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Capitulo 9: La ley que dicta el Consejo


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Nos quedamos tendidos sobre la hierba, ambos con la vista clavada en el cielo estrellado y la majestuosa luna llena. Nos dejamos invadir totalmente por la sensación que esta nos producía y no había nada más que hacer que cerrar los ojos y estar en calma. Me sentía plenamente feliz, estaba con Derek, disfrutando de los últimos minutos de Halloween y olvidando por completo el hecho de que mi vida corría peligro constantemente. Con él me sentía a salvo, me olvidaba de todo y lo único que me importaba era saber que lo tenía cerca de mí.

_ No podré dormir esta noche con esta luna llena afectándome –murmure

_ Yo también –admitió Derek- Cuando el efecto de la luna se nos pase estaremos totalmente agotados. No quiero ni imaginar cuanto tendré que dormir para recuperarme.

_ ¿Cuánto tiempo te quedaras? –pregunte

_ Todo el fin de semana –respondió y contuve las ganas de gritar de alegría

_ ¿Enserio? –dije sin poder creérmelo y él asintió sonriendo

_ Me quedare hasta el domingo solo si prometes hacer una cosa –dijo él

_ Lo que sea –respondí casi automáticamente

_ Quiero que vuelvas a ser tu misma –dijo él mirándome seriamente- Quiero que dejes de temer por lo que hay a tu alrededor por que yo siempre estaré para protegerte y que vuelvas a disfrutar de tu vida como lo hacías antes.

_ No es tan sencillo considerando que vengo de pasar tres meses encerrada en una celda –dije por lo bajo- No tienes idea de lo que fue. Ellos me quitaron todo por negarme. ¡Me robaron hasta mi apariencia!

_ Y aun así tu nunca te rendiste y resististe. Te admiro, dudo que yo hubiera aguantado tanto luego de todo lo que te hicieron –dijo él- Pero esa no es razón para que vivas el resto de tu vida totalmente aterrada. Sabes, si tu haces eso, les estas demostrando que ganaron, que tienen cierto poder sobre ti y dudo que eso sea lo que quieres.

_ Pero tampoco puedo fingir que no paso nada –dije

_ De eso se trata el hecho de aprender de los errores, de seguir adelante sin olvidar lo que paso –dijo Derek- Prométeme que lo harás y yo me quedare hasta el domingo.

_ Haré mi mejor intento pero no te prometo nada –dije tristemente

_ Entonces te cambio el trato. Hazlo y te ayudare a controlar el agotamiento que te causa usar su don sobre los objetos.

_ Es un trato –dije tomándole rápidamente la mano y él sonrió triunfal

Me puse en pie junto con Derek y él con un simple chasquido de dedos hizo que todo desapareciera del mismo modo en que había llegado. Mire estupefacta el lugar donde antes había estado todo y luego nos echamos a reír. De pronto, él se detuvo y se quedo totalmente paralizado.

_ ¿Qué sucede? –pregunte

_ ¡Shhh! –dijo él preocupado y luego pareció concentrarse en algo- ¿No escuchas algo?

Nada. Me concentre, cerrando los ojos y agudizando mis oídos lo más que pude. Nada mas que el ruido de la naturaleza y luego, de pronto, oí un leve zumbido pero lo suficientemente fuerte para saber que no era normal. Abrí los ojos rápidamente. Derek continuaba totalmente concentrado y con el rostro inescrutable hasta que en un segundo paso a estar totalmente tenso.

_ Sea lo que sea, esta en el limite del pueblo y parece estar intensificándose conforme pasan los segundos –dijo él

_ La barrera –dije recordándola y luego pensando en Constantine- La pudimos burlar sin problemas ya que es Halloween pero ahora que este esta llegando a su fin esta ésta recobrando sus fuerzas.

Derek me miro atónito durante unos segundos y luego camino unos pasos hasta llegar a donde terminaba el claro y comenzaba el bosque. Lo seguí y ambos nos detuvimos frente a una línea imaginaria que dividía un sitio del otro. Ese debía ser el límite del pueblo. Él se acerco más, sacando su lápiz de su bolsillo y dibujando unas líneas en el aire. Casi como si hubiera un cristal, estas líneas se imprimaron totalmente y dejaron a la vista lo que antes era invisible. Pude ver perfectamente la barrera que rodeaba el pueblo y como esta iba tomando consistencia conforme pasaban los segundos. Él apoyo la mano tratando de atravesarla pero no pudo.

_ No puedes hacerlo si estas usando magia –dije- Ya me ha pasado antes. Baja lo mas que puedas tus poderes y hagas lo que hagas no utilices magia.

Él asintió y luego lo tome de la mano. Logre pasar sin problemas como la última vez pero a Derek pareció costarle un poco mas como si la barrera lo detuviera. Ambos logramos pasar pero vi la mueca que hizo él y como se llevo una mano a la cabeza. Enseguida me sentí preocupa y confundida. ¿Por qué yo podía pasar sin problemas y él no?

_ ¿Te sientes bien? –pregunte

_ No me di cuenta de que había una barrera, debería haberla sentido –dijo él

_ No es tu culpa, quizás que la barrera se desvaneció por el día que es y por eso no la sentiste hasta que comenzó a recobrar su fuerza ahora que el día esta por concluir –dije- ¿Estas bien?

_ Solamente con jaqueca pero dame unos segundos y estaré bien –dijo él aun con la mano sobre la cabeza- ¡Diablos! No sé quien puso esa maldita barrera ahí pero es bastante fuerte.

_ ¿Qué quieres decir con que alguien la puso ahí? –pregunte

_ Estas barreras no aparecen de la nada y esta resulta ser muy poderosa. Alguien tiene que haberla puesto –respondió Derek

_ La note al quinto día de estar aquí –admití- No la pude atravesar mientras usaba magia pero luego pude pasar sin ningún problema al igual que ahora. Lo que no entiendo es por que a ti si te causo problemas.

_ Por que tu no estas maldita –mascullo él y luego se llevo ambas manos a la cabeza como si el dolor se hubiera intensificado

_ ¡Que! –exclame

_ No se, no puedo pensar con este dolor –dijo él y le pase una mano por la cintura para ayudar a sostenerlo- Gracias.

_ ¿Qué fue lo que dijiste antes? –pregunte

_ Nada, olvídalo –respondió él débilmente- Ahora lo mejor seria alejarnos de aquí. El ojo del huracán es el lugar mas seguro por lo que deberíamos acercarnos al pueblo –dijo y sonrió débilmente

Aun así no le creí, yo estaba segura de lo que había escuchado, él había dicho que yo no estaba maldita. Pero eso no tenia sentido, aun si no le hubiera jurado a Lucifer yo estaba maldita ya que tenia poderes y era una bruja, hija de brujos. Eso lo había tenido claro desde siempre, yo era un ser maldito por mas que fuera buena.

Esta vez fui yo quien ayudo a Derek a correr y entonces, gracias al hechizo, en exactamente cinco segundos ya estábamos por donde terminaba el bosque y comenzaba el pueblo. Apenas empezaron las casas dejamos de correr a la velocidad de un vampiro y comenzamos a caminar normalmente por la calle. Note como iba volviendo a la normalidad conforme la medianoche se acercaba. Estuve feliz de ver que Derek se había recuperado por completo una vez que estuvimos sobre la calle de la casa de Cato y ahí nos detuvimos.

_ ¿Dónde pasaras la noche? –pregunte

_ Realmente no lo sé pero algún lugar encontrare –respondió él

_ Si pudiera, te diría de pasar la noche en casa de Cato pero dudo que eso entre dentro de lo que tengo permitido sin importar que seas como un hermano para mi –dije y él sonrió

_ No hay problema, encontrare algún hotel o algo y rentare una habitación –dijo él

_ Le diré a Cato que ya he vuelto para que no se preocupe y luego nos encontraremos en el techo de la casa –dije y él asintió

Le di un beso en la mejilla por más que solo me alejaría de Derek por unos segundos y luego partí. Me detuve en el frente de la casa, dudando exactamente que hacer pero suspire vencida y entre.

_ ¡Ya volví! –anuncie a tiempo que cerraba la puerta

Primero no hubo reacción. Luego, Cato se levanto sobresaltado del sillón como si hubiera estado durmiendo ahí esperando mi llegada y vino a saludarme. Me resulto inesperado el control parental de Cato preguntándome sobre cada cosa que había hecho e interrogándome respecto a todo. Desde que había hecho en la noche hasta si había consumido alcohol o algo. Respondí todo sinceramente, poniendo los ojos en blanco ante algunas preguntas y sospechando que debía haber alguien detrás de este control. Estas parecían mas las típicas preguntas que me hacia mi padre cada vez que volvía de una fiesta y no dude en que él estaba involucrado. Seguramente le hubiera mandado un e-mail a Cato dándole indicaciones y todo. Suspire exasperada y entonces Cato se echo a reír. Ese si era él. Me dijo que estaba feliz de que la hubiera pasado bien y luego se fue a su habitación con la excusa de que debía terminar un trabajo en su computadora. O a responderle el e-mail a mi padre resumiendo todo lo que me había preguntado y yo respondido...

No importaba realmente ese asunto. Subí las escaleras hasta mi habitación y viendo como tanto Sol como Luna estaban notablemente hiperactivas aun. Deje un par de cosas de lado, como mi sombrero y la rosa que me había regalado Derek, y luego me acerque a la ventana para abrirla. Disfrute de la fresca brisa nocturna y luego salí apoyándome sobre el borde de la ventana. Me balancee un poco hasta poder llegar al techo tal como había acordado y ahí me quede esperando. Derek subió de un salto al techo, haciendo muestra de sus habilidades como brujo y sonriendo. No tuvimos tiempo ni de decir una palabra ya que enseguida ambos sentimos una tercera presencia inconfundible. Clave mi vista en el techo de la casa de enfrente ya que ahí era donde había visto a Constantine la primera vez y ahí estaba él ahora. Podía ver desde aquí su blanca sonrisa y en un parpadear él estuvo frente a nosotros.

_ Veo que ya somos tres –dijo Constantine- Desearía ver con cual decides quedarte Katherin.

_ No entiendo a que te refieres –dije y él sonrió fugazmente mostrándome sus colmillos

_ Así que tú eres el vampiro que sentía –dijo Derek

_ Y tu el brujo –respondió Constantine- Creo que este lugar esta empezando a hacerse muy popular entre los seres sobrenaturales.

_ Mientras no demos ninguna prueba de que estamos aquí no nos pasara nada –dije

_ A mi no, no he roto ninguna ley o al menos no hay nada que lo pruebe. Pero ustedes son brujos, basta con que sientan sus presencias para que los maten –dijo Constantine

_ ¿Qué ley? –pregunto Derek

_ La que dicta el Consejo –respondió Constantine- Esta prohíbe que tome sangre de un humano, pero sin embargo no dice nada sobre tomar sangre de una bruja.

Me estremecí al ver como me sonreía a mí ante esas palabras, dejando sus colmillos totalmente al descubierto y mostrándomelos. Derek se puso al frente, interponiéndose entre Constantine y yo como si estuviera protegiéndome y lo fulmino con su mirada.

_ Búscate otra comida –dijo él

_ Era lo que estaba haciendo –contesto Constantine- Pensaba en quizás alimentarme del humano que esta en esta casa, después de todo son brujos, no les importara y no dejare ninguna prueba de que infligí la ley.

_ El humano de esta casa esta bajo mi cuidado –dije deshaciéndome de Derek y haciéndole frente a Constantine- Si lo tocas no dudare en hacerte daño.

_ Más tranquila brujita, ya entendí que tampoco puedo alimentarme de él –dijo él en un desesperado intento de tranquilizarme viendo la amenaza que implicaba yo

_ Entonces mas te vale que busques otra cosa de que alimentarte que no sean personas o me ocupare de que devuelvas cada gota de sangre que robes –dije, furiosa

_ ¿Y como esperas que eso pase? –pregunto Constantine burlándose de mi y sonreí maliciosamente acercándome mas a él

_ Créeme que no querrás saberlo pero te haré sufrir a ti si lo haces –dije

_ Katherin... –dijo Derek tomándome por la muñeca y alejándome cuando Constantine reacciono y mordió ferozmente el aire

_ Tu, bruja, vienes a hablarme de principios cuando tu eres el ser mas maldito que existe –dijo Constantine y rió sombriamente- Estas incluso mas maldita que yo. ¿Y te atreves a decir que no puedo tomar sangre humana?

_ El hecho de estar maldita no me hace una persona malvada –dije entre dientes- En cambio, tú si lo eres si piensas tomar sangre humana. ¡No puedes quitar vidas para alimentarte!

_ Hay que ver quien lo dice –dijo Constantine poniendo sus ojos en blanco

Por un segundo creí que seria capaz de descontrolarme, hasta sostuve una mano contra mi muñeca casi sacándome el guante. Pero Derek me sostuvo para contenerme y Constantine solo sonrió burlándose. Intente deshacerme de su agarre, la voz dentro de mi estaba muy clara en lo que quería. ¡Tócalo, tócalo, tócalo! Apreté los dientes. Si Constantine se atrevía a morder a un humano, le haría revivir el momento en que lo habían mordido a él y lo habían matado robándole toda su sangre. Quizás si recordaba lo que se sentía no mordería más a los humanos.

_ Tranquilízate –susurro Derek en mi oído

_ Lo tocare –dije y Derek me sujeto más fuerte

_ ¿Te das cuenta de que estas haciendo justo lo contrario de lo que en realidad quieres? –Pregunto él y agrego al ver que no me importaba- Además no seria conveniente que le demuestres cual es tu don.

Suspire vencida y solo entonces Derek me soltó. Mire a Constantine por un segundo, conteniendo mi furia y fulminándolo con la mirada. Él solo se limito a guardar toda la elegancia de un vampiro pero pude ver la alarma pasar rápidamente por sus ojos.

_ Quizás no fue la mejor idea venir aquí después de los inconvenientes que acaban de surgir –dijo él

_ Tú fuiste el que empezaste –le recordó Derek

_ Y el que lo termina –respondió Constantine elegantemente- Debo darles mis disculpas, esta noche actúa sobre mis instintos más primitivos obligándome a efectuar este tipo de acciones. Pero cuando termine la noche volveré a la normalidad.

_ Mas te vale –dije

_ Se lo aseguro señorita –dijo Constantine haciendo una reverencia hacia mi- Mis mas sinceras disculpas por lo que he dicho.

_ A todos nos afecta esta noche, eso es todo –dijo Derek aunque al instante supe que solo lo decía para seguirle el juego a Constantine ya que él no creía que fuera así

_ Nuevamente les ofrezco mis disculpas y ahora será mejor que nos dispersemos antes de que suene la medianoche –dijo Constantine- Después de todo, nuestras tres presencias juntas les darían a los guardianes la ubicación exacta de donde encontrarnos.

_ ¿Qué guardianes? –pregunte

_ Pues los mismos que han puesto esa barrera alrededor del pueblo. Ahora estamos en su zona y no seria conveniente advertirles de nuestra presencia –respondió él y luego miro a Derek- Seria mejor que usted se busque un refugio, creo que ya lo han fichado.

_ No hay modo –dijo Derek

_ ¿Le ha costado atravesar la barrera? –pregunto él y Derek asintió- A mi también, pero cuando logramos burlarla se activa un dispositivo de advertencia. Por lo tanto, usted ya debe de estar marcado. Lo lamento mucho por usted.

_ ¡Que! –Exclame- Pero yo estoy aquí desde hace mas de dos meses y sin embargo no me ha pasado nada. Ustedes dos apenas aparecieron el día de hoy y me estas diciendo que corren peligro.

_ Es que no entiende señorita –dijo Constantine sonriendo amablemente- Los guardianes creen que usted es humana. Al parecer los guardianes no sienten su presencia y le puedo decir que a mi también me cuesta sentirla. No es como la de cualquier brujo y no es fácil de sentir ni de reconocer. Y sospecho que yo solamente la estoy sintiendo ya que su presencia se ve intensificada por la noche que es. Igual no debe preocuparse por usted, mientras demuestre ser solamente una humana, la ley la protegerá como a cualquier otro.

_ Disculpe nuestra ignorancia pero no sabemos a que ley se esta refiriendo –dijo Derek

_ A la ley dictada por el Consejo –repitió Constantine y luego miro su reloj- Debo partir y le recomiendo que haga lo mismo. Un minuto para medianoche.

En ese exacto segundo Constantine desapareció de nuestras vistas y supe que había partido. Mire a Derek, sin poder asimilar las últimas palabras y como es que él corría peligro. Una parte de mi decía que Constantine tenia razón pero yo estaba en la completa ignorancia respecto a todo. Lo único que sabia era que a medianoche, cuando todo volviera a la normalidad, Derek debía partir según había dicho Constantine.

_ Vete –susurre y él me miro atónito- Vete, si Constantine tiene razón corres peligro. El que puso esa barrera la puso por algo, si sabe que la traspasamos y que estas aquí vendrá a buscarte.

_ Te prometí que me quedaría todo el fin de semana –dijo él

_ Solo búscate un lugar donde pasar la noche para que no te encuentre, si el cree que en realidad soy humana no hará nada en mi presencia por lo tanto no vendrá a buscarte.

_ Kat... –dijo Derek acariciándome el rostro

_ Yo estoy a salvo, eres tu el que no lo esta y esta marcado –dije y entonces le sonreí- Nos veremos mañana.

En ese momento la medianoche quedo marcada por el sonido de unas campanadas provenientes del centro. Él me lanzo una mirada triste y luego también partió rápidamente, aprovechando los pocos minutos de efecto que aun quedaban del hechizo sobre la velocidad. Me deslice por el techo hasta volver a mi ventana y ahí entre a mi habitación.

Espere algún efecto instantáneo, como caer dormida luego de que la noche de brujos hubiera terminado. Pero... nada. Me cambie poniéndome mi ropa de cama que consistía en una fino jersey y un short. Me senté de piernas cruzadas sobre la cama, tratando de asimilar lo ultimo sucedido pero sin poderlo. Quizás mi cuerpo no estuviera cansado ya que el efecto de la luna llena seguía vigente, pero mi mente si lo estaba. Tendría que hacer algo para entretenerme, o al menos intentar dormir una hora.

En ese momento tuve una idea. Derek había dicho que me enseñaría a controlar el cansancio causado por mi don si yo volvía a ser la de antes. Solo bastaba demostrárselo de algún modo. Tome mi neceser y rápidamente volví a sentarme en la cama. Mire mis manos, apenas si tenia las uñas cortadas en un modo que se podía considerar prolijo. Antes, me las arreglaba constantemente, cambiando de color de esmalte al menos una vez a la semana. Le dedicaba tiempo a mi aspecto y esto me hacia feliz, habito que había abandonado desde el momento en que me encerraron y no había recuperado al escapar. Tome primero la lima, comenzando a arreglarme las uñas para que estuvieran todas perfectamente y lo siguiente que hice fue sacar todos los esmaltes que tenia. Estuve unos segundos hasta que termine decidiéndome por pintarlas de un tono apenas rosado. Pinte cada uña, una por una, tomándome el debido tiempo hasta dejarlas totalmente perfectas y sonreí. Hice lo mismo con las uñas de mis pies y luego guarde todo

Me levante, acercándome a los estantes repletos de libros y preguntándome que podría hacer. Los libros solían encantarme, por alguna razón tenia tantos, pero desde que había escapado tampoco había vuelto a ese habito. Tome uno que se ubicaba entre mis favoritos, La divina comedia de Dante Alighieri, y volví a mi lugar sobre la cama.

Estuve la mayor parte de la noche leyendo aquel libro y mis pensamientos empezaron a surgir uno tras otro. La primera parte del libro era El Infierno, que supuestamente estaba dividido en nueve círculos y era un cono invertido. Claro, cuanto mas abajo te encontrabas peor era tu sufrimiento. Enseguida mi mente empezó a divagar respecto a eso. ¿Qué pasaría cuando yo muriera? Si es que alguna vez lo hacia. Era bruja, tenia el poder para decidir si seguir creciendo como un humano normal o en algún momento congelarme en un estado y apariencia y quedarme así el tiempo que deseara. A mi me atraía mas la primera opción, lo que implicaba que mi vida seria como la de un humano y así seria por el momento. Pero la pregunta estaba ahí, yo era una bruja y cuando muriera, tarde o temprano, iría al infierno como cualquier otro brujo por estar maldita. ¿Y a que circulo iría a parar yo? Había sido bautizada según me dijeron mis padres, cosa que parecía algo ilógica considerando que era una bruja pero así era. Por lo que el primer circulo quedaba descartado.

Suspire, apoyando mi cabeza sobre una mano y continuando hojeando el libro a tiempo que pensaba en ello. Seria demasiado bueno considerar que terminaría en el segundo círculo por mis anteriores acciones y estaba segura de que no serian tan piadosos conmigo. ¿Acaso terminaría en la Caina? Lo que yo tenía con Diana era una lucha a muerte, tarde o temprano la una terminaría por matar a la otra. Seria demasiado bueno considerar la posibilidad de que fuera yo quien terminaría por ganar. Y aun así, la Caina parecía un lugar bueno comparado en donde terminaría. Luego de lo que había hecho, Lucifer no seria tan piadoso como para mandarme ahí. Él me tendría cerca suyo castigándome eternamente, quizás hasta terminaría siendo la compañera de Judas en su inmortal castigo.

Me estremecí ante eso y cerré el libro, cubriéndome con una manta y obligándome a dormir. Estaba temblando por el frío que sentía, hasta llegue a castañear un poco con los dientes. Definitivamente el segundo círculo se veía tentador con lo que en realidad me esperaba. Trate de poner mi mente en blanco, dejando todo ese asunto de lado y pensando en que no debería estar preocupándome a esta edad por lo que seria de mi luego de mi muerte. Se suponía que iba a vivir mucho más. Pero aun así mi posible futuro seguía atormentándome. ¡No! Yo no iría al infierno. Encontraría el modo de evitarlo, sabía que tenía que haber uno. Si ya había podido evadir a Lucifer una vez podría hacerlo dos. Estaba condenada al infierno pero encontraría el modo de ir al purgatorio, al menos ahí podría pagar por mis pecados. Se veía como un sueño muy lejano y definitivamente el sueño había empezado a afectarme hasta que finalmente me quede dormida.

Me despertó la luz del sol filtrándose por la fina manta. Ya me había olvidado completamente de mis pensamientos la noche anterior y me levante, estirándome lo más que pude a tiempo que bostezaba. No sabía por que, pero me sentía mejor el día de hoy. De hecho, no me había sentido tan bien en mucho tiempo. Me levante de la cama, dejando que la manta cayera detrás de mi cuando me puse en pie y dirigiéndome aun somnolienta al baño. Me lave la cara, los dientes, hice la típica rutina de todas las mañanas. Volví a mi cuarto y entonces me detuve mirándome en el espejo de la pared. ¿Esa era yo? ¿Así había estado los últimos dos meses? Realmente me costaba creerlo. Pensé en como hacia sido yo los últimos dos meses, y considerando con como era realmente, no me parecía raro que Derek lo hubiera notado y me hubiera pedido de volver a ser la misma.

Aun conservaba el cabello cortado desprolijamente por más que no se notara y tal como me había dicho Alex mi rostro reflejaba el miedo. Tome una tijera y me deshice rápidamente de las puntas florecidas. Arregle lo mejor que pude mi cabello, logrando recuperar algo de lo que era mi anterior corte como las mechas cortas de adelante y mi flequillo. Sonreí por mi trabajo y luego recogí todos los cabellos del suelo para tirarlos. Me cambie, poniéndome unas zapatillas de lona, un jean, una musculosa blanca y luego un saco de hilo negro y unos guantes que hacían juego. Me mire nuevamente al espejo, sonriéndome, esta si era realmente yo. Me acerque más, peinándome y poniéndome un gancho en forma de moño a cuadros, negro y blanco, en la parte derecha de mi cabeza para dejar mi rostro despejado. Recordé el brillo que me había regalado Mecha, buscándolo en mi ropa de ayer y aplicándomelo en los labios una vez que lo encontré. Este le dio a mis labios un color que apenas rozaba el rojizo. Me sonreí nuevamente, realmente me sentía feliz el día de hoy. ¿Hacia cuanto que no estaba así de radiante?

Trate de contener otra sonrisa sin lograrlo. Baje apresuradamente las escaleras y me detuve junto a una ventana de la sala. La luna, que hoy se mostraba también de día, me cautivo totalmente y tuvieron que pasar unos segundos para que pudiera salir de su encanto. Genial, otro día mas en el que me costaría conciliar el sueño a la noche. Debía de haber dormido dos horas con suerte. Entre a la cocina, la luz solar reinaba en esta y la casa parecía totalmente vacía. Cato debía de seguir durmiendo, yo debía ser la única adolescente de dieciséis años capaz de levantarse apenas había salido el sol. ¿Qué hora debía ser? ¿Mas de las siete? Seguramente no, con suerte llegaría a esa hora.

Escuche un suave maullido detrás de mi y me di vuelta. Sol me miraba, sentada en el piso y con mi daga delante de ella. Casi me pregunte como había hecho ella para aparecer de la nada y con eso, pero jamás le encontraría sentido pensando que era gata de una bruja y que por lo tanto no era una gata normal. Me agache al lado de ella, tomando la daga y acariciándole la cabeza a tiempo que ronroneaba.

_ ¿Cómo diablos se supone que saldré a la calle con esto? –dije tomando mi daga

Sol se detuvo, mirándome fijamente con sus pupilas totalmente dilatadas y maullándome. Enseguida supe lo que quería que haga y comencé a pensar.

_ Hay un hechizo para eso... –dije intentando recordar- Pero no me acuerdo. Había uno, una palabra... ¡Ah! Diminuĕre.

Al instante el hechizo tuvo efecto y la daga se volvió del tamaño de un escarbadientes, lo suficientemente pequeña para que pudiera usarla como prendedor en el saco. Le sonreí a Sol, agradeciéndole por la ayuda y le dedique una última caricia antes de tomar una manzana y salir de la casa.

El sol se reflejaba sobre el pavimento dándome de pleno y si a esto agregábamos la presencia de la luna, estaba claro lo que ambos astros causaban en mí. Durante un momento no tuve idea de que hacer, la calle estaba totalmente vacía y el hechizo de la noche anterior se había ido por lo que volvía a mi caminar normal. Anduve calle abajo, disfrutando de los calidos rayos de sol sobre mi piel y tratando de localizar a Derek. Era un brujo, su presencia me resultaría inconfundible pero debería estar cerca para sentirlo. Me dirigí al centro del pueblo, sabiendo donde encontrar el único hotel decente que había por la zona. Supe que no me había equivocado cuando lo encontré a Derek en la puerta del hotel.

_ ¡Cumpliste! –exclamo enseguida al verme

_ Supongo que tenias razón, no se por que pero me siento mucho mejor –confesé y él me sonrió

_ Ellos no tienen ningún poder sobre ti y jamás les demuestres lo contrario –dijo dulcemente- Además eres demasiado linda como para no lucirlo.

_ Solo lo dices por que eres mi amigo –dije

_ Lo digo como amigo y como hombre. Dejando de lado toda belleza sobrenatural que puedas tener por que lo que eres, realmente eres muy linda –dijo él y vio que seguía comiendo la manzana- El fruto prohibido –bromeo casi riendo

_ Sea por la razón que sea, me encanta –dije- Por mas que sea el fruto prohibido.

_ Igualmente no era una manzana, yo se a que me refiero cuando digo que en ninguna parte especifican que el fruto prohibido era una manzana. No se de donde sacaron los humanos esa idea –dijo Derek

_ Sus creencias son muy primitivas y absurdas –dije- Tu no resistirías una hora mía de literatura, el profesor es un obsesionado con los libros fantásticos y es torturador.

_ Ya me imagino –dijo él con una mueca- La escuela debe ser torturadora para ti. Suerte que yo ya rendí y abandone la escuela.

_ Hey, no alardees que solo tienes dos años más que yo –refunfuñe y él rió pasándome un brazo por la espalda- Yo la estoy rindiendo como humano, no puedo aprovecharme y saltarme tres años como tu.

_ De hecho, no me salte ningún año –me corrigió Derek mientras caminábamos- La termine mientras tu estabas en el Bella Vista. Ahora estoy tranquilamente instalado en un departamento de Miami y ahí me quedare todo el tiempo que pueda. Además, a ti solo te queda este año y el próximo, no es tanto.

_ Aun así algunas clases son torturantes y no puedo hacer muestra completa de mi inteligencia –dije

_ ¿Y cual fue la peor nota que pudiste haber tenido? ¿Un A-? –Dijo él sarcásticamente y reí- No te hagas problema. Por cierto, creo que tu amigo del tejado tenía razón. A la noche vinieron dos personas a preguntar a recepción si había llegado un nuevo huésped. Estuve tres horas fuera antes de poder volver al hotel. Me buscaban pero no pude reconocerlos.

_ ¿Y no pudiste sentirlos? –pregunte

_ Estaba ocupado haciendo un hechizo para ocultar mi presencia que no le preste atención a mi don para saber que eran –respondió él

_ Entonces tendremos que confiar en Constantine por que él parece saber –dije por lo bajo

_ Es lo mas probable, pero estaré atento a cualquier presencia que sienta por mas mínima que sea –dijo Derek

Habíamos dado la vuelta al hotel, llegando al patio de este y atravesándolo hasta internarnos en parte del bosque. Era el único lugar seguro que teníamos, donde nadie pudiera vernos y pudiéramos ser nosotros mismos tranquilos sin tener que ocultar la magia. Aunque en realidad donde estábamos parecía ser como un segundo patio del hotel. Un enorme claro rodeado de árboles desde donde aun se podía distinguir el techo del hotel. Nos sentamos en el suelo, apoyándonos sobre el tronco de un gran árbol y ahí nos quedamos todo el tiempo posible.

_ Sabes una cosa, a veces temo por Nicholas, por lo que él pueda hacerte si te encuentra –confeso él

_ Pero ayer dijiste que no seria capaz de hacerme daño –dije

_ De eso estoy seguro –contesto Derek y luego suspiro- No te haría daño directamente, buscaría alguna otra forma y temo por que eso pueda herirte más de lo que él pretenda.

_ Yo impediré que él le haga daño a alguien que no sea yo –respondí

_ Ira tras tus compañeros de clase, tus amigos y hasta tu novio si es que tienes –continuó Derek

_ Nicholas no seria capaz de herir humanos y yo haré todo lo posible por que eso no suceda. Y además, no estoy saliendo con nadie y no hay nadie que me interese –dije

_ Ira tras el rubio de anoche sabiendo que te interesa –dijo Derek mirándome de soslayo- Lo torturara dentro de su cabeza hasta que el muchacho enloquezca.

_ Es un simple humano y Nicholas me torturaría mentalmente a mi antes de torturarlo a él –respondí- Lo único que me da miedo de él es ver en lo que se ha convertido y saber que fue por mi culpa.

_ Él te defendió por que te amaba, no es culpa tuya que Lucifer se haya descargado sobre él. Imagínate que hubiera pasado de no haber sido así, toda la ira de Lucifer ante tu negación hubiera caído sobre ti y pudiera haber hecho que desearas estar muerta en comparación con lo que te haría. Nicholas fue valiente, se enfrento a Él para defenderte y logro que salieras ilesa, pero a cambio él perdió su alma –dijo Derek y luego me miro tristemente- Sabes una cosa, cuando tu ibas a ingresar al Bella Vista yo lo fui a buscar a él y le dije que si te pasaba algo lo haría responsable. Supongo que no le creí cuando dijo que te cuidaría hasta con su alma.

_ A veces me pregunto si volverá a ser quien era –dije- Ambos cambiamos luego de lo sucedido y dudo que todo pudiera volver a ser como antes por mas que una parte de mi sigue estando enamorada de él.

_ Entonces ya no lo amas –dijo Derek

_ No lo sé –admití- No se lo que ahora siento hacia él pero se que ya no lo quiero como antes. No se que pasaría si nos volviéramos a ver y él no estuviera controlado por Lucifer.

_ ¿Te has enamorado de otro? –pregunto Derek

_ No lo sé, ya he olvidado lo que se siente ser amado y amar a alguien. Además amor es una palabra demasiado fuerte como para decírselo a otro. Él siempre me decía que amar era estar dispuesto a dar cualquier cosa por el ser amado, aun aunque esta te causara dolor a ti, ser capaz de entregarle tu alma al otro y que si este moría, tu también morías de algún modo por que era como si se llevara parte de tu alma consigo –dije tristemente- Siempre le creí cuando me decía que él seria capaz de entregar su alma por mi, pero jamás creí que eso podría pasar.

_ Pero al menos has que su ultima voluntad valga la pena –dije Derek y apoye mi cabeza sobre su hombro- Recuérdalo como se debe, no te olvides de él por lo que le ha pasado aun si ya no sientes lo mismo que antes por él y hagas lo que hagas, nunca te olvides que lo que él hizo, lo hizo por ti y por que te amaba realmente.

_ ¿Crees que ahora él haya vuelto con Diana? Estoy segura de que ella estaría más que feliz por ver en lo que se ha convertido –dije y Derek rió pasándome una mano por el cabello

_ Según Lucas, él esta más indiferente que antes con respecto a Diana. El hecho de que estén juntos en la misión de buscarte no significa que hayan vuelto, según le entendí a Lucas, le da igual lo que le suceda a tu hermana –dijo Derek- Al parecer algo bueno ha salido de todo esto.

_ Diana estará molesta –dije y también reí

_ Seguramente –contesto él- Antes de venir hacia aquí, pase por tu casa para saludar por noche de brujos y tu madre me dio de estos para que te traiga.

Él saco de su bolsillo una pequeña bolsa de tela que claramente tenia el toque de mi madre. Tiro del cordón para desatarla y abrirla y la extendió hacia mi. Quede totalmente fascinada al ver los miles de pedacitos blancos que había en el interior y no pude evitar pegar un gritito de alegría.

_ ¡Milsabores! –exclame y Derek asintió

_ No he tocado ni una, esa es toda una odisea pensando en lo rico que los hace tu madre –contesto él y entonces tomo uno y se lo llevo a la boca- ¡Mas que delicioso!

Tome uno de los pequeños pedacitos blancos y también me lo lleve a la boca. Los milsabores eran quizás la mejor golosina que podía existir. Apenas entraba en contacto con tu boca, esta tomaba el sabor que mas te gustaba aun si ni tu mismo lo conocías. Y no era solamente sabores de comida, podía ser desde cualquier cosa, desde el sabor de la brisa marina hasta el sabor de un beso de alguien. Sentí perfectamente el sabor de una magnifica fresa junto con su jugo en mi boca y la saboree todo lo que duro. Era cuestión de cual era tu gusto preferido en ese momento.

_ ¿Cuántos tienes? –pregunte

_ Me dio una bolsa para mi y una gran bolsa para ti –respondió él sonriendo- Si no abusas podrían durarte un mes, aunque lo dudo por como eres. En todo caso, cuando quieras más, encontrare el modo de enviártelos. No conozco a nadie que los cocine tan bien como tu madre.

_ Yo tampoco –dije y tome otro milsabores deleitándome nuevamente- De hecho, no puedo creer como estuve tanto tiempo sin comerlos. Son adictivos.

_ Los humanos consumen sus vidas con la droga, nosotros con los milsabores –dijo Derek riendo- Somos peor que un niño en una chocolatería.

_ Ni el chocolate se compara a esto –dije y tome otro- Dudo que con el chocolate puedas sentir el sabor de un copo de nieve.

_ O del aroma de los pinos –dije Derek tomando otro- O los aires de Venecia. Te juro que me es imposible escoger un sabor favorito.

_ Normalmente son los que mas se repiten –dije

Tome otro, deslizándolo suavemente dentro de mi boca y cerrando los ojos ante el placentero sabor. No era difícil reconocer de que sabor se trataba, era el sabor de un beso, y sinceramente, de uno irresistible. Era imposible no ceder ante el gusto pero no sabia de quien era este beso. No era el beso de un humano, de eso era de lo único que estaba segura, se sentía demasiado bien para serlo.

_ ¿De que es? –pregunto Derek

_ De un beso –dije aun saboreándolo en mi boca

_ ¿De quien? –dijo él

_ No lo sé –admití

El milsabores termino de consumirse totalmente en mi boca y lo lamente terriblemente. Necesitaba encontrar al propietario de ese beso, quería volver a sentirlo y si el milsabores había sido tan irreal no podía ni imaginar como seria viniendo directamente de esa persona.

_ Lo deseo –dije inconscientemente

_ Si, me ha pasado de comer una vez un milsabores y sentir algo así –dijo Derek- Pero hay demasiadas personas en el mundo, jamás podrías encontrar al propietario.

_ Es solo cuestión de tener suerte –dije mirándolo- Mi padre me dijo que cuando probó los milsabores, sintió el beso de mi madre y por mas que le llevo años volverlo a sentir y encontrarla a ella, pudo hacerlo.

_ ¿Estas segura de que no sabes de quien era el beso? –pregunto él y negué con la cabeza

_ Solo sé que deseo volver a sentirlo –dije y ambos nos sonreímos mutuamente

Algo interrumpió nuestro momento, captando totalmente nuestra atención y ambos fijamos la mirada del otro lado de donde estábamos sentados. La presencia resultaba ser suave, casi suave. Derek se levanto rápidamente, cerrando las manos en puño y mirando el arbusto de donde provenía la presencia de una bruja.

_ ¿Quién esta ahí? –exigió saber él

Vi como la cabeza de Camille se asomaba totalmente atemorizada y entonces yo también me puse en pie. Tome a Derek por el brazo para tranquilizarlo ya que enseguida él se había alterado por la presencia de una bruja. Pero Camille era buena, no le servia a Lucifer y yo confiaba en ella.

_ Derek, mírala bien, no hay oscuridad en sus ojos –dije suavemente y entonces él se relajo- Es solo una niñita y yo le dije ayer de que me buscara si lo deseaba.

_ Esta bien –dijo él

Camille salio lentamente de su escondite, vacilando al caminar hacia nosotros y también echándole una mirada de miedo a Derek. Me separe de Derek, acercándome unos pasos hasta la niñita y entonces ella corrió hasta llegar a mi y abrazarme fuertemente. No supe que hacer en ese momento, no sabía como reaccionar. Camille me abrazo aun más fuertemente y hundió su rostro en mi saco. Le pase una mano por el cabello, tratando de calmarla y sonriéndole.

_ Es un amigo, es bueno –dije

_ Es un brujo y hace unos segundos tenia la intención de atacarme –dijo ella levantando el rostro para mirarme y me quede totalmente atónita

_ Es solo por que creí que podías ser otra persona –dijo Derek, defendiéndose y acercándose un poco

_ Él no te hará nada. Es solo por que hay brujos malos que quieren hacerme daño y él solo me estaba protegiendo pensando que tú podías ser uno de ellos –dije y Camille me miro creyéndome

_ Tu eres buena, no se por que querrían hacerte daño –dijo ella y nuevamente me abrazo poniendo su cara de costado- Me protegiste ayer y se que siempre lo harás.

Recordé lo sucedido con Victoria. Yo no había hecho nada, simplemente hablar con ella para tratar de animarla. Camille finalmente se separo de mí y aunque miro a Derek aun desconfiando de él, al menos ya no le tenía miedo. Ella me parecía tan... pequeña. La veía de algún modo como un reflejo de mi, totalmente atemorizada y desconfiando de cada persona que veía. Quizás las dos juntas podríamos superar aquello que nos atormentaba. Tome un milsabores de la bolsa de Derek y se lo tendí a Camille.

_ ¿Quieres? –Pregunte- Son milsabores, te aseguro que no encontraras cosa mas rica.

_ ¿Qué es? –pregunto ella tomándolo y mirándolo con extrema curiosidad

_ Golosina de bruja –dije sonriendo y ella se lo llevo a la boca

_ ¡Mmm! Sabe como si hubiera mezclado todos mis caramelos preferidos en uno –exclamo ella casi saltando de alegría y luego me miro suplicante- ¿Puedo otro?

_ Claro que si –dije tomando dos, uno para mi y otro para ella

_ Son exquisitos. ¿Verdad? –Pregunto Derek y Camille asintió sonriendo- Que bueno que te gusten.

_ Gracias. Este sabia como a una nube –dijo ella

_ Son milsabores –le explique- Serán del gusto que mas pueda gustarte en el momento que los comas.

_ ¿Cómo te llamas? –pregunto ella

_ Soy Katherin. Y él es mi amigo, Derek –respondí

_ Perdona si no se tu nombre, pero es que Victoria siempre se refería a ti por otras palabras –dijo Camille, dudando- Ella te detesta.

_ No creí que podrías llegar a ser detestable –dijo Derek sonriendo- Excepto Diana, no conozco nadie capaz de odiarte.

_ Créeme que Victoria se acerca mucho a una versión humana de Diana –dije- Aunque no es nada comparada con la verdadera.

_ ¿Cómo es que él pudo pasar la barrera? –pregunto Camille

_ ¿Qué sabes respecto a ella? –pregunte

Ella no respondió ya que en ese momento empezó a sonar una melodía en el aire. Esta hubiera sido hermosa de no ser por que resultaba torturante. Los oídos me ardieron terriblemente y me lleve gritando las manos a la cabeza para taparlos. Oí el grito agudo que pego Camille, también tapándose los oídos y cayendo de rodillas al piso. La mire desesperada y luego a Derek, que también yacía gritando y tapándose los oídos. Este maldito ruido me estaba torturando terriblemente y pronto mis rodillas empezaron a flaquear. Me sostuve aun más las manos contra los oídos, tratando de evitar oírlo pero siéndome imposible. Era una flauta la que estaba sonando, de eso estaba segura y no entendía como una simple melodía podía causarme tanto dolor. Temí hasta que mis oídos llegaran a sangrar por la tortura y mire desesperada a los demás. Camille estaba desesperada, llorando y gritando en el suelo mientras se tapaba los oídos y Derek ya estaba de rodillas sin poder dejar de gritar desesperadamente que el sonido parase. No pude evitar pensar que yo era la que menos estaba sufriendo de los tres ya que aun podía mantenerme en pie y busque desesperadamente una salida. Tenia que detener esa canción, de un modo u otro tenia que hacer que parase. Jamás me había sucedido algo así y tenía que encontrar ya una manera de detenerlo.

Busque desesperada en mi memoria, había un hechizo que los profesores del Bella Vista siempre usaban para callar a los alumnos cuando se levantaba el murmullo. Pero no me era fácil pensar con esta melodía martillándome la cabeza y destruyéndome los oídos. Lo único que se repetía en mi mente era la palabra silencio. ¡Silencio, silencio, silencio! A tal punto que la palabra llego hasta mis labios.

_ ¡Silentĭum! –exclame

Se perdió todo ruido y estuvimos en el completo silencio. Veía como las copas de los árboles se movían a causa del viento pero no escuchaba el ruido, Derek se levanto del suelo y aun así no hubo sonido alguno, hasta intente hablar sin poder pronunciar un sonido. Me destape los oídos, mirando desorientada alrededor y ayudando a Camille a ponerse en pie. Ella me miro desesperada, diciendo algo pero tampoco hubo sonido alguno. Cualquier sonido que debía haber, no estaba, no se oía nada, todo era puro silencio. Pero al menos el atormentador sonido de la flauta había parado. Derek también me miraba desesperado, gritando algo pero sin sonido. No dejaba de señalarme constantemente, mirándome totalmente preocupado y alarmado. No comprendía a que se estaba refiriendo ni que estaba queriendo decirme. De hecho, estaba más desorientada que nunca. Pero no supe que quería decir hasta que segundos después todo el sonido pareció volver y entonces me sentí totalmente débil. Más allá, en alguna parte del bosque y a pocos árboles de aquí, graznaron unos pájaros negros y salieron volando. Ahí debió de estar quien tocaba la flauta y ahora partía al ver que le había ganado en cierto modo. Sonreí débilmente y entonces no pude más y caí. Enseguida Derek me sostuvo por detrás, evitando que cayera y mirándome totalmente alarmado.

_ ¡Tonta! No puedes hacer un hechizo tan fuerte y mucho menos sin la ayuda de tu elemento –dijo él totalmente preocupado y me levanto sosteniéndome contra él

_ Lo siento –respondí débilmente- No tuve tiempo de pensarlo.

_ No puedes esforzarte tanto sin alguna ayuda. Tienes suerte de que aun esta el efecto de la luna por que sino no se que hubiera pasado. ¿Sabes que puedes morir por sobre exigirte? –continuo él y reí débilmente ante la exageración, luego me sostuvo mas contra él apoyando su rostro sobre mi cabeza- La próxima vez piensa. Te quiero mucho –dijo besándome el cabello

_ ¿Esta bien? –Pregunto Camille tímidamente, acercándose y tomándome de la mano- No quiero que le pase nada.

_ No me pasara nada –dije hablando ya con gran esfuerzo

_ Será mejor que no hagas nada durante los próximos minutos, mejor ni hables, no debes esforzarte -dijo Derek y luego miro a Camille- Se pondrá bien. Solamente esta débil por el esfuerzo que hizo y totalmente agotada. No debes hacer un hechizo tan poderoso y de tan alto nivel sin tu elemento si no estas entrenada y capacitada para hacerlo.

Quise refunfuñar, defenderme, pero él enseguida me detuvo poniéndome dos dedos sobre mis labios para que no hablara. Lo castigue, cruzándome de brazos y girando la cabeza para no mirarlo mas aunque él se lo tomo en broma.

_ No nos quieren aquí, por eso hacen esto –dijo Camille

_ ¿Quiénes? –pregunto Derek

_ Los del Consejo –respondió Camille- Debemos irnos antes de que vengan aquí y decidan presentarse. Nos mataran.

_ ¿Pero por que? No hemos hecho nada –dijo Derek

_ Somos brujos, eso les basta –dijo Camille y luego se estremeció ligeramente mirándonos totalmente alarmada- El líder odia a los brujos, nos matara si nos ve, ni nos dará tiempo de respirar antes de tener su espada clavada en el pecho.

_ Entonces tenemos que irnos de aquí cuanto antes –dijo Derek- ¿A dónde?

_ Solo síganme –dijo ella

Ambos comenzaron a caminar y conforme pasaban los segundos me adormecía más. Quizás Derek tenía razón, no debería haber utilizado ese hechizo pero de otro modo la cosa hubiera empeorado. Derek me cargaba delante de él, dejando que mi cabeza colgara y pudiera clavar mi vista hacia atrás. Aun a pesar de los árboles creí haber visto a alguien o algo. Apenas si se acercaba un rostro que no pude distinguir ya que la vista también comenzaba a fallarme. Lo único que pude distinguir fue un destello plateado de la flauta y entonces me alarme al entrar en razón.

_ Non sequīre –dije casi sin voz

Derek me miro sin comprender, creyendo que yo había dicho algo y me pregunte que tan débil debió de ser mi voz para que ni él la oyera. Le sonreí débilmente, feliz de habernos asegurado, después le contaría cuando recuperara mis fuerzas. Finalmente cedí y me quede profundamente dormida. Mis oídos aun seguían zumbando por lo que había sucedido y no podía dejar de lado la terrible idea de haber visto esa flauta plateada antes.

Capitulo 8: Reunión de brujos


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La canción terminó mientras seguía hablando con Nikky y antes de que pudiera darme cuenta Thomas se acerco a mí y me tomo de la mano para hacerme pasar nuevamente al escenario. Otra vez frente a todo el público sin tener la menor idea de que tendría que hacer ahora. Fui consciente de los acusadores ojos de Victoria mirándome fijamente desde el público y esperándome hasta que yo bajara del escenario para buscarme por su venganza. Nuevamente Thomas me volvió a ubicar en el centro y me sonrió de algún modo pidiéndome disculpas.

_ Lo siento brujita por hacerte intervenir de nuevo pero lo cierto es que la tentación fue demasiada –dijo él sonriendo- Simplemente te pido una cosa y te dejaremos libre. Quería que me ayudaras en la introducción de este tema.

Thomas canto a continuación la frase que quería que yo repitiera mientras el resto de la banda se quedaba en silencio. Enseguida supe el ritmo que debía seguir, una tonada simple y solo tendría que mantener la ultima nota. Luego Thomas me paso su micrófono y lo tome con ambas manos para cantar la frase. Algo simple con lo que me fue imposible no pensar en lo que había vivido cuando la cante.

“And the life starts again in this awakening”

Mantuve la última nota tal como me había pedido Thomas y entonces la banda empezó a tocar y Thomas recupero el micrófono al instante. El publico me aplaudió por mas que yo realmente no tenia idea de que hacer y solo me limite a sonreír. Mi vista se perdió entre la gente, pasando primero por el rostro de Mecha y luego yéndose a parar en la persona que estaba atrás de todo mirándome. Casi pude escuchar la voz de Nikky en mi cabeza diciendo “te lo dije”.

Enseguida baje del escenario de un salto y cruce entre la multitud. Casi al instante en que mis pies estuvieron sobre el suelo sentí como Victoria se movía para seguirme y luego se detuvo al perderme de vista. No pude evitar sonreír para mis adentros y continué con mi camino. Alcance justo a tiempo a Alex antes de que abandonara el establecimiento y él se dio vuelta al verme.

_ ¿Qué haces aquí? –pregunte

_ Por lo que tengo entendido es una fiesta pública para alumnos de la escuela –respondió él- Así que no hay ningún problema en que venga.

_ Si, pero por quien dices que eres, creí que tendrías una fiesta privada mucho mas importante a la cual asistir antes que venir acá –dije- Es mas, por la imagen que das, parece como si no te interesaran este tipo de fiestas y no te molestarías en venir.

_ Eso es cierto, tenía una fiesta privada mucho más importante a la cual asistir pero rechace la invitación –dijo él- Realmente no entiendo como la misma gente me invita todos los años sabiendo que no asistiré. Prefiero quedarme en casa la noche de Halloween en vez de ir a todas las fiestas que me invitan.

Lo mire con curiosidad. Si, parecía ese tipo de chico que estaría lleno de diferentes invitaciones para todo tipo de fiestas. Pero este juego de lo que cada uno parecía y en realidad era ya me estaba volviendo loca. Y estaba mas que claro que Alex no pensaba mostrarme su verdadera apariencia hasta que yo no le mostrara la mía. Él pareció percatarse de algo en ese momento y me miro con más detenimiento al rostro.

_ Esta vez no hay miedo en tu rostro –dijo como si fuera mas un pensamiento- ¿Acaso esta vez me mostraras a la verdadera Katherin Strega?

Sonreí sin saber exactamente que responderle y luego mire alrededor. Tuve una excelente idea al ver en una parte como Victoria y Nikky se había sumergido nuevamente en un enfrentamiento y no pude resistir la tentación que me provocaba la opción de demostrarle a Victoria que yo decía la verdad.

_ Hagamos un trato –dije- Te daré lo que quieres a cambio de que me hagas un favor.

_ ¿Y en que consistiría ese favor? –dijo Alex mirándome con absoluto detenimiento

_ Espera aquí un segundo, ya vuelvo –dije

Rápidamente fui a las mesas de la entrada en donde había unas chicas fijándose quienes entraban y salían constantemente. Pedí prestados un papel y una birome y luego volví a donde estaba Alex. Él me miro sin comprender viendo lo que llevaba y trate de no pensar en lo tonto que le parecería todo esto pero realmente deseaba ver la cara de Victoria si le conseguía esa nota.

_ Ando metida en un asunto algo complicado gracias a una amiga –le explique- Necesitaría que me llenes esta hoja y me la firmes diciendo que estoy contigo.

Él me miro aun mas confundido pero termino por aceptar y tomo el papel y la birome de mis manos. Se detuvo unos segundos antes de escribir y me miro con la pregunta grabada en sus ojos.

_ Si lo hago... ¿Dejaras esta apariencia que me muestras de lado, al menos por una noche, y me mostraras quien realmente eres? –pregunto

_ Si –respondí y asentí a la vez

Él escribió sobre el papel con una caligrafía excelente que jamás hubiera imaginado ver en un humano y luego lo firmo. Realmente jamás había visto una letra tan perfecta y delicada a la vez, excepto en algún que otro documento importante que hubiera visto en el Instituto Bella Vista. Alex me devolvió el papel y le sonreí, en parte agradeciéndole y en parte disculpándome por la molestia que le estaba causando y por lo rara que le debía de resultar la situación.

_ ¿Y ahora que? ¿La justificación de por que vas a estar ausente el resto de la noche y no podrán hacerte subir al escenario? –dijo sonriendo

_ No exactamente –dije- ¿Conoces a Victoria D´Alessandra Martinez? –pregunte y él asintió- Bueno, no me llevo muy bien con ella y digamos que ando metida en una especie de problema con ella esta noche. Creo que planea matarme.

_ No te puede matar justo esta noche que al fin conseguí lo que quería, dale fecha para otro día –dijo él y no pude evitar sonreír

_ Eso querría pero no es tan simple –dije- Con esta nota me deshago de ella en un segundo.

_ ¿Con una simple nota? Realmente tus asuntos son bastante extraños, pero supongo que podría ayudarte de algún modo –dijo Alex- ¿Dónde esta ella?

_ Ahí, discutiendo con Nikky –dije mirando en su dirección

_ Entonces espero que cumplas con tu parte del trato por lo que haré –dijo él sonriendo

Alex camino entre la multitud hacia ellas y lo seguí. Me adelante unos pasos para estar antes frente a Nikky y Victoria quien me tiro una mirada envenenada y luego de congelo al ver que Alex se paraba a mi lado. Si en algún momento había deseado tener una cámara de fotos, hubiera sido este, para poder retratar la estupefacta expresión de Victoria que no hacia mas que causar risa. Pude ver como Nikky se llevaba una mano a la boca conteniendo la risa y como Victoria tartamudeaba sin poder articular palabra alguna.

_ Aquí esta la nota, escrita y firmada –dije entregándosela y ella la tomo casi temblando

_ Espero que no cause ningún problema el hecho de que me lleve a Katherin por un rato –dijo Alex educadamente

_ No hay ningún problema, te estas llevando a mi mejor presentadora pero lograre solucionarlo –respondió Nikky y luego miro a Victoria que seguía con la misma expresión- Por cierto Victoria. ¿Qué andabas diciendo sobre que Katherin no tendría que haber subido al escenario y que cantaba muy mal?

_ ¿Qué? –Pregunto Alex- Por lo poco que llegue a ver hizo un excelente trabajo y canta muy bien.

_ No es cierto –dije

_ Realmente, cantas muy bien –me dijo y luego miro a Victoria- ¿Ella esta bien?

No hubo ninguna reacción de parte de Victoria, parecía paralizada desde el mismo momento en que Alex había aparecido a mi lado y por lo que se veía pasaría mucho tiempo hasta que ella volviera a reaccionar. Nikky suspiro frustrada, negando con la cabeza la actitud de Victoria y luego nos sonrió.

_ Se pondrá bien en algún momento –dijo

_ Bueno, entonces parto –dijo Alex y me miro- Y tú aun me debes algo Katherin.

Él se dio vuelta y se alejo unos pasos. Nikky me sonrió una última vez, teniendo más que grabada en su expresión la frase “te lo dije” mientras que Victoria seguía congelada aun portando la nota que le había dado en mano. Me di vuelta y luego lo seguí a Alex hasta estar fuera del establecimiento ya habiendo tenido mi venganza con Victoria. Con suerte, esto duraría un largo tiempo. En el exterior casi no había nadie y camine con Alex por la plaza central mientras trataba de encontrar el modo de a la vez cumplir con el trato y no darle más razones para que sospeche de mí.

_ ¿Me responderás todo lo que te pregunte? –dijo él mirándome con curiosidad

_ Eso no formaba parte del trato, yo acorde a mostrarte quien era realmente y a dejar esta apariencia que, según tu le muestro a los demás, pero que no es la verdadera –respondí y luego le sonreí- Aunque para tu suerte, ser sincera forma parte de mi verdadera personalidad.

_ ¿Y entonces por que ocultas tu verdadera personalidad? –pregunto él

_ No oculto mi verdadera personalidad, o al menos no lo hago conscientemente –admití mirando al suelo y suspire tristemente- Lo cierto es que tu tienes razón, vivo con miedo temiendo lo que podría pasarme y supongo que es por eso que no puedo ser realmente yo misma.

_ Ya te dije que no tienes de que temer, no te pasara nada –dijo Alex por lo bajo

_ Es que lamentablemente no puedo creerte, tarde o temprano me pasara lo que tiene que pasarme. Es por eso que me mude aquí, a un pueblo que casi nadie conoce, es para que no me encuentren –continué

Internamente me estremecí, acababa de confesarle a Alex quizás más de lo que debía pero era lindo poder decirle todo lo que me guardaba a alguien. Aun así, la tristeza ante el recuerdo no tardo en invadirme, yo era muy consciente de lo que podría pasar si me encontraban y no deseaba volver a estar encerrada. Nuevamente a esa celda, esposada a la pared, sufriendo heridas y maltratos cada día y noche sin cesar. Apreté los dientes en un intento por no llorar y continué caminando.

_ ¿Y de quien es que escapas? –pregunto Alex

_ En gran parte de mi ex-novio. Yo lo amaba pero él cambio de la noche a la mañana y se volvió malo. Hasta llego a pegarme –dije por lo bajo y luego sonreí tristemente- Pero soy fuerte, le gane al escapar de él y estar fuera de su alcance. Pero el problema es que ahora anda buscándome y no se detendrá hasta encontrarme.

_ Entonces viniste aquí solo para escaparte de un ex-novio malvado –dijo Alex tranquilamente- Apuesto a que se habrá enfurecido terriblemente cuando le cortaste.

Lo mire atónita sin comprender como es que había hecho para llegar tan rápido a esa conclusión.

_ ¿Cómo es que... –comencé a decir, perpleja y luego me detuve cuando él me sonrió

_ Puedo ver fácilmente como es la gente en realidad, es por eso que estaba tan interesado en saber quien eras realmente por que la apariencia que muestras no encaja con tu vida. La chica que muestras que eres no parece la chica capaz de haber abandonado un colegio de tan alto privilegio y haber dejado todo atrás como si nada. Ahora que por fin me muestras quien eres y me estas hablando logro comprenderte un poco –dijo Alex- Pero realmente no puedo dejar de preguntarme que ocultas Katherin.

_ Supongo que cada uno lleva su secreto –dije recobrando mi animo y mirándolo- Yo deje todo atrás como tu dices. Mi familia, mis amigos, mi novio, mi colegio, todo y vine a vivir aquí con Cato. Pero lo cierto es que, fue lo mejor que pude haber hecho. Yo tenia hecha una imagen única de lo que era mi vida, la veía perfecta y como si esta no pudiera mejorar, luego me di cuenta del verdadero problema en el que me había metido y logre escapar justo a tiempo –le explique y lo mire con curiosidad- ¿Alguna vez te ha pasado de hacerte una imagen incorrecta respecto a algo?

_ Supongo que si –respondió Alex- Yo tenia armada una imagen bastante espectacular respecto a una sociedad y luego me di cuenta de lo que realmente eran y ahora los aborrezco.

_ ¿Y tu historia cual es? –Pregunte- Digo, por que tu tampoco eres lo que aparentas.

_ Supongo que no debe ser muy diferente a la tuya. Deje todo atrás, familia, amigos, colegio, todo lo que tenía y tuve que venir a vivir aquí con Gabriel, Raphael, Miguel y Daniel –dijo él y luego suspiro- Creo que no somos tan diferentes como creí en un principio.

_ Realmente debemos de ser dos personas muy desafortunadas para ser tan jóvenes y que nuestra vida ya sea semejante embrollo –dije bromeando y logra sacarle una sonrisa

_ Si, pero dudo que tu hayas terminado aquí por las mismas circunstancias que yo –respondió Alex- Aun así, es bueno que alguien me comprenda en parte.

_ ¿Y los demás tienen historias similares? –pregunte

_ Todos dejamos atrás todo al mudarnos aquí, pero no puedo mentir, tenemos una forma de vida excelente y no la cambiaria por nada por más que extraño mucho mi vida anterior –contesto él

_ No entiendo como cinco adolescentes pueden convivir solos en una casa sin armar un desastre –dije y él rió

_ Alguien se tiene que ocupar de poner el orden y mantener todo controlado –dijo él- Y por más raro que sea, yo soy el menor de los cinco y soy el líder. Pero lo cierto es que no me gusta mucho ese término y tampoco me gusta el puesto que tengo, no soy ese tipo de persona a la que le encanta andar dando órdenes y mantener todo bajo su control.

_ Me gustaría ver como es que mantienes el orden –dije casi riendo- ¿Por qué viniste esta noche? –pregunte

_ Esta mañana, cuando nos cruzamos en la escuela, parecías diferente –dijo él, vacilando- Estabas como feliz, pero realmente feliz y sin ningún atisbo de temor ni nada en el rostro. Tenía la esperanza de que si te encontraba esta noche consiguiera lo que quería y por lo que veo no me equivoque.

_ ¿Te sientes mejor ahora o sigues con el dolor de cabeza de esta mañana? –pregunte

_ Sigo igual, pero se me pasara en cuestión de horas –respondió Alex- Es solo el día.

Continuamos caminando en silencio por la plaza, Alex a un lado mío con la mirada baja y las manos el los bolsillos. Por primera vez me fije en como estaba vestido esta noche, sin ningún disfraz ni nada, simplemente unos jeans, una remera y una chaqueta marrón. Me costaba creer que solamente hubiera venido para buscarme a mí. Varias veces lo mire de soslayo, preguntándome que era lo que él ocultaba pero sin encontrar respuesta alguna.

Levante la vista al cielo, mirando a la gran luna llena que había y sin poder evitar sonreír ante el efecto que esto causaba en mí. Alex levanto apenas la cabeza, sorprendido al verme. Pero ni siquiera tuve tiempo de preocuparme por ello por que un ruidito agudo me distrajo. Lo pude identificar perfectamente, era un llanto, o más bien alguien estaba llorando y estaba conteniendo cualquier sonido que pudiera delatarlo. Mire a mí alrededor, sin ver nada más que el camino empedrado por el que estábamos andando, la plaza y los árboles de alrededor. Nuevamente escuche el mismo ruido y me di cuenta de que venia de detrás de uno de los árboles. Casi corriendo me acerque a él, rodeando el gran tronco que tenia y deteniéndome al encontrar a Camille. Ella estaba llorando, con las piernas dobladas y la cabeza apoyada sobre las rodillas mientras rodeaba con los brazos sus piernas. Sentí a Alex pararse detrás de mí y no pude evitar agacharme y acercarme más a la niña. Ella levanto su cabeza y me miro, alterada por un segundo pero luego se tranquilizo. Ahora que la veía mejor, realmente me daba pena esta chiquilla, con su cabello corto y lacio que no le llegaba a los hombros y sus ojos grises totalmente empapados de lágrimas al igual que sus mejillas. Camille era realmente hermosa, más hermosa de lo que podría llegar a ser una niña de su edad y no dejaba de mirarme.

_ ¿Por qué lloras? –pregunte y ella negó con la cabeza y se cubrió los ojos- Camille –susurre

Ella volvió a negar con la cabeza, apoyándola sobre sus rodillas. Me acerque más a ella, poniéndole una mano debajo del mentón y levantándole el rostro para que pudiera verla. Camille me miro totalmente aterrada por un segundo y luego la curiosidad invadió su rostro mientras seguía llorando.

_ Por favor, no llores –dije limpiándole las lagrimas de las mejillas- No tienes por que hacerlo.

Ella continuó negando con la cabeza y luego levanto apenas la cabeza para mirar a Alex. Los ojos totalmente atemorizados de la chiquilla lo miraron durante unos segundos y luego Camille volvió a ocultar su rostro. Me acerque mas a ella y me detuve ante la presencia que sentí. Entonces me percate de algo, Camille era una bruja, podía sentir perfectamente su presencia y mucho mas en Halloween cuando esta se incrementaba. Y estaba segura de que ella también sentía la mía, era imposible de ocultar en este día. Ella levanto nuevamente el rostro y me fije mejor en sus ojos, en sus pupilas totalmente dilatadas como las de un gato y en las lágrimas falsas que caían por su mejilla.

_ ¿Fue Victoria quien te hizo llorar? –pregunte y ella asintió- No tienes que hacerle caso, sino dile que la hechizare –dije sonriéndole

Era una suerte estar portando un disfraz de bruja, podría decir cualquier cosa y Alex se lo tomaría como broma por más que Camille sabría que decía una verdad. Ella me sonrió al escuchar esas palabras, limpiándose las lagrimas con las manos. ¿O debería decir agua normal? Ya que eso era realmente. Luego Camille se acerco más a mí, sin dejar de sonreírme y miro a Alex.

_ Él me da miedo –dijo y apenas si logre oírla

_ ¿Él? –pregunte girando apenas el rostro para ver a Alex y luego lo volví hacia Camille- No es una mala persona –dije y ella se acerco mas a mi, pegando sus labios a mi oído

_ No puede saber lo que somos –susurro y se alejo rápidamente de mí

_ Solamente es muy supersticioso pero no tienes de que preocuparte –le respondí a Camille

El miedo cruzo su rostro cuando miro a Alex nuevamente. Suspire y me puse en pie, tendiéndole una mano y ayudándola a levantarse. Una vez que estuvo en pie, ella me miro con plena incertidumbre. La pequeña bruja que tenia aquí delante apenas si me llegaba al pecho en altura, estaba segura de que tenia menos años de los que decía. Y ahora que me fijaba mejor, Camille realmente tenía la apariencia de toda bruja. Hermosa, con las facciones del cuerpo finas y delicadas, sus ojos, con las pupilas totalmente dilatadas en este caso. Me concentre en solo mirarle los ojos, y sonreí al no encontrar oscuridad en ellos. Entonces no era una servidora de Lucifer.

_ Deberías volver a la fiesta –le dije sonriendo- La pasaras muy bien y andaban buscando una persona para que me reemplazara.

_ Pero Victoria... –comenzó a decir Camille nuevamente al borde del llanto

_ Si Victoria te dice algo, dile que no tiene los requisitos suficientes para hablarte –dije y mi sonrisa solo se ensancho- Ella sabrá a que te refieres y si te pregunta quien te lo dijo, dile que fui yo.

_ Pero te meteré a ti en problemas –dijo Camille casi en un susurro

_ No me meterás en ningún problema en el que ya no este metida, es Victoria, puedo controlarla –respondí- Ahora ve y diviértete. Es Halloween, estoy segura de que no quieres desaprovechar el resto de la noche aquí llorando. Busca a Nikky y dile que yo te mande como mi reemplazante, la pasaras muy bien arriba del escenario como presentadora.

_ Pero el chico ese pidió a una chica linda como presentadora, por eso te hizo subir a ti. Yo no soy linda –dijo Camille tímidamente

_ Tu eres mas linda de lo que crees –dije acomodándole un mechón de cabello detrás de su oreja- Hagamos algo, tu ve y diviértete el resto de la noche, no permitiré que la pases aquí llorando. Y luego, si quieres, puedes buscarme al día siguiente si quieres hablar.

Camille asintió obedientemente y luego se puso de puntillas para colgarse de mi cuello y abrazarme durante unos segundos. Luego se separo, sonriéndome tímidamente y echándole una ultima mirada aterrorizada a Alex. Luego la chiquilla partió casi corriendo de nuevo a la fiesta. La mire durante unos segundos, dudando si ella vendría a buscarme luego o no, y dándome vuelta para continuar caminando con Alex.

_ Sabes, cuando uno esta llorando normalmente quiere estar solo y no que la gente venga a tratar de consolarlo y molestarlo –dijo Alex

_ La gente no tiene por que estar triste, la vida pasa muy rápidamente y puede cambiar y terminar de un momento al otro, no podemos pasarla llorando y lamentándonos –dije por lo bajo y suspire- Al menos yo creo eso, por que si te detienes y te entristeces por todo lo que te anda pasando, eso no te permite avanzar y seguir adelante. No puedo ver a los demás tristes, y mucho menos a causa de alguien como Victoria.

_Realmente no te llevas muy bien con ella –dijo él- Por cierto. ¿Qué era eso de los requisitos? –pregunto Alex y reí por lo bajo

_ Cuando me hablaste por primera vez estando en el pasillo –le dije- Al parecer todo el colegio se entero de ello y vino Victoria a decirme que por eso cumplía con los requisitos para ser su amiga. Pero ella es malvada, no se quien se cree, pero trato mal a mis amigas y entonces yo le dije que lo sentía pero que ella no cumplía con los requisitos para ser mi amiga. Y desde entonces quedo así, Victoria no cumple los requisitos para nada. Y por eso no me llevo muy bien con ella, por que me negué a ser su amiga.

Alex no pudo evitar reír y continuamos caminando hasta haber cruzado toda la plaza y detenernos. No podía evitar preguntarme cuanto tiempo habría pasado ya, cuanto tiempo faltaría para medianoche y cuanto quedaría de este día. Pero lo cierto es que seguía hiperactiva y con los sentidos totalmente alertas mientras que Alex parecía cansado y con muestras de que no se sentía para nada bien, como si estuviera débil o algo así. No creía que los dolores de cabeza duraran tanto en los humanos pero lo cierto era que yo no sabía mucho al respecto.

_ Realmente las mujeres hacen que todo parezca una complicación gigante, ni que fuera mas allá de un simple “no” tu problema con Victoria –dijo él

_ Si te contara todo lo que he vivido este último año te juro que seria algo mucho más que complicado –dije y él rió como si fuera una broma

_ Tú no tienes idea de lo que es una vida complicada –dijo Alex- Yo a los trece años ya estaba viviendo aquí, solo, con los demás.

_ A los trece años fue cuando todos mis problemas comenzaron –le dije recordando que había sido en ese entonces cuando Diana había conocido a Nicholas- Y a los catorce entre al Instituto Bella Vista.

_ ¿Y como es que conseguiste entrar? –pregunto él

_ Se entra por invitación y esa invitación solo te la pueden dar las personas calificadas –dije- Eso puede ser desde un profesor hasta un estudiante con alto rango y en el cuadro de honor.

_ ¿Y a ti quien te dio la invitación? –continuo Alex

_ Un estudiante –respondí

_ Y ahí empieza la historia de tu vida –dijo él- Conociste a un chico, te enamoraste de él, lograste entrar al Bella Vista con la invitación que él te dio y años después aquí estas hablando conmigo al respecto. Y me estoy olvidando de tus conflictos con tu hermana, ella seguramente habrá enloquecido de celos cuando tu lograste entrar al Bella Vista.

_ De hecho, ella entro antes que yo –le corregí sonriéndole- Mi hermana fue quien lo conoció primero y quien empezó a salir con él. Fue en cuestión de días que ella lograra entrar al Bella Vista por que él la invito y entonces se fue. Al año ella volvió para las fiestas junto con él y ahí es donde, según tu, empieza la historia de mi vida.

_ Me cuesta imaginarme que hayas sido tu quien le robo el novio a tu hermana –dijo Alex- ¿Acaso eres mala debajo de esa apariencia que muestras? –bromeo y reí dulcemente

_ Supongo que me considero como una bruja buena, no me gusta hacer mal –admití y él sonrió

_ Te queda bien ese disfraz, lastima que sea de bruja –dijo él por lo bajo

_ Lastima que seas tan supersticioso –conteste y él hizo una mueca- Sabes, hay muchas cosas que los supersticiosos creen que no son ciertas.

_ Pues entonces enséñame, después de todo tu eres la experta –dijo Alex y luego suspiro, mirándome de soslayo- Tenias razón.

_ ¿En que? –pregunte

_ El otro día, cuando dijiste que las otras marcas en las fotografías podían ser una escritura antigua –respondió él aun mirándome de soslayo, como si no quisiera creerlo- Estuve haciendo mis averiguaciones por mi parte y resulto que si eran una escritura pero no sé leerla. ¿Tú sabes? –pregunto

_ No –mentí

_ ¿Y entonces, si no sabes leerla, como es que sabias que era una escritura? –inquirió él

Durante unos segundos me quede totalmente helada y entonces lo comprendí. Siempre que él me miraba de soslayo, que se negaba a mirarme al rostro, era por que sospechaba algo y no me creía. Alex desconfiaba de mí y para mi mala suerte él era más inteligente de lo que yo había creído. ¡Pues claro! ¿Cómo reconocer algo que nunca habías visto como una escritura a menos que estuvieras mintiendo y además supieras leerla? Ahora no sabia que responder. Estaba segura de que él no me creería si le mentía tal como no me había creído antes, solamente lograría aumentar sus sospechas sobre mí. Y si le respondía con la verdad, que sabia leerla, no habría explicación lógica para un humano que darle. Estaba atrapada de ambas formas. ¿Qué se suponía que iba a decirle ahora? “Si, sé leer esa escritura pero se supone que no debo decírtelo por que soy una bruja y tu no debes saberlo” Y justamente él, que era supersticioso, que para mi creía en este tipo de cosas por mas que no lo demostrara y que si se enteraba que yo era una bruja seguramente cambiaria totalmente de actitud con respecto a mi.

_ Katherin... –dijo él, dudando

Listo. Si no respondía pronto sabría que estaba mintiéndole. De pronto alguien se echo sobre mí, riendo y sorprendiéndome a la vez de quien era. Gabriel continuó riendo, aun manteniéndose apoyado sobre mi espalda y luego se separo. Lo mire más que confundida sin lograr entender nada al respecto. ¿Acaso ahora él también iba a notar mi existencia? Nunca antes había ni siquiera escuchado una palabra de parte de Gabriel y ahora él aparecía así, apoyándose sobre mi espalda y riendo ante mi reacción como si me conociera de toda la vida. Al menos había bastado para sacarme del problema con Alex. Pero aun así, había algo en Gabriel que hacia que un frío me recorriera la parte baja de la espalda. La primera vez que lo había visto en el tren, él me había seguido junto con Raphael con quien sabe que intenciones. Y luego, en la clase de biología el primer día, él había hecho tiempo para poder escuchar mi conversación con el profesor y luego había intentado tocarme.

_ Sabes, me siento muy solo con Miguel en México –dijo Gabriel

¡México! Ahora que lo pensaba mejor, no había visto a Miguel en todo el día en la escuela, si él estaba ahora en México seguramente habría partido ayer. De hecho, al único que había visto en la escuela en todo el día, de los cinco, había sido a Alex. Me fije en Gabriel, tampoco portaba algún disfraz ni nada, iba vestido muy normal con unos pantalones negros y una chaqueta. Llevaba el cabello negro peinado, totalmente contrario al de Alex que era rubio y siempre despeinado, dejando totalmente libres sus grandes ojos celestes que me miraban con extrema curiosidad. Pero había algo en su rostro... parecía en el mismo estado que Alex, débil. Pero ahora que los tenía a los dos frente a mí, bajo la luz de la luna llena y tan cerca los podía observar mejor. ¡Vaya, realmente eran demasiado guapos considerando que eran humanos! Antes solo hubiera aceptado una belleza así de parte de algún brujo o vampiro, pero ellos no se comparaban a ningún ser que hubiera conocido antes.

_ Los demás se fueron a pasar Halloween en sus respectivas ciudades con sus familias –me explico Alex

_ ¿Y ustedes dos por que se quedaron? –pregunte

_ No podemos dejar la casa totalmente sola –respondió Gabriel y luego me miro con interés- Tú eres Katherin. ¿No?

_ Así es –respondí

_ Soy Gabriel Luteri –dijo, tomando mi mano y besándola por más que estuviera enguantada- Compartimos algunas clases.

Si antes me había sentido totalmente confundida, ahora más. Gabriel, que nunca me había dirigido ni siquiera una mirada luego del primer día de escuela, ahora me estaba tratando tan amigablemente. Claro que sabía que compartíamos algunas clases, de eso estaba consciente perfectamente, pero la clase en donde más notaba su presencia era en biología donde siempre era el primero en entregar y respondía siempre correctamente.

_ Si, lo sé –me limite a decir

_ También se podría decir que eres mi competencia en biología, realmente eres muy inteligente –dijo Gabriel

_ Eso es por que asistía al Instituto Bella Vista, escuela de gran privilegio y prestigio –dijo Alex

_ Aun así tú sigues entregando primero y siempre tienes todo correcto –dije y él me miro pensativo durante unos segundos

_ Te he visto en clase –admitió- terminas solo segundos después que yo pero guardas tu hoja hasta que el profesor las reclama –dijo y luego me sonrió ante mi expresión- Tranquila, no le diré a nadie.

_ Gracias. Lo ultimo que quiero es a mas gente encima mío interrogándome respecto a por que cambie de escuela y todo eso, ya bastante tengo con algunos profesores –dije sonriéndole

_ Te entiendo. Detesto cuando las personas se meten en la vida personal de uno. Es decir, son tus decisiones, la gente no tiene por que interrogarte al respecto –dijo Gabriel

Lo mire sorprendida. Es decir, los demás me llenaban de preguntas cuando sabían que venia del Instituto Bella Vista y que lo había abandonado para mudarme aquí. Mientras que ellos dos, nada, se limitaban a decir que era mi vida personal y no tenia por que responderles.

_ Gabriel, tu por que estas siempre ocupado, pero sal alguna vez y veras que la gente te atormenta con cientos de preguntas –dijo Alex poniendo los ojos en blanco

_ Prefiero quedarme en casa. Creo que ni aunque me hubieran pagado hubiera ido hoy hasta esa fiesta en New York. Y si tú hubieras ido, solo habría ido para acompañarte por que realmente me aburro en esas fiestas –contesto Gabriel

_ ¿Tenían una fiesta en New York? –pregunte casi atónita y ambos asintieron

_ ¿Alguna vez has ido a una fiesta en esa ciudad? –pregunto Alex

_ He ido a fiestas en todo el mundo –admití sonriendo, por no decir también tiempo

_ Entones sabrás lo insoportables que estas resultan a veces –dijo Gabriel

_ Hasta la peor fiesta se puede soportar estando en buena compañía –respondí

_ En eso estamos de acuerdo –dijo Alex, sonriéndome

_ Aun así hasta New York para una cena llena de gente rica que no les importa nada más que ellos –murmuro Gabriel- Quedarse aquí resulta mucho mas divertido. Además, es Halloween.

Casi como si esas palabras causaran algo en él, Gabriel se tambaleo y se llevo una mano a la cabeza. Alex lo agarro por atrás para sujetarlo y le susurro unas palabras al oído que no llegue a oír. Gabriel asintió, cerrando los ojos y poniéndose en pie nuevamente. Dude de su estabilidad durante unos segundos, preguntándome que era lo que acababa de pasar y sin comprender nada.

_ Disculpa –dijo Gabriel mirándome- Creo que lo que comí anoche no me cayo muy bien.

_ Eso te sucede por dejar que fuera Daniel quien se ocupara de la comida –dijo Alex y Gabriel hizo una mueca

_ Si tú hubieras estado en vez de pasar toda la noche en el techo... –comenzó a decir Gabriel

No oí el resto de sus palabras, algo atrajo más mi atención. Instintivamente me puse alerta, quedándome paralizada en el lugar y agudizando mis oídos. Podía sentir perfectamente la presencia de un brujo cerca y los ojos de este clavados en mí. Por unos segundos me pregunte si seria de nuevo Camille, pero rápidamente deje esa idea de lado. La presencia de Camille era mas delicada, suave, ideal para como era ella pero no pasaba desapercibida ante mí. En cambio esta presencia la había sentido antes, estaba segura, la sentía totalmente firme y sabía de donde provenía. Fuera quien fuera, estaba alejado varios metros detrás de mí seguramente en mitad de la plaza.

_ ¿Quién es él? –pregunto Gabriel mirando por encima de mi hombro

Casi me estremecí y junte todas mis fuerzas, rezando internamente por que no fuera ningún servidor de Lucifer que me hubiera reconocido. O aun peor, que fuera Nicholas y que me hubiera encontrado finalmente. Eso último me aterro totalmente y me concentre en mi mente. No, si fuera él ya estaría metido en mi cabeza husmeando y torturándome. Además, la presencia de Nicholas resultaba fuerte y esta solo era firme. Deje mis miedos de lado y gire apenas la cabeza para poder ver. Por un segundo creí que estaba alucinando con quien veía, que todo esto no era mas que un truco o alguna ilusión causada por el don de Diana ya que ella seria la única en saber que hacerme ver para que cediera, pero no era así, era real. No pude evitar sonreír y me volví nuevamente a Alex y Gabriel para despedirme.

_ Es un amigo –dije aun sonriendo

_ Entonces supongo que aquí nos despedimos –dijo Gabriel

_ Te veré después, aun no has cumplido totalmente con tu parte del trato –dijo Alex devolviéndome la sonrisa

Me despedí de ellos sonriéndoles una última vez y luego me di vuelta. Corrí prácticamente hasta encontrarme con Derek y entonces salte, abrazándolo y colgándome de su cuello. Él me estrecho fuertemente contra él, levantándome del suelo y sosteniéndome así durante unos segundos. Cuanto lo había extrañado todo este tiempo y cuanto lo necesitaba. Me separe de él solo para comprobar que era real y no una ilusión, pero definitivamente era él. Solo Derek era capaz de llevar de algún modo el cabello peinado y despeinado a la vez. Le sonreí y nuevamente lo abrace.

_ Cuanto te extrañe brujita –dijo estrechándome más contra él y luego finalmente me bajo

_ Yo te extrañe mucho más –dije

Me fije en él, en que estaba mas bronceado debido a su estancia en Miami y que aun conservaba puestas unas gafas oscuras. El sonrió en modo de disculpa al ver en lo que me estaba fijando y se las saco, doblándolas y guardándolas en un bolsillo. Lo conocía desde hacia años y aun así sus ojos casi celestes siempre causaban la misma tranquilidad en mi como si no estuviera acostumbrada a verlos.

_ Te advertí que te esperaba una sorpresa, no habrás creído que permitiría que pasaras la noche de brujos sola. ¿Verdad? –dijo él sonriéndome y haciendo aparecer una rosa de la nada

Su magia podría haberse hecho pasar como cualquier truco que podría hacer un humano solo que este si era real. Además, la oscuridad de la noche nos cubría y estábamos solos en medio de la plaza bajo un gran árbol que había. Tome la flor y aspire su embriagador aroma sin poder ocultar mi gran felicidad por verlo

_ No creí que te referirías a esto –admití

_ Una bruja no puede pasar Halloween sin estar en compañía de otro brujo –susurro él aun sonriendo y luego se fijo en Alex y Gabriel que seguían hablando en la calle- Espero no haber interrumpido algo.

_ Para nada, tu sabes que tienes prioridad sobre la mayoría de los casos –respondí y ambos reímos

_ El único caso en el que no me atenderías seria que te estuvieras besando con alguien a quien realmente deseas y todo el mundo sabe eso –dijo él aun riendo

Me ruborice durante un segundo, dejando de reír pero no de sonreír. Derek era como un hermano para mí, podía hablar de cualquier cosa con él sin que eso me importara y él siempre me escuchaba y comprendía.

_ ¿Quiénes son ellos? –pregunto Derek

_ Creo que son dos amigos, no se bien –admití con una mueca sin saber con que termino referirme a Gabriel y Alex

_ Pues parece que llamas mucho la atención del rubio –dijo él

_ ¿Enserio? –pregunte totalmente incrédula y Derek asintió disimuladamente- Igual no es de mi tipo. Es humano y supersticioso.

_ Pero dejando eso de lado sabes que te encanta –dijo Derek y rápidamente le pegue un codazo a lo que él respondió riéndose- Esta bien, esta bien, igual no fue para molestarte que vine. Dime, ¿Ya has comido?

_ No –respondí y entonces él sonrió

_Entonces estamos de suerte y la noche aun es joven –dijo él

Tomo mi mano muy delicadamente y la dio vuelta a tiempo que sacaba un lápiz de su bolsillo. Rápidamente supe de que se trataba y él dibujo con el lápiz sobre mi piel. Mire con curiosidad las líneas una vez que el termino y leí la palabra casi al instante.

_ Rapĭdus –murmure fijándome en la escritura y él asintió

_ ¿Quieres correr tan rápido como un vampiro luego de tomar sangre humana? –Pregunte él, bromeando- ¿Verdad que uno ni los ve cuando corren luego de eso?

Derek me tendió una mano que enseguida tome y leí las palabras en sus labios por más que no las dijo. “Solo corre, no vaciles”. Asentí apenas de modo que solamente él lo supo y entonces apretó más su mano entorno a la mía. Estábamos en un área publica, y por mas que la plaza estuviera casi vacía y que nadie se fijara en nosotros, solo era cuestión de un abrir y cerrar de ojos para que desapareciéramos en el momento indicado y nadie lo notara. Si enserio este hechizo te hacia correr tan rápido como un vampiro, era cuestión de un segundo para estar totalmente alejados de aquí. Me pregunte si él se habría hecho el hechizo antes y había sido eso lo que le había permitido llegar hasta aquí tan rápido. Seguramente.

Él hizo la señal, un doble parpadeo que había sido nuestra señal desde que nos habíamos conocido hacia años. Respondí del mismo modo para confirmarle y lo seguí cuando corrió. Sentí el aire fuertemente contra mi rostro y entrecerré los ojos para poder ver. Pero en menos de un segundo ya habíamos atravesado todo el centro y nos encontramos en medio del bosque. Derek se detuvo abruptamente de modo que casi choque contra él. Fue cuestión de segundos para que recuperara nuevamente el sentido de la orientación y me fijara en donde estábamos. Reconocí casi al instante la zona del bosque por la que había andado por el principio del día estando hiperactiva y sin nada que hacer. Camine inconscientemente unos pasos hasta que salimos del bosque y estuvimos en el pequeño claro por donde pasaba un arroyo.

_ Admito que extraño estar en casa para celebrar la noche de brujos pero aquí podemos ser nosotros mismos –dijo Derek

_ ¿Y que tienes planeado para celebrarlo? –pregunte

Él me sonrió, chasqueando los dedos y haciendo que apareciera una canasta llena de comida en su mano. No pude hacer más que sonreír y ambos nos sentamos en la hierba a un borde del arroyo. Derek abrió la canasta, colocando primero una servilleta en el suelo para cubrirlo y empezando a sacar la comida.

_ ¿Tienes tu daga? –pregunto él

_ No –respondí y él me miro perplejo- Entiéndelo Derek, supuestamente soy una humana mas, no puedo andar por ahí llevando una daga encima.

_ Aun así, no puedes andar siempre desprotegida y andar ocultándote. Katherin, yo te conozco, tienes miedo. Le temes a Nicholas, a Diana, a cualquiera que sea servidor de Lucifer y no puedes seguir el resto de tu vida con miedo por que eso es lo que ellos quieren que hagas. Que el miedo te invada hasta que finalmente no lo soportes más y termines por ceder –dijo Derek mirándome- Por favor, hagas lo que hagas, no te dejes caer.

_ Derek, prefiero morir antes que permitir que ellos me atrapen –dije tristemente- Ahora, si no te importa, preferiría no hablar del tema.

_ Lo siento, es solo que me preocupas mucho –dijo él mirando al suelo- No puedo dormir sabiendo que tu estas separada de mi y que te persiguen.

_ Pero no puedes hacer nada, ya has hecho demasiado –murmure- No puedes quedarte cerca de mi por que correrás peligro.

_ De un modo u otro ya estoy en peligro –dijo él sonriendo tristemente- Cuando se den cuenta de que Lucas era un señuelo y que no era realmente tu, a la primera persona que buscaran será a mi. No puedo estar cerca de ti sin ayudarlos a ellos.

_ Escucha –dije tomando su rostro entre mis manos- No importa cuantos kilómetros nos separen, tu siempre estarás cerca de mi.

Él me sonrió, abrazándome fuertemente contra su pecho y hundiendo su rostro en mi cabello. Desde que me había reencontrado con Derek, luego de huir del Instituto y haberme despertado, jamás habíamos tenido un tiempo tranquilo ya que había tenido que hacer mi rápido escape. Pero ahora estábamos a salvo y podía pensar con claridad. Entre al Instituto Bella Vista cuando tenía catorce años y desde entonces no lo había vuelto a ver. Lo abrace mas fuerte deseando que nunca mas se alejara de mi y pensando en como es que él había hecho para perdonarme tan fácilmente.

_ Debí haberte hecho caso cuando me advertiste de que no fuera a ese Instituto en vez de pelearme contigo –dije

_ El amor vuelve estúpida a la gente, no puedo culparte de nada –dijo él aferrándose mas a mi- ¿Lo extrañas?

_ Demasiado –admití tristemente y trate de contener las lagrimas que implicaban su recuerdo- Me destroza ver en lo que se ha convertido.

_ Tranquila, si él enserio te amaba tanto como demostraba estoy seguro de que no será capaz de hacerte daño –dijo Derek- Nicholas ahora actúa así por que perdió su libertad y es Lucifer quien lo controla. Él es muy inteligente, si encontró el modo de burlar las reglas de Lucifer una vez encontrara el modo de hacerlo dos veces.

_ Ojala tengas razón –murmure

_ La única que realmente me preocupa es Diana –dijo él y me puse totalmente tensa- Ella hará cualquier cosa con tal de cumplir con las ordenes de su Señor.

_ Si se acerca a mi no le tendré piedad –dije furiosa

_ Es tu hermana.

_ Y aun así quiere verme muerta al igual que yo a ella. Excepto la sangre, no nos une nada y si no fuera por mis padres ella me hubiera matado hace años –masculle

_ Lo que me preocupa es que si ella se te acerca lo suficiente para poder poner en acción su don, tu estarás en un problema muy grave –dijo Derek

_ Es mi hermana, conozco su presencia a la perfección y cuando la sienta cerca mío empezare a dudar de todo mi entorno. Sus ilusiones no me engañan tan fácilmente, tendrá que esforzarse si espera que caiga –dije y me separe de él- La presencia de Diana me resulta inconfundible.

_ Entonces solo espero que tengas el suficiente tiempo para huir una vez que hayas sentido su presencia –dijo él

_ Lo tendré y si se acerca mucho, solo basta con que la toque para tener la oportunidad de huir –conteste y él suspiro

_ Entonces aun no controlas tu don –murmuro Derek

_ No es tan fácil. Tu sabes que cada don es único e irrepetible, no es que haya alguien capaz de decirme como controlarlo –dije molesta- Mi tacto con la gente sigue incontrolado y cada vez que toco a alguien le hago revivir su peor recuerdo. Por suerte no he tocado a nadie excepto a dos brujos una vez. Esa faceta de mi don es terrible, los toque el tiempo suficiente para que cayeran inconscientes al suelo.

_ Al menos eso te sirve cuando tienes que enfrentarte a alguien –dijo Derek

_ Aun así. No sé como hacer para controlarlo y hacer que funcione al contrario. Y con los objetos me sucede otra cosa, puedo ver lo que paso pero tengo que concentrarme en un momento determinado y luego quedo exhausta –dije

_ Creo que con eso te puedo ayudar pero primero me gustaría comer –dijo él sonriendo y asentí

_ ¿Y que es lo que ha traído hoy para comer señor? –pregunte recuperando nuevamente mi animo

_ He traído mi especial pero primero debo prepararlo –dijo él

Enseguida Derek saco de la canasta todo lo que necesitaba y puso sus manos a la obra. Abrió el pan, introdució el queso, puso aceitunas, sal y por ultimo aceite de oliva. Casi reí al recordar nuestro famoso sándwich de queso. Hacia varios años, una vez que estábamos los dos solos en su casa, nos moríamos de hambre y no había nada que comer por lo que tuvimos que improvisar con la poca comida que había. Nuestro experimento había resultado más que delicioso y así había quedado desde entonces.

_ Estaría mejor si tostáramos el pan y derritiéramos el queso –dijo él entregándome un sándwich- ¿Sabes algún hechizo de fuego?

_ Tostāre –dije sonriendo y enseguida el pan tomo color fundiendo el queso- Supongo que deberé agradecer el hecho de que el Instituto no ofrecía buena comida y por lo tanto la mayoría del tiempo terminábamos haciéndola nosotros mismos.

Le di el sándwich tostado a Derek y enseguida tome el otro para hacer lo mismo. Mordí mi deliciosa comida, degustándome de cada mordisco y saboreándola todo lo que pude. Supe que a Derek también le gustaba por el sonido de gusto que hizo mientras comía. En este momento llegaba a olvidar todo, como si nunca hubiera pasado nada y esta no fuera nada más que otra noche que pasaba en compañía de él.

_ Deberé aprender ese hechizo por que realmente esto esta delicioso –dijo él

_ Se toma un buen tiempo aprender a tostarlo justo pero estoy segura de que podrás perfectamente –dije

Él se detuvo dos segundos para tomar de la canasta dos copas y luego una botella. Lleno ambas con un líquido rosado, casi negro y de un embriagador aroma. Tome la mía delicadamente y disfrute de su suave aroma. Ambos levantamos la vista al cielo, mirando fijamente la luna llena que reinaba desde este y quedando totalmente bajo su poder.

_ ¿Un brindis? –propuso él levantando su copa

_ Por nosotros –dije chocando mi copa con la de él

_ Por nuestra noche –dijo Derek y ambos tomamos de nuestras copas- Sabes, es curioso, en Halloween nuestros poderes y dones se intensifican totalmente. Puedo sentir cada cosa y cada persona que están en este pueblo.

El don de Derek resultaba muy útil en la mayoría de los casos. Él era un rastreador, era capaz de decirte donde estaba cualquier persona u objeto que buscaras que estuviera al alcance de su don. Razón por la cual él nunca perdía nada y podía encontrarme en cuestión de segundos.

_ ¿Y que sientes ahora? –pregunte

_ Siento todas las presencias de nuestro alrededor, cada humano y cada animal, todo. Realmente mi don esta intensificado al extremo ahora. Te puedo decir que en este pueblo hay exactamente un vampiro, una salamandra y dos brujas incluyéndote a ti –dijo él

Lo mire sorprendida. El vampiro ya lo sabia, era Constantine. Las dos brujas éramos Camille y yo. Pero la salamandra realmente no tenía la menor idea. Me resultaba extraño jamás haber sentido la presencia de un hada del fuego en este lugar. Pero existían hechizos capaces de ocultar tu presencia, quizás este hada le hubiera pedido algún favor a un brujo y por eso no podía sentirla. O simplemente jamás me había cruzado con ella y por eso ignoraba su existencia.

_ Ellos deben tener sus poderes igual de intensificados que nosotros –murmure

_ Si, pero no tanto. El nivel que adquieren los poderes de los brujos en esta noche es increíblemente alto y poderoso. Ellos también tendrán su poder intensificado pero no tanto –respondió Derek- Es increíble como esta noche nos afecta y además hay luna llena.

_ No podría ser mas perfecta –dije echándome sobre la hierba y mirando al cielo- ¿Cómo crees que la este pasando Lucas?

_ La ultima vez que le hable estaba en Paris –dijo Derek echándose a mi lado- Conociéndolo la debe estar pasando genial. Para casi todos los seres sobrenaturales la noche de Halloween es la mejor.

_ ¿Casi todos? –pregunte y él sonrió divertidamente

_ Para los seres de luz este es el peor día del año –respondió y entonces rió- Se ponen muy débiles y apenas si pueden mantenerse en pie, todo lo contrario a lo que nos sucede a nosotros que nos ponemos hiperactivos y no podemos estar quietos.

Me congele totalmente ante sus palabras. Alex me había parecido débil todo el día y a Gabriel le había costado mantenerse en pie en la plaza. Resultaba ser mucha coincidencia por más que ellos hubieran dicho que se debía a lo que habían comido el día anterior. Pero eso no tenía lógica, en el caso de que fueran ángeles ya hubieran sentido mi presencia y hubieran intentado de matarme como habían hecho los anteriores.

_ ¿Sientes la presencia de algún ser de luz en este pueblo? –pregunte

_ No hay nada mas de lo que te dije, el resto son todos humanos –respondió Derek, suspire de alivio

_ Gracias, por un segundo creí que también tendría ángeles detrás de mi –admití pero él no hizo pregunta al respecto

_ Este día ellos se ven debilitados, sus poderes y habilidades disminuyen totalmente y no pueden hacer nada. No tienes que preocuparte por seres de luz.

_ Ellos matan a cualquier brujo que vean –dije- Aun si nosotros no le servimos a Lucifer, ellos nos matarían igual si llegáramos a cruzarlos en nuestros caminos.

_ Los ángeles no suelen tratan con brujos y nosotros somos el peor peligro que ellos pudieran cruzarse –dijo Derek- Ellos no son inmunes a nuestros hechizos, nuestras armas les causan heridas mortales con el mas leve corte y además no saben mucho sobre nosotros. La única ventaja que tienen es el factor sorpresa ya que su presencia pasa inadvertida para la mayoría de los brujos. Pero para eso me tienes a mí, puedo sentir perfectamente a cualquier ángel que este en la distancia que cubre mi don. Además, según me dijiste, basta con que toques a tu oponente para dejarlo fuera de combate.