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Algo para pensar y actuar al respecto... Buenas Noches a todos


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Debería desearles felicidades y demás pero esta vez he decidido hacer algo diferente, mis disculpas al respecto. Yo sé que el mundo no se puede cambiar tan fácilmente, que la realidad que vemos afuera no muchas veces nos gusta y que nosotros mismos a veces estamos tan preocupados por nuestra única persona que nos olvidamos de los demás y de que estos, quizás, estén en una peor situación. En este día tan especial para algunos, como cualquier otro para otros, para salir de fiesta y tomar o sencillamente para recibir cosas materiales; he decidido compartir algunas lineas. Tan solo pido eso, unos minutos para leer a continuación:

"Hubo una vez, como cualquier otro año en época festiva, una pintorezca escena improvisada en el centro de un shopping. Había hombres y mujeres disfrazados de duendes y un gran hombre con un traje rojo y blanco. Había niños haciendo fila estando totalmente impacientes porque llegase su turno y padres, algunos felices y otros realmente disgustados de tener que estar allí formando por caprichos de sus hijos. Había un fotógrafo dispuesto a tomar la típica foto del niño sobre las piernas del hombre disfrazado como Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás o como deseasen llamarle.
Un niño de grandes y brillantes ojos y cabello corto y despeinado comicamente se apresuró cuando fue su turno y tomó su lugar en las piernas de aquel hombre de barba y sombrero. Lo miró a los ojos con las pupilas totalmente dilatadas con aquella inocencia propia de la niñez al ver a aquel hombre. El hombre, por su parte, hizo su risa característica, palmeó al niño en la espalda y le preguntó qué deseaba. El niño sonrió entusiasmadamente antes de sacar una pequeña lista de su bolsillo y empezar a recitar:
-Quiero un auto de juguete, una bicicleta, una figura de acción -Dijo y así continuó hasta terminar de leer su lista.
El hombre disfrazado rió nuevamente. Ambos posaron para la foto y luego el niño partió de la mano de su madre.
Días más tarde el niño volvió. Hizo nuevamente la fila y esperó a que fuese su turno para tomar su lugar sobre las piernas del hombre. Lo miró nuevamente a los ojos pero esta vez los ojos del niño no contenían el brillo de la sorpresa y la felicidad al estar con aquel personaje sino que contenían más bien el brillo de alguien que va en busca de ayuda. Tal como la otra vez el hombre rió y le preguntó al niño que deseaba para Navidad. Esta vez el niño no sacó ninguna lista y respondió lentamente.
-Deseo un día en un spa para mi mamá, ella está muy estresada. Y deseo que los problemas de mi papá se arreglen, él está muy alterado últimamente -Dijo
Esta vez el niño ni siquiera posó para la foto. Simplemente se bajó del regazo del hombre y partió, solo, sin nadie que lo esperase o le hiciera compañía.
El día de noche buena el mismo niño volvió una tercera vez. Esperó pacientemente su turno y el hombre se sorprendió cuando lo vio sentarse otra vez sobre sus piernas. El aspecto del niño había cambiado. Había oscuros arcos bajo sus ojos. Su rostro estaba pálido y demacrado mostrando la falta de comida y el frío pasado. El hombre trató de alegrar al niño y este le mostró una penosa sonrisa a cambio. Le preguntó entonces qué deseaba y el niño, mirándolo a los ojos con el brillo de la esperanza, le respondió de todo corazón:
-Tan solo quiero el calor en mi hogar y el pan sobre la mesa, y que la familia esté unida. Al menos por esta noche. -Dijo"

Quizás esta historia les parezca muy cliché o no les interese. Está escrita rápidamente y no me sorprendería que encontrasen errores de ortografía o gramaticales. Pero está escrita de corazón y al menos aquello es lo que importa para mí. Con esta historia no quiero darles lecciones sobre materialismo innecesario ni recordarles la triste realidad de algunos, tan solo quiero dar un mensaje:
No les digo que dejen de pedir, el ser humano tiende a ser materialista y siempre desea algo por más mínimo que sea. Tan solo les pido que esta Navidad, ademas de demandar un regalo, den ustedes algo a cambio. La felicidad es fácil de encontrar para quien se lo dispone. Tengan tolerancia a aquel familiar que no soportan, agradezcan lo recibido por más que quizás no les guste, disfruten de una noche de unión y paz porque no saben cuantas más serán posibles. Una simple sonrisa puede alegrar a otra persona. Agradezcan y disfruten lo que tienen por más que sea mucho o poco.


No es mucho pero es mejor que nada y espero mi mensaje les haya llegado.
Este es mi granito de arena para este día... ¿Y el suyo cuál será?

Mis mejores deseos para esta noche, gracias a tod@s por lo recibido este año.

Capitulo 27: Planes y estrategias


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Metí la mano en el bolsillo y tome las llaves de la casa. Los cuatro ángeles seguía atrás mío discutiendo sobre quien era yo. Suspire cansada. ¿De verdad creían que no podía escucharlos? Nicholas rió de un modo apenas audible a mi lado ante mi pensamiento y no pude hacer más que sonreírle ligeramente. Metí las llaves en la cerradura y abrí la puerta. Entre primera a mi casa y luego deje que los demás pasaran. Podía escuchar a la perfección la música de piano en el aire, siendo tocada majestuosamente por unas manos expertas. Cerré la puerta detrás de Daniel que fue el ultimo en entrar. La música ceso por un segundo, luego continuo nuevamente. Un gato salto a mis hombros y enseguida comenzó a lamerme la mejilla. Reí apenas y lo tome entre mis brazos, bajándolo de ahí.

_ Ahora no Vivaldi –dije

_ ¿Vivaldi? –pregunto Miguel con curiosidad y sonreí

_ El mismo –dije- Los gatos de mi papá son almas y espíritus de las personas ya muertas. O también personajes de historias.

_ Cinco segundos en la casa del brujo más poderoso del mundo y ya paso algo imposible –dijo Daniel petrificado en cierto modo- ¿Puedo saber a que vinimos aquí?

_ A que yo disfrute de sus miedos –dijo Nicholas y sonrió fugazmente- No puedo creer que realmente teman tanto a un brujo.

_ Nicholas, deja de revisar sus pensamientos –dije

_ Por favor gatita no arruines mi diversión, merezco hacer todo lo que quiera. ¿No es así? –pregunto él sonriendo

Lo mire tristemente por un segundo, aun me negaba a creer que su muerte era un hecho próximo. Suspire y asentí tan solo una vez, su sonrisa se ensancho. Pero aun así, aquella sonrisa era vacía, no contenía sentimiento alguno. Él suspiro al ver mis pensamientos. Pero era cierto, él ya no sentía nada, le quedaba poco tiempo de vida y planeaba ayudarnos tan solo para intentar reparar algo de todo el mal que causo en su pasado antes de morir. Lo mire de soslayo por un segundo, no quería creer todo lo que le estaba pasando.

Merezco este castigo luego de todo lo que hice –dijo él

Sus labios ni se movieron, él me miraba fijamente pero yo no pude sostenerle la mirada. No me importaba si se lo merecía o no, yo me negaba a creerlo de todos modos. Solté el aire que había estado conteniendo y avance. Ellos al instante me siguieron, los cuatro ángeles tratando de ocultar el temor que tenían por estar en la misma casa que el brujo más poderoso del mundo. Nicholas caminaba con cierta sonrisa maliciosa grabada en el rostro, disfrutando de los pensamientos de los ángeles y tratando de no reírse. Hice lo mismo por más que me resultaba difícil. Mi papá realmente no daba tanto miedo, o al menos no en mi opinión. Me detuve frente a la puerta del estudio.

_ Kat –llamo mi papá desde la otra sala, suspire

_ Ya vuelvo –dije

_ ¿Qué? ¿Nos dejaras solos aquí? –pregunto Daniel no sin cierto miedo en su voz

_ Tranquilos, estoy yo –dijo Nicholas sonriendo

_ Eso no tranquiliza mucho –dijo Gabriel

_ Se quedan aquí, vuelvo en dos minutos, no les pasara nada –dije

_ ¿Se supone que debemos creerte? –dijo Raphael

_ Vamos muchachos, es Kat –dijo Miguel pasando los brazos entre Daniel y Raphael- No nos haría daño, es la hija de Caroline Chevalier.

_ Si –dijo Daniel y trago con dificultad- Y de Adrian Strega.

_ Pueden convivir con el maldito de mi ex-compañero durante meses y sin embargo no pueden estar ni un minuto en la casa del brujo mas poderoso del mundo sin estar pensando en que este los matara –dijo Nicholas- Realmente curioso. Me pregunto como reaccionarían si estuvieran frente a Lucifer.

_ Ya déjalo Nicholas –dije

_ Lo digo enserio –dijo él- Es mas, hasta uno de ellos me sigue temiendo.

_ ¡Katherin! –repitió mi papá, suspire

_ ¡Ya voy! –Respondí y los mire- No hagan nada estúpido.

_ Tranquila, yo no los dejare. Estarán bien conmigo –dijo Nicholas con una sonrisa grabada en su rostro y lo mire seriamente al ver la intención en sus ojos

_ Ni lo intentes –dije y me di vuelta

_ ¿Qué no intente que? –pregunto Daniel con desesperación

Trate de no reír ante el miedo visible del ángel y lo ignore. Siempre me había resultado gracioso que el más lógico e inteligente de ellos fuera el primero en temer cuando se trataba de un brujo de reputación extremadamente poderoso. Camine tan solo unos pasos hasta llegar al final del pasillo y dar con la sala en donde estaba el piano. Me detuve en la puerta y me apoye contra el marco, apreciando como mi papá continuaba tocando majestuosamente el piano. Sus manos se desdibujaban sobre las teclas mientras que seguía componiendo aquella magnifica melodía con una velocidad inhumana.

_ Realmente esplendido –dije

_ Iras tras Christ Engel. ¿Verdad? –pregunto él

_ ¿Sabias que él era? –pregunte

_ Deberás tener mucho cuidado –dijo él ignorando mi anterior pregunta- Y deberás prever todo si quieres ganarle. Recuerda que su don es muy poderoso, creerás y obedecerás cualquier cosa que él diga. Debes saber muy bien que harás por que el más mínimo error y él podría salir victorioso. Piensa muy bien antes de actuar.

_ Eso haré –dije

_ Nicholas –dijo mi papá

En ese segundo Nicholas apareció a mi lado como una sombra y se puso firme mirando al brujo que seguía tocando majestuosamente el piano. Él parecía no darse cuenta de que nosotros dos estábamos aquí, seguía sumido en su música y nos ignoraba totalmente. Aun así, su voz cuando hablo fue totalmente autoritaria y llego a helarme la sangre. Jamás lo había escuchado tan serio ni tan autoritario y no pude ignorar el tono de amenaza que también tenia.

_ Traerás a mi hija de vuelta si las cosas se ponen mal –dijo él- No me importan las objeciones que ella pueda tener al respecto.

_ Entendido señor –dijo Nicholas

_ Y por cierto muchacho, realmente admiro lo que has hecho –dijo él- No es fácil tomar aquella decisión y renunciar a lo único que se tiene para siempre. Lamento mucho lo que te sucedió pero tienes mi respeto.

_ Muchas gracias –dijo él

_ Usen la biblioteca –dijo mi papá- Encontraras todo lo que necesiten ahí.

_ Era precisamente lo que íbamos a hacer –dije

_ Kat, cuídate –dijo él- Y Nicholas, tráela no me importa lo que ella diga si las cosas no salen como las tenían planeadas.

Nicholas me dedico una rápida mirada en la que solamente me confirmo que él obedecería a mi papá antes que a mí. Suspire. Asentí tan solo una vez y luego me fui. Volví a donde estaban los cuatro ángeles, aun tiesos como si estuvieran a punto de morir. Abrí la puerta y ellos al instante entraron como si afuera se tratase del mismo infierno. Los mire sorprendida, estaban los cuatro muy tensos y pálidos. Nicholas volvió a aparecer como una sombra en la habitación y Daniel casi grito ante el espanto. El brujo no hizo mas que reír a carcajadas, tan solo faltaba que Daniel comenzara a temblar.

_ Creo que no falta mucho tiempo para eso –dijo Nicholas

_ Realmente me había olvidado lo que era tenerte cerca y que respondieras a cada pensamiento mío –dije

_ ¿Puedo saber que vinimos a hacer aquí? –pregunto Raphael

_ No hay nada como la biblioteca de Adrian Strega para planear algo, hay todo lo que se necesite –dijo Nicholas

_ Realmente no es tan grande que digamos –dijo Gabriel mirando a su alrededor con curiosidad- La imaginaba mas grande, y quizás con mas gatos.

Por favor dime que no cree que... –dijo Nicholas

Paciencia –dije

¿Cómo pretendes que tenga paciencia con estos ignorantes? –Pregunto él- ¡Has escuchado lo que acaba de decir!

Paciencia –repetí

_ Por favor hazme un favor y no digas nada –dijo Nicholas sonriendo

_ ¿Qué no diga que? –pregunto Daniel con desesperación

_ Eres malo –susurre devolviéndole la sonrisa

El pánico cruzo por el rostro de Daniel pero fui más rápida que él. Antes de que pudiera decir una palabra, me acerque a la mesa conteniendo el pequeño cofre. La sonrisa de Nicholas solo se ensancho antes de que lo abriera. Parpadee tan solo una vez y el estudio se desdibujo totalmente antes de que apareciera en la biblioteca. Casi al instante Nicholas se apoyo contra la mesa que había delante y comenzó a reír. Mire por un segundo la mesa conteniendo el cofre cerrado y luego me di vuelta, mirando a los cuatro ángeles mareados.

_ Amo las primeras veces –dijo Nicholas y luego fulmino a Raphael con la mirada- Y por cierto, oí eso.

_ Pues si no te gusta lo que hay en mi cabeza entonces deja de meterte ahí –dijo Raphael

_ Lo haría si no fuera por que esos pensamientos son dedicados a mí –dijo Nicholas molesto- ¡Mi alma no es algo con lo que se bromea!

_ No tienes alma, eres un brujo –dijo Raphael tranquilamente

Los dos se desafiaron con la mirada durante unos segundos. Me lleve una mano a la frente y negué con la cabeza. Lo último que me faltaba ahora era que ellos dos se enfrentaran. ¿Acaso no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo fuera? Mi corazón tembló, no deseaba recordármelo. Mire rápidamente a Nicholas cuando él gruño apenas. Fuera lo que fuera que Raphael estuviera pensando, lo estaba enfureciendo enserio. Ni tuve que verlo, conocía demasiado a Nicholas como para saber lo que haría. Rápidamente levante una mano en el aire.

_ Detinēre –dije antes de que él le hiciera algo a Raphael

Fulmine a Raphael con la mirada, advirtiéndole también que no dudaría en hacer lo que fuera necesario para conseguir que dejara de atacar con sus pensamientos a Nicholas. Él resoplo molesto y luego miro a un lado, evitando mirarme. Mire a Nicholas, aun congelado en su lugar y entonces baje la mano. El hechizo perdió efecto rápidamente y él también miro a un lado, evitando a toda costa cruzar su mirada conmigo o con la del ángel.

_ No sé si se dieron cuenta pero afuera tenemos a un sujeto que esta tratando de liberar a Lucifer –dije- Ustedes son los que dijeron de ayudar, nadie los obligo a nada. Así que lo único que les pido es que traten de convivir en paz.

_ Es imposible la paz con un maldito brujo –mascullo Raphael

_ Es imposible convivir con un estúpido ángel –mascullo Nicholas

_ Kat, tus intenciones son buenas pero hay toda una eternidad de odio entre brujos y ángeles detrás –dijo Gabriel

_ Eternidad o no eternidad tendrán que aprender a estar cinco minutos sin querer matarse entre ustedes –dije- Nicholas, deja de revisar los pensamientos de Raphael si él así no lo quiere. Y Raphael, eres un ángel, tu mejor que nadie deberías saber la importancia de un alma y que con eso no se bromea. No me importa lo que tengas para decir respecto a que es un brujo por que yo también soy una bruja y sin embargo tengo alma. Ahora, si no les importa, tenemos algo que planear.

_ Christ nos matara cuando sepa que lo descubrimos –dijo Daniel- Nos matara y luego nos cortara en pedacitos antes de darnos de comer al perro de Miguel.

_ Plum es bueno, no nos comería –dijo Miguel sonriendo

_ Si pero lamentablemente Daniel no se equivoca en lo que dice –dije y mire a Nicholas- Necesito por unos minutos a la cruel y oscura mano derecha de Lucifer, no al redimido y pecaminoso brujo de ahora.

_ No será problema –dijo Nicholas sonriendo con maldad- ¿Qué deseas?

_ Tu eras el que se ocupaba de capturar ángeles, dime que fue lo que seguramente habrá hecho Christ con Alex –dije

_ Tú lo sabes, no se para que me lo preguntas –dijo Nicholas y su sombría sonrisa solo se ensancho- La única diferencia es que te niegas a aceptar lo que seguramente hizo mi ex-compañero con ese ángel y es por eso que pretendes no saberlo.

Trague con dificultad. No había esperado que fuera el cruel y oscuro brujo, mano derecha de Lucifer, que alguna vez había sido quien me respondiera. Y realmente, aquello si había dolido. Cerré los ojos y respire profundo, no imagine que Nicholas se hubiera tomado tan enserio aquello. Mire de soslayo, los cuatro ángeles tampoco habían creído que Nicholas se lo tomaría tan enserio. ¿Pero acaso no era aquello lo que le había pedido? Necesitaba a la mano derecha de Lucifer para tener alguna idea de cómo debía de ser Christ, no al brujo que andaba por ahí haciendo cualquier cosa que desease sin cuidado alguno.

_ Es solamente la realidad –dijo él tranquilamente y se hundió de hombros- No veo por que te lo tomas tan a fondo. Gatita, tu sabes lo que se hace con los ángeles que se atrapa, conoces la regla al igual que cualquier brujo que alguna vez estuvo en territorio de Lucifer.

_ Si pero prefiero dejarme creer por un segundo que realmente no la se –dije y casi me estremecí

_ ¿Por que? –pregunto Daniel

_ ¿Qué tan malo puede ser? –dijo Miguel

_ La regla es simple, esta extremadamente aclarado que se debe hacer con un ángel capturado –dijo Nicholas- Si se lo atrapa, no se lo debe matar.

_ Un momento –dijo Raphael y se echo a reír- ¿Me estas diciendo que si tu me capturas tienes prohibido matarme? Esto es realmente ridículo.

_ No sé de que te ríes ángel, la muerte es un regalo comparado con lo que en realidad sucede –dijo Nicholas seriamente- Y no dudo en que mi ex-compañero se habrá ocupado de seguir las reglas al pie de la letra.

_ ¿Qué es lo que realmente sucede? –pregunto Gabriel

_ El ángel capturado debe ser llevado ante Lucifer -dije y me estremecí- Y este le quitara el alma para degustarse con ella.

_ Pero dijiste que el alma de Alex estaba a salvo –dijo Gabriel- Que tu misma te habías encargado de ello. No te entiendo Kat, creí que decías la verdad.

No quise ni imaginar lo que él me decía. El pánico me invadió de solo pensar en lo que Lucifer podría hacerle a Alex. No quería imaginarlo en su escritorio, no quería imaginar que Él le quitara el alma. La desesperación me invadió, no deseaba que aquello pasase. Y sin embargo, ahora ya no estaba segura ni de si mi hechizo habría detenido a Christ si intento quitarle el alma a Alex. Aquello solo ayudo a incrementar mi desesperación. No, Alex no podía perder su alma y morir.

_ ¡No sé que tan poderoso es mi hechizo! –Exclame con desesperación- Entiéndelo Gabriel, mi hechizo quizás sea fuerte pero no sé si es lo suficientemente fuerte como para detener a Lucifer.

_ Pero Alex esta vivo –dijo Daniel

_ En ese caso solo hay dos posibilidades –dijo Nicholas- O Lucifer realmente no pudo quitarle el alma por que el hechizo de mi gatita es demasiado fuerte o mi ex-compañero no ha llevado al ángel frente a Lucifer. Pero, de un modo u otro, el ángel esta atrapado en el mismo lugar.

_ Por favor no lo digas –susurre

_ ¿Qué no diga que? –pregunto Raphael

_ Piénsalo Raphael –dijo Miguel al comprenderlo- ¿Si fueses un brujo servidor de Lucifer a donde llevarías al ángel que atrapaste?

_ Bella Vista –dijo Daniel totalmente helado y Nicholas asintió

_ Es el único lugar de donde un ángel no tiene modo alguno de escapar –dijo Nicholas- Lo quieran o no aquella es la realidad. No sé cuanto tiempo sobreviva estando ahí.

Mire mis manos enguantadas delante de mí como si pudiera encontrar alguna solución en ellas. La piel de mis muñecas estaba totalmente pálida, casi blanca ante el miedo. No quise ni imaginarme que tan pálido debería de estar mi rostro. Mis manos temblaban ligeramente. No, no quería creerlo. Alex no podía estar en el Instituto Bella Vista y sin embargo sabía que aquella era la verdad. Trate de no recordar lo maldito que era ese lugar, lo terrible que había sido estar encerrada en una celda ahí. Me estremecí de solo recordar mi trato en esos tres meses encarcelada.

_ Hay que sacarlo –dijo Gabriel y Nicholas rió sin emoción alguna

_ Entonces dime como planeas sacarlo. Eres un ángel, no podrás llegar nunca y ese lugar esta lleno de servidores de Lucifer –dijo Nicholas- En el hipotético caso de que yo aceptara llevarte en esa misión suicida, no durarías ni un minuto con tantos brujos dispuestos a matarte. Y mejor no mencionar al director del Instituto.

_ Pero si Alex permanece ahí morirá –dijo Miguel

_ No me importa como maldito brujo pero tienes que llevarnos ahí –dijo Raphael y Nicholas rió nuevamente

_ Entiéndanlo no hay modo. No pasaríamos más allá de la entrada y eso si tienen suerte –dijo Nicholas- Lamentablemente ángeles, esta es una misión que ustedes no pueden cumplir.

Mire a los cuatro ángeles, lamentablemente Nicholas tenia razón. Ellos no llegaría mas allá de la entrada y eso si tenían mucha suerte. Solo un brujo podría entrar al Bella Vista. Necesitaba ser alguien que fuera capaz de infiltrarse y también capaz de escapar. Pero para mi mala suerte, escapar del Bella Vista era imposible e improbable. Nunca en la historia un ángel había podido salir con vida y alma de allí, nunca en la historia alguien atrapado allí había podido escapar. Y por más que yo lo había logrado, estaba segura de que ya se habrían tomado medidas para evitar que aquello volviera a ocurrir. Mire a los cuatro ángeles, ellos no tendrían modo de cumplir con aquella misión. La desesperación en sus rostros era más que visible pero se necesitaba a un brujo y uno que ya hubiera escapado y supiera como hacerlo para burlar a los brujos del Bella Vista. Me quede en blanco al reaccionar sobre mis pensamientos y hable sin siquiera pensarlo.

_ Yo iré –dije

_ ¿Qué? –dijo Nicholas atónito

_ ¿Qué? –repitió Daniel

_ Dije que yo iré –repetí y Nicholas me miro casi de un modo alterado

_ Katherin, detente a pensarlo por dos segundos –dijo él

_ No tengo nada que pensar –dije- Tienes razón, un ángel con suerte llegara a la entrada pero no pasara mas lejos. Yo puedo hacerlo, yo ya he escapado del Bella Vista luego de haber estado encerrada.

_ Katherin, por favor no me obligues a llevarte ahí de nuevo –dijo Nicholas

_ Puedes elegir entre llevarme tú o elegir entre los muchos métodos de conseguir que me lleven que se me están ocurriendo –dije y él pánico cruzo su rostro al ver mis pensamientos

_ ¡No! –Exclamo al instante y sonreí ante mi victoria- Esta bien, te llevo yo, maldita sea Katherin. Pero harás todo lo que yo diga.

_ Si –dije sonriendo y él frunció el ceño

_ Estas mintiendo –dijo

_ Si –dije

Él resoplo frustrado por su falta de éxito pero lo ignore. Hice una mueca al saber que luego tendría que buscarle el modo de recompensarle por esto, Nicholas no se dejaba vencer tan fácilmente sin nada a cambio. Me di vuelta y me fije en la gran cantidad de archiveros que había alrededor del centro. Mire los cientos de pasillos formado por los libreros y sin fin. Camine tan solo uno pasos y me acerque al archivero correcto. Hice una mueca al estar frente al archivero numero 66 y abrirlo. Había jurado que nunca tendría que abrirlo bajo ninguna circunstancia y ahora mismo estaba rompiendo ese juramento. Comencé a buscar entre las carpetas, casi agradeciendo llevar guantes por que realmente no quería ni tocar esos archivos.

_ Creí que había dicho que nunca mas volvería al Bella Vista –susurro Daniel tratando de que no lo oyera pero fracasando- Que no lo haría bajo ninguna circunstancia.

_ Yo también lo creía –dijo Gabriel aun sorprendido

_ Planea meterse al lugar mas oscuro del mundo y que además la aterra solo por que nosotros se lo pedimos –dijo Miguel- Y ella acepto luego de todo lo que le hicimos pasar. No se ustedes, pero ya no me importa nada de lo que haya hecho por lo que la hubiéramos acusado.

_ Además de que la mayoría de las acusaciones terminaron siendo falsas –dijo Gabriel

_ Aun así les recuerdo que engaño con otro hombre a nuestro amigo –dijo Daniel

_ Es en parte bruja, no se podía esperar otra cosa –dijo Raphael

No está bien escuchar conversaciones ajenas –dijo Nicholas y reí internamente

¿Lo dice el brujo que escucha cual pensamiento quiera?­ –pregunte

Touché –dijo él

Finalmente encontré la carpeta que tanto buscaba y la tome. Hice una mueca al verla, realmente no deseaba hacer lo que iba a hacer. La lleve hasta una de las mesas en el centro y la abrí ahí. Los demás se acercaron mientras yo sacaba los papeles que había dentro y los desparramaba por toda la mesa. Tome el plano principal del Instituto Bella Vista y lo abrí delante de mi. Trague con dificultad al saber el lugar a donde tenia que ir. Ese maldito instituto solo me aterrorizaba y trataba a toda costa de no recordar lo que había sufrido ahí dentro. Mi corazón se detuvo un momento al imaginar que Alex probablemente estaría sufriendo lo mismo. La desesperación junto con el pánico me invadió. ¡No! Sacudí apenas la cabeza, tratando de quitarme esos pensamientos de encima pero aun así la realidad estaba ahí.

_ No será tan fácil salir –dijo Nicholas mirando el plano- Necesitaremos huir nosotros dos y además un ángel que no sabemos el estado en que estará.

_ Un fortĭa –dije

_ Es un ángel –dijo Nicholas- Le durara como mucho diez minutos.

_ Entonces tendremos diez minutos para huir –dije y sonreí fugazmente- Puedo hacerlo.

_ ¡Diez minutos no serán suficientes! –dijo Nicholas

_ A menos que sepas en que momento aplicarlos –dijo Daniel académicamente y ambos lo miramos curiosos- Es cuestión de lógica. Si aplican esos diez minutos en el momento correcto entre que lograron reunirse con Alex y la salida, entonces la huida será exitosa. Pero tiene que ser el momento exacto, no deben desperdiciarlo o sino fracasaran.

_ También tienen que aprovechar y buscar el momento exacto en que la guardia este más escasa y débil –dijo Miguel- Entonces será mucho más fácil huir.

_ Deberán tener armada una ruta rápida de escape –dijo Gabriel

_ Y no vendría mal un plan de respaldo –dijo Raphael- Necesitan saber que hacer si las cosas no salen como estaban planeadas en un principio.

Quizás no sean tan tontos como creí –dijo Nicholas

No son tontos y no debes subestimarlos solo por ser ángeles –dije

Esta en mi naturaleza, no me puedes negar que tú también los subestimabas y creías tontos hace años –dijo él

Mire los planos delante de mí, mire la gran distancia que había entre el Instituto y sus límites. Hice una mueca al saber que esta vez no seria tan simple correr esa distancia y sin llamar la atención. Mire nuevamente el plano. No, correr en el descampado no seria la mejor opción y no podíamos ir a la entrada por que estaría llena de brujos. Mire el puente por el que yo había logrado escapar, el lugar más cercano a una salida que había.

_ Ya no existe –dijo Nicholas rápidamente- Luego de que tu escaparas por ahí, se aseguraron de que ese portal no fuera activado mas que por orden de un superior. Ahora en su lugar hay una barrera que no permite salir.

Mire nuevamente el mapa, fijándome en todo el terreno. Tuve una idea al fijarme en el campo de flores encantadas y luego ver más allá el bosque. Quise abrir la boca y hablar pero al instante calle al darme cuenta de algo esencial. El don de Christ se basaba en la voz, en hacer creer y hacer cumplir cualquier cosa que dijera. ¿Y si yo compartía mis planes con ellos y luego Christ les ordenaba que se los revelaran? Se lo dirían por instinto de ángel ya que él era su líder y también por que obedecerían totalmente al ese ser su don. Trague con dificultad, no había pensado en aquello.

_ ¿Y si utilizan un hechizo de transporte? –pregunto Miguel

_ Ojala fuera tan fácil –dijo Nicholas- Pero...

_ Eso haremos –dije rápidamente

Nicholas me miro incrédulo, él sabía al igual que yo que los hechizos de transporte nunca funcionaban dentro de los territorios del Bella Vista pero aun así no dijo palabra alguna. Al instante de meterse en mi mente para tratar de comprenderme él cayó en la cuenta y se percato de que no habría ningún otro modo. Si en realidad queríamos ganarle a Christ en esta, habría que engañarlo y para eso primero tendríamos que engañar a los cuatro ángeles. Definitivamente estaba maldita, siempre de un modo u otro terminaba sin tener más opción que engañarlos. Sentí volver el dolor dentro de mí al saber como había resultado la otra vez mis engaños y mentiras.

Lo siento –susurro Nicholas- Pero no hay otra opción. Realmente no había pensado en eso.

No quiero volver a mentirles –dije

Lo sé, pero si les decimos la verdad todo esto será en vano –dijo él- ¿Quieres salvar al ángel o no?

Conoces la respuesta –dije

_ Tendremos que encontrar al ángel y luego hacer el hechizo de transporte –dijo Nicholas y señalo un punto al azar en el mapa- Aquí esta la entrada a la prisión que hay debajo del Bella Vista, suponiendo que allí lo tenga mi ex-compañero.

_ Si, la recuerdo. ¡Ese lugar no tenia ni una maldita ventana! –Exclame molesta- Fue una tortura haber estado encerrada allí tres meses.

_ ¿Crees que podrás entrar y sacarlo? –pregunto Miguel y asentí

_ El problema será saber que celda –dije- No tendré el suficiente tiempo para revisarlas todas una por una.

_ Aquello no será necesario –dijo Nicholas y sonrió fugazmente- Gracias a tu escape gatita, ahora las celdas deben ser vaciadas y nuevamente hechizadas un día al mes.

_ No creí que la seguridad se reforzaría tanto luego de que yo escapara –dije

_ No quieren que alguien vuelva a escapar –dijo Daniel

_ Exactamente –dijo Nicholas- Tan solo habrá que ir y esperar a que aquel día llegue. Entonces simplemente nos ocupamos de llevarnos al ángel cuando no este en su celda y listo.

_ ¿Y si todas aquella suposiciones que estas haciendo son falsas? –pregunto Raphael sin ocultar su odio hacia el brujo y Nicholas sonrió

_ Conozco a mi ex-compañero –dijo él- Te puedo asegurar que lo tiene encerrado en una celda a su hermano, deseando que se muera cuanto antes.

_ ¿Y que haremos con Christ? –pregunto Daniel

_ Tendrán que fingir que no saben nada –dije seriamente- Que jamás vinieron a buscarme ni nada. Continúen como si no supieran quien es en realidad.

_ ¿Cómo pretendes que continuemos conviviendo tranquilamente con él si es la mano izquierda de Lucifer? –exclamo Raphael y reí

_ ¿No lo han hecho todo este tiempo? –Dije- Todos estos meses han estado viviendo junto a la mano izquierda de Lucifer.

_ Al menos eso explica muchas cosas –dijo Miguel

_ Si, tiene una seria adicción al ajedrez –dijo Nicholas aun mirando el plano- Pero no esta tan loco como crees, no juega solo. Utiliza un tablero encantando.

_ ¿Qué? –pregunto Gabriel

_ Un tablero encantado. ¿Acaso no saben lo que es? –Pregunto Nicholas y suspiro al conocer la respuesta- Es un tablero que esta hechizado. En realidad son dos y cada jugador tiene el suyo propio. Aquello les permite jugar sin tener que estar juntos.

_ Y luego me decían loco a mi –dijo Miguel y se cruzo de brazos- ¡Yo dije que había visto una ficha moverse sola!

_ Pues claro, de ese modo funcionan los tableros encantados –dijo Nicholas- Es un sujeto bastante retorcido, utiliza el tablero de ajedrez como si se tratara de la vida y así planea sus jugadas.

_ Pues entonces estamos en problemas –dijo Raphael

_ Es demasiado bueno en el ajedrez –dijo Daniel- Me ha vencido un incontable número de veces.

_ Si Daniel no pudo ganarle, y mira que él es el mas inteligente, creo que estamos en problemas –dijo Miguel

_ Pues entonces habrá que aprender a jugar bien al ajedrez y vencerlo –dije- Si esto para él no es más que un juego, seremos su competencia.

_ Nada como una mujer despechada –dijo Nicholas- ¿Planeas matarlo? Te ayudo, siempre tuve ganas de escucharlo suplicar por su vida. Pero por más que lo haya intentado, ni un rasguño le puedo dejar.

_ Eso es por que no puede ser herido por cualquiera –dije- Tiene que ser por la mano de un ángel y de un brujo a la vez. Maldigo haber errado en el tiro y no haberlo matado aquella vez. La próxima, no fallare.

_ ¿Entonces realmente planeas matarlo? –Pregunto Gabriel casi en un susurro, él estaba totalmente blanco- Kat, es el hermano de Alex. Él ya perdió a su hermano una vez. ¿Crees que estaría dispuesto a perderlo nuevamente y a tus manos? ¿Acaso no te importa?

_ Gabriel, es obvio que no. ¿Para que lo intentas? –Dijo Raphael y me miro hostilmente- No le importo al momento de engañarlo con otro hombre. ¿Crees que le importe al momento de matar al hermano? No me importa si es mitad ángel o no, se comporta como una bruja. Ni siquiera sé por que aun no la matamos si después de todo tiene orden de captura en el Consejo desde Diciembre.

_ Adelante, mátame –dije- Hazlo y luego busca a otra persona capaz de entrar al Bella Vista y salir.

_ Ignora a Raphael, no es cierto lo de la orden de captura –dijo Miguel sonriendo amistosamente

_ Claro que no, es orden de muerte –dije y me cruce de brazos mirando a Raphael y dejando a Miguel totalmente boquiabierto- ¿Crees que no lo sabia? Tuve la carta con la orden entre mis manos, estuve frente a la persona que debía matarme y hasta le di el arma que podía hacerlo. Si él no se atrevió a disparar no es mi culpa.

_ Pues maldigo al imbécil que no te mato cuando debía –dijo Raphael

_ ¡Es el mismo idiota que me están pidiendo que saque del Bella Vista! –Exclame con lagrimas en los ojos- ¡Fue él quien tenia la orden de matarme y no lo hizo!

Los cuatros se quedaron totalmente atónitos pero no les di importancia. Me acerque a la mesa central, pequeña y circular, sobre la que descansaba el cofre y lo abrí sin más. No podía quedarme ahí, no ahora que el dolor había vuelto y me había vencido casi. Estuve sola en el estudio al instante y salí dando un fuerte portazo. La música de piano se había callado totalmente, mi papá ya no estaba ahí. Camine tan solo unos pasos antes de dar vuelta y subir varios escalones. A mitad de camino no pude más y me deje caer contra la pared, quedándome sentada en uno de los últimos escalones. Reprimí un gemido de dolor y doble mis piernas. Apoye mi cabeza sobre mis rodillas y sentí ya como las lágrimas comenzaban a rodar por mi rostro. El dolor, la tristeza, el destrozo, todo me invadía nuevamente. ¿Por qué tenia que pasarme todo esto a mi?

¡Claro que me importaba lo que pudiera pasarle a Alex! Y muy en el fondo, sabia que una parte de mi no seria capaz de matar a Christ por mas que él fuera el encapuchado sabiendo que aquello le dolería a Alex. Aquello me pego aun mas duro de lo que esperaba. No podría matar a Christ, no podría dañar a Alex de ese modo nuevamente. Y sin embargo aquello era lo que tenía que hacer, matar a la mano izquierda de Lucifer para asegurarme de que la luz y la oscuridad no entraran en una terrible guerra. ¿Pero como cumplir con mi deber si una parte de mi corazón no estaba dispuesta a hacerlo para no herir a Alex? ¿Y él que? ¿También seria juzgado nuevamente solo por ser el hermano de la mano izquierda de Lucifer?

No quise ni pensar en cuantas acusaciones tendría ese ángel. Traidor para el Consejo, traidor también para Solcius. ¿Acaso traidor también para su hermano? Mis lágrimas solo se intensificaron, había sido un traidor para mí. Yo realmente lo había amado y él tan fácil y rápidamente se había deshecho de mi y olvidado, dejándome un corazón totalmente destrozado. Parecía como si toda fuerza que hubiera tenido estos meses se hubiera esfumado totalmente. No podía negar la realidad, no podía pretender ser feliz cuando realmente no lo era. Necesitaba que él estuviese a mi lado, que me pasara una mano por la mejilla y me limpiara las lágrimas mientras me sonreía dulcemente. Que me dijera que no tenia por que llorar y que me pidiera que por favor dejara de hacerlo. Tan solo imaginar aquel simple hecho me quito una sonrisa por mas rápida que fue. Necesitaba su calido tacto, sus luminosos ojos, su dulce sonrisa, su ligera y fresca presencia, sus falsos sentimientos y hasta su lastima.

Pero él no estaba acá ni estaría. Estaba en algún lugar, quien sabe en que estado. Christ deseaba matarlo, no estaba segura de por que pero deseaba matarlo y ya lo había dejado en claro muchas veces. ¡Y el maldito se había atrevido a besarme sabiendo que en ese momento era la novia de su hermano! Lo odie totalmente por eso. No, no podía seguir así. Levante el rostro y me limpie rápidamente las lágrimas. Necesitaba planear y actuar, no llorar y sufrir. Chasquee los dedos y en un segundo aparecieron frente a mi los planos que necesitaba. Poco me importaba ahora si ellos los estaban utilizando y se los había quitado o no. Tome primero el del Bella Vista y lo analice totalmente. Deje cualquier dolor y tristeza de lado, necesitaba planear bien lo que iba a hacer si planeaba hacer lo que había dicho.

Con mucho detenimiento examine el plano, fijándome hasta en el más mínimo detalle que pudiera ayudar o complicar la huida. Entrar seria fácil, después de todo era la hija de Adrian Strega y Lucifer no negaría la oportunidad de poder hacer que acepte servirle. Estaría complacido de que nuevamente estuviera en su territorio y haría cualquier cosa para tratar de convencerme de que aceptara quedarme. Internamente rece por no caer en ninguna trampa, tenía pocos días antes de que Lucifer intentara atraparme también. Nuevamente me fije en el campo de flores encantadas y en el bosque más lejos. No seria conveniente correr en campo abierto, no si éramos blancos fáciles. Trace en segundos una ruta y trate de no memorizarla por completo. Debía cubrir todos los puntos si deseaba ganarle a Christ y aquello implicaba que él no debía tener modo de conocer mis planes y mucho menos si utilizaba su don en mí para que se los revelara.

Doble el mapa principal y lo deje a un lado, luego tome el segundo plano que me interesaba y lo abrí. Respire hondamente antes de fijarme en el mapa de aquella prisión que tan malos recuerdos me traía. Definitivamente el problema era al revés en este caso, seria difícil entrar pero no salir. Para mi suerte, el plano de la prisión no era tan difícil de memorizar y lo conocía ya. Un simple y largo pasillo de piedra, las celdas estaban todas a un lado solamente. Una vez que encontrara a Alex, seria fácil luego encontrar la salida y huir. ¿Y luego que? Hice una mueca, aun me quedaba mucho por planear y debía pensar todo muy cuidadosamente ya que mi oponente era la mano izquierda de Lucifer. Escapar no seria tan sencillo, necesitaba alguna distracción y también necesitaba tener algo planeado para una vez que hubiéramos escapado. No pasaría mucho tiempo hasta que Christ se diera cuenta de aquello y saliera a perseguirnos.

No le podía dar ninguna tarea a alguno de los ángeles por que entonces les tendría que decir mi verdadero plan y por consiguiente Christ lo sabría. De hecho, dudaba si Christ no sabía ahora que ellos habían acudido a mí. Tarde o temprano terminaría por saberlo. Bastaba con que le preguntara a alguno de los ángeles que había hecho, entonces su don entraría en acción y el ángel le respondería automáticamente con la verdad sin mas alternativa. Negué con la cabeza, no era una opción posible decirle algo de mi verdadero plan, por más mínimo que fuera, a alguno de ellos. Hasta estaba dudando de decírselo totalmente a Nicholas y estaba comenzando a cuestionarme a mi misma. ¿Y si Christ ponía en acción su don conmigo y me pedía que le revelara mi plan? Suspire, en algún momento tendría que pensar y encontrar una solución a ese asunto. Por el momento, solo necesitaba tener claro una base sobre la cual empezar. Y la base ya estaba, meterme en el Bella Vista como si fuera una bruja más. Inventaría cualquier excusa creíble para cubrirme y luego buscaría el modo de encontrar a Alex.

Eche la cabeza hacia atrás y clave mi vista en el techo. Esto seria más difícil de lo que pensaba. El don de Christ me amenazaba con cada cosa que tuviera en mente. Yo obedecería y creería cualquier cosa que él me dijera. Trague con dificultad, aquello definitivamente no era bueno. Necesitaba comenzar a pensar como él si deseaba poder saber lo que tenia en mente. Pero yo no conocía al encapuchado totalmente y el Christ de los recuerdos de Alex claramente no era el Christ de ahora. Suspire frustrada. ¿Cómo ganarle a alguien que podía obtener cualquier cosa que deseara con solo decirla? Algún punto débil debía tener Christ, no podía ser totalmente imposible de vencer. Reí de un modo apenas audible al recordar como por cinco minutos, aquel fatal día, había podido ser yo la que tenía el control. Su ego era demasiado grande como para aceptar que él no era el mejor en todo. Pecaba de soberbia, aquel debía ser su pecado capital que lo identificase.

Me quede helada al comprenderlo, el pecado capital de Christ era la soberbia. Y yo había salido demasiado tiempo con un soberbioso como para saber exactamente como eran los brujos soberbios. Ellos la mayoría de las veces conseguían lo que querían pero su error estaba en confiarse demasiado. Solo bastaba con que Christ creyera que tenía todo bajo su control para que pudiera vencerlo esta vez. Sonreí ante mi logro, aquel era su punto débil. Si él realmente creía que tenía todo bajo control y que todo saldría tal como lo tenía previsto, entonces no se daría cuenta de lo que en realidad yo tenia en mente. Era cuestión de engañarlo, de hacerle creer que él tenía el control. Y para mi suerte, aquello estaba de algún modo hecho. Él recurriría primero a los ángeles para saber que tenia en mente y ellos le dirían algo que no era cierto por que les había engañado. Mi sonrisa solo se ensancho, al fin engañar y mentir servia finalmente para algo.

Escuche los pasos en el pasillo y enseguida me cruce con la mirada de Nicholas. Él se quedo allí, abajo y se apoyo contra la pared del otro lado, totalmente alejado de mí. ¿Por qué siempre era así? ¿Por qué siempre se mantenía cuan alejado lo permitía la situación? Desde que lo había encontrado nuevamente no me había tocado, no me había abrazado, ni siquiera un simple beso en la mejilla o acercarse más de un metro. Lo mas cerca que lo había tenido había sido aquella vez que lo había encontrado y había impedido que el don de Christ me afectara. Y tampoco había permitido que yo me acercara a él, que lo abrazara, ni siquiera que lo tocara. Suspire frustrada sin comprender la razón y él evito mi mirada al conocer mis pensamientos.

_ No tienes que pensar en mí ahora –dijo él y suspire

_ ¿Si no lo hago ahora cuando lo haré? –Pregunte- ¿Por qué ya ni siquiera me dejas pensar en ti? Es mi mente, hago lo que quiero.

_ Por favor no –dijo él tristemente- Además, aquellos son asuntos míos, no tienen por que importarte.

_ No soy como tu, no puedo saber lo que piensan los demás sin problema alguno –dije- Podría tocarte y saberlo, pero ni siquiera aquello me dejas. Juraría que hasta mi simple presencia te debe de molestar de algún modo.

_ Tu presencia no es simple –dijo él y sonrió ligeramente- Ni siquiera es normal. No sabría exactamente como clasificarla.

_ Es dulce –dije y sonreí, él se echo a reír a carcajadas

_ ¿Qué? ¿Quién fue el idiota que te dijo aquello? –Dijo él aun riéndose- Tu presencia es todo menos dulce, yo diría que es mas bien salada.

Lo mire con curiosidad mientras él continuaba riendo como si alguien le hubiera dicho con toda seguridad que los brujos no existían cuando él era uno y muy poderoso. ¿Él sentía mi presencia salada? Aquello era exactamente todo lo contrario a como decía que la sentía Alex. No importaba si ellos eran totalmente opuestos, ángel y brujo, humilde y soberbio, se suponía que la presencia de uno no cambiaba para cada ser. Y aun estaba de por medio el hecho de que no todos sentían mi presencia.

_ ¿Y los ángeles? –pregunte

_ Les he abierto un portal y dejado donde me dijeron –respondió Nicholas- También me ocupe de que creyeran totalmente lo que dijiste de hacer. Realmente, no había pensado en aquello hasta que tú lo hiciste. ¿Qué es lo que tienes en mente realmente?

_ Dejaremos que Christ crea que tiene todo bajo control –dije- Ese es el único modo de vencerlo, dejándole creer que todo saldrá como lo tiene previsto. Pero si les decíamos un plan verdadero a ellos, Christ hubiera podido saberlo.

_ ¿Realmente lo piensas matar? –pregunto él y suspire tristemente, apoyando mi cabeza sobre mis manos

_ No lo sé –dije

_ ¿Te seguirás engañando y fingiendo que ya no sientes nada por ese ángel? –dijo Nicholas

_ No me engaño ni finjo –dije

_ Y yo deseo la paz mundial y el fin del hambre en el mundo –dijo Nicholas y puso los ojos en blanco- Vamos gatita, sabes perfectamente que no puedes engañar a mi don. Sé todo lo que piensas y tienes en mente, hasta podría saber mas con solo meterme y explorar totalmente tu cabeza pero no pienso violar totalmente tu privacidad.

_ Entonces deja de meterte en mi vida personal y tan solo ayúdame con esto –dije- ¿Cuánto crees que te tome cubrirnos en el Bella Vista y entrar?

_ Eso será fácil –dijo Nicholas y sonrió maliciosamente- Nos dejaran entrar sin problema, tan solo avísame que día tienes planeado huir por que dudo que vayamos a seguir al pie de la letra el plan falso que armaste.

_ Exactamente –dije y lo mire con curiosidad- ¿Cuándo es la próxima luna llena?

_ En quince días –dijo él y sonreí

_ Entonces tenemos quince días para meternos en el Instituto y encontrar a Alex antes de huir –dije- ¿Me prestas tu teléfono? Necesito hacer una llamada.

_ Si, por supuesto –dijo él

Enseguida lo saco del bolsillo de su chaqueta y me lo lanzo. Lo atrape en el aire ágilmente y en un segundo ya estaba tipeando los números. Me lleve el celular al oído, esperando que contestaran y no estar equivocándome. Respire hondo mientras escuchaba el tono de llamada. Mi mente quizás funcionaba mas rápido de lo que esperaba y no dejaba de improvisar, realmente necesitaba cubrir todo. Finalmente contestaron y pude escuchar la voz del otro lado.

_ Zachary al habla –dijo él y sonreí

_ Veo que aun sigues conservando el celular de Jude y no lo devolviste como te pedí –dije y mi sonrisa solo se ensancho- ¿Dime Zachary, acaso ya te has hartado de las instalaciones de Solcius?

Capitulo 26: Revelaciones


.

Abrí los ojos apenas y mire el reloj que estaba del otro lado de la habitación. No, aun era temprano para despertarse. Me volví a acurrucar, totalmente destapada ya que Lucy se había apoderado de todas las mantas. Sonreí al ver el bulto de mantas que tenia a un lado y volví a cerrar los ojos. Fuera, en el pasillo, escuchaba fuertes pasos y voces hablar. Me tape con la almohada los oídos, deseaba seguir durmiendo. ¿Quién diablos se ponía a armar escándalos tan temprano? Me acomode nuevamente, restregando mi rostro contra la almohada. Se sentía lindo estar tranquilamente acostada.

La puerta de la habitación se abrió abruptamente y alguien entro entre gritos y pisadas. Me tape los oídos con ambas manos y cerré fuertemente los ojos pero al parecer aquello no basto para ignorar el hecho de que alguien había irrumpido en mi habitación sin escrúpulos. Abrí apenas los ojos, viendo al ángel que estaba ahí y continuaba gritando y los volví a cerrar casi riendo. Definitivamente seguía dormida y estaba soñando, aun mejor, podría dormir más.

_ ¡No me importa si esta dormida o no me va a escuchar a mi! –exclamo Raphael

Definitivamente era un sueño muy loco pero aun así no me importo. Hasta que él me arrebato mi almohada sin ningún cuidado y eso basto para enfurecerme. ¡Quien demonios se creía para hacer eso! Me senté molesta, fulminando al producto de mi imaginación con la mirada. Él me devolvió una mirada totalmente hostil y seria antes de lanzar mi almohada al otro lado de la habitación.

_ ¿Quién demonios te crees que eres para hacer eso? –pregunte molesta

_ Raphael Crist por si no me recuerdas –dijo él- Y me escucharas te guste o no.

_ Eres un sueño, no puedes decirme que hacer –dije y él apretó los dientes

_ ¡No estuve cinco horas caminando sin rumbo alguno para venir y que alguien me diga que soy un sueño! –exclamo él furioso

_ ¿Producto de mi imaginación te gusta más? –pregunte mirándolo con curiosidad

Él resoplo frustrado y molesto al ver como lo trataba y no pude evitar reír. Debía admitirlo, realmente se veía demasiado real. Admiraba como mi mente podía recordar perfectamente hasta el más mínimo detalle. Mire con curiosidad a Daniel y Miguel que aun se mantenían fuera de la habitación, Daniel apoyado seriamente contra el marco de la puerta y Miguel parado mirándome con curiosidad.

_ ¡No soy un sueño! –exclamo Raphael

_ Claro que si –dije sonriendo- No tienen modo de llegar hasta aquí sino.

_ Claro que lo tenemos –dijo Daniel y me lanzo una brújula que atrape en el aire

_ ¿La brújula que yo te regale? –pregunte mirándola curiosa

_ Dijiste que podría guiarme a donde deseara –dijo Daniel y entonces un Golden Retriever entro en la habitación

_ Y Plum también ayudo –dijo Miguel sonriendo

_ Kat, esto no es un sueño y estas despierta, es la realidad y si vinimos aquí –dijo Daniel

_ ¡Luego de cinco horas sin rumbo alguno! –dijo Raphael molesto

Me quede helada ante aquellas palabras y me apoye contra el muro. Me lleve una mano al pecho y tome mi collar, sintiéndome vacía por un momento. Me pellizque el brazo en vano, esto era la realidad, no un sueño del cual despertar. Los mire a ellos tres, tan solo para confirmar que eran reales y yo realmente estaba despierta. Mi corazón se estremeció por más que mi mente no dejaba de repetir que era imposible. Trague las lágrimas antes de que se formaran en mis ojos. Mire a la niña que aun seguía dormida a un lado mío, totalmente tapada con las mantas. No, ella me necesitaba bien y fuerte, no destruida totalmente por un simple pasado. Cerré los ojos y respire hondamente antes de volver a abrirlos y mirarlos seriamente.

_ No sé en que derecho se encuentran de irrumpir en mi habitación –dije- Ni siquiera deberían estar aquí.

_ No nos dejaste otra alternativa ya que te negabas a atendernos –dijo Daniel

_ Miren, no se como demonios habrán hecho para llegar aquí pero se van ya mismo –dije mirándolos seriamente- Ustedes no deben estar aquí.

_ ¿Puede ser maldita caballera que armes problemas ya tan temprano? –Exclamo Zachary molesto y medio dormido apareciendo en la puerta y luego miro con curiosidad a los tres ángeles- Mejor me voy.

_ Tú te quedas aquí –dijo Miguel atrapándolo por el cuello de la camisa- Y me dices ya mismo quien diablos crees ser para tratarme de ese modo por teléfono.

_ ¿Esta bien si me dejas dormir otras tres horas y luego hablamos? –pregunto Zachary

_ Así que este es el estúpido que se negaba a darnos por teléfono con ella –dijo Daniel mirándolo- No eres nadie para hacer eso.

_ Yo solamente obedezco la orden que se me dio –dijo Zachary

_ ¿Orden? –pregunto Raphael

_ Si, ella me ordeno que hiciera aquello –dijo el brujo

_ ¿También devolviste el celular? –pregunte y él hizo una mueca

_ Sabia que algo se me olvidaba –dijo Zachary

_ No me importan los demás asuntos, no puedes no pasarnos con ella simplemente por que te dio esa orden –dijo Raphael y Zachary rió

_ Es mi líder lamentablemente, tengo que obedecerla –dijo el brujo y se deshizo del agarre de Miguel- Por otra parte, no se con cual de ustedes será el problema que ella tiene pero yo me retiro.

_ ¿Y este quien es? –pregunto Gabriel al llegar

_ Zachary –dijo él y luego partió sin más

_ Perfecto. ¿Alguien mas vino? –pregunte

_ Tan solo somos nosotros cuatro –dijo Gabriel y me miro serio- Ahora nos escucharas quieras o no.

_ Pues no lo quiero y en este lugar soy yo la que mando así que se pueden ir –dije tranquilamente

_ No nos iremos sin ti –dijo Gabriel- Te llame ayer mil veces y aun así te negaste a atenderme.

_ Les recuerdo que fueron ustedes los que desearon que me fuera y no volverme a ver –dije- No se ni como habrán hecho para llegar hasta aquí.

_ Tu hermana nos abrió un portal al mercado negro –dijo Gabriel

_ Seguimos las indicaciones al pie de la letra hasta la zona empresarial –dijo Daniel

_ Fue algo mas complicado burlar al guardia de seguridad –dijo Miguel con una mueca- De hecho, creo que fue lo que mas nos costo. Y una vez que entramos en esa especia de ascensor, fue Plum quien se ocupo de fijarse cuales fueron los últimos dígitos marcados.

_ Aun así sigue siendo imposible –dije

Los tres que restaban se dispusieron a entrar a mi habitación y me quede helada al ver el golpe que Miguel tenia en el labio. Los cuatro permanecieron allí firmes, esperando que yo cediera. No podía estar pasándome esto a mí. ¿O si? Los mire durante varios segundos, tratando de pensar que hacer. Suspire al ver que no tenía otra escapatoria. Me ocuparía de ellos y luego de que se fueran pero para eso primero tenia que salir de la cama. Me agache apenas y levante la manta que cubría el rostro de Lucy. La niña refunfuño, aun de espalda a los ángeles, negándose a abandonar su sueño. No pude hacer más que sonreír, en aquello ella era igual a mí. Me acerque más.

_ Arriba conejita –dije

_ ¿No puedo seguir durmiendo? –pregunto ella aun con los ojos cerrados e hice un sonido de negación

_ Necesito que te despiertes –dije y le sonreí- Ademas, estoy segura de que aquí hay alguien que deseas ver.

La niña abrió los ojos y me miro con curiosidad antes de levantarse y darse vuelta. Casi de un salto se levanto y abrazo a su hermano, sonriendo ampliamente. Me estire aun sentada sobre la cama, feliz de ver a la niña sonreír de aquel modo. Ella dejo de abrazarlo y lo miro totalmente sonriente.

_ ¿Lucy, quieres llevarlos a desayunar? –Pregunte sonriendo- Estoy segura de que no habrán comido nada hasta ahora y tu quieres contarle mucho a tu hermano.

_ Por supuesto que si –dijo la niña y tomo a Miguel de la mano, ya tirando de él- Vamos, la comida de la cafetería es realmente exquisita. Además de que te mostrare todo el lugar, es genial. Pero debe ser rápido, no tenemos mucho tiempo. Debo ir a la escuela.

_ Esta bien –dijo Miguel sonriendo, feliz de estar con su hermana

_ Ustedes también vengan –dijo Lucy mirando a los demás- Les encantara el café que sirven por las mañanas.

Sonreí más que agradecida al ver como los cuatro salían tras la niña. ¡Bendita angelito que conseguía lo que desease con su dulce sonrisa! Cerré la puerta detrás de ellos y eche el cerrojo para asegurarme de que no volvieran a irrumpir. Me levante, me estire. Me ocupe de hacer ambas camas y por ultimo me cambie. Aun mientras me estaba peinando pude sentir la presencia y supe que él seguía esperando en la puerta. Suspire frustrada y chasquee los dedos, aun teniendo la vista fija en mi reflejo. Enseguida vi el reflejo de Gabriel tranquilamente apoyado contra la pared, esperando.

_ Adelante –dije mientras continuaba cepillándome- Ya sé que nunca te fuiste y estas ahí esperando.

_ Necesitamos hablar –dijo él

_ No, yo necesito poder seguir tranquilamente con mi vida y que ustedes vuelvan a desaparecer –dije y deje el peine a un lado- Es lo único que quiero en estos momentos.

_ Katherin, deja de pensar por un segundo en ti y escúchame –dijo él

_ Ustedes no me escucharon cuando los necesite –dije, tome una hebilla en forma de moño y me la puse a un lado

_ Esto es importante –dijo él

_ ¿Acaso yo no era importante? –Pregunte dándome vuelta y mirándolo- No tienen la menor idea de lo que ustedes me hicieron sufrir. No volveré a pasar por lo mismo.

_ Te pido cinco minutos –dijo Gabriel

_ Bastaron cinco minutos para que ustedes dejaran de confiar en mi y me olvidaran –dije pasando a un lado suyo- No veo por que yo debería prestarte entonces cinco minutos de mi tiempo. Tengo mucho que hacer el día de hoy.

_ ¿Qué puede ser mas importante que esto? –pregunto él

_ Cualquier cosa para mi es mas importante antes que ustedes –dije

_ Entonces es cierto, tu corazón esta congelado –dijo él

Me detuve tan solo un segundo en el marco de la puerta antes de partir, aun de espaldas a Gabriel. No mentía, realmente cualquier cosa me parecía mucho más importante antes que hablar con él. Suspire al oír aquellas palabras. Era mejor un corazón congelado a uno destrozado. Y, sinceramente, era mejor tratar en estos momentos la situación con un corazón congelado.

_ Fueron ustedes los que se ocuparon de que así sea –dije

_ Kat, por favor, te necesitamos –dijo él

_ Gabriel, no hay nada que me haga quedarme en este momento –dije

_ ¿Ni siquiera Alex? –pregunto él

Cualquier fuerza que hubiera tenido se esfumo totalmente ante la simple mención de su nombre. Me lleve una mano al pecho, sintiendo como mi corazón dolía terriblemente. Me sostuve del marco de la puerta para mantenerme en pie, sentía que caería si no lo hacia. Me di vuelta, mirando a Gabriel con mucho cuidado. El destrozo que encontré en su rostro me dejo totalmente sin aire. No, algo no andaba bien. Algo tenía que haber sucedido para que de pronto ellos vinieran a buscarme.

_ Él se metió en problemas –dijo Gabriel

_ Alexander puede salir de sus problemas sin mi ayuda –dije- Y sino, que sea el hermano quien lo ayude, para algo lo tiene.

_ Es que Christ no se interesa –dijo Gabriel- Katherin por favor escúchame, Alex esta desaparecido hace días y no sabemos lo que le ocurrió.

_ Habrá salido en alguna misión del Consejo y no les habrá dicho –dije

_ Katherin, esto es serio –dijo Gabriel y él tono de desesperación en su voz me helo la sangre- Tenemos que hablar.

Cerré la puerta sin que pudiera evitarlo. Por más que sabía que no estaba bien, que no debía, que esto no me causaría más que dolor, no pude evitarlo. La mirada alterada de Gabriel tan solo me confirmo lo que ya había intuido y él me había dicho, algo no andaba bien. Una parte de mi temía por lo que estuviera pasando, realmente temía. Pero aun así me mostré indiferente por más que deseaba preguntarle a gritos a Gabriel que era lo que le había pasado a Alexander.

_ ¿Si te escucho se irán? –pregunte

_ Katherin, esto es realmente grave –dijo él- No sabemos que le sucedió a Alex, hace días que desapareció y Christ no le da importancia alguna al hecho.

_ Sigo sin entender como es que pudieron romper la seguridad y llegar hasta aquí –dije y él me mostró una moneda

_ Gracias a esto –dijo él y me quede helada al reconocerla- Estaba entre las cosas de Alex. Entiéndelo Katherin, él quería que te buscásemos por que sabía que eras la única que podría ayudarlo. ¿Sino por que mas dejo una carta con las indicaciones de cómo llegar hasta aquí en un lugar donde solo yo la encontraría? De ahí saque tu número, él lo tenía.

_ ¿Qué? –susurre perpleja

_ Necesitamos tu ayuda –dijo Gabriel- Por favor, realmente temo por lo que le haya podido ocurrir a Alex.

Suspire, no podía ser que nuevamente me viera involucrada en este tipo de cosas. Me apoye sobre la baja estantería y clave mi vista en el suelo, tratando de pensar. Lo ayudaría, no tenia otra opción, mi corazón aun no era lo suficientemente frío como para abandonar a Alexander a su suerte si había sido él quien de algún modo había mandado a los demás a buscarme. ¿Pero en que clase de problema se había metido? Fue solo entonces cuando encontré la respuesta y me quede helada. No podía ser que la hubiera pasado todo este tiempo por alto.

_ ¿Se despertaba herido? –pregunte

_ Casi no dormía –dijo Gabriel- Rara vez se disponía a dormir y varias veces encontré sus sabanas manchadas de sangre.

_ Maldición –dije y me moví de mi lugar, yendo al escritorio

_ ¿Qué es lo que sucede? –pregunto Gabriel

_ El encapuchado siempre había estado en mis sueños y luego ya no, creí que había desaparecido. Me equivoque, había cambiado de objetivo –dije tomando una hoja y rápidamente tome un marcador negro con el cual escribir- Lo que el encapuchado te haga en sueños, te despiertas en la vida real teniéndolo. Por eso Alex no dormía, por que él lo atacaba.

_ ¿Crees que haya sido el encapuchado quien esta detrás de esto? –pregunto Gabriel

_ Hace meses yo lo herí terriblemente, es por eso que no volvió a aparecer en la realidad hasta hace unas semanas –dije y comencé a anotar los hechos en la hoja- No es coincidencia que Alex haya desaparecido casi al mismo tiempo que el encapuchado volvió a recobrar sus actividades. ¿Has averiguado algo al respecto?

_ Christ dijo que él había salido en una misión, luego de los cinco días que no volviese comencé a inquietarme pero él no me dejo hacer pregunta al respecto –dijo Gabriel

_ Christ... –murmure y me quede totalmente helada- No puede ser.

_ ¿Qué? –pregunto él

Apoye la hoja sobre el escritorio y rápidamente empecé a escribir todo lo que me venia a la mente. Mi mano se movía velozmente sobre el papel, escribiendo todos los sucesos respecto al encapuchado desde el primer momento que lo había visto. Gabriel estuvo a mi lado, mirando y leyendo atentamente todo. Mis pensamientos iban demasiado rápidos como para que pudiera escribirlos al mismo tiempo, mi mente al fin parecía haber encontrado todas las piezas del rompecabezas y había empezado a juntarlas.

_ No puedo creer que haya sido tan ciega –dije

_ ¿Qué? –pregunto Gabriel

_ Respecto a los planes del encapuchado. Para eso él me necesitaba, para que yo pueda juzgar a los ángeles y brujos –dije y continué escribiendo- Mi deber es encontrar al mejor brujo y al mejor ángel de esta generación, él me necesita con vida para que pueda hacer ese trabajo y encontrarlos para que luego él pueda tomar sus sangres. La sangre de los Chevalier no es totalmente pura, esta mezclada con otra, por eso no sirve. Intento con la sangre de un Engel.

_ Pero tú dijiste que Christ no podía ser el mejor ángel –dijo Gabriel- Que pecaba de soberbia.

_ Soberbia –repetí sorprendida y comencé a hacer un esquema- La soberbia es el pecado de Lucifer, los mejores brujos del mundo pecan de soberbia constantemente. Nicholas peca de soberbia, es el pecado capital que lo identifica. Nick dijo una vez que había tomado la navaja del cuerpo sin alma de Christ y sin embargo, Christ apareció luego en un estado perfecto.

_ Entonces Nick mentía –dijo él

_ No, Nicholas no mentiría cuando es para regocijarse de la muerte de alguien –dije- La primera vez que vi al encapuchado y este me ataco fue luego de ver un recuerdo de Alex donde él estaba con Christ. Años después, el encapuchado se ocupo de que Alex fuera llevado frente al Consejo y acusado de traidor. El encapuchado quería deshacerse de él mediante el juicio, partió antes de que le comenzaran a arrancar las alas. Él no tomo en cuenta el hecho de que tú pudieras intervenir, no te tomo en cuenta.

_ Sigo sin entender a donde quieres llegar –dijo Gabriel

_ Nicholas me dijo que el encapuchado era su responsabilidad, que fue él quien lo llevo frente a Lucifer y que tendría que haberlo matado cuando había tenido la oportunidad en vez de dejarlo con vida y llevarlo frente a Lucifer –dije mientras continuaba anotando los puntos en el papel- La maldita mano izquierda de Lucifer tenia planeado todo esto de modo que yo terminara peleándome con ustedes y Diana no hizo mas que colaborar.

_ Él no te obligo a hacer lo que hiciste –dijo él y lo mire seriamente

_ Gabriel, no es momento para que vuelvas con tus acusaciones –dije- Nicholas varias veces dijo que el encapuchado terminaría en la caina. Esa es la parte del infierno reservada para quienes son como Caín.

_ Ya sé quien es Caín –dijo Gabriel

Me quede helada frente al esquema que había hecho, sorprendiéndome a mi misma de cómo los puntos encajaban. El encapuchado había estado en el pasado de Alex y había intentado deshacerse de él acusándolo de traidor frente al Consejo. Luego yo lo había encontrado días antes de que Nick dijera que había tomado aquella navaja del cuerpo sin alma de Christ. Luego sabía que el encapuchado terminaría en la caina. Y era la mano izquierda de Lucifer, pecaría por soberbia naturalmente. No pude sostener más el marcador al reaccionar sobre la verdad.

_ ¿Qué fue lo ultimo que te dijo Alex antes de desaparecer? –pregunte

_ Dijo que lo iban a matar mientras se reía como un loco, no lo tome enserio pero ahora temo que haya sido verdad –dijo Gabriel- Y se rió aun mas cuando Christ volvió.

_ ¿Cuándo fue eso? –dije

_ Hace unas noches, no tienes idea del modo en que se reía Alex –dijo él- Realmente parecía un loco y Christ se molesto.

_ ¿Por qué? –dije

_ Por que Alex se burlaba de los tres cortes que él tenia en el rostro, preguntando si lo había arañado una gata –dijo Gabriel

_ Él lo sabia –susurre

_ ¿Qué cosa? –pregunto Gabriel

Las lágrimas se formaron en mis ojos al reaccionar sobre la verdad. ¡Él sabia lo que le iba a suceder! Por eso había dejado la carta y las indicaciones, por eso se había ocupado de que Gabriel las encontrara y pudiera seguirlas. Volví a tomar el marcador y con una mano vacilante dibuje la flecha que unía la casilla del encapuchado a la del pasado de Alex. Mi mano temblaba, estaba segura de que yo estaba más pálida de lo normal y trate de controlarme por más que la desesperación me invadía.

_ El encapuchado no estaba en el pasado de Alex –dije- El encapuchado era el pasado de Alex.

_ ¡Que! –exclamo Gabriel

_ Una vez el encapuchado me dijo que él no era el bueno en el poker, que su hermano lo era –dije, mi mano seguía temblando ante la terrible verdad- Me dijo que había creído deshacerse de su hermano hace mucho tiempo y recientemente se había enterado de que no había sido así. La caina es la parte del infierno reservada para los que matan a sus hermanos. No te das cuenta. ¿No es así? Aquella noche yo herí al encapuchado en el hombro izquierdo. Hubiera sido terrible para un brujo aquello. Pero todos los ángeles son diestros, no tuvo problema en su farsa.

_ Katherin... –dijo él

_ No puede ser –dije casi en un susurro

Tire a un lado el marcador y rápidamente me di vuelta, partiendo corriendo de la habitación. Gabriel se quedo helado ante mi reacción pero aun así no le di importancia. No, no podía ser, no había modo de que fuera posible. Pase corriendo a un lado de Jude. Él se dio vuelta y me pregunto a gritos que ocurría, no lo oí, lo ignore, no era importante él ahora. Me detuve tan solo un segundo frente a la puerta de Nicholas antes de irrumpir en su habitación. Él estaba sentado en el suelo, los ojos cerrados, la cabeza echada hacia atrás. Enseguida abrió los ojos y me miro en cuanto me sintió entrar. Permanecí ahí en la puerta, aun alterada por lo que acababa de descubrir. En ese segundo Gabriel me alcanzo junto con Jude y entre vacilante.

_ ¿Qué sabes de Alexander Engel? –pregunte y Nicholas me miro confundido

_ ¿Quién? –pregunto

_ Alexander Engel, un ángel al que le arrebataste su hermano gracias a tu trabajo –dije

_ Perdóname pero no se de quien me estas hablando –dijo Nicholas- No conozco a ningún Alexander Engel.

_ Entonces déjame cambiar de pregunta. ¿Qué sabes de Christ Engel? –dije

Él se quedo helado apenas lo mencione y temí no haberme equivocado con mis deducciones. Se puso en pie. Su rostro lleno de furia me confirmo lo que yo creía. Me lleve una mano al pecho y tome mi collar. Todo este tiempo... No, no podía ser, no tenia lógica alguna. Y sin embargo, estaba segura de que así era. Mire a Jude, la confusión estaba mas que grabada en su rostro pero enseguida se quedo helado ante mi mirada.

_ Todo este tiempo nos equivocamos –le dije- Lucifer no le dio poderes angelicales a un brujo, un ángel le vendió el alma a Lucifer.

_ Eso es imposible –dijo Gabriel

_ No, no lo es –dijo Nicholas seriamente- El maldito tiene por don que todo lo que diga lo creerás y ni se te ocurra mirarlo a los ojos o harás cualquier cosa que te ordene.

_ Te ordeno que olvidaras –dije mirando a Nicholas y él asintió

_ Siempre lo hace pero su don es mental, puedo romperlo en cuestión de días y recordar todo –dijo él

_ Por eso yo acepte, por eso hice cualquier cosa que me dijo y no hable –dije y mire a Gabriel- Por eso ustedes le creyeron a él antes que a mi, por que ese es su don.

_ Entonces el primer hijo de Michael Engel es... –dijo Jude perplejo

_ La mano izquierda de Lucifer –dije- El encapuchado, el oscuro, como quieras llamarlo. Yo fui quien prácticamente lo obligo a salir de su escondite. Lo herí terriblemente en el hombro izquierdo, tuvo que dejar su papel de brujo y tomar su papel de ángel. Yo me ocupe de que Alex no continuara obedeciendo las órdenes del Consejo, corrompí su deber. Y ya que él ya no podía usar al Consejo para controlar a los ángeles, tuvo que aparecer y tomar su lugar como Christ sabiendo que su hermano no lo desobedecería.

_ ¿El hermano de él sigue vivo? –Pregunto Nicholas sorprendido y asentí- No puede ser, lo mato hace años. Yo estuve ese día presente, lo condeno en un juicio. Le iban a arrancar las alas.

_ Pero tú te fuiste –dije

_ No tuve el suficiente valor para quedarme a ver como mataban al chico –dijo Nicholas- Tan solo lo acompañe por que fue la orden que se me había dado y luego me pelee con él por que había matado al hermano.

_ Pero no lo mato –dijo Gabriel- Yo intervine en ese juicio, hice que se detuviera. No le llegaron a arrancar totalmente las alas de modo que no murió.

_ Entonces sigue vivo –dijo Nicholas incrédulo y lo mire

_ Nicholas, es el ángel del que yo me enamore –dije- Christ supo que Alex seguía vivo gracias a mi. Él estaba tras de mi y cuando Diana vino a buscarme y se encontró con Alex seguramente le habrá dicho.

_ Creo que tenemos un serio problema entonces –dijo Nicholas

_ ¿Por qué? –pregunto Jude y me quede helada al reaccionar sobre la verdad

_ Por que Christ atrapo a Alex –dije- No solo lo atrapo sino que lo planea

_ Matar –concluyo Nicholas tranquilamente- Y conociendo a mi ex-compañero como lo conozco, estoy seguro de que le habrá arrancado el alma.

_ Un ángel no puede vivir sin alma –dijo Gabriel y él destrozo cruzo su rostro- Entonces eso significa que lo mato.

_ No lo mato –dije y sonreí aun con pesar- No pudo haberlo matado. Yo no me quede dos meses sin poderes para que rompieran mi hechizo tan fácilmente.

_ ¡Que! –Exclamo Nicholas y mi sonrisa solo se ensancho- ¿Tienes idea de lo que hiciste? No puedes quedarte sin poderes y mucho menos en esos días, es contra la ley.

_ ¿Te parece que me importo? –dije

_ ¿Alguno me explica? –dijo Gabriel

_ La ley de los brujos, de todos los brujos no solo de la Secta prohíbe a un brujo quedarse sin poderes entre el 20 de Diciembre y el 10 de Enero por que en aquellos días los ángeles estamos mas poderosos –dijo Jude- La ley de los brujos prohíbe quedarse sin poderes en los días religiosos. Ella rompió la ley, se quedo sin poderes entre esos días.

_ ¿Cómo hace un brujo para quedarse sin poderes? –pregunto Gabriel

_ Fácil, un hechizo muy poderoso –dije y sonreí- Uno de los mas poderosos que existen.

_ Protectĭo anĭma –dijo Nicholas y me miro- Quizás el hechizo que recauda más poder y energía. Un alma no es tan fácil de proteger, mucho menos la de un ángel. Por eso ella se quedo sin poderes.

_ Entonces la mano izquierda de Lucifer no pudo haber matado al ángel, no si su alma esta protegida –dijo Jude

_ ¡Aun así eso no cambia el hecho de que ella es una imprudente! –Exclamo Nicholas molesto, mirándome, no pude hacer mas que reír- ¿Tienes idea de lo que te arriesgaste? ¡Suerte que no te sucedió nada!

_ Un brujo sin poderes es igual o mas débil que un humano –dijo Jude- Y es aun peor, al no tener los poderes otro brujo puede robárselos y nunca mas los recupera de modo que permanece así para siempre. Al menos aquello explica el gran misterio de por que ella no tenia poderes.

_ Pero ya estoy perfectamente bien –dije levantando ambas manos- Mis poderes volvieron y estoy perfectamente bien.

_ Claro –dijo Nicholas y me arrebato el guante izquierdo, dejando al descubierto mi mano aun herida y vendada- Perfectamente bien.

_ Tengo otros problemas antes por los cuales preocuparme –dije y le arrebate mi guante, suspire- Creo que no tengo mas opción.

_ Te ayudo –dijo Nicholas

Le sonreí débilmente antes de darme vuelta y partir. Volví a mi habitación seguida de él y rápidamente tome mi daga. La enfunde en mi cintura y tome el arma. La mire con respeto, sabiendo que no tenía otra opción. Por más dolor que Alexander me hubiera causado, yo aun lo seguía amando y no podía dejar que nada le pasase. Me había hecho a mi misma la promesa de siempre protegerlo antes y lamentablemente yo cumplía con mi palabra. Nicholas suspiro y se apoyo en la pared frente a mí, mirándome con cierta tristeza.

_ Te duele –dijo él

_ Cualquier cosa que me recuerde a él me duele –dije- Y ahora resulta que su hermano es la mano izquierda de Lucifer.

_ Realmente lo lamento –dijo Nicholas- Debí haberme deshecho de ese ángel en vez de llevarlo frente a Lucifer. Pero yo en ningún momento me imagine que él diría que le vendía el alma a cambio de poderes. Y claro, Lucifer estuvo mas que complacido de aceptar el trato. El diablo deseaba a alguien como tu.

_ Yo existo por que Christ así lo quiso –dije y Nicholas evito mi mirada

_ Ya lo sé –dijo él- He estado en su mente, lo sé todo de él y de sus acciones. Pero aun así Katherin, aquello no quiere decir también que él tiene poder sobre ti.

_ Aun así, él planeo todo de modo que terminara así –dije- Él si tiene poder sobre mí, sino yo no habría terminado en esta situación. Planeo todo esto.

_ Él no planeo todo esto. ¿Acaso crees que tenía planeado que le disparases y lo hirieras de ese modo? ¿O que me reencontraras aquella noche? –Dijo Nicholas- Yo he revisado su mente totalmente y te puedo decir que aquello no lo tenía planeado. Si las cosas realmente hubieran salido como él las había planeado originalmente, tú habrías muerto hace meses, yo continuaría sirviéndole a Lucifer y todo este mundo seria un caos dominado por Lucifer. Tu eres la que ha intervenido en sus planes todo este tiempo y se los has complicado. Estoy seguro de que él en ningún momento planeo que las cosas terminaran de este modo y tampoco lo que tu estas a punto de hacer.

_ No tengo otra alternativa, tengo que ir –dije

_ ¿Entonces nos ayudaras? –pregunto Gabriel apareciendo en la puerta y asentí

_ No puedo dejar que esto suceda –dije y sonreí maliciosamente- Yo soy la que seguramente terminare en la caina y no pienso compartir mi eterno castigo con ese maldito. Nicholas, busca a Raphael, Miguel y Daniel y diles que nos vamos. Gabriel, toma el libro de Dante y acompáñame.

_ ¿A dónde? –pregunto él y respire hondo

_ A ver a mi madre –dije

Nicholas me miro durante un largo rato y luego asintió antes de partir. Suspire al ver el arma aun entre mis manos y la guarde. Gabriel entro sin decir palabra alguna y tomo el libro que aun reposaba sobre el escritorio. Realmente estaba a punto de meterme en un grave problema. Salí de la habitación seguida por Gabriel. Trague con dificultad mientras caminaba, sabiendo lo que me esperaba. Pero yo ya había tomado mi decisión, tan solo necesitaba armar un plan antes de actuar. Pero antes de todo eso, debía enfrentarme a mi mamá.

El caos reinaba por los pasillos de las oficinas, al parecer Jude ya se había ocupado de hacer saber la noticia respecto a quien era la mano izquierda de Lucifer. Me detuve frente a la puerta de la oficina de ella y clave mi vista en el suelo. Sonreí al ver mis botitas de cuero y tome fuerzas antes de entrar. Ella estaba sentada en su elegante escritorio, disfrutando de una taza de café. Levanto la vista al verme entrar y luego miro a Gabriel. Él se mantuvo a un lado y avance unos pasos hasta estar frente a su escritorio.

_ ¿Qué hace un servidor del Consejo aquí? –pregunto ella

_ Me voy –dije y la taza tembló en su mano

_ ¿Qué? –dijo atónita

_ Lo que oíste, me voy –dije- Iré tras la mano izquierda de Lucifer y no pienso volver hasta haber recuperado lo que tomo.

_ Katherin... –dijo ella y le sonreí dulcemente

_ Realmente aprecio todo lo que has hecho por mi pero tus tiempos ya han pasado –dije- Esta es mi batalla, no tuya. Tú ya has peleado, has vencido y te has ocupado de cuidarme todo este tiempo. Y realmente te agradezco todo eso, pero llego el momento de que continúe sola. Estaré bien, después de todo, has sido tu quien me ha criado.

_ ¿Al menos tienes idea de lo que vas a hacer? –pregunto ella

_ Sinceramente no –dije y mi sonrisa solo se ensancho- Pero te prometo que no me dejare caer tan fácilmente. Te mantendré informada y serás la primera persona a la que vea cuando vuelva. Pero mamá, tengo que ir. Es mí deber, divino y maldito. No puedo dejar que la mano izquierda de Lucifer se salga con lo suyo. Habla con Jude, te pondrá al tanto. Aun no estoy muy segura de lo que haré, pero te lo haré saber antes de partir.

_ ¿Por qué siento que no debería dejarte ir? –pregunto ella con temor, poniéndose en pie

_ Por que eres una buena madre y te preocupas por mí –dije

_ Por favor cuídate –dijo ella- Esto no es una tontería.

_ ¡Hey, estaré bien! Tú pudiste con Lucifer. ¿No es así? Seria ridículo entonces que siendo tu hija no pudiera con la mano izquierda de Lucifer –dije

_ Kat, no es lo mismo –dijo ella

_ Pero soy una guardiana y es mi deber –dije

_ ¿Quién es él? –pregunto ella

_ Gabriel Luteri, el muchacho que interrumpió en el juicio a Alexander Engel –dije

_ ¿Es confiable? –Pregunto mi mamá y asentí- Por favor cuida muy bien de mi hija, es lo más importante que tengo.

_ No tiene de que preocuparse –dijo él

_ Rezare por ti cada noche –dijo mi mamá

_ Volveré en cuanto pueda –dije y ella sonrió apenas

_ Me recuerdas a mí a tu edad –dijo

_ Ya lo creo, metiéndote en problemas todo el tiempo y enamorándote de quien no debías –dije y le devolví la sonrisa

Sin más preámbulos me di vuelta y salí de su oficina. Gabriel me siguió casi al instante, sumido en sus propias deducciones. Pero por más que debería estar prestándole atención a Gabriel y preocupándome por lo que él pudiera llegar a saber, mi mente estaba en otra parte. Estaba tratando de pensar que iba a hacer, de planear un modo de encontrar a Alex. ¡Estúpido ángel que se había metido en problemas! Él lo había sabido, estaba segura de aquello. Apenas lo viera le diría mil maldiciones.

_ Aquella era... –dijo Gabriel vacilante

_ Caroline Chevalier, si –dije

_ Pero entonces tu eres... –dijo él

_ Katherin Strega Chevalier, su hija –dije

_ Pero entonces... –dijo él- Tu eres...

_ Mitad ángel –dije

_ Maldición –mascullo él

_ ¿Qué? ¿Acaso te molesta? –pregunte sorprendida

_ No, le debo dinero a Daniel entonces –dijo él y reí apenas

_ ¿Qué? ¿Daniel siguió experimentando con mi sangre tratando de ver que era y descubrió que era en parte ángel? –pregunte divertida

_ Exactamente –dijo Gabriel- Tu sangre es la mezcla de la de un brujo y la de un ángel. Mira que he oído cosas locas últimamente pero lo que me entere en todo este día lo supera todo. Resulta que Christ Engel es la mano izquierda de Lucifer, Adrian Strega el brujo más poderoso del mundo no acabo con Caroline Chevalier sino que se caso con ella y tú eres mitad ángel y mitad bruja.

_ Yo siempre dije que no era una bruja normal –dije

_ ¿Desde cuando lo sabes? –pregunto él y me di vuelta para mirarlo

_ ¿Quieres seguir creyendo que yo soy la mala de la historia o quieres que te diga la verdad y es que me prohibieron que les dijera lo que era? –Pregunte- Gabriel, todo lo que oíste esa tarde era en parte mentira y en parte verdad. Yo sirvo a Solcius pero ellos no son malvados. Mi padre conoció a Caroline Chevalier pero no acabo con ella. Yo soy la guardiana del Sol, mi deber es encontrar al mejor ángel y al mejor brujo de esta generación pero no planeo matarlos, los protegeré y defenderé.

_ ¿Y lo otro? –Pregunto Gabriel, su mirada estaba llena de desesperación- A mi no me importaron aquellas cosas. Me dolió que me hubieras mentido al respecto pero no les di importancia. Dijiste que lo que escuche esa tarde era en parte mentira y verdad. ¿Entonces es cierto que engañaste a Alexander?

_ Eso es diferente –dije y evite su mirada

_ ¿Lo engañaste o no? –pregunto Gabriel y suspire

_ Yo no lo engañe, en ningún segundo. Me besaron contra mi voluntad que es diferente –dije

_ Katherin, yo te conozco, tú no dejarías que eso pasara –dijo él

_ Por eso tengo la mano así –dije y levante mi mano izquierda- Mi mano derecha es la de un ángel, no puedo usar instrumentos malditos. Pero mi mano izquierda es la de una bruja. Era la única mano que tenia libre y la única arma que me quedaba era un cuchillo bendito, por eso mi mano ahora esta así. Por que la utilice para deshacerme del maldito que se había atrevido a besarme. Ustedes me acusaron de muchas cosas. Es cierto, yo los engañe y les mentí pero por que aquellas habían sido mis órdenes. Pero si hay algo de lo que me acusaron y no era cierto, fue de haber engañado a Alexander con otro hombre.

Suspire y me di vuelta, continuando con mi camino. Ya habría tiempo después para aclarar los problemas del pasado, por ahora solo trataba de pensar en que haría. Necesitaba un plan y rápido, necesitaba saber que le había sucedido a Alex y que debía hacer. Me ate el cabello en una alta cola de caballo mientras continuaba pensando. Necesitaba concentrarme y planear perfectamente cada paso si deseaba ganarle en esta al encapuchado. Hice una mueca internamente, ya no seria lo mismo ahora que sabía que era Christ.

_ ¿Hay modo de saber si un ángel sigue vivo? –pregunte

_ Mediante sus plumas –dijo Gabriel

_ Perfecto, sabia que para algo te había dicho que tomaras el libro –dije- Ábrelo en la pagina marcada y fíjate.

_ Aun conservas su pluma –dijo Gabriel sorprendido

_ Si, me olvide de devolvérsela cuando lo mande al demonio –dije tranquilamente

_ No más que un ángel patético que vive tras la sombra de su hermano... –susurro Gabriel

_ ¿Qué? –pregunte

_ Nada –dijo él rápidamente

Aun así lo mire de soslayo por más que él no se dio cuenta. Aquello no era nada, yo reconocía perfectamente mis propias palabras. ¿Pero como demonios tenia él el modo de saberlas? Sacudí apenas la cabeza. No, tenia otras cosas de las cuales ocuparme antes. Por empezar... ¿Cómo demonios haría yo para encontrar a Alex? No tenía la menor idea de que le había sucedido y ahora pretendía salvarlo. Esto definitivamente estaba mal. Y aun seguía intentando encontrarle la lógica a toda la situación. ¡Un ángel le había vendido su alma a Lucifer! ¿Cómo era aquello posible? ¡No tenia lógica alguna! Y sin embargo era exactamente aquello lo que había sucedido y aquí estaban las consecuencias. ¡Maldito ángel que me había engañado, que había jugado conmigo todo el tiempo!

_ Hay que decirle a los demás esto –dije- Y planear que haremos. Si realmente deseamos ganarle esta partida a la mano izquierda de Lucifer, tenemos que saber muy bien lo que vamos a hacer.

_ He convivido con él estos últimos meses y te puedo decir que no será nada fácil –dijo Gabriel- En todo este tiempo él jamás se ha equivocado respecto a algo o ha perdido.

_ Siempre existe una primera vez –dije

_ ¿Kat, por que haces esto? –Pregunto él- ¿Por qué decidiste ayudarnos?

_ Ya te lo dije, seguramente yo terminare en la caina y no pienso compartir mi eterno sufrimiento junto a ese maldito –dije

_ ¿Realmente piensas matar a tu hermana? –pregunto Gabriel

_ Yo no tengo hermana –dije y apreté los dientes- Solamente una maldita con la que comparto sangre.

_ ¿Qué? –dijo Gabriel atónito

_ Cierto que tu no estabas cuando me pelee con ella –dije al recordarlo- Casi la mato, estuve muy cerca de hacerlo. Le perdone la vida, no me rebajaría a su nivel de matarla simplemente por goce. Aun así, ella sigue sirviéndole a ese maldito y hará cualquier cosa para defenderlo y que yo no le haga daño. Y, lamentablemente para ella, me tiene sin cuidado lo que le pueda pasar y la atacare sin piedad si es necesario. No me importa si tengo que matarla para llegar a la mano izquierda de Lucifer.

_ Katherin, es tu hermana –dijo Gabriel

_ No me importa –dije

Mire al frente a Nicholas que ya se había ocupado de hacer su trabajo y había reunido a los demás a las puertas del transportador. Suspire, aquí empezaba todo. Pero por empezar, tenia que poner a los otros al tanto antes de actuar. Mire a Nicholas, él parecía de acuerdo en mi decisión y asintió tan solo una vez. Sonreí apenas al reencontrarme con él antes de fijarme en los demás.