantáneamente cuando el ángel me despertó. El miedo me recorrió totalmente al sentir aquella maldita presencia y oír los furiosos pasos del otro lado de la puerta. Me abrace mas al ángel, temiendo ya que de algún modo intuía lo que iba a suceder. Él me tomo fuertemente entre sus brazos y me estrecho contra él. El brujo entro de un modo extremadamente violento, sus ojos ardían de furia y estaban fijos en mí. Trague con dificultad y me estremecí.

_ ¡Suéltala! –exclamo el brujo furioso

_ ¿Para que? ¿Para que la dañes? –pregunto el ángel

_ Créeme que hasta estoy dudando en matarla ahora o no –dijo el brujo y gemí al escuchar aquello- ¡Suéltala ahora mismo!

_ Por favor no –susurre

_ A veces me pregunto por que todavía no te he matado –dijo el brujo mirándome con odio- Pero ya estas comenzando a hartarme.

_ Maldición Christ, tu problema es conmigo –dijo el ángel- ¡No la involucres a ella!

_ Por eso, matare dos pájaros de un tiro –dijo el brujo

El brujo se acerco y me tomo por la cintura, tirando de mí para alejarme de mi protector. Me aferre fuertemente al ángel, casi con desesperación, y él también me sostuvo para que no lo soltara. Era mi único lazo de salvación, temía que si el brujo me tomaba también se ocupara de acabar con mi vida. De por si aquella violenta furia no presagiaba nada bueno. El brujo me tomaba con demasiada agresividad y fuerza de modo que no podía evitar gritar de dolor y el pánico pasaba por el rostro del ángel por cada grito que daba.

_ ¡Por favor no! –grite aterrorizada

_ Hubieras pensado antes de hablar maldita bruja –dijo él

Mire con pavor al ángel justo antes de que su mano se desligara de la mía y entonces estuviera totalmente bajo el control del brujo. En menos de un segundo me sentí chocar violentamente contra el muro y no pude evitar gritar de dolor. Al instante el ángel reacciono y se puso en pie pero antes de que pudiera hacer algo el brujo ya tenia un cuchillo contra mi garganta y lo miraba desafiante. Gemí al sentir la helada presión del cuchillo contra mi piel y mi corazón pareció detenerse por completo.

_ Da un solo paso, di una palabra que no te corresponda... Y aquí acaba su vida –dijo el brujo

El ángel respiro hondamente y asintió con obediencia. Aun así, me dedico una última mirada de desesperación cuando el brujo volvió a fijarse en mí. Me estremecí bajo el filo de su cuchillo de modo que este me corto y pude sentir la gota de sangre que rodó por mi garganta. La furia con la que él me miraba me aterraba totalmente. Me sujeto contra la pared justo antes de golpearme fuertemente el rostro. Me quede totalmente sin aire y vi las tres gotas de sangre que cayeron de mis labios al suelo. Volví a levantar la cabeza, mirando con temor al brujo.

_ ¿Qué es lo que he hecho? –pregunte

_ Tú lo sabes perfectamente –dijo él y negué débilmente con la cabeza

_ No, no lo sé –dije

Él volvió a golpearme y luego en el abdomen de modo que gemí de dolor. Me lleve ambas manos al vientre y me retorcí de dolor. Y entonces un tercer golpe me dio de pleno en la mandíbula. El ángel se movió y enseguida el cuchillo volvió a parar a mi garganta, presionando y amenazando con acabar con mi vida en cualquier segundo. El brujo le echo una mirada de advertencia y el ángel apretó los dientes, devolviéndole una mirada totalmente llena de furia y odio.

_ Te lo dije, un simple paso y acabo con su vida –dijo el brujo

_ Suéltala –dijo el ángel

_ Aun no he terminado –dijo el brujo y volvió a mirarme furioso- No eres mas que una maldita bruja, eso eres.

_ Y tu un maldito que no tiene nada mejor que hacer que golpearme –dije muy débilmente, recibiendo otro golpe a cambio

_ Te dejare con vida pero solo por que no me conviene matarte en este momento –dijo el brujo y entonces de un rápido movimiento su cuchillo dejo un profundo corte en mi mejilla- Como recordatorio de las cosas que no debes hacer. Te dije que seria una pena marcar aquel bonito rostro, ahora ensangrentado, herido y lleno de pánico.

Quise abrir la boca y gritarle mil maldiciones pero solamente me limite a asentir. De nada me servia aquello mas que para conseguir nuevos golpes y heridas. Mire mi sangre por todas partes, mire el estado de mis ropas, mire la mirada aterradora del brujo. El corte de la mejilla me dolía terriblemente pero apreté los dientes para no emitir queja al respecto. El brujo rápidamente se olvido de mí y miro al muchacho que estaba al otro lado de la celda. Los dos se miraron completamente furiosos y con odio por unos minutos. El brujo volvió a tomarme y me lanzo bruscamente contra el ángel.

_ Ahí la tienes si tanto la deseas –dijo él

Enseguida el ángel me atrapo y me sostuvo antes de que cayera al suelo. El brujo se dio vuelta y partió, dejándonos totalmente solos y encerrados. Solté al ángel y me deje caer al suelo a sufrir mi propia pena y dolor. Él enseguida se sentó a mi lado y me abrazo mientras yo seguía sufriendo. ¿Y ahora que demonios había hecho para merecer aquello? Definitivamente eso era lo mas frustrante y torturante, me habían maltratado y ni siquiera sabia el por qué. Gemí de dolor, de sufrimiento. Gemí por mi terrible vida actual. Me senté en el regazo del ángel y lo abrace fuertemente, hundiendo mi rostro en su pecho, casi buscando algún consuelo que era totalmente inexistente.

_ ¿Y ahora que he hecho? –Susurre- No entiendo. No hago nada y él solo parece enfurecerse mas conforme pasa el tiempo. ¡Y ahora que demonios he hecho! –exclame con desesperación

_ No has hecho nada –dijo él- Lamento no haberte podido defender esta vez.

_ ¿Acaso la muerte no seria mejor que mi vida actual? ¿Acaso un descanso eterno no seria mejor que una tortura diaria? No quiero más –dije y me estremecí- No quiero que me maltraten más, no quiero sufrir más, no quiero más dolor. ¡Y ahora tengo este maldito dolor luego de todos los golpes y el corte que me hizo en la mejilla!

_ Deberías tratarte aquello –dijo él- Sigue sangrando.

_ ¿Para que? ¿Para que después él venga y me haga uno aun peor? –Dije y negué con la cabeza- No quiero más.

Aun así él me ignoro. Tomo con mucho cuidado y delicadeza mi rostro con una mano y lo giro de modo que pudiera examinar el corte que tenia en la mejilla. Suspire, su tacto realmente era algo de lo mas embriagante. Con mucho cuidado para no hacerme doler él limpio la sangre del corte con la manga de su camisa. Cerré los ojos y trate de disimular el terrible dolor que aun conservaba el corte. Pero, por mas que lo intente no pude engañarlo ni por un segundo.

_ ¿Te duele mucho? –pregunto él

_ Demasiado –susurre

_ Es un corte demasiado profundo –dijo él y suspiro- Tranquila, ya no te dolerá más. Tan solo... quédate quieta.

Lo quise mirar, tan confundida como siempre. Pero él sostuvo mi rostro de lado para estar frente al corte de modo que no me pude mover. Se acerco a mi y sus labios se posaron sobre mi mejilla, mas precisamente sobre mi corte. Cerré fuertemente los ojos esperando el dolor pero nada de eso fue lo que sentí. Para cuando los abrí, él ya estaba nuevamente en su lugar, habiendo besado mi mejilla. Suavemente deslizo una mano por mi mejilla y no sentí dolor alguno. Donde antes había estado aquel terrible y doloroso corte, ahora no había más que una piel en perfecto estado y manchada de sangre. Lo mire perpleja y él sonrió tristemente.

_ ¿Te sigue doliendo? –Pregunto y negué con la cabeza, su triste sonrisa solo se ensancho- Algo de fuerzas aun me quedan, las suficientes como para curarte.

_ Mi deuda contigo solo parece aumentar con cada día –dije- Gracias.

_ No es nada y además, sigue siendo de noche –dijo él

_ Pero pronto será el amanecer. ¿Acaso no ves que ya no hay luz en el pasillo? –Dije- Esta es la hora donde todos ellos se arrastran a sus camas, dispuestos a descansar algo. O simplemente caen dormidos donde estaban. Pero... creo que mañana habrá luna llena. La fuerza con la que me golpeo el brujo me demostró que sus poderes estaban casi al límite lo que significa que mañana habrá luna llena sino será al día siguiente.

_ ¿Y aquello crees que sea bueno o malo? –pregunto él y me estremecí

_ Definitivamente malo, el brujo será mas poderoso –dije

_ Y mejor ni imaginar si se deja dominar totalmente por la influencia de la luna –dijo el ángel y suspiro- Definitivamente será algo malo.

_ ¿Cómo sabes aquello? –pregunte

_ Tú me lo dijiste, me contaste todo sobre la influencia de la luna en los brujos –dijo él

Levante el rostro y lo mire tan confundida como siempre. ¿Cómo yo había sido capaz de contarle algo así a un ángel? Había traicionado a los míos por contarle aquello a un ángel, por así decirlo. ¿Pero acaso los míos no me habían traicionado también al condenarme a esto? No, solamente los servidores de Lucifer, los demás no. Pero aun así, me costaba creer que le hubiera revelado algo así a un ángel. ¿En que demonios estaba pensando cuando lo hice? Lo mire fijamente tratando de encontrar alguna respuesta pero no pude evitar quedarme prendida de sus ojos verdes. Y entonces supe que hubiera sido capaz de develarle cualquier cosa cuando lo conocía y que ahora la situación mucho no había cambiado. Él levanto una mano y se detuvo, vacilante. Vi la duda en sus ojos cuando me examino y entonces finalmente hablo.

_ Tienes sangre en el labio –dijo pasándome un dedo por el labio con mucho cuidado y limpiándome la sangre

_ También tengo herido el labio gracias al golpe que él me dio –dije

_ Pero esa es una herida que no te puedo curar por lo que aquello implica –dijo él

_ ¿Por qué? ¿Un simple beso? –Pregunte- Los brujos son lujuriosos por naturaleza, es muy difícil que en verdad le den importancia a un simple beso. Además, solo seria para curarme, no lo veré de otro modo.

_ ¿Y como puedo estar seguro de tus verdaderas intenciones? –pregunto él y sonreí ligeramente, no sin cierta malicia

_ Soy una bruja, no tienes modo de estar seguro de mis verdaderas intenciones –dije

_ Katherin... –dijo él

_ Te pregunte si fuiste mi amigo y me respondiste que algo así –le interrumpí- Me conoces quizás mas de lo que crea. En un pasado me has dicho cosas y yo te he dicho cosas que no debíamos. Te he develado los secretos de los brujos y has utilizado tus poderes para curarme. Te has enfurecido completamente por lo que dijo el brujo hace horas, me has dicho que solo soy una maldita bruja que busca alguien guapo y de alto rango con el cual pasar un buen momento. Quizás me equivoque, pero estoy casi segura de poder afirmar que tu no fuiste un amigo, que fuiste algo mas. ¿Pero como poder afirmar algo que no recuerdo? ¿Acaso me equivoco?

_ No –respondió él evitando mi mirada y tome su rostro entre mis manos para obligarlo a mirarme

_ Tu me tuviste lastima y yo no hice mas que aprovecharme de aquello como bruja que soy. ¿No es así? –Dije y lo solté- Yo tenia miedo y tu me tenias suficiente lastima como para defenderme, por eso debo de haber permanecido a tu lado, por que me protegías. La mente olvida, lo demás no. En todos estos dos días te he contado cosas de mi sin pensar, es mi subconsciente que esta acostumbrado a hablar confiando en ti. Lamento si solamente jugué contigo.

Suspire y me apoye contra su pecho, sintiéndome terriblemente culpable. Una maldita bruja tenia que ser. Solamente me había aprovechado de él. ¿Pero acaso él no se había acercado a mi por pura lastima? En caso de que mis deducciones fueran correctas, entonces no había habido nada real entre nosotros. Mi corazón dolió ante aquel pensamiento. El ángel no respondió, permaneció en silencio, confirmando de algún modo mis pensamientos. ¿Por qué demonios tenia que haber deducido aquello? Deseaba más que nada recordar para poder saber que había sucedido exactamente entre nosotros. No, él no había sido un simple amigo, había sido algo mas, estaba completamente segura de eso.

Cerré los ojos, tratando de tragar la repentina angustia que cerraba mi garganta. Jamás me había sentido tan fatal. Deje escapar un suspiro y volví a hundirme en el sueño, aun torturándome a mi misma y sintiéndome fatal. ¿Qué había hecho? Quizás yo realmente no había jugado con él, no me había aprovechado como cualquier bruja. Quizás realmente había sentido algo por él, aquello al menos explicaba mi dolor interno en estos momentos. O por que me había enfurecido tanto saber que me tenía lastima. Pero en ese caso, aun así la situación no cambiaba mucho. Para él no había sido mas que pura lastima, una obra de caridad por así llamarlo. Y, sorprendentemente, aquello me dolía demasiado. La mente olvidaba, el cuerpo no. Por eso ahora mi corazón dolía terriblemente.

Abrí los ojos demasiado tiempo después, sintiéndome igual de fatal de cómo me había dormido. Y por más que no había tenido ninguna pesadilla, que no había visto a la mano izquierda de Lucifer en ningún sueño, dormir no había sido más que torturante. Mi corazón seguía doliendo terriblemente por algo que no lograba llegar a comprender por completo. Y no importaba cuantas veces lo intentara, no podía recordar nada y solamente obtenía una jaqueca a cambio. Levante apenas la vista mirando al ángel. Él tenia la cabeza gacha, la vista fija en el rosario entre sus manos mientras sus labios se seguían moviendo pronunciando unas palabras que no llegaba a oír de tan bajo que las mencionaba y por el hecho de que seguía medio dormida. Mis instintos me pidieron a gritos que me alejara pero aun así no me quise mover. Volví a acomodarme contra su pecho y fije mi vista en la cruz.

_ ¿Acaso es aquello lo que te permite continuar? ¿Tu fe? –pregunte y él se detuvo, suspiro

_ Todos necesitamos algo en que creer –dijo él

_ Para ti es fácil decirlo. Yo soy una bruja, los seres celestiales me ignoran totalmente –dije- Estoy condenada al infierno. Y aun así, es irónico. Siendo una bruja, aun así he rezado algunas veces y he estado en iglesias. He pedido por el bien de mi familia y de los que quiero.

_ Es irónico, pero no ridículo –dijo él

_ Tú puedes rezar libremente cualquier cosa que quieras, yo no –dije- Tú puedes tocar aquella cruz, yo solamente a veces, en muy raras ocasiones.

_ ¿Realmente crees que soy alguien muy religioso? –Pregunto él- No rezo ni pido hace años, ni siquiera es mío este rosario.

_ ¿Y entonces por que lo tienes? –pregunte

_ Me lo dio un amigo hace muchas semanas, me recordó que no todo estaba perdido y que la fe daba fuerzas –dijo él- No solo por que sea un ángel significa que soy la persona más religiosa del mundo. ¿Y a que te refieres con aquello de que yo puedo rezar libremente y tu no?

_ Muy pocos rezos puedo hacer –dije- Hay palabras que a veces simplemente me queman la boca, hay rezos que simplemente a veces no puedo mencionar. Soy una bruja, es un esfuerzo para mí hacer aquello. Además de que soy un ser maldito. ¿Quién me escucharía?

_ ¿Y acaso aquella es razón para no rezar? –Pregunto él y me miro intensamente- ¿Qué es lo que mas temes?

_ Por mi –dije casi en un susurro- Pero no importa si pido por mi, sé que no me escuchara nadie. Soy una bruja, una criatura maldita, alguien destinado a servirle a Lucifer por mas que me niegue.

_ ¿Y permitirás que eso te detenga a la hora de creer? –Dijo él y me acaricio la mejilla con dulzura- Siempre alguien escucha, no importa quien sea que pida.

Suspire y baje la vista. Yo era una bruja, no importaba lo que él dijera. Aun así, cerré los ojos y junte las manos delante de mí, casi deseando con todas mis fuerzas que alguien me escuchara. Mis labios temblaron ligeramente al vacilar. Trate de concentrarme y dejar completamente de lado cualquier cosa respecto a la brujería. Respire hondamente, tratando de dejar mi maldita naturaleza de lado. Al menos, no podría decir luego que ya lo había intentado todo sin estar totalmente segura. Pegue mis labios casi a mis manos y desee con todas mis fuerzas no estar haciendo cualquier cosa, o que las próximas palabras no me dañaran.

_ Ángel de la guarda, dulce compañía. Cuídame de noche y también de día –dije y me detuve

Hice una mueca, no podía mencionar lo que seguía. Las palabras me quemarían y además no seria cierto. Yo era una bruja, terminaría en el infierno. No podía concluir la oración diciendo hasta que descansara en los brazos de Ellos. No seria cierto. Abrí los ojos y separe las manos delante de mí. Suspire, no importaba si pedía por mi protección, sabia que la situación no cambiaria.

_ ¿Enserio existe aquello del ángel de la guarda o no es mas que puro cuento inventado? –dije

_ Enserio existe –dijo él

_ ¿Crees que me haya escuchado? Yo no me hubiera escuchado si estuviese en su lugar –dije

_ Tranquila, él te ha escuchado –dijo él casi con dulzura- Aquello te lo puedo asegurar.

_ Cada vez todo me es más confuso –dije y él pasó sus brazos alrededor de mí

_ Es la oscuridad mezclada con la luz lo que hace todo confuso –dijo suavemente- Pero tranquila, pronto ya no tendrás nada mas que te confunda. Lograras escapar de aquí como ya has hecho una vez. Lograras salvarte, volverás a sonreír como solías hacerlo, serás feliz y olvidaras totalmente el miedo.

_ ¿Me perdonas por haber jugado contigo? –pregunte y él rió tristemente

_ ¿Pretendes que te perdone por algo que no recuerdas? ¿Cómo sabes que realmente te arrepientes de haberlo hecho? No me puedes pedir perdón por algo que no recuerdas y no conoces tus verdaderas intenciones al respecto, no puedes pretender que acepte ese perdón –dijo él

_ Pero ahora me arrepiento de haberlo hecho –dije

_ Te arrepientes por que no conoces nada mas que el ahora –dijo él- No recuerdas tus verdaderas intenciones ni nada. Estas pidiendo perdón por algo que ni sabes que fue.

_ Entonces dime que fue y te pediré perdón de nuevo –dije y él sonrió ligeramente

_ Eres terca, no entiendes –dijo él

_ Es difícil entender algo del presente cuando se supone que olvide un año de mi vida –dije

_ ¿Te sigue doliendo el golpe en el labio? –pregunto él

_ ¿Te sigues negando a hacer algo al respecto? –pregunte

_ ¿Sigues creyendo que seria un simple beso sin valor alguno? –respondió él y suspire

_ Si, y me sigue doliendo –dije finalmente- Me ha golpeado muy fuerte ahí. Pero no importa, no tienes por que hacer nada al respecto. Estoy bien. ¿Acaso me has besado anteriormente?

_ Si –dijo él

_ ¿Y acaso revivir algo de mi pasado no me haría recordar? –dije y él suspiro

_ Katherin, esto no es como los cuentos de hada –dijo- La princesa no recordara todo solo por que el príncipe azul la bese. Además, yo no soy ningún príncipe.

_ Y yo ninguna princesa por lo que esta perfecto –dije

_ Debo haber perdido totalmente mi cordura para aceptar esto –dijo él

_ Créeme que no mas que yo como para pedirlo –dije

Él se acerco a mí y puso una mano sobre mi mejilla para levantarme el rostro. Tan solo se detuvo un segundo en el que nuestras respiraciones se entremezclaron y luego, simplemente, sus labios estuvieron sobre los míos. Disfrute de aquel beso sutil y delicado quizás más de lo que debía. Mi corazón decía a gritos que aquello ya lo había vivido antes, que ya lo había sentido antes. Pero ahora lo único que me importaba era él y sus labios sobre los míos. ¡Por que demonios su beso me era tan exquisito e irresistible y yo solamente había jugado con él en el pasado! Fue casi una tortura cuando sus labios se separaron de los míos y lo mire directo a los ojos, sin aire ni palabras. Levante apenas una mano y la pose sobre su mejilla, acariciando con delicadeza su rostro y tratando de descifrar el pesar en sus ojos.

_ ¿Por qué estas tan triste? –pregunte

_ No estoy triste –dijo él y su voz lo delato

_ Estas mintiendo –dije

Él volvió a acercarse a mi y posar sus labios sobre los míos, tomándome totalmente desapercibida. Pero mi cuerpo no tardo en reaccionar y ceder totalmente ante su beso. Mis brazos se deslizaron lentamente por su cuerpo hasta terminar alrededor de su cuello y atraerlo aun más. Hacia demasiado tiempo que no sentía ese placer exquisito y por más que no podía recordarlo no me fue imposible reconocerlo. Mis labios deseaban con desesperación más de los suyos. Mi corazón pedía casi a gritos que aquel beso nunca terminara. Su mano soltó mi mejilla y se deslizo por todo mi cuerpo hasta terminar en la parte baja de mi espalda y acercarme más a él, tanto como era posible. En cuestión de segundos, cualquier delicadeza quedo totalmente de lado. Mi respiración se volvió totalmente espesa y agitada, mi corazón latía desaforadamente y mi mente ya no funcionaba para nada bien. Pero era imposible no continuar besándolo, su beso me era demasiado irresistible. No quería ceder por nada del mundo, no me importaban las consecuencias que esto podría traerme.

_ Alex –dije inconscientemente contra sus labios

Al instante me detuve y me quede totalmente paralizada al igual que él. Aquel nombre había salido totalmente por su cuenta de mis labios, ni siquiera lo había pensado. Mire al ángel pidiendo una explicación pero él estaba totalmente atónito, mirándome sin palabra alguna. Enseguida lo solté y me aleje de él, tratando de despejar mi mente, tratando de revivir algo de mi memoria. Pero por mas que lo intente, lo único que encontré fue saber que había hecho algo terriblemente malo y ni siquiera sabia el que o el por que. Mire nuevamente al ángel, deseando alguna respuesta lógica o coherente, cualquier cosa.

_ ¿Es aquel tu nombre? ¿Alex? –pregunte

Él asintió con mucho cuidado, aun sin palabras, luego de varios segundos. Gemí por lo bajo y mi corazón se detuvo totalmente por algún motivo al ver esa confirmación. Me aleje de él cuanto pude, tratando de comprender que demonios me sucedía o tratando al menos de aclarar mi mente. Mi corazón dolía de un modo inmensurable al ser consciente de que él estaba encerrado aquí y de su estado. Y por más que no lograra recordarlo, no podía evitar este dolor. Trague con dificultad al ser consciente del estado de sus alas, algo me decía que aquello definitivamente no era bueno. Clave mi vista en el suelo y me lleve ambas manos a la cabeza, tratando de controlar la repentina desesperación que sentía. ¿Y por que demonios mi corazón dolía tanto? No solo lo sentía hecho añicos, totalmente desparramado por el suelo, sino que también sentía como si alguien se estuviera ocupando de aplastar totalmente aquellos pedacitos. ¿Qué diablos me estaba sucediendo?

Todo había perdido completamente cualquier lógica, no lograba comprender nada de lo que me sucedía. Mi mente era totalmente un caos, mi corazón parecía estar siendo aniquilado, mis manos temblaban ligeramente por mi desesperación. Y además, seguía aquí encerrada... y junto con él. No, algo definitivamente no estaba bien en esto y aun menos en lo que acababa de hacer. ¿Cómo podía sufrir tanto a causa de un ángel? Necesitaba recordar más que nada para entender algo de lo que estaba pasando pero no importaba cuantas veces intentara, solo conseguía una terrible jaqueca que dolía casi tanto como mi corazón.

Me quede totalmente helada al escuchar los furiosos pasos y me estremecí automáticamente de la cabeza a los pies. Ahí estaban las consecuencias de lo que había hecho. Algo me decía que no tendría que haberlo hecho, que ahora sufriría terriblemente. La desesperación en mi se incremento y el pánico se sumo también. Definitivamente había algo mal en lo que acababa de hacer, algo terriblemente mal. Los ruidosos pasos solo se intensificaron al acercarse más y más, la furia que estos llevaban era más que notable. El ángel parecía casi tan alterado como yo. Pero al menos eso era algo menos de que preocuparme, no le haría nada a él. Yo recibiría todo el castigo por mis actos.

_ Me matara –dije aterrada

No tuve ni tiempo de tener algún otro pensamiento. El brujo entro sin más y en menos de un segundo me tomo por el cuello y me sujeto en el aire contra el muro, estrangulándome. Si creía que antes la mano izquierda de Lucifer había estado realmente furiosa, me había equivocado terriblemente. Sus ojos ardían de odio hacia mí, su rostro mostraba una determinación a acabar con mi vida que jamás había visto. Sentí como cerró aun más su agarre entorno a mi cuello y el aire comenzó a faltarme. Su agarre cedió apenas una fracción de segundo en la que él ataco al ángel antes de que este pudiera hacer algo al respecto. Grite al ver como el brujo le lanzaba un cuchillo y este le atravesaba totalmente el ala al ángel. El muchacho cayo al piso por la extrema fuerza del ataque y el cuchillo se incrusto en la ranura entre dos piedras, dejándolo atrapado, dolido y sin fuerzas.

_ Esta vez no harás nada –dijo el brujo y luego volvió a fijarse en mí

_ ¿Me mataras? –dije aterrorizada

_ Créeme que no hay nada que desee mas en este momento –dijo él y apretó los dientes

El agarre entorno a mi cuello solamente se apretó mas, cortándome totalmente las vías respiratorias. El aire me falto y realmente temí que con tanta fuerza, aquel agarre fuera capaz de romper mi cuello. Mi mente comenzó a nublarse por la falta de aire y luche por seguir consciente. Necesitaba encontrar ya algún modo de salvarme. Mire mis manos, determinada a hacer un intento que sabia seria totalmente en vano. Me quite uno de los guantes y levante la mano desnuda en el aire. Al instante el brujo me atajo por la muñeca y me agarro tan fuertemente que no pude evitar gritar de dolor.

_ Ni lo intentes –dijo- Tu maldito don no funcionara conmigo.

_ No te conviene matarme en este momento –le recordé

Eso pareció hacerlo reaccionar y entonces me soltó. Caí al suelo, llevándome ambas manos a la garganta ante la desesperación. Tome tanto aire como me fue posible en una bocanada. Había estado demasiado cerca. El brujo me volvió a tomar con brusquedad por mis prendas y me sostuvo contra la pared. Él apretó los dientes y me miro totalmente furioso, parecía un gato salvaje dispuesto a acabar con la vida del inocente ratón. Trague con dificultad. No, no me podía dejar ganar, mi vida no podía acabar aquí. Algo dentro de mi me decía a gritos que tenia que seguir con vida y hacer mi cometido aunque no tenia idea de cual era o de por que.

_ No tienes idea de cuanto me gustaría poder matarte ahora –dijo él

_ No te conviene –dije

_ Eso ya lo se, pero apenas dejes de serme útil acabare con tu vida del modo mas doloroso que sea posible –dijo él- Me suplicaras por tu vida mientras gritas y lloras de dolor y yo te diré “lo siento gatita” antes de ser tan piadoso como para acabar con tu vida y terminar con el dolor que te provocare antes de matarte.

Él me tiro bruscamente a un lado, soltándome finalmente. Se fue, cerrando violentamente la puerta detrás de él. Me puse en pie con dificultad y me acerque al ángel que aun estaba en el suelo. Me arrodille a su lado, observando su mueca de dolor y como la sangre seguía manchando sus plumas. Apreté los dientes antes de tomar con mi mano el cuchillo y sacarlo de su ala de un rápido movimiento. Él grito de dolor al instante y tire el arma a un lado. Se reincorporo con dificultad, doblando el ala y llevándose una mano a la herida mientras seguía sufriendo.

_ Maldición –dijo por lo bajo, los ojos cerrados fuertemente, los dientes apretados

_ Lamento lo que te hizo, ha sido mi culpa –dije y con mucho cuidado pase mi mano por su ala, acariciando sus plumas y tratando de limpiar la sangre- No debí haber hecho aquello, lo enfurecí demasiado.

_ ¿Qué le sucedió a tu mano? –pregunto él con dificultad

Lo mire sin entender a que se refería durante unos segundos y luego mire mi mano desenguantada. Mire con curiosidad como la palma estaba totalmente vendada y no pude evitar preguntarme que me había sucedido. Tome la punta de la venda y comencé a desenrollarla lentamente, dejando al descubierto una terrible herida que jamás había visto. Me sentí palidecer al ver el terrible corte que tenia y rápidamente me ocupe de volver a vendarlo para sacarlo totalmente de mi vista. Me puse en pie y fui hasta donde había quedado tirado mi guante, mejor si no veía esta herida. Lo cogí del suelo y un pequeño papel se cayó cuando me volví a incorporar. Mire el guante con curiosidad y luego al pequeño papel que había caído de dentro de él. Escuche al ángel gemir de dolor y enseguida mi preocupación se disparo. Me di vuelta, mirándolo con desesperación.

_ ¿Te encuentras bien? –dije

_ Me ha hecho una herida terrible –dijo él- Me costara terriblemente recuperarme de esto si sigo encerrado aquí.

_ Enserio lo lamento –dije

Suspire y me senté en el suelo, apoyando mi espalda contra el muro y frente a él. Lo mire con pena desde donde estaba, sintiendo como si su herida también me doliera a mi. Mire la puerta, pronto llegaría el crepúsculo y la falta de luz ya comenzaba a ser notoria. Me quite el otro guante también y lo examine, casi esperando encontrar otro pequeño papel en su interior pero nada. Deje ambos guantes a un lado y tome el pequeño papel del suelo. Lo mire con curiosidad, tratando de descifrar que significaba o por que lo tenía encima. Mire mi mano vendada, por eso no había sentido el papel dentro del guante, por que mi mano estaba vendada. Suspire y apoye mi cabeza sobre una mano, mirando la pequeña nota confundida. Definitivamente era mi letra, la reconocía a la perfección, pero no entendía que significaba. Nada más que una simple palabra.

_ Recordāri –dije

Casi al instante mi mente se aclaro totalmente y me quede sin aire ante el impacto. Me vi días atrás, antes de que comenzara todo este calvario. Antes de que el maldito de Christ me arrastrara de nuevo hasta aquí y me encerrara solo por que lo había enfurecido demasiado. Lo recordé todo a la perfección, aun lo que se suponía que no debía recordar. Nuevamente me vi en la habitación del Bella Vista. Nicholas estaba frente a mí, sosteniendo las dos cartas que acababa de entregarle.

Perfecto –dije- Por que necesito que hagas algo ahora mismo.

¿Qué? –pregunto él

Necesito que me borres la memoria, no debo recordar nada del plan que acabo de idear –dije

¿Acaso estas loca? ¿Cómo pretendes que te haga olvidar el plan? –pregunto Nicholas

A ti también te tienes que hacer olvidar –dije

¿Y luego que? –Exclamo alterado- ¡Estas pidiéndome que nos haga olvidar lo que tenemos que hacer!

Escúchame bien, el plan que tengo en mente es perfecto y confío en que funcionara. Pero si Christ me atrapa, me obligara a revelarle el plan y ahí se acabara todo –dije- Por eso me tienes que hacer olvidar y a ti también, para cubrir aquel único punto. Sino, cualquiera de los dos se vera obligado por ese maldito a revelar el plan y entonces no podremos hacer nada mas y fracasaremos en la misión.

Esta bien –dijo Nicholas molesto y resoplo- ¿Y que tienes en mente gatita?

Simple –dije y sonreí- Haré que Christ me encierre de nuevo.

¡Que! –Exclamo Nicholas- ¡Acaso te has vuelto loca! ¿En que demonios estas pensando?

¡Cállate y escúchame al menos por un momento! –Dije seriamente y suspire- Christ me tortura con Alex por que sabe que mi corazón sigue sufriendo por él. Pero si logro convencerlo de que aquello ya no tiene ningún efecto en mi, entonces él tendrá que buscar otro método. Además, te recuerdo que acabo de frustrar uno de sus planes al permitirte sobrevivir y entonces estará muy furioso. Ya lo he planeado todo perfectamente. Apenas salgamos de aquí, él ira a buscarte y te obligara a decirle cual es mi mayor temor.

Y yo le responderé exactamente que tu mayor temor es volver a estar encerrada –dijo Nicholas al comprenderlo y asentí

Precisamente. Luego Christ vendrá por mí para vengarse y yo me ocupare de enfurecerlo lo suficiente como para que recurra a aquello –dije

¿Y como estas segura de que aquello será lo que sucederá? –pregunto él y sonreí

Es Christ, desea torturarme todo cuanto sea posible. Me hará olvidar antes de volverme a encerrar. Me tendrá cerca de Alexander para que yo pueda ver su estado y entonces luego de algunos días de encierro y torturas, me dejara libre y me hará recordar para que sufra al ser consciente del estado de Alex –dije- Haz el calculo, la noche de luna llena yo estaré encerrada y cerca de Alex. Yo se como escapar de ahí, no tendré problema alguno.

¿Y como pretendes recordar lo que tienes que hacer? –pregunto él y mi sonrisa solo se ensancho

Fácil –dije mostrándole el pequeño papel en mi mano- Basta con que me toque a mi misma y mi don entre en acción. Si Christ me hace olvidar, no sabré cual es mi don. Pero aun así, es mi don. Basta con que yo lo mencione para que este entre en acción sin importar si estoy consciente de ello o no. Confío en que funcionara. Pero será asunto tuyo conseguir que me haga recordar a mi misma antes de la noche de luna llena. Tienes todas las instrucciones en aquella carta que te di. Cuando sepas que Christ me capturo, ábrela. Y entrégale también la suya a Zachary.

Definitivamente estas loca gatita –dijo él negando con la cabeza y suspiro- ¿Sabes que es lo peor? Que posiblemente esto funcione. Esto es completamente una locura.

Pero confío en que funcionara –dije sonriendo

Él suspiro ante la locura que teníamos por plan pero aun así termino por aceptar. Mire el pequeño papel una última vez, asegurándome que dijera lo indicado, antes de guardarlo dentro de mi guante izquierdo. Mire mis pequeñas botitas acordonadas, mire mis manos una última vez y luego me fije en Nicholas esperando que hiciera lo que debía.

¿Te das cuenta de que esta es nuestra única oportunidad? ¿De que si esto sale mal ya no habrá vuelta atrás? –Pregunto él- No soportaría continuar viviendo solo para verte sufrir por aquel ángel.

Saldrá bien –dije, tratando de convencerme también a mi misma- Ahora necesito que me hagas olvidar y a ti también. No tendrás problema alguno en estar consciente de que has olvidado y dijiste que te tomaría poco tiempo romper el hechizo de olvido y mucho mas si has sido tu quien te lo ha hecho. Cumplirás con tu parte del plan y todo saldrá perfectamente bien.

Cuídate mucho Katherin –dijo él y me abrazo- Por favor, cuídate.

Estaré bien, ya he sobrevivido una vez a ese encierro. Puedo hacerlo una segunda –dije y él suspiro

Aun así –dijo Nicholas

Tendrás que hacerme olvidar primero a mí y luego convencerme de un plan que me permita engañar a Christ y también enfurecerlo totalmente de modo que me encierre –dije y él me abrazo mas fuertemente

No tendré problema en aquello –dijo- Tan solo temo por ti, no quiero perderte ahora que por fin vuelvo a sentirte.

Y te prometo que no me perderás –dije- Nos veremos el día siguiente a la noche de luna llena. Tan solo ocúpate de haber escapado de aquí y haber cumplido con tu parte del plan.

Nos volveremos a ver, lo prometo –dijo él- Y lamento tener que hacerte esto.

No tienes que lamentar nada –dije

Él me miro con tristeza antes de que sus ojos adoptaran aquella forma felina. Le sonreí para influirle confianza y él me devolvió una triste sonrisa. Pero yo estaba segura y determinada a hacer lo que tenia en mente, no me importaba si mi vida corría totalmente peligro con aquel plan o si volvía a estar encerrada en aquel maldito lugar. Nicholas me acaricio el rostro una última vez y suspiro antes de hacer su cometido.

Realmente lo siento –dijo él- Dimenticare, gattina.

Sacudí la cabeza ligeramente antes de volver al presente. Mire el pequeño papel aun en mi mano y sonreí al saber que el plan había funcionado. Había recordado perfectamente todo y ya sabía lo que tenia que hacer. Mire a la puerta, la oscuridad ya se había apoderado completamente del lugar y el crepúsculo ya se hacia presente. Cuestión de minutos y pronto la luna llena reinaría en el cielo nocturno. Tome los guantes y me puse en pie. Guarde los guantes junto con el pequeño trozo de papel en un bolsillo de mi abrigo y me acerque hacia donde había tirado el cuchillo. Lo tome del suelo y le limpie la sangre, sonriendo al ver mi reflejo en la hoja. Un Christ cegado por la ira, un Christ tonto.

_ Vamos, arriba que no tenemos mucho tiempo –dije y él ángel me miro confundido desde el suelo, suspire frustrada- ¿No habrás creído que realmente seria tan tonta como para no prever que el maldito de tu hermano me haría olvidar todo, o si? Arriba, la farsa se acabo. No tenemos mucho tiempo y no sé durante cuanto tiempo Nicholas podrá entretener a Christ y Zachary a Damon para que no se percaten de mí.

_ No se si te diste cuenta pero estoy herido –dijo él molesto

_ No se si lo sabes pero tu estado ahora no es ni la mitad de lo que ha llegado a ser mi estado cuando estuve encerrada aquí y aun así logre escapar –dije- Ahora arriba, no soportare otro día estando aquí encerrada y contigo.

_ Tanto tiempo y sigues enojada conmigo –dijo él

_ Tanto tiempo y sigues sintiendo lastima por mi –dije- Y por si no lo sabes, me molesta que cuatro ángeles irrumpan en mi habitación cuando estoy durmiendo en plena mañana para despertarme y hacerme aceptar una misión casi suicida.

_ Te hubieras quedado con los tuyos si después de todo no tuviste problema alguno en olvidarnos, tampoco hubieras tenido en ignorarnos –dijo él poniéndose en pie con dificultad

_ No hables si no tienes idea de lo que dices –dije acercándome a la puerta

Suspire y me apoye contra el muro junto a la puerta, cruzándome de brazos y mirándolo molesta. Él se apoyo también contra el muro y me miro del mismo modo. Desee gritarle mil maldiciones luego de todo lo que me había hecho sufrir la última vez que lo había visto y cuanto había destruido mi corazón. Pero me controle, no debía llamar la atención si deseaba escapar. Respire hondo para tratar de calmarme pero tan solo conseguí enfurecerme mas. Me molestaba que nuevamente hubiera tenido lastima por mi y que ahora que ya no era la niñita asustada volviera a ser igual de hostil. Exactamente igual que la otra vez.

_ Si pretendes que no sea yo misma quien acabe contigo, harás exactamente todo lo que digo o te dejare aquí –dije

_ Eres mas desalmada de lo que recuerdo –dijo él

_ No soy desalmada, simplemente me molesta la gente que siente lastima –dije

_ Y a mi me molestan las personas que mienten y engañan –dijo él y puse los ojos en blanco

_ Tranquilo, te saco de aquí y con un poco de suerte no volveré a verte nunca mas en mi vida –dije

_ ¿No es exactamente lo que te pedí la última vez que te vi? –pregunto él

Aquello me dolió terriblemente, mi corazón tembló y sufrió de dolor. Respire hondo y trate de no demostrarlo. Él no tenia por que saber el dolor que sus despiadadas palabras causaban en mi. Conté los segundos y continué esperando, deseando más que nada que el plan funcionara. Por mas que una parte de mi lo odiaba, estaba enfurecida totalmente con él y deseaba gritarle mil maldiciones; deseaba salvarlo mas que nada. Él no podía seguir aquí, no quería que así fuera.

Me quede totalmente quieta al por fin oír unos pasos y sostuve el aire esperando no fallar. Los pasos se volvieron más sonoros al acercarse. Respire hondamente una ultima vez para concentrarme. Gemí al tiempo que golpeaba la puerta con un puño y los pasos se apresuraron hacia aquí para ver que pasaba. Sonreí fugazmente cuando el brujo estuvo del otro lado de la puerta y de un rápido movimiento pase mi mano entre los barrotes y tome su rostro. Tape su boca para sofocar sus gritos a causa de mi don y una vez que el brujo estuvo inconsciente lo sostuve. No fue problema alguno pasar mi fino brazo por entre los barrotes y tantear la chaqueta del brujo. Sonreí al encontrar la llave y la tome. Fue cuestión de segundos para que abriera la puerta y ambos estuviéramos afuera.

_ Tenemos exactamente once minutos antes de que el próximo brujo se acerque lo suficiente como para vernos –dije por lo bajo- Tenemos que irnos cuanto antes.

_ Es noche de luna llena. ¿No podrías haber escogido otro momento para huir? –dijo él y suspire

_ Ya no confías en mi –dije

_ No podría confiar nuevamente en ti ni aunque quisiera –dijo él mirándome seriamente

_ Pues entonces, si no vas a confiar en mí, al menos trata de no cuestionar cada cosa que haga –dije

_ ¿Y que quieres que haga maldita bruja? –pregunto él y lo mire molesta, parándome frente a él

_ Primero que dejes de tratarme tan mal y segundo que si pretendes mandarme al demonio, hazlo cuando ya no estemos en peligro –dije molesta y puse ambas manos sobre su pecho- fortĭa.

Lo empuje alejándolo de mi y rápidamente me di vuelta. Vi al brujo tirado inconsciente, o quizás simplemente muerto, en el suelo. Me agache a su lado y le quite la chaqueta junto con la camisa sin escrúpulo alguno. Encontré entre sus pertenencias otro cuchillo más y lo guarde. Me quite la chaqueta en un estado deplorable que traía puesta y la tire a un lado. Tome las prendas del brujo y se las lance a Alex.

_ Ponte eso –dije- Parecerás un estudiante del Bella Vista. Cuanto menos llamemos la atención mejor.

Él me miro molesto durante un momento antes de finalmente ceder y hacer lo que le decía. Sus alas ya no estaban a la vista, el hechizo había tenido efecto. Rápidamente él se puso la camisa junto con la chaqueta del Bella Vista. Me acerque y le arrebate sus anteriores ropas de la mano. Con no mas que un simple hechizo hice que el brujo tirado en el suelo las portara y lo empuje dentro de la celda antes de cerrar la puerta. Doble mi pierna derecha y saque la suela del zapato. No fue problema alguno agrandar todo lo que tenia dentro. Me puse otra chaqueta, enfunde mi daga en mi cintura y sostuve mi arma en mi mano. Volví a armar el zapato y baje el pie.

_ Con algo de suerte en veinte minutos saldré de este maldito lugar y no volveré nunca mas –dije y me saque mi collar- Ponte esto, hará que el hechizo dure mas.

Él tomo el collar de mi mano y se lo puso de mala gana. Puse los ojos en blanco y pase a su lado, ya recordando cual camino llevaba a la salida. Al menos mí huida de la otra vez me había enseñado por donde ir para escapar. Puse un dedo sobre el gatillo mientras caminaba, lista para reaccionar ante cualquier amenaza. Trate de no mirar dos veces y de no fijarme atrás, no deseaba recordar los malos momentos que había vivido en este lugar. Por más que los había superado, mi corazón temblaba ante un miedo que había creído olvidar totalmente. Quizás no me hubiera sido tan difícil volver a caminar por estos pasillos si Christ no me hubiera hecho revivir aquel miedo, pero ese era un precio que había estado dispuesta a pagar. Mire a Alex apenas de soslayo, temiendo al ser consciente de su estado. Necesitaba sacarlo de aquí cuanto antes.

No fue difícil seguir el pasillo hasta el final y luego doblar a la derecha. Era la hora del crepúsculo, la hora oscura para los brujos. Ellos estaban mucho más ocupados en otras cosas como para estar aquí haciendo guardia. Aun así, me detuve y me pegue totalmente contra la pared al ver a un brujo en el otro pasillo y Alex hizo exactamente lo mismo. Me acerque apenas al borde y de un disparo certero la bala atravesó el corazón del brujo y este cayó al suelo al instante. Continué con mi camino, sabiendo que el tiempo se me agotaba.

Corrí todo ese pasillo seguida de Alex hasta el final. Subí apresuradamente los trece escalones y abrí de un modo casi desesperado la puerta en el techo que daba al exterior. Salí y le tendí una mano para que se apurara, estaba segura de que el tiempo comenzaba a escasearme. Ya era completamente de noche y todo estaba totalmente a oscuras. La luna llena reinaba desde el cielo, propinándome la energía necesaria para continuar. Corrí seguida del ángel siempre pegada contra la pared, tratando de llegar a la parte este del Instituto donde no estaba ese descampado tramposo. Aun si los pocos brujos fuera estaban demasiado ocupados como para percibirnos, en ningún momento me confié. Ellos se limitaban a creer en lo que veían y lo que veían era dos estudiantes de Bella Vista portando los correspondientes uniformes.

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