Capitulo 7: Aquí empieza la iniciación


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_ ¿Qué? –fue lo único que pudo articular mi mamá

Pero yo no le respondí al instante. Aun estaba pasmada por lo que acababa de ver y mi mente corría a mil sacando sus propias conclusiones. Entonces era por eso que el encapuchado me quería, necesitaba mi sangre para liberar a Lucifer ya que después de todo yo era una de las guardianas. Todos mis encuentros con él pasaron rápidamente frente a mis ojos. Casi me estremecí al saber que la última vez que lo había visto yo había terminado inconsciente en el suelo, totalmente ensangrentada. Pero luego suspire de alivio y sonreí al acordarme de lo que había sido el recuerdo de Gabriel. Él había interrumpido al encapuchado justo antes de que tomara mi sangre, eso era un gran alivio para mí. Lo había sorprendido y el encapuchado se había esfumado con las manos vacías al instante.

_ Si, es el mismo encapuchado –dije- Pero él no tiene mi sangre. Intento tomarla la última vez pero Gabriel lo sorprendió y partió sin nada.

_ ¿Estas segura de que es el mismo sujeto? –Pregunto el director y asentí- ¿Cuántas veces lo has visto?

_ Lo he visto dos veces en persona –dije- El resto han sido todas en sueños. Aunque, por alguna razón, esta noche no lo he visto en mis sueños. Lo que es extraño considerando que lo veía todas las noches en mis sueños.

_ ¿Sabes algo de ese sujeto? –pregunto mi mamá

_ No mas de lo que te conté ayer –dije

_ Entonces no sabes más de lo que sabemos nosotros –dijo mi mamá y suspiro- Es difícil enfrentarse a un enemigo que no se muestra y del cual desconocemos la mayoría de las cosas.

_ ¿Pero no saben nada al respecto? –pregunte y ambos negaron con la cabeza- ¿Hace cuanto llevan investigándolo?

_ Hace cuatro años le pusimos el ojo encima –dijo el director- En ese momento no sabíamos quien era ni que quería, pero simplemente sabíamos que era algo fuera de lo normal. La primera vez que supimos de él fue durante un juicio que hizo el Consejo. No sabemos por que pero él estuvo presente y se quiso asegurar de que hiciera lo que él quería. Convenció a los funcionarios de la cámara alta con unas simples palabras. Creemos que su don tiene que ver con lo que dice.

_ ¿Y por que estaba en ese juicio? –dije

_ No lo sabemos –dijo el director

_ ¿No podemos intentar averiguarlo? –pregunto mi mamá

_ Quizás con tu ayuda si, tenemos las grabaciones de ese juicio –dijo el director- Tanto de lo que paso en la corte y la antecámara. Aunque les advierto, lo que verán en ese juicio no será para nada agradable, ni yo mismo soporto verlo a veces. Es una de las cosas mas crueles que ha hecho el Consejo y aun temo por como pudo haber seguido el caso luego del juicio. Sobretodo por que hay un momento que dudo que sea bueno que ella lo vea –agrego él mirándome de lado y haciendo una mueca

_ Podré soportarlo –dije aunque ninguno pareció oírme

_ Si considero que no es apropiado me ocupare de que no lo vea –dijo mi mamá

_ Esta bien, pero recuerda que se los advertí –dijo Adam y suspiro- A veces creo que no he visto al Consejo hacer algo tan desalmado. Y mira que yo he visto todo lo que han hecho.

El director suspiro nuevamente y entonces tanteo su escritorio casi como si hiciera un clic. Al instante una parte sobresalió y giro sobre si misma haciendo aparecer un teclado sobre el escritorio. Escribió rápidamente algo y luego un ruido capto nuestra atención. Ambas giramos la cabeza ante la pantalla que apareció del techo a un lado de los tres. Esta era sujetada por un brazo mecánico y descendió hasta estar a la altura de nuestras cabezas. Mire la pantalla con curiosidad mientras el director seguía escribiendo. Por detrás, mi mamá me tomo una mano y se acerco a mí.

_ Los juicios del Consejo pueden llegar a ser muy duros –susurro ella en mi oído- No te dejare ver nada que sea demasiado fuerte. Espero que no sea tan malo lo que le hagan al acusado como Adam hace parecer. Lastima por el pobre ser que haya terminado en un juicio del Consejo.

_ No fue un juicio cualquiera –dijo Adam mientras seguía escribiendo- Fue un juicio a un interno, a un servidor.

Sentí como mi mamá se estremeció ligeramente estando detrás de mí. Mire con más atención la pantalla cuando esta se encendió y Adam empezó a buscar entre los archivos. Enseguida lo encontró y le hizo clic. Lo primero que escuchamos fue el sonido de los murmullos y luego solo pude ver ropas negras.

_ Durante el juicio, el acusado lleva ropas totalmente blancas mientras que los demás deben estar totalmente de negros –dijo mi mamá en mi oído

Ella puso una mano sobre mi hombro y me dio un apretón aunque nada me hubiera preparado para lo que vería. El juicio estaba filmado por alguien del publico, seguramente algún infiltrado de Solcius. Sucedía todo en una gran cámara. Había gradas a ambos lados, todos estaban sentados en las alturas y el suelo parecía muy lejano. Apenas si había en el suelo un pequeño pasillo desde la puerta al centro circular del lugar. Los murmullo parecieron cesar un poco cuando los funcionarios de la cámara alta, vestidos totalmente de negro de los pies a la cabeza, entraron y tomaron su lugar en un gran estrado que había. El público se fue calmando y tomando sus lugares. Por suerte, fuera quien fuera el que estaba filmando, logro tomar un buen lugar adelante para captar todo a la perfección.

_ El suelo solamente puede ser pisado por el acusado y los guardias –dijo mi mamá en mi oído

Mire con detenimiento el suelo. Había dos guardias en la puerta por la que seguramente había entrado el acusado y luego había más guardias en el centro, todos dispuestos a proteger a los funcionarios de la cámara alta. Se escucho un sonido mientras el portador de la filmadora se movió y se acomodaba para poder captar al acusado. Sentí como la sangre se me congelada al ver al joven rubio, de rodillas, sostenido por dos guardias y con la cabeza gacha. Internamente rece por que no fuera él, lo hice con todas mis fuerzas, pero fue en vano. Cualquier fuerza que hubiera tenido quedo hecha añicos cuando el joven levanto la cabeza, mirando con odio a los funcionarios y pude reconocer perfectamente a un Alex de trece años. Sentí la mano de mi mamá tensarse sobre mi hombro y note que ella también estaba helada.

_ ¿Michael? No, pero eso es imposible –dijo ella- ¿De cuando es este juicio?

_ De hace cuatro años –dijo el director

_ No es posible. Es idéntico a Michael Engel –dijo mi mamá

_ Eso es por que es el hijo –dije y el frío casi hizo que me estremeciera- Alexander Engel.

_ Fíjense en la parte derecha de la pantalla –dijo el director

Apenas si lo escuche, estaba helada. Mi vista seguía clavada en él, en su expresión de completa molestia, en como miraba con odio a los funcionarios y como apretaba los dientes para contenerse. ¿Por qué justamente tenia que ver eso? Alex jamás había especificado mucho respecto a su juicio. Simplemente me había dicho que lo habían acusado de traidor.

Me tomo unos segundos pero finalmente le hice caso al director y me fije en la derecha de la pantalla. Al instante vi lo que el director quería mostrarnos. En la derecha de la pantalla, sentado en la otra grada que había, estaba el encapuchado. ¿Qué demonios hacia él ahí? Estaba serio, sentado en su lugar y mirando todo con absoluto detenimiento. Entonces, el director puso pausa a la cinta y la escena se quedo congelada.

_ Ese es el primer caso que tenemos del oscuro –dijo el director- No sabemos como ni por que pero ese ángel fue enjuiciado por traición y el oscuro quiso asegurarse de que lo castigaran.

_ Por favor dime que el encapuchado no tuvo nada que ver con que se haya llevado a cabo ese juicio o sino juro que lo matare –dije aun mirando la pantalla y luego mire al director- Por favor.

_ Lo lamento pero no –dijo él y suspiro- Creemos que fue el oscuro quien causo que ese ángel terminara en juicio.

_ Y el hecho de que tenga el apellido Engel no ayuda bastante considerando que Michael fue uno de los fundadores de Solcius –dijo mi mamá y me miro- ¿Estas segura de que es el hijo de Michael?

_ Él me contó una vez sobre sus padres. Que ellos venían de otro tiempo y eran ex-servidores de Solcius –dije y me quede helada, reaccionando ante la verdad- Michael Engel era tu líder. ¿No es así? Él que los traiciono junto con Soledad.

_ Así es –dijo mi mamá y bajo la mirada- No me esperaba que ellos hubieran terminado en el mismo tiempo que nosotros.

_ Hoy, cuando hablábamos de Alex, te hacia recordar a Michael. ¿Verdad? –Dije y ella asintió, suspire- Es increíble las cosas de las que me doy cuenta recién ahora. Supongo que por eso Angelina y Edgar insistían tanto en que no debía decirle nada, por que él es hijo de quienes traicionaron a Solcius.

_ No se debe juzgar a un chico por los errores de sus padres. Quizás él sea el hijo de Michael y Soledad pero nada nos asegura que actuara del mismo modo que ellos y nos traicionara –dijo el director

_ Debemos encontrarlos y ponerlos sobre aviso –dijo mi mamá- Michael es quien tiene el décimo objeto, el que creíamos perdido por que no sabíamos donde estaba él. Y al parecer, el oscuro ya les puso un ojo encima. Lo que no entiendo es como permitió que el Consejo le hiciera un juicio a su propio hijo.

_ Seguramente debía seguir dolido por la muerte de su otro hijo –dije clavando la vista a un lado

_ ¿Qué? –Exclamo mi mamá- Como... ¿Cómo es posible aquello?

_ Christ Engel murió en servicio a mano de brujos –dije tristemente- Culparon de su muerte a Alex y por eso le hicieron ese juicio. O al menos eso es lo que él me contó.

_ Por que no sabe que el Consejo fue manipulado –dijo el director y lo mire atónita- Cuando vi este juicio por primera vez me costaba creer que el Consejo fuera tan desalmado como para culpar a un chico de trece años por la muerte de su hermano pero luego vi lo que sucedió en la antecámara y todo tuvo sentido. Tan solo... miren.

El director volvió a escribir algo y la siguiente escena que se vio fue en un cuarto oscuro, iluminado apenas por una lámpara en el techo. De algún modo el infiltrado había podido meterse con la filmadora y estaba captando en video todo el debate que estaban teniendo los funcionarios de la cámara alta respecto al juicio. En eso, todos se quedaron en silencio y el encapuchado apareció. Desee verlo mejor pero era en vano. El lugar donde estaba la filmadora no era muy apropiado ya que no captaba nada pero al menos se podía oír.

_ Ya lo han visto, el acusado es claramente culpable –dijo el encapuchado- Tanto de traicionar al Consejo como de traicionar a su familia. Se ha aliado con los servidores de Lucifer. ¿Sino por que otra razón espero tres horas para avisar sobre la partida de su hermano? Además de que se niega a responder y oculta información. No me sorprende viniendo de un Engel. La muerte de Christ Engel es debido a su hermano. Por que este no aviso del ataque del brujo, tampoco ayudo a su hermano a enfrentarlo sino que simplemente se quedo sin hacer nada. Un brujo debe ser eliminado apenas es visto y yo creo que Alexander Engel tiene suficiente edad como para aceptar las consecuencias de sus acciones. Es un traidor, solamente queda un castigo para él.

El encapuchado sonrió fugazmente mientras todos los funcionarios asimilaban sus palabras y asentían. Sentía lo helada que corría la sangre por mis venas por mas que tenia las manos cerradas en puños para contenerme. ¡Ese maldito era el responsable de ese juicio! No me cabía duda que seguramente él había denunciado a Alex y ahora se estaba encargando de que recibiera el castigo que él deseaba. El encapuchado se dio vuelta, apenas si dio dos pasos que uno de los funcionarios se aclaro la garganta.

_ ¿Con que método? –pregunto este

_ Que sea una ejecución lenta. Después de todo, traiciono a su hermano, es lo mínimo que merece –dijo el encapuchado- El método D es el adecuado, ese ángel debe pagar por su traición. Hemos perdido al mejor ángel gracias a él, merece morir.

La sangre se me congelo totalmente y el encapuchado partió. Los funcionarios se quedaron discutiendo durante unos minutos, aceptando perfectamente su propuesta y tomando café. En algún momento el infiltrado partió y volvió a la cámara principal. Nuevamente estuvo en su lugar en las gradas mientras todos estaban parados y discutían. Pude ver al encapuchado recuperar su lugar en la sala del otro lado del salón y entonces todo fue silencio cuando los funcionarios volvieron a entrar y tomar su lugar. Todo fue nuevamente silencio y todos en la sala se sentaron. Alex seguía sujeto por dos guardias y debatiéndose por zafar de su fuerte agarre. Nuevamente les hecho una mirada de odio a los funcionarios y sentí mi corazón achicarse al saber que vería el momento de su condena.

_ Mediante este juicio el juzgado del Consejo conformado por los funcionarios de la cámara alta han encontrado al acusado, Alexander Engel, culpable de cometer los siguientes delitos –declaro el funcionario principal elegantemente- Mentiras, calumnias, ocultamiento de la información. Alianza, asociación y trato con un servidor de Lucifer.

_ ¡Eso es mentira! –Exclamo Alex totalmente furioso- ¡Yo jamás me alié con ese maldito brujo! Váyanse al demonio si me creen culpable de aquel acto. ¡Son ustedes los que han traicionado su deber y no se preocupan nada más que por sus importantes puestos! Mi hermano seguiría vivo de no ser a causa de este estúpido Consejo.

_ También se lo encuentra culpable de haber atacado a cinco guardias del Consejo y haber golpeado a un miembro de la cámara alta –continuo leyendo el funcionario sin hacerle caso- De haber estado en el mercado negro. Haber hecho tratos con fines no aprobados por el Consejo con otros seres. Haber complotado y hecho investigaciones a espaldas del Consejo. Haber roto la ley de este numerosas veces, tanto la ley interna como la externa. Haber provocado un pleito sin razón alguna en una taberna de vampiros.

_ Si había una razón –mascullo Alex

_ Finalmente, se llega a los crímenes cometidos hace tres años –continuo el funcionario- El acusado es encontrado culpable de haber visto un brujo y haberlo dejado con vida. No haber ayudado a un colega y aun mas importante, a su hermano. Haber esperado tres horas para avisar al Consejo respecto a la desaparición de Christ Engel. Haber robado la espada de este y haber pretendido tomar su lugar.

_ ¡Mentira! –Exclamo Alex- ¡Yo no le arrebate esas cosas a Christ! Fue ese maldito brujo que vino a dejarlos hace noches en el jardín de mi casa.

_ Mentir en su declaración y en su juicio –agrego el funcionario- Con la autorización del resto de los funcionarios de la cámara alta decreto que el acusado, Alexander Engel, es culpable de haber dejado a su hermano solo en una batalla contra un brujo.

_ ¡Tenia nueve años! –grito Alex pero lo ignoraron

_ No haber ayudado a su hermano. Haberlo entregado a un servidor de Lucifer y por ende haberlo condenado a morir. No haber cumplido con su deber al no ir tras el brujo también. Y sobretodo, el acusado, Alexander Engel, es encontrado culpable de la muerte de Christ Engel, el ángel más destacado y hábil que estaba al servicio del Consejo. La cámara alta se honra en decir que gracias a las investigaciones hemos descubierto que aquel ángel era el mejor de esta generación y gracias al acusado aquí presente, ahora descansa en paz –dijo el funcionario- Por conclusión Alexander Engel queda culpable no solo por la muerte de su hermano sino que también por la muerte del mejor ángel de esta generación y por un gran acto de traición al Consejo. Luego de deliberar durante bastante tiempo la cámara alta ha llegado a la conclusión de que debe ser aplicada sobre él la pena máxima.

_ ¡Son unos malditos! ¡Yo no he hecho nada de lo que se me acusa! –grito Alex y luego bajo la cabeza- Yo jamás seria responsable de la muerte de mi hermano –agrego tristemente

_ Por consiguiente, el acusado será eliminado aquí mismo por sus altos actos de traición –dijo el funcionario ignorándolo totalmente- Gracias a la presencia en el juicio del señor Shaval, medico oficial de esta ejecución, nos vemos libres de proceder ahora mismo. Hoy se perderá a otro ángel pero será hecha justicia. La muerte de Christ Engel ha sido un terrible hecho por lo que los funcionarios de la cámara alta hemos decidido que el acusado debe ser castigo de inmediato. Se le arrancaran sus alas.

Sentí mi corazón detenerse ante aquellas palabras. En ese instante el encapuchado sonrió y se levanto de su lugar, partiendo. Tuve ganas de estar ahí mismo y detenerlo, ser por primera vez yo quien lo sujetara y lo estuviera matando. Trate de convencerme de que todo estaba bien, de que no le pasaría nada a Alex. Después de todo, yo lo había visto varias veces bien y con sus alas en perfecto estado. Pero mi corazón no me escuchaba y se encogía al ver como continuaba la escena. Los dos guardias sujetaron mas fuertemente a Alex a ambos lado y un tercero apareció detrás y le abrió la camisa con un cuchillo dejándole su espalda totalmente al descubierto. Acto seguido el guardia clavo el cuchillo en un punto en la parte baja de su columna vertebral y pude ver sus alas. Sofoque un grito al ver como el guardia sujetaba ambas alas dispuesto a arrancarlas y un frío polar recorrió todo mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta mi cabeza. Uno de los funcionarios se puso en pie, aquel que había leído las acusaciones y parecía ser el que estaba a cargo.

_ ¿Unas ultimas palabras? –pregunto

_ Váyanse todos al demonio junto con su maldito Consejo –dijo Alex- Ni loco les daré el placer de gritar.

El guardia tomo más fuerte sus alas, hundiendo sus dedos totalmente en sus plumas y pude ver el dolor en el rostro de Alex por más que él trataba de reprimirlo. Vi las intenciones en los ojos del guardia y entonces mi mamá me tapo los ojos. Escuche el sonido de algo desgarrarse, escuche como varias personas sofocaron un grito y hasta escuche a mi mamá hacerlo. Su mano se tenso mientras me cubría los ojos y de pronto la sentí totalmente helada. Trate de debatirme, de quitarme su mano de los ojos pero me fue imposible. Nuevamente escuche aquel mismo sonido y mi alma se congelo. Me quede paralizada, totalmente helada y sin poder respirar. No sabía ni si mi corazón seguía latiendo. Por tercera vez volví a escuchar aquel desgarrador sonido y no pude soportarlo más pero temía ver que era lo que estaba pasando.

_ ¡Basta! –exclamo alguien finalmente

Mi mamá se distrajo tan solo un segundo y entonces logre quitarme su mano de encima. Mi vista era borrosa y para cuando al fin logre enfocarla me di cuenta de que el infiltrado ya no estaba filmando lo que sucedía en el suelo sino que lo que sucedía en su misma grada. Había un joven en pie, el mismo que había gritado. Tenía un cabello oscuro elegantemente peinado, inconfundible. Me quede helada al ver a Gabriel y él de un salto abandono su lugar. El infiltrado se apuro para enfocar nuevamente al suelo y entonces sentí como mi corazón se detuvo. Ahí había un ángel tirado en el suelo, con las alas a medio arrancar y las plumas tintadas de un rojo brillante. Sangre. Sentí mi garganta cerrarse y la fría sangre correr por mis venas, casi no podía creerlo pero lo estaba viendo. Y ahí también estaba Gabriel, entre el ángel y los guardias, interponiéndose para que no le hicieran mas daño.

Intentaba negarlo, sacudía la cabeza como si así pudiera negar lo que estaba viendo, pero era cierto. Mis ojos se fueron llenando de lágrimas, no podía ver eso, no podía verlo a él en ese estado. Tirado en el suelo, con las alas a medio arrancar y las plumas rojas por su sangre. Y aun así, yo lo había visto muchas veces con sus alas en perfecto estado. Cada recuerdo, cada sonrisa, cada vez que había visto sus alas paso frente a mis ojos. Pero yo nunca le había visto nada en la espalda, ni la más mínima cicatriz o marca. Trate de limpiarme las lágrimas y volví a mirar la pantalla. ¿Por qué? ¿Cómo el Consejo había sido capaz de hacerle algo así? Eso era cruel, desalmado. ¡Y la culpa la tenia ese maldito encapuchado! Pero mi tristeza estaba sobre mi furia y no podía dejar de llorar por el estado en que estaba viendo a Alex. Y el hecho de que justamente fuera Alex era lo que me hacia sentir aun peor, ya bastante malo era el hecho de ver a un ángel de trece años con las alas arrancadas a la mitad. Mi corazón estaba hecho añicos, como si también me lo hubieran arrancado. No quise ni imaginar que hubiera visto si mi mamá no me hubiera tapado los ojos.

_ ¿Quién osa interrumpir en la decisión del Consejo? –pregunto el funcionario poniéndose en pie

_ Yo, Gabriel Luteri –dijo él

_ Vete de aquí imbécil, este es mi problema –dijo Alex débilmente

Gabriel ni se molesto en mirarlo. Simplemente continuó en su lugar, entre Alex y los demás guardias, retando al funcionario con la mirada. El murmullo se levanto entre el publico por la interrupción del joven pero aun así, Gabriel ni se inmuto. En este momento, lo admiraba por el valor que había tenido para interferir. Pero lamentablemente mi vista estaba clavada en Alex. Él trataba de ponerse en pie pero sin lograrlo, apenas si se podía sostener sobre sus manos. La sangre seguía brotando de su gran herida y el dolor seguía grabado en su rostro. Un charco rojo brillante comenzaba a formarse a su alrededor y sus fuerzas fallaron y volvió a caer al suelo.

_ Te dije que te fueras –dijo Alex, apenas pudiendo hablar

_ No me iré. Esto no es ni noble ni justo. No me importa si este chico es culpable o no de todo lo que se lo acusa, no se lo puede castigar de este modo por lo que hizo hace años –dijo Gabriel

_ Tiene la edad suficiente para aceptar las consecuencias de sus actos –dijo el funcionario

_ Pero él no era consciente cuando actuó –dijo Gabriel- Según lo que se sobre el juzgado, si el acusado no estaba consciente de sus actos por lo tanto la condena debe ser modificada. A los nueve años un chico no esta capacitado para enfrentarse a un brujo. Él actuó bajo sus instintos de supervivencia, por eso no hizo nada. Yo creo, que no pueden darle esta condena. No creí que fueran tan desalmados como para arrancarle las alas a un ángel de trece años y con el método D.

_ ¿Acaso tú también osas discutir nuestras decisiones? –Pregunto el funcionario- ¿Quieres unirte a él en su castigo? ¿Sabes chico que esto puede ser visto como un acto de traición frente al Consejo?

_ No me importa, yo defiendo lo que creo correcto –dijo Gabriel- Eso es lo que me enseñaron mis padres.

_ Hazle algo a un Luteri y perderán la lealtad de toda nuestra familia –dijo un hombre levantándose en la grada y mirando a Gabriel

El funcionario medito rápidamente viendo la situación en la que estaba. Mire mas detenida al hombre, era exactamente igual que Gabriel y no me costo creer que posiblemente era su padre. Pero no estaba para pensamientos. Seguía sintiendo las lágrimas en mis ojos y lo fría que aun seguía. ¿Por qué? ¿Por qué tenia que ver a Alex en ese estado? No podía ver sus perfectas alas blancas a medio arrancar y teñidas de rojo por su sangre.

_ Está bien –dijo el funcionario finalmente- Se ha acabado este juicio por el día de hoy, la sesión se reanudara mañana.

Los funcionarios se pusieron de pie y salieron con toda dignidad. El murmullo se levanto aun más y el público se puso en pie. Gabriel se relajo al ver que los guardias ya no seguían dispuestos a atacar al acusado y entonces se dio vuelta hacia Alex. Camino unos pasos hacia él y se agacho, tendiéndole una mano. Alex miro para otro lado, trato de ponerse en pie por si mismo pero fallo y otra vez volvió a caer al suelo y mancharse el rostro con su propia sangre.

_ Deja de ser tan orgulloso y tómala –dijo Gabriel

_ No quiero tu lastima –dijo Alex

_ Mira que eres testarudo –dijo Gabriel y lo tomo por el brazo por más que Alex se resistió

_ Y tu no escuchas –dijo Alex mientras Gabriel lo ayudaba a ponerse en pie- No necesito de tu ayuda ni de tu lastima. Estoy bien.

_ Si planeas quedarte aquí tirado morirás –dijo Gabriel sosteniéndolo por la espalda y Alex clavo su vista a un lado- De hecho, hubieras muerto con que te hubieran arrancado un centímetro mas tus alas.

_ Ya lo se –dijo Alex- No esperes que te agradezca, prefería morir.

_ ¿Y rendirte tan fácilmente? No me imaginaba eso de alguien que portara el apellido Engel –dijo Gabriel y suspiro- Se que algún día me lo agradecerás aunque ahora me trates como una basura.

El infiltrado con la cámara se puso en pie y partió junto con todo el público. Luego toda la pantalla estuvo en negro, la grabación había terminado. El director volvió a escribir algo en su teclado, haciendo que la pantalla se apagara y volviera a esconderse en su lugar. Me di vuelta para enfrentar a los dos adultos sin saber exactamente que diría. La tristeza seguía en mi, sentía mi corazón achicarse de un modo que me hacia sufrir por todo. Por lo que había visto, por que él nunca me lo hubiera contado, por que yo nunca me hubiera dado cuenta. Pero no me sorprendía que Alex no me lo hubiera contado. La imagen de él seguía grabada en mi cabeza. Tirado en el suelo, con las alas a medio arrancar y sus plumas teñidas de rojo por la sangre. Me estremecí. Levante mis piernas y las abrace, hundiendo mi rostro en mis rodillas. Las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a correr sin control por mis mejillas. Oculte mi rostro todo lo que pude. No quería que ellos me vieran llorar, no por esto.

_ Maldición, hay que ser fuerte para aguantar eso sin gritar –dijo mi mamá

_ Ni el peor de los traidores merece ese tipo de castigo –dijo Adam- Arrancarle sus alas a un ángel... y encima con el método D... Creo que ni el más oscuro de los brujos haría eso. De hecho, hasta creo que ni Lucifer lo haría.

_ Pues el encapuchado lo hizo –dije, limpiándome las lágrimas y levantando el rostro- Ese maldito fue quien controlo al Consejo para que hiciera eso. La próxima vez que lo enfrente ya no será lo mismo, no dejare que me venza tan fácilmente.

_ ¿Kat, estás bien? –pregunto mi mamá y negué con la cabeza

_ Ahora entiendo por que odia tanto al Consejo –dije tristemente- En todo este tiempo jamás me lo contó. Me dijo que el Consejo no tenía piedad, que era capaz de hacer cosas horribles, que le podían arrancar las alas por traidor. Pero en ningún momento me dijo que ya había sufrido parte de ese castigo. Y Gabriel tampoco me contó nada, no me sorprende ya que él es el confidente de Alex.

_ ¿Conoces a esos chicos? –pregunto Adam sorprendido

_ Ellos son mis amigos –dije y levante la vista- Gabriel fue quien me salvo del encapuchado la ultima vez y quien impidió que tomara mi sangre. Y Alex fue quien se ocupo de curarme las heridas y quien me prometió que no me dejaría caer en la oscuridad. Alex fue quien me salvo de la oscuridad en la que vivía, quien me hizo dejar de vivir con miedo y quien me mostró que no importaba en que clase de problemas estuviera metida, podía ser feliz –agregue tristemente

_ Pues parece que él sabia de lo que te hablaba cuando te decía lo malvado que podía llegar a ser el Consejo –dijo mi mamá y suspiro- Aun me cuesta creer que Michael este en la misma época que nosotros. No puedo creer que jamás me haya dado cuenta.

_ Es Michael Engel. Yo no lo habré conocido pero he oído suficiente de él como para que no me sorprenda que este tan bien oculto –dijo Adam- Aunque no entiendo por que el oscuro quería ver a su hijo muerto.

_ Pues al parecer el plan no le salio del todo bien –dije y sonreí tristemente- Seguramente no tenia en mente que algún ángel osara desafiar la decisión del Consejo. Y mucho en menos tenia en mente que su plan fallara y Alex continuara con vida.

_ Aun así aquí hay algo raro –dijo mi mamá, pensativa- ¿Cuándo fue la primera vez que viste al oscuro?

_ Luego de haber visto por primera vez un recuerdo de Alex –dije- Él interrumpió en mi sueño e intento matarme.

_ Entonces ese brujo o lo que sea estuvo originalmente tras el hijo de Michael. Luego te encontró a ti –dijo mi mamá- Aunque aun así sigo teniendo muchas dudas respecto a él. ¿Por empezar, que es?

_ Lo mismo que yo –respondí y clave la vista en el suelo- Una vez Nick me dijo que su compañero era lo mismo que yo, solo que él era un experimento. La mano izquierda de Lucifer, el encapuchado o como quieran llamarlo ustedes, es lo mismo que yo.

_ Entonces Lucifer se puso a experimentar y quiso crear un brujo con poderes angelicales –dijo Adam- Necesitamos saber como enfrentarnos a ese tipo de enemigos.

_ Tiene que ser eliminado por un brujo y un ángel a la vez –dije- Esa es la única forma de matarlo, o eso creo.

_ Aun así no lo sabemos. Ustedes son como una nueva raza si así quieres verlo. No sabemos mucho de ustedes, de hecho, no sabemos casi nada –dijo el director- No sabemos que habilidades tienen o cuales no. Que clase de instintos tienen ni nada. De hecho, espero aprender un poco de ustedes ahora que estarás aquí Katherin.

_ Tenemos temas mas importantes –dijo mi mamá- Si el oscuro creía haber matado a ese chico y ahora se da cuenta de que esta vivo seguramente ira tras él. Es muy posible que la vida de Alexander Engel corra peligro.

_ El encapuchado ahora me quiere a mí, no a Alex –dije

_ Aun así es muy probable que el oscuro vaya tras él ahora que sabe que sigue vivo –dijo el director- Debe haber alguna razón por la que esta tan desesperado por matar a ese chico.

_ Es el hijo de Michael Engel, no me sorprendería que también fuera por él además de por mis hijas –dijo mi mamá- Pero al menos hay que ponerlo sobre aviso. Debemos contactar a Michael y advertirle.

_ Solo tenemos un problema –dijo él- En todo este tiempo no hemos podido saber que Michael estaba aquí y tenia una familia. No veo como esperas conseguir que ahora lo encontremos y nos contactemos con él.

_ Viven en New York –dije- Michael es un chef profesional y tiene un restaurante muy importante.

_ Y se burlaba de mi cuando le decía que era un gran chef –dijo mi mamá poniendo los ojos en blanco y luego miro al director- Deben buscar a la familia Engel y contactarla. Estoy segura de que se negaran a tener contacto con Solcius, pero ellos corren peligro y debemos advertirles. Además, Michael tiene uno de los diez objetos, no podemos permitir que ese objeto caiga en manos del oscuro.

_ ¿Qué pasara con Alex? –pregunte

_ Debemos pensar –dijo el director- Lo más sensato seria que el chico estuviera con nosotros pero temo que se negará. Por el momento debemos encargarnos del asunto de la niña Beitarg, esa es nuestra mayor prioridad. Luego buscaremos alguna solución para el problema con la familia Engel.

_ Es que temo que ellos sean mas fieles al Consejo –dijo mi mamá- No podemos arriesgarnos a revelarnos frente a ellos, podrían advertirle al Consejo y tendríamos muchos problemas. Además, el hecho de no saber por que nos traicionaron nos dificulta ya que no sabemos sus pensamientos con respecto a Solcius.

_ Quizás, este es un asunto muy delicado –dijo Adam

Él suspiro, recostándose contra su silla. Levanto una mano hacia su escritorio y luego toco un botón que había a un lado de este. Un segundo mas tarde alguien tocaba a la puerta. Me di vuelta para mirar al joven que estaba parado ahí. Tenía el cabello marrón oscuro y largo. Me detuve un segundo para ver sus profundos ojos color verde agua y luego continué examinándolo. Era delgado, tenía una excelente figura y sobretodo tenia un rostro angelical. Otro ángel.

_ ¿Me ha llamado señor? –pregunto él

_ Si Darren, muchas gracias por asistir tan rápido. Seria bueno que llevaras a la señorita Strega a dar un recorrido por las instalaciones mientras su madre y yo continuamos hablando en mi oficina de unos asuntos –dijo el director

_ Será un placer asistir a la señorita –dijo Darren y me sonrió

No pude evitar devolverle aquella sonrisa, era amigable y contagiosa. Me puse en pie, sabiendo que ese era un modo elegante de echarme para que ellos continuaran hablando de sus asuntos en privado. No tuve más opción, partí con Darren, dejando a los dos adultos solos como querían. Nuevamente me encontré caminando por el largo pasillo con oficinas de cristal. ¿Y entonces que? ¿Aquí empezaba mi entrenamiento? Aun así, tenia curiosidad por saber más de lo que estaba pasando con el encapuchado en vez de que me hubieran echado de algún modo.

_ ¿Cómo te llamas? –pregunto Darren

_ Katherin –respondí

_ ¿Y cuantos años tienes? –dijo él

_ Dieciséis –dije- ¿Y tu?

_ Cumpliré veinticuatro dentro de una semana –dijo él sonriendo y también sonreí- Tu eres la hija de Caroline Chevalier y Adrian Strega. ¿No es así? Las personas en este lugar estarán muy entusiasmadas por conocerte.

_ Lo cierto es que no me gusta llamar la atención –admití con una mueca- Y sin embargo parece que siempre termino causando todo lo contrario.

_ Algunas personas están destinadas a llamar siempre la atención –dijo él- Katherin, tu debes de ser una chica excepcional para captar siempre la atención de los demás, no lo dudo.

_ Pues quizás no quiera ser una chica excepcional –dije y suspire- Hace unos años creía tener una vida razonablemente normal. Mírame ahora. Soy mitad ángel y mitad bruja, soy la guardiana de los objetos que mantienen encerrado a Lucifer. He salido con uno de los brujos más poderosos y quien era la mano derecha de Lucifer. Ahora resulta que estoy enamorada del hijo de unos traidores.

_ En el amor vale la pena cualquier cosa –dijo Darren y me sonrió amablemente- No hay limites ni restricciones. Eso ya lo ha demostrado tu madre al enamorarse del brujo más poderoso que existe a pesar de que ella es el mejor ángel que existe.

_ Ellos son los mejores pero de su generación –dije- ¿Y de esta generación? ¿No hay algún modo de saber quienes son los mejores? Tú debes estar al tanto de todo. ¿No es así?

_ No hay secretos entre los miembros de Solcius –dijo Darren- Entre ninguno. Y si, estoy al tanto y también ando sacando mis propias conclusiones como cualquier curioso. Lo que yo creo es que el oscuro esta armando todo este tipo de situaciones para encontrar al mejor ángel y al mejor brujo. Es como un juego para que él pueda descubrirlos. Es simple, el brujo y el ángel que queden vencedores en su juego son los mejores de esta generación. Como veras, es libre para cualquier servidor de Solcius el acceso a cualquier tipo de archivo. El oscuro ha atacado a gran número de sobresalientes brujos y ángeles buscando al mejor.

_ ¿Crees que logre encontrarlos? –pregunte

_ Realmente no lo se –dijo él

_ ¿Cuál es tu historia? ¿Por qué eres servidor de Solcius? –dije, tenia curiosidad

_ Nunca me gusto tener que servirle al Consejo. He visto a mis hermanos morir en batalla tras batalla y todo por servirle a esa maldita organización. Yo también tuve que servirles –dijo Darren y de pronto su rostro me pareció totalmente serio- Tenía un equipo, unos compañeros que siempre estaban para ayudarme y unos amigos inolvidables. Pero... murieron todos. Mi virtud es la percepción, lo que ayudaba mucho en nuestras misiones. Pero lamentablemente existe un hechizo para bloquear mi virtud. El Consejo nos mando tras un grupo de brujos y yo tuve miedo por que sabía que mi virtud estaría cegada. Temía por lo que pudiera pasarnos. Y así fue, los brujos nos atacaron a todos y mataron a todos mis compañeros. Yo fui el único en sobrevivir y a duras penas. Un servidor de Solcius me encontró días después, medio muerto, y me trajo aquí. Para el Consejo yo estoy muerto. Para mí, he vuelto a renacer.

_ Lo lamento –dije

_ No tienes por que. Se que a veces aun me sigo sintiendo culpable por no haberlo previsto y todo eso. Pero mis amigos eran todos muy nobles y estoy seguro de que ellos pudieron volver al cielo luego de su muerte –dijo Darren y sonrió- Están en un mejor lugar ahora y al fin descansan en paz sin ser explotados por el Consejo. Estoy feliz por ellos.

No le respondí a eso, no quería arruinar la aparente felicidad que tenia Darren. Continuamos caminando mientras yo trataba de ubicarme pero sin lograrlo. Simplemente lo seguía a él. Darren realmente parecía una persona muy buena, de esas que siempre veían el lado bueno de las cosas. Como Miguel pensé tristemente. ¿Y él? ¿Cómo estaría? No podía evitar preguntármelo. Y pensar que ellos en estos momentos debían estar preparándose para ir a la escuela y yo estaba aquí sin saber exactamente en que me estaba metiendo. Suspire, esto definitivamente no tenia sentido.

_ ¿Qué sucede? –pregunto Darren

_ Mi vida esta perdiendo toda lógica últimamente –dije- Y lo peor de todo es que no puedo decirle nada ni a mis amigos ni a mi novio y ellos la están pasando igual de mal que yo por andar metidos en este asunto con el oscuro.

_ Perdóname pero no se que decirte. No te mentiré, es duro ocultarle cosas a tus amigos y aun más a la persona que amas. Pero si ellos son servidores del Consejo no puedes arriesgarte a decirles y dejarnos a todos al descubierto frente al Consejo. Ya bastante con que no te haya sucedido nada cuando descubrieron que eras bruja, no tientes a tu suerte –dijo Darren- Aun así, te mantendré informada de cada decisión del director con respecto a tus amigos si quieres.

_ Gracias –dije- Eso me encantaría.

_ Pasa unos días aquí y ya sabrás como funcionamos –dijo él- Lo único, debo advertirte, no le busques sentido al tiempo.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ Por que el tiempo aquí dentro no tiene sentido. El tiempo aquí dentro se adapta para cada uno. Tú necesitas hacer tu entrenamiento en cuestión de días por lo que quizás los días aquí te parezcan interminables. Pero te acostumbraras –dijo él y lo mire sin comprender- Te darás cuenta cuando lo vivas.

Aun así, no entendí para nada lo que quiso decirme. Continuamos caminando hasta que finalmente salimos de aquella sección y terminamos de algún modo dentro de la arena que había visto anteriormente. Los cinco chicos seguían ahí, practicando lo que sabían hacer. O se podría decir jugando, ya que ninguno dejaba de reír y de sonreí cuando le ganaba en algo al otro. Había dos ángeles, uno castaño y el otro morocho, ambos con los mismos ojos marrones. Luego había un dríade, de cabello oscuro y enmarañado. Apenas si lograba ver sus negros ojos por la cortina que era su cabello. No me había confundido, aquella chica resultaba ser una licántropo. Tenía la piel morena, el cabello oscuro y largo y unos ojos negros que eran simpáticos y atemorizantes al mismo tiempo. El quinto chico resultaba ser un vampiro. Tenía el cabello negro como el carbón y los ojos rojo oscuro. Ellos se detuvieron enseguida al vernos y todos me examinaron con detenimiento.

_ Tu debes ser Katherin, la hija de Caroline –dijo la muchacha sonriendo- Mucho gusto, soy Lupe.

_ Igualmente –dije sonriendo

_ Chicos, Katherin se quedara aquí unos días entrenándose –dijo Darren- Espero reciba el trato que ustedes mismos recibieron y siguen recibiendo. Yo debo ocuparme de unos asuntos pendientes en la oficina de Marie, volveré mas tarde. Recuerden, las clases comienzan a las ocho.

_ Ya sabemos Darren –dijeron todos al unísono

Él hizo una mueca al parecer tan repetitivo y luego partió. Los cinco chicos se acercaron más a mí, rodeándome. Casi deseaba poder desaparecer de algún modo pero no lo hice. Me examinaron seriamente de los pies a la cabeza, mirándome con notable interés. Fue el vampiro el primero en romper aquel silencio y echarse a reír mientras me pasaba una mano por la espalda y se colgaba de mi hombro.

_ ¡Vaya! Será genial tener a un ser mitad bruja mitad ángel entre nosotros –dijo él sonriendo ampliamente- Soy Sam. El dríade es Jeremiah. Ya conoces a Lupe y los dos ángeles son Will y Jude. ¿Cuánto tiempo te quedaras aquí?

_ Hasta fin de año –dije

_ Lastima que sea tan poco, pareces simpática –dijo Jeremiah- ¿Cómo haces para controlar a los dos seres que hay en ti?

_ El ángel mantiene bajo control a la bruja –dije y sonreí- Aunque ella a veces se muestra.

_ Perfecto. Te llevaras excelente con todos –dijo el de cabello castaño, Jude, sonriendo- Sabes, tu presencia resulta ser en cierto modo la de un ángel. Casi imperceptible y ligera. Pero no es como la nuestra, es más bien...

_ Dulce –dije

_ ¡Exacto! –Exclamo Jude- No se quien te habrá dicho que así es tu presencia pero le pego justo.

_ Ella es muy hermosa –dijo Lupe sonriendo- Claramente es una Chevalier, ellos son los únicos con aquellos ojos.

_ Ya veras, te encantara este lugar –dijo Sam- Al menos a mi me encanta y a ellos también. Hay todo tipo de cosas geniales.

_ Las armas que nos proporcionan son geniales –dijo Will

_ Y todo mezclado con un excelente diseño de ropa muy fashion –dijo Jude y no pude evitar quedarme mirándolo

_ Lo único tedioso aquí es el hecho de estar encerrados –dijo Jeremiah

_ Eso es por que tú eres un dríade, para nosotros no hay problema –dijo Lupe y me miro- Para ti seguro que no habrá ningún problema. Los brujos que están aquí no se quejan de nada y los ángeles tampoco.

_ Además, si Darren te dejo aquí con nosotros es por que seguramente estas en la misma clase que nosotros –dijo Jude- Eso será genial. La primera clase que tenemos es C.A.S.

_ ¿Qué es C.A.S.? –pregunte

_ Comportamiento Acorde a la Situación –dijo Will- Ahí nos enseñan a comportarnos de cualquier modo para poder pasar desapercibidos. Tanto sea en una misión de infiltrado o simplemente por que queramos.

_ Y luego tendremos C.C.A. –dijo Lupe con entusiasmo y enseguida continuo ante mi inquisitiva mirada- Significa Combate a Campo Abierto. Te gustara, la arena esta se adapta para el tipo de combate que hagamos.

_ Hoy como arena tocaba el bosque –dijo Jeremiah sonriendo- Reto a alguno de ustedes a que me gane en mi terreno.

_ ¿Ya has estado en alguna batalla real? –pregunto Will

_ Tranquilo Will, seguramente para fin de la hora ya todos los integrantes de Solcius sabrán todo acerca de ella –dijo Sam y me estremecí ligeramente- Tranquila, es algo normal aquí. Además, no juzgamos por los actos o por el pasado. Mírala a Lupe, es hija del representante de los licántropos en el Consejo y aquí esta ella. Huyo de su casa y se unió a Solcius.

_ Y Sam abandono la Secta luego de haberle servido durante treinta años –dijo Jude

_ Además de que a nosotros dos el Consejo nos quiso eliminar –dijo Will- A él por ir contra el reglamente interno y a mi por revelación.

_ Y yo fui un ermitaño hasta hace unos meses –dijo Jeremiah

_ Aunque la cosa no ha cambiado –susurro Sam en mi oído y no pude evitar reír

_ ¿Cuál es tu don? –pregunto Will

_ Puedo hacerte revivir cualquier recuerdo con solo tocarte –dije

_ ¿Y tu virtud? –Pregunto y lo mire sin entender- Digo, ya que eres mitad ángel, se supone que también debes tener alguna virtud como nosotros.

_ No lo se –admití

_ Esta bien, dejemos de interrogar a la pobre chica –dijo Lupe e hizo aparecer una pelota en su mano- Ahora que somos pares, creo que podemos jugar nuestro partido de football.

_ Esto será genial –dijo Sam soltándome y frotando sus manos- Vale todo.

Jeremiah sonrió y tomo un anillo que estaba enganchado a uno de sus largos mechones de cabello. Menciono unas palabras y dos arcos aparecieron a cada lado de la arena. Mire detenidamente a Lupe, preguntándome donde tendría ella el símbolo de Solcius que le permitía hacer magia y entonces mi vista se detuvo en la pulsera de metal que ella llevaba en su muñeca.

_ Espero que juegues Kat –dijo Will- Estoy ansioso por ver como te mueves.

_ Por supuesto –dije sonriendo

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