Capitulo 15: Deber y accion


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Continué apoyada contra la pared, vigilando cada cosa que el director hacia y cada palabra que pronunciaba. Por suerte, Adam fue mucho más cuidadoso a la hora de hablar y no volvió a causar sospechas en Alex. O al menos Alex se guardaba sus sospechas y solo se limitaba a asentir.

_ Así que hablas y entiendes varios idiomas –dijo el director, meditándolo- No se si pensar que eso es bueno o es malo.

_ Eso depende si usted quiere que entienda de que habla con sus compañeros o no –dijo Alex- Según me han dicho, no tienen problemas para comunicarse ya que utilizan traductores que les permiten oír a los demás en su mismo idioma. Claro, yo en este momento no tengo ninguno por lo que oigo a cada cual en su propio idioma.

_ Sabes una cosa, me caes bien –dijo el director

Sentí a alguien golpear la pared de cristal sobre la cual estaba apoyada y me di vuelta para ver a Darren. Parecía algo alterado y no pude evitar mirarlo con curiosidad. Me hizo señas preguntando si podía pasar y asentí. Él irrumpió en la oficina sin aguardar un segundo y entonces se detuvo en seco frente al escritorio al ver a Alex sentado frente al director. Reí por lo bajo ante su expresión totalmente en blanco y vi como él retrocedía un paso.

_ Lamento interrumpir –dijo Darren- Pero es un asunto importante.

_ En este caso, creo que tiene suerte –dijo Alex y sonrió- No entiendo ni una palabra del italiano.

_ ¿Qué dijo? –pregunto Darren

_ Que no entiende ni una palabra del italiano –dije y lo mire con curiosidad- ¿Eres italiano? No lo sabia, me acabo de enterar.

_ Si, soy de Venecia –dijo Darren

_ ¿Si no hablas italiano ni lo entiendes como es que sabes que él esta hablando en italiano? –pregunto el director

_ Reconozco el acento –dijo Alex- Además, Katherin sabe italiano.

_ Adam, yo te puedo asegurar que no entiende ni una palabra –dije

_ Esta bien –dijo el director y miro a Darren- ¿De que es aquello que deseabas hablarme Darren?

_ Llego un mensaje desde Sydney diciendo que se encontraron varios cuerpos por la ciudad entre los cuales se incluyen 7 de ángeles y 4 de brujos. Revise los archivos y todos tenían alto rendimiento. Ademas de que un niño licántropo aseguro haber visto a un encapuchado vigilando la escena. En otras palabras, el oscuro sigue tratando de encontrar lo que busca –dijo Darren- La caballera desea verlo y discutir este asunto con usted pero primero tiene algo importante que hacer. Katherin, ella te anda esperando, dice que es importante.

_ Ya se, ya se –dije y puse los ojos en blanco- Estoy en problemas por desobedecer.

_ No, no es por aquello –dijo Darren mirándome de algún modo preocupado- Ella dijo que no era personal y que debía hablar contigo. Tiene una misión para ti, te espera en la sala de armas.

_ ¿Qué? No puede hacerme esto, no puedo ir ahora –dije

_ Katherin ve –dijo el director y me miro seriamente- No puedes negar tu obligación.

_ Estaba mejor antes –dije cruzándome de brazos

_ Kat, es importante al parecer –dijo Darren mirándome casi de un modo suplicante- Eres la única capacitada para este tipo de asuntos, ya lo sabes.

_ Ve ahora mismo –dijo el director, aunque mas bien pareció una orden- Es tu deber por quien eres.

_ Esta bien –dije y mire a Darren- ¿De que se trata?

_ Dijo que saldrías, si te apuras podrás volver para el mediodía –dijo Darren- Conseguimos la pista del oscuro y sabemos donde esta. Ella te lo explicara mejor, cuanto antes vayas antes vuelves.

_ Vuelvo en un rato –dije, poniéndome en pie y el director me miro seriamente

_ Ten cuidado –dijo él y sonreí

_ Tengo cuentas pendientes con él, será un placer enfrentarlo –dije- No volveré a caer en lo mismo y me siento lista.

_ Cuida tu sangre –dijo Darren y me detuvo antes de que saliera- Un minuto, una cosa mas –dijo y toco la marca de mi espalda- Que el sol te acompañe y proteja.

_ Gracias –dije sin saber exactamente que decir

Me retire de la oficina, aun sin saber que había sido lo último que Darren había dicho. Camine por el pasillo, aun sintiendo curiosidad ante sus últimas palabras. Llegue hasta la sala de armas en cuestión de minutos y no me sorprendió encontrar la puerta abierta. Entre y la puerta se cerro detrás de mi. El lugar cumplía al pie de la letra con su nombre y mi mamá ya se había encargado de juntar un par de cosas en la mesa en el centro de la sala. Me acerque y ella me miro seriamente, dejando un maletín arriba de la mesa y sacando las llaves que lo abría de su bolsillo.

_ ¿Es tan serio como lo haces parecer? –pregunte acercándome y ella asintió

_ Aun más –dijo ella

Introdujo las llaves en el maletín y al instante escuche el clic cuando la cerradura cedió. El maletín se abrió sin problema, dejando las tres plateadas y relucientes armas que portaba dentro a la vista. Trague saliva, sabiendo que aquellas armas eran las únicas que podían matarme sin importar quien las utilizara. Ella tomo con firmeza la que estaba en el medio y me la tendió.

_ Ten cuidado –dijo seriamente

La tome, tratando de dejar de lado todo temor que el arma pudiera causarme. En cierto modo era hermosa, tenía grabada sobre el metal una hermosa y letal rosa. Pase los dedos sobre el grabado, apreciando tanto los bellos pétalos como las cortantes espinas. La aprecie durante varios segundos, viéndola como mas que una simple arma. Era hermosa y a la vez letal, dura pero a la vez suave, fácil de manipular para mis manos. Si, definitivamente, esta era más que una simple arma.

_ No es la misma que me prestaste la otra vez –dije, mirando a mi mamá casi de un modo inocente

_ Lo se, y no te la voy a prestar –dijo ella y sentí el pánico invadirme

_ ¿Qué? –exclame, preocupada por no poder tener mas aquella hermosa arma

_ Es tuya –dijo ella, dejándome casi boquiabierta- Lo he pensado durante mucho tiempo y creo que estas lista para portarla. Al igual que tu papá te dio una de sus dagas gemelas aquella vez y la otra se la dio a Diana, yo te entrego esta arma. Es única y confío en que tú debes ser la única que debe portarla.

_ Pero... Pero... –no sabia que decir, estaba perpleja

_ Diana será mayor que tu pero no esta lista para portarla –dijo mi mamá- Lamentablemente no confío suficiente en ella como para entregarle algo así. Una vez me preguntaste si tenía un instrumento sagrado al igual que cualquier otro ángel de familia importante, creo que aquí tienes tu respuesta.

_ Entonces... –dije, mirando la pistola entre mis manos- Pero... No tiene sentido. ¿Cómo es posible?

_ Kat, ya te lo he dicho, no somos una familia normal. Esta arma perteneció al primer caballero en pisar tierra y es especial, se adapta al tiempo en que te encuentres –dijo ella- Como veras, las otras dos armas son imitaciones y su efectividad no es al cien por ciento. Kat, yo se que no somos de todo una familia normal...

_ Para nada –dije y ella se limpio los ojos llorosos por la emoción y sonrió

_ Pero aun así, jamás creí que podría compartir este momento con alguna de mis hijas –dijo ella y me abrazo fuertemente- No tienes idea de lo orgullosa que me siento de ti. El paso de un instrumentos sagrado de un mayor a la siguiente generación es muy importante y yo se que sabrás usarlo con responsabilidad. Llegaste a este lugar siendo apenas algo más que una bruja. Pero ahora puedo asegurar que también eres totalmente un ángel.

_ Mamá, por favor, deja de llorar –susurre y ella negó con la cabeza

_ Ya no eres mi niñita –dijo ella- Ahora eres perfectamente una guardiana y estoy segura de que cumplirás al pie de la letra con tu deber de mantener el equilibrio entre el bien y el mal. Estoy orgullosa de ti.

Ella me abrazo fuertemente una última vez y finalmente me soltó. Me separe de ella, mirándole feliz y ella me sonrió a pesar de las lagrimas. Le devolví la sonrisa y ella se limpio las lágrimas con la mano.

_ Creí que un ángel no podía llorar en publico –dije sonriendo

_ Así es, demasiado orgullo en ese sentido –dijo ella- Tan solo los familiares muy cercanos te pueden ver llorar.

_ Entonces tendré que aprender a controlar mis lágrimas –dije y ella sonrió, pasando a un lado mío

_ No todas las normas se aplican en ti Katherin –dijo ella y volvió a su trabajo en la mesa

_ ¿Qué me toca hacer? –pregunte uniéndome

_ Tenemos la posición exacta del oscuro pero no estará ahí durante mucho mas tiempo –dijo ella y me miro seriamente- ¿Estas dispuesta a ir y enfrentarlo?

_ Si –dije firmemente

_ Entonces debes ir preparada, en Sydney es mas de medianoche –dijo ella

Ella extendió un manto lleno de todo tipo de armas sobre la mesa y luego me lanzo tres prendas. Las sostuve y las mire. Negro, no me sorprendía el color considerando que seria de noche y necesitaba pasar desapercibida. Sin aguardar ni un solo segundo pronuncie el hechizo y mis ropas se intercambiaron en un segundo, dejando sobre mis manos las ropas normales.

_ Sabes una cosa, se siente cómoda –dije dejando mis anteriores ropas sobre la mesa

_ Tendrás toda libertad de movimiento, esta hecha para combatir –dijo ella- Ahora escúchame bien, esta no es una misión cualquiera. Te iras a enfrentar con la mano izquierda de Lucifer.

_ Lo entiendo –dije- ¿Qué llevo?

_ Te ayudare en esta solo por que es tu primera misión oficial, luego aprenderás a hacerlo sola –dijo ella y empezó a pasarme las cosas- Tres cuchillos bendecidos y dos malditos, ten mucho cuidado con que mano utilizas cada uno.

_ Si mamá –dije y los guarde en el cinturón

_ Pásame el arma un segundo –dijo ella

Obedecí al instante y ella se acerco a mí, abriendo y fijándose en el interior de mi chaqueta. Saco de un bolsillo interno una gruesa cadena que engancho al arma y luego la guardo en su lugar correspondiente en un bolsillo interno. Se debía admitir que la chaqueta era ideal para cargar armas.

_ De ese modo será imposible que la pierdas –dijo ella y me entrego mi daga- Llévala también, podría serte útil. Kat, en esta ocasión estarás sola, cuídate mucho.

_ No te preocupes –dije y ella suspiro

_ Lo lamento pero solo tu puedes enfrentarte a él y no podemos dejar que siga causando tantas muertes en aquel lugar –dijo ella- Sigue un patrón por lo que pudimos determinar el próximo lugar y momento en el que atacara. Tu deber es detenerlo antes de que mate a un brujo.

_ Entendido –dije y ella suspiro nuevamente

_ Y Kat, trata de no resultar herida –dijo- Ya no me importa si consigue tu sangre o no, solo quiero que regreses.

_ Lo haré y sin ninguna herida –dije y sonreí- Confía en mí.

_ Confío en ti pero no tienes idea de lo que me cuesta mandarte frente a ese sujeto –dijo ella y me miro- Pero se que estas preparada.

_ Mamá, yo quiero ir a enfrentarlo –dije- Se que solo yo soy la única capaz de enfrentarme a él pero no tienes por que lamentarte por esto. Además, tengo cuentas pendientes con él ya que ha estado hiriendo a muchas personas importantes para mí. Volveré sin ningún corte, ya lo veras.

_ Me recuerdas a mi a tu edad –dijo ella y sonrió- Rezare por ti. Cuídate mucho Kat.

Asentí y fue cuestión de que mi mamá pronunciara unas palabras para que ya no estuviera mas en la sala de armas. Mire para todos lados, fijándome en que era plena noche y estaba en la azotea de un edificio. Suspire, y pensar que hacia segundos se suponía que estaba en un lugar donde era la mañana y aun no había desayunado. Definitivamente todo cada vez estaba mas extraño. Desenfunde mi daga, lista para actuar en cualquier segundo y me pare en el borde de la azotea mirando al callejón que se extendía debajo de mí.

­_ Occultāre –dije

Al instante mi presencia quedo totalmente oculta y sonreí sabiendo que el encapuchado no podría tomarme por sorpresa esta vez ya que no me sentiría. Camine por el borde de la azotea, sin dejar de mirar hacia abajo en busca del brujo que el encapuchado deseaba asesinar. Los minutos pasaron bajo la calurosa noche que era en Sydney e increíblemente todo era paz y silencio. Trate de no alejarme mucho de la zona, después de todo, se suponía que el encapuchado atacaría por aquí. Luego de recorrer el área varias veces para familiarizarme y que esto me ayudara a la hora del combate, finalmente me canse y me senté en un borde. Me concentre en el lugar, en sentir y olfatear hasta lo más mínimo pero sin lograr captar ninguna presencia o detestable aroma a rosas.

_ Tengo para tiempo –susurre

Me recosté, con la vista clavada en el cielo estrellado. Mis pensamientos corrieron y no pude evitar pensar en Alex, en que lo había dejado solo frente al director, en que seguramente estaría pensando en que asunto me acababa de meter. Suspire. Si, no había duda, él algo debía sospechar. ¿Por qué ahora todo parecía ser tan complicado? Y aun seguía en mi mente el recuerdo de Nicholas, él era el único que podía ayudarme a develar todo este misterio que había tras el encapuchado. Pero lamentablemente él parecía haber sido tragado por la tierra.

Me levante apenas sentí la presencia de un brujo y me volví a sentar al borde de la azotea, vigilante. Un muchacho caminaba por el callejón, el cabello oscuro le caía sobre los ojos ya que lo hacia con la cabeza gacha y un triste paso. No debía tener muchos mas años que yo pensé mientras lo veía pasar con las manos en los bolsillos. Casi al instante el intenso y detestable aroma a rosas se hizo presente y levante la vista. Vi al encapuchado pasar rápidamente por el edificio de enfrente y saltar al callejón. Sonreí, aquí empezaba el espectáculo.

Salte y caí detrás de él sin hacer el mas mínimo ruido. No pude evitar sonreí al ver que él aun no se había percatado de mi presencia. El brujo reacciono y se alejo justo a tiempo cuando el encapuchado cortó el aire en el mismo lugar donde el muchacho había estado hacia segundos. Aproveche aquel momento y me agache, girando sobre mi misma y tumbando al encapuchado con mi pierna. Me puse en pie de un salto y tome dos cuchillos, uno bendito y uno maldito, cada uno en su correspondiente mano. Los cruce cuando el encapuchado quiso ponerse en pie y en un segundo tenia su cuello entre ambos filos. Una sonrisa maliciosa se fue abriendo paso en mi rostro y él apretó los dientes. El brujo no perdió mas tiempo y salio corriendo.

_ Maldición –mascullo el encapuchado al ver a su victima huir

_ Métete con alguien de los tuyos –dije

_ Debo admitir que no me esperaba esto de ti Katherin –dijo él- ¿Ya has superado el hecho de que tu existencia es debida a mi?

_ Ese truco no volverá a funcionar conmigo –dije y lo fulmine con la mirada- Ahora, quítate la capucha y muéstrame tu identidad o te atacare.

_ Como tu quieras Katherin –dijo él y sonrió

Se movió tan rápido que no pude reaccionar a tiempo. En menos de un segundo ya no lo tenía entre mis filos sino que estaba detrás de mí con un brazo alrededor de mi cuello. Sostuve ambos cuchillos hacia atrás de modo que la punta de estos le tocaba a él el abdomen. Estaba consciente que de un rápido movimiento podría romperme el cuello pero yo no lo dejaría salirse tan fácilmente con la suya. No esta vez.

_ Supongo que deberé empezar a tomarme esto como mas que un juego –susurro él en mi oído

_ Supones bien –dije

_ Sabes una cosa, debe ser muy feo ser tu –dijo, su helado aliento me acariciaba la piel del cuello y me hacia estremecer ligeramente- Tener que engañar a la persona que mas amas. Saber que si fallas en lo que se te encarga, mancharas el nombre de tu familia. Tener una hermana que se alía con tu enemigo. Tener que soportar al ángel y la bruja que conviven dentro de ti. Sabes, hasta me atrevería a decir que sigues pensando en tu ex-novio. ¿Realmente eres feliz con tu doble vida?

_ Mi vida no será perfecta –dije y respire hondo antes de actuar- Pero es la que me toco y me gusta.

Levante bruscamente un brazo y le pegue un codazo en el medio del pecho, dejándolo sin aire. Al instante él me soltó y fui libre. Tome firmemente los cuchillos antes de darme vuelta y encararlo. Él retrocedió rápidamente y de un salto volvió a la azotea. Casi reí ante el hecho, ahora era él quien huía y yo quien lo perseguía. Salte y comencé a seguirlo por las azoteas sin dejar de tener todos mis sentidos alertas por si esto no era más que una trampa. El encapuchado desapareció de mi vista y me di vuelta, cruzando los cuchillos delante de mi justo a tiempo para detener un ataque suyo con un cuchillo.

_ Esto es más de lo que esperaba de ti –dijo

_ Aun no he comenzado –dije

_ Yo tampoco –dijo él

Saltee hacia atrás cuando él intento patearme y sonreí al ver su furia por fracasar. Lo embestí sosteniendo ambos cuchillos y él se hizo a un lado, evitándome con gran facilidad y gracia. Gire y en un instante mis cuchillos chocaron con dos suyos. La maldita capucha seguía sin permitirme ver mas allá de sus labios rosados y finos que resaltaban ante su pálida piel. ¿Acaso tan difícil era deshacerme de aquella maldita capucha del demonio? Y por más que lo intentaba y no dejaba de mirarlo fijamente, casi esperando encontrarme con sus ojos, mientras mis cuchillos forcejeaban con los suyos. Nada. Simplemente no veía nada más que aquello.

_ ¿Por qué tu puedes saber mi identidad y yo no la tuya? –Pregunte y me aleje un paso de él cuando rompió mi defensa- Eso no es justo.

_ La vida no es justa gatita –dijo él- Y a diferencia tuya, yo puedo hacer lo que quiera de ella.

_ Has maltratado a mi hermana –dije, defendiéndome de un ataque suyo- Has atacado a mis amigos. Has torturado a mi novio en sus sueños y hasta has jugado conmigo. No creas que dejare que te salgas con la tuya. Evitare que cumplas tu cometido, lo haré de un modo u otro.

_ Entonces inténtalo –dijo él y sonrió- Adelante, ven tras de mi, intenta matarme. Sábelo, nadie lograra detenerme con lo que tengo en mente.

_ Yo podré detenerte –dije, atacándolo y él se defendió

_ Gata que maúlla no rasguña –dijo él

_ Créeme que yo rasguño y enserio –dije

En ese momento rasguñe su cuello, dejándole tres largos cortes gracias a mis uñas de modo que no pude evitar sonreír. Él apretó los dientes y de algún modo me fulmino con la mirada. Me agache y sus cuchillos cortaron el aire. Quise herirlo pero él de un ágil salto hacia atrás evito mis filos. Esta vez fui yo la que retrocedí cuando él intento atacarme y sus cuchillos pasaron peligrosamente cerca de mi vientre. ¡Y pensar que hacia unas horas me había despertado en los brazos del hombre que amaba y ahora estaba arriesgando mi vida frente a este sombrío sujeto!

_ Sabes una cosa, creo que este es el combate mas largo que hemos mantenido –dije

_ Y también la conversación –dijo él atacándome nuevamente y me defendí- ¡Interrumpiste mi trabajo!

_ ¡Le salve la vida a un brujo! –dije, atacándolo y él se defendió

_ Con los meses que me había tomado localizarlo –dijo él- Esto te costara caro Katherin.

Se movió demasiado rápido para que pudiera verlo y me pateo por un costado. Caí al suelo ante la fuerza de su golpe, rodando, y no pude evitar toser tierra una vez que me detuve. Mire hacia arriba y sofoque un grito. Gire rápidamente y el cuchillo se clavo justo donde hacia menos de un segundo había estado mi rostro. Me quede helada al ver el cuchillo clavado frente a mi y el frío me recorrió al saber que eso habría significado mi muerte. Me puse en pie de un salto y otro de sus cuchillos se clavo frente a mis pies. Él lanzo una especie de gruñido al ver que de nuevo había fallado y recupero sus dos cuchillos. Vi mis anteriores armas tiradas lejos de mí y tantee mi cintura tomando otros dos.

_ ¿Por qué no te quedas quieta así acabo contigo de una maldita vez? –pregunto él acercándose a mi

_ Mi existencia quizás será debido a ti pero la dedicare a detenerte –dije, retrocediendo aun mas- Es parte de mi deber.

_ Es extraño considerando que hace un tiempo me dijiste que tu deber era otro –dijo él sin dejar de avanzar- ¿Qué fue lo que me dijiste? ¿Qué tu deber era proteger a Alexander? Por lo veo no lo estas cumpliendo muy bien ya que yo lo puedo atacar libremente en sueños.

Retrocedí aun mas hasta que mi espalda se choco contra un muro. Sentía miedo, temía sabiendo que él atacaría a Alex sin piedad. El encapuchado siguió avanzando hacia mí, sonriendo por haber encontrado el modo de vencerme esta vez. Mire para todos lados, tratando de encontrar una salida de esta y entonces mi vista se clavo en mis botitas acordonadas. Pensé rápido, era hora de estrenar la única modificación que aun no había probado de Jude. Hice presión tal como él me había indicado y en un segundo la cuchilla de mi bota derecha salio. Di fuertemente una patada al aire, consiguiendo cortar la mano del encapuchado y su cuchillo salio volando hasta perderse. La cuchilla se volvió a guardar en cuanto mi pie estuvo otra vez en el suelo y él encapuchado me empujo fuertemente contra el muro. Estuvo en un instante a mis espaldas, sosteniéndome aun mas contra el muro de modo que este me raspaba un lado del rostro.

_ Yo no lo permitiré –dije, apenas pudiendo hablar por la presión causada por él- No te dejare que lo sigas atacando. No me importa cuales sean tus asuntos con él, yo no te permitiré que le hagas daño. Te dije que lo protegería y cumpliré con mi palabra.

_ ¿Enserio Katherin? Tu tiempo esta más cerca de acabarse que nunca. Tic, toc, tic, toc, tic, toc –dijo él- No podrás protegerlo todo el tiempo.

_ Si que podré –dije con esfuerzo- Si pude protegerlo de Nick podré protegerlo de ti.

El encapuchado me tomo fuertemente por el cuello de un modo que no pude evitar gemir. Nuevamente volvió a golpearme contra la pared y mis dos cuchillos cayeron al suelo. Él sonrió y los pateo lejos de mí mientras seguía sosteniéndome fuertemente. Ahora estaba de frente a él, teniéndolo peligrosamente cerca y teniendo dificultad para respirar. El encapuchado sostuvo mi mano derecha contra el muro, tomándola por la muñeca, y continuó sosteniéndome por el cuello pero sin ejercer tanta presión.

_ ¿Y que piensas hacer Katherin? –pregunto él

_ Me mantendré en pie hasta el último segundo y luchare hasta que mi corazón deje de latir –dije y sonreí a pesar del dolor que sentía por su agarre- No dejare que la oscuridad me gane, no dejare que tú me ganes.

_ No creo que te resulte tan fácil si después de todo la tonta de tu hermana esta dispuesta a dar su vida por mí –dijo él y sonrió- Ah, te habías olvidado de ella.

_ Tú no la amas, ni siquiera sientes algo por ella –dije y él me golpeo nuevamente contra el muro- Eres un maldito. La has estado maltratando y golpeando todo este tiempo.

_ Merece ser castigada por sus errores –dijo él

_ ¡Y encima te atreves a decir que lo haces con una razón! –Exclame- Eres despreciable. No dejare que sigas torturándola, ni a ella ni a los demás.

_ ¿Qué? ¿Tampoco dejaras que siga divirtiéndome con Alexander? –Pregunto él y se acerco más a mí- Sabes una cosa, yo creo que él no te merece. Creo que no se da cuenta de la persona que realmente tiene al lado y no te aprecia como debería.

_ Es extraño oírte hablar de eso considerando como tu tratas a mi hermana –dije casi riendo y él me volvió a golpear contra la pared

_ Son diferentes situaciones Katherin –dijo él elegantemente y sonriendo

_ No es una novedad –dije

_ Te mereces algo mejor que ese tonto ángel –dijo él

_ Llámame conformista pero lo amo mas que a nadie –dije

_ Eres terca –susurro él y me quede helada cuando su mano soltó mi cuello y acaricio mi cabello

_ Sueltamente –dije y él río tenuemente sin el mas mínimo deje sombrío en su risa

_ ¿Por qué? ¿Temes que te guste? –pregunto él

_ Eres demasiado sombrío para mi gusto –dije

_ Eso es por que no me conoces realmente –dijo él y su mano descendió, acariciándome el rostro y deteniéndose en mi mejilla

_ Créeme que tampoco quiero hacerlo –dije, girando mi rostro

_ Entonces lo lamento por ti Katherin –dijo

Quise evadirlo sin resultado. Mi mano derecha estaba siendo sostenida contra el muro siéndome totalmente inútil y mi mano izquierda estaba siendo aplastada entre mi espalda y la pared. Él con su mano libre tomo mi rostro por la mandíbula y me obligo a mirarlo. Su mano me tapo los ojos y sostuvo mi cabeza contra el muro, siempre al frente. Sus labios presionaron contra los míos, causando que la sangre me hirviera ante la furia que sentía. ¡Maldito! ¿Quién demonios se creía para besarme? Deseaba matarlo ahora mismo pero no me podía ni mover ya que su cuerpo, presionando contra el mío, me mantenía totalmente inmóvil. Trate de liberar mi mano derecha para golpearlo pero él simplemente me sostuvo mas fuertemente por la muñeca y continuo besándome. Forcejee con mi brazo izquierdo, ignorando el dolor que me causaba al rasparse contra el muro y tratando de liberarlo a toda costa. Sentí como el concreto raspo totalmente mi mano cuando tire de ella y logre liberarla pero no me importo. Rápidamente tome el único cuchillo que me quedaba en la cintura, sintiendo como este me quemaba terriblemente por ser bendito y estar tomándolo con la mano izquierda pero lo ignore.

_ Vete al demonio –masculle aun teniendo sus labios contra los míos

De un rápido movimiento le clave el cuchillo en su abdomen, haciendo que él me soltara y retrocediera. Me limpie la boca y escupí a un lado antes de patearlo fuertemente y lograr tirarlo hacia atrás. Tome el cuchillo con más firmeza, ignorando el hecho de que seguramente este me estaba destruyendo la mano, y avance hacia él. Lo volví a patear mientras el encapuchado se retorcía de dolor en el suelo y giro hasta caer por la azotea. Sus manos se aferraron fuertemente del borde y me pare ahí, mirando desde arriba como él colgaba.

_ Eres un maldito, despreciable, hijo del demonio –dije mientras pisaba con fuerza una de sus manos y él gritaba de dolor

_ ¿Qué sucede? –Pregunto- ¿No te gusta que otro ángel te toque?

_ Tú no eres un ángel –dije, sacando el arma y apuntándolo

_ Soy lo mismo que tu Katherin –dijo él

_ Jamás serás un ángel –dije

Apreté los dientes y tire del gatillo. Él me tomo de los tobillos en ese momento y el tiro se desvió, dándole en el hombro izquierdo. Al instante me soltó y cayó desde esta altura. Maldije por haber fallado en el tiro y volví a acercarme al borde. El callejón estaba vacío, el encapuchado había huido dejando rastros de un hechizo de transporte tras de si. Grite, furiosa por que el maldito siguiera con vida. Me vengaría. Esto no se quedaría así. Él no era nadie para besarme.

Me agache y deje el cuchillo a un lado en el suelo, examinando mi mano izquierda totalmente destrozada. Suspire, sabia que no debía usar instrumentos benditos con esa mano pero no me había quedado otra alternativa. Busque por la azotea y recupere los otros cuatro cuchillos, volviéndolos a guardar en mi cintura. Volví al lugar desde donde el encapuchado había caído y lo examine más detenidamente. Me sostuve del borde de la azotea, colgando del mismo lugar del que él había colgado para fijarme y buscar hasta el más mínimo rastro que pudiera ayudarme. Me balancee varias veces para examinar la zona y sonreí al encontrar un pedazo de camisa, seguramente de la manga. De un salto volví a estar sobre la azotea y ate la tela manchada de sangre al cuchillo que lo había herido y seguía conservando su sangre. Mire con curiosidad el rojo que cubría la blanca tela y el filo. A diferencia de mi sangre, la suya era un poco viscosa y oscura. No tan oscura como la de un brujo que casi parecía negra, sino que un oscuro conservando su brillo rojizo.

No me importaba en este momento, lo único que deseaba era salir de ese lugar y deshacerme del mal sabor en la boca que tenia. ¡Maldito, maldito, maldito! Me vengaría por esto. Aun seguía estando furiosa por lo que me había hecho. Tome mi daga con la mano libre y salte de la azotea.

_ Transportāre –dije y corte el aire

Aterrice de cuclillas en uno de los pasillos de Solcius y rápidamente me puse en pie. Ni me importo el hecho de cómo debía ser mi estado, solamente deseaba concluir con esto. Las personas por los pasillos me miraban totalmente sorprendidos cuando pasaba. No me sorprendía que todos estuvieran al tanto de que había tenido una misión y tampoco me sorprendía que me miraran por el cuchillo ensangrentado que llevaba en la mano derecha. Pero de solo recordar que el maldito había logrado escapar con vida sentía ganas de gritar. Sonreí internamente, al menos ahora pasaría tiempo antes de que él pudiera volver a hacer de las suyas. Tome mas fuertemente el cuchillo que tenia en la mano derecha y me prometí que me vengaría por todo lo que me había hecho. Desde herir a mis amigos hasta jugar conmigo de ese modo.

Irrumpí en la oficina del director sin siquiera detenerme a fijarme dentro primero. Darren estaba a un lado sumido en sus propios pensamientos y preocupaciones. Alex seguía hablando con el director como si se tratara de una charla formal y Adam levanto la vista apenas me vio entrar. Cruce el espacio que nos separaba en menos de un segundo, siendo tan rápida como podía y clave el cuchillo en el escritorio justo delante de él. Alex retrocedió y el director me miro más que con los ojos abiertos.

_ La sangre del maldito –dije

_ ¿Qué? ¿Pero como? ¿Lo mataste? –pregunto él totalmente alterado

_ Ojala –dije, furiosa- Erré el tiro pero que el maldito hijo del demonio se vaya acostumbrando a la capucha por que la próxima vez que lo vea le desfiguro el rostro.

_ ¿Venciste al encapuchado? –pregunto Alex, curioso y asentí

_ Katherin... pero... ¿Cómo? ¿Qué sucedió? Debes decirme ya mismo todo lo ocurrido –dijo el director

_ Aquí esta la sangre de él tal como deseaba la otra vez y también parte de su camisa. Ahora, si no le importa, iré a hacerme buches con acido para ver si puedo quitarme este horrible sabor de la boca –dije

Me di vuelta, dejando el cuchillo ensangrentado y la tela detrás de mi y partí. Casi al instante Darren se puso en pie y me siguió. Me lleve ambas manos a la cabeza mientras caminaba por el pasillo seguida por él, casi tirándome de los pelos y negando internamente todo lo que había ocurrido. Deseaba gritar, deshacerme de toda la furia que sentía por que el maldito me hubiera besado. Camine enfurecida por los pasillos, tratando de perder a Darren pero sin lograrlo. ¿Acaso no entendía que no deseaba estar con él y contarle todo lo que había sucedido? Tome un corredor que estaba repleto de personas y camine entre ellas sin ningún problema mientras que a Darren se le dificulto y prácticamente tuvo que empujarlas para seguirme el paso y no perderme de vista. Sonreí al doblar a la derecha y dejarlo totalmente atrás. Camine por el pasillo ya sin tener la menor idea de en donde estaba.

Finalmente me encontré en un corredor totalmente desierto sin nada más que puertas a ambos lados. Las paredes eran azules y los pisos blancos. Continué caminando y finalmente me detuve al pasar junto a unas escaleras que llevaban a un piso superior exactamente igual a este. Me senté debajo de las negras escaleras y ahí me quede, con las piernas dobladas y mi frente apoyada sobre mis rodillas. Necesitaba pensar. Necesitaba tranquilizarme. Necesitaba sacarme esta horrible sensación que tenia dentro. Deseaba llorar y gritar pero no me lo permití. No le dejaría ganar al encapuchado en el hecho de hacerme llorar. Aun así las lágrimas se acumularon en mis ojos e hice un gran esfuerzo para sostenerlas. No sabía si eran lágrimas de impotencia o de tristeza. Me sentía una tonta por haber dejado que él me besara. Cerré las manos en puños para contener mis emociones y golpee el suelo.

Al cabo de unos minutos escuche los pasos en el corredor y levante apenas la vista cuando estos se detuvieron delante de mí. Jude me sonrió desde arriba y se paso una mano por la oreja, acomodándose el cabello y tocándose su arete. No me sorprendió el hecho de aparecer vestida con mis anteriores ropas y que él dejara las otras, negras y sucias, prolijamente dobladas mientras se agachaba hasta estar a mi altura.

_ ¿Cómo me encontraste? –pregunte y él sonrió, mostrándome su celular

_ Sigues teniendo los zapatos que yo modifique, puedo localizarte sin ningún problema –dijo él y le devolví la sonrisa- Hay gente buscándote. Dicen que has apuñalado al oscuro. ¿Eso es cierto?

_ Si –dije

_ Darren esta buscándote por los pasillos, tu madre ha preguntado por ti, has dejado al director sin palabras, Will desea verte y tu novio desea saber si estas bien –dijo él- ¿Qué te sucedió?

_ Nada –dije y él suspiro, pasándome una mano por el rostro

_ Kat, no tienes aspecto de que te haya sucedido nada –dijo Jude- Has vencido al oscuro, deberías andar festejando por los pasillos en vez de estar aquí sola lamentándote por algo que desconozco.

_ Me beso –dije y mire a Jude casi de un modo desesperada- El maldito me beso. Me siento una tonta, no puedo creer que se haya aprovechado así de mí.

_ Eso explica por que lo debes de haber apuñalado sin piedad –dijo Jude riendo y se puso en pie, tendiéndome una mano- Pero esa no es razón para estar aquí sola y lamentándote. Vamos, arriba, hay muchos esperando saber quien gano la batalla.

_ ¿Siempre estas alegre? –pregunte, tomando su mano y poniéndome en pie cuando él tiro de mi- Me recuerdas a Miguel. Él siempre estaba alegre pero al parecer ahora ya ni sonríe.

_ Ya he pasado demasiados años lamentándome y odiándome a mi mismo hasta que comprendí que el problema no era yo sino el Consejo –dijo Jude y su sonrisa se ensancho- Y tu debes dejar de lamentarte por lo que ocurra con ese encapuchado. ¿Y que si él te beso? Eso solo demuestra que eres una chica muy linda con la que cualquiera desearía estar. Además, estoy seguro de que le dejaste una muy linda herida recordándole que tus labios solo le pertenecen a quien tú decidas. Ahora deja de andar ocultándote y sal a gritarle al mundo que tú, Katherin Strega y Chevalier, lograste vencer a la mano izquierda de Lucifer.

_ Sabes una cosa Jude, eres muy efectivo para levantar el ánimo –dije sonriendo y lo abrace- Gracias.

_ No es nada –dijo él y nos separamos- Tan solo acompáñame a dejar estas cosas y luego te invito un batido de fresa en la cafetería, eso siempre me levanta el animo.

Le sonreí y él se agacho, recogiendo la pila de ropas. Deje arriba de estas los cuatro cuchillos que aun conservaba. Disminuí mi daga para volver a tenerla como prendedor y mire el arma con curiosidad, preguntándome como haría para llevarla siempre conmigo. Aun seguía guardando la cadena por lo que la enganche a mi pantalón y luego la guarde en un bolsillo interno de mi chaqueta.

_ Habrá que entregar esto a Investigaciones Externas –dijo Jude mientras caminábamos por el pasillo- Seguramente esos locos deben estar desesperados por buscar algún rastro en estas telas y cuchillos.

_ Ya les di bastante con que investigar –dije

_ Créeme que si ellos pudieran te sacarían hasta la piel para examinarla y buscar algo que los ayude con su investigación sobre el oscuro –dijo Jude e hice una mueca

Minutos mas tarde ya estábamos los dos sentados en las gradas de la arena, ambos disfrutando de unos deliciosos batidos de fresa. Debía admitirlo, Jude sabía como levantarme el ánimo y hacerme sonreír. Aunque realmente no había mentido respecto a lo que harían los de Investigaciones Externas. Cuando les había dicho que había rasguñado al encapuchado, rápidamente me habían tomado las manos y limpiado debajo de las uñas. Claro, ahora tenia mis uñas perfectamente limpias y ellos tenían algo que habían denominado “muestra”. Esperaban encontrar rastros de piel del encapuchado o algo así.

_ ¿Qué le sucedió a tu mano izquierda? –Pregunto Jude- Parece como si te hubieras quemado con algo.

_ Era la única mano que tenia libre y tan solo tenia un cuchillo bendito –dije e hice una mueca- Ya te imaginaras que sucedió.

_ Dame esa mano –dijo él

Jude rápidamente saco un rollo de vendas de uno de sus bolsillos y comenzó a vendar la herida. Suspire, tratando de entender su preocupación por mi pero sin lograrlo. Mire automáticamente al frente al escuchar a Sam gritar y ver como él se acercaba, agitando una mano y sonriendo, hacia nosotros también acompañado de Will. Jude termino de vendarme en el momento justo y pude ponerme los guantes.

_ Dicen por los pasillos que has herido al oscuro –dijo Sam deteniéndose frente a nosotros y reí

_ Sam, tu prácticamente eres los pasillos –dije

_ Ya era hora de que te dieras cuenta –dijo Will poniéndose frente a mi- Él es prácticamente los ojos y oídos de este lugar. Cualquier hecho que ocurra, él lo sabe. ¿Así que heriste al oscuro?

_ Lo apuñale en el abdomen –dije y mi sonrisa se ensancho- Y también le dispare aunque el tiro se desvió y lo herí en el hombro izquierdo. Le va a tomar tiempo recuperarse por completo.

_ Vaya, eso si es asombroso –dijo Sam y Will sonrió

_ Se tomara un receso para recuperarse. Eso significa no mas muertes de ángeles y brujos –dijo él

_ Lo genial es que él ni le hizo un corte a Kat mientras que ella casi lo mata –dijo Jude entusiasmado y reí

_ ¿Y Lupe y Jeremiah? –pregunte

_ Fueron a buscar la pata de mono –dijo Sam y lo mire con curiosidad

_ ¿La pata de mono? ¿Eso realmente existe? –pregunte

_ Mientras se cuiden de no pedir ningún deseo estarán bien –dijo Will a la ligera- Por otra parte debo ver tus movimientos. Necesito saber exactamente como venciste al oscuro.

_ El director aun no ha salido de su estado de shock –dijo Sam- Y tu madre andaba queriendo hablar contigo.

_ Le dije que hablaría con ella luego en casa –dije y sonreí- Le dije que primero deseaba descansar, estar con mis amigos y olvidarme totalmente de lo ocurrido.

_ Me parece un buen plan –dijo Will

_ ¡A mi también! –exclamo Jude como solo él podía hacerlo y todos reímos

_ ¡Ese es el entusiasmo de nuestro equipo! –exclamo Sam

Todos reímos nuevamente y nos sonreímos. Era imposible que la alegría y el entusiasmo no se contagiaran entre nosotros. Y por más que faltaran dos miembros, Sam tenía razón, resultábamos ser un equipo. Hasta casi me sentía culpable por tener que abandonarlos dentro de unos días para volver. Quizás me costaría mas de lo que hubiera planeado en un principio, pero yo realmente deseaba volver con los demás. La sonrisa y cualquier atisbo de felicidad se borro del rostro de Will cuando apareció una quinta persona.

_ Me retiro –dijo él, dando media vuelta y partiendo

_ Sigue odiándome –dijo Alex y suspiro

_ Es Will, es normal –dijo Sam con indiferencia

_ Tan solo ignóralo, es lo que todos hacemos –dijo Jude

_ ¿Entiendes? –pregunte, mirando a Alex con curiosidad y él asintió mostrándome una moneda

_ El director dijo que podía quedármela, soy algo así como una especia de aliado –dijo Alex- Claro, esto apenas si me sirve como traductor, no tiene las mismas propiedades que sus emblemas. Al parecer, aun no confía suficientemente en mí. Por otra parte, me dijo que si muestro esto seré bien recibido entre los miembros de Solcius.

_ Vaya. ¿Alguna vez hemos tenido un caso así? –pregunto Jude y Sam negó con la cabeza

_ En todos los años que llevo aquí nunca he visto algo similar –dijo Sam

_ Según he oído y según el estado de shock del director, heriste al encapuchado –dijo Alex, mirándome

_ ¿Qué si lo hirió? ¡Casi lo mata! –Exclamo Jude, poniéndose en pie de un salto y comenzando a representar lo que le había contado- Primero lo apuñalo en el abdomen y él cayó al suelo. Lo pateo, haciéndolo rodar por toda la azotea hasta que él cayo y se sostuve del borde. Ella le piso fuertemente los dedos mientras lo maldecía y luego le apunto con el arma directo al corazón. Si es que tiene. Es una lastima que el oscuro la haya tomado por los tobillos y la haya hecho desviar el tiro. ¡Pero aun así lo hirió! El cobarde huyo luego de eso. Quien sabe a donde fue a esconderse.

_ Te lo resumo, esta herido peligrosamente en el hombro izquierdo. Le tomara unos meses recuperarse por completo –dijo Sam

_ Impresionante –dijo Alex y baje la vista, sonrojándome- Yo no he durado ni cinco minutos cuando me enfrento con él en sueños.

_ Al menos es algo. Will resistió menos de cinco segundos y encima resulto terriblemente herido –dijo Sam- No se que le hizo pero lo dejo en un estado deplorable a pesar de no mostrar ningún daño ni corte.

_ Tan solo se dio un duro golpe –dijo Jude- Deja de exagerar el hecho.

_ No es exageración, simplemente le doy atractivo –dijo Sam con todo orgullo

_ Llámalo como quieras pero todos sabemos que es exageración –dijo Jude y todos reímos

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