Capitulo 20: Justicia y castigo


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El despertador sonó exactamente a las ocho de la mañana y lo apague de un golpe. Automáticamente el equipo de audio comenzó a sonar con su canción de este día y me levante, bostezando y estirándome lo más que podía. Me deje caer desde mi cama al suelo y me mire al espejo un segundo. Salí de la habitación y deje a mi cama haciéndose sola mediante la magia. Volví minutos después, ya bañada y totalmente limpia. Tome la ropa del placard y me cambie rápidamente. Deje el pijama tirado a un lado mientras me metía en aquella especie de cueva que había. La música seguía sonando a todo volumen y no hacia más que darme alegría. Revise la hora y el día solo para asegurarme que estaba bien:

4 de Junio, 8:17 pm.

Sonreí al estar perfectamente a tiempo. Tome el cepillo que reposaba arriba de la baja estantería y me peine mirándome al redondo y antiguo espejo que había colgado de la pared. Tome un par de guantes, mi celular y el arma. Me fije una ultima vez en mi perfecta imagen y me sonreí a mi misma. Tan solo era un día más. Agarre la chaqueta que descansaba sobre la silla de mi escritorio antes de partir y salí de la habitación. Escuche la puerta, ahora teniendo unas mariposas pintadas en negro, cerrarse detrás de mi.

Me detuve y mire a la persona que salía exactamente de la habitación frente a la mía. El muchacho se detuvo y me dedico una de sus frías y habituales miradas. Su cabello gris me ponía nerviosa, aun más sus ojos que parecían ser violetas. Tenia el cabello apenas largo de modo que este casi le caía hasta sus ojos, sus labios eran finos y formaban una línea recta. Él apenas se acababa de levantar, seguía con las mismas ropas con las que había dormido y el cabello totalmente alborotado. Se debía de dirigir al baño mientras que yo ya estaba lista. El brujo me miro fijamente tal como acostumbraba hacer cada mañana, aquel acto ya iba perdiendo cada vez más su extrañeza luego de tanta repetición.

_ Buenos días Zachary –dije

_ Buenos días –dijo él, prácticamente gruño, antes de evitarme como siempre y partir

Suspire, su malhumor a las mañanas ya era costumbre para mi. Seguí el pasillo hacia la izquierda, el sentido contrario al que iba el joven brujo. Llegue al fin de aquel piso y baje las negras escaleras de metal. Los pasillos ya estaban llenos y veía como los demás se dirigían a los baños o directamente ya estaban listos al igual que yo. Olfatee el dulce aroma del desayuno ya preparado en las salas comunes. Realmente no se podía considerar una sala común en donde estaba puesto que no había nada más que una pequeña y blanca mesa contra la pared. Realmente, esto era la intersección entre el primer piso y el segundo debido a las escaleras. Aun así, me acerque a la mesa y cogí una de las cookies que había ahí sobre un plato. Las chispas de chocolate aun permanecía calientes y blandas, la galleta aun permanecía calida y se deshacía sin ningún problema en la boca. Sonreí al saborearla.

Abandone los dormitorios cuando mi reloj marco la media hora exacta y me apresure. Cruce todos los pasillos de Solcius hasta llegar a la cafetería. Agradecí a Tina el chocolate caliente que ella ya me tenía preparado como siempre y a cambio ella me devolvió una sonrisa. Tome el humeante vaso de plástico y fui a sentarme en la mesa junto con los demás. Tome lugar junto a Jude y Lupe. Ellos me saludaron con una sonrisa mientras seguían disfrutando de su desayuno y hablando.

_ Buen día –dijo Will al sentarse frente a mí

_ Buen día –respondí con una sonrisa

_ ¿Cómo has pasado la noche? –pregunto él

_ He dormido perfectamente –dije y me hice la olvidadiza- ¿Por cierto, que día es hoy?

_ ¿Cómo que qué día es hoy? –dijo Will riendo- ¿Acaso lo has olvidado?

_ Se olvidan muchas cosas cuando uno va a Broadway la noche anterior y la pasa de maravilla con los demás –dije

_ ¿Realmente te has olvidado que día es hoy? –pregunto él

_ ¿Es el día internacional de la sangre? –pregunto Sam totalmente expectante y no pude evitar reír ante su reacción

_ No Sam –dije y él pareció decepcionado- Lamento decírtelo.

_ Hoy es el día... –comenzó a decir Will

_ Hace cinco años que eres servidor de Solcius –dije sonriendo y él se callo- ¿Creíste que lo olvidaría?

_ ¡Podemos hacer una gran fiesta! –dijo Jude sumiéndose en la conversación- O simplemente salir entre nosotros. O a menos que seas un amargado y no quieras hacer nada como el año pasado...

_ No, este año quiero festejar y a lo grande –dijo Will

_ Perfecto puesto que ya tengo todo planeado y he mandado las invitaciones –dijo Jude, dejándonos a todos sin palabras- ¿Qué? Yo quería organizar una fiesta y su aniversario como servidor de Solcius era una perfecta excusa, la pensaba llevar a cabo con o sin su presencia.

_ ¿Jude has pensado en ver a algún medico? –Pregunto Sam- Lo digo enserio amigo, no puede ser que tengas esos problemas mentales.

Todos en la mesa rieron ante aquella broma, incluyendo Jude. Will continuo con su habitual desayuno que consistía en una medialuna y una taza de café. Lupe comía galletas para perro, literalmente. Sam observo con cierto placer la copa que sujetaba en una mano mientras hacia girar el liquido rojo que esta contenía. Tome un sorbo de mi chocolate caliente mientras seguía mirando a todos. Esto se había vuelto casi tan familiar como Jude y su adicción por los batidos de fresa del cual estaba tomando uno ahora mismo. Pero faltaba ese familiar aroma a té de hierbas. Mire curiosa la silla vacía de Jeremiah por unos segundos, normalmente, él acostumbraba ser el primero en llegar y desayunar.

_ ¿Y Jeremiah? –pregunte

_ Una roca lo aplasto –dijo Sam tranquilamente mientras tomaba de su copa

_ ¡Que! –exclame

_ No le hagas caso, Sam solo miente –dijo Will- Jeremiah le había echado el ojo a una ninfa y la muchacha resulto tener novio. Se debe haber quedado en su cama, torturándose a si mismo como cualquier hombre enamorado de una muchacha que no esta a su alcance.

_ No veo por que las personas sufren tanto por una relación –dijo Sam mirando su copa- Yo estoy muerto y sin embargo no sufro. Eso si, aprendí que no debo deberle nunca mas dinero a alguien o este enviara a un vampiro tras de mi. ¿Pero sufrir por una relación? Aquello si que no logro entenderlo.

En ese preciso instante alguien le arrebato a Sam su copa de sangre. Enseguida mire a Zachary que estaba parado a un lado detrás de él. El brujo mantuvo su mirada perdida en la copa durante un segundo y luego la dejo caer sin darle importancia alguna. La copa se rompió en mil pedazos al tocar el suelo, desparramando todo su contenido y haciendo un cristalino ruido.

_ ¡Hey! –Se quejo Sam- ¿Tienes idea de lo difícil que es conseguir sangre AB- a primera hora?

_ Las relaciones son como las copas –dijo Zachary ignorando totalmente al vampiro- Una vez que se rompen no pueden volver a ser las mismas o repararse. Solo los ángeles tienen la suerte de poder olvidar tan fácilmente las copas que rompieron, los demás seres estamos condenados a vivir con aquella pena. Por que podrás fingir haberlo olvidado, pero cada vez que recuerdes cuando rompiste la copa, la misma sensación y el mismo dolor te invadirán.

_ Siempre tan alegre tú –dijo Lupe poniendo los ojos en blanco

_ No creo que tengas razón –dije

_ ¿Enserio? Pues intenta reparar esa copa, intenta encontrar todos los pedazos y unirlos nuevamente y que no quede ni siquiera un raspón sino que vuelva a ser tan perfecta como era –dijo Zachary

_ ¿Ya desde la mañana eres tan pesimista Zach? –pregunto Jude

_ Pesimista no, realista –dijo el brujo tomando lugar a un lado de Will- Por cierto, feliz aniversario.

_ Gracias –dijo el ángel totalmente feliz de que recordaran su fecha aunque no noto la verdadera intención del brujo detrás de aquello

_ No, gracias a ti –dijo Zachary al devorar la medialuna que en algún momento había sido de Will

Me quede mirando tristemente la copa hecha añicos en el suelo. Quizás Zach si tenía razón en un punto, la misma sensación y el mismo dolor me invadieron ante el recuerdo. Sacudí apenas la cabeza, ya habían pasado seis meses, no tenia por que pensar en el pasado. Jude me miro durante un momento, sabiendo lo que me estaba ocurriendo y luego puso una mano sobre la mía.

_ Quizás el tenga razón... –comenzó a decir él

_ La tengo –interrumpió Zach mientras robaba una de las galletas de Lupe

_ Pero eso no quiere decir que no exista una excepción –dijo Jude y sonrió dulcemente

Él soltó mi mano y comenzó a mover la suya en el aire. Los pedazos se fueron juntando lentamente y se volvieron a unir. La copa volvió a ser la misma que antes había sido y Jude la tomo del suelo, sonriendo, y me la entrego. Tome la copa con cuidado, fijándome en que había quedado exactamente igual que antes de que Zachary la destruyera sin cuidado.

_ Hay gente que si puede volver a reconstruir la copa, juntar todos los pedazos y unirlos nuevamente y sin que quede alguna ralladura o raspón –dijo Jude

_ ¿Y si dejas de usar la metáfora de la copa y hablas directamente? –pregunto Zachary tomando del batido de fresa de Jude- Es mas fácil que digas que ella aun sigue sufriendo por su ultima relación. Por otra parte, deja de mentirle a la niña y decirle que si es posible reparar una relación. En eso la magia no funciona, no a menos que quieras manipular a la otra persona.

_ A veces me pregunto como demonios terminamos juntándonos con él –dijo Sam

_ No te preocupes, yo también me hago la misma pregunta y sigo sin encontrarle respuesta –dijo Will tranquilamente levantando su taza- ¡Que demonios!

_ Gracias por el café –dijo Zachary- Realmente estaba perfecto.

_ Es una lastima que una bebida caliente no quite el frío que te domina –dije tomando de mi chocolate caliente

_ Pero ya te has acostumbrado a vivir con el frío que me domina. ¿No es así pequeña caballera? –Pregunto él- Cuatro meses conviviendo conmigo te tendrían que ser más que suficientes. Por otra parte, volviendo al anterior tema, el amor no existe solamente te causa daño. Ahora, si enserio tienes una parte mitad ángel, deja de sufrir tanto por una tonta relación y usa aquella parte para olvidarla. Es muy simple.

_ Déjala que haga lo que quiera –dijo Will- No es asunto tuyo.

_ Me gusta meterme en asuntos que no me incumben –dijo Zachary tomando de... ¡Mi chocolate caliente!

_ ¡Hey! –Me queje arrebatándole el vaso de las manos- Esto es mío. ¿Y además quien crees que eres para decirme eso?

_ Soy simplemente la persona que se atreve a decir la realidad –dijo Zachary con total naturalidad- Tu sigues sufriendo por el pobre idiota con el que saliste al igual que Will sigue sufriendo por el momento en que lo rechazaste, Sam sigue sufriendo por que su ultima victima tenia SIDA y por lo tanto la sangre era pésima o Jude sufre por que no encuentra un hombre con el cual... “divertirse”.

_ Vaya, te juro que eso habría dolido de no ser por que ya estamos acostumbrados –dijo Sam- ¿Y entonces tu que? ¿Sigues sufriendo por algo?

_ Siempre hay algo por lo que sufrir para él –dijo Lupe- Busca la palabra insensible en el diccionario y veras su fotografía.

_ No, pero si buscas en revistas de hace unos años veras mi foto –dijo Zachary- Trabaje de modelo, la eternidad llega a ser aburrida. Veinte años para siempre. ¿Por otra parte, quien es el tonto por el que sigues sufriendo? He escuchado por ahí que era un ángel. Lastima, el idiota ya debe haber tomado la decisión para olvidarse de ti hace mucho tiempo. Haz lo mismo y deja de dar tantas vueltas.

_ ¿Acaso te has puesto a pensar que es difícil olvidar si mi don consiste en el recuerdo? –Pregunte y suspire- Aun así, me tiene sin cuidado lo que le suceda.

_ Y yo estoy perdidamente enamorado de Jude –dijo Zachary con sarcasmo- Ni tu misma te crees lo que dices. Ah, me olvidaba de decirles, Tonny me recordó esta mañana que teníamos una misión.

_ ¿Qué misión? –Pregunto Jude- Nosotros no teníamos ninguna misión para el día de hoy.

_ Si, la que propuso el director hace una semana y yo acepte en lugar de todos –dijo Zachary con total naturalidad- Había que estar en Seattle a las nueve de la mañana.

_ ¿Y no nos dijiste nada? –exclamo Sam

_ Imbécil, son las nueve menos cinco minutos –dije levantándome de la mesa

_ Cinco minutos no mataran a nadie importante –dijo Zachary

Todos se levantaron de la mesa y Will tomo a Zachary por el cuello de su camisa mientras prácticamente lo arrastraba fuera. ¡Maldito brujo, podría haber avisado que había aceptado una misión en nuestro nombre! Corrimos hasta la sala de armas y tomamos todo lo necesario. Me recogí el cabello en una alta cola de caballo y tome dos cuchillos, uno bendito y el otro maldito. Apenas si recogimos las primeras armas que encontramos, no teníamos tiempo para más.

_ Cuando volvemos, te matare Zach –dijo Will acomodándose un chaleco lleno de armas- Lo haré personalmente.

_ No tenemos tiempo para eso –dijo Sam

_ Debemos partir ya mismo –dijo Lupe revisando un mapa de la ciudad

_ ¿Cuál es nuestra misión? –pregunto Jude

_ Ahora me fijo –dije, tomando la hoja que estaba puesta como pendiente con la fecha de hoy y el lugar- Emboscada planeada a servidores del Consejo.

_ ¿Realmente tenemos que ir? –Pregunto Will mostrando su descontento sobre la misión- Hubiera preferido tener que intervenir en una emboscada a vacas de parte de los vampiros antes que eso.

_ Vamos, nos encargamos de que nadie muera y volvemos –dije enrollando el papel y guardándolo

_ La próxima vez al menos acepta una misión más divertida –mascullo Sam mirando al brujo

_ Esto es realmente injusto, nosotros les salvamos el pellejo y ellos si nos reconocen trataran de matarnos –dijo Lupe

_ Patético –dijo Jude- ¿Y Jeremiah?

_ No hay tiempo –dije- Servidores del Consejo o no, no podemos dejar que se pierdan vidas en vano.

_ Perfecto, yo tengo ganas de pelear –dijo Zachary estirándose

Puse los ojos en blanco al verlo y partí de la sala seguida de los demás.


_ ¿Estas segura de que es aquí? –pregunto Will

_ Si, totalmente –dijo Lupe

_ Silencio –dije

Respire hondamente aun teniendo los ojos cerrados. El olor a alcantarilla era desagradable, casi podía sentir a las ratas que caminaban a un lado. Agudice el oído, tratando de oír lo que pasaba sobre nosotros, confiando en que Lupe nos había guiado hasta el lugar indicado. Abrí los ojos, continuaba pegada a la pared de la alcantarilla al igual que los demás. La luz apenas si se filtraba por la tapa que había a un lado en el techo. Le eche una significativa mirada a Jude que estaba junto a la escalera que llevaba al exterior y él asintió.

_ Son demonios contra los que pelearemos –dije- Jude cubre desde arriba, tienes un juego de cuchillos y buena puntería.

_ Entendido –dijo él

_ Lupe, Sam, ocúpense de que ninguno de los demonios pueda escapar –dije mirándolos- Estamos justo bajo un callejón y ellos atacaran ahí, ustedes deben cubrir la salida.

_ Puaj, sangre de demonio –dijo Sam con una mueca

_ Will –dije y sonreí- Diviértete un poco con ellos.

_ Perfecto –dijo él sonriendo y ya tomando dos dagas

_ Zach, pelearas contra los demonios junto con Will –dije y suspire- Y Zachary, en lo posible, que no sea como la última vez. No mutiles.

_ Esta bien –dijo él poniendo los ojos en blanco

En ese instante un grito interrumpió nuestra conversación. Mire a Jude y él asintió obedientemente antes de saltar, abrir la tapa y salir. En un segundo todo estuvimos ya en el callejón, empuñando nuestras armas. Jude cumplió a la perfección con su consigna y subió a una de las escaleras de incendio de los edificios que nos rodeaban, ya preparado para atacar. La cantidad de demonios era mucho más de lo que esperábamos. Sus ojos eran rojos, sus afiladas garras brillaban bajo el cielo completamente nublado de Seattle. Sin mucho problema me deshice de los primeros dos que me atacaron, cortándoles las gargantas y viendo como cayeron detrás de mí. Me apresure a atacar por la espalda a un demonio y apuñarlo antes de que este matara al servidor del Consejo que tenia delante. El niño de tan solo catorce años me miro totalmente agradecido pero aun así había miedo en su rostro.

_ Mi líder ha muerto hace minutos –susurro

_ Pues ponte a salvo a menos que desees terminar como él –dije

El niño asintió obedientemente antes de partir corriendo. Me di vuelta y mire con lastima como el muchacho se alejaba. Tan solo catorce años y ya se veía envuelto en este tipo de asuntos por obligación. En ese instante un cuchillo cortó el aire y paso a un lado de mi cabeza, incrustándose en el pecho del demonio que casi me había atacado por detrás.

_ ¡No te distraigas! –grito Jude desde su posición

_ Gracias Jude –grite

Él me sonrió fugazmente antes de tomar otro cuchillo y lanzarlo a un demonio que estaba sobre un servidor del Consejo. Tres demonios a la vez se abalanzaron sobre mí. Gire y mis cuchillos chocaron con sus garras sin causarles el mas mínimo daño, apreté los dientes. Retrocedí tan solo un paso antes de atravesar a dos demonios de un solo movimiento, justo en el medio de sus vientres. El tercer demonio volvió a abalanzarse sobre mí y lo degollé sin cuidado alguno.

_ Van seis –exclame al ver que Will estaba cerca

_ Yo ya llevo doce, no creas que permitiré que me ganes –dijo él

Sonreí fugazmente antes de que él se deshiciera también de dos demonios que lo rodeaban. En ese instante una mano de demonio cayó delante de mí y sofoque un grito. Me di vuelta, mirando molesta a Zachary quien agitaba un cuchillo en el aire y sonreía.

_ Lo siento –dijo él- No lo pude evitar.

_ ¿Qué entiendes tu por no mutilar? –pregunte

_ No partir el cuerpo en mas de ocho pedazos –dijo él

Trague con dificultad al ver como Zachary se daba vuelta y decapitaba a un demonio sin el más mínimo cuidado. Un demonio me enfrento sin más preámbulos y sonrió maliciosamente antes de que sus garras chocaran con mis cuchillos. Estuve forcejeando con él varios minutos antes de que mis dos armas cayeran al suelo y el demonio se abalanzara sobre mí. Ambos caímos al suelo y él me mordió el brazo. Grite antes de patearlo y alejarlo completamente de mí. Me puse en pie con dificultad, mirando la serie de espinas que había dejado su mordida en mi brazo y lo fulmine con la mirada. Desenfunde el arma de mi cintura y le apunte. Le sonreí una única vez antes de jalar del gatillo y matarlo.

Ya quedaban pocos demonios con vida y Will y Zachary ya se estaban encargando de los últimos. Un agudo grito llamo mi atención y mire a un lado del callejón al hombre que estaba totalmente alejado del combate. ¿Acaso nadie lo veía? ¿Y que demonios era lo que estaba haciendo él? Me acerque a aquel hombre, alejándome del combate y ya comenzando a sentir su presencia angelical. Él no tenía ningún rasguño, su ropa estaba en perfecto estado, ni siquiera parecía que algún demonio lo hubiera atacado o al menos intentado atacar. Fue solo cuando me acerque lo suficiente que me di cuenta de la pequeña criatura que el hombre tenia acorralada y no dejaba partir. La niñita grito nuevamente mientras el hombre le apresaba más fuertemente ambas muñecas. Ella tenía el rostro totalmente golpeado, su vestido estaba totalmente destrozado y hecho jirones, machado con sangre. Sus pequeñas alas, blancas, estaban heridas.

Me acerque al hombre y de una patada lo aleje de ella. Me puse delante de la niña para defenderla y el hombre se puso en pie. Evite sin dificultad alguna su ataque y pase a un lado suyo. De un rápido movimiento me quite un guante y puse mi mano derecha a un lado de su cuello. El hombre se detuvo totalmente al sentir mi helado tacto y apreté los dientes de rabia al ver cuales eran sus intenciones con la niña. Lo patee, lo golpee, lo ataque totalmente dominaba por la rabia.

_ Eres despreciable –le dije antes de patearlo nuevamente

La cuchilla de la punta de mi zapato salio y de una alta patada logre cortarle la garganta al hombre. El ángel cayo de rodillas, llevándose ambas manos al cuello mientras su brillante sangre brotaba del corte que le había hecho. Saque mi arma y lo mire totalmente llena de odio mientras le apuntaba al corazón. ¡Maldito depravado mental! Jamás había imaginado que un ángel era capaz de hacer una cosa así y lamente haber ensuciado mi mente con sus recuerdos de abusos hacia otras menores. No vacile a la hora de jalar del gatillo, ojala ese ángel se pudriese en uno de los círculos del infierno junto con todos los demás que eran de su tipo.

El cuerpo sin vida del hombre cayó al suelo, desparramando su sangre por todo el lugar. Me di vuelta y mire a la niñita quien seguía temiendo y temblando en su lugar. Ella tenía el cabello extremadamente rubio y claro, lacio y largo de modo que le llegaba hasta la mitad de su espalda. Su rostro era pequeño y pálido, sus labios resaltaban rosados sobre su piel pálida. Sus ojos color caramelo me miraban con terror. Me acerque a ella con mucho cuidado. La falda de su vestido estaba rasgada y podía ver como temblaban sus pálidas piernas. Uno de los breteles del vestido estaba roto y ella trataba de taparse el torso como podía. Me acerque a ella y me agache a su lado. Sin perder tiempo me quite mi chaqueta y se la puse para que pudiera cubrirse. La muchacha se la puso casi con desesperación y luego se abrazo a si misma para taparse todo cuanto pudiese mientras seguía temblando y mirándome con los ojos totalmente llenos de miedo.

_ Tranquila, ya estas a salvo –susurre- Aquel hombre ya no te hará nada mas.

_ Él me toco –dijo ella, el miedo invadía totalmente su voz

_ ¿Acaso te ha hecho algo más? –pregunte y ella negó con la cabeza

_ No ha llegado a eso, justo tu has interrumpido –dijo ella y su rostro quedo totalmente pálido de pronto- Pero... ¡Lo has matado!

_ ¿Te sientes bien? –pregunte mirándola preocupada

_ Tengo miedo –susurro- Quiero irme de aquí cuanto antes.

Tome a la niña entre mis brazos y la levante. La cargue con gran delicadeza y ella se aferro fuertemente a mi, pasando los brazos alrededor de mi cuello y hundiendo su rostro ahí mientras seguía temblando. Suspire y la mire por unos segundos, compadeciéndome de ella. Mire al frente. La pelea ya había terminado, podía ver como el montón de cuerpos de demonio había sido reunido y ahora estaba ardiendo en llamas.

_ Mr. Whiskers -dijo la niñita débilmente

_ ¿Qué? –pregunte

Ella apenas si levanto una mano y apunto débilmente a un lado. Me di vuelta, mirando al conejo de peluche que estaba tirado en el suelo. Di unos pasos y lo recogí, mirando al pobre peluche en su estado deplorable. Volví a fijarme adelante donde ya todo había concluido. Me acerque cargando a la niña, viendo como Zachary terminaba de encargarse de los servidores del Consejo. Jude salto desde su puesto y aterrizo a mi lado, mirándome con inquisición en sus ojos y luego mirando preocupado a la niña.

_ ¿Qué le sucede? –pregunto

_ Ella tiene miedo –susurre

_ Todos los demonios asesinados y quemados –dijo Lupe reuniéndose

_ No ha quedado rastro alguno –dijo Will

_ Listo, ya esta, los servidores del Consejo no recuerdan nada –dijo Zachary uniéndose- Le es borrado la memoria, creen que cayeron en una emboscada y lograron sobrevivir de milagro. ¿Qué? No les iba a hacer creer que vencieron perfectamente y sin ningún problema, aquello ya es ridículo. No los haré quedar como héroes cuando en realidad fuimos nosotros quienes vencimos a los demonios.

_ Aquello no importa –dije

_ Creo que fue una misión exitosa –dijo Sam apareciendo y chupándose los dedos manchados de sangre

_ ¿Qué demonios? –dijo Will

_ No voy a desperdiciar la sangre –dijo Sam- Además, no he atacado a nadie para conseguirla, simplemente es la sangre que perdieron algunos servidores del Consejo. Esta deliciosa, es 0-.

_ ¿Y la niña? –pregunto Lupe mirándola

_ Es demasiado joven para ya estar en servicio –dijo Jude

_ No la podemos dejar aquí –dije- Esta herida y golpeada, además de que no se cuanto tiempo mas pueda sobrevivir una niña de esta edad ya sirviéndole al Consejo.

_ ¿Cómo sabes que esta herida? –pregunto Lupe

_ Sus alas están heridas, las he visto –dije

_ Hay que sacarla de aquí de inmediato y tratarla –dijo Will al instante- Esto es muy grave.

_ ¿Por qué? –pregunte

_ Las alas reflejan la condición de un ángel –dijo Jude- No es bueno que sus alas estén heridas, debemos tratarla cuanto antes o podría morir.

_ Entonces llevémosla con nosotros –dije y los cinco me miraron atónitos- Por favor, ella no esta bien. No la podemos dejar aquí. Yo me ocupare de hablar con el director al respecto y asumir la responsabilidad por llevar a un servidor del Consejo a Solcius pero por favor llevémosla.

_ Katherin, sabes que no es debido –dijo Sam

_ Es tan solo una niñita –susurre- Y ya se vio involucrada en un combate de este tipo. No debe tener más de diez años como máximo, no podemos abandonarla aquí y que siga arriesgándose.

_ Esta bien, nos llevamos a la niña –dijo Zachary con desagrado- Pero yo no me haré responsable en lo mas mínimo cuando el director se entere.

Sonreí dulcemente y tome con más firmeza a la niña. Ella seguía temblando, aferrada a mí con todas sus fuerzas y su rostro hundido en mi cuello. La abrace, deseando más que nada encontrar el modo de eliminarle ese miedo que ahora tenia. Ella no merecía lo que le había sucedido, no a tan temprana edad. La muchacha continuó temblando aun cuando estuvimos en los pasillos de Solcius. La cargue hasta la enfermería y la deje sobre una de las camillas.

La luz entraba por los grandes ventanales del fondo, iluminando la enfermería como si fuera la luz natural de pleno día. Mire con cierto miedo como la niña descansaba sobre la camilla y finalmente se quedaba inconsciente. La doctora a cargo apareció en ese preciso momento y por petición mía comenzó a ocuparse primero de la niña. Los demás también estaban ahí, todos habíamos vuelto con alguna herida al menos. Me senté en una camilla y examine mi brazo con cuidado. La gran fila de largas y delgadas espinas seguían clavadas con la forma de la mordida del demonio ahí donde él me había atacado. Respire hondo y una a una comencé a sacarme las espinas, cerrando los ojos ante el terrible dolor y depositándolas en una bandeja de metal que había sobre la mesada a un lado de la camilla.

_ Ella necesita reposo –dijo la doctora acercándose a mi- Esta en un estado muy débil y frágil y sus alas no están nada bien. Estará bien pero necesita quedarse al menos un día entero aquí, yo me ocupare de tratarla.

_ Muchas gracias –dije y ella tomo mi brazo

_ Aquella herida no se ve nada bien –dijo examinándola

Hice una mueca al mirarla. La zona estaba hinchada y miles de puntos rojos había alrededor de donde antes habían estado las espinas. La doctora soplo, su aire helado dio totalmente en la zona causándome un gran alivio. Ella soltó mi brazo y abrió uno de los cajones de la mesada. Saco un pote con una crema rosa y comenzó a extenderla por mi herida.

_ Te ha mordido un demonio venenoso –dijo ella- Quizás no sientas el brazo durante una hora o dos pero estarás bien.

_ Gracias –dije y ella sonrió

_ No será nada grave, pero es posible que experimentes momentos en los que el brazo se te duerma por el resto del día –dijo ella- Aun así, tu sistema inmunológico es bastante complejo y estoy segura de que en cuestión de una hora te habrás olvidado totalmente de que un demonio te mordió.

Ella siguió esparciendo la crema rosa por toda el área hasta que esta se desvaneció totalmente sobre mi piel, dejándola como si nunca hubiera habido una herida ahí. Moví mi brazo repetidas veces para comprobar que estaba bien y luego me baje de la camilla.

_ La has sacado barata, a mi me han rasguñado terriblemente –dijo Will enseñándole a Jude los tres cortes que tenia en un brazo provocados por las garras de algún demonio

_ ¿Alguna herida grave? –pregunte acercándome

_ Nada por lo que debas preocuparte –dijo Jude

_ Sabes que me preocupo hasta por el mas mínimo corte que puedan llegar a tener –dije y él sonrió

_ Ninguna herida grave y calculo un máximo de cinco días para que no quede nada mas que el recuerdo de esta misión –dijo Sam

_ Por otra parte, no sé como repercutirá esto en el Consejo –dijo Lupe uniéndosenos a tiempo que se estiraba- La noticia quizás tarde unas horas o un día en circular. Tendremos los datos para mañana seguramente.

_ ¡Mientras tanto, esta noche tendremos fiesta! –Exclamo Jude totalmente entusiasmado- ¡Hace cinco años que Will sirve a Solcius! Además, con lo que hicimos recientemente, seguro que el dinero de mi cuenta aumento y podré dar la fiesta más grande de la historia.

_ A veces me pregunto si enserio haces esta fiesta por el aniversario de Will o simplemente es una excusa para que organices una fiesta –dijo Sam

_ Claro que es por el aniversario de Will –dijo Jude sin despejar duda alguna

_ Que importa el motivo, dejen al ángel dar la fiesta. Nos divertimos un poco, nos quedamos despiertos hasta la madrugada y luego nos levantamos al día siguiente sin tener la menor idea de que hicimos o con quien estuvimos la noche pasada –dijo Zachary

_ A veces estoy en duda respecto a cual pecado capital lo identifica –dijo Will- ¿Lujuria? ¿Gula? ¿Soberbia? ¿Pereza?

_ Creo que todos –le interrumpí antes de que continuase

_ ¿Ok, y quien se ocupara de decirle al director respecto a la niña? –pregunto Lupe

_ Katherin lo hará –dijo Zachary sin escrúpulos- Después de todo, fue ella quien lo quiso y quien dijo que se haría cargo.

_ Perfecto, entonces tu te encargaras de hacer el informe respecto a la misión –dije

_ ¡Que! –Exclamo Zachary- No puedo.

_ ¿Cómo que no puedes? –pregunte y sonreí- Tienes toda la tarde libre.

_ No es cierto, tengo algo mucho más importante que hacer –dijo él

_ ¿Cómo que? –pregunte

_ Tiempo a solas conmigo mismo –dijo con toda dignidad

_ Tranquilo, tendrás mucho tiempo a solas mientras haces el informe –dije y él gruño antes de partir

_ Será mejor ir a buscar a Jeremiah y contarle lo que se perdió –dijo Sam

_ Yo voy contigo –dijo Lupe

_ Yo los acompaño –exclamo Jude, su entusiasmo parecía no tener fin- Tengo que mostrarle a Jeremiah la ropa que he escogido para él esta noche, seguro le quedara genial.

Ellos tres partieron dejándome sola con Will. Él se sentó en una camilla y comenzó a tratarse la herida que tenia en el brazo junto con la ayuda de la doctora. Me acerque a la niñita que descansaba sobre una camilla. Le tome la mano, mirándole el rostro con cierta preocupación. Ella era muy pálida y su mano estaba fría. Su rostro parecía en paz pero mi don me permitió saber que ella aun tenía miedo. Suspire al conocer la triste vida que ella tenia.

_ Estarás bien –susurre acariciando su mano

Ella dormía tranquilamente. Su rostro era bonito y angelical, sus facciones pequeñas y delicadas. Un pequeño flequillo rubio le caía sobre la frente. La mire con cariño, sabiendo que aquí estaría mejor que en cualquier otro lugar. Mire su vestido que en algún momento debió haber sido hermoso hecho jirones y me sentí mal. Quizás luego podría ir y comprarle un vestido... Si, eso haría, iría y le conseguiría un vestido igual o más hermoso.

Tome el conejo de peluche que estaba en la mesada al lado de su camilla y lo examine. Uno de sus ojos de botón estaba suelto y colgaba por la mitad de su rostro. La tela color gris pálido estaba sucia y el pobre conejo parecía que acababa de sobrevivir a la primera guerra mundial. Una de sus orejas estaba abierta y manchada con sangre de algún ángel. Lo tome con mucho cuidado entre mis manos y lo mire con pena.

_ Listo, como nuevo –dijo Will parándose a un lado mío y frotándose su brazo- ¿Qué haces?

_ Tendré que reparar a este conejito –susurre- Es de ella y no puedo dejarlo en este estado.

_ Kat, te preocupas mucho por los demás –dijo él

_ Tan solo tengo que lavarlo, coserle la oreja y el ojo –dije y sonreí- Lo tendré como nuevo, lo arreglare y se lo devolveré apenas despierte.

_ Kat, es una servidora del Consejo –dijo Will- Podría traicionarnos, no deberíamos ni haberla traído aquí.

_ Es una niñita –dije- Ella no esta bien. Mírale sus alas, están sucias y frágiles. Ella esta muy débil, no merece estar en ningún tipo de combate a tan temprana edad. ¿Cuánto crees que tenga? ¿Nueve años, quizás diez con suerte? A esa edad uno debe estar a salvo en su hogar sin tener siquiera que preocuparse de luchas entre el bien y el mal o tener que ir por ahí cumpliendo una ley errónea. Ella se quedara aquí, necesita el calor y la seguridad de un hogar. No estar vagando por una fría y peligrosa ciudad como lo es Seattle para los ángeles.

_ ¿Estas segura? –Pregunto Will y asentí, suspiro- Entonces te apoyo, me tienes para lo que necesites.

_ Hablare con el director esta tarde respecto al asunto –dije- No me importa lo que diga, no abandonare a esta niñita a su suerte.

_ ¿Qué crees que suceda cuando se despierte? –pregunto él

_ No lo se –admití

_ ¿No crees que querrá regresar con lo suyos? –dijo Will

_ La he tocado y he podido conocer lo que era su vida –dije- No la echaran de menos, nadie le daba importancia. Ella ya se sentía sola y triste formando parte del grupo de Seattle, quería huir pero estaba obligada por el Consejo a permanecer ahí y servirle. ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué ella sufría cada día estando ahí? ¿Qué su único amigo es este conejo de peluche? Es por eso que quiero repararlo, ella lo aprecia mucho y se pondrá triste si lo ve en este estado.

_ Sus alas no están nada bien –susurro Will

_ ¿Entonces la salud de un ángel se puede determinar según el estado de sus alas? –pregunte y él asintió

_ Al menos parecen tener solo golpes –dijo él- Las alas es el peor lugar en donde te pueden herir y reflejan tu estado. Si ella aun las sigue mostrando es por que no tiene ni fuerzas para ocultarlas. Están débiles y golpeadas, de por si ya son demasiado frágiles por su edad. Se recuperara dentro de unos días y estará bien. Si quieres, volveremos esta tarde para ver como se encuentra.

_ Gracias Will –dije y suspire

_ ¿Acaso conoces a esta niña? –pregunto él

_ No –dije y acaricie el rostro de la chiquilla, quitándole el cabello de la frente- Pero creo saber de quien se trata. Sabes, uno de los beneficios de mi don es que es muy difícil que me olvide de algo por más mínimo que sea. ¿Cómo cubriremos su desaparición?

_ La darán por muerta –dijo Will sin darle mucha importancia- Es lo que siempre hacen. Además, Zachary hizo creer a los servidores del Consejo que quedaban con vida que habían sobrevivido de milagro aunque algunos habían muerto. Posiblemente a ella la den de muerta y ni se molestaran por buscar su cuerpo. Dirán que ella murió honorablemente en combate, típico engaño del Consejo para no decir la realidad.

_ ¿Me crees si te digo que aquella emboscada fue planeada por un miembro del Consejo? –pregunte y Will me miro sorprendido

_ ¿Cómo lo sabes? –pregunto él

_ Toque al hombre que estaba con esta niñita –dije- Al parecer el grupo de Seattle le estaba causando algunos problemas al Consejo ya que el líder no mandaba a los más pequeños a las misiones, entre ellos esta niñita. Les tendieron esta trampa para enseñarles una lección.

_ Y la cubrirán bajo cualquier excusa –dijo Will y asentí- Creo que cada año son mas despreciables.

_ Yo también lo creo –susurre mirando a la niñita- Pero no todos los ángeles quieren servirle, están obligados. Te piden que decidas entre servir al Consejo o que te arranquen las alas y mueras. No te dan opción, ellos te obligan a servirles. A ti te sucedió lo mismo Will, tendrías que saberlo.

_ Pero yo me canse y dije basta –respondió él- No hubiera podido continuar sirviéndole al Consejo por mucho mas tiempo. Me tendieron una trampa para deshacerse de mí, Solcius intervino y aquí estoy. Se me dio por muerto, es mejor que ellos crean aquello.

_ ¿No extrañas a tus amigos? –Pregunte en un susurro- ¿A tu familia?

_ Los extraño, pero yo decidí mi propio destino al igual que ellos decidieron el suyo al continuar sirviéndole al Consejo y obedeciendo cada orden que se les diera –dijo Will- ¿Y tu Katherin? ¿No extrañas a tus amigos?

_ ¿Por qué he de extrañarlos cuando ellos seguramente no me deben ni recordar? –Dije tristemente- Ellos tomaron su propia decisión al igual que yo la mía.

_ Sabes que eres libre de partir cuando quieras –dijo él y sonreí tristemente

_ Aquí tengo todo lo que necesito, no veo razón alguna para querer partir –dije- Me gusta todo lo de aquí, hasta la frialdad y la insensibilidad de Zachary aunque no lo creas.

_ ¿Vendrás a la fiesta esta noche? –pregunto él

_ No me la perdería por nada –dije sonriendo y él también sonrió

_ No tengo idea de que demonios planeo Jude pero no será divertido sin ti –dijo él

_ Seré la primera en llegar y la ultima en partir –dije- Además, las fiestas que Jude organiza siempre son geniales.

_ Si, pero tiende a exagerar –dijo Will e hizo una mueca- No quiero ni imaginar que es lo que habrá armado. Vayámonos Kat, ya casi es hora del almuerzo. Volveremos mas tarde para ver como esta ella. No tienes de que preocuparte, estará bien para mañana.

_ Eso ya lo se. No es su salud física lo que me preocupa sino que su pequeña mente –dije- El ángel que la estaba reteniendo... Aquel hombre... Él la toco, quería abusar de ella. La salve justo antes de que lo hiciera pero aun así temo que le haya quedado algún trauma psicológico. ¿Cómo es aquello posible? ¿Cómo es posible que un ángel haya querido hacer algo así?

_ El bien y el mal existe en todas partes –dijo él y suspiro- Aquellos ángeles son una vergüenza pero existen.

_ Aun así –dije

_ ¿Has acabado con ese ángel? –Pregunto él y asentí- Lo tenia merecido. Espero que a la niña no le haya quedado ninguna secuela por más que simplemente la haya tocado. Sino, podemos hacer que olvide.

_ Me sigue costando creer como es que ángeles así existen –dije

_ Ya lo se, a mi también, pero existen –dijo Will y suspiro- Al menos todavía ningún ángel ha decidido aliarse con Lucifer, es lo ultimo que faltaría.

_ Supongo –dije

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