Capitulo 26: Revelaciones


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Abrí los ojos apenas y mire el reloj que estaba del otro lado de la habitación. No, aun era temprano para despertarse. Me volví a acurrucar, totalmente destapada ya que Lucy se había apoderado de todas las mantas. Sonreí al ver el bulto de mantas que tenia a un lado y volví a cerrar los ojos. Fuera, en el pasillo, escuchaba fuertes pasos y voces hablar. Me tape con la almohada los oídos, deseaba seguir durmiendo. ¿Quién diablos se ponía a armar escándalos tan temprano? Me acomode nuevamente, restregando mi rostro contra la almohada. Se sentía lindo estar tranquilamente acostada.

La puerta de la habitación se abrió abruptamente y alguien entro entre gritos y pisadas. Me tape los oídos con ambas manos y cerré fuertemente los ojos pero al parecer aquello no basto para ignorar el hecho de que alguien había irrumpido en mi habitación sin escrúpulos. Abrí apenas los ojos, viendo al ángel que estaba ahí y continuaba gritando y los volví a cerrar casi riendo. Definitivamente seguía dormida y estaba soñando, aun mejor, podría dormir más.

_ ¡No me importa si esta dormida o no me va a escuchar a mi! –exclamo Raphael

Definitivamente era un sueño muy loco pero aun así no me importo. Hasta que él me arrebato mi almohada sin ningún cuidado y eso basto para enfurecerme. ¡Quien demonios se creía para hacer eso! Me senté molesta, fulminando al producto de mi imaginación con la mirada. Él me devolvió una mirada totalmente hostil y seria antes de lanzar mi almohada al otro lado de la habitación.

_ ¿Quién demonios te crees que eres para hacer eso? –pregunte molesta

_ Raphael Crist por si no me recuerdas –dijo él- Y me escucharas te guste o no.

_ Eres un sueño, no puedes decirme que hacer –dije y él apretó los dientes

_ ¡No estuve cinco horas caminando sin rumbo alguno para venir y que alguien me diga que soy un sueño! –exclamo él furioso

_ ¿Producto de mi imaginación te gusta más? –pregunte mirándolo con curiosidad

Él resoplo frustrado y molesto al ver como lo trataba y no pude evitar reír. Debía admitirlo, realmente se veía demasiado real. Admiraba como mi mente podía recordar perfectamente hasta el más mínimo detalle. Mire con curiosidad a Daniel y Miguel que aun se mantenían fuera de la habitación, Daniel apoyado seriamente contra el marco de la puerta y Miguel parado mirándome con curiosidad.

_ ¡No soy un sueño! –exclamo Raphael

_ Claro que si –dije sonriendo- No tienen modo de llegar hasta aquí sino.

_ Claro que lo tenemos –dijo Daniel y me lanzo una brújula que atrape en el aire

_ ¿La brújula que yo te regale? –pregunte mirándola curiosa

_ Dijiste que podría guiarme a donde deseara –dijo Daniel y entonces un Golden Retriever entro en la habitación

_ Y Plum también ayudo –dijo Miguel sonriendo

_ Kat, esto no es un sueño y estas despierta, es la realidad y si vinimos aquí –dijo Daniel

_ ¡Luego de cinco horas sin rumbo alguno! –dijo Raphael molesto

Me quede helada ante aquellas palabras y me apoye contra el muro. Me lleve una mano al pecho y tome mi collar, sintiéndome vacía por un momento. Me pellizque el brazo en vano, esto era la realidad, no un sueño del cual despertar. Los mire a ellos tres, tan solo para confirmar que eran reales y yo realmente estaba despierta. Mi corazón se estremeció por más que mi mente no dejaba de repetir que era imposible. Trague las lágrimas antes de que se formaran en mis ojos. Mire a la niña que aun seguía dormida a un lado mío, totalmente tapada con las mantas. No, ella me necesitaba bien y fuerte, no destruida totalmente por un simple pasado. Cerré los ojos y respire hondamente antes de volver a abrirlos y mirarlos seriamente.

_ No sé en que derecho se encuentran de irrumpir en mi habitación –dije- Ni siquiera deberían estar aquí.

_ No nos dejaste otra alternativa ya que te negabas a atendernos –dijo Daniel

_ Miren, no se como demonios habrán hecho para llegar aquí pero se van ya mismo –dije mirándolos seriamente- Ustedes no deben estar aquí.

_ ¿Puede ser maldita caballera que armes problemas ya tan temprano? –Exclamo Zachary molesto y medio dormido apareciendo en la puerta y luego miro con curiosidad a los tres ángeles- Mejor me voy.

_ Tú te quedas aquí –dijo Miguel atrapándolo por el cuello de la camisa- Y me dices ya mismo quien diablos crees ser para tratarme de ese modo por teléfono.

_ ¿Esta bien si me dejas dormir otras tres horas y luego hablamos? –pregunto Zachary

_ Así que este es el estúpido que se negaba a darnos por teléfono con ella –dijo Daniel mirándolo- No eres nadie para hacer eso.

_ Yo solamente obedezco la orden que se me dio –dijo Zachary

_ ¿Orden? –pregunto Raphael

_ Si, ella me ordeno que hiciera aquello –dijo el brujo

_ ¿También devolviste el celular? –pregunte y él hizo una mueca

_ Sabia que algo se me olvidaba –dijo Zachary

_ No me importan los demás asuntos, no puedes no pasarnos con ella simplemente por que te dio esa orden –dijo Raphael y Zachary rió

_ Es mi líder lamentablemente, tengo que obedecerla –dijo el brujo y se deshizo del agarre de Miguel- Por otra parte, no se con cual de ustedes será el problema que ella tiene pero yo me retiro.

_ ¿Y este quien es? –pregunto Gabriel al llegar

_ Zachary –dijo él y luego partió sin más

_ Perfecto. ¿Alguien mas vino? –pregunte

_ Tan solo somos nosotros cuatro –dijo Gabriel y me miro serio- Ahora nos escucharas quieras o no.

_ Pues no lo quiero y en este lugar soy yo la que mando así que se pueden ir –dije tranquilamente

_ No nos iremos sin ti –dijo Gabriel- Te llame ayer mil veces y aun así te negaste a atenderme.

_ Les recuerdo que fueron ustedes los que desearon que me fuera y no volverme a ver –dije- No se ni como habrán hecho para llegar hasta aquí.

_ Tu hermana nos abrió un portal al mercado negro –dijo Gabriel

_ Seguimos las indicaciones al pie de la letra hasta la zona empresarial –dijo Daniel

_ Fue algo mas complicado burlar al guardia de seguridad –dijo Miguel con una mueca- De hecho, creo que fue lo que mas nos costo. Y una vez que entramos en esa especia de ascensor, fue Plum quien se ocupo de fijarse cuales fueron los últimos dígitos marcados.

_ Aun así sigue siendo imposible –dije

Los tres que restaban se dispusieron a entrar a mi habitación y me quede helada al ver el golpe que Miguel tenia en el labio. Los cuatro permanecieron allí firmes, esperando que yo cediera. No podía estar pasándome esto a mí. ¿O si? Los mire durante varios segundos, tratando de pensar que hacer. Suspire al ver que no tenía otra escapatoria. Me ocuparía de ellos y luego de que se fueran pero para eso primero tenia que salir de la cama. Me agache apenas y levante la manta que cubría el rostro de Lucy. La niña refunfuño, aun de espalda a los ángeles, negándose a abandonar su sueño. No pude hacer más que sonreír, en aquello ella era igual a mí. Me acerque más.

_ Arriba conejita –dije

_ ¿No puedo seguir durmiendo? –pregunto ella aun con los ojos cerrados e hice un sonido de negación

_ Necesito que te despiertes –dije y le sonreí- Ademas, estoy segura de que aquí hay alguien que deseas ver.

La niña abrió los ojos y me miro con curiosidad antes de levantarse y darse vuelta. Casi de un salto se levanto y abrazo a su hermano, sonriendo ampliamente. Me estire aun sentada sobre la cama, feliz de ver a la niña sonreír de aquel modo. Ella dejo de abrazarlo y lo miro totalmente sonriente.

_ ¿Lucy, quieres llevarlos a desayunar? –Pregunte sonriendo- Estoy segura de que no habrán comido nada hasta ahora y tu quieres contarle mucho a tu hermano.

_ Por supuesto que si –dijo la niña y tomo a Miguel de la mano, ya tirando de él- Vamos, la comida de la cafetería es realmente exquisita. Además de que te mostrare todo el lugar, es genial. Pero debe ser rápido, no tenemos mucho tiempo. Debo ir a la escuela.

_ Esta bien –dijo Miguel sonriendo, feliz de estar con su hermana

_ Ustedes también vengan –dijo Lucy mirando a los demás- Les encantara el café que sirven por las mañanas.

Sonreí más que agradecida al ver como los cuatro salían tras la niña. ¡Bendita angelito que conseguía lo que desease con su dulce sonrisa! Cerré la puerta detrás de ellos y eche el cerrojo para asegurarme de que no volvieran a irrumpir. Me levante, me estire. Me ocupe de hacer ambas camas y por ultimo me cambie. Aun mientras me estaba peinando pude sentir la presencia y supe que él seguía esperando en la puerta. Suspire frustrada y chasquee los dedos, aun teniendo la vista fija en mi reflejo. Enseguida vi el reflejo de Gabriel tranquilamente apoyado contra la pared, esperando.

_ Adelante –dije mientras continuaba cepillándome- Ya sé que nunca te fuiste y estas ahí esperando.

_ Necesitamos hablar –dijo él

_ No, yo necesito poder seguir tranquilamente con mi vida y que ustedes vuelvan a desaparecer –dije y deje el peine a un lado- Es lo único que quiero en estos momentos.

_ Katherin, deja de pensar por un segundo en ti y escúchame –dijo él

_ Ustedes no me escucharon cuando los necesite –dije, tome una hebilla en forma de moño y me la puse a un lado

_ Esto es importante –dijo él

_ ¿Acaso yo no era importante? –Pregunte dándome vuelta y mirándolo- No tienen la menor idea de lo que ustedes me hicieron sufrir. No volveré a pasar por lo mismo.

_ Te pido cinco minutos –dijo Gabriel

_ Bastaron cinco minutos para que ustedes dejaran de confiar en mi y me olvidaran –dije pasando a un lado suyo- No veo por que yo debería prestarte entonces cinco minutos de mi tiempo. Tengo mucho que hacer el día de hoy.

_ ¿Qué puede ser mas importante que esto? –pregunto él

_ Cualquier cosa para mi es mas importante antes que ustedes –dije

_ Entonces es cierto, tu corazón esta congelado –dijo él

Me detuve tan solo un segundo en el marco de la puerta antes de partir, aun de espaldas a Gabriel. No mentía, realmente cualquier cosa me parecía mucho más importante antes que hablar con él. Suspire al oír aquellas palabras. Era mejor un corazón congelado a uno destrozado. Y, sinceramente, era mejor tratar en estos momentos la situación con un corazón congelado.

_ Fueron ustedes los que se ocuparon de que así sea –dije

_ Kat, por favor, te necesitamos –dijo él

_ Gabriel, no hay nada que me haga quedarme en este momento –dije

_ ¿Ni siquiera Alex? –pregunto él

Cualquier fuerza que hubiera tenido se esfumo totalmente ante la simple mención de su nombre. Me lleve una mano al pecho, sintiendo como mi corazón dolía terriblemente. Me sostuve del marco de la puerta para mantenerme en pie, sentía que caería si no lo hacia. Me di vuelta, mirando a Gabriel con mucho cuidado. El destrozo que encontré en su rostro me dejo totalmente sin aire. No, algo no andaba bien. Algo tenía que haber sucedido para que de pronto ellos vinieran a buscarme.

_ Él se metió en problemas –dijo Gabriel

_ Alexander puede salir de sus problemas sin mi ayuda –dije- Y sino, que sea el hermano quien lo ayude, para algo lo tiene.

_ Es que Christ no se interesa –dijo Gabriel- Katherin por favor escúchame, Alex esta desaparecido hace días y no sabemos lo que le ocurrió.

_ Habrá salido en alguna misión del Consejo y no les habrá dicho –dije

_ Katherin, esto es serio –dijo Gabriel y él tono de desesperación en su voz me helo la sangre- Tenemos que hablar.

Cerré la puerta sin que pudiera evitarlo. Por más que sabía que no estaba bien, que no debía, que esto no me causaría más que dolor, no pude evitarlo. La mirada alterada de Gabriel tan solo me confirmo lo que ya había intuido y él me había dicho, algo no andaba bien. Una parte de mi temía por lo que estuviera pasando, realmente temía. Pero aun así me mostré indiferente por más que deseaba preguntarle a gritos a Gabriel que era lo que le había pasado a Alexander.

_ ¿Si te escucho se irán? –pregunte

_ Katherin, esto es realmente grave –dijo él- No sabemos que le sucedió a Alex, hace días que desapareció y Christ no le da importancia alguna al hecho.

_ Sigo sin entender como es que pudieron romper la seguridad y llegar hasta aquí –dije y él me mostró una moneda

_ Gracias a esto –dijo él y me quede helada al reconocerla- Estaba entre las cosas de Alex. Entiéndelo Katherin, él quería que te buscásemos por que sabía que eras la única que podría ayudarlo. ¿Sino por que mas dejo una carta con las indicaciones de cómo llegar hasta aquí en un lugar donde solo yo la encontraría? De ahí saque tu número, él lo tenía.

_ ¿Qué? –susurre perpleja

_ Necesitamos tu ayuda –dijo Gabriel- Por favor, realmente temo por lo que le haya podido ocurrir a Alex.

Suspire, no podía ser que nuevamente me viera involucrada en este tipo de cosas. Me apoye sobre la baja estantería y clave mi vista en el suelo, tratando de pensar. Lo ayudaría, no tenia otra opción, mi corazón aun no era lo suficientemente frío como para abandonar a Alexander a su suerte si había sido él quien de algún modo había mandado a los demás a buscarme. ¿Pero en que clase de problema se había metido? Fue solo entonces cuando encontré la respuesta y me quede helada. No podía ser que la hubiera pasado todo este tiempo por alto.

_ ¿Se despertaba herido? –pregunte

_ Casi no dormía –dijo Gabriel- Rara vez se disponía a dormir y varias veces encontré sus sabanas manchadas de sangre.

_ Maldición –dije y me moví de mi lugar, yendo al escritorio

_ ¿Qué es lo que sucede? –pregunto Gabriel

_ El encapuchado siempre había estado en mis sueños y luego ya no, creí que había desaparecido. Me equivoque, había cambiado de objetivo –dije tomando una hoja y rápidamente tome un marcador negro con el cual escribir- Lo que el encapuchado te haga en sueños, te despiertas en la vida real teniéndolo. Por eso Alex no dormía, por que él lo atacaba.

_ ¿Crees que haya sido el encapuchado quien esta detrás de esto? –pregunto Gabriel

_ Hace meses yo lo herí terriblemente, es por eso que no volvió a aparecer en la realidad hasta hace unas semanas –dije y comencé a anotar los hechos en la hoja- No es coincidencia que Alex haya desaparecido casi al mismo tiempo que el encapuchado volvió a recobrar sus actividades. ¿Has averiguado algo al respecto?

_ Christ dijo que él había salido en una misión, luego de los cinco días que no volviese comencé a inquietarme pero él no me dejo hacer pregunta al respecto –dijo Gabriel

_ Christ... –murmure y me quede totalmente helada- No puede ser.

_ ¿Qué? –pregunto él

Apoye la hoja sobre el escritorio y rápidamente empecé a escribir todo lo que me venia a la mente. Mi mano se movía velozmente sobre el papel, escribiendo todos los sucesos respecto al encapuchado desde el primer momento que lo había visto. Gabriel estuvo a mi lado, mirando y leyendo atentamente todo. Mis pensamientos iban demasiado rápidos como para que pudiera escribirlos al mismo tiempo, mi mente al fin parecía haber encontrado todas las piezas del rompecabezas y había empezado a juntarlas.

_ No puedo creer que haya sido tan ciega –dije

_ ¿Qué? –pregunto Gabriel

_ Respecto a los planes del encapuchado. Para eso él me necesitaba, para que yo pueda juzgar a los ángeles y brujos –dije y continué escribiendo- Mi deber es encontrar al mejor brujo y al mejor ángel de esta generación, él me necesita con vida para que pueda hacer ese trabajo y encontrarlos para que luego él pueda tomar sus sangres. La sangre de los Chevalier no es totalmente pura, esta mezclada con otra, por eso no sirve. Intento con la sangre de un Engel.

_ Pero tú dijiste que Christ no podía ser el mejor ángel –dijo Gabriel- Que pecaba de soberbia.

_ Soberbia –repetí sorprendida y comencé a hacer un esquema- La soberbia es el pecado de Lucifer, los mejores brujos del mundo pecan de soberbia constantemente. Nicholas peca de soberbia, es el pecado capital que lo identifica. Nick dijo una vez que había tomado la navaja del cuerpo sin alma de Christ y sin embargo, Christ apareció luego en un estado perfecto.

_ Entonces Nick mentía –dijo él

_ No, Nicholas no mentiría cuando es para regocijarse de la muerte de alguien –dije- La primera vez que vi al encapuchado y este me ataco fue luego de ver un recuerdo de Alex donde él estaba con Christ. Años después, el encapuchado se ocupo de que Alex fuera llevado frente al Consejo y acusado de traidor. El encapuchado quería deshacerse de él mediante el juicio, partió antes de que le comenzaran a arrancar las alas. Él no tomo en cuenta el hecho de que tú pudieras intervenir, no te tomo en cuenta.

_ Sigo sin entender a donde quieres llegar –dijo Gabriel

_ Nicholas me dijo que el encapuchado era su responsabilidad, que fue él quien lo llevo frente a Lucifer y que tendría que haberlo matado cuando había tenido la oportunidad en vez de dejarlo con vida y llevarlo frente a Lucifer –dije mientras continuaba anotando los puntos en el papel- La maldita mano izquierda de Lucifer tenia planeado todo esto de modo que yo terminara peleándome con ustedes y Diana no hizo mas que colaborar.

_ Él no te obligo a hacer lo que hiciste –dijo él y lo mire seriamente

_ Gabriel, no es momento para que vuelvas con tus acusaciones –dije- Nicholas varias veces dijo que el encapuchado terminaría en la caina. Esa es la parte del infierno reservada para quienes son como Caín.

_ Ya sé quien es Caín –dijo Gabriel

Me quede helada frente al esquema que había hecho, sorprendiéndome a mi misma de cómo los puntos encajaban. El encapuchado había estado en el pasado de Alex y había intentado deshacerse de él acusándolo de traidor frente al Consejo. Luego yo lo había encontrado días antes de que Nick dijera que había tomado aquella navaja del cuerpo sin alma de Christ. Luego sabía que el encapuchado terminaría en la caina. Y era la mano izquierda de Lucifer, pecaría por soberbia naturalmente. No pude sostener más el marcador al reaccionar sobre la verdad.

_ ¿Qué fue lo ultimo que te dijo Alex antes de desaparecer? –pregunte

_ Dijo que lo iban a matar mientras se reía como un loco, no lo tome enserio pero ahora temo que haya sido verdad –dijo Gabriel- Y se rió aun mas cuando Christ volvió.

_ ¿Cuándo fue eso? –dije

_ Hace unas noches, no tienes idea del modo en que se reía Alex –dijo él- Realmente parecía un loco y Christ se molesto.

_ ¿Por qué? –dije

_ Por que Alex se burlaba de los tres cortes que él tenia en el rostro, preguntando si lo había arañado una gata –dijo Gabriel

_ Él lo sabia –susurre

_ ¿Qué cosa? –pregunto Gabriel

Las lágrimas se formaron en mis ojos al reaccionar sobre la verdad. ¡Él sabia lo que le iba a suceder! Por eso había dejado la carta y las indicaciones, por eso se había ocupado de que Gabriel las encontrara y pudiera seguirlas. Volví a tomar el marcador y con una mano vacilante dibuje la flecha que unía la casilla del encapuchado a la del pasado de Alex. Mi mano temblaba, estaba segura de que yo estaba más pálida de lo normal y trate de controlarme por más que la desesperación me invadía.

_ El encapuchado no estaba en el pasado de Alex –dije- El encapuchado era el pasado de Alex.

_ ¡Que! –exclamo Gabriel

_ Una vez el encapuchado me dijo que él no era el bueno en el poker, que su hermano lo era –dije, mi mano seguía temblando ante la terrible verdad- Me dijo que había creído deshacerse de su hermano hace mucho tiempo y recientemente se había enterado de que no había sido así. La caina es la parte del infierno reservada para los que matan a sus hermanos. No te das cuenta. ¿No es así? Aquella noche yo herí al encapuchado en el hombro izquierdo. Hubiera sido terrible para un brujo aquello. Pero todos los ángeles son diestros, no tuvo problema en su farsa.

_ Katherin... –dijo él

_ No puede ser –dije casi en un susurro

Tire a un lado el marcador y rápidamente me di vuelta, partiendo corriendo de la habitación. Gabriel se quedo helado ante mi reacción pero aun así no le di importancia. No, no podía ser, no había modo de que fuera posible. Pase corriendo a un lado de Jude. Él se dio vuelta y me pregunto a gritos que ocurría, no lo oí, lo ignore, no era importante él ahora. Me detuve tan solo un segundo frente a la puerta de Nicholas antes de irrumpir en su habitación. Él estaba sentado en el suelo, los ojos cerrados, la cabeza echada hacia atrás. Enseguida abrió los ojos y me miro en cuanto me sintió entrar. Permanecí ahí en la puerta, aun alterada por lo que acababa de descubrir. En ese segundo Gabriel me alcanzo junto con Jude y entre vacilante.

_ ¿Qué sabes de Alexander Engel? –pregunte y Nicholas me miro confundido

_ ¿Quién? –pregunto

_ Alexander Engel, un ángel al que le arrebataste su hermano gracias a tu trabajo –dije

_ Perdóname pero no se de quien me estas hablando –dijo Nicholas- No conozco a ningún Alexander Engel.

_ Entonces déjame cambiar de pregunta. ¿Qué sabes de Christ Engel? –dije

Él se quedo helado apenas lo mencione y temí no haberme equivocado con mis deducciones. Se puso en pie. Su rostro lleno de furia me confirmo lo que yo creía. Me lleve una mano al pecho y tome mi collar. Todo este tiempo... No, no podía ser, no tenia lógica alguna. Y sin embargo, estaba segura de que así era. Mire a Jude, la confusión estaba mas que grabada en su rostro pero enseguida se quedo helado ante mi mirada.

_ Todo este tiempo nos equivocamos –le dije- Lucifer no le dio poderes angelicales a un brujo, un ángel le vendió el alma a Lucifer.

_ Eso es imposible –dijo Gabriel

_ No, no lo es –dijo Nicholas seriamente- El maldito tiene por don que todo lo que diga lo creerás y ni se te ocurra mirarlo a los ojos o harás cualquier cosa que te ordene.

_ Te ordeno que olvidaras –dije mirando a Nicholas y él asintió

_ Siempre lo hace pero su don es mental, puedo romperlo en cuestión de días y recordar todo –dijo él

_ Por eso yo acepte, por eso hice cualquier cosa que me dijo y no hable –dije y mire a Gabriel- Por eso ustedes le creyeron a él antes que a mi, por que ese es su don.

_ Entonces el primer hijo de Michael Engel es... –dijo Jude perplejo

_ La mano izquierda de Lucifer –dije- El encapuchado, el oscuro, como quieras llamarlo. Yo fui quien prácticamente lo obligo a salir de su escondite. Lo herí terriblemente en el hombro izquierdo, tuvo que dejar su papel de brujo y tomar su papel de ángel. Yo me ocupe de que Alex no continuara obedeciendo las órdenes del Consejo, corrompí su deber. Y ya que él ya no podía usar al Consejo para controlar a los ángeles, tuvo que aparecer y tomar su lugar como Christ sabiendo que su hermano no lo desobedecería.

_ ¿El hermano de él sigue vivo? –Pregunto Nicholas sorprendido y asentí- No puede ser, lo mato hace años. Yo estuve ese día presente, lo condeno en un juicio. Le iban a arrancar las alas.

_ Pero tú te fuiste –dije

_ No tuve el suficiente valor para quedarme a ver como mataban al chico –dijo Nicholas- Tan solo lo acompañe por que fue la orden que se me había dado y luego me pelee con él por que había matado al hermano.

_ Pero no lo mato –dijo Gabriel- Yo intervine en ese juicio, hice que se detuviera. No le llegaron a arrancar totalmente las alas de modo que no murió.

_ Entonces sigue vivo –dijo Nicholas incrédulo y lo mire

_ Nicholas, es el ángel del que yo me enamore –dije- Christ supo que Alex seguía vivo gracias a mi. Él estaba tras de mi y cuando Diana vino a buscarme y se encontró con Alex seguramente le habrá dicho.

_ Creo que tenemos un serio problema entonces –dijo Nicholas

_ ¿Por qué? –pregunto Jude y me quede helada al reaccionar sobre la verdad

_ Por que Christ atrapo a Alex –dije- No solo lo atrapo sino que lo planea

_ Matar –concluyo Nicholas tranquilamente- Y conociendo a mi ex-compañero como lo conozco, estoy seguro de que le habrá arrancado el alma.

_ Un ángel no puede vivir sin alma –dijo Gabriel y él destrozo cruzo su rostro- Entonces eso significa que lo mato.

_ No lo mato –dije y sonreí aun con pesar- No pudo haberlo matado. Yo no me quede dos meses sin poderes para que rompieran mi hechizo tan fácilmente.

_ ¡Que! –Exclamo Nicholas y mi sonrisa solo se ensancho- ¿Tienes idea de lo que hiciste? No puedes quedarte sin poderes y mucho menos en esos días, es contra la ley.

_ ¿Te parece que me importo? –dije

_ ¿Alguno me explica? –dijo Gabriel

_ La ley de los brujos, de todos los brujos no solo de la Secta prohíbe a un brujo quedarse sin poderes entre el 20 de Diciembre y el 10 de Enero por que en aquellos días los ángeles estamos mas poderosos –dijo Jude- La ley de los brujos prohíbe quedarse sin poderes en los días religiosos. Ella rompió la ley, se quedo sin poderes entre esos días.

_ ¿Cómo hace un brujo para quedarse sin poderes? –pregunto Gabriel

_ Fácil, un hechizo muy poderoso –dije y sonreí- Uno de los mas poderosos que existen.

_ Protectĭo anĭma –dijo Nicholas y me miro- Quizás el hechizo que recauda más poder y energía. Un alma no es tan fácil de proteger, mucho menos la de un ángel. Por eso ella se quedo sin poderes.

_ Entonces la mano izquierda de Lucifer no pudo haber matado al ángel, no si su alma esta protegida –dijo Jude

_ ¡Aun así eso no cambia el hecho de que ella es una imprudente! –Exclamo Nicholas molesto, mirándome, no pude hacer mas que reír- ¿Tienes idea de lo que te arriesgaste? ¡Suerte que no te sucedió nada!

_ Un brujo sin poderes es igual o mas débil que un humano –dijo Jude- Y es aun peor, al no tener los poderes otro brujo puede robárselos y nunca mas los recupera de modo que permanece así para siempre. Al menos aquello explica el gran misterio de por que ella no tenia poderes.

_ Pero ya estoy perfectamente bien –dije levantando ambas manos- Mis poderes volvieron y estoy perfectamente bien.

_ Claro –dijo Nicholas y me arrebato el guante izquierdo, dejando al descubierto mi mano aun herida y vendada- Perfectamente bien.

_ Tengo otros problemas antes por los cuales preocuparme –dije y le arrebate mi guante, suspire- Creo que no tengo mas opción.

_ Te ayudo –dijo Nicholas

Le sonreí débilmente antes de darme vuelta y partir. Volví a mi habitación seguida de él y rápidamente tome mi daga. La enfunde en mi cintura y tome el arma. La mire con respeto, sabiendo que no tenía otra opción. Por más dolor que Alexander me hubiera causado, yo aun lo seguía amando y no podía dejar que nada le pasase. Me había hecho a mi misma la promesa de siempre protegerlo antes y lamentablemente yo cumplía con mi palabra. Nicholas suspiro y se apoyo en la pared frente a mí, mirándome con cierta tristeza.

_ Te duele –dijo él

_ Cualquier cosa que me recuerde a él me duele –dije- Y ahora resulta que su hermano es la mano izquierda de Lucifer.

_ Realmente lo lamento –dijo Nicholas- Debí haberme deshecho de ese ángel en vez de llevarlo frente a Lucifer. Pero yo en ningún momento me imagine que él diría que le vendía el alma a cambio de poderes. Y claro, Lucifer estuvo mas que complacido de aceptar el trato. El diablo deseaba a alguien como tu.

_ Yo existo por que Christ así lo quiso –dije y Nicholas evito mi mirada

_ Ya lo sé –dijo él- He estado en su mente, lo sé todo de él y de sus acciones. Pero aun así Katherin, aquello no quiere decir también que él tiene poder sobre ti.

_ Aun así, él planeo todo de modo que terminara así –dije- Él si tiene poder sobre mí, sino yo no habría terminado en esta situación. Planeo todo esto.

_ Él no planeo todo esto. ¿Acaso crees que tenía planeado que le disparases y lo hirieras de ese modo? ¿O que me reencontraras aquella noche? –Dijo Nicholas- Yo he revisado su mente totalmente y te puedo decir que aquello no lo tenía planeado. Si las cosas realmente hubieran salido como él las había planeado originalmente, tú habrías muerto hace meses, yo continuaría sirviéndole a Lucifer y todo este mundo seria un caos dominado por Lucifer. Tu eres la que ha intervenido en sus planes todo este tiempo y se los has complicado. Estoy seguro de que él en ningún momento planeo que las cosas terminaran de este modo y tampoco lo que tu estas a punto de hacer.

_ No tengo otra alternativa, tengo que ir –dije

_ ¿Entonces nos ayudaras? –pregunto Gabriel apareciendo en la puerta y asentí

_ No puedo dejar que esto suceda –dije y sonreí maliciosamente- Yo soy la que seguramente terminare en la caina y no pienso compartir mi eterno castigo con ese maldito. Nicholas, busca a Raphael, Miguel y Daniel y diles que nos vamos. Gabriel, toma el libro de Dante y acompáñame.

_ ¿A dónde? –pregunto él y respire hondo

_ A ver a mi madre –dije

Nicholas me miro durante un largo rato y luego asintió antes de partir. Suspire al ver el arma aun entre mis manos y la guarde. Gabriel entro sin decir palabra alguna y tomo el libro que aun reposaba sobre el escritorio. Realmente estaba a punto de meterme en un grave problema. Salí de la habitación seguida por Gabriel. Trague con dificultad mientras caminaba, sabiendo lo que me esperaba. Pero yo ya había tomado mi decisión, tan solo necesitaba armar un plan antes de actuar. Pero antes de todo eso, debía enfrentarme a mi mamá.

El caos reinaba por los pasillos de las oficinas, al parecer Jude ya se había ocupado de hacer saber la noticia respecto a quien era la mano izquierda de Lucifer. Me detuve frente a la puerta de la oficina de ella y clave mi vista en el suelo. Sonreí al ver mis botitas de cuero y tome fuerzas antes de entrar. Ella estaba sentada en su elegante escritorio, disfrutando de una taza de café. Levanto la vista al verme entrar y luego miro a Gabriel. Él se mantuvo a un lado y avance unos pasos hasta estar frente a su escritorio.

_ ¿Qué hace un servidor del Consejo aquí? –pregunto ella

_ Me voy –dije y la taza tembló en su mano

_ ¿Qué? –dijo atónita

_ Lo que oíste, me voy –dije- Iré tras la mano izquierda de Lucifer y no pienso volver hasta haber recuperado lo que tomo.

_ Katherin... –dijo ella y le sonreí dulcemente

_ Realmente aprecio todo lo que has hecho por mi pero tus tiempos ya han pasado –dije- Esta es mi batalla, no tuya. Tú ya has peleado, has vencido y te has ocupado de cuidarme todo este tiempo. Y realmente te agradezco todo eso, pero llego el momento de que continúe sola. Estaré bien, después de todo, has sido tu quien me ha criado.

_ ¿Al menos tienes idea de lo que vas a hacer? –pregunto ella

_ Sinceramente no –dije y mi sonrisa solo se ensancho- Pero te prometo que no me dejare caer tan fácilmente. Te mantendré informada y serás la primera persona a la que vea cuando vuelva. Pero mamá, tengo que ir. Es mí deber, divino y maldito. No puedo dejar que la mano izquierda de Lucifer se salga con lo suyo. Habla con Jude, te pondrá al tanto. Aun no estoy muy segura de lo que haré, pero te lo haré saber antes de partir.

_ ¿Por qué siento que no debería dejarte ir? –pregunto ella con temor, poniéndose en pie

_ Por que eres una buena madre y te preocupas por mí –dije

_ Por favor cuídate –dijo ella- Esto no es una tontería.

_ ¡Hey, estaré bien! Tú pudiste con Lucifer. ¿No es así? Seria ridículo entonces que siendo tu hija no pudiera con la mano izquierda de Lucifer –dije

_ Kat, no es lo mismo –dijo ella

_ Pero soy una guardiana y es mi deber –dije

_ ¿Quién es él? –pregunto ella

_ Gabriel Luteri, el muchacho que interrumpió en el juicio a Alexander Engel –dije

_ ¿Es confiable? –Pregunto mi mamá y asentí- Por favor cuida muy bien de mi hija, es lo más importante que tengo.

_ No tiene de que preocuparse –dijo él

_ Rezare por ti cada noche –dijo mi mamá

_ Volveré en cuanto pueda –dije y ella sonrió apenas

_ Me recuerdas a mí a tu edad –dijo

_ Ya lo creo, metiéndote en problemas todo el tiempo y enamorándote de quien no debías –dije y le devolví la sonrisa

Sin más preámbulos me di vuelta y salí de su oficina. Gabriel me siguió casi al instante, sumido en sus propias deducciones. Pero por más que debería estar prestándole atención a Gabriel y preocupándome por lo que él pudiera llegar a saber, mi mente estaba en otra parte. Estaba tratando de pensar que iba a hacer, de planear un modo de encontrar a Alex. ¡Estúpido ángel que se había metido en problemas! Él lo había sabido, estaba segura de aquello. Apenas lo viera le diría mil maldiciones.

_ Aquella era... –dijo Gabriel vacilante

_ Caroline Chevalier, si –dije

_ Pero entonces tu eres... –dijo él

_ Katherin Strega Chevalier, su hija –dije

_ Pero entonces... –dijo él- Tu eres...

_ Mitad ángel –dije

_ Maldición –mascullo él

_ ¿Qué? ¿Acaso te molesta? –pregunte sorprendida

_ No, le debo dinero a Daniel entonces –dijo él y reí apenas

_ ¿Qué? ¿Daniel siguió experimentando con mi sangre tratando de ver que era y descubrió que era en parte ángel? –pregunte divertida

_ Exactamente –dijo Gabriel- Tu sangre es la mezcla de la de un brujo y la de un ángel. Mira que he oído cosas locas últimamente pero lo que me entere en todo este día lo supera todo. Resulta que Christ Engel es la mano izquierda de Lucifer, Adrian Strega el brujo más poderoso del mundo no acabo con Caroline Chevalier sino que se caso con ella y tú eres mitad ángel y mitad bruja.

_ Yo siempre dije que no era una bruja normal –dije

_ ¿Desde cuando lo sabes? –pregunto él y me di vuelta para mirarlo

_ ¿Quieres seguir creyendo que yo soy la mala de la historia o quieres que te diga la verdad y es que me prohibieron que les dijera lo que era? –Pregunte- Gabriel, todo lo que oíste esa tarde era en parte mentira y en parte verdad. Yo sirvo a Solcius pero ellos no son malvados. Mi padre conoció a Caroline Chevalier pero no acabo con ella. Yo soy la guardiana del Sol, mi deber es encontrar al mejor ángel y al mejor brujo de esta generación pero no planeo matarlos, los protegeré y defenderé.

_ ¿Y lo otro? –Pregunto Gabriel, su mirada estaba llena de desesperación- A mi no me importaron aquellas cosas. Me dolió que me hubieras mentido al respecto pero no les di importancia. Dijiste que lo que escuche esa tarde era en parte mentira y verdad. ¿Entonces es cierto que engañaste a Alexander?

_ Eso es diferente –dije y evite su mirada

_ ¿Lo engañaste o no? –pregunto Gabriel y suspire

_ Yo no lo engañe, en ningún segundo. Me besaron contra mi voluntad que es diferente –dije

_ Katherin, yo te conozco, tú no dejarías que eso pasara –dijo él

_ Por eso tengo la mano así –dije y levante mi mano izquierda- Mi mano derecha es la de un ángel, no puedo usar instrumentos malditos. Pero mi mano izquierda es la de una bruja. Era la única mano que tenia libre y la única arma que me quedaba era un cuchillo bendito, por eso mi mano ahora esta así. Por que la utilice para deshacerme del maldito que se había atrevido a besarme. Ustedes me acusaron de muchas cosas. Es cierto, yo los engañe y les mentí pero por que aquellas habían sido mis órdenes. Pero si hay algo de lo que me acusaron y no era cierto, fue de haber engañado a Alexander con otro hombre.

Suspire y me di vuelta, continuando con mi camino. Ya habría tiempo después para aclarar los problemas del pasado, por ahora solo trataba de pensar en que haría. Necesitaba un plan y rápido, necesitaba saber que le había sucedido a Alex y que debía hacer. Me ate el cabello en una alta cola de caballo mientras continuaba pensando. Necesitaba concentrarme y planear perfectamente cada paso si deseaba ganarle en esta al encapuchado. Hice una mueca internamente, ya no seria lo mismo ahora que sabía que era Christ.

_ ¿Hay modo de saber si un ángel sigue vivo? –pregunte

_ Mediante sus plumas –dijo Gabriel

_ Perfecto, sabia que para algo te había dicho que tomaras el libro –dije- Ábrelo en la pagina marcada y fíjate.

_ Aun conservas su pluma –dijo Gabriel sorprendido

_ Si, me olvide de devolvérsela cuando lo mande al demonio –dije tranquilamente

_ No más que un ángel patético que vive tras la sombra de su hermano... –susurro Gabriel

_ ¿Qué? –pregunte

_ Nada –dijo él rápidamente

Aun así lo mire de soslayo por más que él no se dio cuenta. Aquello no era nada, yo reconocía perfectamente mis propias palabras. ¿Pero como demonios tenia él el modo de saberlas? Sacudí apenas la cabeza. No, tenia otras cosas de las cuales ocuparme antes. Por empezar... ¿Cómo demonios haría yo para encontrar a Alex? No tenía la menor idea de que le había sucedido y ahora pretendía salvarlo. Esto definitivamente estaba mal. Y aun seguía intentando encontrarle la lógica a toda la situación. ¡Un ángel le había vendido su alma a Lucifer! ¿Cómo era aquello posible? ¡No tenia lógica alguna! Y sin embargo era exactamente aquello lo que había sucedido y aquí estaban las consecuencias. ¡Maldito ángel que me había engañado, que había jugado conmigo todo el tiempo!

_ Hay que decirle a los demás esto –dije- Y planear que haremos. Si realmente deseamos ganarle esta partida a la mano izquierda de Lucifer, tenemos que saber muy bien lo que vamos a hacer.

_ He convivido con él estos últimos meses y te puedo decir que no será nada fácil –dijo Gabriel- En todo este tiempo él jamás se ha equivocado respecto a algo o ha perdido.

_ Siempre existe una primera vez –dije

_ ¿Kat, por que haces esto? –Pregunto él- ¿Por qué decidiste ayudarnos?

_ Ya te lo dije, seguramente yo terminare en la caina y no pienso compartir mi eterno sufrimiento junto a ese maldito –dije

_ ¿Realmente piensas matar a tu hermana? –pregunto Gabriel

_ Yo no tengo hermana –dije y apreté los dientes- Solamente una maldita con la que comparto sangre.

_ ¿Qué? –dijo Gabriel atónito

_ Cierto que tu no estabas cuando me pelee con ella –dije al recordarlo- Casi la mato, estuve muy cerca de hacerlo. Le perdone la vida, no me rebajaría a su nivel de matarla simplemente por goce. Aun así, ella sigue sirviéndole a ese maldito y hará cualquier cosa para defenderlo y que yo no le haga daño. Y, lamentablemente para ella, me tiene sin cuidado lo que le pueda pasar y la atacare sin piedad si es necesario. No me importa si tengo que matarla para llegar a la mano izquierda de Lucifer.

_ Katherin, es tu hermana –dijo Gabriel

_ No me importa –dije

Mire al frente a Nicholas que ya se había ocupado de hacer su trabajo y había reunido a los demás a las puertas del transportador. Suspire, aquí empezaba todo. Pero por empezar, tenia que poner a los otros al tanto antes de actuar. Mire a Nicholas, él parecía de acuerdo en mi decisión y asintió tan solo una vez. Sonreí apenas al reencontrarme con él antes de fijarme en los demás.

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