Capitulo 25: Valía la pena correr tal riesgo


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No pude evitar preguntarme que tan profundo habría clavado Nick sus dedos en mi herida para causarme tanto dolor. Hacia un gran esfuerzo por no gritar, sabiendo que eso solamente empeoraría la situación. Mis manos seguían sujetas en mi cintura, tratando que nadie viera la herida pero aun así eso no basto para ocultarle mi sangre a Alex.

_ Si esta herida hay que irnos de aquí –dijo Gabriel

_ No podemos salir hasta que la policía nos lo permita –dijo Daniel

_ Dame dos minutos, yo los convenzo –dijo Alex

_ Es en vano, lo he estado intentado toda la mañana pero aun así no nos lo permiten –dijo Miguel

_ ¿Qué clase de herida tienes ahí? –pregunto Alex viendo que ya no podía mantenerme en pie

_ Tijeras –dije

Él me sostuvo mas fuerte viendo que me caía y me ayudo a mantenerme en pie. Miro las tijeras que Gabriel tenía, que aun estaban tintadas con la sangre de Nick y mía, y apretó los dientes. Casi hubiera deseado no haberle respondido la pregunta a Nick viendo cuanto esto le había enfurecido. Pero aun así no me importo, simplemente sonreí. Podía aguantar el dolor, no me mataría.

_ Hay que sacarla de aquí antes de que le suceda algo –dijo Miguel

_ ¿Él te hizo esta herida? –pregunto Alex

_ Anoche. Luego de que yo le clavara las tijeras en el brazo izquierdo –dije y sonreí débilmente- Supongo que lo estoy haciendo enfurecer mucho últimamente.

_ Demasiado para mi gusto –dijo Alex

Reí de un modo apenas audible. Casi no podía hablar por el dolor. En ese instante apareció Raphael. Por un segundo me permití preguntarme en donde había estado hasta ese momento, solo para distraerme. Pero aun así, el dolor solo pareció intensificarse y gemí.

_ ¿Qué le sucede? –pregunto Raphael

_ Esta herida, con tijeras –dijo Daniel

_ Ya escuchaste a Devang, podría serle mortal esa herida. Hay que sacarla de aquí cuanto antes –dijo Gabriel

_ Nick solamente exagera –dije y Alex me miro seriamente

_ He matado brujos por clavarles tijeras en ese mismo lugar –dijo

_ Recuerda que yo no soy una bruja normal –dije

_ Aun así, hay que sacarla de aquí pero la policía no nos dejara partir –dijo Miguel

_ Que ella los convenza –dijo Raphael tranquilamente- La he visto manipulando al director para hacerle creer cualquier cosa que ella diga.

_ ¿Eso es cierto? –pregunto Daniel y asentí

_ ¿Puedes encargarte de los policías ahora? –dijo Gabriel

_ El poder de persuasión es un don natural de cualquier brujo –dije- No estoy tan mal como para no poder utilizarlo ahora.

_ Entonces hay que apurarnos, no quiero que te me desmayes aquí mismo –dijo Alex

_ Deja de preocuparte tanto por mi –dije

_ Créeme que si me fuera posible ya lo habría hecho –dijo él y no pude evitar sonreír

Raphael se dio vuelta y empezó a caminar, siempre guardando esa hostilidad contra mí. Miguel me sujeto por el otro lado y también me ayudo a caminar, no pude hacer nada más que sonreírle a pesar del dolor que parecía ir aumentando conforme pasaban los segundos. Quizás Alex no se equivocaba, parecía posible que si continuaba así caería inconsciente. Por suerte, fuera cual fuera el hechizo que Nick había utilizado para que nadie se fijara en nosotros, seguía estando en pie ya que nadie en el pasillo pareció notarnos. Solamente cuando llegamos a la salida al estacionamiento y dos policías nos detuvieron fue que el hechizo pareció desvanecerse. Me saque rápidamente la bufanda, sosteniéndola contra mi vientre para que nadie viera ni la sangre ni mis manos rojas.

_ Disculpen pero no pueden salir –dijo uno de los hombre

Lo mire fijamente a los ojos, haciendo un esfuerzo por ignorar el dolor para que este no interfiriera. Al instante el oficial cayó en el encanto y se perdió en mi mirada. Realmente no estaba bien manipular a los humanos pero no parecía haber otra opción. Además, cuanto más me quedaba, mas me arriesgaba a que descubrieran que había sido yo parte de la responsable de todo este desastre.

_ Debe dejarnos partir oficial, después de todo ese es su deber –dije- Hacer cumplir la ley y no querrá mantenernos encerrados contra nuestra voluntad.

_ Por supuesto señorita –dijo el oficial haciéndose a un lado y sonreí

_ Un momento –dijo el otro oficial- Hace unos minutos partió un muchacho y nos dijo que alguien intentaría salir con las grabaciones de seguridad de la escuela. ¿Qué llevas ahí?

El oficial apunto los cd´s que Daniel tenia en su mano y suspire. Quizás Nick planeaba mejor sus juegos de lo que yo imaginaba. Hice una mueca para reprimir el repentino dolor que me invadió y me forcé a levantar la cabeza, mirando fijamente a los ojos del segundo oficial. Al principio quedo totalmente sorprendido y atemorizado por mis felinos ojos, pero luego tuvo la misma reacción que el primero y también cayo en el encanto.

_ Son cd´s de música oficial –dije sin dejar de mirarlo fijamente- Somos chicos buenos, no tiene por que sospechar de nosotros. Ahora, si no le importa, me gustaría poder continuar con mi camino.

_ Como usted diga señorita –dijo el segundo oficial

Cerré fuertemente los ojos cuando el segundo oficial se hizo a un lado. El estacionamiento estaba totalmente vacío, claro, se suponía que los alumnos no podían marcharse. ¿Y todo esto a causa de un simple destrozo escolar? Nick era capaz de hacer cosas mucho más peores que las de anoche. Casi me estremecí al pensar en lo que le había dicho y sacudí apenas la cabeza para olvidarme de ello.

_ ¿Por qué tienes los ojos cerrados? –pregunto Miguel

_ No querrás que la gente me vea con ojos de gato –dije y parpadee repetidas veces antes de volver a la normalidad- Me toma un tiempo volver a adoptar ojos normales y mucho mas ahora por el estado en el que estoy.

_ ¿Necesitas usar magia para que tus ojos luzcan normales? –continuo él

_ Ya te lo dije, mis ojos son como los de un gato. Pueden cambiar por cualquier cosa y no seria conveniente eso enfrente de los humanos. Debo usar un mínimo de magia para que siempre luzcan normales –dije

_ Aun así, esta genial lo que puedes hacer con ellos –dijo Miguel- No creí que pudieras encargarte tan fácilmente de unos policías.

_ Por que no has visto como se encargo de Drake Williams –dijo Alex

_ Drake Williams es fácil, al igual que los policías o los funcionarios del aeropuerto –dije y ambos me miraron perplejos

_ ¿Le has hecho eso a un funcionario del aeropuerto? –dijo Miguel

_ Los humanos tienen ciertas restricciones con los objetos que se pueden llevar a bordo de un avión. Supongo que una daga no esta incluida en la lista –admití con una mueca- Aunque igual es algo extraño considerando que yo puedo matar con el tacto y ellos temían que metiera una daga al avión.

_ No tratas mucho con aviones. ¿No es cierto? –dijo Alex

_ La verdad es que no, muy pocas veces me he subido a uno –dije- Normalmente usaba hechizos de transporte aunque ahora ya no tanto. No se hacerlos.

_ Pero te he visto hacer un hechizo de transporte frente a mis ojos –dijo Alex

_ Existen varios tipos de hechizos de transporte –dije- El único que yo se hacer necesita de altura. Tengo que saltar desde un lugar elevado y abrir el portal pero es difícil encontrar un lugar adecuado y que nadie te vea. Mi papa es capaz de abrir un portal con solo tocar el aire. Y Nick puede abrir un portal frente a él cuando quiera. Son más poderosos que yo.

_ Pienso que te subestimas bastante –dijo Miguel- Después de todo has peleado toda una noche con la mano derecha de Lucifer y sigues viva.

_ Él tiene la orden de llevarme con vida, no me puede matar –dije

_ Daniel tiene las grabaciones, ahí veremos si te quiere matar o no –dijo Alex

_ No es mi vida lo que quiere y creo que ya no me quiere a mi, si estoy en lo correcto con lo que creo, ha cambiado de objetivo –dije clavando mi vista en el suelo

_ ¿Y que es lo que ahora quiere? –pregunto Miguel y sonreí tristemente

_ Nada que le sea fácil conseguir –dije

_ Tenemos que encargarnos de él cuanto antes, no podemos permitir que esto siga así –dijo Alex

_ Alex, allí atrás, Nicholas menciono que te conocía de antes y también menciono a tu hermano. ¿Qué fue lo que ocurrió con él? –dijo Miguel y Alex evito su mirada

_ Nada de lo que quiera hablar ahora –fue lo único que dijo

Suspire, debía ser una situación bastante difícil para él volver a encontrarse con Nick y tener que revivir todo lo del pasado. Y yo que estaba de por medio... Él se alejo de nosotros y Miguel me ayudo a caminar hasta el auto de Gabriel. Me senté en el asiento de atrás, no sin antes recibir una advertencia de parte de Gabriel sobre que si manchaba el auto con una gota de sangre me mataba. Hice una mueca, al parecer él amaba mucho a su auto. Estuve feliz de poder estar lejos de la escuela, lejos de todo ese desastre y sangre que había quedado gracias a la batalla de anoche. Busque en mi mochila, sonriendo al encontrar una birome y entonces levante la manga de mi jersey dejando al descubierto la herida que tenia hecha ahí. Rápidamente comencé a escribir a un lado de ella, deseando que el hecho de estar haciéndolo con la mano izquierda no resultara un inconveniente.

_ ¿Qué estas haciendo? –pregunto Miguel mirándome desde el asiento del copiloto

_ Un fortĭa –dije- Es un hechizo de fuerza, así a excepción de los cortes estoy en perfecto estado. Además, no me gusta usar la mano izquierda, prefiero recuperar la fuerza en la derecha.

_ Extraño, creía que todos los brujos eran zurdos –dijo Gabriel

_ Soy ambidiestra –dije- Pero principalmente uso la mano derecha.

_ ¿Y por que prefieres la mano derecha? –continuo Gabriel

_ Por que me siento mejor así. Cuando uso la mano izquierda... me siento... diferente. Como si no fuera yo sino otra parte de mí la que esta actuando –dije- Es bastante raro, como si al usar la mano izquierda fuera una bruja más.

No era exactamente eso, era como si al usar mi mano izquierda me sintiera malvada. Mire mis dos manos, tratando de ignorar la sangre en ellas. Sople y la sangre se convirtió en polvo y desapareció totalmente. Sonreí. Me gustaba ver mis manos limpias, no había tenido tiempo de tomar un par de guantes este mediodía antes de salir.

Fuimos los primeros en llegar, seguidos de Daniel y Raphael. Quizás ya me estaba malacostumbrando al buen trato por que el odio de Raphael hacia mi solo me parecía aumentar conforme pasaba el tiempo. Me echo una mirada totalmente envenenada apenas cruzo la puerta y me vio dentro de la casa y casi me estremecí por ello.

_ Es solo Raphael y su enfado, te acostumbras luego de años de convivir con él –dijo Miguel

_ Esto no es una broma Miguel, soy el único aquí que parece estar consciente de la verdadera situación en la que estamos –dijo Raphael- Tenemos que enfrentarnos a la mano derecha de Lucifer y todo por una maldita bruja que tiene hechizado a nuestro líder. En menos de un mes hemos roto todas las leyes que deben existir. ¡El Consejo esta en alerta por esta maldita y nosotros la protegemos! ¿Qué clase de locura es esta?

_ La correcta –dijo Gabriel- Yo confío en la decisión de Alex y en Katherin. Ella me ha demostrado en más de una ocasión que es una persona correcta.

_ Pues estas creyendo en puras mentiras –dijo Raphael- Ella es una bruja y sirva o no a Lucifer no es de fiar. No existe ser más engañoso y tramposo que ella.

_ Eso no es cierto –dije

_ Hay alguna razón por la que la ley del Consejo dice que se debe eliminar a una bruja al instante –dijo él

_ Raphael, tú no estas en posición como para decidir que se debe hacer o no con respecto a ella –dijo Gabriel- Quien decide que hacer y como actuar es Alex, no tu.

_ Pues yo no puedo seguir a un líder que esta hechizado y es controlado por una bruja –dijo Raphael

_ ¡Yo no lo controlo! –dije

_ ¿Y entonces que clase de hechizo tiene? Quizás nos puedas ocultar perfectamente tu presencia pero no puedes ocultar la de magia y sabemos que él tiene un hechizo. Pero no nos lo permitió quitárselo por que dice que es tuyo –dijo Raphael- ¿Qué le has hecho?

_ El hechizo que le hice no me da ningún poder sobre él ni nada –dije y suspire- Nick es capaz de provocarte dolor con su don, de matarte. Puede llegar a destruir tu centro nervioso si lo desea. Por eso yo tenía esas jaquecas ayer. El hechizo que Alex tiene es un hechizo de protección, lo protege de Nick y no permite que este pueda meterse en su cabeza. Otra razón mas por la que Nick esta furioso conmigo.

_ Aun así sigo sin creerte –dijo Raphael

_ Tenemos asuntos mas importante de cuales ocuparnos antes de si tu le crees o no a Katherin –dijo Gabriel y lo miro seriamente- Nos enfrentamos a la mano derecha de Lucifer. Y, lo quieras o no, nos conviene tenerla a ella de nuestro lado.

_ No se quien te crees para andar diciéndome eso –dijo Raphael- ¿Por qué actúas como si debiera obedecerte?

_ Por que mientras Alex esta ausente, yo soy el que esta a cargo –dijo Gabriel y le sonrió a Raphael- Me ha dado ese puesto anoche, justo después de que tu demostraste no pensar con lógica.

_ Eso va contra las reglas que el Consejo le impuso –dijo Raphael

_ Entonces yo dejo de servirle al Consejo –dijo Miguel- No están en lo correcto.

_ Yo también, estamos juntos en las buenas y en las malas –dijo Gabriel- Y si el Consejo esta en contra de lo que es correcto, pues al diablo con ellos.

_ ¿Y tu Daniel? ¿De que lado estas? –dijo Raphael mirándolo

_ Del lado de ellos –dijo Daniel- Perdóname Raphael pero esta vez estás equivocado con lo que crees.

Raphael apretó los dientes y me echo una terrible mirada de furia antes de partir al piso superior. De algún modo casi me hizo sentir culpable por toda esa disputa. Pero entonces Gabriel ahora era el segundo al mando. Eso debía ser bueno para mí, o eso creo.

_ ¿Aun sigues estando dolorida? –pregunto Daniel y eso me sorprendió

_ No se que demonios se ha hecho en el auto pero creo que eso le calmo el dolor –Dijo Gabriel

_ Ven conmigo –dijo Daniel tomándome por el brazo y tirando de mi- Me encargare de esa herida.

Apenas si pude asentir antes de seguirlo, estaba totalmente sorprendida por su cambio conmigo. Antes seguía guardando cierta distancia, pero ahora ya no, se mostraba totalmente amigable y amable. Lo seguí hasta la cocina y me senté sobre la mesada mientras él sacaba un botiquín de primeros auxilios.

_ ¿Sabes como tratarte estas heridas? –Pregunto e hizo una mueca- Jamás he tenido que asistir a una bruja.

_ No se puede tratar una herida con metal tan fácilmente –dije- Lo mejor que se puede hacer es limpiar y desinfectar la zona.

Él tomo mi brazo con delicadeza y comenzó a limpiar la herida. Paso repetidas veces un algodón con agua oxigenada por la zona hasta no dejar nada más que la línea roja que me cruzaba todo el brazo. Hice una mueca al ver el terrible corte que tenia y ahora que mi brazo estaba limpio podía ver que aun había pedazos de metal allí. No supe como hizo Daniel, pero de algún modo logro sacarme todos los pedazos sin causarme ningún dolor.

_ ¿Cómo haces? –Pregunte mirándolo con curiosidad- Antes me he sacado uno y casi mas grito del dolor. Pero ahora... nada.

_ Habilidad de ángel –dijo- Puedo sacarte cualquier cosa que tengas clavada sin causarte el más mínimo dolor. Supongo que debe ser bueno para ti. Aunque la mayoría de nuestras habilidades no funcionan entre nosotros además de que la ley del Consejo lo prohíbe.

_ El Consejo se equivoca en muchas cosas –dije y él suspiro

_ El Consejo ya no es lo que era antes –dijo Daniel- Mi hermano me ha contado historias de cuando todo era armonía en el Consejo y no ocurrían este tipo de situaciones como la que Alex tiene con ellos.

_ ¿Tienes un hermano? –pregunte

_ La mayoría de los ángeles tenemos hermanos o mayores o menores –dijo Daniel- Y todos estamos destinados a servir al Consejo. Es ley, cuando cumples los trece años, empieza tu servicio. Aunque las familias con objetos sagrados como los Luteri, los Engel, incluso los Crist tienen privilegios. El hijo menor no esta obligado a tener que servirle al Consejo, claro, no es mi caso.

_ ¿Pero por que le sirves al Consejo? –dije

_ Es lo que se debe –dijo Daniel sin levantar la vista de mi herida- O al menos creces escuchando constantemente eso. Desde el primer instante somos criados para servirle al Consejo. Desde que nuestros padres nos cuentan por primera vez alguna magnifica misión en la que estuvieron y entonces tú deseas formar parte de todo aquello. Poder servirle al Consejo, hacer el bien, estar involucrado en misiones para ayudar a los demás. Aunque claro, ahora lo veo todo de otro modo. El Consejo nos separa de nuestras familias y nos obliga a servirles. Pero a ellos ni siquiera les importa lo que un ángel haga o no, y si este muere o no.

_ El Consejo solamente los utiliza –dije mirando a un lado y él asintió

_ Somos los peones en su juego de ajedrez –dijo Daniel- No escuches lo que Raphael te diga, simplemente le cuesta aceptar la verdad. Que tú eres buena y el Consejo se equivoca. Él piensa que tú estas controlando a Alex y tienes fines malvados para él. El hecho de que te haya visto controlando a los humanos solo empeora la situación.

_ Yo jamás seria capaz de hacerle algo así a Alex- dije

_ Lo se –respondió Daniel

Lo mire sorprendida mientras él dejaba todos los pedazos de metal a un lado. Él tenía el cabello color chocolate que le caía sobre el rostro y los ojos que le hacían juego. Era guapo, al igual que los demás, con el rostro angelical, y por primera vez desde que lo conocía, una mirada amable grabada en él.

_ La otra herida la tienes en la cintura. ¿No? –Dijo- ¿Te molesta que sea yo quien...?

_ No hay problema –dije rápidamente

Él sonrió pidiéndome disculpas por la extraña situación y levante parte de mi jersey, dejando la herida al descubierto. Preferí no mirar, ya había sido bastante malo esta mañana no quería imaginar ahora. Sentí como el frío tacto del algodón sobre mi herida me recorría todo el cuerpo hasta llegar a mi cuello. Al menos estaba segura de que ahí no habría pedazos de metal que sacar, después de todo, eran tijeras las que me habían herido. El trabajo de Daniel fue rápido e indoloro, y me atreví a mirar la gruesa línea roja que tenia en la cintura pero sin poder evitar hacer una mueca.

_ Gracias –dije- Esas eran las peores. Las que no fueron hechas por metal ya se han curado solas.

_ ¿Cuántas heridas tenias realmente? –dijo él

_ Bastantes –admití con una mueca- Tenia varios cortes que él me ha hecho con su daga e incluso con la mía. Pero esos son solo juguetes, aun si me atraviesan el corazón con una daga, no moriría. Me curo mas rápido que ustedes, esas heridas desaparecen en cuestión de minutos. Como máximo horas dependiendo de que tan malas sean.

_ ¿Y las heridas que tienes ahora? –pregunto Daniel

_ Tardaran mas. Días, incluso meses –dije

_ Sabes una cosa, yo soy el mas inteligente de los cinco –dijo Daniel y me miro- Se que has hecho un trato con Nicholas. No se que acordaste con él pero se que no será bueno después de saber como es él. También se que lo has salvado a Alex de morir, no se como pero lo se. Nicholas fue quien mato al hermano de Alex. ¿No es así?

_ Daniel, esos son asuntos de Alex y él decide si contártelos o no –dije y suspire- Perdona pero no puedo decirte nada.

_ ¿Te ha pegado mucho? –Pregunto Daniel evitando mi mirada- No es mi intención ofenderte con la pregunta. ¿Pero Nicholas te ha pegado mucho cuando estabas encerrada? Luego de ver como te ha tratado...

_ El tiempo que estuve encerrada me golpeaban y me herían todos los días, principalmente él y mi hermana –dije- Ni siquiera me daban tiempo a que mis otras heridas se curasen antes de causarme unas nuevas. Y además, casi no me daban de comer por lo que estaba muy débil y no podía curarme correctamente. Pero lo peor que me hicieron fue que me robaron mi aspecto. Por eso él hablo de mis gritos y mis suplicas. Antes no era ni tan pálida, ni tan fría. Tenía un cabello largo y brillante que me llegaba casi hasta la cintura. Él y Diana me lo cortaron hasta dejarlo tan corto como el tuyo y además me quitaron su color. Hicieron cualquier cosa que me hiciera sufrir con tal de que aceptara.

_ Lo lamento –dijo Daniel

_ Ya lo he superado –dije- Se que quizás nunca volveré a tener mi antigua apariencia o volveré a vivir sin que nadie me persiga. Pero si de algo estoy segura, es que no pienso volver a esa celda.

_ Nosotros te ayudaremos Katherin. Simplemente ignora a Raphael y todas las cosas que dice –dijo Daniel

_ ¿Dan, te importa si hablo unos minutos con ella? –Dijo Alex apoyándose sobre el marco de la puerta

_ No hay problema –dijo él ya partiendo

_ Muchas gracias Daniel –dije

_ No es nada Katherin –respondió él

Daniel partió finalmente, dejándonos solos a los dos. Suspire bajándome de la mesada. Al menos Alex estaba aquí, a salvo, lejos del agarre de Nick. Aunque claro, Nick ya no estaba interesado en él, sino que en mi alma. Era increíble como una simple respuesta parecía haber cambiado todo. Alex se paro frente a mí, tocándome nuevamente el casi invisible corte que aun tenia en el rostro.

_ Veo que te has ganado la confianza de Daniel –dijo

_ Fue muy bueno conmigo, se ha encargado de limpiarme las peores heridas –dije y lo mire con curiosidad- ¿Hace cuanto estabas escuchando?

_ Apenas llegue a oír el final de la conversación. Y por cierto, la belleza no se roba –dijo abrazándome y besándome dulcemente- Tú sigues siendo igual de linda que antes aunque no lo creas. Y si Nicholas te vuelve a pegar, juro que ni los cuatro juntos me van a poder detener.

_ Exageras –dije sonriendo

_ No exagero, él no puede pegarte –dijo y me soltó, alejándose unos centímetros de mi y mirándome- Aunque le has hecho unos lindos arañazos en el rostro. Recuérdame no estar cerca de tus uñas si te hago enfurecer.

_ Él se lo busco después de todo lo que me dijo –conteste- ¿Tu estas bien?

_ Tarde o temprano iba a tener que enfrentarme con él –dijo Alex y por un momento la tristeza estuvo en sus ojos- Aunque no creí que me resultara tan doloroso.

_ Lo lamento –dije

_ ¿Por qué? Si no hubiera sido por ti hubiera cometido el error mas grande de mi vida y ahora estaría muerto –dijo él y me levanto el rostro para que lo viera- Gracias.

_ Aun así no le iba a permitir a Nick que jugara uno de sus juegos contigo –dije y él suspiro

_ Tengo que contárselo a los demás –dijo Alex- Saben que hay algo entre Nick y yo y no puedo seguir ocultándolo.

_ ¿Piensas decirles todo? –pregunte

Él asintió, cerrando los ojos. Lo mire, estaba triste, hasta parecía vulnerable en estos momentos y yo sabía lo mucho que le costaba hablar de ese tema. Yo había tenido que verlo por mi misma, él no había sido capaz de decírmelo por el dolor que ese recuerdo le producía y aun así estaba dispuesto a soportarlo y decírselo a los demás. Lo tome de la mano y sonreí. Él era un buen líder, capaz de enfrentar su peor recuerdo solo para tener la confianza de su grupo.

_ Me tienes aquí para lo que necesites –dije

_ Apenas he podido contártelo a ti, no se como haré para contárselo a ellos –dijo Alex- Pero necesito hacerlo si quiero que ellos confíen totalmente en mi y no crean en las palabras que Nicholas pueda decirles para ponerlos en contra mío. Necesito que me ayudes.

Lo mire sorprendida por un rato. Ahí estaba yo, frente a Alexander Engel, un ángel que había visto y vivido de todo. Que hacia unos días se había infiltrado entre los brujos servidores de Lucifer y se había hecho pasar por tal para conseguir información. Que con tan solo trece años había sido acusado de traidor y causante de la muerte de su hermano y en el juicio había enfrentado a todos sus superiores y los había mandado al demonio. Alguien que a los nueve años se había enfrentado a la mano derecha de Lucifer. Una persona que yo creía capaz de cualquier cosa y sin embargo me estaba pidiendo ayuda.

Continué mirándolo sin lograr asimilar las palabras. Parecía vulnerable, débil y aun así totalmente convencido de lo que tenia que hacer. Yo hoy había respondido a una pregunta que temía por que implicaba el destino de mi alma. Ahora a él le tocaba responder a una pregunta que temía por que implicaba recordar su peor recuerdo. Suspire, sabia lo que se sentía al recordar el terrible pasado y tener que hablar sobre él.

_ ¿Qué quieres que haga? –pregunte

_ Esta tarde ellos tienen que saber todo. No me importa si se los digo yo o se lo dices tú –dijo Alex- Si ves que yo no puedo hablar, hazme un favor y hazlo tú.

_ Sabes que debes ser tu quien les diga la verdad –dije y él suspiro

_ Lo se, pero no creo poder –dijo él y sonreí

_ Eres Alexander Engel, quien es un rebelde para el Consejo y el viernes pasado se enfrento a los tres guardaespaldas de Drake Williams sin ningún problema. Creo que puedes decírselos del mismo modo en que yo me enfrento a Nick –dije, poniéndome de puntillas y colgándome de su cuello- Esta vez no estas solo y ellos te escucharan y te entenderán por que te quieren y te respetan como líder. Además, siempre puedo hacer algún hechizo para congelar a Raphael si se llega a enfadar mucho.

Él sonrió. Y a pesar de que seguía con el mismo aspecto de vulnerabilidad, ya no estaba triste y no pude evitar sonreír también. Tomo mi rostro entre sus manos y me beso dulcemente como si de ese modo pudiera olvidarse de todo lo que lo atormentaba. Lo bese, yo también deseaba olvidarme de todo lo que había pasado esta tarde y a la vez no. Trataba de no pensar en el hecho de que le había dicho a Nick que estaría dispuesta a entregar mi alma pero sin embargo no me arrepentía de mi decisión, sabia que valía la pena. Además, no le iba a ser fácil a Nick conseguir mi alma.

Aun así, ni con eso basto para que me distrajera. Mis pensamientos seguían ahí. Le había dicho a Nick que seria capaz de entregar mi alma y temía cuan enserio se había tomado él esa respuesta. Me separe de Alex, tratando de ocultar el temor interno que tenia. ¡Nick era capaz de venir por mi alma! Alex me miro, sabia que algo me pasaba y sin embargo no dije nada. Agradecí el momento en el que Miguel cruzo el umbral de la puerta pero Alex sostuvo una mano en alto y lo detuvo antes de que pudiera hablar.

_ Ya voy –dijo y Miguel partió

Él me miro fijamente y supe lo que estaba viendo. Por un momento odie que se fijara tanto en mí, que fuera una persona capaz de leer mis ojos y ver lo que ahí había: miedo. Miedo por que recién había reaccionado. ¡Había apostado mi alma! Lo que yo mas amaba y protegía y aun así había dicho que si por mas que me lo hubiera preguntado otra vez para confirmar. Lo abrace fuertemente buscando consuelo. No me arrepentía de la decisión que había tomado, yo enserio estaba dispuesta a dar mi alma por él. Pero temía hasta que punto Nick se había tomado esto enserio.

_ ¿Qué te sucede? –pregunto Alex

_ Nada –mentí

_ Kat, vi tu miedo –dijo él- No dejare que él te hiera, no tienes de que temer.

_ No temo por él –dije casi en un susurro- Temo por otra cosa.

Temía por mi alma. Temía por lo que pudiera sucederle a Alex. Temía por los cinco, incluso Raphael aunque me tratara con tanta hostilidad. Temía por Mecha y por mis amigos, todos y cada uno. Hasta temía por Cato a pesar de que él no estuviera aquí. Nick era capaz de hacer cualquier cosa. Y temía que si yo perdía mi alma, terminaría como él. Yendo tras la persona que amaba, causándole dolor y sufrimiento y que todo se repitiera, pero con diferentes roles. Yo estaría en el lugar de Nick y Alex en el mío.

Sacudí repetidas veces la cabeza, negándolo pero aun así sabia lo que estaba en riesgo. Me convencí a mi misma de que valía la pena correr ese riesgo por que lo que había vivido estos últimos meses había sido increíble. Aun más que el tiempo pasado en el Bella Vista. Logre recomponerme y minutos mas tarde estaba sentada en el sillón al lado de Miguel, él siempre sonriendo. Enfrente de mí estaba Raphael, de brazos cruzados, apoyado contra la pared y una fría mirada clavada en mí. Gabriel estaba sentado en un sofá y Alex permanecía de pie a un lado suyo. Daniel estaba absorto en sus propios pensamientos mientras hacia girar los cd´s en sus manos como si esperara encontrar algo. Le tomo unos minutos darse cuenta de que de algún modo lo estábamos esperando y él era el único que no estaba prestando atención.

_ Creo que todos queremos saber lo mismo –dijo Gabriel finalmente y Alex suspiro

_ Ya lo se, todos esperan respuestas sobre lo que paso entre Nicholas y yo el día de hoy –dijo Alex

_ Yo no estaba –dijo Raphael rápidamente

_ Nicholas y Alex se conocen de antes –dijo Daniel- Siete años si entendí bien.

_ Entendiste bien –dijo Alex y clavo su vista en el suelo- Conozco a Nicholas de antes, también conozco su juego y que hace él. Admito que la última persona que deseaba ver en mi vida era él, pero aquí estamos. Y él tiene razón en lo que dijo, es la misma situación que la otra vez, él tiene un encargo y yo estoy en el medio.

Me fije en su mirada tristemente clavada en el suelo y en su cabeza gacha. En como el cabello color oro le caía sobre el rostro ocultando su dolor. Había un silencio fúnebre en la sala, como si todos supieran lo que venia después. Y, en cierto modo, lo sabían, ya que Nick había mencionado a Christ y ya con solo su nombre todos conocían la pena de Alex. Gabriel también tenía la mirada baja y por primera vez no había ninguna sonrisa en el rostro de Miguel.

_ Nicholas Devang es el causante de la muerte de mi hermano –dijo Alex finalmente- Lo conocí esa tarde, lo tuve dentro de mi cabeza torturándome y hasta fue quien me hizo reaccionar respecto a lo corrupto que era el Consejo.

_ ¿Pero como? –Dijo Daniel sin comprender- Tu no viste al brujo, Christ partió tras él apenas lo vio, lo que nos contaste...

_ Lo que el Consejo nos contó –le interrumpió Gabriel- El Consejo nos dio la versión que ellos tenían y la modificaron aun mas a su conveniencia. Pero nunca tuvieron la versión correcta. ¿No es así?

_ No confiaba en ellos como para decírsela –dijo Alex- Lo que realmente sucedió nunca se lo he contado a nadie y he guardado el secreto toda mi vida.

_ Pero se lo has contado a la bruja –dijo Raphael, furioso- ¡Se lo dijiste a ella antes que a nosotros! Estoy seguro de ello, no me lo puedes negar.

_ Estaba cansado de verla mal por mi actitud hacia ella –dijo Alex y sonrió tristemente- Tu fuiste quien me lo dijo Raphael, si la iba a odia al menos ella merecía saber por que.

_ ¡Aun así se lo dijiste antes que a nosotros! –exclamo Raphael

_ No me lo contó –dije- Yo la noche anterior lo había mandado al diablo y él quería explicarme por que me trataba de ese modo. Lo toque y vi su recuerdo, por eso lo se, eso es todo.

Alex me echo una rápida mirada de agradecimiento y sonrió débilmente. Después de todo así era mejor, si Raphael creía que yo lo había sabido por mi cuenta y Alex nunca me lo había dicho por propia voluntad. Aunque eso no basto para calmar totalmente el enfado de Raphael pero al menos logro callarlo.

_ ¿Entonces Nicholas fue quien se llevo a Christ? –dijo Daniel y Alex negó con la cabeza

_ Lo que Nicholas hace es simple. Te propone un juego, el mismo que me propuso a mí el día de hoy –dijo Alex- Te reta a que lo sigas e intentes atraparlo. Pero ese juego es para tres personas. Supongo que ya imaginaran quien era el tercer participante en ese juego.

Todos se quedaron en silencio. Levante mis piernas y apoye mi cabeza sobre mis rodillas, me dolía ver a Alex tan triste. Suspire, queriendo de algún modo poder ayudarlo pero no sabia como. Todos estaban igual, tratando de aceptar su dolor, su pena, como si de algún modo la sintieran también. Y en cierto modo ellos eran hermanos por más que tuvieran peleas entre ellos y no siempre estuvieran de acuerdo, pero aun así seguían preocupándose los unos por los otros.

_ Nicholas tiene el trabajo de llevarle almas a Lucifer –continuo Alex- Vino a mi casa, a hablar con mi hermano diciendo que tenían un asunto pendiente por que él sabía que Christ estaba investigando muy fondo a los brujos y tenia informaciones importantes. Hasta tenía una carpeta solo dedicada al trabajo de Nicholas Devang para Lucifer. Pero claro, eso llamo la atención de Nicholas y entonces vinieron las consecuencias. El apareció en mi casa, viniendo a buscar un alma, mi alma.

Los cuatro lo miraron totalmente atónitos, sin poder digerir lo que acaban de oír. Alex cerró aun más las manos en puños y se forzó a mirar fijamente el suelo. La pregunta que todos tenían era obvia, pero Alex no parecía capaz de responderla. Finalmente, fui yo quien lo hizo.

_ El trato que Nicholas tiene con Lucifer exige que él debe traerle el alma más pura disponible –dije- Cuanto más joven más pura.

_ De ese modo además le causaba mas dolor a mi hermano y le dejaba una advertencia de por vida –dijo Alex y saco su navaja, sonriendo al contemplarla- Nicholas me agarro, no me soltaba y me hablaba. Me decía cosas sobre mi hermano, que él sabía mas cosas de las que me había dicho y también me decía que el Consejo no era lo que me decían. En otras palabras, me abrió los ojos sobre la realidad. Pero en ese momento yo en lo único que pensaba era que deseaba que me soltara y entonces lo herí con esta navaja. Le hice un corte en el brazo y quede libre. Luego intervino mi hermano y Nicholas se metió dentro de mi cabeza, causándome un dolor que me obligaba a estar tirado en el suelo gritando. Me hablaba, me decía sobre la verdadera identidad del Consejo, me decía que iba a matar a mi hermano y me dijo cientos de cosas que aun siguen torturándome cuando tengo pesadillas. Finalmente, le propuso un juego a mi hermano. Le dijo que fuera tras él y que intentara atraparlo si podía. Si Christ lo atrapaba, era obvio que lo iba a matar. Pero lo que Nicholas dijo fue que no le convenía quitarle un ojo de encima o vendría por mí. Como dije, su juego consiste en tres personas, como ha sucedido hoy. El mismo juego, solo que esta vez era yo quien debía perseguirlo y si lo perdía de vista él iría por Katherin.

_ Pero dijiste no –dijo Miguel

_ Te juro que habría dicho que si, me lo cuestione seriamente –admitió Alex- Pero hubiera cometido el mismo error que mi hermano. Cuando Christ partió, yo le rogué que no lo hiciera pero él me ignoro. Yo sabia que no volvería, hasta se lo dije y discutí con él diciendo que al Consejo no le importaría lo que le sucediera. Mi hermano era un fiel servidor del Consejo, se molesto mucho cuando vio que yo había creído en lo que me había dicho un brujo. Pero yo no pude hacer que mi hermano se quedase, que no fuera tras Nicholas y no participara en su juego. Hoy al mediodía Katherin me rogó que no fuera tras Nick, que no entrara en su juego y cometiera el mismo error que mi hermano. A diferencia de cómo yo había fracaso con Christ, ella si logro convencerme.

_ De todos modos yo ya estaba pensando que hacer si él decía que si –dije

_ Esto –dijo Alex mostrando su navaja- Fue lo que yo le di a Christ cuando tenia nueve años y lo veía parado en el umbral de la puerta a punto de ir tras Nicholas. Por eso tuve esa reacción hoy, por que no esperaba que Nicholas lo tuviera y me lo devolviera. Y mucho menos esperaba que él viniera a decirme en persona que mi hermano había muerto.

_ Pero no dijo que estaba muerto –dijo Miguel y negué con la cabeza

_ Los ángeles no pueden vivir sin alma –dije- Decirle que estaba muerto o que había perdido su alma es lo mismo. Jamás ha ocurrido que un ángel entre al Bella Vista y logre salir.

_ ¿Y por que nos lo dices recién ahora? –pregunto Daniel

_ Por que es algo que no me gusta recordar –dijo Alex- Lo último que le dije a mi hermano fue que sabía que no volvería. No es algo de lo que este orgulloso. Si aceptas el juego de Nicholas, es casi imposible que ganes.

_ Entonces este es otro juego de Nicholas –dijo Gabriel

_ No exactamente –dije- Antes era un juego pero ahora ya es otro. Cambiaron sus reglas y su objetivo. Cualquiera que sean sus planes ahora, ustedes ya no entran en este juego, ninguno de ustedes.

_ ¿Y tienes idea de que tiene en mente para su próximo juego? –pregunto Miguel

_ Nada que vaya a gustarme –dije

Mi vista se perdió más allá de ellos cinco. Me preguntaba el cuando y el como. ¿Cuánto tiempo me quedaba para que Nick viniera a buscar lo que ahora quería y como tomaría mi alma? No pensaba perderla sin darle pelea, no le haría tan fácil el hecho de conseguir mi alma. Aunque aun así el temor seguía ahí. No deseaba perder mi alma por más que no me arrepentía de mi decisión. Ya había dicho que si y había arriesgado todo por la persona que amaba. Ahora ya no había vuelta atrás, no si esto era como otro juego para Nick.

_ No dejaremos que te vuelva a llevar al Bella Vista –dijo Miguel sonriéndome y le devolví la sonrisa- Después de todo, ese es nuestro verdadero deber, proteger al bien del mal.

_ Además casi todos en este lugar pensamos que no importa romper las leyes del Consejo con tal de que estés a salvo –dijo Daniel y Raphael me fulmino con la mirada

_ Aun no entiendo por que debo proteger a una maldita bruja si ni siquiera me importa si ella esta viva o no –dijo Raphael- Estamos yendo en contra del Consejo sin razón lógica.

_ Raphael, míralo de este modo –dijo Gabriel- Ella es Katherin Strega. Hay una gran recompensa por su captura, un deseo. Ahora piensa que un tipo malo como Nick, la mano derecha de Lucifer, la atrape y consiga la recompensa. Tu elige de la lista de deseos que puede pedir cual seria el peor. La muerte de todos los ángeles, la eliminación del bien, la eliminación del Consejo...

_ No hará nada de eso –dije y clave mi vista en el suelo- El alma de Nicholas esta corrompida por Lucifer, es Él quien lo controla. Si Nicholas cobra la recompensa, Lucifer lo obligara a pedir como deseo la liberación de Él.

_ Perfecto –dijo Gabriel tranquilamente- Por eso tienes que ocuparte de que no la capturen Raphael. Por que sino Lucifer queda libre y ahí si que tendremos un problema.

_ Pensar que hace unos meses estábamos aquí sentados tranquilamente discutiendo sobre si el rumor que se corría de que Lucifer ofrecía un deseo a cambio de una bruja era cierto o simplemente las palabras desesperadas de un vampiro –dijo Miguel recostándose hacia atrás- Increíble cuanta diferencia.

_ ¿Enserio? –pregunte y él asintió

_ La mañana del primer día que tuviste de escuela, yo tuve que encargarme de un vampiro a las afueras del pueblo –dijo Alex- Por eso llegaba tarde los primeros días. El punto es que el vampiro había ingerido sangre humana y yo debía encargarme de él. Hicimos un trato, yo pensaba en un castigo menor que la muerte si él me daba esa información de la que tanto presumía.

_ Así supimos de ti y de la recompensa –dijo Gabriel y sonrió- Aunque al vampiro no le fue muy bien, termino muerto.

_ No sin antes morder a Alex en el brazo –dijo Daniel riendo

_ Si no me hubiera mordido quizás lo hubiera dejado con vida –dijo Alex y rió- Aunque ese día también tuvimos que soportar a Gabriel y su depresión por que no había sido el mejor en su clase de biología.

_ No tienes idea de lo obsesionado que estaba contigo por que hubieras tenido mejores respuestas que él en el examen que tuvieron de biología –dijo Miguel- Realmente estaba paranoico buscando cualquier excusa para decir que no eras normal.

_ No se de que se ríen si al final yo tenia razón –dijo Gabriel- Peor fue lo de Alex. Que sabia desde el primer día que ella era una bruja y sin embargo buscaba cualquier excusa para decir que era humana. Aunque aun sigo sin saber como hizo para descubrirte.

_ Sentí su presencia –dijo Alex- La he sentido desde la primera vez que pase cerca suyo. No se como describir su presencia, es muy... dulce. Suave y ligera, pero a la vez inconfundible y guarda un poco de la presencia normal de un brujo. Es muy extraña.

_ Extraño es que tu puedas sentirla –dijo Daniel- Yo no siento nada.

_ Yo tampoco –dijo Gabriel

_ Ni yo –dijo Miguel

Raphael también negó con la cabeza aunque no dijo nada. Mire a Alex con curiosidad. ¿Cómo era posible que él fuera el único en sentir mi presencia? Por un segundo nuestras miradas se encontraron y baje la vista, ruborizándome al ver que los demás lo habían notado. Si había algo que definitivamente no me gustaba, era llamar la atención.

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