Capitulo 2: Empezar todo de nuevo


.

Ah, el dulce sol matutino, como lo amaba a la hora de despertarme, me daba las energías para todo el día. Enseguida reconocí la familiar figura de Sol parada sobre mi cama. Me era imposible no reconocerla, con su pelaje en el lomo totalmente anaranjado mientras que tenía todo el pecho blanco y esos ojos verdes junto con su rosada nariz. Mientras que Luna era quizás todo lo contrario, con el pelaje gris y negro y un pecho totalmente blanco junto con sus ojos azules y su oscura nariz. Y claro, Luna dormía a estas horas mientras que Sol estaba hiperactiva. Ella me lamió el rostro, feliz de verme despierta, y luego salto de la cama para partir abajo.

Rápidamente me levante y pase al baño que estaba junto a mi habitación. Me lave el rostro, los dientes y en un segundo ya estaba totalmente arreglada y vistiéndome. Tome del armario un jean angosto, una musculosa rosa oscuro y negro y por ultimo mis botas acordonadas. Agarre mi mochila, metiendo adentro de ella todo lo que necesitaba y tomando los libros de la escuela de los estantes. Me pare frente al escritorio, dudando si debería llevar alguna de mis cosas y decidiéndome finalmente por llevar mi pequeña bola de cristal que portaba fácilmente en una mano y la metí en el bolsillo exterior de la mochila. Por ultimo, agarre los primeros guantes que encontré. Unos de cuero negro y sin dedos, además de que tenia pequeños detalles en forma de agujero en la parte superior de la mano dejando un poco de piel a la vista. No me importo, no tocaría a nadie. Era curioso como en un ataque de pánico por no tocar a nadie había comprado cientos de guantes.

Me colgué la mochila de un hombro, saliendo apresuradamente de la habitación viendo la hora que era y casi corriendo escaleras abajo. Vi la puerta de la habitación de Cato cerrada y supuse que debía de seguir durmiendo. Tome una manzana de la cocina, que termine en dos mordiscos, y en segundos ya estaba en la puerta cambiando mis zapatos por los patines y metiendo estos en la mochila. Me puse en pie, agradeciendo el sendero de cemento que había en la entrada y siguiendo este hasta la calle.

Comencé a andar, solamente eran unas cuadras, podría ir tranquilamente hasta la escuela. En fin había resultado útil que Nikky me hubiera mostrado el camino el día anterior. Nada mas debía seguir calle abajo. Fui tranquila, disfrutando el paisaje, saboreando por fin una libertad sin restricciones. Hacia tanto que no podía andar tan libremente bajo el sol y sin ningún problema. Durante mis días de encierro lo había ansiado más que nada y ahora aquí lo tenía. Me habían prohibido el sol por que este causaba en mí cosas que en los demás no causaba. Y no es que eso fuera normal, los brujos se alimentaban de la oscuridad, de la noche, y el día les causaba ciertos límites y restricciones. Pero en cambio en mi, nada, era totalmente todo lo contrario. El sol causaba en mí lo mismo que la luna. Ambos astros causaban en mí cosas simplemente inexplicables.

No había nadie en la calle. Me permití ser yo misma, dejando que la inexplicable sensación me invadiera y sintiendo como mis pupilas se dilataban. Como un gato bajo el sol, se podría decir. Disfrutando plenamente de cada rayo y sintiendo el caliente pavimento bajo mis patines.

Y en medio de todo eso, otra vez ese acelerar de motocicleta que había escuchado la noche anterior. En un segundo el chico que iba en una motocicleta negra pasó junto a mí a gran velocidad y se perdió en el resto de la calle. Apenas si llegue a ver el brillo del casco cuando fue totalmente iluminado por el sol. Me quede parada en seco por la sensación que había dejado en su camino. Me había dejado totalmente sin aire, como si esa ráfaga que había provocado al pasar me hubiera dejado totalmente congelada. Pero no era nada, nada fuera de lo normal, simplemente un muchacho que había pasado andando en motocicleta.

La calle se hizo más concurrida y en un segundo ya había recuperado mi apariencia normal ocultando totalmente la sensación que el sol provocaba en mí. Veía como algunos chicos llegaban caminando, otros en bicicletas o patines y otros simplemente tenían más suerte y venían en auto. De un salto me subí a la acera y estuve en el frente de la escuela donde varios alumnos ya estaban reunidos en grupos, charlando. Me senté sobre un banco, cambiándome los patines por los zapatos. En un parpadear de ojos Nikky apareció frente a mi, tomándome totalmente por sorpresa, y entusiasmada como siempre.

_ Primer día –dijo conteniendo su entusiasmo- ¿Cómo te sientes?

_ Perdida, no se ni que tengo ahora –confesé y su sonrisa solo se ensancho

_ Eso mismo pensé yo que te pasaría, por eso ya fui a recoger tu horario para entregártelo. ¿Y adivina que? ¡Compartimos la primera hora! Será genial, tenemos idiomas y la profesora es una anciana sorda y sin autoridad. A veces da pena –dijo ella lamentándose un poco y luego recuperándose- Pero lo bueno es que podremos hablar sin ningún problema, hay muchas cosas que debo enseñarte. Pero primero, ten tu horario antes de que me olvide.

Ella me entrego una hoja que tome y mire durante unos segundos. Demasiadas clases diferentes, demasiadas materias que antes no hubiera tenido, demasiados cambios. Mi anterior sistema escolar era totalmente diferente, aunque claro, todos los alumnos era igual que yo. Por empezar compartía todas las clases con, quienes creía, eran mis amigos. Aquí no, era un horario diferente para todos y quien sabe con quienes me tocaría cada clase. Doble el papel y lo guarde rápidamente en mi bolsillo, sabiendo que para esta primera hora solo debería seguir a Nikky.

_ Muchas gracias –conteste

_ No es nada, ya veras que todo ira bien. Te presentare a muchas gente que estará feliz de conocerte y ser tu amigo, además de muchas cosas más que debo enseñarte. Pero primero debería llevarte hacia donde esta tu casillero que es el numero 17.

Ni siquiera me dio tiempo de responderle, ella me tomo por el brazo y me arrastro hasta el interior de la institución. Luego por los pasillos y finalmente se detuvo delante del casillero numero 17. Agradecí tener uno de los casilleros de la fila superior y no de la inferior, aunque estos eran de un terrible color azul verdoso. Nikky me tendió un papel en donde estaba escrito el número de combinación del casillero y rápidamente lo abrí para dejar todas mis cosas dentro. Por empezar, mis patines.

_ Mi casillero es el numero 87 por si te interesa. Este era mi antiguo casillero pero me mude y entonces lo deje libre para ti –me explico ella

_ ¿Y por que te mudaste? –pregunte

_ Por cuestiones de vecinos –dijo ella con una mueca

_ ¿Qué? ¿Problemas con los vecinos? –inquirí y ella se mordió el labio

_ Se mudo para estar cerca de Gabriel Luteri –respondió una chica a tiempo que se apoyaba sobre el hombro de Nikky

Mire con curiosidad a chica pelirroja que simplemente se limitaba a sonreírme cerrando los ojos. Ella tenia el pelo corto y lacio de un rojo extremo que llegaba a parecer inhumano, seguramente debía de ser teñido o algo así por que era imposible que alguien tuviera un pelo tan rojo por mas que lo ocultara un poco bajo esa boina que llevaba. Luego ella abrió los ojos y me fije en que estos eran de un intenso color verde. En ese momento la chica recibió un golpe de parte de Nikky por lo que había hecho y en vez de quejarse o algo, simplemente rió.

_ Me presento, soy Mercedes y como ya veras mantengo una excelente relación con Nikky –dijo ella, bromeando

_ Ella es Mecha, es muy poco disimulada así que no le digas nada si no quieres que todo el mundo se entere –dijo Nikky dándole una terrible indirecta a Mecha, ella hizo una mueca y luego se encogió de hombros

_ Pero sabes que tengo razón, solamente te mudaste por Gabriel Luteri –respondió ella

_ ¿Y quien es Gabriel Luteri? –pregunte

_ ¿No sabes quien es Gabriel Luteri? –Dijo Mecha totalmente sorprendida- Gabriel Luteri es uno de los cinco alados, no existe chico mas sereno y pacifico que él. Además de que es irrefutablemente hermoso y toca la flauta de un modo maravilloso. Cuando Nikky supo que había un casillero libre cerca del de él, enseguida se abalanzo para mudarse y conseguirlo antes que nadie –me explico ella

_ El punto es que lo conseguí y además pude dejarle un casillero libre a Katherin –agrego Nikky

_ ¿Entonces Katherin es tu nombre? ¿Sabias que significa la que es pura? Ojala respetes el significado de tu nombre –dijo Mecha sonriéndome

_ Eso intentare –conteste

_ No escuches a Mecha y todas sus locuras –me advirtió Nikky- Ella cree que los seres fantásticos existen.

Internamente me estremecí, pero luego no le di mucha importancia al hecho y lo deje totalmente de lado por más que Mecha no hizo lo mismo y pareció enfurecerse por el comentario de Nikky.

_ No creo, sé que existen –replico ella

_ ¿Entonces me vas a decir que por ejemplo, por que Katherin es pálida, es un vampiro? –dijo Nikky sin ocultar su sarcasmo

_ Si ella fuera un vampiro su sonrisa tendría que provocar temor, pero en cambio a mi me parece contagiosa –respondió Mecha sonriéndome- Además los vampiros tienen un extremo sentido de la educación y la ética de tal modo que hasta llega a espantar. Ella solo tiene el nivel normal.

Me sorprendió cuanto sabia ella al respecto, pero no pude evitar suspirar internamente de alivio al ver que creía que era una persona normal. Si había logrado engañar a Mecha que parecía saber bastante sobre el tema, podría engañar fácilmente a cualquier otro.

_ Bueno, dudo que hayas venido hasta aquí para hablarme de vampiros y seres que no existen. ¿Para que viniste? –pregunto Nikky

_ ¿Por qué crees que vine específicamente para algo? –pregunto Mecha

_ Por que te conozco y sé que te quedas afuera al aire libre todo el tiempo posible y hasta llegas tarde por que dices que estar dentro te “sofoca” –respondió Nikky mientras hacia comillas con sus dedos y repetía- ¿Para que viniste?

Mecha se acerco, susurrando algo al oído de Nikky y ambas casi gritaron por la excitación. Las mire confundida, sin saber a que se estaban refiriendo y luego de un rato las dos rieron por lo bajo, tapándose la boca como si acabaran de hacer alguna travesura. No fue difícil saberlo, al menos no para una persona como yo que le era fácil predecir lo que estaba pasando, ellas dos estaban hablando de algún chico. Suspire y me di vuelta para terminar de acomodar mis cosas. Nikky había dicho algo sobre que la primera hora era clase de idiomas... Tome mi libro el libro junto con una carpeta y deje el resto de mis cosas en el casillero. Para cuando me di vuelta, Nikky había desaparecido totalmente y había quedado sola frente a Mecha.

_ Perdona por eso –dijo ella- Necesitaba decirle algo a Nikky, ella volverá en un momento luego de que deje de hiperventilarse.

_ No hay problema, en absoluto –respondí

_ Gracias. Por cierto, no iras a creerme loca. ¿No? –Dijo ella tristemente- Yo sé que quizás tengo una forma de pensar bastante rara, pero en realidad no hay nada malo en mi, por favor no me prejuzgues por lo que dice la mayoría de mi.

Me mordí el labio, sabia que no debía hacerlo pero aun así el sentimiento le gano a la razón y dije lo que me parecía correcto. No iba a mentir.

_ Yo te creo –susurre- En todo eso que dijiste, para mi también existen los seres fantásticos.

_ ¿Enserio? –Pregunto ella, asentí- ¡Eres una persona genial! –exclamo Mecha y salto para abrazarme

Por unos centímetros mis dedos casi rozan su piel. Trate de no mostrarle pero internamente me alarme. Debí haber predecido esa reacción de su parte, debí haber previsto, por poco casi arruinaba todo al tocarla a ella. Encima justo a Mecha que creía en los seres fantásticos y no encontraría modo de explicárselo de modo que no me descubriera. Había sido plena suerte que no la hubiera tocado.

_ ¿Y a donde ha ido Nikky? Tengo clase con ella en la primera hora y no tengo la menor idea de a donde ir –dije una vez que ella me soltó

_ Ella fue a ver a Miguel Beitarg que estaba tirado en el suelo jugando con un perro. Creo que no pudo resistirse y fue corriendo, Nikky es una persona muy... No se. ¿Obsesionada con los chicos se podría decir? –pregunto Mecha incrédula

_ Creo que si –respondí y ambas reímos

_ Pásame tu horario –pidió Mecha y obedecí al instante, ella examino la hoja que le tendí y luego casi salto de felicidad- Compartes la segunda hora conmigo y para nuestra suerte la señora Miriam esta ausente el día de hoy. Lo que quiere decir que tendremos hora libre y no tienes idea de lo afortunadas que somos. Te lo mostrare después en la hora libre.

En ese momento Nikky reapareció totalmente acalorada y apenas si pudiendo respirar. Entonces toco el timbre y ella casi grito ante el sonido de queja que hizo y Mecha y yo casi reímos. Nikky me tomo por el brazo y se dirigió camino a la derecha hacia nuestra aula mientras que Mecha nos despedía con la mano y luego partía en camino contrario.

No hay nada que decir de la primera hora, fue tal como Nikky había dicho, con una anciana que apenas si oía y hablaba sin que nadie la escuchara realmente. Ni siquiera supe que estaba enseñando. ¿Acaso estaba hablando de gramática? No, ni valía la pena escuchar ya que ni se podía por el ruido que había alrededor. Hable durante la mayoría de la clase con un chico que estaba sentado adelante mío que se llamaba Matt y la hora quizás paso mas rápido de lo que esperaba. Nada, la carpeta totalmente intacta sin que hubiera escrito algo mucho más que dibujado. Y luego tenia hora libre según me habían dicho. En mi anterior institución no se podía ni decir una palabra, ante el menor sonido uno era castigado y había que encontrar otras formas de conversar para que no te agarraran. La conversación mental era bueno, el hecho de escuchar su voz en mi cabeza y responderle sin necesidad de hablar. Pero el ya no escuchar su voz en mi cabeza provocaba un vacío que me era difícil de ignorar. Aunque prefería olvidar todo a recordar lo vivido.

La hora pareció pasar en cuestión de minutos y todos partieron rápidamente cuando sonó el timbre sin haber dejado que la pobre señora terminara su explicación. Si es que había alguien escuchándola... Salí del aula, ya encontrándome a los alumnos que estaban a punto de entrar y fijándome en que ellos ya ni consideraban esto como una hora ya que ni tenían sus materiales. Camine por los pasillos junto con Nikky hasta que finalmente me volví a reencontrar con Mecha y ella me sonrió, alegre como parecía ser siempre.

_ Ahora le toca conmigo –dijo Mecha

_ ¿Y que es lo que tienen? –pregunto Nikky

_ Hora libre –respondimos las dos a la vez y la envidia de Nikky fue más que visible

_ ¡No puede ser! ¡Son unas malditas suertudas! Yo tengo ahora cívica y ya me imagino lo que quieres hacer Mercedes. ¡Simplemente no es justo! –exclamo ella totalmente molesta y Mecha rió

_ Yo no provoque que la señora Miriam faltara el día de hoy –dijo Mecha sonriendo- Además no puedes saber lo que vamos a hacer.

_ Sé perfectamente lo que van a hacer. Pero yo tengo clase en el piso superior, supongo que si me siento junto a la ventana podré disfrutar de la vista –dijo Nikky recuperando su animo

_ Y así te ira en institución cívica... –respondió Mecha poniendo los ojos en blanco y exagerando un poco

Nikky no respondió y continuó de largo por el pasillo, tomando las escaleras que había a la derecha de este. Me quede mirando por donde ella había partido y solo después me di cuenta de que Mecha también ya se estaba yendo y logre alcanzarla casi corriendo. Ella se dirigió a las puertas que daban al exterior, saliendo a lo que parecía ser el patio de deportes de la escuela y caminando feliz bajo el sol. La seguí, tratando de ocultar lo que el sol causaba en mí y concentrándome totalmente para que mis ojos no adoptaran esa forma que nadie debía ver. Necesitaba que ella me hablara, necesitaba distraerme o terminaría por ceder y Mecha vería mis pupilas dilatadas totalmente ante los rayos del sol.

_ ¿A dónde vamos? –pregunte

_ Es segunda hora de la mañana del lunes y tenemos hora libre. Esto es mucho mejor que cualquier deseo que pudieras tener. Aunque claro, todos los que tienen hora libre también seguramente pensaron lo mismo que yo –respondió Mecha

Comprendí a que se refería viendo el grupo de chicos que estaban sentados en las gradas viendo el partido de football que se estaba jugando. Me colgué del barandal, balanceándome hasta subirme de un salto a las gradas y solo después se me ocurrió pensar que eso no lo hubiera hecho una persona normal. Pero Mecha no pareció notarlo e hizo algo muy parecido a lo mío. Ambas nos sentamos y entonces me fije en las miles de chicas que estaban sentadas en el centro, todas hablando entre si y riendo mientras miraban a los chicos hacer gimnasia.

_ Esto es muy típico de esta escuela, las miles de chicas adelante totalmente hipnotizadas viendo a los hombres en gimnasia y seguramente Nikky debe andar pegada a la ventana tratando de ver algo. Te soy sincera, yo no soy así de... obsesionada –dijo Mecha- Si vengo aquí es por que no soporto estar todo el tiempo encerrada en esa institución, no aguanto durante mucho tiempo no estar libre en el exterior.

_ A mi también me gusta el aire libre –admití

_ Aunque admito que también te acabo de mentir un poquito. ¿Ves a ese chico que esta ahí adelante? –pregunto ella

Recién entonces me fije en el chico que estaba sentado en primera fila y casi me estremecí al reconocerlo. Era el mismo muchacho de cabello oscuro que había visto el día anterior en el tren. Pero ahora que lo miraba mas detenidamente si parecía hermoso, con las mismas facciones angelicales que Miguel. Su cabello negro y lustroso esta vez si estaba peinado. Me sorprendí al ver su mano y no encontrar herida alguna, hubiera jurado que lo había visto vendándose en el tren. Pero aun así había algo que simplemente no me permitía dejar de mirarlo y nuevamente esa sensación de querer ir, tocarlo, saber lo que era exactamente por más que solo era un humano más. Trate de buscarle una explicación a esa curiosidad pero.... nada. ¿Era simple curiosidad?

_ Ese es Gabriel Luteri –continuo Mecha- Y luego. ¿Ves esos tres que están jugando? El de cabello color beige es Miguel Beitarg mientras que el pelirrojo es Raphael Crist y luego el de cabello castaño es Daniel Mitshee.

Enseguida ubique a Miguel, siempre con aspecto extremadamente amigable y sus mismos rasgos angelicales. No fue muy difícil encontrar a Raphael ya que su cabellera rojiza sobresalía entre el resto y supuse que el tercero que estaba como delantero junto con ellos dos debía de ser Daniel. Los mire fijamente durante unos segundos y por mas que trate era imposible no quedárseles mirando. Los tres, los cuatro mejor dicho contando a Gabriel, parecían los mismos ángeles salidos de alguna pintura del arte europeo de hace siglos. Claramente sobresalían entre los demás y ahora entendía por que Mecha y Nikky habían hablado tanto de ellos, parecían un tema de conversación común ya entre las chicas y lo podía ver en el grupo que estaba adelante que no dejaba de hablar y señalarlos siendo tan poco disimuladas. Y además se hacia difícil ignorarlos viendo que los tres jugaban de delanteros y lo increíblemente buenos que eran. Miguel, perfectamente la representación de la amistad y la camarería. Daniel, la igualdad de oportunidades y de derechos. Mientras que Raphael, parecía ser algo así como el equilibrio entre todo y todos.

_ Otra mas que cayo en sus encantos –dijo Mecha- Creo que ya somos todas. No se que tienen ellos, pero es imposible no mirarlos. Por más que uno intente resistirlo, oponer resistencia, resulta sencillamente imposible. No lo entiendo.

_ No lo se –respondí- ¿Acaso son hermanos o algo así ya que son tan parecidos?

_ No lo creo, son solo amigos pero sé que viven los cinco juntos. ¿Te imaginas lo que debe ser cinco chicos sin control en una casa? Ojala yo pudiera vivir de ese modo tan libremente. Te juro que llego a envidiarlos –contesto ella

_ Pero yo solo veo cuatro. ¿Dónde esta el quinto? –pregunte

_ Miguel, Raphael y Daniel están un año arriba nuestro –respondió Mecha- Los otros dos están en nuestro año. Gabriel tiene hora libre al igual que nosotras y Alexander debe estar en clase de economía si no me equivoco.

_ ¿Sabes sus horarios? –dije sorprendida

_ Todo el mundo los sabe. Debemos ser sinceras y admitir lo obsesionadas con ellos que somos y lo cierto es que no hay ninguna chica que no este perdidamente enamorada de alguno de ellos. Yo creo que me quedaría perfectamente con Gabriel, es muy pacifista y encantador. ¿Había chicos así en tu otra escuela?

_ Estaba lleno –dije sin pensarlo y solo después me di cuenta de que no debí haberlo dicho

Siempre los seres fantásticos tenían por alguna razón belleza sobre humana. Y en una escuela donde estaba lleno de brujos, quizás ninguno de estos chicos hubiera sobresalido sino que hubieran sido igual al resto. Aunque se debía admitir que para ser humanos eran bastante hermosos.

_ ¿Y tenias novio en tu otra escuela? –pregunto Mecha

_ Tenía... –respondí tristemente

_ ¿Rompiste con él? –continuo ella, asentí- ¿Por qué?

_ Él cambió y yo ya no lo quise mas de ese modo, hasta llegue a temerle –confesé- De algún modo agradezco haberme mudado aquí para empezar todo de nuevo.

_ Lo lamento mucho, no debí preguntar –dijo Mecha

No le respondí, yo también me estaba lamentando internamente por un pasado que trataba de olvidar. El simple recuerdo de él y en lo que se había convertido bastaba para congelarme la sangre. ¡Y todo a causa de ese maldito! Y luego esperaba que yo me arrodillara y le jurara lealtad al igual que como había obligado a hacer a quien era la persona que yo amaba en ese entonces.

_ No hay problema. Después de todo no fue nada serio –mentí

_ Quizás. Pero mira el lado bueno, este es tu nuevo comienzo sin ningún tipo de ataduras ni nada. Podrás hacer lo que quieras –contesto Mecha- Es genial empezar todo desde cero. Además tienes suerte, eres una persona encantadora y muy hermosa, podrás hacer amigos fácilmente. Al menos yo ya te veo como una amiga.

_ Gracias, yo también ya te veo como una amiga –respondí sonriéndole

_ Y Nikky también, yo se que parece ser muy pesada y todo eso pero es que esta muy entusiasmada con todo esto de que eres nueva y que acabas de llegar. Pero ella es una excelente amiga, deja que se le pase la exaltación y lo veras. Además, aunque esta escuela quizás resulte inferior por que este en un pueblo y no es la escuela. “La” en letras bien grandes –bromeo Mecha y reí- Pero te aseguro que la pasaras muy bien estando aquí. Somos todos muy buenos y amigables.

_ Realmente, me basta con que ninguno intente matarme –dije y ella rió creyendo que era una broma pero en realidad era verdad

Continuamos hablando de cualquier cosa con Mecha, hasta que luego de varios minutos el entrenador toco el silbato y detuvo el partido. En ese momento Raphael vino corriendo hasta las gradas para hablar con Gabriel y entonces me vio. Sus ojos marrones me examinaron detenidamente durante unos segundos y luego le dijo unas palabras a su amigo. Gabriel se dio vuelta y también me miro, disimuladamente, con sus grandes ojos celestes. Y luego continuaron hablando entre ellos. La terrible sensación de que estaban hablando de mi me invadió y fue peor cuando se les sumaron Daniel y Miguel.

_ Eres chica nueva, tema de conversación –susurro Mecha en mi oído

_ Aun así, no creo poder acostumbrarme a este tipo de cosas –dije por lo bajo

_ Disfruta de esto, luego con suerte alguno de ellos notara tu existencia.

_ ¿Por casualidad Gabriel y Raphael estuvieron fuera del pueblo este fin de semana? –pregunte y ella me miro confundida

_ Creo que si, el viernes estuvieron ausentes los dos. Supongo que habrán salido a pasar el fin de semana en otro lugar –respondió ella- ¿Por qué?

_ Por que creo haberlos visto en el tren el día que llegue –conteste- Estoy totalmente segura de que eran ellos dos.

_ Probablemente –dijo Mecha- Quizás es por eso que están hablando de ti. Ellos tienen suerte, viven solos y sin ningún padre, pueden hacer lo que quieran. Faltan al colegio cuando lo desean y además no es que la dirección pueda hacerles algo ya que tienen muy buenas notas. En cambio yo tengo que asistir aquí todos los días del calendario escolar y si estoy enferma mi madre me obliga a venir igual.

_ Dudo que sea tan torturante esta escuela

_ Torturante no –me interrumpió ella- Es genial y me encanta todo lo que hacemos. Pero lo que me molesta es el hecho de levante temprano todos los días que hay escuela. Pero dejando eso de lado este lugar es genial, hasta seria aburrido no venir ya que la paso excelente con todos.

Sonó el timbre y dio por terminada la segunda hora. Tuve que sacar mi horario para fijarme que clase tenia y en donde. Biología en el primer piso. Estuve feliz de encontrar en las escaleras a una chica llevando mis mismos libros y viendo que debía tener la misma clase que yo así que la seguí. Entre a la clase y sonreí al encontrar alguien conocido. Kevin me dedico una rápida sonrisa al verme y luego continuó hablando con quien estaba sentado. La clase no tenía más que el típico aspecto de un aula de biología, con miles de objetos raros alrededor de todo. Desde animales en formol hasta todo tipo de huesos y carteles refiriéndose a diferentes temas. Con tres filas de mesas dando al frente al gran pizarrón y escritorio. Tome asiento al lado de una muchacha con largo cabello oscuro que parecía estar muy absorta es sus pensamientos y solo después de unos segundos se percato de mi presencia.

_ Tú debes ser la chica nueva. ¿No? Buenos días, soy Miranda –dijo ella

_ Katherin –le respondí

En ese momento Gabriel Luteri entro en el aula mientras mandaba un mensaje de texto con su celular y se sentó delante de nosotras en la primera fila. Dejo su mochila en el asiento libre que había a su lado y pude ver como de esta sobresalía una plateada flauta traversa. El celular le vibro, mostrando que había recibido una respuesta a su mensaje enviado y me fije en como Miranda levantaba la cabeza para tratar de leerla. Pobre chica, no pudo ver nada por que el ángulo no le permitía. Quise hacer algo bueno por ella y me acerque a un costado de la mesa para poder ver el texto. “Estoy en eso, llegare para el final del almuerzo” decía el mensaje y Gabriel rápidamente guardo su celular cuando el profesor entro en la clase. El hombre no debía de pasar los cincuenta y cinco años, con el cabello totalmente canoso y unos enormes anteojos. Él se sentó sobre su escritorio, mirando atentamente a toda la clase.

_ Que lastima, me hubiera gustado ver que decía el mensaje –susurro Mirando tristemente

_ Le respondieron que se estaba ocupando de eso y que, fuera quien fuera, llegaría para el final del almuerzo –le susurre a ella en el oído y me sonrió

_ Muchas gracias –respondió en un susurro para que Gabriel no nos escuchara

_ Bueno, sacan todos una hoja, examen –anuncio el profesor y enseguida hubo el ruido de queja de todos

_ Señor, hay una alumna nueva, a mi no me parecería justo que le tomaran examen siendo este el primer día –intervino Kevin tratando de conseguir que el examen se anulara

_ Ya veo a que quiere llegar señor York, pero como ya sabe no existen excepciones en mi clase y mis exámenes se hacen siempre. Además, de este modo podré ver cual es el nivel de la señorita Strega –respondió el profesor mirándome

_ Aun así... –continuo Kevin

_ Las ciencias se basan en las demostraciones –le interrumpió el profesor- Si usted no quiere hacer el control sale de mi clase y va a explicarle sus creencias a dirección.

Enseguida Kevin se callo y se encogió en su lugar. El hombre comenzó a dictar y tuve que sacar una hoja al igual que todos para copiar las preguntas y responderlas. Termine de escribir y luego comencé a responder. Eran preguntas fáciles, quizás más que obvias. Por primera vez agradecí haber estado un tiempo en mi otra escuela, donde el sistema de estudios era más que exigente y este tipo de pruebas eran una tontería comparado con los reales exámenes que tomaban. Aun así me tome mi tiempo para no entregar primera y no llamar la atención. Me fije en la cara de desesperado de Kevin por no tener la menor idea de que responder y como Miranda se agarraba los pelos aun con la hoja en blanco. Suspire y apoye mi cabeza sobre una mano a tiempo que terminaba de escribir. Levante la cabeza sorprendida al ver como Gabriel entregaba primero su hoja totalmente prolija y como el profesor la recogía. Pasaron unos minutos, nada cambió, todos seguían con la misma expresión de no saber que responder y yo seguía guardando mi hoja sin entregarla. ¿Es que enserio les resultaba tan difícil esta prueba? Las preguntas eran sobre lo básico que había que saber sobre la anatomía humana. No era gran cosa. Solamente pedía nombres específicos y acciones específicas de ciertas células. Luego de unos segundos el profesor se canso y empezó a reclamar las hojas. Enseguida le entregue la mía mientras que el resto de los alumnos pedían desesperados unos segundos más. Cuando el hombre termino de recoger las hojas, se sentó en su escritorio a corregir rápidamente las diez preguntas que había dado como examen mientras los alumnos hablaban.

_ Me fue muy mal en el examen, siempre me va mal igual que a todos –se quejó Miranda

_ ¿Pero no les había avisado que iba a tomar examen? –pregunte

_ Él no avisa nada, toma examen sorpresa cuando quiere y para mala suerte es casi todas las clases. Pero el problema es que nadie sabe nada de lo que toma –respondió Miranda y se dejo caer sobre la mesa- Esto es torturante, lo odio.

_ Si esto te parece torturante, tienes suerte de no haber estado en mi anterior escuela. Este tipo de pruebas no es nada comparado con lo que nos tomaban –admití

_ Igual. Al único que le va bien en esta materia es a él –dijo ella mirando para delante a Gabriel- No se como hace pero termina en segundos y saca diez sobre diez.

Ella se quedo en silencio, lamentándose sobre la mesa al igual que el resto de los alumnos. Mire a Kevin y él me sonrió al mostrarme el libro que tenia oculto bajo la silla y no pude evitar taparme la boca para no reír. Entonces él había estado haciendo trampa, al menos no le iría tan mal como al resto en este examen. El profesor termino rápido de corregir, y claro, solo eran diez preguntas por hoja que tenia que poner si estaban bien o mal. Él se sentó nuevamente sobre su escritorio, mirando a toda la clase y mostrando las hojas ya corregidas que tenia en las manos.

_ No hace falta decir lo que pienso respecto a esto, creo que ya lo he dicho varias veces –dijo el profesor y comenzó a dar todo un discurso que apenas si escuche

_ ¿Es todas las clases así? –pregunte por lo bajo a Miranda

_ Lamentablemente –respondió ella aun lamentadote sobre la mesa- Lo peor es cuando hace el podio de las notas.

_ ¿Y que es eso? –inquirí

Aunque ella no me respondió y no tenia por que hacerlo ya que al instante comprendí a que se había referido cuando el profesor levanto una hoja en el aire para mostrarla. Por más que nadie le presto atención ya sabiendo quien debía de haber sacado la mejor nota.

_ Nuevamente el señor Luteri entrego primero y saco una excelente calificación... –comenzó a decir el profesor

_ Ya sabemos, hay tarea para todos y él por premio no tendrá –le interrumpió Kevin- Lo típico de siempre.

_ ¿Me deja terminar señor York? -pregunto el profesor- Por que si lo hiciera se daría cuenta de que esta vez no es “lo típico de siempre”.

En ese momento el profesor levanto otra hoja y Kevin no le respondió estando totalmente atónito. Todos levantaron la cabeza con el mismo aire de incredulidad y me encogí viendo que esa era mi hoja.

_ El señor Luteri habrá entregado primero y habrá respondido todo correctamente como siempre. Pero la señorita Strega, que entrego segunda, también respondió todo correctamente y sus respuestas son mas especificas. Por lo tanto creo yo que debería considerar esto como un empate, ninguno de los dos hará la tarea. Mientras los demás... quiero la pagina 187 del libro, todos los ejercicios –anuncio el profesor

El murmullo se levanto casi al instante y desee más que nada poder desaparecer de ese lugar. Poder podía, pero no debía si no quería que me descubrieran, tendría que aguantar todo como una persona normal. Gabriel se dio vuelta y se quedo mirándome totalmente sorprendido. Agradecí enormemente el momento en que sonó el timbre y por más que todos se levantaron y partieron recuperando su hoja antes de salir, no dejaron de hablar en ningún segundo de mí.

Me levante, tomando mis cosas para salir pero enseguida el profesor me detuvo haciéndome señas para que fuera a hablar con él y maldecí internamente el hecho. Me pare frente a su escritorio, ya con el aula casi vacía a excepción de Gabriel que seguía guardando sus cosas lentamente. Tuve la sensación de que solo lo hacia para escuchar y me era imposible ignorar su mirada todo el tiempo clavada en mi por mas que le daba la espalda.

_ La verdad que me sorprendió señorita Strega, siendo sincero no creí que pudiera esperarme algo así de su parte –dijo el profesor- ¿Ha que colegio asistía anteriormente?

_ Al instituto Bella Vista, en... –dije dudando, pero mas que todo por el dolor ante el recuerdo

_ ¿El que solo se puede entrar con invitación? –Pregunto él totalmente sorprendido, asentí- No lo entiendo, asistía a tan prestigioso instituto y decidió cambiarse a este lugar. ¿Es que acaso le iba mal ahí?

_ No, sacaba buenas calificaciones –respondí

_ ¿Y entonces por que se cambio de lugar? –inquirió el profesor

_ Por motivos personales –dije tristemente

_ Yendo a tan preciado instituto podría haberse cambiado a uno de igual nivel, pero en cambio decidió cambiarse a este y mudarse a este lugar. Perdóneme pero no la entiendo –contesto el profesor

_ No hace falta que me entienda, solo que me dé clases –dije por lo bajo

_ Eso es lo que haré, será agradable tener a una persona como usted en mi clase –dijo el profesor, tomando sus cosas y partiendo

Suspire y me quede parada en el lugar durante unos segundos. Quizás mi antiguo colegio tenia esa gran imagen que daba de preciado instituto, pero era todo para ocultar lo que en realidad era. Una escuela para todo aquel que utilizara la magia, claro por quien era el director tenia que ser magia oscura. Justo el peor lugar en donde yo me hubiera podido meter, pero por suerte había logrado escapar.

Me había olvidado totalmente de la presencia de Gabriel hasta que él hizo un fuerte ruido y termino de guardar sus cosas. Me di vuelta y él aun seguía mirándome. Tócalo, tócalo, solo un simple roce decía una voz dentro de mi cabeza. No, no lo tocaría. No me arriesgaría a tocarlo aun si pudiera inventarle cualquier excusa para hacerle creer que no había pasado nada. Primero debía aprender a dominar lo que mi tacto provocaba, solo luego, quizás me permitiría tocarlo.

Gabriel tomo su mochila y camino para partir. Conscientemente balanceo su mano al pasar al lado de mí y logre reaccionar justo a tiempo para no tocarlo. Por un segundo sus dedos casi tocan los míos y no quise ni imaginar lo que hubiera pasado de ser así. ¿Acaso él había intentado tocarme? Si, lo podía ver en la cara de frustración que había puesto al fallar. Finalmente él salio de la sala y me apresure a tomar mis cosas para ir a almorzar. Apenas si cruce el umbral de la puerta que me encontré con Nikky y Mecha. Ambas me miraron totalmente sorprendidas.

_ Sacaste una excelente calificación en un examen del señor Howper –dijo Mecha totalmente atónita

_ ¿Cómo lo sabes? –pregunte

_ Toda la escuela lo sabe –respondió Nikky- Dicen que empataste junto con Gabriel Luteri en la nota.

_ No lo creo, él entrego primero –conteste

_ Si pero sin embargo, según me contó Kevin el señor Howper dijo que tus respuestas fueron mas especificas –continuo Nikky- Toda la escuela esta hablando de eso.

_ La hora apenas termino hace unos minutos –dije

_ Si, pero la noticia corrió como pólvora –dijo Mecha- Si lo que querías era no llamar la atención, hiciste todo lo contrario.

Me mordí el labio, debí haberlo pensado dos veces a la hora de responder el examen. Pero es que me había resultado extremadamente fácil. La culpa era del profesor por haber hablado de mi examen. Con un poco de suerte quizás todo esto pasaría en cuestión de horas.

_ ¿Cuánto creen que dure todo esto? –pregunte

_ No mucho –respondió Mecha- Todo esto no es por ti, es por que sorprende la noticia de que te hayan comparado con Luteri.

Casi no le preste atención a lo que ella dijo, en ese momento estaba mirando al grupo de chicas totalmente desesperadas que estaban corriendo rápidamente por el pasillo hacia las escaleras. Unas pasaron junto a nosotras y Nikky detuvo a una muchacha de pelo rubio tomándola por el brazo y preguntándole que estaba pasando. La muchacha apenas si podía contener su exaltación y le susurro al oído algo a Nikky. Apresuradamente, ella apenas quedo libre siguió corriendo y antes de que pudiera darme cuenta Nikky ya no estaba con nosotras y había partido corriendo junto con las demás. Mecha suspiro exasperada, llevándose una mano a la cabeza y negando lo que acababa de ver.

_ No puedo creer que sean tan patéticas –murmuro ella- No puedo creer que sean tan obsesionadas.

_ Adivinare. ¿Otra vez por un chico? –dije a tiempo que empezábamos a caminar

_ Exactamente, y no por cualquier chico –respondió Mecha

En ese momento pasamos junto a una ventana y mire justo a tiempo para ver como el motociclista que había visto esta mañana entraba en el aparcamiento de la escuela. Ambas continuamos caminando y doblamos para tomar las escaleras.

_ Por Alexander Engel –continuó Mecha mientras bajábamos por las escaleras- Encima son tan poco disimuladas. Deben estar todas enfrente de él, mostrándose, en un intento por que él les dirija al menos una mirada o se fijase en alguna de ellas. Cosa que nunca ocurre y parecen no entender.

Estuvimos en el piso inferior, caminando por los pasillos casi desierto de chicas. ¿Es que enserio se armaba tal cosa siempre? Mecha y yo parecíamos ser las únicas dos totalmente despreocupadas mientras que las únicas chicas que había no dejaban de hablar por lo bajo, susurrándose cosas.

_ Es que enserio no las entiendo –siguió Mecha- Comprendo que sean mas que lindos y todo eso, pero al menos que intenten controlarse un poco como yo hago. Tú crees lo mismo que yo. ¿Verdad? Sino ya hubieras ido corriendo junto con Nikky.

_ Se puede decir que no soy de ese tipo de chicas –respondí

Mecha contesto algo, o al menos eso creí por más que ya no la estaba escuchando. De hecho, ya no estaba prestando atención a mí alrededor. Solo estaba mirando al muchacho rubio que acababa de entrar, portando su casco bajo una mano y balanceando sus llaves con la otra. Si, era el mismo que había visto en motocicleta esta mañana y también el quinto alado que me debía faltar. Simplemente no podía despegar mi vista de él, me resultaba imposible. Su rostro era hermoso, parecido al de un ángel. No, no era parecido, era como el de un ángel. El cabello rubio oro totalmente despeinado pero con gracia. Sus ojos verdes que en ese instante se fijaron en mí. Baje la vista, tratando de ignorarlo, pero aun así no pude. Ni yo ni nadie podía ignorarlo, hasta Mecha lo miraba de soslayo por más que trataba de disimularlo. Y es que ninguno de los cinco alados era fácil de ignorar, pero él en especial me resultaba imposible. Pase a su lado, sin darle mucha importancia y entonces sentí como él se detuvo para mirar hacia atrás y fijarse en mi casi al mismo tiempo que yo hacia lo mismo. Me dedico una sonrisa con la que casi logro que se me detuviera el corazón y luego continuó con su camino.

_ Suerte que dijiste que tu no eras así –dijo Mecha totalmente sorprendida- ¿Lo que acaba de pasar paso enserio o yo vi mal?

_ Creo que paso enserio –dije casi sin aire

_ No puedo creer que él se haya fijado en ti y sonreído –continuo Mecha- Es algo que jamás hubiera creído de no haberlo visto.

_ ¿Quién era ese? –inquirí

_ Ese era Alexander Engel, Alex, es uno de los cinco alados y en mi opinión el más sexy. Al parecer se tomo la mañana libre y acaba de llegar –respondió Mecha- Es extremadamente hermoso y es la primera vez que lo veo fijarse en alguien.

_ Van a estar hablando todos de mi. ¿Verdad? –pregunte

_ De hecho ya lo están haciendo –susurro Mecha

Ella hizo un gesto con la cabeza hacia las dos chicas que estaban apoyadas contra los casilleros, hablando por lo bajo y sin dejar de mirarme. Mire mas allá, a todos los que estaban en el pasillo y estos no dejaban de mencionarme y algunos hasta señalarme mientras hablaban. Casi me estremecí, lo último que yo deseaba era atención y parecía estar pasándome todo lo contrario. ¿Es que acaso todo el mundo había visto la rápida sonrisa que me había dedico él durante unos segundos y que se había dado vuelta para mirarme?

_ Nikky estará como loca –dijo Mecha por lo bajo

_ Ya lo creo –respondí casi congelada- Y algo me dice que no será la única.

_ Todo el mundo estará como locos –me advirtió ella, también casi congelada- De hecho, será mejor que sea lo que sea que vayas a almorzar, lo tomes y partamos de aquí antes de que venga la avalancha.

_ Me basta con una manzana –conteste

_ A mi también –dijo ella

Partimos corriendo, totalmente aterradas por lo que vendría y en menos de un minuto ya habíamos pasado por la cafetería, tomando una manzana cada una y partiendo lejos del lugar. Salimos a comer en las mesas que había en el exterior, sentándonos en los bancos y tratando de encogerme lo más que podía ante las cientos de miradas que sentía clavadas en mí. Era torturante ver lo rápido que corría cualquier noticia. Matt y Kevin también se sentaron en la misma mesa, ellos parecían ser las únicas personas que no le daban tal importancia al asunto.

_ Vaya, primer día y ya están todos hablando de ti –dijo Kevin

_ No tienes idea de lo incomodo que resulta ser –conteste a tiempo que mordía mi manzana

_ Ya sé, no pareces ser de esas chicas que están desesperadas por conseguir atención –respondió Kevin

_ Igual tranquila, se olvidaran de todo esto para dentro de unos años con suerte –bromeo Matt

Al instante él recibió un codazo de parte de Kevin y no pude evitar reír ante la mueca de dolor que puso. Kevin me sonrió, feliz de haberme sacado una sonrisa.

_ No le hagas caso, para mañana todos se habrán olvidado. Así de rápido como llega también se va –dijo él

_ Pues ojala tengas razón por que sino esto será un caos –intervino Mecha- No puedo imaginarme a todas las chicas del colegio hablando de Katherin sin cesar y todo por un simple hecho que ocurrió.

_ Solo es cuestión de que Kathy no le de importancia y listo –dijo Matt

_ ¿Kathy? –pregunte curiosa

_ ¿Te molesta si te llamo así? –Pregunto él- A mí me gusta.

_ No hay ningún problema –conteste y él me sonrió

_ No debes preocuparte por lo que los demás digan y piensen de ti –agrego Kevin- Además logras que las cosas se vuelvan interesantes y te sentaras conmigo todas las clases de biología si quiero pasar esa materia –agrego él con una mueca

_ El señor Howper ni se dará cuenta que te pasare todas las respuestas, pero eso si, no debes decirle a nadie –susurre, bromeando y acercándome a él

_ No se dará cuenta, será nuestro operativo súper secreto –dijo él siguiendo el juego y luego ambos reímos

El resto de la tarde paso normal. Compartí algunas clases con mis nuevos amigos y me pareció raro no encontrar a Nikky nunca más. El sonar del último timbre, cerca de las cuatro de la tarde, dio por terminada la jornada y lo último que hice fue dirigirme a mi casillero para guardar mis cosas y sacar mis patines. Estaba feliz de haber terminado el día normalmente, sin ningún otro incidente además de lo que había pasado a la mañana. Además no había tocado a nadie así que no había arruinado nada, todo había resultado tal cual debía ser. Feliz de que el día hubiera acabado, salí de la escuela y me encontré con Mecha.

_ Mi madre vino a buscarme. Si quieres podemos alcanzarte hasta tu casa así no tienes que volver andando –me propuso ella

_ ¿Enserio? –pregunte y Mecha asintió- Entonces si, muchas gracias.

_ No es nada, ella estaba ansiosa por conocerte después de lo poco que le acabo de contar de ti –respondió Mecha

Le dedique una sonrisa estándole totalmente agradecida por el hecho y la seguí hasta una camioneta gris que estaba aparcada en la calle. Ambas nos subimos en la parte trasera y vi como la mujer que estaba al volante se daba vuelta para saludarme. Ella era igual a la hija, con un cabello de un rojo extremo, largo y lacio que le pasaba los hombros y también tenia esos grandes ojos verdes intenso. Me mostró sus blancos dientes al sonreírme de un modo perfecto y luego hablo.

_ Mucho gusto de conocerte Katherin –dijo ella

_ El placer es mío –respondí- señora...

_ Ay por favor, dime Valerie –pidió ella- Y dime... ¿Ha donde debo llevarte? –pregunto ella amablemente

Me acerque apoyándome sobre el asiento del acompañante para darle las indicaciones y ella asintió. La madre de Mecha resultaba ser una persona encantadora, además de extremadamente amable. Entonces ella puso el auto en marcha y nosotras dos nos quedamos atrás hablando. En eso, otra vez el acelerar de motocicleta y ambas nos pegamos a la ventana justo para ver pasar a Alexander Engel andando en su motocicleta.

_ Te juro que me parece irresistible cuando lo veo andar en su moto –dijo Mecha por lo bajo

_ ¿Por que es tan...? –pregunte sin poder hallar la palabra correcta

_ No tengo la menor idea pero es simplemente irresistible –respondió ella

_ Mercedes –murmuro su madre

_ Ya sé, ya sé, nada de apoyarme contra el vidrio y dejarlo marcado –dijo Mecha a tiempo que volvía a su lugar- El resto puedes decírmelo en casa. Dudo que Kathy quiera ver como me castigas.

Ambas reímos, echándonos hacia atrás en el asiento y sin parar de sonreírnos. Finalmente Valerie me dejo en casa de Cato y me despedí de ambas antes de bajar.

_ Hablando enserio, ahora que te bajas me castigara –dijo Mecha por lo bajo con una mueca y reí

_ SI sigues viva, te veo mañana –respondí y ella me sonrió

_ Entonces espero sobrevivir –contesto ella

Les sonreí una última vez, saludándolas con la mano y luego ambas partieron. Suspire, dándome vuelta y entrando en la casa. Nada, vacío, quizás Cato continuaba en su oficina o algo así trabajando. Mejor si tenia un poco de tiempo a solas. Deje mis patines en la entrada y subí rápidamente las escaleras, dejando tirada mi mochila al entrar al cuarto y sentándome en el escritorio. Abrí el gran libro y entonces comencé a leer. Debía haber algún capitulo en donde pudiera aprender a como controlar lo que mi tacto producía. Supuestamente habían encontrado este libro junto conmigo y era el mismo que había aparecido frente a mí cuando había estado en la oscuridad. El gran libro hablaba de brujería, claro, no podía esperar otra cosa, pero hablaba de temas específicos. Se sabía que cada brujo tenía un don único, en mi caso era lo que mi tacto producía pero yo no sabía como controlarlo. Me lleve las dos manos a la cabeza viendo lo grande que era el libro y lo que me tomaría leerlo por completo. Tardaría días en encontrar la misma pagina que se había abierto ante mi anteriormente y me había permitido percatar de cual era mi don. Suspire, rindiéndome ante mi deber y comenzando por leer las primeras páginas.

Your Reply